Premier Baiser (Niki)

Recuerdo del primer mensaje :

Hoy es un muy bien día, todo ha estado dentro de la rutina, me he despertado temprano para ir al gimnasio, correr un poco y luego darme una ducha para llegar a mi primera hora de clase.
Debo decir que últimamente algunas de mis alumnas parecen más interesadas en mejorar sus calificaciones, el grupo que se queda a final de clase para resolver dudas se ha vuelto más numeroso, y eso aunque no me parece malo, es un inconveniente, pues me roban bastante tiempo que tengo pensando para otras actividades. Así que he pensado marcar un día especifico, para dar una clase extra y poder ayudar solamente en ese día y horario y así no seguir dejando que disponga de mi tiempo. Es halagador que pongan tanto empeño en perfeccionar el lenguaje, pero, aunque puede sonar un poco cruel, ese tiempo no me lo está pagando la universidad así que debo comenzar a limitarlo.

Antes de entrar al salón me acomodo un poco mi corbata, hoy me toca dar clase justo en el grupo donde está ella. Evito buscarla con la mirada, pero cuando paso lista, mis ojos la buscan en su lugar. Me concentro por completo en la clase, explico todo lo que he preparado y para terminar la hora, les pido que trabajen en parejas y armen un dialogo usando lo visto hoy y obviamente en clases anteriores.
Mientras trabajan en eso me pongo a revisar las tareas del grupo que tengo en la tarde. Luego de algunas tareas me levanto para caminar por la clase y ayudar en algunas dudas y regreso a terminar con la revisión de tarea.
Al terminar pido que cada pareja haga su dialogo de manera individual, así les corrijo la pronunciación, y algunos errores que hay en lo que escribieron. Cuando es el turno de ella y se equivoca en una palabras le indico como decirla bien, pero le toma varios intentos, le gusta un poco, y por un momento he sonreído porque cuando lo pronuncia mal, se ve algo linda.
Al terminar la clase les pido que entreguen sus tareas y las dejen en mi escritorio, y mientras tanto yo vuelvo a retomar la revisión.

Julien:

Deja de preguntar, Iskra. Creo que Julien es la clase de persona que le cuesta negarse. Eso ya lo sabía, siempre ayuda a todas las chicas de la clase aunque a veces ni siquiera lo necesiten.

-Entiendo -qué vergüenza. Incluso me llamé a mí misma reemplazo, ¿qué pasa con eso? No estoy tan desesperada por un hombre, pero seguro que ahora debe pensarlo y por eso usa la excusa del profesor. Aunque viniendo de Julien no es raro, él es demasiado bueno y amable. Y ese carácter terminará por pesarme, lo sé. Cada vez que hablamos, aunque sea solo de la clase, me siento más atraída.

Cuando cerré la puerta miré hacia esta. Y entonces entendí que me había puesto, de nuevo, en una situación incómoda.
Me di la vuelta con cuidado, este lugar es demasiado estrecho. No puedo voltear a verlo, a la distancia que se encuentra terminaré mirando sus labios. Solo espero que ellos no tarden mucho, porque además del olor potente del cloro, su cercanía es muy incómoda. Pero también me gusta, y eso es peor.
Nos quedamos en silencio, siento cómo mi corazón late muy rápido, y me da miedo que note lo nerviosa que me pone.
-Shh -puse mi dedo en su boca para que no hablara muy fuerte. Fue por fin cuando lo miré a los ojos, y sentí mis mejillas arder mientras retiraba mi mano. Sobretodo al escuchar lo que las personas de afuera comenzaron a hacer. No, no no, esto es una maldita broma, ¿verdad? ¡No puedo creer que se les ocurra tener sexo justo ahora!
Julien se mueve y con su codo roza mi pecho, y lo siento demasiado. Mi estómago tuvo sensaciones extrañas, ¿es esto lo que llaman tensión sexual? O sea no debería pensar eso, pero los ruidos de afuera solo ponen eso dentro de mi cabeza. Y, ¿qué está haciendo? ¿Por qué se afloja la corbata? No puedo dejar de verlo, además ya es de por sí difícil marcar distancia entre ambos.
Se escuchó un golpe en la puerta y me moví hacia él por reflejo, sosteniendo su camisa entre mis manos.
-Ah -cerré mi boca de inmediato. Qué mierda, vayanse a un hotel. Hacen mucho ruido, ¿saben?- lo siento -mis palabras salieron en un susurro. Los sonidos están tan cerca que es imposible no sentirme acalorada, y al intentar acomodarme al menos unos centímetros lejos de él, terminé rozándome con su cuerpo- jeje, lo siento -le sonreí nerviosa. Está muy cerca, y apenas noté que no lo he soltado, por eso bajé con cuidado mis manos.

