This is the last time [Leigh]

No pude calmarme en el camino. Decidí tomar el metro para tranquilizarme para cuando llegara a casa, pero no sé si ha sido una buena idea. Estoy muy preocupado por Meier, Evan no se veía normal y, puedo intuir lo que estaba pensando. Tal vez si Meier y yo no hubiésemos tenido esa plática fallida en el pasado, no hubiera sentido esa tensión, pero creo que todos sabíamos lo que pasaba. Quisiera llamarlo y averiguar cómo está, pero algún día tenía que confrontarlo.
Miré mi teléfono mientras permanecí sentado en el metro. No he llamado a Leigh. Creo que antes de preocuparme por los problemas de otros, debería lidiar con los míos. Pero hablar con Meier me distraía de todo esto. Pero el problema solo es más grande. Shinya se ha vuelto como una soga a mi cuello que no tengo el valor de quitarme. Si tan solo no fuera tan cobarde, pero, eso me haría una muy mala persona. No es que eso importe frente a terceros, sin embargo, a pesar de todo, Shinya se volvió alguien importante para mí.

Respiré profundo y comencé a marcar a Leigh mientras bajaba del metro. Necesito verlo, lo extraño.
-¿Hola? -esbocé una sonrisa al escuchar su voz- voy saliendo de la universidad -mi corazón dio esos saltitos al oír su voz, ha pasado un tiempo. Pero él interrumpió luego del saludo, se rió, y pude escuchar la risa de una mujer. Debe ser esa amiga suya con la que ha salido últimamente, ahora tiene nuevas amistades- ah no, solo hablaba para saludar -me quedé callado y detuve mi paso. Me siento fatal, miles de cosas ya empiezan a pasar por mi cabeza- perdón, no sabía que estabas ocupado. Hablamos luego -colgué la llamada y guardé mi teléfono. Tengo un nudo en mi garganta.
Caminé a prisa por las calles que acostumbro para llegar a casa. ¿Por qué me porto así? No tengo derecho de exigirle nada, ¿cierto? Él ha tolerado que mi relación con Shinya siga, era obvio que en algún momento se cansaría y regresaría a los braos de las mujeres. Me detuve en medio de la calle y limpié mi rostro. Soy patético. Debería terminarlo y dejarle ser feliz. Todo esto ya se demostró que no funciona.
Llegué a casa y acomodé mis zapatos en la entrada. Dejé mis cosas sobre el sofá y entré a mi recámara a cambiarme de ropa. De nuevo comenzaron a salir lágrimas. Ni siquiera sé si volvió a llamar porque mi teléfono está en silencio dentro de mi maletín, pero sino es así, me sentiré peor.
-Nunca es muy pronto para dormir -me reí y limpié mi cara. Fui al baño y lavé mis dientes, tomaré un baño mañana temprano, estoy cansado.

Jiro:

Hace un par de meses que Takumi me presentó algunas amistades, y he tenido una conexión con una de esas personas, Dasha, es una mujer amable y dulce, y ambos nos juntamos de vez en cuando para quejarnos un poco de nuestras relaciones, pero ambos somos muy conscientes de que aunque nos quejamos, tenemos un lazo tan fuerte con esas personas que no podemos solo alejarnos por más daño que nos hagan.
Mientras platicamos de tonterías de cuando fuimos estudiantes, entra una llamada a mi celular, y al ver su nombre no dudo en contestar de inmediato.
-Hola- saludo con entusiasmo, en parte porque me alegra escuchar y otro poco por las copas que ya tengo encima -¿quieres que vaya?- pregunto y levanto el pugar a Dasha en señal de que esta noche podría tener suerte.  Pero entonces Jiro cambia de tono -¿que? no… ¿Jiro?- miro molesto la pantalla del celular, él ha colgado sin que yo pueda decirle nada más.

Me disculpo con Dasha y le digo que tengo que irme, ella decide irse también, así que la acompaño hasta su auto y luego yo tomo un taxi para ir a casa de Jiro. Le marco varias veces pero me manda directo a buzón.
Cuando bajo del auto corro hasta su casa y comienzo a tocar la puerta de manera insistente.
-No me voy a ir hasta que abras- amenazo y hago un poco de escándalo, porque así puedo molestar a sus vecinos y no le quedará de otra que abrir.
Cuando abre entro de inmediato, no espero a que diga nada y cierro detrás de mi.
-¿por qué me colgaste?- me quejo molesto por lo que hizo, hace mucho que espero que él quiera verme, y cuando parece que por fin pasará él solo cuelga. Realmente trato de ser paciente con lo nuestro, pero es que él a veces es muy… necio.
-¿Ahora que pasa?- pregunto preocupado quitándome la chamarra para sentarme en el sofá y lo tomo de la mano para jalarlo y hacerlo sentarse en mis piernas y abrazarlo -te he extrañado tanto- si, lo he llenado de mis preguntas, pero necesito abrazarlo y decirle lo que siento.

