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Sick [Mia]
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Sick [Mia]
Hace algunos días enfermé, pero no le presté importancia, pero ayer, ya estaba con fiebre y me veía tan mal que en el trabajo me mandaron a casa y me dijeron que me tomara algunos días. Pasé a consulta antes de llegar a casa.
Así que hoy ni me he levantado de la cama mas que solo para lo necesario. Tomo mis medicinas cada que me acuerdo, o mas bien cada que despierto. He tenido fiebre pero ni siquiera me ha interesado checar mi temperatura.
Solo me envuelvo en las sabanas por el frío que me da y luego me destapo sintiendo ese calor tan molesto.
Escucho mi teléfono sonar y me estiro para alcanzarlo. Se trata del señor Aoyama, quiere pedirme que haga algo. Le digo que si, que me haré cargo, pero entonces pregunta si estoy bien. Le digo que no es nada, solo un poco de tos, pero parece que no me ha creído y dice que mejor descanse, que él irá por la señorita Ueda. No es extraño que me encarguen hacer cosas para ella, ya me he acostumbrado.
Aunque me siento mal por haber fallado, no pienso demasiado en eso, me siento mal, y no tengo la energía ni siquiera para sentirme culpable por eso.
Me vuelvo a acostar, y aunque me duermo, no siento que descanse, me despierto constantemente pero no tardo en volver a dormir.
Así que hoy ni me he levantado de la cama mas que solo para lo necesario. Tomo mis medicinas cada que me acuerdo, o mas bien cada que despierto. He tenido fiebre pero ni siquiera me ha interesado checar mi temperatura.
Solo me envuelvo en las sabanas por el frío que me da y luego me destapo sintiendo ese calor tan molesto.
Escucho mi teléfono sonar y me estiro para alcanzarlo. Se trata del señor Aoyama, quiere pedirme que haga algo. Le digo que si, que me haré cargo, pero entonces pregunta si estoy bien. Le digo que no es nada, solo un poco de tos, pero parece que no me ha creído y dice que mejor descanse, que él irá por la señorita Ueda. No es extraño que me encarguen hacer cosas para ella, ya me he acostumbrado.
Aunque me siento mal por haber fallado, no pienso demasiado en eso, me siento mal, y no tengo la energía ni siquiera para sentirme culpable por eso.
Me vuelvo a acostar, y aunque me duermo, no siento que descanse, me despierto constantemente pero no tardo en volver a dormir.
- Sato:
- casa:
Satoshi Ohkawa- Puntos : 54
Fecha de inscripción : 29/08/2017
Edad : 30
Re: Sick [Mia]
Se suponía que Sato pasaría por mí hoy, papá me avisó antes de ir a la escuela, pero en su lugar quien me recogió ha sido el señor Touji. Tal vez él tiene trabajo que hacer, pero me habría gustado verlo y preguntar por los gatitos, o que fuera a visitar a Mishi, a él le gusta mucho cuando va a nuestra casa.
-¿Podemos pasar a visitar a Sato? -le pregunté de la nada al señor Touji- compre algo para los gatitos y como papá me dijo que él me recogería hoy, las traje conmigo -puedo ir después a entregarlas, no es como si nunca más fuera a verlos pero tengo un poco de ganas de verlos. Él es muy amable conmigo y es otra de las personas con las que me he abierto fácilmente. Pero el señor Touji dijo que no se podría, porque Sato se encontraba resfriado y lo mejor era dejarlo descansar. Vaya, no esperaba eso- ¿se encuentra solo? -pregunté, porque él vive solo con los gatos- ¿no es mejor irle a echar un vistazo? Podemos cocinarle algo para que se sienta mejor -el señor Touji se quedó en silencio, y pensé que tal vez había dicho algo malo. Qué tonta soy, obviamente Sato no querría visitas en su estado. Pero el señor Touji habla y me dice que iremos, pero que tendrá que dejarme ahí porque debe pasar por papá en una hora- gracias.
Le pedí que me dejara en el supermercado que está a dos cuadras de allí, y solo me dejó porque le prometí llamarlo en cuanto estuviera en casa de Sato.
He comprado verduras, algunas botanas para los gatitos y unas pastillas para el dolor.Me pregunto si está tomando medicina.
Caminé las dos cuadras y al llegar, toqué dos veces sin recibir respuesta, y después puse la clave en la puerta que el señor Touji me había dado previamente.
-Con permiso -dejé mis zapatos acomodados y caminé a la cocina. Puse las bolsas sobre la barra y vi cómo dos de los gatitos se acercaban- hola, pequeños -los acaricié un poco, pero luego dirigí la vista a la cama, él está dormido, y por lo que veo, parece que ya está tomando medicamento.
No me gustaría despertarlo, tampoco hay indicio de que haya comido, así que saqué las cosas y me puse a lavar las verduras para hacer la comida, una sopa que le vendrá bien a ese resfriado.
-¿Podemos pasar a visitar a Sato? -le pregunté de la nada al señor Touji- compre algo para los gatitos y como papá me dijo que él me recogería hoy, las traje conmigo -puedo ir después a entregarlas, no es como si nunca más fuera a verlos pero tengo un poco de ganas de verlos. Él es muy amable conmigo y es otra de las personas con las que me he abierto fácilmente. Pero el señor Touji dijo que no se podría, porque Sato se encontraba resfriado y lo mejor era dejarlo descansar. Vaya, no esperaba eso- ¿se encuentra solo? -pregunté, porque él vive solo con los gatos- ¿no es mejor irle a echar un vistazo? Podemos cocinarle algo para que se sienta mejor -el señor Touji se quedó en silencio, y pensé que tal vez había dicho algo malo. Qué tonta soy, obviamente Sato no querría visitas en su estado. Pero el señor Touji habla y me dice que iremos, pero que tendrá que dejarme ahí porque debe pasar por papá en una hora- gracias.
Le pedí que me dejara en el supermercado que está a dos cuadras de allí, y solo me dejó porque le prometí llamarlo en cuanto estuviera en casa de Sato.
He comprado verduras, algunas botanas para los gatitos y unas pastillas para el dolor.Me pregunto si está tomando medicina.
Caminé las dos cuadras y al llegar, toqué dos veces sin recibir respuesta, y después puse la clave en la puerta que el señor Touji me había dado previamente.
-Con permiso -dejé mis zapatos acomodados y caminé a la cocina. Puse las bolsas sobre la barra y vi cómo dos de los gatitos se acercaban- hola, pequeños -los acaricié un poco, pero luego dirigí la vista a la cama, él está dormido, y por lo que veo, parece que ya está tomando medicamento.
No me gustaría despertarlo, tampoco hay indicio de que haya comido, así que saqué las cosas y me puse a lavar las verduras para hacer la comida, una sopa que le vendrá bien a ese resfriado.
- Mia:
Mia Ueda- Puntos : 105
Fecha de inscripción : 25/06/2016
Edad : 24
Re: Sick [Mia]
Mientras duermo escucho algunos ruidos, abro mis ojos, pero se siente tan pesados que apenas los puedo abrir un poco. Veo una silueta en la cocina.
-Mamá- mi voz sale muy baja, pero poco a poco voy notando que no es ella, es imposible que sea ella. Llevo mi mano al buró para tomar mi arma. Me levanto para quedar sentado y apunto a la persona en la cocina. Ni siquiera me he levantado rápido como para que los gatos que están en la cama conmigo se muevan.
Mi estado es tal, que estoy apuntando a la persona con un frasco de medicina, y tardo un poco en notarlo, es demasiado ligero a comparación de mi arma. Luego miro de nuevo a la persona. Mi vista comienza a ser más clara y veo de quien se trata. ¿Pero que hace ella aquí? ¿Por qué está en la cocina? esto no puede ser real, creo que debe ser un sueño o un delirio.
-¿Señorita?- dejo caer el frasco a la cama, porque ahora parece demasiado esfuerzo estirarme para dejarlo en el mueble, tallo mis ojos con mis manos y luego intento peinar un poco mi cabello que debe ser un desastre por todo el tiempo que llevo en la cama -¿Qué hace aquí?- ¿cuando llegó? ella no debería hacer estas cosas por mi -No tiene que hacer nada, tome asiento, yo me encargaré- aunque digo eso, no me muevo de inmediato, es como si mi cuerpo reaccionara con un retraso de varios segundos, tardo un poco no solo en comenzar a moverme, sino en levantarme, mis movimientos son lentos, pero lo hago por fin y camino a la cocina, pero antes de llegar me tomo un descanso apoyándome de la barra, me he cansado con un esfuerzo tan mínimo. La miro de nuevo, ahora que estoy mas cerca, aun si esto es producto de mi alta fiebre, no puedo dejar de tratarla con el respeto de siempre. Pero para empezar ¿Por qué ella? no sé que pasa dentro de mi cabeza como para traerla a ella, ¿será acaso que yo? no, no, imposible, es la hija del señor, solo le tengo respeto y aprecio ¿o no? -Yo lo haré, de verdad- insisto avanzando la poca distancia que queda y la tomo de la mano con intención de quitarle las cosas que tiene en ella y de nuevo estoy cansado que apoyo mi cabeza en su hombro.
