Buscando Casa -Arata-

Recuerdo del primer mensaje :

Apenas comenzaba a acostumbrarse a esa enorme casa, cuando su padre le informo que se mudarían, pidiendo a ella y su hermana que lo ayudaran a elegir su futuro hogar. Al inicio se había negado a aceptar, pero cuando escuchó las razones de papá para mudarse no pudo negarse, en esa casa dónde vivía ahora, es que había compartido las memorias con su difunta esposa e hija, comprendía que para él debía ser difícil mantenerse en un lugar que le recordaba tanto su sufrimiento.

Los vendedores de bienes raíces son bastante insistentes, hasta el momento les habían mostrado tres casas y ninguna había logrado convencerla, además de que se sentía incapaz de tomar una decisión hasta que no llegará su pequeña hermana que estaba ocupada con algunos deberes de la escuela. Ahora en su cuarto prospecto y cansados de tanto caminar, descansaban sentados en la pequeña sala improvisada, lo habían dejado a solas mientras ellos determinaban si se quedaban con la casa o no.
-Papá, ¿no podíamos esperar a Momo-chan? Ya me aburrí de ver casas- se quejó recargándose en el respaldo mientras estiraba sus brazos y piernas –además ¿por qué queremos una casa tan grande si sólo somos nosotros tres?- cuestiona una vez más.

-Si linda, las ayudare- aseguro para mirar un espacio y pensar en una sala, era logica una sala ahí , mientras escuchaba las opiniones de Yuna.

Acepto lo de las habitaciones, era lo mas logico, cada quien la suya.
Aun quedaban habitaciones, escucho el comentario de Yuna, arqueo una ceja, su hija habia tomado la extraña manía de meterse con su asistente, Ken era una persona eficiente y trabajadora, por lo que en ocaciones tenia que convivir con su familia por mucho tiempo, ya que el trabajo en casa era mas comodo que en la oficina. La idea de Yuna no sonaba del todo mal, podría adecuar una o dos habitaciones para invitados, hacer una oficina doble para el trabajo de ambos, bueno, despues de todo si sus hijas se quedaban solas el 3er piso, él podría tener el 2do, bueno en parte. ya que el 3er piso no estaba completo, tenia un hermoso y gran balcon en una habitacion, y uno a frente del salon principal del piso.

-No veo por que no, así no tendrá que estar en el sofa, le dire que se adecue una habitación.- Acepto la sugerencia -Solo espero que esto no haga que le molestes mas.- no era novedad que la peliazul lo hacía, bastante seguido.

-Gracias papá- comenzó a dar saltitos emocionada, todo el tiempo que podía compartir con Arata y Momoko era importante para ella, le recordaba que ahora tenía una familia y que seguro su madre estaría feliz de verla sonreír, así como seguro también debían estarlo la esposa y el bebé no nato de Arata.

No estaba segura si Ken le gustaba o sólo estaba confundida porque además de su papá era el hombre más cercano que tenía, el asistente era atractivo y amable, y le encantaba ver sus reacciones siempre que lo molestaba, por eso lo hacía cada vez que podía. Sentía que él no la veía más como a una niña y que sólo la cuidaba por trabajo pero para ella él era alguien importante, que hacía latir su corazón cada vez que lo veía, y le generaba la necesidad de llamar su atención cada vez que estaban juntos, notaba que su mirada se dirigía a otro lado y por eso lo buscaba tan desesperadamente.

-Así es. Es bastante injusto que con lo mucho que te ayuda, deba dormir en el sofá- se cruzó de brazos supuestamente indignada –además Ken-san ya es como parte de la familia- le hacía feliz que su padre hubiera aceptado de buena gana, aunque no estaba segura si el otro aceptaría de la misma manera –No lo molesto- se defendió con un puchero –sólo juego con él, como cuando era más pequeña- justificó sus acciones –viviremos todos como una familia- sonrió con dulzura.

- Ken kun podría no aceptar Yuna,  y no le obligare. - comentó con seriedad para seguir caminando mirando la casa con cautela como haciendo un mapa en su cabeza , saco su teléfono para.comenzar a tomar fotos - No creo que a él le encante que le molestes de esa ,según tu, infantil manera, y quiero decir algo aquí Yuna, Ken kun trabaja para mi, no me gustaría que te hicieras una imagen de él que podría no ser real por más linda que sea tu forma de pensar cariño, no hasta que estés segura o él  te lo diga- Se detuvo en la cocina a mirar más y suspiró - tampoco significa que no sea verdad Yuna- dijo antes de matar una ilusión de su hija.

