Viejos conocidos [Kurt]

Un día más de trabajo, de hecho, desde que terminé con Salem, me he dedicado solo a mi trabajo. No me permito tener tiempo libre para no pensar tanto en él.
Lo extraño,  he llegado a pensar que cometí un error  al terminar con él, pero creo que simplemente no soy tan fuerte como él esperaría. No estoy preparada para las cosas que podrían pasar. Me siento mal, decepcionada de mi misma.  Pero no puedo actuar con esos clichés románticos de dejar todo por la persona amada. La vida no es así de simple.

He trabajado tanto que incluso acepté prepara una fiesta para una adolescente algo molesta. Es una pequeña diva caprichosa. Ha exigido cierta comida, y cierta decoración, todo demasiado absurdo y de mal gusto. Ha sido complicado hacer que todo pueda demostrar cierta clase. Si solo fuera una fiesta para ella y sus amigos, habría dejado que se diera como ella deseaba pero, por mala fortuna, los padres deseaban usar el evento para asuntos de adultos. Así que lo más complicado ha sido encontrar un equilibrio.
La joven es fanática de una banda, no son tan famosos, pero tienen cierta trayectoria, así que  eso también ha sido un poco complicado de conseguir.
Por fortuna mis contactos en ese ámbito crecieron un  poco más, en parte gracias a Salem, no puedo negar que él me dio ese empuje. Así que con algo de esfuerzo logré conseguir a la banda que la niña deseaba.
Pero para mi poca alegría, algo no salió como esperaba. En canto vi a la banda llegar, bajé a recibirlos y quedé congelada en el pasillo. Me tomó un par de segundos ver a los integrantes. Así que me di media vuelta y encargue a mi mano derecha se encargara de todo lo que tuviera que ver con ellos.
Regresé al salón con el corazón un poco agitado ante la sorpresa . Tomo mi celular para investigar sobre la banda, pero no veo que él esté entre los integrantes ¿Entonces que hace aquí?
Me repito mentalmente que me controle, muy seguramente él ni se acuerda de mi, deseo con todas mis fuerzas que sea de esa manera, porque si me recuerda, será por cosas vergonzosas.

Me concentro en mi trabajo, y saco de mi mente ese pequeña sorpresa, se escucha como preparan sus instrumentos.
La fiesta comienza por fin, y como siempre vigilo que todo esté saliendo bien. Que cada mesa tenga lo que necesita, que los meseros siempre esté al pendiente de sus zonas, que  los jóvenes no se metan en problemas y consigan las bebidas que solo son para los adultos. Voy a un lado a otro, y está por llegar la hora de que la banda inicie su presentación. Estoy tan inmersa en mi trabajo que he olvidado la razón por la que los evitaba, así que he ido a esa habitación que se ha dispuesto para ellos, y solo abro la puerta sin tocar.
-Los necesito listos en quince- digo en la puerta y levanto la mirada y justo mis ojos se encuentran con los de él, me pongo nerviosa, mis manos me sudan un poco, pero agradezco ser tan controlada que nada de eso me hace perder la expresión de clama y seriedad, solo cierro la puerta y regreso por donde llegué.
-Solo has tu trabajo- ne digo sacando de mi cabeza aquellos años que era realmente una tonta. No debería culparme, era una adolescente, pero me culpo por no tener mejor juicio para elegir mejor.

Sora:

Hace poco recibí una llamada que mejoró mi fin de semana tanto que hasta he trabajado con mucho entusiasmo. Un viejo amigo de la banda, el único que pudo dedicarse a la música, me contactó para pedirme un favor relacionado a eso. Ni siquiera escuché el asunto completo cuando acepté. He estado practicando cada que puedo, y no es por presumir pero soy bueno, soy muy bueno, porque sino él habría recurrido a los otros dos pero me llamó a mí. También que el tocar guitarra me desestresa del trabajo y me hace olvidar a Aimi. Estoy confundidisimo, no sé si a ella le gusto o de plano la espanté con mi declaración, conociéndola seguro pasó lo segundo porque desde entonces me evita de manera obvia, apenas si me da un buenas tardes cuando voy por Daiki.
-Seguro que tiene algo con ese tipo y por eso... pues por eso... -suelto un quejido molesto y termino de acomodar el cuello de mi camisa. Ella ni ha respondido mis mensajes y ya mejor no insistí, no quiero verme como acosador- olvídalo, mira que hoy te la pasarás de maravilla -le hablé al reflejo de mí mismo y sonreí. Sí estoy afectado por lo de Aimi pero la música es mi primera dama y ella siempre me pondrá muy feliz aunque se hubiera muerto mi perro.

Alisté mis cosas y salí hasta la casa de mi amigo, y después tomamos juntos un taxi. Al llegar al lugar nos integramos con los demás, ya los conozco porque practicamos un poco antes de hoy, dicen que es la fiesta de una niña rica que los ama, así que busqué mis mejores prendas para que luego no se queje de que porqué otro guitarrista.

Pasamos al lugar designado para nosotros y ajustamos los últimos arreglos. Me siento nervioso porque hace mucho no toco frente a mucha gente, pero a la vez estoy muy emocionado. ¿Será que con esto por fin pueda cumplir mi sueño? Dios, de solo pensarlo la piel se me pone de gallina.
Pero dejé de pensar en mis sueños frustrados porque al entrar la encargada al camerino, al instante la reconocí. La miré sorprendido, es Sora, ¿no? La niña super pequeña que siempre andaba pegada de esa mujer, sí, sí, dios, cómo va a haber dos iguales.
-Oye, ¿conoces a...? Nah, olvídalo -sonreí mucho por la idea de que era ella. ¿Me reconoció? No parecía, aunque me miró tal vez no me observó bien. Pero yo no he cambiado mucho, y bueno, resalto bastante, ¿cómo pudo olvidarse de mí si le gustaba antes?

