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Tragedies [Sato]
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Tragedies [Sato]
Llamé a Ilkin ayer y me dijo que ha estado enfermo estos días, me preocupa porque la mayor parte del tiempo la pasa solo y aunque dijo que su madre ha ido a cuidarlo, creo que no ha estado todo el tiempo a su lado. Por eso me decidí a ir a visitarlo. Es un poco raro porque vive con dos personas más ahí, pero mi prioridad es que él se sienta mejor, así que podré sobrellevarlo. Además uno de ellos ya lo conozco, y el otro es primo de Ilya, debe ser una buena persona también. Pero antes de ir, tengo que comprar algunas cosas en el súper para poder cocinarle, me alegra que este tiempo la señora me haya puesto a ayudarla porque mis habilidades en la cocina han mejorado, y es emocionante la idea de cocinarle a mi novio.
-Pero todavía no sé qué haré -también debo avisarle que iré, aunque ya cuando esté en el taxi voy a llamarlo. Hoy no quise molestar a Sato para que me llevara, además al pensar en que tenía que ir a dejarme a la casa de Ilkin fue incómodo. No se va esta sensación, cada vez que pienso en él o que estamos juntos se siente raro. Se ha recuperado, estuvo varios días en casa y nos hicimos más cercanos con eso, tanto que sentí feo el día que regresó a su casa- tengo que concentrarme -di un suspiro y comencé a meter algunas cosas en el canasto de compras. Llevo algunas verduras frescas, y pensé en hacerle algún pudin o postre pero... ¿está bien que lleve fruta conservada? Tomé un frasco de duraznos y me quedé meditando, no puedo usar los naturales, o tal vez debería añadir algunas fresas.
-Qué linda coincidencia -un hombre habló muy cerca de mí, pero lo ignoré porque puede que le esté hablando a alguien más. En todo caso, me alejaré- Jaja, ¿ahora te haces la digna? Si antes hasta me abrías gustosa las piernas.
Me congelé y me quedé mirando el frasco. No me está hablando a mí, no hay forma que me diga eso... Coloqué el frasco de nuevo en la repisa y comencé a caminar, pero un jalón en el brazo me hizo reaccionar de inmediato y me giré para golpearlo.
-¡No me toques! --al mirarlo lo reconocí, y un sentimiento de miedo y enojo comenzó a invadir todo mi cuerpo. Me soltó por un momento y se quejó, pero luego caminó de nuevo a mí y yo retrocedí unos pasos- ¡aléjame! -no hay personas cerca, ¿por qué? No lo pensé y di la vuelta para huir, pero me tomó del vestido, me jaló hacia él y pasó su mano por mi cadera, haciendo un sonido asqueroso. Solté la canasta para poder defenderme. Tengo miedo, mi cuerpo tiembla pero mis reacciones son automáticas desde que aprendí a defenderme. Por eso le pegué con mi codo en la cara y cuando me soltó, lo empujé al suelo y comencé a patearlo. Mis lágrimas escurren por mis cara y el zumbido en mi oído empieza a hacerse cada vez más fuerte. Apreté los puños y comencé a gritar mientras le pateaba el torso.
Una persona me tomó por las axilas y rápido intenté golpearlo, y otra más llegó a ayudar al hombre a ponerse de pie.
-Suéltame -intenté zafarme y rápidamente me soltó, es uno de los trabajadores del supermercado. La gente ahora está cerca de nosotros, a él lo ayudan y le ofrecieron su mano, mientras que a mí me están señalando y mirando mal.
-¿Qué diablos te pasa, maldita ramera¡ -de nuevo intenté acercarme a golpearlo pero los empleados me detuvieron, y en cuanto me tocaron los empujé y di dos pasos hacia atrás. Esto está mal, ¿por qué me están culpando? Comencé a llorar y sus caras solo mostraron odio por mí, y ese hombre no deja de decir que solo soy una sucia y violenta prostituta., y aún así las personas lo están ayudando.