Leigh:

Me tiré en el sofá y encendí la televisión, dije que dormiría, peor no puedo. He comenzado a llorar otra vez. Lo odio, es como si lo único que pudiera hacer cuando estoy solo, es eso. Es agotador, todo esto lo es. Tener que fingir, esconderme, odio esto. Pero me odio más a mí mismo por no ser capaz de arreglar las cosas. Llevé mi mano a mi pecho, sentí esas punzadas por los celos. Un montón de ideas comenzaron a formarse en mi cabeza, y abrazo el cojín del sofá. He dejado de llorar, pero aún siento mucho que quisiera soltar.
-Soy tan patético -me regaño con una voz molesta, y limpio mi cara.
Me levanto a la cocina y tomo algunas servilletas para limpiar mi nariz, y luego lanzo con fuerza hacia el sofá el cojín que traía en mis manos. Me siento tan frustrado y dolido, y ni siquiera tengo derecho a ello. Quiero dejar de pensar en todo. Quisiera correr hacia un lugar donde nadie me conozca, huir se me da muy bien.
Me agaché a recoger el cojín y suspiré. Al final seguiré siendo el cobarde de siempre y esperaré que las cosas exploten. Leigh está con otra mujer, pronto se enamorará de ella y entonces me dejará. Pero mis pensamientos se dispersan y di un salto al escuchar los golpes en la puerta. Me quedé en silencio, escuchando el golpeteo de mi corazón por los nervios. No me moví a abrir, como si eso pudiera alejarlo de la entrada, pero no será el caso, él incluso tiene una copia de mi casa.
-Para con eso -dije una vez que abrí, y cerré rápido la puerta cuando él entró. Agaché la mirada, mi nariz y mis ojos deben estar rojos- ah… es que estabas ocupado, pensaba llamarte más tarde -me reí y lo seguí hasta la sala. Levanté la vista cuando habló de nuevo, esta vez más amable. Si él no fuera así, entonces yo podría- ¿qué? Nada -pero de nuevo aparté la mirada y me dejé guiar por él. Me senté sobre sus piernas y lo abracé también. Lo extrañé tanto, deseaba cada día ir a verlo o llamarlo, pero las cosas no han sido fáciles últimamente- te extrañé también -de nuevo recordé la voz de la mujer, y una punzada se hizo presente en mi pecho. Pero no he podido soltarlo. Tal vez es mi turno de aceptar lo que él lleva tolerando este tiempo- lamento haber interrumpido -me reí y me separé de él- ¿cómo te ha ido en el trabajo? -tengo que hablar de otra cosa, no quiero comenzar a reprochar. Es mi culpa en primer lugar- ¿has cenado ya? Hueles un poco a alcohol -estaba bebiendo con ella de nuevo. Últimamente salen mucho, seguramente ya se gustan- oye, Leigh… -debería hacerle un favor, ¿no? Terminarlo y dejarlo ser feliz- he pensado últimamente. Hmm, si tienes alguien que te gusta, puedes decirme, sabes -no tendría que decir eso, pero creo que lo de hoy ha hecho que llegue a mi límite. Ver a Meier y Evan en esa situación me hizo pensar que las cosas entre nosotros tampoco están bien.

