No esperes más -Didy-

No me gusta asistir a estos eventos, me recuerda mucho las cosas que evito pasar con mi familia, pero he sido un poco duro con Dima, así que me he puesto un traje, y he tomado unos lentes sencillos, no quiero llevar lentes de contacto durante la noche. Obviamente me tomo una foto y se la mando a Hana.
Al llegar al lugar veo a la familia Kozlov, veo a Andy con sus amigos y me acerco a saludarlos y luego me alejo de ellos, espero un rato para poder acercarme al menor de los hermanos. Oh si las miradas mataran.
Yo me acerco y lo abrazo de inmediato. Todos podrían describir a Dima, como un irresponsable, grosero, altanero y bueno, muchas cosas más que no son nada positivas. Pero yo conozco más allá de todo lo malo que la gente puede ver. Y es una persona que siempre perdona.
-Lo siento- le digo cuando nos separamos -¿Oye, podemos hablar?- él acepta y me dice que subamos a una habitación, que así estaremos más cómodos.
Al llegar a la habitación camino a la cama y tomo una almohada para lanzársela en la cara.
-Deja esa cara larga conmigo que ya me disculpé- digo haciendo una voz algo chillona y melosa. Le sirvo una copa y otra para mi. Si, vengo con un plan malévolo. Le cuento lo que me pasó con Niki, y lo que ha pasado con Hana, me felicita por no estar usando los horrendos lentes de siempre, y me regaña por no estar haciendo ejercicio. Su animo va mejoran más luego de unas copas más.
-Dima… Hana, me enseñó algo sobre la forma en que llevaba mi vida. Hay veces que hay que arriesgarse porque las cosas pueden salir bien. ¿Quieres estar toda tu vida amando a una persona y por necedad estar lejos de él? - me acerco a él para quitarle la bebida -¿por que no te arriesgas? lo que sea que pase no puede ser peor de como están ahora- me encojo de hombros y lo empujo para sacarlo de la habitación -¡Estoy muy cansado, me voy a dormir un rato- le digo cerrando la habitación luego de sacarlo, y me dejo caer en el colchón y enciendo la televisión mientras le mando un mensaje a Hana “soy el mejor cupido del mundo”.

Luciel:

Odio las fiestas de la empresa, son aburridas, asiste pura gente que cree que la diversión es platicar de dinero, inversiones y esas cosas, con música que no se puede bailar y degustando los vinos más caros.
Aun así asisto porque hay que dar una buena imagen familiar, sin importar lo que hablen a nuestras espaldas y que la mayoría de la gente que asiste ni saben mi nombre. Solo soy el hijo de…
Me alejo de la familia cuando el brindis termina. He visto a Andy, es imposible no hacerlo. Solo verlo me hace sentir triste, y no quiero ni imaginar que ocurrirá en la fiesta, con todos ellos juntos.
Para mi sorpresa mi viejo amigo, el pelirrojo aparece, ese traid… ¿por qué me abraza?
-Ya era hora- le digo con algo de reclamo.

Le digo que subamos a la habitación, la fiesta aun es joven, y seguro ahí nos divertiremos más que aquí abajo con toda esta gente aburrida. Brindamos por reconciliarnos, y me cuenta algunas cosas. De hecho se le nota diferente, no tiene esos ridículos lentes de siempre, se ha peinado, y bueno, parece que cuida más su imagen. Me quejo de su ex, de por sino me agradaba, ahora mucho menos y me siento un poco mal por no haberlo podido apoyar con eso. Pero parece muy emocionado con esta nueva chica. Me enseña algunas fotos y se ve muy guapa.
Pero luego se pone serio y saca el tema de Andy. Bajo la mirada por lo que me dice, ni siquiera me sorprendo de que él sepa lo que siento por Andy. Estoy por decirle que no tiene caso, que Andy ama a otra persona y yo no puedo ganar. Pero me empuja fuera de la habitación. Me quedo en el pasillo mirando mi copa vacía, toco un par de veces pero me ignora, así que me giro para regresar al salón.
Lo primero que veo, es a ellos dos juntos, papá acaricia su rostro.
-No, no tiene caso arriesgarme, voy a perder siempre- digo resignado , tomo un par de copas de vino y doy la vuelta, salgo al balcón, el aire está frío, pero no importa, al menos así a nadie le dan ganas de venir a este lugar.

