Sick [Mia]

Recuerdo del primer mensaje :

Hace algunos días enfermé, pero no le presté importancia, pero ayer, ya estaba con fiebre y me veía tan mal que en el trabajo me mandaron a casa y me dijeron que me tomara algunos días. Pasé a consulta antes de llegar a casa.
Así que hoy ni me he levantado de la cama mas que solo para lo necesario. Tomo mis medicinas cada que me acuerdo, o mas bien cada que despierto. He tenido fiebre pero ni siquiera me ha interesado checar mi temperatura.
Solo me envuelvo en las sabanas por el frío que me da y luego me destapo sintiendo ese calor tan molesto.

Escucho mi teléfono sonar y me estiro para alcanzarlo. Se trata del señor Aoyama, quiere pedirme que haga algo. Le digo que si, que me haré cargo, pero entonces pregunta si estoy bien. Le digo que no es nada, solo un poco de tos, pero parece que no me ha creído y dice que mejor descanse, que él irá por la señorita Ueda. No es extraño que me encarguen hacer cosas para ella, ya me he acostumbrado.
Aunque me siento mal por haber fallado, no pienso demasiado en eso, me siento mal, y no tengo la energía ni siquiera para sentirme culpable por eso.
Me vuelvo a acostar, y aunque me duermo, no siento que descanse, me despierto constantemente pero no tardo en volver a dormir.

Sato:

casa:

Me hace sentir calmada con sus palabras. Tal vez no fue tan mala idea venir. Solo me bastó esa frase sincera para olvidar lo demás, al menos el lado mano, porque el resto todavía no sé cómo interpretarlo.
-Por nada. Tú siempre cuidas de mí y estás atento a lo que necesito. Sé que es tu trabajo -aclaro de antemano- pero no me siento en confianza fácilmente, y contigo fue todo muy rápido, me hace sentir aliviada -siento mis mejillas calientes. Mi vista esta en el gato y mis manos acarician suavemente su pelaje. Se siente bien poder agradecer apropiadamente las cosas que hace por mí.
La gente normalmente no se disculpa por olvidar poner el seguro, siempre quien entra e invade la privacidad, es el culpable,sobre todo porque sabía que se encontraba allí.
-No fue tu culpa -levanté la vista- eres muy condescendiente conmigo -solté una risita apenada. Diría que me molesta, pero me agrada. Aunque no debe ser bueno que me mime tanto. Tal vez no directamente, pero no es la primera vez que hago algo mal y él quiere quitar la culpa de encima mío- pareces muy decidido -pero  me gustaría que pasara pronto, es más cómodo si él se encarga de recogerme. Le tengo mucho aprecio al señor Touji, pero Sato, bueno, él es diferente.

Me levanté para despedirme de la señora, me pidió no ir hasta la puerta, pero de igual forma me regalo un abrazo.
El sonido de la puerta es el último que se escucha por un buen rato. Me pregunto cómo es que mantuve conversaciones con Sato hasta ahora, no es la primera vez que estamos solos, pero hoy se siente diferente. Estoy muy nerviosa, temo decir algo tonto e incluso me cuesta mirarlo.
-Ah… sí, de acuerdo, te dejaré descansar -tal vez él quiere estar a solas- tomaré tu temperatura antes de irme, tu cara se ve roja -tomé el termómetro y le hice pasarlo por debajo de su brazo. No se si es por la fiebre que parece tener, pero los roces de mi piel con su cuerpo se sienten calientes. Esperé un rato y noté que de nuevo había subido. ¿Cómo voy a dejarlo así? Fui por una compresa fría y la coloqué en su frente- duerme, todavía luces muy mal -seguramente el golpe le afectó. Mordí mi labio frustrada- llamaré para que vengan por mí -me alejé un poco y llamé al señor touji, él dijo que estaba haciendo un recado para papá, y tardaría una media hora en llegar- de acuerdo, gracias -para cuando colgué y regresé, él de nuevo estaba dormido. Me senté en la orilla de su cama, lo miré y suspiré. No me gusta verlo enfermo, o herido, nunca lo había visto así, pero quiero que sea el Sato de siempre- recuperate pronto, Sato -hablé muy bajito para no despertarlo- te extraño -sentí una punzada en mi pecho y dejé de mirarlo. ¿Qué? ¿Por qué? Aunque es bastante lógico, somos muy cercanos, como buenos amigos, pero, ¿por qué me siento tan afectada?

-No me importa cuidarla, es un honor que me permitan hacerlo- aseguro, pues me siento realmente privilegiado de que me permitieran tal honor. Al comienzo, es verdad que me incomodaba la idea, porque como muchos en el clan, sentía a la señorita como alguien ajena al clan, y por eso era un poco extraño, pero incluso ahora creo que yo también intento protegerla más de lo que me corresponde -Me alegra mucho escuchar eso, y me esforzaré para mantener su confianza- me siento feliz y sonrío. Sé que mi madre imagina todo un cuento de hadas que termina con nosotros juntos, pero para mi, esto me basta y me siento feliz con escuchar que ella confía en mi.
Sonrío un poco apenado y rasco mi cabeza soltando un quejido porque he tocado el ligar donde me he golpeado.
-Lo siento, es que no quiero verla incomoda- le explico, esperando que no se moleste conmigo -si, tomaré todas mis medicinas en regla, y comeré aun si no tengo hambre, y pronto estaré en perfecto estado- soy así de simple, si ella estará mejor conmigo si yo estoy saludable, me esforzaré por estar bien en el menor tiempo posible y dejaré de ser tan descuidado.