Salimos a tocar y se sintió el ambiente lleno de adolescentes. Hay bastante gente, una adulta también que estoy seguro no es fanática de nuestra música. Pero los nervios por las circunstancias se me pasaron super rápido y disfruté bastante el tocar frente a todas esas personas. Es algo pequeño, lo sé, pero para mí volver a pisar cualquier tipo de escenario es una maravilla.
Terminamos y nos quedamos descansando un rato lejos de los invitados, parece que la cumpleañera quiere convivir y tomar fotos, pero primero deben hacer algo más y por eso pudimos refrescarnos.
-Ya vengo -en cuanto vi a Sora me levanté y fui hacia ella. Me acuerdo de su nombre porque es linda, pero pues sí, en ese entonces no era para nada mi tipo, pero ahora... wow- hola -le saludé sonriendo- eres Sora, ¿verdad? ¿Te acuerdas de mí? -sonreí esperando respuesta- soy Kurt, fui novio de una ex amiga tuya -y te gustaba, aunque eso lo omití porque quiero usarlo para después- ¿cómo has estado? ¡Hace años que no te veía! Estás cambiadísima -le hablo con mucha confianza y entusiasmo, me acuerdo que se ponía nerviosa cuando le hablaba en la escuela y me daba ternura.

Kurt:

¿Por qué me habla? ¿acaso me recuerda? no, no lo creo…
Lo miro esperando a que termine su pregunta, pero no lo hace, así que no insisto, y solo salgo de la habitación pare regresar al salón. Suspiro aliviada, porque es muy seguro que él ni me recuerde, así que solo debería actuar como lo acabo de hacer, como dos desconocidos que han tenido que trabajar juntos.
Cuando tocan me tomo un momento para mirar a la banda. Sonrío recordando lo mucho que él me gustaba, pero bueno Kurt era el amor platónico de todas las chicas de su escuela, de mi escuela y de varias zonas donde era popular. Pero es obvio que muchas estaríamos encantadas con él. Es sin duda muy atractivo, sus ojos, todas estábamos encantadas con sus ojos, solo bastaba una mirada suya para sentir como las piernas nos temblaban. Y sumando algo más a su atractivo, estaba su carisma, justo como ahora en el escenario, sobresale con facilidad, su presencia es muy fuerte. Suspiro un poco y me río internamente de mi misma, solo recordar mi enamoramiento de juventud me ha hecho suspirar.
Regreso a mi trabajo, no tengo tiempo para idealizar a un hombre, solo debo pensar en el trabajo. Así que retomo mis tareas de costumbre. Luego de un rato se escucha que la banda ha terminado y yo sigo con lo mío, de aquí para allá, solo para verificar que todo siga bajo el plan de siempre.
Detengo mis pasos cuando lo veo acercarse a mi.
-Hola- contesto, aprieto un poco mi quijada cuando dice mi nombre y hace esa pregunta -Claro si, te recuerdo- contesto con tono amable, obvio ocultando lo nerviosa que me ha puesto. Me sorprende que me recuerde, yo era un poco diferente. Siempre he sido pequeña, y a la edad en que la mayoría de mis compañeras comenzaron a desarrollarse, yo seguía pareciendo una niña. Usaba faldas largas, el uniforme me quedaba un poco grande en general. Era simplemente la clase de niña a la que nadie voltea a ver. Y él… como ya lo dijo, era el novio de mi “amiga” -Kurt, claro- repito su nombre como si apenas que lo menciona lo recordara -Oh, bien, todo muy bien, con mucho trabajo. ¿Tú como estás? no sabía que eras parte de la banda- comento con una sonrisa amable. Por suerte he mejorado mucho mis habilidades sociales, por mi trabajo, he aprendido mucho a como manejarme y no perder la calma, es lo que tengo que hacer para que los eventos salgan lo mejor posible, así que ya no me pongo me pongo excesivamente nerviosa por su sonrisa o su mirada. Antes claro que me derretía, pero ahora, bueno, ya no soy una niña.

Mi entusiasmo va bajando porque aunque se acuerda de mí, se ve tan indiferente a mi presencia que es un poco incómodo. Obviamente ya sé que no sigue colgada por mí, pero esperaba no sé, un poco más de alegría por ver un amor de secundaria, casi como lo que yo sentía al ver a Aimi pero creo que todos reaccionamos diferente. Pero no dejaré que eso me detenga, con Aimi sucedió algo similar, ella se veía tan déspota conmigo y al final terminamos entendiéndonos. Bueno, por ahora las cosas están tensas pero el punto es que al menos pudimos charlar más luego de romper el hielo.
-Sí, no... no, yo no soy parte de la banda -de repente yo soy el que se siente nervioso. Ella sigue siendo tan pequeña pero definitivamente ya no es una niña, tiene un porte muy maduro y hasta pena me da el yo lucir como siempre cuando ella se ve tan atractiva y elegante- estoy haciendo un favor a un amigo. Pero qué coincidencia que justo tú estés aquí, hace tantos años que no te veía que es una linda sorpresa -no he dejado de mirarla, y sí, no he podido evitar recorrerla con la mirada porque se ha puesto muy atractiva. ¿Será imprudente mencionar lo del pasado? No quiero que salga corriendo. Esta fiesta está medio aburrida con tanta gente muy joven o muy vieja, además tiene ese aire de ser de gente importante que seguro no tienen interés en alguien como yo, me gustaría platicar más con ella si tiene el tiempo en lugar de mezclarme entre la gente que vino.

