coco café )Nico(

Voy un poco tarde al trabajo, seguro me regañan de nuevo, pero al menos aun no me han despedido, es mi cuarto empleo en la vida. En los primeros fui un desastre y me rendí con facilidad, pero esta vez me propuse a hacerlo bien.
Miro la hora en mi celular, y pienso que si no hubiera dicho a mis padres que no necesito chofer, al menos llegaría a tiempo, pero eso mostraría debilidad en mis propósitos.

Llego corriendo y me voy directo a los vestidores a dejar mis cosas, ya traigo el uniforme, así que al menos en eso no perderé tiempo.
-Tarde de nuevo- dice mi superior riendo un poco, la verdad es un chico bastante agradable, muchas veces me cubre para que no me despidan, y aunque siento que coquetea a veces conmigo, es bastante cuidadoso en su trato conmigo. creo que por eso he aguantado en este trabajo, si rompo algo o me equivoco en el pedido de alguna cuenta el suele salir en mi defensa. Al menos creo que ya cometo menos errores.
--Lo sé... había trafico- miento porque la verdad me entretuve haciendo algunos dibujos en el parque que me queda de camino.

Sin mas dilación me pongo a atender la zona de mesas que me corresponde.
-Por fin llega la Princesa- comenta molesta mi compañera, pues me ha tenido que cubrir.
-Gracias por tu ayuda Rin- digo tomando la hoja donde anotó el pedido de la ultima mesa en la que estuvo.
La tarde comienza a pasar, y ha sido un día un poco pesado. De nuevo pienso en que si llamara al chofer podría ir directo a casa, con el clima que hay no me dan ganas de ir a tomar el subterráneo.
-Se que puedes- me trato de animar a mi misma -claro que puedes, hoy no has roto nada- dice una voz burlona, se trata de Tao, mi superior -No te hagas ilusiones aun falta un poco más para cerrar- Escucho la campana de que alguien ha entrado y me giro para ver que es un grupo de chicos, pensaría que eso es bueno, los chicos suelen dejarme mejores propinas, pero deja de importarme cuando reconozco a alguien de ellos, bueno a dos, uno es un cliente mas o menos frecuente, pero el otro es justamente Nico.
-Por favor que no se sienten en mis mesas, por favor- hago una plegaria en voz bajita.
-Tienes que ir a atender- Me dice Rin cuando yo me he quedado estática en mi lugar.
Suspiro, tomo los menús y camino a la mesa.
-Buenas noches, bienvenidos al coco café, mi nombre es Kajsa y los estaré atendiendo- les digo el discursito de siempre dejando los menús frente a cada uno de ellos.
-Hola, Kajsa, yo quiero un chocolate blanco caliente-[/color] me dice el que es cliente frecuente.
-Claro, como siempre, ya lo he pedido a la cocina- sin más solo me alejo de la mesa para dejar que los demás escojan lo que desean. Mi sonrisa se borra solos darle la espalda, y camino a la cocina y no no había avisado a la cocina, pero uno siempre queda mejor si dice esas cosas.
Entro a la cocina para pedir el chocolate del chico.
-¡Un chocolate blanco!- aviso mientras me acerco a la computadora para meter en el sistema el consumo de la mesa.

kajsa:

Salí temprano del trabajo y terminé yendo con un compañero y sus amigos a un café, siento que quiere que socialice, siempre me dice que soy demasiado serio y constantemente intenta llevarme a sitios llenos de gente. Pero no me molesta, es extraño porque no tolero a la gente así de invasiva, pero es verdad que necesito comenzar a forjar relaciones para ser solicitado y él lo hace de manera honesta. He dejado mis trabajos de medio tiempo y entré a una compañía pequeña gracias a una recomendación, así que tengo un poco más de tiempo que antes, pero también más responsabilidades. 
 
Llegamos y mientras entramos tengo el teléfono en la mano para avisarle a Aimi que saldré con mis compañeros, no es que necesite saberlo, pero creo que nuestras conversaciones son así de predecibles y cotidianas. A veces me pregunto si está bien esto, no hemos cambiado nada y tampoco se siente diferente de cuando no habíamos salido. 
Mis pensamientos se dispersan cuando escucho esa voz familiar seguida de su nombre, no fui discreto y la miré sorprendido, porque casi parece un sueño raro. 
-Gracias -ella no dijo más, ni siquiera saludó… pero lo comprendo, no terminamos muy bien y hace mucho que no la veo. Estoy sorprendido por encontrarla aquí, trabajando en un café, no sé si pertenezca a su familia, pero no creo que tomara el puesto de mesera incluso por eso. ¿Pasó algo malo acaso? Estoy preocupado, sé que es raro, de hecho debería evitarla tanto como ella lo hizo. 
 