Nada, como si fuera a tragarme esa mentira, él es tan obvio, su manera de hablar, como evita mirarme y eso que yo para nada soy una persona observadora, pero en él noto esas cosas porque me importa.
Aspiro su aroma mientras lo abrazo, necesitaba esto, realmente solo con abrazarlo ya me siento lleno de energía y me siento mas seguro para soportar lo que sea que tenga que aguantar.
-Ha sido aburrido, fotos y más fotos. Aunque parece que trabajaré para una linea de ropa que va a salir. Tendré que ir a un tonto curso para caminar en pasarela, como si caminar necesitara un curso- me quejo de la tontería que me parece eso de la pasarela -¿A ti como te ha ido?- no quiero ni soltarlo, pero ya que ha comenzado a platicar creo que debería mirarlo, así que hago un poco mas suelto nuestro abrazo -Si, tomé unas copas, pero tranquilo, no fue mucho- le aseguro para que no se preocupe, porque él me conoció cuando estaba a nada de volverme un alcohólico, así que no quiero que se preocupe.
-¿Qué?- me recargo bien en el sofá para mirarlo, sus ojos, ¿estaba llorando? -¿quieres una relación abierta?- pregunto confundido -bueno supongo que de alguna manera llevamos una relación de ese tipo- no entiendo que le pasa o porque dice eso de repente. Pensaba que ya le había dejado claro que a mi solo me interesa él -Ven aquí- mi dedo índice se coloca debajo de su mentón y lo acerco hacia mi para besarlo. No le beso rápido, me tomo mi tiempo pasa acariciar sus labios con los míos. Mis brazos lo envuelven y me me muevo para hacer que su espalda que de en el sofá y yo me acomodo sobre él -¿Qué es lo que pasa?- le pregunto al separarnos un poco, no puedo evitar hacer estas cosas, tenerlo cerca luego de tanto tiempo me hace difícil no querer tocarlo y besarlo para recuperar el tiempo perdido -¿por qué dices esas cosas ahora?- le pregunto y comienzo a besar su cuello, mis dedos se meten bajo su camisa y mi otra mano a subido para bajar el tirante de su playera y besar esa parte de su piel que estaba oculta por la tela -me gustas tú, ya te lo he dicho- no me gusta cuando se siente inseguro y me frustra un poco que al parecer no logro hacerlo entender que yo acepto lo que está pasando, es una relación complicada, eso no queda duda. Me hace sentir sofocado a veces, lo extraño demasiado y algunas veces me siento como si solo pudiera tener algo de él cuando le ruego e insisto. No le he dicho si me gusta alguien más, eso es algo muy libre a la interpretación, aunque supongo que no puedo decir que no me gusta esa persona, pero no se trata solo de eso, y lo que pasó fue por el despecho de ambos, por eso solo lo ignoramos y nos enfocamos en nuestra amistad y claro, yo cuido más la cantidad de alcohol que tomo.

Odio sentirme tan inseguro. No debería pensar mal, porque sino le importara, no seguiría a mi lado. Pero ha venido a casa tan rápido como lo llamé, aún cuando me porté como un idiota.
-¿En serio? -pregunté intentando desviar el tema a eso que me cuenta- supongo que como todo, tiene cierta gracia y dificultad -me reí por imaginar cómo se vería él intentándolo, y más que nada, por sus expresiones de fastidio por ello- bien, hoy ganamos de nuevo. Digo ganamos, pero la verdad Meier merece todo el crédito -sonreí recordándolo. Ese chico se esfuerza muchísimo, y además ha ayudado a sus compañeros a mejorar. Le he dicho que incluso sin mí ellos estarían perfectamente bien. Pero mi sonrisa se borró. Olvidé lo que pasó hoy por centrarme en Leigh. No puedo hacer nada por Meier más de lo que ya hice, pero no puedo evitarlo, no me gusta verlo triste.

Su pregunta me puso tenso, y más que calmarme, hizo que me sintiera más nervioso. Y no puedo negarlo, porque inmediatamente ha dicho que prácticamente tenemos eso.
-Es que… -ni siquiera sabía qué decir, fue una ventaja que sus labios interrumpieran. Puse mis brazos alrededor de su cuello y me dejé recostar en el sofá. Extrañaba mucho besarlo, abrazarlo, incluso oír su voz aunque sea por el teléfono. Cuando se trata de él siempre me siento ansioso e inseguro, no importa cuán maravillosamente me trate, sigo pensando que esto es demasiado bueno para ser real.
-No lo sé, creo que últimamente estoy más sensible -me reí. No le he contado lo que ocurrió a Shinya, y él ya no me pide tantas explicaciones de porqué no nos hemos visto- ¿solo yo? -lo miré a los ojos- no, olvídalo -desvié la mirada- no tengo derecho a preguntar si te gusta alguien más, creo que sería el colmo molestarme por eso -solté una risita. Quiero que diga que no es así, que no existe nadie. Que se moleste si quiere, que me regañe por de nuevo pensar así. Porque no sé qué haría si alguien más ya está en su vida. Por eso de nuevo lo miré a los ojos y sonreí- ¿quieres tú tener una relación abierta? -puse un poco más de seriedad al preguntar- no respondiste mi pregunta hace un momento. Generalmente eres muy directo -basta, si eso pasa, ¿qué hay de malo? ¿No es eso lo que yo le estoy haciendo? Y es mejor si no lo sé directamente, así no me la pasaré pensando si está con esa persona.