Uno de los chicos se acercó y aproveché para moverme más cerca de ella de manera disimulada, pues apenas me dejó un aviso y se fue.
-Por cierto yo he estado bien, respondiendo tu pregunta de hace un momento -mi tono suena coqueto, es que es emocionante encontrar una persona del pasado que pasó de ser alguien sencilla a toda una dama- pero vaya, la coincidencia me hace recordar cuando nos conocimos y esos días. Fueron lindos -bueno, no sé para ella, digamos que mi novia de ese entonces no era tan buena amiga y hasta yo lo notaba. No vas y le dices a tu novio que a su amiga le gustas justo enfrente de ella y de esa fea manera, a mi no me quedó más que sonreír, porque ella no me gustaba pero tampoco pensaba que era una molestia como mi ex lo expresaba a sus espaldas- sabes, el encontrarnos tal vez dice algo, ¿no crees? -ups, tal vez voy muy rápido, pero es que quiero una reacción de su parte, sí hiere mi orgullo que me vea y haga como que soy indiferente para ella.

Asiento cuando dice que no es parte de la banda, aunque eso no me relaja, porque no es que necesite o no que sea parte de ella, mi conflicto está en que justo en este momento es cuando por alguna razón él ha tenido que ayudarlos.
-Oh, ya entiendo. Si, es una gran coincidencia- comento poniendo un ligero toque de entusiasmo en mis palabras. ¿Linda sorpresa? no está coqueteando conmigo ¿cierto? bueno él era coqueto casi como por reflejo, pero aun así era diferente su coqueteo “normal” del que tenía con por ejemplo su novia.
Acaba de recorrerme con la mirada, y me río un poco, creo que he olvidado que ya no soy la niña que él conocía, he cambiado mucho. No solo mi imagen sino mi personalidad. Aunque él debería ser al menos un poco más discreto.

Uno de sus amigos se acerca, yo no sé si debería aprovechar para irme, pero no me da tiempo a decir algo, porque no tarda mucho lo que ha venido a decir el amigo.
-si, que bien, me alegro- sonrío un poco al ver como me coquetea, parece una broma que ahora esté pasando esto. Diría que es un poco triste saber que ahora es cuando puedo atraer su atención, pero no lo es. Entiendo que todos o la mayoría nos basamos en ideales de belleza, sería hipócrita de mi parte decir que él es superficial si yo ahora le puedo gustar solo por cambiar un poco, cuando es obvio que mi interés por él estaba basado en eso mismo, en quedar atrapada en ese atractivo suyo. No me gusta ser como todas esas mujeres que no se cansan de tachar a los hombres de superficiales, pero ellas hacen lo mismo.
-Lindos- digo con sarcasmo -claro, más lindos para unos que para otros- suelto una delicada risa, pues no es que viva atormentada por la persona que era, pero es verdad que para mi no fueron “lindos” esos días. Tenía una amiga insufrible, que nunca podía tener palabras bonitas para mi, era muy chaparra para X ropa, que me faltaba busto para lucir una blusa, que parecía una niña. Claro eso lo decía con voz de falsa ternura, como si decirlo en ese modo restara peso a su palabras.
-¿no hablas en serio o si?- me río, creo que me he dejado atrapar un poco por su encanto -estás coqueteando conmigo, y ni siquiera sabes nada de mi, ¿que tal si estoy casada?- comento cruzándome de brazos. Si Kurt es encantador, resistirse a él debe ser una de las pruebas más complicadas que existen, pero no solo se trata de eso, por alguna ilógica razón, siento que sería traicionar a Salem. Eso no tiene sentido, ya no estamos juntos, pero hay cierto peso en mi, antes nunca me había pasado, en cuanto una relación concluía, yo no me sentía atada a tener que guardar algún tiempo. Soy libre y debería poder coquetear con quien me de la gana, si la otra persona necesita que yo tenga un periodo de luto, entonces es su problema, no él mío. Pero esta vez no puedo sentirme con la libertad de otras veces, supongo el haberme enamorado me complica un poco  eso.
-Vaya- he girado la cabeza y noto aquella mirada asesina de la niña de la fiesta -además, mira, tus fanáticas te esperan- me río un poco de que una niña se sienta celosa de mi, para empezar creo que ella no tiene oportunidad, pero aun así, ella se siente más dueña de él que nadie más.

Sus respuestas son cortas y eso no deja entrada a preguntar más. Pero está sonriendo, eso debe significar algo, y si le gustaba no veo por qué ahora debería desagradarle. Aún así soy alguien un poquito necio, solo si la veo muy incómoda me detendré, y si ella me lo pide, pero no lo está haciendo. Por eso soy cada vez más indiscreto con la manera en que le sonrío o la miro, porque quién sabe, igual y esta noche me da una sorpresa, no la encontraría siendo una belleza para solo hablar de los viejos días y adiós.