Pedí un americano y un postre recomendado por mi compañero, pasamos la noche platicando y a cada tanto terminaba buscándola con la mirada, aunque no a propósito. Dividimos la cuenta al terminar y nos levantamos para irnos, es muy tarde ya. 
-Lo siento, debo ir a otro lado, que se diviertan -no planeaba acompañarlos después, pero ahora me quedé afuera esperando a Kajsa, creo que sería peligroso si ella camina sola- ella no caminaria sola a esta hora -me reprendo- ¿por qué compré esto? -miro la bebida caliente en mi mano y suspiro, estoy haciendo algo innecesario. Pero cuando ella salió, ya era demasiado tarde para arrepentirme e irme, por eso caminé hacia ella y estiré mi mano para ofrecerle la bebida- para ti -estoy un poco emocionado, debe ser porque no esperaba verla de nuevo. 

Nico:

Cuando tengo el chocolate, regreso a la mesa.
-¿Listos para ordenar?- pregunto de nuevo con esa sonrisa en mi rostro. Anoto el pedido de cada uno y a toda costa evito el contacto visual con Nico... Takabe.
-En un momento estará todo listo- regreso a la cocina para dejar el pedido y regreso a la computadora.
-¿Todo bien? te ves tensa- Tao se acerca a mi, tiene un gesto que creo es de preocupación.
-Claro, solo un poco cansada- esbozo una sonrisa algo forzada.
Atiendo otras mesas y solo me dedico a mi trabajo, les llevo la cuenta cuando han terminado y solo agradezco que llegara a su final este momento. Creo que es obvio que lo nuestro quedó en el pasado.
Poco a poco el lugar queda vacío, limpiamos como siempre todo antes de salir.
-Ya no somos parte de la vida del otro- me digo al estar sola en el vestidor. Tomo mis cosas y me pongo mi chamarra para salir.
-¡Hasta mañana!- digo fuerte a todos en tono de despedida y salgo por la puerta.
Es cuando lo veo, de nuevo, ¿por qué no se fue? ¿lleva todo este rato esperando?
Muerdo mi labio y estiro mi mano para tomar ese lata de café.
-Gracias- es un momento incomodo y aun así no busco la manera de romperlo. Juego con la lata en mis manos. Miro la calle, esta algo vacia.
A veces Tao me acompaña, mis compañeras y compañeros de trabajo y a veces algún cliente que ha decidido intentar coquetear conmigo, aunque suelo rechazarlos, pero la verdad pocas veces son contadas las veces que me voy sola -Tal vez es mucho pedir, pero ¿me acompañas a la entrada? parece que Tao se quedará tarde y los demás se han ido ya- bueno, si ya está aquí no creo que sea tan malo solo caminar unas cuadras juntos -¿Como has estado?- siempre lo evito, antes iba a cada lugar donde sabría que estaría. Dejé de hacerlo, de llevarle latas de café... solo pienso que era una idiota ilusa en ese tiempo.

Hay mucho silencio y poca gente en la calle, no sé cómo entablar una conversación y siento esa distancia enorme entre nosotros. Ella luce diferente, se ve más tranquila que antes y con mayor confianza, y yo he cambiado también, no sé si ahora podamos siquiera pasar del saludo.
-Sí claro -¿Tao? ¿Es su nuevo novio? No es que sea de mi incumbencia, pero ya que ella lo pide, no dudo en aceptar acompañarla, solo será un momento- bien, de hecho -he sonreído, porque ahora podría decirse que tengo un buen momento, estoy por titularme y ya tengo un trabajo casi asegurado- ¿tú cómo estás? Me sorprendió verte aquí -podría visualizarla donde sea menos aquí, porque ella era una niña privilegiada que nunca tuvo interés por algo tan sencillo como un trabajo de medio tiempo, además parece que tomará el transporte público, eso… es un cambio muy radical.
Es raro caminar al lado del otro luego de tanto tiempo, tengo muchas cosas que quiero preguntarle pero no sé si ella estará incómoda con eso. Con Kajsa nunca tuve cuidado de lo que hablaba y me doy cuenta que eso fue lo que fraccionó nuestra relación.
-Así que… ha pasado bastante desde que te vi -no sé cómo abordarla, no quiero terminar discutiendo de nuevo- te ves bien… linda, me refiero. En todo aspecto también -mi expresión no cambia pero mis palabras confusas me han hecho sentir avergonzado.