-Pero si camino desde antes de los dos años, tal vez no era tan bueno al comienzo pero creo que ahora lo hago bien- me quejo, pero solo estoy jugando, su me da pereza tener que tomar clases para eso, me parece absurdo, pero Jiro tiene razón, no solo se trata de poner un pie frente al otro, caminaré ante la mirada atenta de varias personas, así que si, tengo que tomarlo en serio -ahh, si ese mocoso- no puedo evitar algo de molestia en mi voz, antes tenía que solo soportar al novio... es complicado, pero me esfuerzo, pero desde hace un tiempo llego ese niño a robarme el tiempo que podría estar con Jiro, así que no, no me agrada ese niño, ni siquiera lo recuerdo de la escuela, aunque creo que solo recordaría a un par de alumnos y nada más.

Él desvia la mirada y supongo que siento alivio porque no he tenido que ser yo quien evite sus ojos.
Sigo encima de él, pero no insisto en besarlo, y mis manos se apoyan ahora del sofá para no dejar caer mi cuerpo sobre él.
-¿No la tenemos? - pregunto un poco molesto y me separo de él para volver a sentarme como antes y lo miro recostado. Soy el amante ¿no sé da cuenta que no me queda más que aceptar una relación abierta?
Resoplo por su insistencia, ¿por qué es de esta manera?
-¿Por qué sigues con eso? pero bueno- mi voz suena con exasperación y dejo caer mi cabeza hacia atrás para apoyarla en el respaldo del sillón y miro al techo -ok, seré directo- me levanto, no puedo hacer esto, sentado como si no fuera nada -ay una persona, que tal vez me gusta. No lo sé realmente, no me detengo a pensar en esas cosas. En realidad solo creo que ambos nos entendemos un poco y ya, es solo eso- estoy parado frente a él, con mis manos apoyadas en mis caderas y con la cabeza girada hacia la derecha, para evitar mirarlo. Pero soy sincero, lo que tengo con Dasha es algo más bien de entender lo que el otro puede estar pasando -pero no me vuelve loco, ni me hace perder el sueño, ni siento que me haga falta sino la veo. Eso solo lo siento contigo, ¿ok? ¡así que deja de decir tonterías!- le doy la espalda para dar unos pasos por la sala y luego regresar al mismo punto y mirarlo por fin.

-No le digas así -comenté nervioso y riendo. No sé porqué, pero a Leigh nunca le agradaron mis amigos. Ni Asb, o Ean, y ahora Meier. No soy de los que mezclan la pareja y los amigos, aunque nunca he tenido uno que quisiera presentar. Shinya y yo teníamos una relación un tanto secreta. Creo que estoy destinado a no tener relaciones normales después de todo.

Me senté también al notar su molestia. Sé que pensé que era la reacción que esperaba, pero es diferente.
-Lo siento -me disculpé casi por inercia, pero él parece alterado y comienza a hablar sobre algo más.
Me quedé en silencio es cuchando, siguiéndolo con la mirada a donde sea que se movía. Esa desagradable sensación se hizo presente en mi cuerpo cuando confirma mi sospecha, y me arrepiento demasiado de haber preguntado, pero no hago nada para impedir que me siga contando. Solo lo miro sorprendido, está nervioso y a mí no me parece que sea cualquier cosa. Y que sea tan directo conmigo respecto a eso, me aterra. Casi siento como si me estuviera preparando para cuando se decida a dejarme. Pero, ¿y cómo no? Ha tenido que jugar el papel de amante durante un tiempo, era obvio que en algún momento se cansaría. A él no le gustan los hombres en primer lugar.
-Ya veo -respondí con una voz suave y mirando al suelo- entonces, ¿por qué no terminamos? -mi vista se está nublando, y no quiero llorar frente a él, pero siento ese gran nudo en mi pecho- ella te interesa, se entienden. Eventualmente terminarás enamorándote -pasé mi mano por mis ojos, odio llorar tan fácilmente- yo solo estoy en tu camino. Además, ¿llegaremos a algún lado con esto? Solo te hago esperar y nada ha cambiado, y ahora que tienes alguien que te interesa no creo poder seguir con esto. Es egoísta, ¿verdad? Eso demuestra que no merezco tu cariño -mi voz suena muy tranquila, y las pocas lágrimas que han salido, he logrado limpiarlas.
Me levanté del sofá y le di la espalda. No puedo con esto, es suficiente de todo. Dejé esperar muchísimo tiempo.

-Ya lo siento- me disculpo por la manera en que me referí a su pequeño amigo, y por cosas como esta es que no me agrada. Es demasiado demandante y me molesta que Jiro le ponga tanta atención, es como si todos fueran más importantes que yo.