Ella me hace callar con su dedo, y yo de inmediato le hago caso, y nuestros ojos se encuentran cuando levanta la mirada. Está sonrojada de nuevo, a ella le pasa eso muy seguido, aunque ya no me la paso pensando que esté enfermando, desde ese día he notado que es algo que le pasa con frecuencia.
Hasta ahora no quería que nada tocara mis labios, ni siquiera una botella, pero con ella no me molesta, de hecho solo siento un poco de esas sensaciones que me provoca.

Cuando se acerca más hacia mi, la tomo de la cintura, trago un poco de mi saliva por… porque estoy nervioso, ansioso, y no se que más. Dejo escapar un jadeo de mi boca por el movimiento que hace cuando se separa. Muerdo mi labio y tengo que cerrar los ojos, de nuevo estoy pensando demasiadas cosas. Aunque se ha separado de mi, yo no he quitado mis manos de su cintura, me gustaría decir que es porque no me he percatado de ello, pero si lo hecho. Sé que debo soltarla, pero creo que nada de mi cuerpo funciona como yo quiero. Pero es que los sonidos de afuera han despertado ciertas imágenes en mi cabeza. Realmente soy un pervertido. Mi respiración se siente un poco pesada y tengo que cerrar mis ojos con fuerza de nuevo, aunque ya no logro aclarar mi mente, al contrario, me topo con la sorpresa de que tengo una imaginación bastante fluida.
Comienzo a trabajar en mi respiración, tengo que controlarme, necesito controlarme, no solo porque es incorrecto, sino porque las fantasías tienen un efecto mas notorio en el plano físico.
-Dios, dios, dios- susurro una y otra vez -¿Quieres sentarte?- si ella se sienta y yo me pego a la puerta, entonces habría una distancia prudente y podría al menos no ser obvio lo que me sucede. Ni siquiera presto atención en que dejé el formalismo de lado.
¡Maldición! quiero besarla, pero ahora sin duda es mucho más inapropiado… tal vez debería empezar soltando su cintura… No, no, definitivamente he perdido el control por completo. Deslizo mis manos para tocar su cadera y empujo un poco su cadera para que no nos toquemos más -Lo siento, lo siento, lo siento- ella debe pensar que soy realmente desagradable.

Sus manos terminaron en mi cintura, y eso no ayuda a calmar mis pervertidos pensamientos, ni tampoco el ruido de afuera. Parece que todo me da señales para que pierda el miedo y haga alguna locura, pero es él, y no quiero terminar en la misma categoría que aquella chica. Además que pensarlo y hacerlo son cosas muy distintas. No tendría cara para mirarlo después, o para ver a Julia. Había olvidado que se trata del hermano de mi amiga, y mi profesor.