Sonrío porque acepta acompañarme, no me gusta caminar sola por la noche, no vivimos en un mundo tan civilizado como para que pueda hacer algo como eso…
-Gracias- podría decir que Nico ya no causa un efecto en mi, pero estaría mintiendo, solo creo que he dejado de ser la niña ilusa de ese tiempo, que con solo verlo le temblaban las piernas. Pero en mi pecho mi corazón me traiciona acelerando su ritmo por pensar que pasaremos uno poco más  de tiempo juntos [color:2494=669900]-Me alegra escucharlo- no sé nada de su vida, solo decidí arrancarlo de tajo, no podía vivir de esa manera, Zhi me enseñó eso. De no ser por Zhi, seguro que luego de esa noche en aquel antro… luego de mandarle ese mensaje diciéndole que lo amaba, lo habría ido a buscar, pero no se como sentirme con esto de que mi corazón siga emocionado solo por verlo.
-Ja, si, lo sé- nadie lo habría esperado nunca, mis “amigas” han comenzado a rechazarme por el cambio que he tenido, he armado batallas campales en casa por la manera en que me estaban usando como un objeto para hacer una alianza con otra familia, casándome a la fuerza. Creo que ese tema ha hecho que mis padres se sientan culpables, porque creo que así como me pasaba a mi, su pensamiento no visualiza las cosas de esa manera, pero desde entonces me he ganado mayor libertad, incluso mi padre ha sugerido que yo tengo talento para hacerme cargo de la empresa. No sé si me interesa, pero se siente bien que no quiera encontrarme un esposo para que haga eso -Solo decidí salir de mi burbuja- comento como si eso bastara para explicar el porque ahora trabajo.
Caminamos uno al lado del otro, pero no hablamos mucho, supongo que luego de tanto tiempo es complicado saber que decir. Ya pasó suficiente tiempo como para que me ponga a reclamarle sobre nuestra relación.
-Cierto, tiene mucho- suspiro recordando aquellos audios que le mandé… solo pensarlo me siento tonta, además de que luego no me negué a nada de lo que pasó con Zhi, solo me doy cuenta que tal vez mis sentimientos no eran tan fuertes como lo pensaba, solo una niña tonta e inexperta que se ilusionó y que prácticamente creía en los cuentos de hadas -Ah, gracias, tú te ves bien también- en mi estomago se han desatado las mariposas -Sabes, esto me hace recordar cuando me declaré aquella noche… no me gustaba el café, pero comencé a tomarlo porque siempre te dejaba esas latas, ahora creo que soy un poco adicta- me río por ese pequeño detalle y abro la lata que me ha dado.
-Esto es incomodo ¿cierto? - suspiro y me detengo -cuando me viste ahí adentro ¿no pensaste que me tropezaría con la charola o que comenzaría a decirte cosas? - me río recordando mi torpeza -Tao dice que soy la persona más torpe que ha conocido, pero nunca me vio en ese tiempo, seguro se sorprendería de el desastre que podía ser.

La conversación es muy incómoda, pero el que ella se exprese así de sí misma me sienta muy extraño. No luce molesta ni inconforme cuando lo dice, y eso me alegra.

-Ah, cierto -lo recuerdo, y cuando vi la lata en mi mano fui consciente de la coincidencia. He sonreído porque me doy cuenta del tiempo que pasó y todo lo sucedido, fue muy difícil acoplarnos y ahora estamos aquí, siendo extraños que comparten la ruta de vuelta- no deberías consumir tanto, puede afectar tu salud -es un consejo extraño, no soy una persona tan saludable, pero recuerdo que ella lo era- aunque pareces menos estricta contigo misma -cuidaba lo que comía, cómo vestía y todo a su alrededor, si verla era agotador, no imagino el tener que ajustarse a esa rutina.