Me tiré en el suelo y comencé a llorar, y en unos minutos llegó un policía y me tomó del brazo. Mi primera reacción fue alejarme, y debido a eso su trato dejó de ser amable y me obligaron a salir del supermercado hasta la patrulla que habían llamado.
Mi cabeza está en blanco ahora, esto parece una pesadilla. Sí, debe ser un muy mal sueño. Tengo que llamar a papá pero me han quitado mi bolso. No pude hacer nada, no importa cuánto aprendí estos años al final él ganó, ellos siempre ganan. Nunca voy a dejar de pertenecer a ese sitio no importa lo que haga.
Cuando llegamos a la comisaría me sentía sin fuerzas, y entré con la cabeza agachada hasta un separo, allí el policía me dijo que esperara y el hombre, que nos siguió en su auto, dijo que se encargaría de hundirme y que le haría pagar.
-Pero todavía no sé qué haré -también debo avisarle que iré, aunque ya cuando esté en el taxi voy a llamarlo. Hoy no quise molestar a Sato para que me llevara, además al pensar en que tenía que ir a dejarme a la casa de Ilkin fue incómodo. No se va esta sensación, cada vez que pienso en él o que estamos juntos se siente raro. Se ha recuperado, estuvo varios días en casa y nos hicimos más cercanos con eso, tanto que sentí feo el día que regresó a su casa- tengo que concentrarme -di un suspiro y comencé a meter algunas cosas en el canasto de compras. Llevo algunas verduras frescas, y pensé en hacerle algún pudin o postre pero... ¿está bien que lleve fruta conservada? Tomé un frasco de duraznos y me quedé meditando, no puedo usar los naturales, o tal vez debería añadir algunas fresas.
-Qué linda coincidencia -un hombre habló muy cerca de mí, pero lo ignoré porque puede que le esté hablando a alguien más. En todo caso, me alejaré- Jaja, ¿ahora te haces la digna? Si antes hasta me abrías gustosa las piernas.
Me congelé y me quedé mirando el frasco. No me está hablando a mí, no hay forma que me diga eso... Coloqué el frasco de nuevo en la repisa y comencé a caminar, pero un jalón en el brazo me hizo reaccionar de inmediato y me giré para golpearlo.
-¡No me toques! --al mirarlo lo reconocí, y un sentimiento de miedo y enojo comenzó a invadir todo mi cuerpo. Me soltó por un momento y se quejó, pero luego caminó de nuevo a mí y yo retrocedí unos pasos- ¡aléjame! -no hay personas cerca, ¿por qué? No lo pensé y di la vuelta para huir, pero me tomó del vestido, me jaló hacia él y pasó su mano por mi cadera, haciendo un sonido asqueroso. Solté la canasta para poder defenderme. Tengo miedo, mi cuerpo tiembla pero mis reacciones son automáticas desde que aprendí a defenderme. Por eso le pegué con mi codo en la cara y cuando me soltó, lo empujé al suelo y comencé a patearlo. Mis lágrimas escurren por mis cara y el zumbido en mi oído empieza a hacerse cada vez más fuerte. Apreté los puños y comencé a gritar mientras le pateaba el torso.
Una persona me tomó por las axilas y rápido intenté golpearlo, y otra más llegó a ayudar al hombre a ponerse de pie.
-Suéltame -intenté zafarme y rápidamente me soltó, es uno de los trabajadores del supermercado. La gente ahora está cerca de nosotros, a él lo ayudan y le ofrecieron su mano, mientras que a mí me están señalando y mirando mal.
-¿Qué diablos te pasa, maldita ramera¡ -de nuevo intenté acercarme a golpearlo pero los empleados me detuvieron, y en cuanto me tocaron los empujé y di dos pasos hacia atrás. Esto está mal, ¿por qué me están culpando? Comencé a llorar y sus caras solo mostraron odio por mí, y ese hombre no deja de decir que solo soy una sucia y violenta prostituta., y aún así las personas lo están ayudando.