Lo miré. Tiene sus ojos cerrados, y pensé que sería la oportunidad perfecta para besarlo…
No, no, ¿qué estoy pensando? Pero diablos, estamos a escasos centímetros. Es complicado permanecer calmado. De por sí esta situación sería incómoda con quien sea, pero que se dé con alguien que me gusta. Que me gusta…
Ay no, acabo de admitir que me gusta. Ya lo sabía, pero admitirlo es como ir cayendo más hondo.
-¿Qué? ¿Para qué o qué? -él no me ha soltado. Oh, sí sí, debería sentarme, pero… de alguna forma me gusta estar así. No debería, y a él le disgusta estar así de cerca, por eso lo propuso, ¿cierto?- ah -emití un ruido raro cuando sus manos bajaron a mi cadera. ¿Qué fue eso? En serio, ¿qué fue ese sonido? Agaché la mirada, no comprendo sus disculpas… ¡Oh por dios! Okey, esto se está saliendo de control. Mis nervios no ayudan en nada, estoy congelada, y de nuevo llevé mis manos a su pecho.

-¿No escuchaste algo?
-¿Qué?

Mis ojos se abrieron por la sorpresa. ¿Estamos haciendo ruido?
Casi dejé de respirar y no sé si es porque casi nos descubren o porque él parece estar excitado.
A ver, a ver, no te montes tus fantasías, Iskra. Su reacción es a causa del estímulo por el ruido y la cercanía con un cuerpo del sexo opuesto, no es que yo sea la razón… Ahhh, no puedo, definitivamente debo buscar una solución.
-Oh, ya sé -susurré, y luego llevé mis manos a sus oídos. Si no escucha, no se excitará. Pero… eso ha hecho que nos peguemos de nuevo, por eso cerré mis ojos. Si yo no lo veo, no pensaré cosas raras.

Para que así, nuestros cuerpos no se rocen tanto y evitar que pierda poco a poco el control sobre mi. En este momento no se me ocurre una excusa que no me exponga, y aunque eso sería lo mas sensato, solo muevo mi cabeza al no tener una respuesta para darle.

Y mas que cualquier sonido que provenga de afuera, el que ella hace, causa mayor efecto en mi, y sus manos me tocan de nuevo. Esto es algo demasiado simple, pero mi reacción no es para nada normal, todo esto toca un aspecto placentero que desconocía, porque no había tocado a nadie que me gustara.
Me pongo un poco alerta cuando parece que nos han escuchado,  casi quiero dejar de respirar, y no demoran en regresar a lo que estaban.
Ella se acerca a mi, le miró confundido, y trato de retroceder pero me descoloca que ella cubre mis oídos. Mi cara arde y mi cuerpo aún siente ese calor. Sus manos aíslan un poco el sonido pero tenerla más cerca, tiene los ojos cerrados, y desconecto por completo mi cerebro, mi poca fuerza de voluntad se esfuma y me inclino un poco, nuestros labios aún no se tocan, pero mi aliento chica contra su rostro.... ¡Debo detenerme!
Consigo de alguna manera evitar besarla, desvío mi rostro para colocar mi cabeza a un lado de la suya y termino abrazándola. Mis manos suben ahora por su espalda, para pegar nuestros cuerpos. Mi respiración sigue agitada, no creía posible que una persona me hiciera sentir de esta manera. No soy para nada diferente a los hombres que he juzgado de manera tan severa, me siento un poco hipócrita.
-¿Puedo besarte?- susurro a su oído, pero aunque lo deseo y estuve a punto de hacerlo, no me atrevo a hacerlo sin su consentimiento, por mucho que lo desee no puedo... Y ahora mismo ya no me preocupo por ningún otro detalle.

Mi respiración es pesada, y permanecí con los ojos cerrados hasta que sentí un aliento golpear mi cara. Para cuando los abrí, él ya tenía su cabeza a un lado mío. Me está abrazando, dios, qué está pasando. ¿Es una alucinación? Me voy a volver loca, juro que perderé la cordura. Mi corazón aceleró más su ritmo, ¿es eso posible acaso? Seguramente se dará cuenta de lo nerviosa que estoy, y solté un jadeo al sentir sus manos en mi espalda. No puedo con esto, no, ni siquiera de qué se trata, es una sensación muy fuerte y nueva, ¡y solo me está abrazando!
-¿Eh? -¿qué? ¡¿qué?!- sí puedes -wow wow, no, espera. ¿Cómo? ¿Quiere besarme? Pero ni siquiera me tomé dos segundos para pensarlo y ya he dado una respuesta. Pero no sé cuándo vuelva a tener esta oportunidad. y él me gusta, me gusta muchísimo. Pero eso que sentí la primera vez que lovi es muy distinto del gusto de ahora. Él es torpe, tímido, habla sin filtro y no puede quedarse quieto.