Cuando se detiene doy un par de pasos más y lo hago también, entiendo lo que dice pero curiosamente, no es lo que había pensado. Creo que el impacto fue tanto que me olvidé de muchas cosas.
-No, en realidad estaba sorprendido -creo que mi imagen siempre fue algo mala para ella, no entiendo cómo es que tardó tanto en terminar- fue raro vernos en la posición del otro, ¿no crees? Además fuimos como dos extraños, como si ya hubiéramos superado esa etapa -y de nuevo menciona a ese chico, supongo que será su novio o el chico que le gusta, para ella es importante la opinión de quienes quiere- pero estoy feliz de verte, y también de ese cambio que pareces tener -estoy diciendo demasiado- ¿ese chico es tu pareja? -hay un parque cercano, ¿estaría mal charlar un rato?- ¿quieres sentarte? Aunque debes estar cansada -quiero extender el tiempo con ella y no sé para qué, no es que vaya a ocurrir algo, solo debería limitarme a acompañarla.

-¿Tú crees? pero me cuesta no tomar al menos uno en la mañana para despertar- digo como si fuera algo que no podré controlar -No que va, ahora con el trabajo, tengo que cuidarme más, los horarios vuelen complicado poder cuidarme, la alimentación es muy complicada cuando trabajas en un lugar así con tantos postres a la mano- suspiro por un pequeño antojo que he tenido, pero debo ser fuerte, ya que no puedo solo comer lo que sea, me gusta mantenerme en forma y cuidarme, aunque ahora me permito uno que otro pecado de vez en cuando, muy diferente a como era antes que muy pocas veces aceptaba cosas así.

-Si, supongo que si, el tiempo ha pasado- yo la mesera y él, el cliente, pero obviamente ni de cerca siente lo que yo sentía en ese tiempo, solo ha sido una coincidencia -De cierta forma lo somos- dos desconocidos, pensar eso me duele un poco, pero intento no demostrarlo -Ja, si, me tocaba cambiar. Fue como chocar de frente contra una pared- lo de Karin y Aaren, ver lo egoísta que siempre era, lo de Salem y luego Zhi, todo eso me ayudó a abrir los ojos -¿Quien? ¿Tao? jaja, no, es mi superior- aclaro, ¿pero por qué le interesa? no, no me debo hacer ideas -Oh si, así podría tomar el café- estamos cerca del parque y terminamos caminando hacia una banca. Tomo un trago de café -¿Quieres un poco?- le ofrezco pero solo por un momento miro sus ojos y siento ese palpito intenso en mi pecho y termino tropezando, por suerte ya estamos cerca de la banca así que solo me detengo de ella y comienzo a reir.
-Parece que hay cosas que no cambian- trato de tomarlo con humor, pero darme cuenta que él y solo él me ha hecho sentir de esta manera. Ya no soy una ilusa, he tenido experiencias, no solo con Zhi, he conocido a más hombres, he decidido disfrutar y no pensar en guardarme para el hombre indicado o esas cosas, Pero nadie en este tiempo me ha hecho sentir tan nerviosa como él. Me siento y tallo un poco mi tobillo, me lo he lastimado un poco -que boba ¿no? - suspiro forzando una sonrisa.

Me reí por cómo lo cuenta, y también porque puedo entenderla, es imposible ser indiferente a la comida en esa clase de trabajos; había días en que me iba directamente del trabajo a casa, y por las tardes a poco de irme, mi estómago comenzaba a exigir cada postre o comida que olía, era una tortura.
-Tienes mucha fuerza de voluntad, yo solía darme un descanso para tomar aperitivos… claro que los pagaba -aclaro, porque aunque había ocasiones en que mis jefes nos ofrecían comida, la mayor parte del tiempo cada uno consumía de su cartera.

Sé que no tengo el derecho de ofrecerme para que pueda contar si es que algo le preocupa, ahora somos extraños que se conocen, no puedo traspasar esa línea que nos divide y verla desde el otro lado es difícil.
-Todos cambiamos, y no es malo madurar -no sé si a eso se le llame madurar, porque ella aunque era una chica caprichosa, siempre fue responsable con sus obligaciones. Era entregada y apasionada, y eso me gustaba de ella- ah, lo siento -creo que suspiré aliviado cuando respondió, pero si hago énfasis en ello puedo crear un malentendido. Pero sí, supongo que no me puedo mentir y decir que me da igual, porque me he sentido bien porque ella no está saliendo con esa persona.