Solté una risa, miré que en sus manos no lleva un anillo y si lo dice, obviamente no lo es, aunque tal vez tenga novio, es muy hermosa como para estar soltera.
-No tienes anillo -levanto mi mano y señalo donde debería estarlo si fuera casada- ¿o te lo quitas por si te llegas a encontrar con un viejo amor de secundaria? -me reí más amplio y la miré, ella no me está rechazando, o tal vez se volvió una mujer super controlada y dominante y eso... dios, eso me dan más ganas de intentarlo. Lo que recuerdo de ella es completamente diferente a lo que tengo frente a mí e todo aspecto, era linda, sí, pero no del tipo que puedes ver para un interés romántico. ¿Se estará vengando porque nunca le hice caso? Pero nunca se declaró, solo mi imprudente exnovia dijo que le gustaba pero nunca lo escuché de su boca.
Miré hacia la cumpleañera cuando mencionó a las supuestas fans. Le saludé con la mano y le sonreí, pero está tan niña que obviamente no me interesa para nada. Además yo ni soy parte de la banda, que ellos se ocupen de las niñas.
-¿Tengo que ir a verla? -hago la pregunta en serio pero sonriendo- porque preferiría quedarme contigo -me controlé un poco y de nuevo saludé a las niñas. Al inicio pensé que sería divertido pero ahora prefiero saltarme la parte de convivir con chiquillas- entonces, ¿tienes novio? Vamos, no me haré el interesante contigo y además ya me descubriste -mordí mi labio y me agaché cerca de su oído- creo que ahora te odiarán más, así que para que valga la pena, ¿por qué no me das tu número? -me alejé de ella y con mi mano moví un poco su fleco. Soy incorregible, tal vez, pero aunque parezca un coqueto la verdad soy un tipo fiel, solo que tengo muy mala suerte con las mujeres, siempre me terminan dejando o evitando.

Miro mi mano y me río, parece que es un tipo bastante observador, cubro mis dedos con la otra mano.
-Oh vaya, no, claro que no- me río por lo que dice del amor de secundaría y es cuando caigo en cuenta, él claro que recuerda eso. Me río ocultando lo nerviosa que me siento. Esto es absurdo -Pero estoy trabajando, y el trabajo no es un lugar para coquetear- explico buscando algo para que este extraño encuentro pueda concluir de manera tranquila.
Está bien, como él lo ha dicho, es mi amor de la secundaría, pero no voy a perder la cabeza por eso. Claro que sigue siendo atractivo, pero si dejé ir a la persona con quien conocí el amor, por buscar una estabilidad, no voy a permitir que un tipo que era mi ilusión en la adolescencia venga a alterar eso.

Miro a la chica que ha quedado prendada de él, aunque no es parte de la banda parece que se ha vuelto su favorito y es que él sobre sale con tanta facilidad, puedo decir que entiendo lo que esa niña siente en este momento, aunque claro, yo jamás me sentí con derecho sobre él, solo era algo platónico… bueno tal vez no tan platónico, pero sabía que nada pasaría, yo solo era la amiga de la novia.
-Pues para eso les están pagando- contesto riendo, porque los demás de la banda están conviviendo con las invitadas de la festejada -Eres un descarado- comento negando con pequeños movimientos de mi cabeza -amm, no, no tengo, pero no estoy interesada en lo que sea que estés pensando- es obvio que él no busca algo serio y para algo casual, tal vez en otro momento habría accedido, pero en este momento de mi vida, no puedo.
Puse mi mano en su pecho y lo empujé delicadamente para alejarlo de mi pido.
-¿En serio?- miro de reojo al chica y si, la he conocido mientras preparaba la fiesta, y sé que no dudará en hacer una rabieta solo porque él platique conmigo, ya he visto muchas de sus rabietas y no puedo permitir que la fiesta se arruine por el temperamento de una adolescente mimada -Ok, pero ve con ellos, y hablamos al final de la fiesta- termino aceptando sacando mi tarjeta y entregándosela a él -Ahora ve a la fiesta y se tan encantador como siempre- le sonrío esperando a que haga caso de mis instrucciones.
Yo retomo mi trabajo, creo que acabo de aceptar una locura solo por mantener mi buena nombre en cuanto a mi trabajo se trata.

En el pasado no me gustaba provocarla porque no quería que malinterpretara mis acciones, no soy un tipo tan cruel después de todo. Pero ahora tengo claras mis intenciones con ella y por eso disfruto el molestarla un poquito, aunque claro, está siendo un poco difícil porque ella no sé si me sigue la corriente o está coqueteando también.
-Es verdad, entonces hagámoslo fuera, ¿qué te parece? -soy insistente porque ella no se ha negado tan claramente. Vamos, ella está sonriendo y no recuerdo que tuviera tan linda sonrisa.

Solté una risa y asentí, eso fue algo rudo pero honesto, me gusta que ahora no sea tan tímida y diga lo que piensa.
-No recuerdo que fuera parte del acuerdo -miento pero ella lo sabe, porque no lo he dicho en serio- lo siento, lo siento, tal vez fui demasiado directo, ¿puedo intentarlo de nuevo? -me alejé de ella y suspiré cuando se negó, creo que aunque ella también parece coquetear conmigo al final se negará. ¿Es por su trabajo? Debe ser muy seria con eso, ahora que recuerdo entró al camerino super autoritaria- ¿ni un poco interesada? -hice una carita de decepción. No me puede decir que no si se nota que lo disfruta, porque no es por presumir pero si un chico tan guapo le coquetea cualquier chica cedería, aunque tal vez ella es más seria con esas cosas. Pero no es que yo busque un acostón y ya, me gusta pensar que las cosas pueden ir más allá si ella lo permite, y usualmente las mujeres son las que me marcan el límite hasta donde puedo llegar y lo acepto. ¿Ella de cuál será? ¿La que quiere algo casual o algo formal?

Mi traviesa frase funcionó y sonrío amplio cuando acepta, mimaré a esa chiquilla de más solo para agradecerle que sirviera como excusa.
-Claro que sí, señora -hago un saludo desoldado y me alejo riendo hacia donde están las niñas. Ella dijo que soy encantador, o sea que todavía le puedo gustar, no sé si mucho o poco pero me dio su tarjeta, bien pudo amenazarme o decirme que me perdiera y cumpliera con mi trabajo, pero siguió el jueguito y ahora saldremos después de la fiesta, porque sí, la haré ir conmigo a cenar.
Llegué donde las chicas y las saludé sonriente, la cumpleañera se pegó a mí de inmediato y me porté como el galán de película que seguro cree que soy, es su cumpleaños y pues nada me cuesta ser su príncipe por un par de horas.