Dima:

Mientras caminaba comencé a aflojar mi corbata, de repente siento mucho calor y la sensación de asfixia. Pensé en llamar a Luciel, pero él no está disponible ahora, y prometí tomar mi distancia con él por el bien de Dima. Recordarlo a él hace que la culpa sea más grande y la vergüenza se incremente. Una y otra vez siento miedo, recuerdos que siempre han estado allí como algo precioso, ahora se vuelven pesadillas del pasado. Estoy confundido, lógicamente no debería cambiar el significado de mis sentimientos por papá, pero las palabras que Dima escribió son muy complicadas de olvidar. No puedo ignorar lo que me hizo sentir a leer todo eso. Tristeza, vergüenza y miedo. Me siento la peor cosa, pero también como si dentro de todos mis errores, no fuera completamente mi culpa, y en primer lugar no debería haber un culpable además de mí.
He llegado al balcón que se encuentra cerca del salón principal, el ruido de la fiesta se hace más tenue, y afuera todo se siente más tranquilo. El aire frío hace que respirar sea más sencillo, siento disminuir un poco el peso sobre mis hombros y ese nudo en mi garganta va desapareciendo.  Me acerqué hacia la orilla y con mis manos acaricié el frío concreto que protege el límite del balcón. La vista es linda, se ve la parte trasera del hotel. El gran jardín, una cancha de tenis y las albercas vacías y alumbradas desde dentro del agua. Siento un poco de paz, pero entonces recuerdo cómo tocó mi cara y mi mano va hasta mi mejilla. Acaricíe por unos segundos mi piel, y sin percatarme he terminado restregando esa zona con fuerza, como si quisiera borrar ese gesto conmigo. Soy horrible. Anhelé esto por muchos años, debería ser la persona más feliz del mundo y regresar a sus brazos. Tal vez no sea tarde para hacerlo, él dijo que me buscaría después. Sí, él es la única persona que me acepta como soy, aún después de todo, ha venido a mí. Dima no me quiere, es lo único que me queda.
-Di... - Me quedé en silencio antes de pronunciar su nombre ¿Por qué ahora? Mi pecho duele mucho.Tengo que huir, no sé si pueda soportar más de sus duras palabras. Miré al suelo, no puedo moverme. A pesar de que tengo miedo, es muy distinto a lo que sentí allí dentro. Tengo las posibilidades de huir pero aún así no lo hago. Dentro mío quiero que me perdone aunque sepa que eso es imposible. Quería tanto verlo, pero tenía miedo de que me rechazara.
Respiré profundo e intenté actuar como siempre, un saludo formal, una broma, y me iré.
-Ah -levanté el rostro, nada más salió de mi boca.

Tomo la primera copa bastante rápido, me he sentado en la esquina, porque creo que no me moveré de aquí hasta que sea hora de irse. Dejo a un lado, estoy un poco borracho, así que no he tenido cuidado y se ha caído, veo esas lineas en el cristal. El cristal es demasiado frágil, pero aun así la copa sigue entera. La vuelvo a tomar para observar a través del cristal, como las grietas distorsionan lo que veo.
La segunda copa la tomo con lentitud, solo mojando mis labios de vez en cuando, estoy más entretenido con la copa que he roto. Paso mi pulgar por la grieta, para sentirla.

Una persona sale al balcón, parece que ni siquiera nota mi presencia, pero yo de inmediato le reconozco. Sonrío porque creo que estoy más borracho de lo que pensaba, lo miro a través del cristal y sonrío.
-Hoy Lucy me dijo que debería arriesgarme por ti- le digo con una sonrisa.
Le observo desde mi lugar, sin poder ocultar lo feliz que me hace verlo. Es que Andy es todo lo que siempre me hace sonreír. Odio que no puedo sentirme feliz cuando no esta cerca, odio que se haya ido, y odio que ahora que lo vuelvo a ver, esté con él y no conmigo. Y aunque odio tantas cosas, soy feliz de poder verlo de nuevo.
Mi vista comienza a nublarse poco a poco, y para limpiar mi rostro, vuelvo a dejar la copa a un lado, no me preocupo por ponerla bien, de hecho la pongo acostada, como cuidando que no se vaya a romper.
Limpio mi cara con la manga de mi saco, pero aunque soy feliz de verlo, es imposible no sentir la tristeza que va de la mano con su presencia. Con verlos juntos.
Un par de esporádicas lágrimas escurren de nuevo, una de ella llega hasta mis labios, odio su sabor, así que tomo un trago de mi copa.
-¿Eres tú? no, no puedes ser tú, ¿por que ibas a estar aquí conmigo? - tomo lo que queda dentro de la copa, y dejo el recipiente justo al lado de la otra -seguro debes odiarme- soy una persona horrible, le he dicho tantas cosas crueles durante años. Desearía ganar su corazón, pero no hago más que lastimarlo y tratarlo mal, es obvio que no merezco ni siquiera su cariño. fui tan ambicioso y lo perdí todo.