Me cuesta percibir aromas por mi estado, pero logro notar la fragancia de ella, ¡esto no es un sueño!
-Lo siento, lo siento, no debí- retrocedo un paso para marcar la distancia de siempre. Me disculpo apoyándome ahora del refrigerador.
-Mamá- mi voz sale muy baja, pero poco a poco voy notando que no es ella, es imposible que sea ella. Llevo mi mano al buró para tomar mi arma. Me levanto para quedar sentado y apunto a la persona en la cocina. Ni siquiera me he levantado rápido como para que los gatos que están en la cama conmigo se muevan.
Mi estado es tal, que estoy apuntando a la persona con un frasco de medicina, y tardo un poco en notarlo, es demasiado ligero a comparación de mi arma. Luego miro de nuevo a la persona. Mi vista comienza a ser más clara y veo de quien se trata. ¿Pero que hace ella aquí? ¿Por qué está en la cocina? esto no puede ser real, creo que debe ser un sueño o un delirio.
-¿Señorita?- dejo caer el frasco a la cama, porque ahora parece demasiado esfuerzo estirarme para dejarlo en el mueble, tallo mis ojos con mis manos y luego intento peinar un poco mi cabello que debe ser un desastre por todo el tiempo que llevo en la cama -¿Qué hace aquí?- ¿cuando llegó? ella no debería hacer estas cosas por mi -No tiene que hacer nada, tome asiento, yo me encargaré- aunque digo eso, no me muevo de inmediato, es como si mi cuerpo reaccionara con un retraso de varios segundos, tardo un poco no solo en comenzar a moverme, sino en levantarme, mis movimientos son lentos, pero lo hago por fin y camino a la cocina, pero antes de llegar me tomo un descanso apoyándome de la barra, me he cansado con un esfuerzo tan mínimo. La miro de nuevo, ahora que estoy mas cerca, aun si esto es producto de mi alta fiebre, no puedo dejar de tratarla con el respeto de siempre. Pero para empezar ¿Por qué ella? no sé que pasa dentro de mi cabeza como para traerla a ella, ¿será acaso que yo? no, no, imposible, es la hija del señor, solo le tengo respeto y aprecio ¿o no? -Yo lo haré, de verdad- insisto avanzando la poca distancia que queda y la tomo de la mano con intención de quitarle las cosas que tiene en ella y de nuevo estoy cansado que apoyo mi cabeza en su hombro.
Me cuesta percibir aromas por mi estado, pero logro notar la fragancia de ella, ¡esto no es un sueño!
-Lo siento, lo siento, no debí- retrocedo un paso para marcar la distancia de siempre. Me disculpo apoyándome ahora del refrigerador.
Satoshi Ohkawa- Puntos : 54
Fecha de inscripción : 29/08/2017
Edad : 30
Re: Sick [Mia]
Dejé comida para los gatos porque no tenían mucho, y luego les di los pequeños juguetitos que había comprado para ellos. La mayoría están recostados junto a Sato, pero uno se quedó mirando los accesorios un rato para luego comenzar a jugar con ellos.
-Bien, manos a la obra -me puse un mandil que había cerca y comencé a picar las verduras y hervir algo de carne que había traído, luego de haberla preparado con sal y pimienta. Luego de un rato de mover los alimentos y preparar algo más para que comiera, escuché mi nombre y miré hacia la cama.
-Ah, Sato, ¿cómo te sientes? -pero regresé la vista a la estufa y puse el fuego bajo, tapando el caldo- ¿cómo? No, no puedes moverte. Está bien, ya casi termino -le sonreí y puse mi atención en la arrocera, también puse el té a calentar, he buscado una receta en internet que dice aliviar el malestar.
Confié en que Sato se quedaría acostado, pero cuando noté, ya estaba recargado en la barra e insistiendo que ayudaría.
-¿Qué haces aquí? -le pregunté casi dando un regaño, pero cuando noté su torso desnudo, desvié la vista a un lado. Está enfermo, no debería concentrarme en esas cosas- ya te dije que vuel… -me quedé callada y noté que ahora estaba recargado en mí. Mi corazón comenzó a latir fuerte, no pude moverme y no sabía si me sentía asustada, pero no tuve ese impulso por empujarlo- no… no pasa nada -miré al suelo, mi cara se siente caliente. Poco a poco levanté la vista, aunque pasando por su abdomen fue un vistazo muy rápido- Sato, ¿estás bien? -mis emociones de hace un momento se sustituyeron por preocupación- deja que me encargue de esto, yo fui quien decidió venir -dudé un poco, pero observé que casi estaba por caerse al suelo, así que acorté de nuevo la distancia y tomé su brazo para pasarlo por mis hombros- vamos de vuelta a la cama -mi pulso de nuevo se aceleró. No paro de repetirme que está enfermo, y que Sato nunca se aprovecharía de mí. Siento algo en el estómago pero no son mareos ni nauseas, es algo diferente.
Llegamos de nuevo a la cama, puse mi mano en su frente para sentir su temperatura.
-Tienes fiebre, acuéstate, por favor -esperé que lo hiciera, le tendí mi mano para que se apoyara porque luce muy débil- no te preocupes por formalidades, solo concéntrate en descansar -le sonreí y regresé a la cocina para poner el paño frío en su frente. Una vez que lo coloqué, miré la receta médica que estaba en el mueble del lado- te toca una de tus medicinas, ¿las has tomado en regla? -le ofrecí el vaso de agua y el medicamento correspondiente- bien, la comida está casi lista, solo recuéstate un poco -me alejé de nuevo para comprobar si ya estaba todo listo, y al notar que sí, apagué la estufa y comencé a sacar los trastes para servir.
-Bien, manos a la obra -me puse un mandil que había cerca y comencé a picar las verduras y hervir algo de carne que había traído, luego de haberla preparado con sal y pimienta. Luego de un rato de mover los alimentos y preparar algo más para que comiera, escuché mi nombre y miré hacia la cama.
-Ah, Sato, ¿cómo te sientes? -pero regresé la vista a la estufa y puse el fuego bajo, tapando el caldo- ¿cómo? No, no puedes moverte. Está bien, ya casi termino -le sonreí y puse mi atención en la arrocera, también puse el té a calentar, he buscado una receta en internet que dice aliviar el malestar.
Confié en que Sato se quedaría acostado, pero cuando noté, ya estaba recargado en la barra e insistiendo que ayudaría.
-¿Qué haces aquí? -le pregunté casi dando un regaño, pero cuando noté su torso desnudo, desvié la vista a un lado. Está enfermo, no debería concentrarme en esas cosas- ya te dije que vuel… -me quedé callada y noté que ahora estaba recargado en mí. Mi corazón comenzó a latir fuerte, no pude moverme y no sabía si me sentía asustada, pero no tuve ese impulso por empujarlo- no… no pasa nada -miré al suelo, mi cara se siente caliente. Poco a poco levanté la vista, aunque pasando por su abdomen fue un vistazo muy rápido- Sato, ¿estás bien? -mis emociones de hace un momento se sustituyeron por preocupación- deja que me encargue de esto, yo fui quien decidió venir -dudé un poco, pero observé que casi estaba por caerse al suelo, así que acorté de nuevo la distancia y tomé su brazo para pasarlo por mis hombros- vamos de vuelta a la cama -mi pulso de nuevo se aceleró. No paro de repetirme que está enfermo, y que Sato nunca se aprovecharía de mí. Siento algo en el estómago pero no son mareos ni nauseas, es algo diferente.
Llegamos de nuevo a la cama, puse mi mano en su frente para sentir su temperatura.
-Tienes fiebre, acuéstate, por favor -esperé que lo hiciera, le tendí mi mano para que se apoyara porque luce muy débil- no te preocupes por formalidades, solo concéntrate en descansar -le sonreí y regresé a la cocina para poner el paño frío en su frente. Una vez que lo coloqué, miré la receta médica que estaba en el mueble del lado- te toca una de tus medicinas, ¿las has tomado en regla? -le ofrecí el vaso de agua y el medicamento correspondiente- bien, la comida está casi lista, solo recuéstate un poco -me alejé de nuevo para comprobar si ya estaba todo listo, y al notar que sí, apagué la estufa y comencé a sacar los trastes para servir.