Así estuvimos un buen rato, platicando y  riendo por bromas tonta, muchas de ellas son tiernas porque empiezan a comportarse como adultas maduras solo para impresionarnos. Pero están muy niñas para mí, creo que solo uno de ellos no se vería tan mal al lado de la más grande pero el resto... Lo peor es que son demasiado atrevidas, y usan cualquier excusa para restregarse contra nosotros. Pero me mantengo encantador y al margen, el papá me está mirando y le sonrío también, no sé por qué me ve mal a mí si la que está como loca es su hija, usted la educó, pff.
Hicimos una presentación más y luego de unas fotos por fin pudimos ir al camerino a tomar aire. Ellas continúan en su relajo pero nuestro tiempo acabó y somos libres.
-Yo no iré a cenar, tengo una cita -tomé mis cosas y luego de despedirme salí al pasillo. ¿Será que ella terminó con sus cosas? Ya no había nada qué hacer, ¿o sí?- ¿qué te parece ir a cenar para celebrar nuestro gran trabajo? -al escuchar su voz no fue necesario preguntar por ella- ¿has terminado? Si quieres puedo esperarte, tú también debes estar hambrienta, te vi trabajar muy duro -sí, la estuve viendo en la fiesta cada que podía, supongo que por eso la niña era cada vez más encimosa.

Me río por su respuesta, creo que él sabe muy bien como evadir casi cualquier respuesta negativa.
-Vaya, eres un hombre muy proactivo- comento como si fuera un halago, y supongo que lo es. Incluso me río porque en general cuando rechazo a alguien, es muy sencillo mantener todo al margen. Pero sin duda con alguien como él, es mucho más complicado. Es un hombre seguro y sabe que es apuesto. Ya es complicado encontrar a hombres con tal seguridad, y que no parezcan unos idiotas egocéntricos. Pero creo que es obvio que he evadido su pregunta. Vamos no debería insistir tanto, porque aun si acepto, porque vamos, claro que no soy indiferente pero sé que al final no pasará nada, porque inevitablemente el recuerdo de Salem me hará sentir mal.

-¿No lo viste en el contrato?- comento bromeando un poco con el asunto, pero es un hecho que si les pagan para venir a una fiesta, es porque deben convivir al menos con la persona a la que se celebra -vale, inténtalo de nuevo- esto no tiene nada de malo, no puedo solo cerrar mi vida a otras personas. Tal vez al menos debería intentar demostrarme que mi vida tiene que seguir. Solo una noche de diversión, de desahogo, eso no debería ser un problema.
Me río por su pregunta y ese gesto que pone, en serio que este hombre es bastante decidido.
-Creo que si somos sinceros, claro que tal vez hay un poco de interés- no lo niego, porque es obvio que si sigo aun en esta conversación y riendo por sus variadas maneras de evitar mis intentos de terminar esto. Claro que hay algo de interés pero a veces es mejor dejar que el misterio se mantenga y no terminar con la una decepción sobre un amor de secundaria- por un momento dejo escapar una sonrisa coqueta, pero supongo que al final me he dejado atrapar un poco en su juego.

Es un poco bobo, pero aun así vuelvo a reír mientras se aleja para ir a pasar el tiempo con la festejada. Yo obviamente regreso a mi trabajo. De vez en cuando, al pasar por donde ellos están lanzo una mirada. Puedo notar las intenciones de la joven. Es interesante las cosas que dan seguridad a las personas. Kurt, es un chico muy seguro, pero eso viene muy de la mano de que sabe muy bien lo puesto que es, la chica de la fiesta, ella tal vez no gana seguridad de su imagen, es más por el dinero de su familia, otros saben muy bien de su encantadora personalidad, Kurt también tiene algo de eso. Yo me baso en mi esfuerzo, aprendí a dejar de vivir para complacer a otro y dedicarme a mi. Fue complicado cambiar era una niña insegura, asustada y complaciente aun si eso significaba mi propia humillación. Tal vez si aun conservara un poco de eso, habría tenido un poco de valor para aceptar lo que Salem decía, tendría un espíritu más romántico, pero creo que nunca aprendí a encontrar un equilibrio en eso.
La fiesta pasa con toda normalidad, nada grandioso para rescatar, realmente si no fuera por lo mucho que los padres han pagado por esto, yo me habría negado. Pero una empresa no solo crece con eventos glamurosos, sino que algo como esto, donde los padres pagan lo que sea para conseguir lo que su hija caprichosa desea.
La gente comienza a irse, y es el momento cuando siento que me puedo relajar un poco.
-Amm Kurt- digo su nombre cuando aparece y miro un poco a mi equipo de trabajo, no son las personas mas discretas. Ultimamente no sé que imagen tienen de mi. Primero me vieron iniciar una relación con el apuesto rubio en aquella salida, para luego un día aparecer a otro hombre llegar al trabajo diciendo que tenía una sorpresa preparada, y ahora ver que iré a cenar con Kurt. Siempre ven que llega un hombre a mi vida, y dan por hecho que estoy con él hasta que aparece alguien más. Pero no voy a ponerme a contarle el estado de mis relaciones -Amm, verás, yo aun no termino- le explico con calma, pero es un poco pesado sentir las miradas.
-Jefa… la buscan- uno de mis empleados se acerca, y mira a Kurt, no le ha importado interrumpir, creo que tiene un pequeño enamoramiento conmigo.
-Si no te molesta espera, trataré de darme prisa- me alejé para ir a ver a los padres de la chica. Hablamos un rato, puros formalismos, pero es lo que hay que hacer para conservar los clientes. Al terminar me encargo de organizar las cosas que faltan, porque no solo se trata de que la fiesta acabe y ya, luego hay que ver lo de la limpieza, algunos daños que pudieron causar los invitados. Por eso soy de las ultimas personas en irme, y es cuando veo a Kurt.
-oh, no te has ido- estaba tan en lo mío que me olvidé un poco de él -lo siento, se me fue el tiempo- me quito el audífono de mi oido -Amm, tengo una idea- le indico que me siga, mientras caminamos, voy indicando a las personas que quedan que se pueden ir y que han hecho un buen trabajo y llegamos a la cocina -Yo te invitaré la cena- comento porque él ha esperado y tengo que compensar un poco mi descuido.