Trago la saliva de mi boca por sus palabras.
-ves, por esto no quería ser sincero, porque siempre quieres dejarme- me quejo molesto por sus palabras. No es la primera vez que lo intenta, y siempre me esfuerzo para que no lo haga.
-Ah, o sea que me voy a enamorar de ella, porque tu eres clarividente y puede saber lo que pasará con mis sentimientos- hablo molesto, de nuevo mis manos están en mis caderas.
-No me vengas con esas mierdas ahora- de milagro no he gritado, pero creo que estoy tan molesto que no puedo hacerlo -no se trata de si mereces o no mi cariño. No es un premio, es algo que tienes y no va a cambiar por más que lo digas- me siento en el sofá individual y tallo mi cara con mis manos -¿tanto quieres que me aleje?- lo miro muy serio -siempre quieres terminar, al menor problema quieres dejar lo que tenemos- no sé ni como estoy controlando mi enojo, tal vez porque ya hemos pasado por esto antes.
-Te he rogado, te he perseguido, te he insistido de tantas maneras. Pero tu siempre quieres alejarte- vuelo a ponerme de pie, no puedo estar quieto, camino hacia atrás del sillón en el que yo estaba y con la palma golpeo el respaldo -ya estoy cansando. He intentado reparar mis errores del pasado, con los que te alejé de mi, pero ya no sé que hacer. Me haces sentir impotente, miserable y demasiado solo- despeino mi cabello frustrado, y sigo caminando por el lugar, me siento como un animal enjaulado -Si terminamos, no volveré a rogarte, ni te buscaré, ni haré nada más por nosotros- me siento tan cansado y asfixiado por esto, es la primera vez que siento que amarlo no es suficiente.

No se trata de eso, pero es lo obvio. No va a tolerar siempre, y cuando encuentre alguien más que lo haga sentir cómodo, no tendrá que esperar por mí, un hombre que ni siquiera es capaz de elegirlo. Y aunque diga eso ahora, no sé qué pasará después. Es tarde para decirle que sí, que lo dejaré, que seamos felices y se aleje de ella. No puedo pedir algo tan egoísta como eso. No importa qué tan comprensivo sea él, eso sería demasiado de mi parte.
Apreté los labios y miré al suelo. Esto es por su bien, sé que me odiará, pero es lo minimo que merezco. Porque sí, puedo decirle que no quiero dejarlo, que se quede a mi lado y haré que todo cambie. Pero no es así, soy cobarde y además inseguro. No pararé de pensar en lo que él siente por ella, y entonces me volveré una molestia.
Cuando golpea el sofá entonces comienzo a llorar. No por el golpe, o la fuerza de su voz, sino por todo lo que dice y cómo lo hago sentir. Y entonces mis piernas flaquean y me acerco al sofá y me siento. Ya está, eso quería, ¿no?
-Si te hago sentir tan mal, ¿por qué quieres estar conmigo? -respiré y levanté el rostro- ¿no te das cuenta? Solo te estoy estorbando. Me estoy volviendo como esa mujer, solo te tengo aquí a la deriva, ¿por qué querría volverme todavía más despreciable? -me levanté y lo miré- ¿por qué querría que pases nuevamente por eso? ¿Y por qué diablos haría a alguien más pasar lo que yo? Ya no quiero ser esa clase de persona. Tampoco puedo tolerar verte con alguien más, pero no puedo reprocharte, soy demasiado cobarde como para quitarme esa carga e ir a ti… y a estas alturas, esto era cuestión de tiempo -retrocedí dos pasos. Él quiere terminar, me va a dejar, soy un idiota.
Llevé mis manos a mi boca para no emitir ningún sonido, y mordí con fuerza mi labio mientras cerraba los ojos con fuerza. ¿Por qué soy de este modo? No quiero que me deje, pero tampoco puedo hacer que repita los mismos errores. No sé quién es esa mujer, pero sé lo que se siente tener que esperar por alguien, y que a la otra persona le hagan daño justo frente a tus ojos y no poder hacer nada. Esto es demasiado difícil de lidiar.
-Sí, termine... -me quedé callado intentando recuperar mi voz- terminemos -no lo he mirado, porque mi cara es un desastre, y si lo veo, entonces querré regresar a su lado. Lo amo, no quiero que me deje, pero por eso es que no puedo seguir haciéndole daño, no a él, no de la misma forma en que esa mujer se lo hizo en el pasado.