Mia Ueda- Puntos : 105
Fecha de inscripción : 25/06/2016
Edad : 24
Re: Sick [Mia]
Ella pregunta por mi estado doy mi respuesta como si de un reflejo se tratara.
-Bien- dudo que cualquier persona pueda creer esa respuesta, pero no me sale dar alguna otra -si puedo- digo débil, ni siquiera estoy seguro de que ella me ha escuchado -Tengo que ayudar- le respondo con la voz afectada por el agotamiento.
Desde el momento en que el señor Aoyama me dijo que tenía que tener mucho cuidado con el espacio personal de la señorita, siempre he cuidado ese detalle. En ningún momento me he acercado demasiado. De hecho esta es la primera vez que hay contacto entre nosotros. Ella no parece molesta o afectada y eso me da un poco de alivio. Diría que mi piel arde por el contacto con ella, pero, no, debe ser por la fiebre.
-Tal vez no tan bien- contesto ahora un poco más sincero que hace rato -Muchas gracias- la veo acercarse y toma mi brazo para que me pueda apoyar en ella. La señorita es una persona muy amable, no pensaba que ella se tomaría el tiempo de hacer algo como esto por alguien como yo -Está bien- imagino que esto es como una orden así que dejo mi necedad y solo obedezco.
Me subo de nuevo a la cama. Me recuesto en la cama con su ayuda. Le sonrío agradecido cuando dice que deje de preocuparme. Cierro mis ojos y uno de los gatos se acerca a mi buscando que lo deje entrar entre las cobijas conmigo, así que levando un poco la cobija para que se recueste a mi lado.
-No, no lo he hecho- digo con sinceridad. Tomo el baso con agua y tomo la medicina que me da -Gracias- vuelvo a decir.
Cierro mis ojos de nuevo y no tardo en quedar dormido, pero igual que hace rato, es caer rendido ante el cansancio, pero sentirme tan mal que no puedo descansar.
-Bien- dudo que cualquier persona pueda creer esa respuesta, pero no me sale dar alguna otra -si puedo- digo débil, ni siquiera estoy seguro de que ella me ha escuchado -Tengo que ayudar- le respondo con la voz afectada por el agotamiento.
Desde el momento en que el señor Aoyama me dijo que tenía que tener mucho cuidado con el espacio personal de la señorita, siempre he cuidado ese detalle. En ningún momento me he acercado demasiado. De hecho esta es la primera vez que hay contacto entre nosotros. Ella no parece molesta o afectada y eso me da un poco de alivio. Diría que mi piel arde por el contacto con ella, pero, no, debe ser por la fiebre.
-Tal vez no tan bien- contesto ahora un poco más sincero que hace rato -Muchas gracias- la veo acercarse y toma mi brazo para que me pueda apoyar en ella. La señorita es una persona muy amable, no pensaba que ella se tomaría el tiempo de hacer algo como esto por alguien como yo -Está bien- imagino que esto es como una orden así que dejo mi necedad y solo obedezco.
Me subo de nuevo a la cama. Me recuesto en la cama con su ayuda. Le sonrío agradecido cuando dice que deje de preocuparme. Cierro mis ojos y uno de los gatos se acerca a mi buscando que lo deje entrar entre las cobijas conmigo, así que levando un poco la cobija para que se recueste a mi lado.
-No, no lo he hecho- digo con sinceridad. Tomo el baso con agua y tomo la medicina que me da -Gracias- vuelvo a decir.
Cierro mis ojos de nuevo y no tardo en quedar dormido, pero igual que hace rato, es caer rendido ante el cansancio, pero sentirme tan mal que no puedo descansar.
Satoshi Ohkawa- Puntos : 54
Fecha de inscripción : 29/08/2017
Edad : 30
Re: Sick [Mia]
¿Bien? Claro que no lo está, y es bastante terco sobre su trabajo, apenas si puede mantenerse en pie pero él insiste en ser quien atienda.
-No, no tienes que ayudar -dije con voz amable, sentí el impulso por reprenderlo, pero sé que lo hace porque no quiere darme molestias. Es un poco como el señor Touji, siempre quiere encargarse de todo, a veces es pesado, aunque con Sato no lo considero así- solo ve a descansar -le repetí, porque incluso si le dejara ayudar, probablemente se terminaría quemando o algo.
Por fortuna decidió volver a la cama, se ve tan indefenso ahora que hasta parece tierno, aunque es muy malo de mi parte pensar como lindo sobre esta situación, él la está pasando mal.
-De nada, debes tomarlas a tiempo para que te recuperes pronto -le sonreí y volví a la cocina para lavar el vaso. Cuando regresé con la comida, él ya estaba dormido, sería grosero despertarlo, así que puse la charola junto a la cama- tal vez debería recoger un poco -no está muy sucio, incluso siendo un hombre soltero y enfermo, está bastante ordenado. Me encargué de lavar los trastes que utilicé, limpiar las cajas de arena de los gatos y recoger algunas cosas que había, aunque solo las acomodé en una esquina del sofá porque no puedo estar metiendo mano en su cómoda o su closet- listo -no pasé la aspiradora porque el ruido lo despertaría, pero sacudí un poco los muebles.
Me acerqué a la cama para tocar su frente, parece que la fiebre ha bajado, creo que debería bañarse porque está un poco sudado. Lo miré más detenidamente, no creo que sea buena idea que yo insinué que se bañe, ¿qué tal si me pide ayuda? No, no, él jamás haría algo así. Pero no puedo dejar solo a un enfermo en el baño… ¡Pero no me puedo meter con él al baño!
Mi cara se puso roja y suspiré. Qué tonterías estoy pensando.
-¿Cómo te sientes? -estoy sentada en la orilla de la cama, la comida sigue un poco caliente porque la dejé tapada- ¿tienes hambre? Me levanté para mover la charola cerca de él- primero come algo, y después puedes darte un baño, ¿quieres que lo prepare para ti? Para que no empeores, quedarte con la ropa húmeda no es buena idea -al final sí que lo dije, y sentí mis mejillas rojas, por eso evité mirarlo a los ojos.
-No, no tienes que ayudar -dije con voz amable, sentí el impulso por reprenderlo, pero sé que lo hace porque no quiere darme molestias. Es un poco como el señor Touji, siempre quiere encargarse de todo, a veces es pesado, aunque con Sato no lo considero así- solo ve a descansar -le repetí, porque incluso si le dejara ayudar, probablemente se terminaría quemando o algo.
Por fortuna decidió volver a la cama, se ve tan indefenso ahora que hasta parece tierno, aunque es muy malo de mi parte pensar como lindo sobre esta situación, él la está pasando mal.
-De nada, debes tomarlas a tiempo para que te recuperes pronto -le sonreí y volví a la cocina para lavar el vaso. Cuando regresé con la comida, él ya estaba dormido, sería grosero despertarlo, así que puse la charola junto a la cama- tal vez debería recoger un poco -no está muy sucio, incluso siendo un hombre soltero y enfermo, está bastante ordenado. Me encargué de lavar los trastes que utilicé, limpiar las cajas de arena de los gatos y recoger algunas cosas que había, aunque solo las acomodé en una esquina del sofá porque no puedo estar metiendo mano en su cómoda o su closet- listo -no pasé la aspiradora porque el ruido lo despertaría, pero sacudí un poco los muebles.
Me acerqué a la cama para tocar su frente, parece que la fiebre ha bajado, creo que debería bañarse porque está un poco sudado. Lo miré más detenidamente, no creo que sea buena idea que yo insinué que se bañe, ¿qué tal si me pide ayuda? No, no, él jamás haría algo así. Pero no puedo dejar solo a un enfermo en el baño… ¡Pero no me puedo meter con él al baño!
Mi cara se puso roja y suspiré. Qué tonterías estoy pensando.
-¿Cómo te sientes? -estoy sentada en la orilla de la cama, la comida sigue un poco caliente porque la dejé tapada- ¿tienes hambre? Me levanté para mover la charola cerca de él- primero come algo, y después puedes darte un baño, ¿quieres que lo prepare para ti? Para que no empeores, quedarte con la ropa húmeda no es buena idea -al final sí que lo dije, y sentí mis mejillas rojas, por eso evité mirarlo a los ojos.
Mia Ueda- Puntos : 105
Fecha de inscripción : 25/06/2016
Edad : 24
Re: Sick [Mia]
No sé cuanto me he quedado dormido, pero creo que por primera vez desde que estoy enfermo he descansado un poco, tal vez el sonido en la cocina me hizo sentir aquellos años de niñez cuando enfermaba y mamá cuidaba de mi. Pero luego de un rato despierto, no he dormido demasiado, o al menos eso creo.