Llegamos al parque y antes de sentarnos me ofreció de la bebida, es raro pero asentí, y antes de tomar la lata ella tropezó. Me moví por inercia para sostenerla, pero no cayó así que simplemente terminé de agarrar la lata, solo que no tomé.
-Sí, supongo -sonreí y di un trago, me parece linda su torpeza. Pero dejo de sonreír cuando noto que se ha lastimado, y recuerdo las veces que su torpeza la condujo por el mismo camino y yo solía regañarla. ¿Por qué lo hacía? Creo que por miedo a aceptar mis sentimientos y preocupación por ella- déjame ver -dejé la lata a un lado y me agaché para ver su tobillo, no tiene nada aparentemente, creo que solo quería tocarla un poco y en cuanto lo hago, mi corazón comienza a ir más a prisa- si te incomoda puedo llevarte a casa -eso sería un problema, ¿no?, pero es mejor a que le pase algo por no poder sostenerse bien.
Me senté a su lado, estoy observando mis manos porque no sé si decir todo lo que estoy pensando.
-Kajsa, amm --de verdad es difícil, pero creo que es mejor dar una disculpa tardía que no hacerlo- era muy duro contigo, y muy… amm, muy imbécil… -esto me mata de vergüenza- lamento eso.

-Ni tanta, ni tanta. A veces me atrevo a cometer uno que otro pecado- muerdo mi lengua en gesto travieso, pero si, aunque me sigo cuidando me atrevo a ser mas libre con lo que como, además que con trabajar ando de un lado a otro, no me hace falta un gimnasio, todo lo que camino y hago durante el día me basta.

-¿Y porque lo sientes?- pregunto un poco confundida por sus palabras, creo que no le encuentro sentido a que lamente que no salgo con Tao -¿Acaso quieres que salga con él? - pregunto pero obviamente solo estoy bromeando, porque algo así viniendo de él sería super raro.

Contengo el aliento cuando el toca mi tobillo.
-No es nada, solo me lo doblé un poco- le digo para que no se preocupe, pero no puedo ser indiferente ante su muestra de preocupación -¿podrías? debería de rechazarlo, porque siento que mientras más tiempo estoy cerca de él, regreso a ser la misma de antes -tus labios se ven bien con esta luz- ¿y a que viene eso? un comentario totalmente fuera de lugar.

Eso si que no lo esperaba.
-Oh… bueno, ¿y como te diste cuenta? - me río un poco tratando de tomar con humor las cosas -No tienes que. Sé que era exasperante y te sacaba de quicio con facilidad… aunque si, a veces fuiste un imbécil, pero yo también- era tan fácil terminar en una pelea, y no sé si podamos cambiar eso, ¿aunque por que pienso en eso? solo nos hemos encontrado, no significa nada.
-Sabes… amm, la ultima vez que nos vimos- ¿debería arriesgarme? -Tal vez podríamos terminar lo que empezamos en ese lugar- siento mucho calor y mi cara seguro debe parecer un tomate.

-No, ¿cómo? -mi respuesta fue inmediata, suelo tomar las cosas con calma pero ahora me apresuré- pues por si te resultaba rara mi afirmación, no sé -pero si lo pienso no es algo para estar pidiendo disculpas, así que quedé un poco como idiota.