Me despegue un poco de él, no sé en qué momento mis manos dejaron de cubrir sus oídos y descansaron en sus hombros. No puedo dejar de mirarlo. Tiene unos ojos preciosos, y sus labios… inevitablemente terminé mordiendo el mío. Quiero besarlo. Y mi cuerpo está demasiado pegado al suyo. Incluso los ruidos de afuera dejaron de importarme.
-Bésame -mi cara arde. Mi pecho va a explotar. Y por la vergüenza terminé cerrando mis ojos.
Siento muchísimo calor, y emoción. Nunca he pasado por nada similar, todo es completamente raro, pero se siente muy bien.

Tanto me asusta el rechazo de las personas, pero esta vez lo he olvidado y antes de siquiera tener miedo de que pueda rechazarme ella ha aceptado. Aunque me ha dicho que si, yo ni siquiera me muevo. Acabo de pedir algo que no se como hacer. Comienzo a sentirme nervioso, debería moverme pero sigo abrazándola.

Es ella quien se separa de mi, ahora estoy mucho más nervioso que ansioso por hacerlo, ¿Por que no pensé en todo esto antes? ahora no se como acercarme de nuevo, porque ella ya sabe lo que haré. ¡Esto es tan complicado! pero ella dice que la bese. Todo parecía mucho más sencillo en mis fantasías, pero ya se lo he pedido… tengo la oportunidad de besar a la persona que me gusta, al menos podré experimentarlo aunque sea una vez en la vida.
Cierro mis ojos y comienzo a acercarme, pero al hacerlo me doy cuenta de que con los ojos cerrados no puedo saber exactamente donde están sus labios. Así que los vuelvo a abrir para recorrer ahora la distancia con un rumbo establecido y cuando ya no hay manera de errar, cierro los ojos.

Mis labios tocan los de ella con mucha suavidad, creo que mi labio inferior tiembla un poco por los nervios, sin duda esto no se parece en nada al beso con esa otra persona, si hay alguien a quien puedo besar, solamente puede ser ella, tiene que ser ella. Me separo poco a poco de ella, y tardo un poco más en abrir mis ojos. Sus labios no me provocan rechazo, nada en ella lo hace. Incluso relamo mi labio ahora que estamos separados. Ahora mucho más que antes sus labios me gustan.
-Tenías razón, es muy diferente- admito evitando sus ojos.

Él tarda mucho, o es que los segundos me parecen eternos. Soy consciente de todo. El ruido de afuera, de nuestra respiración. Su aroma, mis latidos acelerados. El calor que hace aquí dentro. Todo eso hace más lento el flujo del tiempo, y me pregunto si es que él se arrepintió.
Pero siento una ligera presión en mis labios, y aunque no se prolonga por mucho, el tiempo ahora parece detenerse. No hay más que eso y sin embargo, dentro de mi pecho algo ha explotado.
Abro lentamente mis ojos y lo miro. Mi cara arde, mi pecho quema, me siento mareada y el beso más dulce que he recibido en toda mi vida, se ha vuelto también el más erótico y significativo.
-¿Se sintió bien? -¿razón? ¿De qué tengo razón? ¿Sobre la diferencia, se refiere? Ah…. oh, espera- entonces… -mi cara se ve sorprendida, y no me he separado ni un poco de él, aunque en este lugar no es como si pudiera poner tanta distancia- la persona… ¿la persona que te gusta soy yo? -oh dios, solo por pronunciar esa frase siento que me derrito de la vergüenza. Suena poco creíble, ¿por qué sería yo? Pero sino, no veo por qué tendría que decir eso… Oh, dios, todo lo que dijo… pero qué estúpida soy- Julien -le llamé para que me mirara. De solo pronunciar su nombre mi corazón late muy rápido, y moví mis manos hacia su cuello- yo… ¿puedo besarte ahora yo? -pero es como si de repente estuviera ebria. Y tengo un efecto parecido, adquiriendo un poco de valor.