Acepto que tome mi temperatura, no puedo solo negarle nada a ella. Ella me pone el termómetro y yo solo espero paciente, ya imagino el resultado, pero espero no sea para tanto.
-Lo haré- cierro mis ojos y no tardo nada en quedar dormido, estoy cansando, pero el baño me ha ayudado, la comida también, y obviamente el que me hiciera tomar la medicina.
Por fin siento que descanso, pero no sé cuanto he dormido, aunque parece que no es tanto porque ella sigue aquí.
-hola- le sonrío y hablo adormilado, no más bien, sigo mucho más dormido que despierto -prometo estar bien pronto, para poder ser yo quien cuide de usted.

Sonrío avergonzada. Él a veces dice cosas muy bonitas, me habla con mucho respeto y me trata de la misma forma, por eso es que pude confiar en él tan rápido, no es como el resto de las personas.
-Gracias -mi sonrisa se hizo más grande. Se siente bien saber que su atención conmigo va más allá de la obligación que tiene. Incluso aunque no lo dijera, si él lo hiciera forzosamente, me daría cuenta. Tal vez no sea totalmente voluntario, pero creo en sus palabras- está bien, toma tu tiempo para recuperarte, no quiero que te fuerces ni nada de eso -supongo que eso fue todo por hoy, él necesita completo silencio y lo que yo pude hacer aquí por él, ya está. También me alivia saber que su madre está al pendiente de él, es una sensación muy bonita, ellos parecen tener una relación linda y cercana.

Mi corazón sigue latiendo rápido, tal vez debería salir de aquí y calmarme. El verlo así me afectó más de lo que pensé. En ese momento, sentí ese pánico usual, porque tenía demasiado tiempo sin mirar el cuerpo de un hombre, pero ese miedo pasó a cambiar por algo más. La idea de que él estuviera muy herido o de perderlo, me hizo olvidar por completo ese trauma.
-Ho- hola -oh, no, me quedé aquí perdida en mis pensamientos, me siento muy avergonzada porque dije que me iría, pero no me he movido para nada- ah -sonreí nerviosa. Mi pecho está muy agitado- sí -soy más consciente de su amabilidad ahora, pero es lo de siempre, ¿cierto? Y recordé lo que dijo su madre sobre mí. ¿De verdad piensa eso? ¿Por qué? Tal vez es un pensamiento común y le estoy dando demasiada importancia- no te preocupes, y esperaré el tiempo que sea necesario -esa frase me hizo sentir todavía más tonta- ah, sí, me iré -me levanté nerviosa y sonreí- ¿te sientes mejor? -hablé un poquito rápido, pero no era por que ya quisiera irme, sino porque me siento muy nerviosa. Me le quedé mirando y mordí mi labio- cuídate -me agaché a darle un beso en la frente, pero me incorporé rápido al notar lo que había hecho- mi… ¡mi mamá hacía eso cuando me sentía mal! -comencé a reír un poco fuerte. Es cierto, ella era muy cálida, se parece un poco a la suya, por eso me agradó tanto y me dio ternura el ver cómo cuida de él. Pero eso y aquello es diferente. Es más, no me había acercado a nadie así desde hace tiempo. Solo papa e Ilkin, y por supuesto con Emi. ¿Será porque él se está convirtiendo en alguien en quien confío tanto?- entonces -hice una pequeña reverencia y me giré para ir a la salida.

-Si, ya estoy mejor- creo que es la primera vez desde que llego, que contesto con algo de sinceridad -Lo haré señorita, usted también cuídese- estaba ya más tranquilo, pero cuando ella se acerca y me da ese beso. Mi corazón se acelera de inmediato, y siento que mi rostro arde.
-gra, gracias- contesto un poco apenado pero realmente me siento agradecido por su gesto. No es que los besos hagan milagros, pero sin duda me ha hecho feliz -Gracias, por todo. La veré pronto- le digo, no me he levantado para acompañarla, porque he dicho que voy a descansar e imagino que si me levanto, ella me dirá que no lo haga.
Cuando se va, me vuelvo a acomodar en la cama. Otro de mis gatos se acerca y se sube a mi pecho, masajea un poco las cobijas y luego se acuesta. Lo acaricio cuando se ha acomodado.
-La señorita es una persona maravillosa, ¿cierto?- obviamente no obtengo respuesta de ninguno de los gatos. Pero aun así yo sonrío, toco mi frente con mi otra mano y vuelvo a sonreír.
Coloco algunas alarmas en mi celular para así tomar mis medicinas en regla, se lo he prometido y lo voy a cumplir, voy a recuperarme lo antes posible. Al terminar me dispongo a dormir.