Me tiré en el suelo y comencé a llorar, y en unos minutos llegó un policía y me tomó del brazo. Mi primera reacción fue alejarme, y debido a eso su trato dejó de ser amable y me obligaron a salir del supermercado hasta la patrulla que habían llamado.
Mi cabeza está en blanco ahora, esto parece una pesadilla. Sí, debe ser un muy mal sueño. Tengo que llamar a papá pero me han quitado mi bolso. No pude hacer nada, no importa cuánto aprendí estos años al final él ganó, ellos siempre ganan. Nunca voy a dejar de pertenecer a ese sitio no importa lo que haga.
Cuando llegamos a la comisaría me sentía sin fuerzas, y entré con la cabeza agachada hasta un separo, allí el policía me dijo que esperara y el hombre, que nos siguió en su auto, dijo que se encargaría de hundirme y que le haría pagar.
- Mia:
Mia Ueda- Puntos : 105
Fecha de inscripción : 25/06/2016
Edad : 24
Re: Tragedies [Sato]
Odio hacer los informes, son lo que más odio de este trabajo… aun así los tengo que hacer.
“Dos varones bajo custodia: Toshihiro Hirano, Keitaro Motonaga. Tratados por lesiones recibidas al resistirse al arresto…”
Detengo lo que estoy escribiendo, pues la pantalla de mi celular se ilumina y la luz led tiene ese color que solo enciende cuando se trata de cosas del clan. Tomo el aparato y desbloqueo aquella aplicación y ver aquel mensaje:
La hija del señor está en la comisaría
Me levanto de mi lugar y tomo una taza con café mientras camino, doy una palmada en el hombro a quien me acaba de mandar el mensaje, él trabaja en la recepción, siempre es bueno tener a alguien en ese lugar y el me indica con una mirada a donde la han llevado.
-Takao, ¿que tienes aquí?- pregunto a mi compañero que está levantando un reporte. Debo de ocultar mi preocupación por ella. Está llorando, está en la celda donde los encierran mientras se hace una declaración, a solo unos metros de mi-Te ayudo con esto, sé que hoy solo cubrías medio turno, yo me encargo- le digo dando unas palmaditas en su hombro -¿En serio? gracias señor- sin dudar me deja el caso. Me inclino para ver lo que estaba escribiendo.
Me siento en el lugar de Takao, dejo mi taza, y veo la declaración.
-¿Entonces usted la agredió?- le pregunto mirándolo con severidad -¿Por que otra razón ella lo atacaría?- le cuestiono cuando comienza a decir que él no hizo nada, y claro, menciona cosas desagradables como que ni siquiera me atrevería a repetir.
-Miré, haremos esto. Usted se retracta de la declaración, y se puede ir sin problemas- Todos los que estamos infiltrados en esta comisaría ya han venido a dar una vuelta mientras nosotros hablamos. Así que le he dicho una mentira. No espero su respuesta y he borrado la declaración.
-¿Me estas amenazando!- pregunta elevando la voz y se levanta de golpe. Señala a la celda, y comienza a decir de nuevo esas cosas, incluso insinúa que yo debo ser uno de los clientes…
-Tranquilo por favor, creo que no me ha entendido. Venga le invito un café- digo con amabilidad, le indico el camino, llegamos a un pasillo que ahora está vacío comienzo a servir un café de la maquina y mientras el vaso se llena, lo empujo contra la pared, saco mi pistola y la coloco en su cuello -no te atrevas a hablar así de ella, ni siquiera la mires. Puedo matarte aquí y nadie me va a detener.- Le indico con la cabeza que miré, como hay dos uniformados que nos miran, pero no se acercan, solo nos dan la espalda, como si quisieran darnos privacidad, obviamente son parte del clan.