Es extraño cómo a pesar de tener tanto miedo, me siento emocionado por verlo, o por el simple hecho de que no se aleje de aquí solo por encontrarnos. Mi corazón comienza a latir rápido, y camino lento hacia él casi por inercia. Su sonrisa hace que sienta cosquillas en el estómago, de esa forma que pensé no volvería a sentirme. En medio de esta tristeza, su sonrisa siempre fue capaz de salvarme y darme fuerza, y en este momento ha surgido ese efecto, me ha dado valentía para no huir.
-¿Es… estás borracho? -mi voz tiembla, el intercambiar palabras de nuevo me pone muy nervioso. Apenas fueron un par de meses, pero es tiempo suficiente para haberlo extrañado demasiado. No quería verlo porque temí que lo primero que saliera de su boca fueran más reproches, pero en cambio él sonríe, ¿por qué? Me detuve al notar unas lágrimas en su cara, y di dos pasos hacia atrás. De nuevo está sufriendo, como aquel día, o como cuando éramos niños. Parece que lo único que hago es lastimarlo, y la idea de alejarme se hace presente de nuevo.
-¿Cómo puedes pensar eso? -el nudo en mi garganta se había ido- tú eres el que me odia -miré a un lado, me siento avergonzado por lo que hice, solo acumulo sus malos recuerdos. Es verdad, debería disculparme. Puedo usar eso como excusa, puede que no funcione, pero, al menos por haberlo golpeado ese día, sí.
Caminé hasta él, tardé unos segundos en poder mirarlo a los ojos.
-Yo -esto es complicado, pero tengo que hacerlo, es mi única oportunidad. Esta coincidencia no se dará después, así que aprovecharé para al menos disculparme por lo de la fiesta- lamento haberte golpeado ese día, soy un idiota -quiero abrazarlo, quiero besarlo, olvidarme de todo y todos. Quiero de regreso la felicidad de hace un tiempo, ¿por qué hice todo eso? Hablar mal de ella, no hacerle caso, ver a Ivan, ser así de poco confiable. Si me hubiera esforzado más ahora ninguno estaría pasando por esto. Y entonces tendría la oportunidad de enmendar mis errores del pasado, de pedirle perdón por haberle dado esa imagen tan horrible de mí. Pero ahora no solo está esa gran mancha, cada día acumulo más memorias desagradables para él- sé que es difícil que me perdones… pero al menos eso. Lo siento -levanté la vista y llevé mi mano hacia su cara, pero antes de tocarlo me detuve. Me pregunté si él se sentía igual que yo hace un momento, con miedo o desagrado- ¿puedo tocarte? -puedo ver mi mano temblar un poco, tal vez es demasiado estúpido pedir su permiso.

Muevo mi cabeza en una feliz afirmación sobre mi estado.
-Lucy me hizo tomar un poco- me río, y supongo que por lo que tomamos, él prefirió quedarse en la cama. Él es malo con el alcohol.

-¿No me odias?- parece imposible que eso pueda ser verdad, yo mismo me he llegado a odiar por las cosas que le he dicho. Bufo una risa cuando dice que yo soy el que lo odia. Como si para mi fuera posible odiarlo, lo he intentado por años, y nunca he podido -odio muuuuchas cosas, casi todo lo odio, pero no a ti- digo con una sonrisa, es liberador poder decir estas cosas. Yo nunca puedo expresarme, me cuesta tanto demostrar lo que siento -¡oh! me pegaste, cierto- toqué mi cara como recordando ese momento -me lo merecía ¿no? ese y muchos más, suelo ser un poco idiota- me río aceptando mis defectos.
Vuelve a pedir disculpas, no sé porque lo hace. Miro su mano acercar y luego pregunta si puede tocarme.
-Que tonto- digo risueño e inclino mi cabeza para acomodar mi mejilla en su mano -siempre puedes- cierro mis ojos disfrutando de este momento.
-¿debería arriesgarme?- le pregunto aun con los ojos cerrados -odio que estés lejos de mi, no poder verte, y te extraño tanto- le cuento, como si fuera una platica como cualquier otra.
Estiro mis brazos para tocar su cara con mis manos.
-eres mi persona favorita- digo con esa voz cariñosa que no puedo contener, mis manos suben un poco para acariciar su cabello -te hecho tanto de menos y quiero abrazarte- me muevo para acercarme a él  y me hinco para quedar frente a frente y abrazarlo por fin -y olerte- ahora acerco mi nariz a su piel y aspiro su aroma -y escuchar tu risa- mis manos se mueven un poco para hacerle un poco de cosquillas -te amo tanto Andy, tanto, tanto, tanto- mis manos vuelven a rodear su cintura -¿lo hago Andy? ¿debería luchar por ti? - de nuevo unas lágrimas escurren por mi cara y apoyo mi frente su hombro.
-Quédate conmigo, déjame estar contigo- pido apenas con un hilo de voz, pero hay desesperación en mis palabras -me odio por no poder buscarte y decirte lo mucho que te amo y que te necesito. Porque cada vez que quiero rendirme y pedirte perdón, termino diciendo cosas feas que te lastiman. Soy lo peor, pero te amo desde hace tantos años, y no puedo dejar de hacerlo, y no quiero dejar de hacerlo- mis lágrimas son un poco más fuertes, y dejan unas pequeñas manchas en su ropa.