-Mejor- no estoy de maravilla, pero creo que la fiebre se ha controlado un poco y eso da algo de alivio. Niego con la cabeza cuando pregunta si tengo hambre -pero comeré- sé que tal vez no tengo apetito, pero es mejor para mi cuerpo recibir alimento, y ya he sido suficientemente descuidado -Está bien- me acomodo en la cama para poder comer, al hacerlo el gato que dormía conmigo entre las cobijas, parece molesto por eso y sale de entre las cobijas, me lanza una mirada molesta y se va a echar ahora al mueble de la televisión.
Comienzo a comer, percibo más, la temperatura de la comida que su sabor, pero si no estuviera enfermo, seguro que la disfrutaría mucho más.
-Sabe delicioso- aunque me esfuerzo por comer, a penas y logro acabar con un poco más de la mitad de lo que hay en el plato -Lo siento, no puedo más-me disculpo apenado, pero incluso comer me hace sentir cansado.
-Tomaré el baño, no se preocupe, es regadera, así que no tiene que prepararlo- me destapo, para levantarme, creo que ahora ya no me siento tan mal, aunque me siento un poco como si estuviera borracho. Debe ser por la medicina, está haciendo efecto, tomo una toalla y pretendo entrar al baño cuando la puerta de la casa se abre. Veo aparecer a mi madre y me sonríe.
-Hijo, pensé que estabas enfermo, no que era un pretexto para invitar a tu novia- me dice y yo por primera vez abro bien mis ojos.
-¡Mamá!- me quejo por lo que ha dicho -es la señorita Ueda- le aclaro para que no vuelva a decir esas cosas.
Mamá es una mujer única, es muy alegre y creo que le gusta hacerme sentir avergonzado. Camina hasta la señorita y toma sus manos, le da las gracias por venir a cuidar de mi, habla de su buen corazón y que en eso se parece a su padre. No pienso diferente de mamá, pero ella se excede en halagos.
-Mi hijo tiene razón, usted es muy bella- dice mi madre -¡mamá!- me quejo por lo avergonzado que me hace sentir que le cuente esas cosas. Ella me ve con la toalla en la mano y me manda a bañar. Todo pasa tan rápido que ni tiempo me da de decirle a la señorita que se puede retirar cuando guste, porque seguro que mi madre no la dejará en paz.
Me meto a bañar, se siente bien el agua caliente, aunque tengo algunos escalofríos.
-Yo nunca le dije que era muy bella, solo le dije que era bonita- refunfuño un poco mientras levanto mi cara para que la espuma se lave de mi rostro. Mi cara arde pero creo que esta vez no tiene nada que ver la fiebre, y siento otro escalofrío al recordar que hace un rato la toqué -muy bonita.
-Mejor- no estoy de maravilla, pero creo que la fiebre se ha controlado un poco y eso da algo de alivio. Niego con la cabeza cuando pregunta si tengo hambre -pero comeré- sé que tal vez no tengo apetito, pero es mejor para mi cuerpo recibir alimento, y ya he sido suficientemente descuidado -Está bien- me acomodo en la cama para poder comer, al hacerlo el gato que dormía conmigo entre las cobijas, parece molesto por eso y sale de entre las cobijas, me lanza una mirada molesta y se va a echar ahora al mueble de la televisión.
Comienzo a comer, percibo más, la temperatura de la comida que su sabor, pero si no estuviera enfermo, seguro que la disfrutaría mucho más.
-Sabe delicioso- aunque me esfuerzo por comer, a penas y logro acabar con un poco más de la mitad de lo que hay en el plato -Lo siento, no puedo más-me disculpo apenado, pero incluso comer me hace sentir cansado.
-Tomaré el baño, no se preocupe, es regadera, así que no tiene que prepararlo- me destapo, para levantarme, creo que ahora ya no me siento tan mal, aunque me siento un poco como si estuviera borracho. Debe ser por la medicina, está haciendo efecto, tomo una toalla y pretendo entrar al baño cuando la puerta de la casa se abre. Veo aparecer a mi madre y me sonríe.
-Hijo, pensé que estabas enfermo, no que era un pretexto para invitar a tu novia- me dice y yo por primera vez abro bien mis ojos.
-¡Mamá!- me quejo por lo que ha dicho -es la señorita Ueda- le aclaro para que no vuelva a decir esas cosas.
Mamá es una mujer única, es muy alegre y creo que le gusta hacerme sentir avergonzado. Camina hasta la señorita y toma sus manos, le da las gracias por venir a cuidar de mi, habla de su buen corazón y que en eso se parece a su padre. No pienso diferente de mamá, pero ella se excede en halagos.
-Mi hijo tiene razón, usted es muy bella- dice mi madre -¡mamá!- me quejo por lo avergonzado que me hace sentir que le cuente esas cosas. Ella me ve con la toalla en la mano y me manda a bañar. Todo pasa tan rápido que ni tiempo me da de decirle a la señorita que se puede retirar cuando guste, porque seguro que mi madre no la dejará en paz.
Me meto a bañar, se siente bien el agua caliente, aunque tengo algunos escalofríos.
-Yo nunca le dije que era muy bella, solo le dije que era bonita- refunfuño un poco mientras levanto mi cara para que la espuma se lave de mi rostro. Mi cara arde pero creo que esta vez no tiene nada que ver la fiebre, y siento otro escalofrío al recordar que hace un rato la toqué -muy bonita.
Satoshi Ohkawa- Puntos : 54
Fecha de inscripción : 29/08/2017
Edad : 30
Re: Sick [Mia]
Él empieza a comer y trato de ser discreta al mirarlo. Cuando por fin dice que está rico, esbocé una sonrisa.
-Me alegra escucharlo -sé que mi comida no es tan mala, pero nunca cocino para nadie más que para mí, y no tengo un paladar exigente. Miré mi teléfono mientras él comía, tengo un mensaje de papá preguntando a qué hora deben pasar por mí, y uno de Ilkin, aunque no le dije que vendría a ver a Sato porque lo creí irrelevante- no te preocupes, al menos ya no tienes el estómago vacío -supongo que también me excedí con la cantidad de comida que le hice, pero al menos tiene para comer al rato o mañana- ah… -aparté la vista y me levanté rápido de la cama- está bien, entonces, ¿no necesitas mi ayuda? -ya dijo que no, pero igual pregunté.
Él se dirige al baño y yo me puse a recoger los trastes, cuando repentinamente se abrió la puerta y una mujer mayor entró. La miré desconcertada, pero mi cara se puso roja por el comentario que hizo y agaché la vista.
-Buenas tardes -caminé hasta ella con los trastes en la mano. Sato ya negó eso que ella dijo, pero es difícil mirarlo. Dejé las cosas sobre la barra y la saludé apropiadamente, es una persona muy cálida- no, muchas gracias a usted -dije haciendo una pequeña reverencia- Sato siempre cuida de mí, así que… -no supe qué más decir, solo sonreí mirando hacia un lado. De nuevo ella dice algo raro que me hace avergonzar. No sabía que Sato pensara eso de mí, siempre está muy serio, incluso llegué a pensar que era una molestia al visitarlo, pero que se comportaba educado porque es muy cercano a papá.
Nos quedamos solas y le ofrecí un poco de té, y dejé los trastes sucios sobre el fregadero.
-Aquí tiene -le dije con una sonrisa. Me senté junto a ella tomando un poco de té también. Quería lavar todo, pero es descortés dejarla sola.
-Muchas gracias por venir, te tomaste muchas molestias, incluso le hiciste de comer a mi hijo.
-No hice mucho realmente -miré el té, se ve que a ella le gusta elogiar a la gente.
Luego comenzó a contarme algunas cosas que le dijo Sato de mí, la mayoría solo me hace sentir avergonzada, comienzo a pensar que son solo bromas de la señora, porque él no tendría razones para hablar sobre mí, ¿cierto? Pero podo a poco mis nervios se van calmando, y me ha dicho de cuando Sato enfermaba de pequeño, y otras memorias de su niñez. No me percaté que la estaba mirando atentamente y sonriendo.
-Es cierto, Sato no llevó ropa limpia -se levantó hacia el closet y la seguí con la mirada. Sacó unas prendas, incluso ropa interior y se acercó a mí- ¿se las puedes llevar? Es que debo hacer una llamada.
-¿Qué? -pero ni modo de decirle que no, ya tengo las cosas en la mano- ah, está bien -mi cara está muy roja, incluso me tiemblan las manos.
Ella se salió al patio de afuera y la miré desde el otro extremo, frente a la puerta del baño. Tomé aire, y luego di un par de golpesitos antes de entrar.