Cerré mis ojos y me acerqué a sus labios. Solo tocarlos se siente bien. La presión es ligera, la sensación es cálida y suave.
Los abrí de nuevo, me despegué de él y lo miré por dos, tres segundos. Sonreí apenada, y desvié un poco la vista.
Esto se siente mágico.

Su pregunta me avergüenza y aunque evito mirarla o responder, hago un pequeño movimiento con mi cabeza, a pesar es estar encerrados aquí, hay suficiente luz que se cuela por un vidrio que está sobre la puerta.
-¿pa, para ti?- le pregunto obviamente con voz muy baja.
Siento como si mi corazón se detuviera un instantes, he sido demasiado idiota y he dicho eso que me ha delatado.
-Perdón, se que está mal- no puedo más que disculparme por lo que siento, ella me gusta mucho y he sido demasiado débil que incluso he cruzado una linea que no debería. Comienzo a sentirme mal por lo que ha pasado, yo debí ser más prudente hacer todo de manera diferente, pero he cometido demasiados errores. Cuando dice mi nombre levanto la cabeza para mirarla, me aterra lo que pueda decirme, pero aun soy tan idiota como para descontrolarme un poco cuando ella mueve sus manos hacia mi cuello. Mi corazón golpea con fuerza en mi pecho por su pregunta, y muevo mi cabeza aceptando, no hay manera pueda rechazarla.

Respiro profundo y cierro mis ojos, ahora que nos volvemos a besar, vuelvo a disfrutarlo, no sé como algo que es tan bueno con ella, puede ser tan desagradable con otra persona. Ya ni siquiera escucho a las personas de afuera, dejaron de importar hace un rato y ahora me vengo a dar cuenta de que ya no los escucho, ¿se habrán ido ya? pero salir por esa puerta no parece la mejor idea, fuera de este pequeño baño voy a tener que enfrentar todo lo que he decidido ignorar solo por besarla.
-¿ya se fueron?- pregunto aun con voz baja. He tenido que preguntar, porque no podemos permanecer para siempre en este lugar, sería grandioso, ¡Dios realmente estoy mal! estoy pensando que sería grandioso quedarme más tiempo encerrado en un baño, solo porque ella está aquí, porque ella me hace olvidar un poco todas esas locuras que a veces mi cerebro no puede evitar.

Creo que se nota bastante, pero de igual forma afirmé con mi cabeza. No solo me gusto el beso, sino todo.
Siento que voy a morir. No sé si de vergüenza, de felicidad, o algún otro sentimiento. Ahora estoy muy, muy confundida. Y lo que he olvidado durante todo este rato, se hace presente. Julia, que es mi profesor, y Luciel.
-No debes disculparte -mi voz es apenas un susurro. Me siento feliz, pero también hay algo pesado ahí. No sé qué hacer, no es como si él quisiera algo más conmigo. Porque de nuevo menciona que es mi profesor, supongo que eso deja claro que el hecho de que le guste, no quiere decir que realmente signifique algo. Pero por otra parte, sus expresiones me hacen sentir más especial de lo que tal vez soy.

Cuando nos separamos bajé mis manos nuevamente a la altura de su pecho.
-No lo sé -estoy mirando el suelo. No quiero irme, porque no sé cómo volveré a mirarlo luego de esto- parece que sí -levanté la vista por fin. Esto es tan confuso, placentero y doloroso. Duele no saber qué viene después, querer algo después- me… ahm -¿debería decirle que me gusta? Tengo miedo, y… también está Luciel. ¿Qué diablos estoy haciendo? Es obvio que él y yo no estamos jugando a los amigos porque sí, pero nunca ni en mis más locas fantasías imaginé que ocurriría algo como esto. Julien se volvió una especie de platónico para mí, pero ahora… es imposible que solo sea eso- ¿deberíamos salir? -mi voz suena decepcionada. No quisiera salir, pero la próxima vez que alguien entre, dudo que sea para tener sexo, y entonces estaremos en verdaderos problemas- ¿te arrepientes? -tomé aire. No debería preguntar esas cosas, pero al menos así sabré si después va a evitarme.