Un poco de alivio me llega cuando lo llama como siempre, eso quiere decir que ellos se arreglaron. Me sentía tan preocupado al respecto, pero no tenía porqué, ellos son muy cercanos y obviamente nada iba a romper esa relación.

Niego con insistencia. Le he dicho muchas veces cuánto lo amo, no hay nada que él haga para que yo lo odie, creo que eso ya está muy comprobado.
-Pero tú -poco a poco es más sencillo hablar. Sé que es porque está borracho, y siempre que toma se vuelve un chico más honesto y accesible. Dima es una persona muy noble, pero por alguna razón le gusta aparentar lo contrario. Mordí mi labio, lo hace sonar como si no fuera nada grave, pero actúe como un idiota. Dima me trató un poco mal en el pasado, incluso me dijo varias cosas, pero nunca llegó a golpearme- claro que no, no debí golpearte -nadie merece eso, es por ello que odio la violencia. Pero aquel día perdí el control después de mucho tiempo, estaba en mi límite, sin embargo nada excusa el haberlo agredido, porque a pesar de que ambos parecíamos desesperados, él no me quiso hacer daño.

Cuando mi mano tocó su piel y miré esa sonrisa en su cara, entonces sentí cómo mi capacidad para aguantar desaparecía. A partir de cierta edad aprendí a controlar mi llanto, pero cuando se trata de él siempre fluye con naturalidad y sin mi consentimiento.
Acaricié su mejilla mientras sonreía, no me importan mucho las lágrimas en mi cara. Es una mezcla de sentimientos de alegría y tristeza, pero estoy cerca de nuevo, casi parece un sueño y si lo fuera, entonces deseo nunca despertar.
Pero entonces repite eso, ¿por qué es tan bueno conmigo? Siento que comienzo a sollozar, y solo agaché la cabeza y mordí mi labio para no hacer un escándalo. Mi mano sigue tocando su rostro, y la otra va hasta su chaqueta para estrujarla.
-Dima -ahora me he sostenido con ambas manos de su ropa, porque siento que pierdo toda la fuerza el que me toque de nuevo y me hable tan dulcemente, de verdad esto debe tratarse de un sueño.
Dejé que me abrazara, me oliera e hiciera todos esos dulces gestos. Mi pecho duele de tan rápido que palpita mi corazón, es la sensación placentera en mi estómago la que me mantiene aquí, deseando más de todo eso. Solté una risita acompañada de unas lágrimas, y me moví un poco por el movimiento de sus manos, pero volví tan cerca de él apenas controlé eso.
-¡Entonces no lo hagas! No me dejes-me ha costado hablar, porque en este momento la emoción y la tristeza hacen que mis lágrimas salgan a montón- este tiempo ha sido tan duro. Tantas veces pensé en regresar aun si tú no me perdonabas. Cada noche pensaba en lo estúpido que fui por decir tantas cosas horribles, y me arrepentí por no perseguirte y ser mas insistente -mis manos rodearon su cuello y mi rostro descansó en su hombro. No puedo controlarme, es una suerte que no haya nadie porque seguramente pensarían que algo está muy mal conmigo- te amo tanto -susurré- te amo por encima de todo, no quiero estar sin ti -mi llanto se controló, y sentí esa calidez que solo él ha logrado darme desde siempre- quiero estar contigo, pero a veces pareciera que te lastimo -me separé de él para mirar su rostro y lo tomé entre mis manos- no quiero sufras, quiero verte feliz, quiero que sonrías, que disfrutes de nuestro tiempo juntos tanto como yo lo hago -siento la dificultad para respirar y abro la boca para tomar aire- te extraño, duele demasiado no poder verte -acaricié su mejilla y sonreí- pero no puedo regresar a esa casa. No puedo… -cerré mis ojos con fuerza- perdóname por todo -mis manos fueron de nuevo a su pecho- perdón por esos malos recuerdos, no tenía idea que tú lo sabías todo. No quería, de todas las personas, no quería que tú lo supieras -he levantado un poco la voz, y siento cada vez más dificultad para respirar, pero necesito decirlo todo, incluso si me quedo sin aire, quiero que lo sepa.

Río por como insiste en decir lo del golpe, yo pienso que muchas veces merecía uno y él jamás lo hizo, por eso no estoy molesto. Claro que me sentía herido, pero no precisamente por ser golpeado, todo fue más que nada porque sentía que todos me daban la espalda.  Pero Lucy solo estaba molesto conmigo, y entiendo, yo mismo estoy molesto conmigo, por eso no puedo seguir enojado con él. Que no me apoyara me confirma lo mal que estaba haciendo las cosas.
-Está bien, yo ya lo olvidé- le digo sonriente para que ya no se preocupe por eso.

