Dariya I. Kozlova ID

Historia
Dasha es la tercera hija de un matrimonio de clase alta pero sin mucha importancia dentro del ámbito social. Fue criada en un ambiente machista donde la mujer servía exclusivamente para servir a su esposo, y desde pequeña fue enseñada a cocinar y atender la casa. A pesar de ir a la escuela, nunca fue de notas perfectas, yéndose más por el lado artístico y que obviamente no era bien visto dentro de su familia. A los 14 años conoció al hombre que se convertiría en su esposo. Era un hombre amable y atento con ella, y por ser de familia bien acomodada, en casa le permitían andar con él a donde sea que él quisiera. Tan solo un par de años después, el hombre pidió la mano de la joven y de inmediato fue aceptado, dando vital importancia a la familia dentro de la alta sociedad y dejando que su hija se quedara con ese hombre que se había convertido en su primer y único amor. Le permitió estudiar lo que ella tanto quería e incluso creó ese gran espacio de trabajo, haciéndolo a capricho de ella. Sin embargo, no todo fue tan espectacular como pensó, pues no tardó en darse cuenta que posiblemente solo era un remplazo de la anterior esposa, pero para ella era suficiente con tener el amor de ese hombre. De inmediato, luego de conocer al pequeño hijo, se encariñó con él como si llevara su sangre, y trató de educarlo con cariño y respeto. Ambos tenían aparentemente una hermosa familia, pero poco a poco fue descubriendo ese secreto de su pareja que la dejaría miserable por el resto de su vida. Aun así, era demasiado dependiente y tenía un poco de miedo de contar algo a alguien, e intentó no ser consciente de lo que sucedía con esos pequeños y jóvenes que se acercaban a él. Más tarde, a su hogar llegó un pequeño que se convertiría en su hijo mayor, y aunque le costó un poco más de tiempo adaptarse al pequeño, al notar lo que estaba sufriendo sintió un poco de empatía por él compensando el no poder salvarlo. Pero el tiempo le hizo ver que ese niño seguiría el mismo camino que ella lleno de dependencia, y aunque cada vez la discreción de su esposo con ella y sus cosas era menor, ese amor por él nunca disminuyó y permaneció esperando simplemente le reconociera, sintiera celos o de nuevo surgiera ese deseo y amor salvaje que tenía por ella cuando la conoció.