Creo que mi sonrisa ahora es bastante grande, porque aunque ya casi lo sabía, ella confirmó que aún le intereso.
-¿Un poco? -me reí y asentí, tal vez tiene razón en eso de dejar las cosas como están y no introducirnos más en el otro. Si yo hubiese dejado las cosas como estaban con Aimi, seguro que no estaría sintiendo esas punzadas en el pecho cada vez que la recuerdo, ni me sentiría tan incómodo cuando pienso que la razón por la que no me habla es ese ñoño sin encanto. Pero también soy de la idea que las cosas suceden por algo, tal vez por eso me va tan mal con las mujeres, me ilusiono muy fácil y comienzo a pensar en lo grandioso que sería si algo pasara.

Cuando me acerqué a Sora la miré con mi gran sonrisa, creo que todavía no se desocupa, debe ser todo un lío encargarse de un evento así de grande. No sé exactamente a qué se dedica pero para ser una fiesta de una chiquilla fue algo exagerado. Pero deben ser gente importante, hubo mucho derroche de dinero.
-Oh, está bien puedo esperarte -la miro un poco confundido, no se arrepintió, ¿cierto? No dejaré que me dé una excusa pero si se pone en un plan muy negativo, supongo que tendré que aceptar ese no.
Su empleado interrumpe y ella me pide que espere, y si ya estamos aquí no veo por qué no hacerlo, así que asiento y le sonrío para luego quedarme de pie mirando cómo dirige las cosas. No lo había notado pero sus empleados nos estaban mirando, ¿será que nunca la habían visto salir con alguien? ¿Lo contrario? ¿Es porque soy muy llamativo? Me crucé de brazos y fui a un rincón donde no estorbara. Me senté en una banca y saqué mi teléfono para matar el tiempo. No me dijo cuánto pero si me pidió esperar creo que tratará de ser rápida.
Llamé a mi madre para decirle que llegaría más tarde y me dijo que mejor recogiera a Daiki mañana, y después me quedé jugando un poco más. He abierto mis mensajes en cuanto me aburro del jueguito, Aimi no volvió a escribirme y yo no sé si debería hacerlo. No, no, en este momento no, estoy por salir con otra chica. ¿Ella se enojaría si se enterara...? Na, qué va, yo creí que le gustaba pero creo que su amor por el ñoño la tiene completamente dominada y por eso no me dio nunca una respuesta.

Me levanté y comencé a caminar de un lado a otro, ella está tardando mucho pero cuando la veo aproximarse, me detengo y sonrío.
-Pues... ¿sí? -espera, ¿eso qué fue? No me digas que a estas alturas me dirá que mejor no porque sí me molestaría un poco, o mucho- descuida -creo que estaba muy ocupada, además me ha dicho que tiene una idea y comenzamos a caminar. Ya están terminando todo y las personas comienzan a irse- ¿de verdad? Está bien -hemos entrado a la cocina y me siento confundido, ¿cenaremos aquí? Bueno, mientras estemos a solas no importa el sitio- ¿me harás la cena? -dejo mi guitarra recargada en una esquina y me acerco a ella- ¿entonces nos quedamos a solas? -me incliné hacia ella y le sonreí, aunque seguro solo cenaremos pero si las cosas salen bien, podríamos vernos otro día.

Niego levemente con la cabeza, tal vez no debí admitir que puedo tener un poco de interés porque ahora he alimentado su ego. Obviamente estoy correspondiendo en cierta medida a su coqueteo. ¿Pero cuanto tiempo debo esperar para seguir con mi vida? no quiero pasar mis días culpándome por dejar a Salem y pensando que no debo salir con alguien más por respeto a él. No hemos separados y me hago responsable de haber tomado la decisión, pero tal vez es momento de que deje de castigarme y solo intente volver a disfrutar de algo más que solo trabajar. Si, inevitablemente, al pensar estas cosas siento culpa, siento que no merezco hacer algo así por él daño que le he causado a Salem, pero haciendo eso no arreglo nada, solo me encargo de hacer mi vida desagradable.
-Si, un poco- confirmo tratando de controlar mi sonrisa, no quiero parecer alguna de las chicas de la fiesta.