Él me dice que no lo deje y me siento feliz de que me lo pida.
-¿Por encima de todo?- pregunto con sorpresa, pero me siento feliz, tan feliz que no puedo dejar de sonreír -ahora soy feliz- aseguro. Dice que no regresará a casa.
-pero quiero verte, ¿me dejarás verte?- pregunto un poco asustado de que pueda decir que no.
Menciona ahora los malos recuerdos, y que no quería que supiera. Mi rostro se entristece un poco. Mi mano acaricia su mejilla.
-Hagamos buenos recuerdos juntos. Si tú me amas, si me eliges a mi, voy a luchar por nosotros- apoyo mi frente en la suya, acaricio su nariz con la punta de la mía.
Él me corresponde, soy importante para él, y yo no puedo cambiar mis sentimientos, lo amo, y esta vez no quiero rendirme, quiero estar a su lado, quiero ser amado por él y amarlo tanto como la vida me lo permita. Lucy tiene razón y yo he sido tan idiota como para no hacerle caso, pero ya no quiero seguir así.
-Solo seamos felices- dejo un beso en su nariz, está fría por el clima. Y mis labios bajan para buscar por fin sus labios. Extraño tanto sus labios, no puedo desear otros besos que no sean los suyos. Solo es un toquecito pequeño de nuestras bocas. Pero estoy feliz por poder besarlo de nuevo.

A veces no comprendo porqué después de tantas cosas Dima sigue diciendo que me ama. Sé que no lo hace para hacerme sentir bien, que sus sentimientos son auténticos, pero no comprendo qué fue lo que hice para merecer tanto de él. Incluso me perdona por haberlo golpeado, ese día estaba muy afectado pero hoy hace como si fuera algo sin importancia.

Lo miré unos segundos. Siempre me decía que papá era lo más importante para mí, pero Dima era algo muy especial que ni siquiera merecía ser puesto dentro de un rango, simplemente lo amaba sin pensar cuánto.
-Sí -mi respuesta fue segura. Este tiempo que he estado lejos de él comprendí cuánto lo amaba. Nunca pasamos mucho tiempo sin vernos, aún cuando me ignoraba, sabía que se encontraba bien, y sino entonces correría en su ayuda. Estaba ahí por si me necesitaba aun cuando no lo quería- ¿vernos? -mi corazón sigue latiendo fuerte- sí, tenemos que vernos -aseguré feliz. Él está feliz, entonces yo también puedo permitirme serlo. Me gusta cuando sonríe como ahora, sin verlo sufriendo o molesto por estar conmigo- estoy viviendo con dos amigos -le dije nervioso- pensaba en independizarme cuanto antes, solo que no he tenido el tiempo de buscar algo… -busqué una excusa para que no se molestara conmigo, pero no podría ocutarle por mucho tiempo que estoy viviendo con Ilkin y Min- y estoy casi todo el día en el trabajo, esos chicos la pasan en la escuela y el trabajo también, así que rara vez estamos juntos. Tampoco salgo mucho, he tenido que llevarme mucho trabajo a casa, ahora es así como hago las horas extra -mis palabras salen muy rápido por los nervios, no quiero que se arrepienta, sé que no soy confiable pero ellos dos son en verdad mis amigos, nada más- ah, puedes decirle a Ilya que te lleve, él sabe dónde vivo -lo miré ansioso, como esperando que eso lo tranquilizara y que sintiera la libertad de verme en el momento que quisiera.

No he dejado de llorar y asentí levemente. Ni siquiera puedo hablar, me siento muy feliz. También estoy triste, pero él asegura que luchará por nosotros, no puedo rendirme entonces, no si él quiere hacerlo.
-Sí, quiero ser feliz, pero solo contigo -le sonreí apenado por ese beso. Mi cara está llena de lágrimas, incluso mi nariz escurre, qué vergüenza- lo siento -dije desviando mi cara y limpié con la manga de mi saco, y al notar que había manchado un poco, me apresuré a quitármelo- listo -dije como si hubiera solucionado algo y me volví a reír- te amo -me acurruqué en su pecho. Hace frío, pero no importa, podría parar este momento por siempre- cuando termines la universidad podríamos vivir juntos -la idea de tener un espacio que solo sea de nosotros dos me hace sentir muy emocionado. No es la primera vez que lo pienso, a veces lo imaginaba, pero no sé si él quiera dejar esa casa, no puedo obligarlo a seguirme solo porque tengo mucho miedo de afrontar las cosas.

No creo que pueda ser más feliz, escuchar que diga que estoy por encima de todo, eso es lo que tanto he deseado, saber que esto es real, que él no podrá llegar a quitarlo de mi lado. No quiero ver como lo prefiere a él y no a mi. Pero dice que soy yo, y solamente puedo ser feliz en este momento.
-Genial- pensaba que esta noche iba a ser horrible, pero solo han pasado cosas buenas.
Me dice que está viviendo con unos amigos y sonrío, porque al menos no está solo.
-¿Te han cuidado bien?- pregunto un poquito preocupado, porque no quiero que viva con personas que no lo tratan como se merece. El me da detalles sobre como está viviendo, no suena a una vida demasiado divertida. Trabaja mucho, casi no sale, y parece que sus amigos tampoco tienen mucho tiempo.
-Debes sentirte solo- comento un poco apenado acariciando su cabello -Yo iré cuando te sientas solo- le aseguro -¿Ilya? le pediré que me lleve- aseguro porque al menos ya podré ver a Andy, tal vez no tanto como antes, pero, podré verlo, ya no estaré todo el tiempo con la incertidumbre sobre cuando lo volveré a ver.