Me sentiré más tranquilo y también comienzo a emocionarme, trato de no ser consciente de esa emoción porque no creo que conduzca a algo bueno.
-De acuerdo -su comentario es extraño, pero inmediatamente miré sus labios también y pensé lo mismo; no solo eso, toda ella se ve hermosa y no es precisamente por la luz- tú te ves linda también -creo que ser honesto es raro, porque aunque nunca negué que ella es hermosa, tampoco lo recalcaba, no soy del tipo que hace halagos a las chicas porque sí.
La plática se pone un poco seria, no sé si pedir disculpas en este momento fue lo ideal, puede que ella se moleste y aunque estoy tranquilo, Kajsa es capaz de disparar mis emociones y solo lo noto después de que ocurre.
-Amm, no es que de repente lo notara, es más como si fuese demasiado orgulloso para aceptarlo en su momento -me río y no niego lo que dice, ella también era necia y caprichosa, éramos una mala combinación y parece que actualmente ambos somos capaces de verlo. No sé si es porque Aimi es tan tranquila que me doy cuenta de lo tosco que fui con Kajsa, podría ser lo contrario, pero el drama que vivía con ella, de alguna manera, era una forma de darle color a mi vida. Qué ridiculeces pienso- ¿la última? Ah -fuimos interrumpidos, lo recuerdo, ¿pero por qué lo propone ahora? Y no le he respondido, solo me acerco a ella y la tomo del rostro para besarla y dejar atrás todas esas excusas autoimpuestas. Han pasado meses desde la última vez, y este calor intenso no es algo que pueda sentir con alguien más. Mi vida dejó de ser tranquila desde que ella apareció y es como si me hubiese hecho adicto a esa intensidad- es tan bueno como lo recuerdo -la frase salió de mis labios, con vergüenza y arrepentimiento, y para evitar más palabras irresponsables, la besé de nuevo.

Sonrío cuando me dice que me veo linda, no es mi mejor atuendo mi uniforme de trabajo, pero se siente bien que me lo diga.
-gracias- pocas veces obtuve de él alguna de esas palabras, así que es agradable que ahora lo diga así de repente, tal vez motivado por mis palabras, pero aun así es lindo.

Me río un poco por como describe lo de su orgullo y si, supongo que tiene sentido. ¿Pero que ha cambiado como para que ahora lo acepte? bueno, ya también he cambiado, aunque siempre acepté que era caprichosa, él punto era que no me interesaba cambiarlo, y ahora creo que mi vida tiene otras prioridades.
Me siento un poco nerviosa de que me diga que no, que me rechace o piense que ahora soy algo así como una mujer fácil. Pero si lo llega a pensar, creo que será mi señal para entender que lo nuestro no tiene oportunidad. Pero es que muchas veces los hombres se asustan cuando una mujer simplemente quiere ser libre.
Siento su mano en mi rostro y veo como se acerca, así que cierro los ojos aceptando su beso. Un beso que me deja sin aliento al separarnos.
-Si, lo es- admito cuando sus labios se acercan de nuevo pero no tardo mucho en separarme de nuevo -¿Vamos a mi casa o a la tuya?- si, no vivo sola, pero la casa es tan grande que se que cuento con bastante intimidad. Además no quiero que nos la pasemos dándonos besitos en un parque. Por dios el el chico por quien perdí la cabeza, mi primer amor, claro que quiero al menos saber lo que es estar con él.

Kajsa sí que ha cambiado bastante, siento que ella está como a diez pasos delante de mí y eso no sé cómo me hace sentir. Sé que yo también cambié, todas las cosas que vivimos me ayudó a abrir un poco más mi mente con ciertos temas, pero esto… es algo repentino.
-La tuya -pero no me niego, y tampoco puedo ofrecerle mi casa porque tan inconveniente para lo que evidentemente queremos- ¿pero eso está bien? Tus padres… ¿no están ahí? -sé que su casa es enorme- ¿o vives sola actualmente? -bueno… está trabajando, así que ya comprobé que independiente sí puede ser.

Nos levantamos para caminar hacia el subterráneo, he tomado su mano y terminamos entrelazando nuestros dedos. Esto es demasiado raro, porque básicamente pactamos tener sexo ahora, ¿no? ¿Pero es solo eso? También está el hecho de que de alguna forma estoy saliendo con Aimi, pero sé que nosotros no hemos cambiado y pareciera costumbre lo que nos condujo a estar juntos.
-Has cambiado mucho -no puedo evitarlo, tampoco me encanta y no quiero pensar en si este comportamiento en ella es recurrente, porque no quiero saber si además de mí, ella lo propone a otros con facilidad- no tienes novio, ¿cierto? aunque si tiene no sé si me podré retractar.