Lo miro como si no pudiera entender lo que me dice, es imposible, he tenido que soportar todo esto para recibir esto.
-Porque te amo- siento escalofríos por todo mi cuerpo, y no esperaba que se comprará con mi ex esposa, pero aunque no los considero iguales, es verdad que ambos me han hecho sentir una persona miserable. No sé que decir, debería estarle rogando, decirle que a mi no me importa si sufro, porque prefiero esto a estar sin él, porque mi vida se siente completa cuando estamos juntos.
No importan mis amenazas, él solo lo ha decidido, prefiere dejarme, prefiere estar con una persona que no ama por lástima, prefiere pasar su tiempo con un niño mimado, prefiere a todos antes que a mi.
-Eres un imbécil- mi vista está pegada al suelo, no puedo mirarlo, creo que aun no puedo comprender lo que está pasando. Debería rogarle, si lo hago de nuevo, él se arrepentirá. Me acerco a él, comienzo a sentirme desesperado pero ver su estado, que llore, me hace enojar, ¿si tanto le duele por qué lo hace? es una estupidez.
-Claro, claro, terminamos - vuelvo a desordenar mi cabello y solo me acerco a tomar mi chamarra y comienzo a caminar a la puerta, pero me detengo antes de abrir.
-No eres como ella. Eres peor. Ella siempre fue una maldita, disfrutaba siéndolo,
pero ella nunca me dejó. Tu solo eres un idiota y un cobarde. Así que no digas que haces esto por mi, yo soy responsable de mis actos y si quería vivir en la miseria contigo, era mi elección- me acerco de nuevo a él mientras digo estas cosas y ya lo estoy tomando de la camisa para hacerlo levantar y obligándolo a mirarme -he soportado tanto, pero solo menosprecias lo que yo siento. Me estás dejando para evitar tu propio dolor- no sé en que momento he comenzado a llorar, soy así de patético. Lo atraigo más hacia mi para besarlo de manera salvaje y luego me separo de él -te amo- lo empujo haciendo que caiga en el sillón y camino de nuevo a la puerta. Esta vez ya no me detengo, azoto la puerta con furia y comienzo a caminar. Por suerte es de noche y nadie ve mi patético estado. Tomo mi celular y marco precisamente a ella.
-Por favor, por favor, necesito verte- le pido con necesidad.

Mi pecho se siente pesado, y siento como si se tratara de un sueño horrible. Las cosas que digo solo empeoran todo, él parece aceptarlo ahora. Y me arrepiento, pero no puedo continuar con esto. No quiero una relación donde él se sienta miserable, quiero que sea feliz, quiero que se sienta pleno, no algo que se pueda convertir en dependencia.
No paro de llorar, ya no puedo controlar mi cuerpo y mis reacciones.
Siento el jalón de mi camisa y lo miro fijamente. Estoy llorando, él está llorando. ¿Por qué tenemos que ser de esta forma? Sí, por mi culpa, soy un imbécil, cobarde, soy peor que esa persona. Eso me hace enmudecer, quería decirle que no es así, que lo amo, que a diferencia de él, yo nunca amé a nadie y no sabía cómo llevar estos sentimientos.
Correspondí su beso, pero antes de poder atraparlo con mis manos, él me lanzó al sofá y me quedé mirando cómo se iba.
-Te amo -lloré todavía más, y parpadee un par de veces. Me levanté a prisa del sofá y abrí la puerta. Miré a los lados y bajé por la escalera de emergencia- Leigh -mi voz es apenas audible, y cuando logro alcanzarlo, lo escuché hablando por teléfono- oh -me desplomé en el suelo mirando su espalda. No me escuchó, pero yo percibí el “necesito”. Entiendo, lo sabía, era obvio que esto sucedería. ¿Qué esperaba? ¿Que él regresara? ¿Que me rogara? No, las cosas no son tan simples. Lo perdí, y con él siento como si algo se hubiera roto. Sí, no puedo culparlo. Lo hice una vez, lo intenté una segunda y era obvio que ahora lo aceptaría. Como dicen, la tercera es la vencida, así que fue el fin.
Me sostuve de la pared y comencé a subir las escaleras. Mi estómago duele, y mi vista está perdida en algún punto, pero como puedo logro entrar a mi departamento. Ni siquiera me importó salir en ropa interior, con la cara llena de lágrimas. Mi aspecto miserable no se compara al dolor que siento, pero creo que me lo tengo merecido.
-No… -pensé que no podría llorar más, pero sollozo tras sollozo sale de mi boca- no te vayas, no me dejes -tapé mi cara con ambas manos y comencé a llorar con mucha fuerza. Mi llanto es desesperado, he gritado entre llanto su nombre. Quiero morirme, desaparecer. No puedo, estoy harto de todo. No puedo olvidar su sonrisa, sus abrazos, nuestros momentos juntos. Se fue, absolutamente todo de él ya no es mío. Ahora necesitará a alguien más, le dará su cariño, sus palabras tiernas, sus acciones torpes, sus celos, las caricias en la mañana, los detalles espontáneos, las visitas inesperadas.
No sé cuánto tiempo lloré, ni qué era real y qué parte de un sueño, porque terminé tendido sobre el sofá, aspirando lo que quedó de su perfume.