Él está llorando, sus ojos se han hinchado un poco, y veo como limpia su nariz y solo río un poco.
-Incluso así te ves lindo- le digo con una gran sonrisa -yo a ti mis brazos suben para seguir abrazándolo.
Me separo de el con una gran expresión de sorpresa, es como una revelación.
-¡vivir juntos! - exclamo con emoción, por algo que parece tan simple pero jamás había pensando, creo que ni siquiera pasaba por mi cabeza que eso fuera una opción, estoy tan acostumbrado a la vida que tengo que nunca pienso en los cambios -sería fantástico, debemos hacerlo. Pero aun me faltan tres años, o más- comento ya más desanimado al final, porque aun falta mucho y además, no soy un alumno prodigio, podría fallar en las materias y tardar más en terminar.

Me sorprende que lo tome con tanta calma, y siento alivio de inmediato. Digo sí con la cabeza y sonrío.
-Sí, estoy bien -al principio no comía mucho, incluso bajé de peso, pero ahora he regulado mi alimentación gracias a esos dos. Lo único que no logro conciliar a veces es el sueño, pero siento que a partir de hoy será diferente- yo, bueno -agaché la mirada- es divertido estar con ellos, pero no es lo mismo. No menosprecio su compañía, ellos son buenas personas y nos preocupamos por nosotros, pero supongo que a veces no importa cuántas personas te rodean, si no es a quien tú deseas, entonces no tiene el mismo significado -solté un suspiro. Debería agradecer la oferta de Ilkin, gracias a él y ahora a Min, no he tenido que afrontar esto yo solo- aunque es mejor vivir con ellos que vivir solo, tal vez por eso no encontré algo pronto -al final le dije la verdad. No soy bueno lidiando con la soledad, y por eso es que me metí casi a la fuerza en la casa de Ilkin- sí -es como si eso me hubiera hecho recuperar el ánimo- puedes ir cuando quieras, amm -es verdad, él se peleó con Min, pero creo que lo aceptará, y no está casi en todo el día- si algún día vas y es muy tarde, puedes quedarte, solo que no contamos con otra habitación para invitados -mis mejillas se pusieron rojas, pero admito que me pone feliz la idea de dormir juntos. Ya estoy comenzando a imaginar posibilidades, realmente deseaba estar con él desesperadamente, ¿no?

Solté una pequeña carcajada, mi cara es un asco.
-Claro que no -continué riendo, es extraño cómo puede hacerme sentir tantas cosas en unos minutos. Y me alegra que la idea le agrade, ni pensé si era demasiado pronto proponer eso, solo lo dije porque lo deseo- todavía queda un tiempo -dije desanimado- bueno, tal vez no tengamos que esperar tanto -comenté casualmente. Aunque no sé si mis padres lo permitirían, pero estará conmigo, ellos no deberían sospechar nada, al menos mamá no lo hace, y ella estará feliz de saber que nos reconciliamos- pero debes prometer que terminarás la universidad -dije en un papel de hermano mayor- y entonces, no lo sé, tal vez podamos irnos a vivir lejos -cerré los ojos y sonreí. Me gusta imaginar una vida donde nada nos atormente, donde nadie nos conozca y podamos amarnos con verdadera libertad. No soy tonto, sé que habrá miles de trabas en el camino, que las personas no son como Luciel y comprenden nuestro amor, nos juzgarán y no pensarán antes de herirnos o a nuestra familia. No quiero que eso suceda, quiero huir, pero esta vez con él.

Sentí el aire frío y me pegué ,más a él, pero recordé el lugar donde estamos.
-Hay que entrar -me levanté y le extendí la mano- ¿pensaban regresar a casa? Ya no sé dónde se metió mamá -me puse mi saco sobre los hombros y le di la mano para entrar al pasillo. Todavía se ve gente, pero muy poca, aunque seguro hay bastantes invitados en el salón- ¿quieres que rente una habitación para que descanses? ¿O que te lleve a casa? -papá sigue en la fiesta, no debería haber nadie en casa- o puedo llevarte a conocer el lugar donde vivo -agaché la mirada, creo que mis intenciones son muy obvias.
Escuché alguien en el pasillo y sutilmente solté su mano, luego lo miré con una sonrisa apenada.