-Me alegra escucharlo -sé que mi comida no es tan mala, pero nunca cocino para nadie más que para mí, y no tengo un paladar exigente. Miré mi teléfono mientras él comía, tengo un mensaje de papá preguntando a qué hora deben pasar por mí, y uno de Ilkin, aunque no le dije que vendría a ver a Sato porque lo creí irrelevante- no te preocupes, al menos ya no tienes el estómago vacío -supongo que también me excedí con la cantidad de comida que le hice, pero al menos tiene para comer al rato o mañana- ah… -aparté la vista y me levanté rápido de la cama- está bien, entonces, ¿no necesitas mi ayuda? -ya dijo que no, pero igual pregunté.
Él se dirige al baño y yo me puse a recoger los trastes, cuando repentinamente se abrió la puerta y una mujer mayor entró. La miré desconcertada, pero mi cara se puso roja por el comentario que hizo y agaché la vista.
-Buenas tardes -caminé hasta ella con los trastes en la mano. Sato ya negó eso que ella dijo, pero es difícil mirarlo. Dejé las cosas sobre la barra y la saludé apropiadamente, es una persona muy cálida- no, muchas gracias a usted -dije haciendo una pequeña reverencia- Sato siempre cuida de mí, así que… -no supe qué más decir, solo sonreí mirando hacia un lado. De nuevo ella dice algo raro que me hace avergonzar. No sabía que Sato pensara eso de mí, siempre está muy serio, incluso llegué a pensar que era una molestia al visitarlo, pero que se comportaba educado porque es muy cercano a papá.
Nos quedamos solas y le ofrecí un poco de té, y dejé los trastes sucios sobre el fregadero.
-Aquí tiene -le dije con una sonrisa. Me senté junto a ella tomando un poco de té también. Quería lavar todo, pero es descortés dejarla sola.
-Muchas gracias por venir, te tomaste muchas molestias, incluso le hiciste de comer a mi hijo.
-No hice mucho realmente -miré el té, se ve que a ella le gusta elogiar a la gente.
Luego comenzó a contarme algunas cosas que le dijo Sato de mí, la mayoría solo me hace sentir avergonzada, comienzo a pensar que son solo bromas de la señora, porque él no tendría razones para hablar sobre mí, ¿cierto? Pero podo a poco mis nervios se van calmando, y me ha dicho de cuando Sato enfermaba de pequeño, y otras memorias de su niñez. No me percaté que la estaba mirando atentamente y sonriendo.
-Es cierto, Sato no llevó ropa limpia -se levantó hacia el closet y la seguí con la mirada. Sacó unas prendas, incluso ropa interior y se acercó a mí- ¿se las puedes llevar? Es que debo hacer una llamada.
-¿Qué? -pero ni modo de decirle que no, ya tengo las cosas en la mano- ah, está bien -mi cara está muy roja, incluso me tiemblan las manos.
Ella se salió al patio de afuera y la miré desde el otro extremo, frente a la puerta del baño. Tomé aire, y luego di un par de golpesitos antes de entrar.
Mia Ueda- Puntos : 105
Fecha de inscripción : 25/06/2016
Edad : 24
Re: Sick [Mia]
No suelo tardar mucho para bañarme, pero hoy me estoy tomando mi tiempo, el agua se siente bien, y es agradable. Creo que me hacía mucha falta, para refrescarme y quitarme el sudor que ya tenía, ahora hasta creo que quiero cambiar la cama, pero supongo que es solo un capricho de persona enferma. Tengo tantas ganas de acostarme y dormir, pero dormir bien, no como lo he estado haciendo. Tal vez si como dice la señorita, tomara mis medicinas en regla, estaría mejor, podría descansar mejor y ahora no estaría en el estado en el que estoy.
Aunque debo aceptar, que no solo estoy tardando porque el baño me haga sentir tan bien, sino que no quiero salir y escuchar las cosas que anda diciendo mamá, es que realmente me hace sentir muy avergonzado con la señorita. Pero es que en este tiempo le he tomado mucho cariño, al principio solo la cuidaba porque me pidieron que lo hiciera, pero poco a poco he comenzado a preocuparme genuinamente por ella.
Escucho unos golpes en la puerta, debe ser mamá, así que no le contesto, seguro sabe que estoy un poco molesto por lo que ha dicho. Aunque es extraño, siempre hablo con cariño sobre el señor Ueda o el señor Aoyama, y ella algunas veces ha hecho lo mismo, contar las cosas que le digo a ellos. Pero no sé porque está vez me he puesto tan nervioso.
-Mamá- reclamo al escuchar la puerta, esa mujer no respeta para nada mi intimidad. Pero al girar, veo a la señorita a través del cristal empañado -¡señorita! como puedo me muevo para alcanzar la toalla, ni siquiera pienso en cerrar al agua, solo intento cubrirme, pero en el movimiento, termino resbalando y caigo en el suelo. Me pego en la cabeza y pierdo el conocimiento al instante.
Aunque debo aceptar, que no solo estoy tardando porque el baño me haga sentir tan bien, sino que no quiero salir y escuchar las cosas que anda diciendo mamá, es que realmente me hace sentir muy avergonzado con la señorita. Pero es que en este tiempo le he tomado mucho cariño, al principio solo la cuidaba porque me pidieron que lo hiciera, pero poco a poco he comenzado a preocuparme genuinamente por ella.
Escucho unos golpes en la puerta, debe ser mamá, así que no le contesto, seguro sabe que estoy un poco molesto por lo que ha dicho. Aunque es extraño, siempre hablo con cariño sobre el señor Ueda o el señor Aoyama, y ella algunas veces ha hecho lo mismo, contar las cosas que le digo a ellos. Pero no sé porque está vez me he puesto tan nervioso.
-Mamá- reclamo al escuchar la puerta, esa mujer no respeta para nada mi intimidad. Pero al girar, veo a la señorita a través del cristal empañado -¡señorita! como puedo me muevo para alcanzar la toalla, ni siquiera pienso en cerrar al agua, solo intento cubrirme, pero en el movimiento, termino resbalando y caigo en el suelo. Me pego en la cabeza y pierdo el conocimiento al instante.
Satoshi Ohkawa- Puntos : 54
Fecha de inscripción : 29/08/2017
Edad : 30
Re: Sick [Mia]
No se porqué abrí la puerta. Supongo que me confié en que la mayoría de los baños tienen la zona de la regadera dividida del resto del baño, y planeaba dejar su ropa por un rincón y salir de inmediato.
-¡Ah, lo siento! -mi cara se puso totalmente roja, fueron apenas unos segundos, pero vi su cuerpo desnudo, más que hace un rato.
Escuché un golpe, estaba a punto de salir corriendo pero entonces me giré a ver.
-¿Sato? -vi su cuerpo tirado a través del cristal empañado- ¡Sato! -me moví hacia la regadera, pero al verlo desnudo tan de cerca, mi corazón sintió esa sensación de miedo- no, no, no -me metí al cubículo para cerrar la llave de agua, toda mi camisa se empapó de inmediato- ¿Sato? -me agaché para verlo, dios mío- Sato, lo siento, lo siento -comencé a disculparme y a llorar. Mis manos temblaron- una… algo-me levanté y agarré mi cabeza, respiré profundo y vi las toallas secas. Tomé una y volví donde él, y con cuidado lo tomé de los brazos para sentarlo sobre el suelo. Pegué mi oreja a su pecho, dios, no debí moverlo, pero su corazón sigue latiendo, ¡está vivo!
Me eché la toalla en un hombro, y luego intenté levantarlo, pero es pesado y caí de rodillas. De nuevo lo intenté, me apoyé en el vidrio y logré levantarlo. La toalla mojada quedó en el suelo, pero eso no importa ahora.
-¡Señora! -grité lo más duro posible, tiene que escucharme, apenas si he avanzado dos pasos- ¡Señora! -miré la cara de Sato, si algo le pasó no sé qué haré, todo es mi culpa.
La señora entró por la puerta y me preguntó lo que había pasado. Le expliqué que se cayó y golpeó la cabeza, y lo llevamos juntas hasta la cama. Ella le midió el pulso, y me hizo ir por alcohol y algodón, y una toalla más además de la que ya traía.
Ella le dio a oler un poco de alcohol, esperamos un poco y él despertó.
-¡Sato! -me incliné hacia él y lo abracé. Pensé lo peor cuando lo vi allí tirado- lo siento -me disculpé y mordí mi labio para no llorar, pero un par de lágrimas salieron inevitablemente.
Su madre me dijo que le diera un poco de espacio, ella luce tan tranquila.