Sonrío cuando elige, así que me levanto para que retomemos nuestro camino. Mi tobillo molesta ligeramente, pero seguro que se pasa en cuanto se caliente un poco más el músculo.
-Que va, con lo que gano no me alcanza para pagar un lugar yo sola… ya busqué pero nada decente. Bueno no yo sola, mi hermana y yo, pero ganamos poco y entro eso y la escuela. No es lindo admitirlo pero aun no podemos sobrevivir sin la ayuda de nuestros padres. La universidad no es barata- confieso un poco decepcionada por pensar que aun me resta un largo camino por recorrer, pero al menos ya puedo conservar un trabajo -Pero no te preocupes, no hay problema con ellos a esta hora o ya están dormidos o tal vez de viaje, no lo sé- solo resto importancia a donde puedan estar mis padres, me he ganado ya cierto grado de libertad que saben que ya no me pueden quitar, porque armo todo un lío en casa.

Él ha tomado mi mano, es extraño caminar de esta manera, pero es algo que solo he hecho con él, y despierta cierta nostalgia.
-He tenido que hacerlo- por un momento me puse seria, pensando en mi hermana, siempre pensaba que bastaba solo con quererla para compensar todo lo de más. Pero por mi ineptitud la alejaron de la persona que ama, la encerraron como a mi, éramos presas en nuestra propia casa. Verla siempre sonreír me volvió una ilusa que prefería ignorar el sufrimiento ajeno.
-¿Novio? no- digo riendo un poco, ¿me ha seguido incluso pensando que podría tener novio, bueno que importa.
Tomamos el subterráneo, y casi agradezco que a esta hora vaya muy lleno porque así, aunque nos quedamos de pie, me puedo quedar muy cerca de él.
-Hueles rico- le comento en voz baja y si, me acerco más a él y lo abrazo, supongo que parecemos un poco una pareja de verdad.

Llegamos a la estación pero aun hay que caminar a mi casa.
-Hace meses dejé de usar el chofer, ahora siento que lo lamento- suspiro un poco pero al menos ya estamos en el vecindario -pero es agradable de cierta manera, me da un tiempo para pensar el caminar a casa- suspiro un poco mirando el cielo y seguimos avanzando.
Llegamos a la casa, pasamos la reja, y luego llegamos a la puerta principal. Hay muchas luces y al entrar veo que mi padre tiene algo así como una reunión, supongo que son socios de la empresa.
-Buenas noches- he soltado la mano de Nico.
-Hija… vienes acompañada- dice mi madre mirando sin mucho agrado a Nico.
-Si, siento no poder acompañarlos, pero tengo deberes que terminar- me excuso y empujo un poco a Nico para que avancemos a mi recamara.

Así que aún vive con sus padres, eso no me hace sentir seguro, ¿ella está bien con eso? Recuerdo que eran muy estrictos y controlaban sus salidas, ella ya no es una niña, pero a veces lo parecía por lo poco que conocía de la vida, pero creo que en este tiempo ha madurado más de lo que pensé.
-Entiendo eso, no es tan sencillo vivir solo. Pero has dado el primer paso que es conseguir un trabajo, eventualmente podrás hacerlo -yo tampoco me he podido independizar, las rentas y los servicios son caros y apenas si gano un sueldo, tendré que esperar otros tres o cuatro años para eso.

Esto es peligroso, si ella no sale con nadie ahora y tampoco se niega a que estemos tomados de la mano e incluso me insinúa querer tener sexo, ¿no es como si pudiéramos regresar? O tal vez es peor que eso y ella aprendió a relacionarse sin compromiso, y eso no me gusta, no quisiera saber que soy una persona más de su lista. Sé que es estúpido, pero ya no puedo decir que ella no es así, porque la Kajsa de ahora es desconocida en muchos aspectos.
-¿Ese chico de la última vez no es tu novio? Parecía que terminarían así.
Ella hace esos comentarios que suenan a la Kajsa torpe pero honesta, y le sonrío, me gusta saber que al menos físicamente le sigo pareciendo atractivo.
-Gracias -la he abrazado, es raro porque cuando estuvimos juntos, no me gustaba hacer esta clase de cosas con ella en público.