Siento como si me dijera lo mucho que me ha extrañado este tiempo, y se siente muy bien escucharlo. Porque entiendo lo que es extrañar y sentirse solo.
-En tiendo, me preocuparía más si vivieras solo- yo no he vivido solo, pero me he sentido muy solo desde entonces, he salido a fiestas tantas veces, he estado rodeado de personas, pero no dejo de sentir esa soledad, era mucho más sencillo sobrellevarlo cuando tenía a Lucy, pero al no tenerlo ni a él, no había manera de olvidarlo ni un momento.
-pero si dormiré contigo cuando vaya- aseguro meciendo un poco mi cuerpo como si lo estuviera arrullando.

-¡claro que si! y yo nunca miento en eso- hablo, y lo miro con expresión de que no acepto que me vuelva a decir que no -la voy a terminar- pro primera vez siento un impulso por esforzarme al menos un poco más en la escuela, siempre lo he visto como una pesada obligación que evito un poco, pero ahora me arrepiento de haber perdido ya tanto tiempo.

Tomo su mano y me levanto con su ayuda, me tambaleo un poco, o tal vez bastante, no estoy muy seguro. Solo entrar ya se siente el cambio de temperatura, todo se siente mucho más cálido.
-mamá, no lo sé- me encojo de hombros porque no la veo desde el brindis.
En cuanto dice que puedo conocer el lugar donde vive, acepto con un movimiento de mi cabeza.
-Quiero conocer, ¿traes tu auto? yo no creo poder manejar- estoy muy borracho como para manejar -salgamos de aquí, yo odio estas fiestas, aunque después de hoy, creo que me gustan- necesito su ayuda al caminar, porque sino me tambaleo demasiado.

Cuando llegamos al auto también me ayuda a subir, y mientras conduce yo lo voy mirando, no quiero dejar de hacerlo, porque es tanto el tiempo que no lo he visto, que quiero recuperar cada momento perdido.

Me siento más y más feliz al hablar con él, como si no hubiese pasado nada malo entre nosotros. Fui un idiota, dejé pasar tanto tiempo, pero está bien, supongo que todo sucede en el momento adecuado. Río por su determinación, me gustaría decirle que no importa, podría mantenerlo toda la vida si no llegase a terminar la unversidad, pero creo que quiero ver cómo se esfuerza por nosotros.
-Sí, solo que vengo con los chicos, tengo que avisarles que me iré primero… -seguro Min se molestará, porque fui quien los obligó a venir aquí- estuve a punto de no venir, qué bueno que mamá me presionó -siento una presión en el pecho al imaginar una ruta diferente, como no haber asistido y por eso todo esto no sucedería.

No tardé en localizar a Min, se encontraba jugando con Ilya, creo que ambos están un poquito borrachos. Le expliqué que iba a dejar a Dima porque estaba en muy malas condiciones, y pude sentir la desaprobación en su mirada. Pero antes que dijera algo, le entregué las llaves de mi coche y me disculpé, creo que nosotros tomaremos un taxi. Sin embargo Ilya lo regañó, le señaló a Dima y dijo que no podía dejarme a mi suerte con mi hermano en ese estado. Me reí por cómo comenzó a hablarle y por la reacción de mí, resongando y diciendo que eso no era asunto suyo, pero al final accedió y me dijo que ellos podrían tomar un taxi.
-Gracias -le sonreí agradecido, me acerqué a dejar un beso en la mejilla de Ilya y también en la suya, fue muy graciosa su cara luego de eso- dile a Ilkin que me disculpe, hablare mañana con ambos -me despedí y volví donde Dima estaba sentado, lo ayudé a ponerse de pie y salimos del salón.
Cuando llegamos al auto le acomodé en el asiento de copiloto, qué bueno que bebí muy poco, sino ambos estaríamos a expensas de los cuidados de alguien más.
-¿Qué pasa? -llevo la visa al frente, pero siento su mirada sobre mí y me pone nervioso, aunque no en un mal contexto- deberías mandarle un mensaje a mamá -Luciel seguro se quedó dormido, pero la próxima vez que lo vea, le comprare un camión entero de frituras, me siento infinitamente agradecido con él, ha sido de mucha ayuda para nosotros.

Llegamos al edificio y ayudé a Dima a subir por elevador, por suerte el vigilante me reconoció y solo le sonreí.
-¿Te sientes bien? -le pregunté, y mientras estábamos en el elevador, tomé su mejilla para acercarme a sus labios. Comienzo a sentir esa desesperación, se puede ver en la forma en que he metido mi lengua a su boca.
Me despegué rápido de él cuando se abrieron las puertas y caminamos hasta el departamento de Ilkin. No se ve tan oscuro gracias a dos lámparas que hay en la sala.
-Mi recámara es arriba -eso es obvio, pero estoy muy nervioso. Pasé mis brazos por sus hombros y de nuevo comencé a besarlo de nuevo, tuve que recargarme en el pilar de la sala, porque sentí que mis piernas temblaban- tenemos que subir -susurré.