-No te preocupes, corazón, él está bien. Y tú, ¿qué fue lo que pasó? -ella se rió, pero luego comenzó a secar cuidadosamente a Sato y a revisar su cabeza. Me percaté que lo estaba mirando mucho y me giré a un lado.
-La toalla -se la extendí a ella para que secara su cuerpo. Luego me pidió algunas sábanas limpias, porque había un poco de agua y sudor sobre las de ahora.
-¡Ah, lo siento! -mi cara se puso totalmente roja, fueron apenas unos segundos, pero vi su cuerpo desnudo, más que hace un rato.
Escuché un golpe, estaba a punto de salir corriendo pero entonces me giré a ver.
-¿Sato? -vi su cuerpo tirado a través del cristal empañado- ¡Sato! -me moví hacia la regadera, pero al verlo desnudo tan de cerca, mi corazón sintió esa sensación de miedo- no, no, no -me metí al cubículo para cerrar la llave de agua, toda mi camisa se empapó de inmediato- ¿Sato? -me agaché para verlo, dios mío- Sato, lo siento, lo siento -comencé a disculparme y a llorar. Mis manos temblaron- una… algo-me levanté y agarré mi cabeza, respiré profundo y vi las toallas secas. Tomé una y volví donde él, y con cuidado lo tomé de los brazos para sentarlo sobre el suelo. Pegué mi oreja a su pecho, dios, no debí moverlo, pero su corazón sigue latiendo, ¡está vivo!
Me eché la toalla en un hombro, y luego intenté levantarlo, pero es pesado y caí de rodillas. De nuevo lo intenté, me apoyé en el vidrio y logré levantarlo. La toalla mojada quedó en el suelo, pero eso no importa ahora.
-¡Señora! -grité lo más duro posible, tiene que escucharme, apenas si he avanzado dos pasos- ¡Señora! -miré la cara de Sato, si algo le pasó no sé qué haré, todo es mi culpa.
La señora entró por la puerta y me preguntó lo que había pasado. Le expliqué que se cayó y golpeó la cabeza, y lo llevamos juntas hasta la cama. Ella le midió el pulso, y me hizo ir por alcohol y algodón, y una toalla más además de la que ya traía.
Ella le dio a oler un poco de alcohol, esperamos un poco y él despertó.
-¡Sato! -me incliné hacia él y lo abracé. Pensé lo peor cuando lo vi allí tirado- lo siento -me disculpé y mordí mi labio para no llorar, pero un par de lágrimas salieron inevitablemente.
Su madre me dijo que le diera un poco de espacio, ella luce tan tranquila.
-No te preocupes, corazón, él está bien. Y tú, ¿qué fue lo que pasó? -ella se rió, pero luego comenzó a secar cuidadosamente a Sato y a revisar su cabeza. Me percaté que lo estaba mirando mucho y me giré a un lado.
-La toalla -se la extendí a ella para que secara su cuerpo. Luego me pidió algunas sábanas limpias, porque había un poco de agua y sudor sobre las de ahora.
Mia Ueda- Puntos : 105
Fecha de inscripción : 25/06/2016
Edad : 24
Re: Sick [Mia]
Doy un brinquito a causa de ese de la necesidad de aire, borrosamente veo que una mano sostiene algo cerca de mi cara y la alejo buscando respirar aire puro. Ahora siento el frío de la ropa mojada de la persona que me abraza, pero su voz es agradable.
-señorita inclino un poco mi cabeza para que mi sien toque so cabeza y sonrío, es agradable la forma en la que estamos.
Me doy cuenta de que mamá está aquí cuando habla.
-Lo siento, yo-hago una pausa recordando lo que ha pasado, y entonces viene a mi memoria el incidente, no solo mi cara arde de la vergüenza, siento que todo mi cuerpo reacciona de la misma manera.
Me intento inclinar para disculparme con la señorita, pero el movimiento rápido hace que sienta una punzada en la cabeza. Llevo mi mano al lugar donde me duele y siento un chichón que al tocarlo me hace soltar un quejido de dolor.
[color:f09b=ff7700]-Me resbalé- digo apenado a mamá que no deja de mirarme con insistencia. Aun estoy algo aturdido y mamá dice que me levante para cambiar las sabanas, pero cuando estoy por hacerlo me vuelvo a cubrir con las cobijas.
-No tengo, ropa- apenas me pongo a pensar en como me sacaron del baño, y me trajeron, mi cara no puede ser mas roja en este momento y miro de reojo a la señorita, noto el estado de la ropa de ella. No, me equivoqué, ahora si que debe estar más roja.
-Su… su- desvío la mirada y señalo a la señorita.
-¡Oh tu ropa!- exclama mi mamá y comienza a buscar entre las cosas, a mi me lanza un par de prendas -vístete- me ordena y dentro de las cobijas me pongo el boxer y el pans -para ti, toma, usa esta- dice ahora dandole una camisa mía para que se la pueda poner.
-El baño está por allá- señalo la puerta para que se pueda ir a cambiar. Pero claro que está por allá ¡ella ya sabe donde está! suspiro pesadamente cuando ella va al baño y salgo de la cama, me siento en uno de los asientos frente a la tele.
-Es muy linda, ya veo porque te está enamorando- dice mamá mientras está cambiando la cama.
-¿Qué? no yo no. No digas cosas sin sentido- me quejo ante lo absurdo de sus palabras, ¿yo enamorado de ella? imposible, porque ella es la señorita y yo soy solo un subordinado.
-señorita inclino un poco mi cabeza para que mi sien toque so cabeza y sonrío, es agradable la forma en la que estamos.
Me doy cuenta de que mamá está aquí cuando habla.
-Lo siento, yo-hago una pausa recordando lo que ha pasado, y entonces viene a mi memoria el incidente, no solo mi cara arde de la vergüenza, siento que todo mi cuerpo reacciona de la misma manera.
Me intento inclinar para disculparme con la señorita, pero el movimiento rápido hace que sienta una punzada en la cabeza. Llevo mi mano al lugar donde me duele y siento un chichón que al tocarlo me hace soltar un quejido de dolor.
[color:f09b=ff7700]-Me resbalé- digo apenado a mamá que no deja de mirarme con insistencia. Aun estoy algo aturdido y mamá dice que me levante para cambiar las sabanas, pero cuando estoy por hacerlo me vuelvo a cubrir con las cobijas.
-No tengo, ropa- apenas me pongo a pensar en como me sacaron del baño, y me trajeron, mi cara no puede ser mas roja en este momento y miro de reojo a la señorita, noto el estado de la ropa de ella. No, me equivoqué, ahora si que debe estar más roja.
-Su… su- desvío la mirada y señalo a la señorita.
-¡Oh tu ropa!- exclama mi mamá y comienza a buscar entre las cosas, a mi me lanza un par de prendas -vístete- me ordena y dentro de las cobijas me pongo el boxer y el pans -para ti, toma, usa esta- dice ahora dandole una camisa mía para que se la pueda poner.
-El baño está por allá- señalo la puerta para que se pueda ir a cambiar. Pero claro que está por allá ¡ella ya sabe donde está! suspiro pesadamente cuando ella va al baño y salgo de la cama, me siento en uno de los asientos frente a la tele.
-Es muy linda, ya veo porque te está enamorando- dice mamá mientras está cambiando la cama.
-¿Qué? no yo no. No digas cosas sin sentido- me quejo ante lo absurdo de sus palabras, ¿yo enamorado de ella? imposible, porque ella es la señorita y yo soy solo un subordinado.
Satoshi Ohkawa- Puntos : 54
Fecha de inscripción : 29/08/2017
Edad : 30
Re: Sick [Mia]
Sato no ha dicho la verdad a su madre, aunque es cierto que resbaló, pero fue porque entré imprudentemente al baño..
Me quedé en silencio con la mirada en mi falda, está un poco mojada. Al menos Sato no se ha enojado. Pero cuando dice que está desnudo, siento un tirón en el pecho, algo muy extraño, y cierro los ojos.
-Ah -miré la camisa en mis manos- mu-muchas gracias -luego mire a Sato por fin, parece que su fiebre volvió por mi culpa, tiene las mejillas rojas- o-okey -caminé en dirección al baño. Cerré la puerta y solté el aire. Llevé mi mano a mi pecho, está latiendo muy rápido mi corazón- debe ser el susto -dije en voz alta. Luego miré el desastre que había quedado en el baño. Pero no tengo con qué limpiar, solo levanté la toalla que él tenía sobre su cuerpo, la exprimí y la dejé colgada. Otra vez recordé la escena, y no sé si me siento nerviosa porque algo muy malo pudo pasar, o por haberlo visto sin ropa- ¿y ahora qué? -suspiré y comencé a desabotonar la blusa- ¡dios mío! -¡todo se transparenta! No puedo estar más avergonzada, hice muchas cosas estúpidas, ¿cómo se supone que lo mire ahora?