Me siento apenada de que haya tenido que esperar tanto. No estoy acostumbrada a que alguien espere por mi, por eso ser de las ultimas en irme es algo normal, porque incluso quiero asegurarme de que todo se haga eficiente, incluso la limpieza. Además como jefe, tengo que da un ejemplo a los demás.
Mientras avanzamos doy buenas noches a los que se están yendo.
-Si, a veces lo hago sola cuando es muy tarde - a veces hasta me olvido de comer algo y por eso en cuanto el trabajo termina, me hago consciente del cansancio y del hambre. Creo que tengo un problema en cuanto a trabajo se trata, pero nunca he hecho nada por cambiar eso, tal vez lo resentiré en algunos años, pero por el momento creo que todo está bien.
-Claro- le pregunto. La cocina es muy grande, todo el equipo profesional y tiene prácticamente de todo lo que se le pueda ocurrir -Si. Bueno, solo en esta área y la de el salón, a esta hora ya nadie viene para acá- le explico mientras busco algunas cosas para cocinar ¿que te gustaría?- le pregunto.
Busco los ingredientes necesarios y comienzo a cocinar. Soy algo así como el prototipo de la mujer “ideal”, la abuela deseaba compensar el hecho de tener una madre extrajera, y por eso desde pequeña se encargaron de que tomara clases de cocina, costura, pintura. Bueno, básicamente todo lo que tendría que saber una buena esposa. Y no lo practico mucho, solo para mis desayunos, pero por lo general prefiero comprar comida.
-¿Y como has estado? ¿estás en otra banda?- comienzo a hacer platica para que no se escuche solamente el ruido que hago al cocinar.
Al menos ya me he calmado un poco, los nervios por verlo al inicio fueron muchos, pero he cambiado en estos años y soy una persona más segura en muchos aspectos. Así que no me dejaré intimidar por "mi amor de la secundaria".

Mmm parece que está acostumbrada a esto, pero no importa, tampoco es como que busque exclusividades de su parte, estoy más que satisfecho con haber recibido una invitación.
-Ya veo... eres muy trabajadora -hago el comentario como cumplido mientras me paseo por la cocina, parece que está cansada, me siento hasta un poco mal de que ella tenga que cocinar para mí- mmm ¿tal vez pasta? Algo rápido estaría bien -no se me ocurre algo más, yo ni cocinar sé y mi madre es muy meticulosa para eso, pero viviendo solo podría sobrevivir con comidas del mini súper.
Me siento a esperar y la observo moverse por la cocina. Ella sigue siendo pequeña pero con esa expresión tan determinada se ve muy madura y hermosa, así que he terminado sonriendo. No debería hacerme muchas ilusiones, siento que hasta me invitó más como disculpa que porque realmente quisiera pasar tiempo conmigo, pero por algo se empieza, ¿no?
-Oh no, qué va, yo ya no me dedico a la música -me he reído pero mi respuesta salió con un poco de desgano- pero estoy bien, tengo un trabajo estable y no me puedo quejar -me encojo de hombros y me levanto para ir cerca de ella- ¿quieres que te ayude en algo? Es que solo verte como que no me gusta -al menos a poner los platos o algo así, tampoco es que sepa cortar verduras bien o esas cosas- ¿tú cómo has estado? Parece que te va muy bien pero... ¿qué hay de tu novio? ¿Tienes alguno? -no quiero competir ya con nadie, suficiente el haber perdido contra ese tipo como para ahora meterme con una chica con novio. No soy un tipo super respetuoso, es más bien porque sé que al final siempre salgo perdiendo- oh sí, tengo un hijo, ¿sabías? -busqué su mirada para ver su reacción, esta es mi parte favorita de ligar con chicas, es como espantarlas al momento aunque no falta la que suelta un comentario muy falso como que... “qué lindo, me encantaría conocerlo” pero no es así- supongo que ese fue mi pase directo a la salida, pero no iba a ocultar la parte más importante de mí -no puedo decir que soy el padre del año, hay muchas cosas que me fallan aún y sin mis padres quién sabe qué sería de Daiki... bueno, no, seguro que no le pasaría nada, porque aunque no sepa muchas cosas yo lo amo y por él pude dejar mi más grande sueño.

Pasta para cenar, suena un poco pesado, pero tampoco es como que vayamos a ir a dormir en un rato, así que acepto. Busco las cosas que puedo usar, y solo tomo un poco para preparar mas o menos dos porciones.
Pongo el agua para la pasta y comienzo con lo demás.
-Oh, que mal- comento, recuerdo que era su vida, o tal vez así lo imaginaba yo -Diría que eso es grandioso si no sonaras como se te escapa la vida mientras me cuentas eso- me río por la respuesta que me ha dado de lo que hace. No suena mal, pero incluso eso no es para todos.
-Amm, si claro, podrías buscar algo para tomar- comento porque no tengo idea de que quiera, y así me ahorro el tiempo de ofrecerle lo que hay.

Sonrío cuando pregunta por mi novio.
-¿Crees que habría aceptado esto si tuviera novio?- le cuestiono, y me encojo de hombros -terminé con él hace poco- no pienso mentir sobre eso, no hay nada de malo en haber terminado una relación -¿Y tú? ¿sabes lo que es estar soltero?- pregunto con una sonrisa en mi cara.
Diría que eso me ha sorprendido, pero sería mentira, no es algo que pueda parece tan loco.
-No, no sabía- hace años que perdí el rastro de él -¿Por qué?- pregunto un poco perdida de lo que ha dicho, ¿pase a la salida? -pues cada quien tiene sus prioridades, tu un hijo, y yo mucho trabajo- me encojo de hombros sin darle demasiada importancia, porque no es como que esto signifique que vamos a tener una vida juntos y que seré una madre para su hijo. Solo vamos a cenar.
-¿Puedes pasarme los platos?- señalo de donde los puede tomar y cuando me los entrega sirvo la pasta para ambos -Es un poco sencillo, espero no sea insípido- comento dudando un poco de mis habilidades culinarias.
En el momento en que nos sentamos y ya no tengo en que distraerme, siento un pequeño golpe de nervios.
-¿no es un poco raro?- comento de repente, hablando sobre la situación -quiero decir tu y yo, se siente como una de mis fantasías de adolescente- río un poco por eso, por admitir que alguna vez fantasee con cosas como esta.