El hecho de que Yuna incluso llegará a quitarle la atención de Ken hasta a él  era en ocaciones un problema, tanto para el trabajo como para lo personal.  No ponía un alto solo porque el mismo Ken se hacia a un lado, y él personalmente no regañaria a su asistente por ignorar a su hija por ser algo...posesiva

No pudo ocultar su decepción cuando su padre le indicó la posibilidad que existía de que Ken podría no aceptar, además de que parecía estar esperando esa posibilidad –Pero sabes cómo es Ken-san, seguro se va a negar- tenía la esperanza de que si era su papá quien se lo pedía sin dejar otras opciones seguro aceptaría. Siguió a su padre de cerca, como si fuera un pequeño pollito.

Después de seguirlo de cerca se quedó parada ante las duras palabras de su padre, jamás la regañaba, y aunque ahora no lo había hecho, si había roto su ilusión, no sabía de dónde se había dado esa idea o esa imagen pero de alguna forma quería que así fuera –pero… para mi Ken-san es parte de la familia, él desde hace años está con nosotros- para ella eso era suficiente para que el asistente fuera alguien importante –yo prefiero pensar que si- no le gustaba discutir con su padre, pero estaba demasiado encaprichada con Ken.

-¿Puedo pedírselo yo entonces?- casi estaba segura que la rechazaría pero quería intentarlo, quería descubrir que había detrás de sus sentimientos por el asistente, comenzaba a darse cuenta que a su papá le molestaba su actitud y lo que menos quería era darle problemas.

-Si, seguro se negara, pero no lo voy a obligar, no esta en los requisitos de su contrato- No era fan de hablarle así a su hija, pero ella sería la heredera principal del imperio que estaba construyendo y lo ultimo que quería era a una persona en la luna como jefa de su compañía, poco a poco tendría que irla bajando.

No quería solo decirle que el chico es solo un empleado que hace su trabajo muy bien, por que en cierto modo, el chico hacía cosas que ya no correspondían a su contrato. -Podrías decirle así, de igual manera, le adecuaremos una habitación, no faltara que se quede algunas veces por cosas del trabajo- Ken era un gran chico, pero le asustaba pensar que a Yuna le gustara el chico mas allá de que tuviera una cara bonita, eso, le molestaba bastante de hecho.

-Que tal una cocina con muebles de madera ¿o prefieres que sean de acerrin plastificado? -

Qué su papá no viera más que una relación laboral con Ken se le hacía tan frío e injusto, entonces que significaba para él todo el tiempo que habían compartido antes, el haber reído juntos y las veces que se ocupó de ellas, que las consoló cuando estaban tristes o las felicito en sus logros, ¿eso sí era parte del contrato? –Por qué hablas como si todo fuera trabajo, no quiero que lo obligues… si el viene quiero que sea porque quiere- al inicio alzó la voz pero después se arrepintió de ello y la bajo poco a poco.

-Le diré, si me rechaza estaré preparada- le dice con una sonrisa, aun así bastante seria –y si sólo es por trabajo es mejor que se quede en un lugar cómodo- ya no quería insistir en el tema, papá parecía molesto y lo que menos quería era causarle molestias o que se enojará con ella –Lo siento papá no debería ser tan imprudente. No haré nada que te cause problemas- le digo después de todo ese desastre que se estaba volviendo la discusión sobre si Ken debía quedarse en casa.

-Prefiero madera, con un toque rustico. Se ven más bonitos y son más duraderos- respondió a la propuesta de su papá –quiero cocinar muchas cosas para ti- tener una cocina tan bonita y no utilizarla sería injusto.

Apreto sus dientes tras su boca al comentario de su hija, la conocia suficiente para saber que sola se arrepentiria de alzar su voz en esas palabras. Aun así hizo un comentario unico a todo lo que su hija dijo.

-Ken kun esta en nuestras vidas por trabajo, que ahora nos llevemos mas cercanamente es gracias a el inicio de algo en común, igualmente habla con él, no es problema para mi, y si, la idea me parece bien sobre la cocina, te dejare elegirla junto a Momoko- comento para seguir mirando el gran espacio que ocupaba y después salir al patio a mirar, había tanto que podían hacer en ese enorme jardín.