Sala:

Recámara:

-Yo solo vine porque sabía que por fin te podría ver- acepto fácilmente mis razones, siempre me cuesta decir las cosas de manera sincera pero en este momento, lo estoy consiguiendo, solo ser honesto. Siempre que lo soy, pasan cosas buenas.

No salimos de inmediato, porque el tiene que arreglar unas cosas con sus amigos, parece que mi primito se lleva bien con uno de ellos. Yo le sonrío mientras espero a que Andy termine, pero luego Ilya se pone a ¿regañar? si creo que está regañando al moreno.
-Que lindo- comento porque Ilya se ve tan tierno con esa expresión.
Me despido de Ilya y el otro tipo con un movimiento de mi mano.

Mi cuerpo se siente tan pesado, pero no quiero dormirme, quiero mirar a Andy.
-Extrañaba mirarte- digo con mi gran sonrisa porque no puedo dejar de estar tan feliz -Cierto- busco torpemente entre mi ropa, y saco el celular. Me cuesta bastante coordinar para escribir algo coherente, y lo reviso varias veces antes de mandarlo.
“Hoy me voy a quedar con Andy. Te quiero mucho” además agrego un montón de emojis de corazón y besitos -Listo, le dije que me quedo contigo- guardo mi celular en el pantalón.

El lugar donde vive es bastante elegante, debe salir un poco alto el precio de la renta.
-De maravilla- digo feliz, pero si el no me ayuda, seguro que me costará mucho más caminar. Mi mejilla se siente adormecida cuando el la toca, pero aun así giro mi rostro y correspondo a su beso, y mi cuerpo reacciona casi al instante.
Salimos del elevador para entrar al departamento, es lindo, me gusta, pero antes de poder mirar más el lugar, el ya me está besando de nuevo.
-Si- subimos la escalera y espero a que me diga cual es su habitación -me gusta- digo mirando su habitación de rápido, y ahora yo busco besarlo, y acercarnos a la cama. Me dejo caer en el colchón y lo jalo conmigo para que caiga encima de mi.
Como puedo me quito el saco y busco que también el suyo se vaya, meto mis manos entre sus ropas, sintiendo la piel de su cintura y espalda baja.
-te extrañaba tanto- lo abrazo con fuerza pegando nuestros cuerpos, como esperando que así nunca más se vaya a ir de mi lado.
-dime que tu también me has extrañado- aunque pareciera que lo ordeno, mas bien le estoy suplicando que me diga algo como eso.

Él avisa a mamá que se quedará tal vez con eso ella se sienta más tranquila. Después deberíamos pedirle ambos una disculpa por hacerle pasar tantos malos ratos, pero por ahora no quiero preocuparme por nada, mucho menos pensar en mi familia, quiero ignorar todo y ser muy feliz por hoy.
-Me haces sentir nervioso -dije riendo,porque su mirada me intimida un poco. Hoy durante la cena evitó mirarme y cruzamos palabra ni siquiera en el brindis, pensé que no volvería a dirigirme la mirada, pero lo está haciendo en exceso y se siente demasiado bien.

-¿De verdad? -me emocionó que dijera que le gusta. Mi recámara en casa era mucho más grande, aquí tengo el espacio necesario y menos cosas, pero el decorado es bastante lindo- puedes venir -no pude terminar de decir lo que quería, pero no me importó, es ahora él quien comenzó a besarme y ningún tema de conversación podría hacerme alejar sus labios de los míos. Caí sobre él en la cama, me siento muy excitado ya y ni siquiera nos hemos tocado tanto, pero esperé por estar cerca de él todo este tiempo. Extrañaba besarlo, dormir con él y tocarnos. Creo que mi mayor arrepentimiento había sido el no haber llegado hasta el final, y me imaginaba el cómo podría haber sido si no hubiésemos peleado.
Nuestros sacos resbalan de la cama hasta el suelo, siento mi respiración agitarse en cuanto sus manos tocan mi piel,. Sus dedos están fríos.
-No tienes idea de cuánto -correspondí su abrazo, la fuerza en sus brazos me hace sentir seguro, hace más real este momento- te extrañe cada día, pero sobretodo por las noches -aspiré su aroma y solté un suspiro aliviado. Podría llorar de nuevo en este momento, de alivio y un poco de frustración. Si hubiese sido más valiente, es tonto arrepentirse por el tiempo que dejamos pasar pero es que todo fue tan doloroso. Pensé que me odiaba, que nunca podría volver a verlo y mucho menos tocarlo o besarlo.
Me levanté y puse mis piernas a sus costados, lo miré desde arriba y sentí como si el nudo en mi garganta fuera a salir, pero pude contenerme.
-Te amo -pasé mi mano por su abdomen y subí hasta su corazón- a partir de hoy prometo que seré más fuerte, no permitiré que me dejes -me reí, como si estuviera amenazándolo. De nuevo me agaché contra él y busqué sus labios. Me siento un poco cansado, tal vez por el alivio que me hace sentir el al fin estar con él.