Solté una risa, pensé que no me prestaba atención y solo hacía preguntas para no quedar en silencio.
-Pues no es lo que siempre soñé, así que en parte tienes razón. Aunque no es tan malo, pero... digamos que yo no me veía como la mayoría de los adultos, sin embargo así fue y cuando creces debes pensar antes en tus responsabilidades -comencé a buscar algo para tomar, hay una variedad muuuy amplia, se nota que son gente de dinero, yo soy un tipo sencillo- ¿qué te gustaría tomar? -pregunto y agarro de lo que pidió, yo tomaré lo mismo que ella.

Empecé a reír, ¿en verdad luzco como un tipo que no puede vivir sin mujeres? Me va super mal con ellas, me encanta coquetear pero la verdad llevo muchísimo tiempo soltero.
-Vaya, pues qué bien que ahora no tengas novio, qué linda coincidencia -no sé si es imprudente para ella mi comentario pero no sonaba dolida por la ruptura, igual y ya estaba cansada de su novio y lo terminó- hace mucho que no tengo una novia, años -digo entre risas- y la última vez que lo quise me rechazaron -pienso en Aimi y suelto un suspiro. O sea ella ni me rechazó, creo que eso es peor.
Mmm, ella no ha reaccionado para nada como las demás, ¡me gusta! Aunque si no le importa es porque o busca algo de una noche, o de plano ni a eso llegaré.
-Ya veo, eres muy madura -sabe cómo ser clara que hasta duele un poquito- algunas mujeres llegan a idealizar a los hombres y digamos que “hijo” es de las cosas que más les espanta -me empiezo a reír y hago lo que ella me pide- está bien, ya te dije que como lo que sea, además huele delicioso -llevo nuestros platos y luego de sentarnos la observo. La esperé hasta que ella también se acomodara para dar el primer bocado, está rico.
Su pregunta me desconcertó de momento, pero después sonreí. Yo que pensaba que la cena se terminaría sin ningún progreso pero creo que ha bajado un poquito la guardia.
-¿Fantaseabas conmigo? -me río pero no de ella, sino por su mención y lo agradable que me resulta la idea- la verdad sí que es algo loco, pero me gusta. Tú me gustas -no la quiero ni nada de eso, tampoco me gusta como Aimi, a ella la quiero y creo que mis sentimientos son más complicados, pero si debo pensar en si Sora me gusta o no... pues sí. Es guapa, agradable, se nota que es una mujer totalmente distinta a la niña que recuerdo. Ese toque de misterio y elegancia alrededor de ella llama mucho mi atención- ¿qué otras fantasías tenías? Tal vez podamos hacerlas realidad -la miré fijamente y sonriendo, estaba tan impenetrable hace un momento que me gustaría ver un poco de esa Sora avergonzada, pero ahora tendría una imagen muy distinta a la del pasado.

Sonrío por su respuesta, es una respuesta sensata, algo que en realidad no esperaba de él, no lo sé, creo que lo veía como el tipo chico soñador e idealista, pero es bastante centrado, va a parecer tonto, pero ahora me parece un poco más interesante, ya no solo es la imagen del chico que recuerdo, es algo más real que puedo decir que me gusta de este Kurt.
-Vaya, eres todo un hombre maduro- comento con una sonrisa. Realmente sigo siendo muy “ñoña”, que lo que me resulte más interesante hasta ahora sea su sentido de responsabilidad… en serio, cualquier chica estaría de “es tan apuesto, me derrito con su sonrisa”, pero no, yo tengo que buscar lo más ñoño que puedo encontrar, que sea un hombre que toma consideración en sus responsabilidades -un poco de vino blanco- comento pues parece adecuado para acompañar la sencilla pasta que estoy preparando.

El que ría me hace sonreír ligeramente.
-Que curioso, entonces tu tampoco tienes novio - comento jugando un poco -¿En serio? - es un poco difícil de creer, pero ya estamos cenando, no creo que sea tan tonto como para pensar que mentir con decirme que no ha tenido novia en años, le ayude a ganar puntos, así que supongo es la verdad -Así que rechazado. Si que han cambiado las cosas en estos años- comento, porque aunque sigue siendo muy atractivo, creo que lo veía tan idealizado, pero es obvio, yo era una chica ilusionada.
-Gracias- contesto con una sonrisa cuando dice que soy madura, si, de nuevo es la clase de cosas que me gusta escuchar -oh, bueno tal vez es porque yo no soy una mujer idealista, eso no suena tan bien- río de mis palabras, porque hasta podría sonar pesimista, pero no es así, prefiero creer que soy una mujer ambiciosa que se basa en la realidad para conseguir avanzar.
Comenzamos a comer, y el vino agrega un agradable sabor a la comida, hace que no se sienta tan simple lo que he preparado.
Me río sintiendo con la cabeza.
-¿De verdad te parece sorprendente? medio colegio lo hacía- comento para que vea que no es tan raro que yo lo hiciera --Gracias, tu también a mi- admito, ya que él ha sido sincero.
Tomo un trago de vino luego de que él hace esa otra pregunta.
-Pues no de las que te gustarían, en realidad eran fantasías muy ñoñas. Ya sabes, el típico “de repente el descubre que me ama y deja a su novia para estar conmigo”, vamos, sabes que era esa clase de chica, así que de algún besó de historia de amor, no pasa- río de nuevo al recordar eso, yo realmente estaba muy enamorada de él, era una fantasía de novela romántica en todos los sentidos -si, como el típico cliché de la chica rara y no tan linda enamora al chica que todas desean- me encojo de hombros y llevo un poco de comida a mi boca.