Le molestaba que Yuna y Momoko alzaran la vos al discutir, por que él nunca lo había hecho, le gustaba enseñarles a sus hijas que gritar era algo carente de sentido e inteligencia, por que gritar es querer poner tu vos sobre la de otros a la fuerza, y eso, para su opinión solo las personas vulgares lo hacen. Si vas a gritar, que sea solo para llamar a alguien o si el lugar es tan grande o distancia larga, una verdadera razón para el acto.

No necesitaba de palabras para entender lo que las expresiones de su padre decían, comprendía que había hecho mal al levantar su voz de esa manera y ahora se sentía mal por haber reaccionado de una manera tan inadecuada, sabía perfectamente lo que su papá pensaba al respecto y lo que iba en contra de su educación –Lo siento papá- murmuró, escondiendo un “no lo volveré a hacer”

-Si perjudica a su relación laboral, no le diré nada- Arata parecía bastante serio al respecto y no quería darle problemas a su papá, lo amaba demasiado y aunque por Ken tenía un sentimiento que no podía definir aún, siempre pondría a su padre sobre cualquier otro –Entonces le diré a Momo-chan que me acompañe a ver diseños después de la escuela- le dijo con respecto a la cocina, ya no quería hablar de Ken.

Estaba tan confundida con respecto a sus sentimientos hacía Ken, llevaba tantos años junto a la familia que podría ser como un hermano mayor para ellas pero a veces también sentía que le gustaba de otra manera, a sus 17 años nunca había tenido una relación con un chico, el único hombre en su vida era su padre y a él se dedicaba por completo, además de que al asistir a un colegio para señoritas, era difícil tener contacto con el sexo opuesto.

Suspiro con calma y dejo el tema pasar, ya hablaría mejor con Ken, seguir esa charla con su hija no tenía proposito.

-Me parece una excelente idea, pero quiero estar en las compras ¿de acuerdo?- tampoco quería solo dejarles todo a las chicas sobre el jardín, tambien le daba algo de curiosidad poder asistir la construcción de dicho- Debe tener un asador de ladrillos...- comento para salir y caminar entre el pasto ligeramente largo.-Así podríamos organizar algunas fiestas con la gente de la oficina, entre otras cosas, como cumpleaños, y fines de semana familiar ¿te parece?- no era fan de azar nada, pero tenia una amiga que si, y sería divertido aprender.

Hasta cierta medida agradeció que su padre ya no siguiera insistiendo en el tema, después de todo su marcado interés por el asistente era demasiado evidente y aún no estaba segura de sus sentimientos como para poder defenderlos ante su padre.

-Claro papá, tu también debes de venir y ayudarnos a elegir, después de todo la casa es para los tres- además de que sería Arata quién pagaría todos los gastos, también significaba poder compartir más tiempo con su amada familia  -Me gusta la idea del asador- respondió emocionada, lo había visto mucho en las películas americanas y le parecía una idea divertida –Me parece perfecto. Ya quiero mudarme- después de que se negaba rotundamente a dejar su antiguo hogar y elegir uno nuevo ahora estaba bastante interesada en ello.

Caminaba por el jardín, como si con eso pudiera medirlo, había un arbol viejo ahí, y lo demas era simple cesped, bueno y algunas hiervas que tendrían que cortar. -Suena mas divertido hacerlo nosotros que pedirle a alguien- comento mientras miraba los muros, pensando en que poner por seguridad, no era novedad que era algo paranoico con la seguridad de sus hijas, pero uno nunca sabía.

-Note que la cochera es algo grande- agrego aun caminando por ahí, solo disponian de 2 autos y era una cochera de 3-4 automoviles, así que quedaba espacio para un auto, bueno 2 de hecho ya que el segundo coche era conducido por el chofer de las chicas, y por lo general le dejaba llevarse el auto a casa. - ¿alguna sugerencia de uso?- cuestiono en busca de ideas, pues adentro sería solo con Momoko tambien, no fuera que su pequeña se enojara por tantas deciciones sin ellas, que lo creía improbable, de hecho la imaginaba solo entrando a la casa y diciendo que ella solo haría su habitación. Si, Momoko era todo lo opuesto a Yuna.