Ella lo acepta, eso significa ¿qué yo le gusto? eso debería ser así, porque sino le ha desagradado… no puedo ilusionarme con esto, aunque sufro mucho con el rechazo, es lo que esperaría, haría todo mucho más sencillo, pero si yo le gusto, ¿entonces que sigue? si ambos nos gustamos, deberíamos ser pareja, pero no podemos, yo perdería mi empleo.
-¿No? pero… no es correcto- tengo un debate muy fuerte entre esta nueva faceta mía y los valores en los que siempre he creído, pero, ya la besé, desde ese momento abandoné esos valores, no puedo tomarlos y soltarlos como me de la gana, pero aun me cuesta abrirme a una perspectiva diferente.

Suspiro cuando ella mueve sus manos, mi piel parece volverse mas sensible cuando ella me toca.
¿eh?- pregunto porque parece que quería decir algo pero se ha interrumpido -Creo- contesto sin mucho entusiasmo y ni siquiera me muevo, aunque no podría salir si ella no lo hace primero. Casi en automático niego con la cabeza, tal vez debería mentir y decir que si, pero yo no soy bueno mintiendo, así que no lo he podido evitar -pero si un poco, en mi cabeza hay tantas cosas sobre porque esto está mal, yo nunca he sido así, pero me siento inexplicablemente feliz, mas allá de si es correcto o no, me siento feliz- bajo la cabeza mostrando arrepentimiento por esa manera de pensar -me gustas mucho, pero eres mi alumna, la amiga de mi hermana, eres casi una niña… y me fascinas- se siente un poco raro decir ese tipo de cosas, pero eso ha salido sin que yo lo pensara demasiado -además yo, no soy una persona fácil de tratar, no quiero que termines odiándome- la posibilidad de que eso pase a aumentado, que si me conoce un poco más, comience a cansarse de mis manías… -debería alejarme de ti, ¿cierto?- mis manos aun está en su cuerpo, y poco a poco las comienzo a retirar, como si mis manos fueran atraídas por su cuerpo y me costara alejarlas -Lo siento- me vuelvo a disculpar, parece que no sé decirle otra cosa.

Agaché la vista. Es cierto que no es correcto en muchos aspectos, eso incluso yo lo sé. Es complicado, sobre todo.
-Aún así, no lo hagas, porque pensaré que te arrepientes. No puedes deshacer lo que ya pasó -levanté la vista y sonreí. Me siento nerviosa por su respuesta, porque se ha disculpado mucho, y parece que hay un debate muy grande en su cabeza.
Él es demasiado recto, y no puedo decir que eso me molesta ahora. Me gusta lo honesto que es. No entiendo cómo alguien podría despreciarlo.

En mi pecho algo se mueve bruscamente cuando dice que está feliz, y me quedo callada, esperando que de su boca sigan saliendo cosas bonitas. No sé cómo lo hace. Su encanto podría describirse como fingido, y que solo es para conseguir algo más. Pero no, el es diferente, y por eso me emociona, porque se siente real.
-No digas eso -mi corazón está al límite. Mis mejillas queman, todo mi cuerpo- sé que eres un poco raro -dije sonriendo- pero si fueras como todos los demás, probablemente ni siquiera te habría ayudado -desvié la vista un momento. Desde el inicio mis intenciones no eran buenas. Creo que en el fondo deseaba que pasara algo. También envidiaba a esa chica que lo beso- no soy una niña. Y no puedes decir que te fascino y luego querer alejarte. Eso es un poco injusto -me incliné de nuevo para besar sus labios, y tomé la mayor distancia posible aprovechando que él me había soltado- yo… seguramente desde que te vi la primera vez… te diste cuenta que me gustaste -mi vista está en el suelo. Como hace rato he dejado de escuchar afuera algún ruido, mi voz se ha normalizado- pero ahora es diferente. No te conozco tan bien, pero… me siento feliz porque he visto aspectos de ti que tal vez nadie más conoce -mi respiración se hace difícil- dios -me deslicé hacia el suelo con dificultad y sumergí mi cara en mis manos- casi parece que me estoy confesando -mi voz golpea contra mis manos. Mi espalda está pegada a la puerta, y tengo su cuerpo a escasos centímetros. Lo peor es que mis pervertidos pensamientos no cesan. Y no solo es eso, de hecho, sería más sencillo si solo fuera una atracción sexual.