Últimamente he salido con un par de amigos. No imaginé que a mi edad podría entablar amistades nuevas fuera del círculo social de siempre. Al principio sentí desconfianza, pues Takumi, uno de ellos, es el padre del objeto de adoración de Mitya. Pero con el tiempo comprendí cómo se sentía, y al empatizar, nuestra amistad comenzó. Pero no solo él, también está su amigo, un hombre bastante atractivo y agradable con quien terminé siendo muy cercana. Ambos sufrimos un amor parcialmente unilateral, pero continuamos allí porque es más sencillo vivir de esa forma que simplemente dejarlos.
Pero todo ha cambiado, porque luego de que Andy se fuera de casa, las cosas han empeorado. Mitya está doblemente molesto, no para de culparme. No he podido hablar con Andy y Dima simplemente evita el tema. Todo se va dispersando, y en busca de consuelo, terminé haciendo algo impensable. Pero culpé al alcohol por aquella vez, y también a la soledad. Es increíble cómo en tan poco tiempo voy perdiendo a mi familia. Y también a él. Desde ese día comenzó a estar más y más en mi cabeza. No como un amigo, mucho menos como un hijo. Y comencé a extrañarlo, añorar que entrara por la puerta como siempre, pero él simplemente desapareció. Sé que sigue en contacto con Andy, pero parece que ha peleado con dima. Y si ha dejado de ir a casa debe ser por mí. No comprendía lo importante que era en mi vida hasta que dejó de estar presente.
Hoy también he salido a tomar unas copas con Leigh. Ya no me siento tan culpable por hacerle esto a Mitya, incluso le he insinuado cosas, he sido más obvia, pero, a él simplemente no le importa. Su indiferencia es cada vez más grande, pero soy una tonta, no puedo dejarlo ni restarle importancia a sus acciones.

Mi celular sonó luego de que paré en una panadería tradicional. La cola era algo larga, por eso tardé más de la cuenta.
-¿Leigh? -abrí el auto y dejé la bolsa en el asiento copiloto, y respondí la llamada- ¿qué sucede? -me extrañó recibir su llamada, pero no se fue nada bien hace un rato que nos separamos- ¿dónde estás? -pregunté preocupada. Se escucha demasiado mal- pasaré por ti, pero cálmate, ¿de acuerdo? -mi voz es amable, y cuando colgué, entré al auto para conducir a donde acordamos.
No tardé mucho en llegar a ese pequeño parque, y al caminar hacia él, lo primero que hice fue abrazarlo.
-¿Qué pasó? -pregunté un poco asustada. He visto cómo se queja de su pareja, incluso un poco triste, pero nunca nada como esto.

Por suerte Dasha no tarda en contestar o ignora mi llamada. Pude haber llamado a Ian, o a Takumi, pero me comienzo a inventar excusas, Ian vive ahora con Karin, no puedo solo llegar a su casa y esperar que me apoye, Takumi, es tarde, no creo que dejaría a su hija sola en casa y no tengo mucha más gente con quien pueda sentirme en confianza. Pero la verdad lo sé, estoy despechado y quiero encontrar consuelo.
-Me dejó- es lo que me limito a decir, y por mi voz, ella notará lo mal que me encuentro.
Le digo donde podríamos vernos, es un parque que queda de camino a mi casa.
-Te mandaré la ubicación- le digo mientras sigo mi camino.

No me había dado cuenta que salí sin ponerme la chamarra, comienzo a sentir esa sensación de frío en mis brazos, pero sigo caminando llevando la chamarra en mi mano, al menos el frío podría distraerme de como me siento en este momento.
Llego al parque y comienzo a caminar a la zona de los juegos.
No hay nadie, y grito con fuerza para sacar todo mi enojo, pateo la arena y termino dando un puñetazo en un muero. Solo uno pero con tanta fuerza que mi mano tiembla por causa del dolor. Mi mano se comienza a hinchar.
Camino a los columpios y me siento en uno de ellos.
El tiempo se siente eterno mientras espero a Dasha, y pienso en las cosas que me dijo. ¿Por qué me hizo esto?

Ella llegó y me abrazó haciendo que mi cuerpo se sienta un poco reconfortado porque sus brazos alejan un poco el frío que siento.
-Me dejó- digo como si no pudiera creerlo -tuve que soportar todo este tiempo a que estuviera con otra persona, ver las marcas en su cuerpo que indicaban que había estado con él. Fui paciente, no le reclamé nada, pero él es...
es... ni siquiera se como explicarlo- mis brazos por fin corresponden y la envuelven.
-Dasha lo perdí... pensé que si le decía que esta vez no iba a rogarle se arrepentiría, que se daría cuenta de que tenía que dejar de decir esas tonterías sobre terminar. Pero el solo dijo "terminamos"- todo mi cuerpo se estremece ante el recuerdo -si se supone que me ama, ¿por qué lo dijo? puedo soportar todo, pero él no.