Me coloqué la camisa y exprimí mi blusa, la dejé un momento colgada en el baño y salí insegura.
-¿Cómo te sientes? -agaché la mirada, él sigue sentado en el sofá, así que me senté en el otro con cuidado, porque están las cosas que doblé hace un rato- lamento eso -todavía no levanté la mirada, estoy muerta de la pena.
-Mia, ¿puedes ayudar a Sato a regresar a la cama? -levanté la vista y miré a la señora, tiene una gran sonrisa en la cara.
-Sí -¿pero cómo le ayudo? Me levanté y me paré cerca de él y le extendí mi mano- te ayudo -no trae camisa puesta. Está enfermo, está enfermo, me repito, porque inconscientemente termino viendo su abdomen.
Llegamos a la cama y me quedé parada sin saber qué hacer. Debería irme, ya hice demasiado desastre.
-Ah, los trastes -recordé que no había lavado nada, pero la mamá de Sato me dijo que cuidara de él, que ella se encagraba.
Me quedé en silencio con la mirada en mi falda, está un poco mojada. Al menos Sato no se ha enojado. Pero cuando dice que está desnudo, siento un tirón en el pecho, algo muy extraño, y cierro los ojos.
-Ah -miré la camisa en mis manos- mu-muchas gracias -luego mire a Sato por fin, parece que su fiebre volvió por mi culpa, tiene las mejillas rojas- o-okey -caminé en dirección al baño. Cerré la puerta y solté el aire. Llevé mi mano a mi pecho, está latiendo muy rápido mi corazón- debe ser el susto -dije en voz alta. Luego miré el desastre que había quedado en el baño. Pero no tengo con qué limpiar, solo levanté la toalla que él tenía sobre su cuerpo, la exprimí y la dejé colgada. Otra vez recordé la escena, y no sé si me siento nerviosa porque algo muy malo pudo pasar, o por haberlo visto sin ropa- ¿y ahora qué? -suspiré y comencé a desabotonar la blusa- ¡dios mío! -¡todo se transparenta! No puedo estar más avergonzada, hice muchas cosas estúpidas, ¿cómo se supone que lo mire ahora?
Me coloqué la camisa y exprimí mi blusa, la dejé un momento colgada en el baño y salí insegura.
-¿Cómo te sientes? -agaché la mirada, él sigue sentado en el sofá, así que me senté en el otro con cuidado, porque están las cosas que doblé hace un rato- lamento eso -todavía no levanté la mirada, estoy muerta de la pena.
-Mia, ¿puedes ayudar a Sato a regresar a la cama? -levanté la vista y miré a la señora, tiene una gran sonrisa en la cara.
-Sí -¿pero cómo le ayudo? Me levanté y me paré cerca de él y le extendí mi mano- te ayudo -no trae camisa puesta. Está enfermo, está enfermo, me repito, porque inconscientemente termino viendo su abdomen.
Llegamos a la cama y me quedé parada sin saber qué hacer. Debería irme, ya hice demasiado desastre.
-Ah, los trastes -recordé que no había lavado nada, pero la mamá de Sato me dijo que cuidara de él, que ella se encagraba.
Mia Ueda- Puntos : 105
Fecha de inscripción : 25/06/2016
Edad : 24
Re: Sick [Mia]
Mi madre es un poco soñadora, lo que dice no tiene sentido, ¿yo enamorado? es que es una tontería, yo solamente tengo un profundo cariño, no, un profundo respeto si, eso respeto. Enamorado yo, jaja, que tontería.
Bajo la mirada cuando ella sale del baño. Vuelvo a sentirme avergonzado de solo estar en el mismo espacio que ella. Está usando algo de topa mía, ¿por que me emociono por algo así?
-gracias- ¿gracias? ella te preguntó como me siento y digo gracias -digo, bien, gracias por preguntar- escucho la risa de mama. Ella parece divertirse mucho a costa mía. Estoy enfermo, me he golpeado la cabeza, pero ella solo se ríe. Escucho a la señorita disculparse por eso… ella me vió, que vergüenza siento, así que asiento con la cabeza para indicar que no hay problema, pero no puedo decirlo con palabras porque seguro que mi voz sale toda nerviosa.
Ahora quien habla es mi madre y la mira con gesto reprobatorio, ¡esta mujer! observo la mano de la señorita, y mi mano se mueve para tocarla. Tocarla de nuevo. Me siento nervioso, y miro expectante nuestras manos como están mas y mas cerca. Al tocarla, puedo sentir lo agradable que es su piel, ¿tiene eso algún sentido? nunca lo había pensando, consideraba que toda la piel de todas las personas era igual, pero tal vez no es así, o tal vez solo la de ella tiene algo especial. Levanto la mirada y de reojo puedo ver a mi madre con esa sonrisa en su rostro.
Me pongo de pie y comienzo a caminar a la cama, y evito ver a mi madre y su sonrisa.
Mamá se ha ido a lavar y yo me quedo con la señorita.
Me siento nervioso, creo que lo que ha dicho mi madre me ha afectado un poco
-Tome asiento- me muevo un poco más al centro de la cama. Los gatos comienzan a acercar para subir de nuevo, uno de ellos ronronea y se acerca a la señorita para exigir algo de cariño -señorita, lo siento mucho, hoy le he causado varios inconvenientes- hablo un poco bajo, ya que en mi casa no hay demasiado espacio para la privacidad -espero pueda disculparme por todo- me inclino para expresar mi arrepentimiento, me duele un poco la espalda de lo mucho que estoy intentando bajar, pero en la posición que me encuentro no es tan fácil.
Creo que tal vez hay algo sobre lo que dijo mamá, tal vez yo siento algo más fuerte por ella, pero simplemente es algo imposible, no puedo ambicionar algo como eso. Seré feliz esforzándome por la felicidad de ella, no necesito nada más que eso.
Bajo la mirada cuando ella sale del baño. Vuelvo a sentirme avergonzado de solo estar en el mismo espacio que ella. Está usando algo de topa mía, ¿por que me emociono por algo así?
-gracias- ¿gracias? ella te preguntó como me siento y digo gracias -digo, bien, gracias por preguntar- escucho la risa de mama. Ella parece divertirse mucho a costa mía. Estoy enfermo, me he golpeado la cabeza, pero ella solo se ríe. Escucho a la señorita disculparse por eso… ella me vió, que vergüenza siento, así que asiento con la cabeza para indicar que no hay problema, pero no puedo decirlo con palabras porque seguro que mi voz sale toda nerviosa.
Ahora quien habla es mi madre y la mira con gesto reprobatorio, ¡esta mujer! observo la mano de la señorita, y mi mano se mueve para tocarla. Tocarla de nuevo. Me siento nervioso, y miro expectante nuestras manos como están mas y mas cerca. Al tocarla, puedo sentir lo agradable que es su piel, ¿tiene eso algún sentido? nunca lo había pensando, consideraba que toda la piel de todas las personas era igual, pero tal vez no es así, o tal vez solo la de ella tiene algo especial. Levanto la mirada y de reojo puedo ver a mi madre con esa sonrisa en su rostro.
Me pongo de pie y comienzo a caminar a la cama, y evito ver a mi madre y su sonrisa.
Mamá se ha ido a lavar y yo me quedo con la señorita.
Me siento nervioso, creo que lo que ha dicho mi madre me ha afectado un poco
-Tome asiento- me muevo un poco más al centro de la cama. Los gatos comienzan a acercar para subir de nuevo, uno de ellos ronronea y se acerca a la señorita para exigir algo de cariño -señorita, lo siento mucho, hoy le he causado varios inconvenientes- hablo un poco bajo, ya que en mi casa no hay demasiado espacio para la privacidad -espero pueda disculparme por todo- me inclino para expresar mi arrepentimiento, me duele un poco la espalda de lo mucho que estoy intentando bajar, pero en la posición que me encuentro no es tan fácil.
Creo que tal vez hay algo sobre lo que dijo mamá, tal vez yo siento algo más fuerte por ella, pero simplemente es algo imposible, no puedo ambicionar algo como eso. Seré feliz esforzándome por la felicidad de ella, no necesito nada más que eso.
Satoshi Ohkawa- Puntos : 54
Fecha de inscripción : 29/08/2017
Edad : 30
Re: Sick [Mia]
Sato parece nervioso. ¿Estará realmente bien? Se dio un golpe muy fuerte. Pero insistir sobre eso es volver a recordar cómo sucedieron las cosas, en primer lugar, ¿qué rayos pensé al meterme al baño donde se encontraba un hombre desnudo? Creo que a veces olvido ese detalle porque me siento muy cómoda con él, pero creo que ahora no será sencillo olvidar.