Eso es verdad, obviamente ya no puedo regresar el tiempo, no puedo hacer que esto se borre. Así que asiento por lo que dice, aceptando lo que ha ocurrido, porque no hay manera de cambiarlo. ¿Que todo en esto parece estar mal? eso es cierto, pero no importa cuanto me torture por haber hecho o no, las cosas ya pasaron.

-¿No debo decirlo?- pregunto un poco confundido, mi enfoque de lo correcto y lo incorrecto parece un poco distorsionado. Bajo la mirada cuando dice que soy raro, poco o mucho ¿eso realmente maraca una diferencia? creo que no -No lo eres- obviamente ante mis ojos ella es toda una mujer pero también se siente como si cuando la conocí fuera una niña y cada vez que la veía cambiaba un poco. Me siento mal por lo que dice, de nuevo parece ser que ella tiene razón, y siento como me besa de nuevo y avergonzado bajo la cabeza -Lo siento- me disculpo por lo que he dicho -¿De verdad? No, yo no sabía- niego ligeramente con la cabeza, recuerdo que la consideraba un poco molesta por su actitud, pero no me pareció diferente a la de muchas otras chicas que conozco -Eres la única persona fuera de mi familia que conoce un poco más de mi- confieso aunque no sé porque lo que me dice me hace sentir bien.
Veo como se recarga en la puerta y comienza a bajar. Miro un poco a todos lados, aunque no hay mucho que ver en este pequeño espacio, pero es que me pone muy nervioso el como estamos ahora -¿Lo haces? ¿Aunque sea tu profesor?- pensar que ella pueda corresponderme me hace feliz, creo que ya sería obvio que me corresponde, pero escuchar una confirmación de su propia voz, creo que eso es lo que más necesito [color=#000099]-yo también me confesé, es la primera vez que lo hago, no sé que es lo que sigue. Yo perdería mi trabajo si se enteran, ¿Debo buscar otro empleo?- me siento en el filo del inodoro y la miro esperando a que ella me ayude a saber como seguir con esto.

Niego con la cabeza. No quiero escuchar más disculpas. ¿Para qué? Esto ya pasó, y el arrepentimiento no sirve de nada.
Pero nuevamente lo hace, y un suspiro sale de mi boca. Parece que lo afectó demasiado, y me siento mal. Otra vez pienso de mí como alguien que se aprovechó de una persona vulnerable. Pero no fue así, ¿cierto? Él fue quien lo preguntó primero.

Asentí avergonzada. ¿Cómo no pudo darse cuenta? Aunque mi actitud coqueta se cortó en cuanto no vi interés por su parte. Y luego vinieron todas esas cosas.
-¿De verdad? -lo miré sorprendida y feliz. No puedo creer que estas cosas me emocionen.
Me estoy olvidando de todo y todos. Solo me bastó un jalonsito para caer por él. No estoy enamorada, pero me gusta mucho, creo que no será difícil llegar a ese punto de no poder ver a alguien más. Mi pecho duele, porque siento como si estuviera traicionando a Luciel. No quería que esto pasara, pero tampoco me arrepiento del todo. Pensé que no podría sentir esta emoción con otra persona. Porque vamos, conozco muchos chicos guapos, y de repente sí miraba a alguno, pero, tanto como para acercarme a él y echar al traste mi avance con Luciel… nunca lo pensé.