Caminaba tranquilamente detrás de su papá y con un poco de cuidado para no tropezarse, era algo distraída y le pasaba comúnmente, además de que sus zapatos no eran los adecuados para andar entre el césped y la tierra –Será más divertido y no tendremos que discutir con nadie para que entienda lo que queremos- suponía que sería más sencillo ponerse de acuerdo entre familia y era una buena oportunidad de estar juntos –Podríamos poner un columpio debajo del árbol- sugirió de pronto, fijando su mirada sobre esté.

-¿La cochera?- no había puesto atención en ella pero si era grande no le veía ningún problema, al contrario le parecía bastante práctico en caso de que su papá quisiera recibir visitas –Nop, no se ocurre nada- negó enseguida, aguantando la tentación de pedirle a su padre que le compara su propio auto, porque seguro le pediría esperar hasta ser mayor, tenía la esperanza que en la universidad, aunque con lo sobreprotector lo dudaba bastante –Podríamos dejar a Momo-chan decidir qué hacer en este espacio, no quiero que piense tomamos todas las decisiones sin tomar en cuenta su opinión. Además es justo que nos ayude con algo- se cruzó de brazos como si en verdad estuviera indignada por ese asunto.

Le puso atención con cuidad a su hija, sonrió de lado y se aproximo, tomo las mejillas de la menor , las oprimió un poco.

-Me parece bien, entonces, firmar, y comenzar con los planes, eso lo vemos mañana cariño, por cierto quiero que me acompañes ahorita a la oficina para ver lo de mi permiso y otras cosas...- pregunto esperado una negativa seguro así que pensó rápido en una respuesta - y saliendo eliges la cena-  intento para convencerla, esperando funcionara.

La verdad necesitaba revisar algunos peros de la revista, regañar gente, contactar otra mas, pedir también su permiso después de revisar las trabas, pedir lo nuevo y esas cosas, pero a su hija no le gustaría saber que iría a la oficina a regañar gente

- ¡Ay, ay! Papá, eso duele- Se quejó justo cuando Arata apretó sus mejillas, aunque sólo exageraba ya que su padre no oprimía con demasiada fuerza y mantenía una sonrisa en su rostro. Aunque en ocasiones pensaba en que debería madurar, cuando estaba con su padre sólo deseaba seguir siendo una niña para siempre.

-Ah…- ya sabía lo que pasaba cuando acompañaba a papá a la oficina, seguro se la pasaría regañando a todos, en verdad le molestaba que fueran tan incompetentes y que hicieran enojar tanto a su papá, además de que se aburría horrores mientras esperaba a que tuviera que hacer todo lo que debía - ¿Vamos a avisarle a Momo-chan?- no podía evitar siempre preocuparse por su hermanita, además no quería que cenara sola, después de todo eran una familia.

Mientras estuvieran en la oficina ya buscaría a Ken para molestarlo un poco, lo que se estaba volviendo en su pasatiempo favorito, además de que le gustaba tener su atención de alguna manera.

-Solo le mandare un mensaje de que llegaremos algo tarde, cenaremos con ella solo llevaremos al comida a casa ¿te parece? - comento, entonces su telefono sono- Lo siento linda...debo atender-

Se alejo de Yuna para tomar la llamada, que empezo bastante bien, y poco a poco hizo a Arata molestarse, aun que nunca elevo su voz, solo era notado en la forma en la que le hablaba a quien fuera que estuviera del otro lado del teléfono, camino fuera de la casa al patio de atrás para que Yuna ya no escuchara.

Sus trabajadores podían ser unos ineptos aveces, tenia contados a los que podía dejar solos hacer su trabajo, pero tenía a uno en un horario corto esa semana, a Ken ocupándose de la agenda y los demás de vacaciones...Al final pudo decirle a su asistente que hacer, y darle el poder a voces de que los regañara a todos, este e aseguro que todo estaría bien, y bueno, confiaría en él esta vez. Colgo y entro sobando su cien, tendría canas muy joven.

Al ver a su hija, no pudo ni fingir una sonrisa, realmente aveces le hacían tener un mal humor o dolor de cabeza, justo ahora ambos.

-No iremos a la oficina cariño, volvamos a casa a empezar las cosas- le pidió a su hija con una media sonrisa.

Avanzo un poco y se detuvo esperando esta le saliera para salir del que pronto sería su hogar.