Spoiler:

Me quedé en silencio escuchando, y sentí un enojo muy grande cuando terminó de contar. Nunca lo vi tan vulnerable, realmente esa persona no lo merece. Pero las personas como él son así de egoístas, probablemente ni siquiera lo amaba y simplemente disfrutaba de tenerlo rendido a sus pies. Podría decirle que se cansó de él, e hizo lo inevitable, pero no quiero ser muy dura, no cuando se encuentra así de mal.
-No lo sé -dije en un tono triste- no puedo comprender cómo piensan esas personas, lo siento -cerré mis ojos. Me hace pensar en mí y en Mitya. Tanto tiempo que lo he amado, soportado su carácter, sus deslices y engaños. Tantos pecados que le he perdonado, lo mucho que le digo que lo amo y, ¿para qué? Al final siempre termina queriendo a alguien más en lugar de a mí. Disfruta pasearme sus parejas por la cara, y todo lo malo termina reprochándolo- tal vez esto es lo mejor -dije por fin- sé cuánto te duele, pero no puedes seguir con una persona que no te valora -me separé de él y tomé su rostro entre mis manos- si lo hiciera, si de verdad él te amara, habría elegido estar contigo en lugar de esa otra persona -limpié sus lágrimas y suspiré, luego retiré mis manos de su cara.
Tal vez, y solo tal vez, esta debería ser la oportunidad que buscamos. Takumi lo dijo, y Leigh siempre recalca que soy hermosa y agradable. ¿Por qué seguir atados a personas que no valen?  ¿Por qué no regresarles un poco del dolor que siempre nos hacen pasar? Todo últimamente me hace sentir cansada. Pero sé que Mitya no me dejaría, nosotros debemos cumplir el modelo de familia perfecta. He intentado levantar sospechas y celos, pero está tan absorto en esa chica que ni siquiera le importa con quién salga. Y desde que Leigh y yo tuvimos ese encuentro, me siento de nuevo como mujer. No, en realidad desde antes, pero con él es imposible.
Me puse de pie y me senté en el columpio de al lado. A pesar de lo pensado, no podría proponerle algo como eso, así que seguiré aquí a su lado consolándolo.

Ella lo entiende, sabe que cuando amas a alguien, no importa el dolor, uno decide estar con esa persona, porque la vida sin él es peor. Pero Jiro prefiere huir, prefiere ser un cobarde y buscar el camino fácil.
-Me siento realmente miserable- cierro mis ojos cuando ella limpia mis lágrimas.

La veo sentarse en el columpio de alado, desearía que siguiera abrazándome, pero tal vez es mucho pedir.
Respiro profundo intentando dejar de llorar, me siento un idiota llorando por alguien. No me gusta exhibir esta clase de debilidad, pero todo fue tan repentino que no he tenido la oportunidad de poder hacerme el fuerte.
-Dasha- Jiro es un idiota, aun si me gusta esta persona, no puedo tener esa felicidad que él tanto alegaba, porque es una mujer casada -¿quieres tomar unas cervezas conmigo? - giro mi cabeza para mirarla, hoy se ve muy guapa -Solo un par, no quiero estar solo- le levanto del columpio -espera aquí- me alejo rápido para ir a una tienda que está cerca y compro algunas cervezas. Llevo la bolsa con mi mano lastimada, ni siquiera entiendo porque hago algo como eso. No he tardado tanto y vuelvo a sentarme en el columpio. Dejo la bolsa entre los dos, destapo una lata y se la ofrezco, mi mano aun tiembla por el golpe que he dado a la pared y se ve bastante más hichada.
-¿Nunca te has enamorado de nadie más?- pregunto porque me cuesta entender que siga enamorada de una persona como su marido -yo pensaba que nunca amaría a nadie mas que a Yoko. Aun cuando nos divorciamos yo no podía dejarla, y ella tampoco a mi. A su loca manera me amaba. Pero me enamoré de alguien más, y espero olvidarle también y con suerte amar ahora a una persona que me corresponda de la misma manera. Tal vez tu también te enamorarás de alguien más- estiro mi mano para tomar otra lata que será para mi -le dije que me gustas, creo que por eso me dejó- comento soltando una risa irónica -estaba tan enojado, que por un momento pensé en decirle lo que pasó. ¿Pero sabes que hice? le dije que lo amo, patético ¿no?- doy varios tragos a mi lata y hago un gesto porque está fría y he tomado rápido.