Levanté la vista. No solo me he confesado, sino que él me lo restriega de la manera más natural y dulce que puede existir.
-Sí… -de nuevo miré a un lado. Esta posición no es buena.
Por fortuna él se acomoda y yo me enderezo un poco para dejar nuestras caras casi a la misma altura- ¿cómo? -pregunté confundida. Mi corazón está vuelto loco de nuevo, aunque creo que en ningún momento ha podido calmarse- no, no, ¿qué dices? -lo miré sorprendida- estás… ¿estás proponiendo… algo serio? -wow… wow, esto va demasiado rápido. Y qué diablos conmigo, me emociono, y debería sentirme asustada- no debes dejar tu trabajo -lo miré- pero ¿qué hacemos? -yo tampoco se qué pasará. Deberíamos pensarlo primero antes de tomar una decisión. Hasta hoy en la mañana ni siquiera sabía que le gustaba, y ahora incluso quiere dejar su trabajo por mí… ¿cuánto tiempo le he gustado?
Me puse de pie y estiré mis manos a él.
-Primero deberíamos salir de aquí -dije sonriendo y con las mejillas rojas- ¿por qué no...? -aclaré mi garganta- ya sabes, salir a escondidas -mi voz se hizo más bajo. Mi dios, estoy declarándole mi amor a mi profesor, y no solo eso, también le pedí salir. Debo estar loca, definitivamente ya se murieron mis neuronas.

Asiento para responder a su duda, no me emociona aceptar este tipo de cosas, pero creo que negarlo seria un desperdicio de tiempo, obviamente soy la clase de persona que no se da cuenta cuando le gusta a alguien y también carezco de experiencia en tantos aspecto de la vida fuera de lo laboral.

Ella me suelta todas esas preguntas, parece que… ammm no sé que es lo que parece.
-¿No es lo que sigue?- cuestiono un poco confundido. Ella dice que no debo dejar mi trabajo, ¿acaso esta es su manera de rechazarme? -yo, no lo sé- respondo desanimado, me he dejado llevar y parece que la he asustado, ¿he reaccionado mal? pensaba que debería ser así, pero parece que me he equivocado.
Asiento por lo que sugiere de salir, y me pongo de pie para que salgamos pero no abre la puerta y ella comienza a hablar de nuevo.
-¿A escondidas?- obviamente entiendo lo que quiere decir, pero no imaginaba que lo fuera a sugerir, es algo demasiado arriesgado, pero he sido prudente tanto tiempo que tal vez es momento de que haga una locura. Es la primera vez que tengo una oportunidad con quien me gusta y tal vez soy egoísta y poco sensato, pero no quiero terminar con esto.
-a escondidas… está bien- acepto, y al menos no me ha rechazado aun.

Espero a que abra la puerta, y obviamente verifica que ya no haya nadie y salimos del baño. Miro un poco veo la botella en el suelo, ¿acaso no la notaron? aunque parecían muy ocupados en sus asuntos. Camino para levantar la botella del suelo, no se si debo regresársela o me la quedo.
-¿La quieres? ya está abierta, pero puse cuidado en… - hago una pequeña pausa, ya nos hemos besado, tal vez no le desagrade tomar de la misma botella que yo usé, aunque puse mucho cuidado en que la boquilla no tocara mis labios. Levanto el brazo para mirar el reloj, es mas como un reflejo, checo constantemente el tiempo y me doy cuenta de todo el tiempo que hemos estado aquí -Tengo otra clase…- comento un poco acelerado, camino a la puerta, recuerdo que tengo las llaves y regreso para que ella las pueda guarda. Con un poco de vacilación me acerco para besarla de nuevo, es un beso corto y fugaz -Me tengo que, apurar- le explico, y aunque dudo termino saliendo del laboratorio y camino con paso apresurado para ir por mis cosa. La verdad es que no siento ni el ritmo al que camino, estoy emocionado y no dejo de pensar en ella y lo que ha ocurrido.