-Me alegro -susurré bajito, su mamá se ríe y no entiendo porqué. Hace un rato también lo hacía,creo que le gusta molestar a Sato.
Cuando nos tomamos de la mano sentí una descarga en mi cuerpo, esto no puede ser cierto. La única vez que sentí algo similar fue cuando Ilkin me besó, ¿por qué me pongo así solo porque nuestras manos se tocan? ¿Es porque lo vi desnudo? ¡Deja de repetirte eso! Se suponía que lo olvidaría lo más pronto posible.
-Ah, gracias -me senté con cuidado sobre la cama, estoy muy nerviosa, ni siquiera cuando estuvimos a solas me sentía así. Uno de los gatitos se acerca y sonrío, y luego comienzo a acariciarlo- no, no, está bien, yo soy…. yo fui quien quiso venir, así que -levanté un poco la voz por los nervios, y de nuevo agaché la mirada- perdón por venir cuando te encuentras enfermo -incliné mi cabeza y me quedé en esa posición- y por causarte el inconveniente del baño -otra vez mi cara se puso roja,al menos él no me está mirando, eso espero- no sé por qué hice eso, no quería espiarte, no pienses eso -mi voz salió un poco rara y aclaré mi garganta- la próxima vez esperaré a que te sientas mejor para visitarte -la próxima… espera, ¿podré hacerlo? Estoy así de ansiosa y su madre está aquí, ¿cómo estaría si estuviéramos solos? No debo pensar en eso, Sato es casi un amigo para mí, no puedo ponerme así solo por estar con él, convivimos mucho, tengo que olvidar lo que vi
Su mamá regresa y empieza a acomodar su medicamento, le explica algunas cosas y me dice que ha lavado lo poco que había.
-Debo irme, veo que no me necesitan por aquí, así que… te veré mañana, tal vez -me miró sonriente, ella solo hace que todo parezca otra cosa- fue un gusto conocerte, Mia, dejo a Sato a tu cuidado -espera, ¿ya se va?
-Claro, gracias por todo -mi corazón está muy acelerado. Cálmate, no es la primera vez que estás a solas con él. Hasta la primera vez que nos vimos viajamos y cenamos juntos, incluso él me vio en pijama… ¿por qué sigo recordando cosas vergonzosas?
-Me alegro -susurré bajito, su mamá se ríe y no entiendo porqué. Hace un rato también lo hacía,creo que le gusta molestar a Sato.
Cuando nos tomamos de la mano sentí una descarga en mi cuerpo, esto no puede ser cierto. La única vez que sentí algo similar fue cuando Ilkin me besó, ¿por qué me pongo así solo porque nuestras manos se tocan? ¿Es porque lo vi desnudo? ¡Deja de repetirte eso! Se suponía que lo olvidaría lo más pronto posible.
-Ah, gracias -me senté con cuidado sobre la cama, estoy muy nerviosa, ni siquiera cuando estuvimos a solas me sentía así. Uno de los gatitos se acerca y sonrío, y luego comienzo a acariciarlo- no, no, está bien, yo soy…. yo fui quien quiso venir, así que -levanté un poco la voz por los nervios, y de nuevo agaché la mirada- perdón por venir cuando te encuentras enfermo -incliné mi cabeza y me quedé en esa posición- y por causarte el inconveniente del baño -otra vez mi cara se puso roja,al menos él no me está mirando, eso espero- no sé por qué hice eso, no quería espiarte, no pienses eso -mi voz salió un poco rara y aclaré mi garganta- la próxima vez esperaré a que te sientas mejor para visitarte -la próxima… espera, ¿podré hacerlo? Estoy así de ansiosa y su madre está aquí, ¿cómo estaría si estuviéramos solos? No debo pensar en eso, Sato es casi un amigo para mí, no puedo ponerme así solo por estar con él, convivimos mucho, tengo que olvidar lo que vi
Su mamá regresa y empieza a acomodar su medicamento, le explica algunas cosas y me dice que ha lavado lo poco que había.
-Debo irme, veo que no me necesitan por aquí, así que… te veré mañana, tal vez -me miró sonriente, ella solo hace que todo parezca otra cosa- fue un gusto conocerte, Mia, dejo a Sato a tu cuidado -espera, ¿ya se va?
-Claro, gracias por todo -mi corazón está muy acelerado. Cálmate, no es la primera vez que estás a solas con él. Hasta la primera vez que nos vimos viajamos y cenamos juntos, incluso él me vio en pijama… ¿por qué sigo recordando cosas vergonzosas?
Mia Ueda- Puntos : 105
Fecha de inscripción : 25/06/2016
Edad : 24
Re: Sick [Mia]
Realmente detesto que mi mamá haga lo que hace, desearía que no me hubiera ducho lo que dijo, porque solo me hace darme cuenta de muchas más cosas. Siempre pensé en lo lindo de su sonrisa, desde la primera vez que la vi, pero ahora sé muy claramente que me gusta mucho verla sonreír. Justo como ahora que acaricia a uno de mis gatos.
-Y lo agradezco mucho, suele ser solo mamá quien se preocupa por mi, gracias por preocuparse tanto por mi- decir eso hace que toda mi cara arda. No es que nunca me haya gustado nadie, ni siquiera soy una persona tan inocente en ese aspecto, pero ella no es cualquier persona, está muy por encima de cualquier persona que pueda haberme gustado.
Ella vuelve a mencionar lo del baño, pero es para disculparse.
-No, no se preocupe, yo estoy bien. Lamento no haber puesto el seguro, fui descuidado- miro la sabana porque no me atrevo a levantar la mirada -No, yo jamás pensaría eso- le digo de inmediato porque no quiero que se sienta incómoda, de hecho esa posibilidad ni siquiera pasó por mi cabeza -entonces me recuperaré pronto- digo con determinación como si de una tarea se tratara.
Mamá regresa y sale de nuevo con otra de sus jugadas, no se que pasa por su cabeza. Bueno, si lo puedo imaginar, ella ya me imagina enamorado y casado con la señorita, pero eso es imposible, no soy para nada la persona adecuada para ella.
-Madre- le llamo y niego con la cabeza como para que deje de fantasear, aun si yo estoy enamorado, nada de lo que ella imagina pasará -cuidate- le digo al despedirnos.
Permanecemos en silencio un buen rato y me acomodo en la cama, porque sigo agotado, pero los nervios me han hecho olvidar un poco ese detalle. Pero siento mis ojos ardorosos, y comienzo a sentirme un poco mal, creo que tengo fiebre de nuevo.
-Señorita, no tiene que quedarse. Estaré bien, no se preocupe-ya he robado mucho de su tiempo, creo que no debo ambicionar más de lo que ya me ha ofrecido. Cierro los ojos por un momento y busco cubrirme por completo con las cobijas por el frío que siento.
-Y lo agradezco mucho, suele ser solo mamá quien se preocupa por mi, gracias por preocuparse tanto por mi- decir eso hace que toda mi cara arda. No es que nunca me haya gustado nadie, ni siquiera soy una persona tan inocente en ese aspecto, pero ella no es cualquier persona, está muy por encima de cualquier persona que pueda haberme gustado.
Ella vuelve a mencionar lo del baño, pero es para disculparse.
-No, no se preocupe, yo estoy bien. Lamento no haber puesto el seguro, fui descuidado- miro la sabana porque no me atrevo a levantar la mirada -No, yo jamás pensaría eso- le digo de inmediato porque no quiero que se sienta incómoda, de hecho esa posibilidad ni siquiera pasó por mi cabeza -entonces me recuperaré pronto- digo con determinación como si de una tarea se tratara.
Mamá regresa y sale de nuevo con otra de sus jugadas, no se que pasa por su cabeza. Bueno, si lo puedo imaginar, ella ya me imagina enamorado y casado con la señorita, pero eso es imposible, no soy para nada la persona adecuada para ella.
-Madre- le llamo y niego con la cabeza como para que deje de fantasear, aun si yo estoy enamorado, nada de lo que ella imagina pasará -cuidate- le digo al despedirnos.
Permanecemos en silencio un buen rato y me acomodo en la cama, porque sigo agotado, pero los nervios me han hecho olvidar un poco ese detalle. Pero siento mis ojos ardorosos, y comienzo a sentirme un poco mal, creo que tengo fiebre de nuevo.
-Señorita, no tiene que quedarse. Estaré bien, no se preocupe-ya he robado mucho de su tiempo, creo que no debo ambicionar más de lo que ya me ha ofrecido. Cierro los ojos por un momento y busco cubrirme por completo con las cobijas por el frío que siento.
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