Ha comenzado a hablar más, parece como si el tiempo no hubiera pasado y eso me pone feliz. Ella cambió pero creo… creo que tal vez podría funcionar ahora. No, no lo sé, no puedo adelantarme y dejarme llevar porque tenemos un momento de paz, además ni siquiera me ha dicho que me extraña o algo que insinúe que espera que volvamos.
-Ya veo, Además, ¿no te ha hecho eso más independiente? Serlo no solo implica estar económicamente independiente de tus padres, sino tus decisiones personales y todo lo que conlleva, elegir cómo quieres llevar tu vida -no sé qué tan real sea esto por parte de su familia, va más allá de mi entendimiento y mi lógica, eso lo sé, y me doy cuenta que todavía estamos en situaciones muy distintas- espero que puedas elegir cada cosa que deseas -puede ser tarde para nosotros, no lo sé, pero la vida que tenía planeada y que pasaba por encima de sus deseos, tampoco me gustaría que le pasara.
Desde que llegamos a su casa me sentí incómodo, esa sensación de inferioridad y la distancia se hizo presente de inmediato. Entramos y para nuestra mala suerte hay demasiada gente, obviamente solté su mano y aunque suelo vestir mejor que antes, aunque estoy utilizando ropa formal y tengo el aspecto de una persona normal, aún así su madre me desaprobó en cuanto me vio.
-Buenas noches -no dije mucho porque Kajsa me hizo entrar- ¿está bien eso? -¿de verdad no le dirán nada? No es una hora como para tener una visita- tu madre no se veía feliz -es incómodo, y ella parece que todavía pasa de darle importancia a ciertas cosas. Cuando entré a su recámara sentí el nerviosismo, y dejé mis cosas a un lado y me senté en la cama, esto es muy raro, y pensar que sus padres están abajo tampoco disminuye mis nervios- en serio te volviste una hija rebelde.

-Es como mi tercer primer paso o cuarto…- admito pensando en mis trabajos anteriores -en el primero no aguanté ni un día… me sentí tan inútil y que no podría lograr. Me tuve que armar de valor para volver a intentarlo. No es nada lindo fracasar, pero creo que voy mejorando- no me avergüenza admitir mis errores y fallas, la gente suele pensar que si, pero no es así, solo que antes no me importaba mejorar, era pensar que me tenían que aceptar tal cual solo por ser quien soy.

Me río de pensar en Zhi como mi novio.
-Le espantan las cosas serias, en cuanto algo se ponía un poco sentimental escapaba y se escondía por días- si, no lo negaré, pensaba que tendríamos algo, pero su obvio rechazo al compromiso, solo me hizo entender que no todos van a desear lo mismo que yo en las relaciones. Me enojé tantas veces con él, pero mis berrinches no surtían efecto, de hecho parecía que eso más lo alejaba, y solo decidí dejar de esperar algo de él y de cualquiera.

Asiento a eso de ser independiente, me costó entenderlo y saber lo que yo buscaba o quería, no es que ya tenga todas las respuestas, aun carezco de muchas de ellas, pero al menos ya no soy el títere de mis padres.
-Si, y eso asusta un poco- me río, pues para mi la independencia me da un poco de miedo, mis errores son solamente míos y eso asusta mucho -Espero saber lo que deseo y elegir bien.

No me esperé a darle tiempo a mis padres de decir algo, no tengo ganas de sus palabras que ya no tienen efecto en mi.
-¿Por qué estaría mal?- le contesto con una pregunta porque yo no veo en que pueda estar mal -Mi madre nunca se ve feliz, así que no te sorprendas- no es que ya no quiera a mi madre, solo he dejado de verla como esa persona que controlaba mi vida a su antojo, decidiendo incluso hasta lo que tenía que vestir en ocasiones importantes. Me río por lo de rebelde mientras dejo mis cosas en el suelo y camino hacia al baño y le contesto desde la puerta del mismo Supongo que es lo que pasa cuando entiendes que tus padres te intentaron usar como un artículo de cambio para sus negocios… y lo peor, ser tan tonta como para pensar, “bueno al menos me dejan elegir entre los chicos que hay” como si les debiera agradecer por esa concesión… pero no dejaba de ser solo parte de un trato de negocios. Solo pensarlo me dan nauseas. Realmente era una tonta ingenua- no puedo evitar ese resentimiento en mis palabras, no sé en que momento podré superarlo y perdonar a mis padres, esta de sobra decir que aun no lo consigo.
Al salir del baño me quito los zapatos y camino descalza por la alfombra para sentarme a su lado en la cama. Tengo sabor a menta en mi boca porque me lavé los dientes, así que me acerco para besarlo.