-No tienes ni idea de con quien te has metido-es mas alto que yo, y aunque aun me duelen mis costillas por las lesiones, yo uso toda mi fuerza -Entonces debo preguntar, ¿usted retira todos los cargos?
-¡Los retiro, los retiro!- dice asustado, así que me separo de él, tomo el café y se lo entrego.
Caminamos de regreso, puedo notar como el hombre sigue temblando.
-Que tenga un buen día- le digo dando una palmada en su espalda. Él sale casi corriendo, pero se que ya lo están esperando afuera. Yo camino a la celda -Abrela- le ordeno a un chico que es nuevo, parece dudar -no se levantaron cargos- le aclaro y entonces por fin me hace caso -Señorita, lamento los inconvenientes, permítame llevarla a su casa digo con amabilidad, aunque la trato como si no la conociera, he tomado una caja de pañuelos desechables y le ofrezco unos para que limpie su cara y también tomo sus cosas, pero no se las doy, yo me encargo de llevarlas.
“Dos varones bajo custodia: Toshihiro Hirano, Keitaro Motonaga. Tratados por lesiones recibidas al resistirse al arresto…”
Detengo lo que estoy escribiendo, pues la pantalla de mi celular se ilumina y la luz led tiene ese color que solo enciende cuando se trata de cosas del clan. Tomo el aparato y desbloqueo aquella aplicación y ver aquel mensaje:
La hija del señor está en la comisaría
Me levanto de mi lugar y tomo una taza con café mientras camino, doy una palmada en el hombro a quien me acaba de mandar el mensaje, él trabaja en la recepción, siempre es bueno tener a alguien en ese lugar y el me indica con una mirada a donde la han llevado.
-Takao, ¿que tienes aquí?- pregunto a mi compañero que está levantando un reporte. Debo de ocultar mi preocupación por ella. Está llorando, está en la celda donde los encierran mientras se hace una declaración, a solo unos metros de mi-Te ayudo con esto, sé que hoy solo cubrías medio turno, yo me encargo- le digo dando unas palmaditas en su hombro -¿En serio? gracias señor- sin dudar me deja el caso. Me inclino para ver lo que estaba escribiendo.
Me siento en el lugar de Takao, dejo mi taza, y veo la declaración.
-¿Entonces usted la agredió?- le pregunto mirándolo con severidad -¿Por que otra razón ella lo atacaría?- le cuestiono cuando comienza a decir que él no hizo nada, y claro, menciona cosas desagradables como que ni siquiera me atrevería a repetir.
-Miré, haremos esto. Usted se retracta de la declaración, y se puede ir sin problemas- Todos los que estamos infiltrados en esta comisaría ya han venido a dar una vuelta mientras nosotros hablamos. Así que le he dicho una mentira. No espero su respuesta y he borrado la declaración.
-¿Me estas amenazando!- pregunta elevando la voz y se levanta de golpe. Señala a la celda, y comienza a decir de nuevo esas cosas, incluso insinúa que yo debo ser uno de los clientes…
-Tranquilo por favor, creo que no me ha entendido. Venga le invito un café- digo con amabilidad, le indico el camino, llegamos a un pasillo que ahora está vacío comienzo a servir un café de la maquina y mientras el vaso se llena, lo empujo contra la pared, saco mi pistola y la coloco en su cuello -no te atrevas a hablar así de ella, ni siquiera la mires. Puedo matarte aquí y nadie me va a detener.- Le indico con la cabeza que miré, como hay dos uniformados que nos miran, pero no se acercan, solo nos dan la espalda, como si quisieran darnos privacidad, obviamente son parte del clan.
-No tienes ni idea de con quien te has metido-es mas alto que yo, y aunque aun me duelen mis costillas por las lesiones, yo uso toda mi fuerza -Entonces debo preguntar, ¿usted retira todos los cargos?
-¡Los retiro, los retiro!- dice asustado, así que me separo de él, tomo el café y se lo entrego.
Caminamos de regreso, puedo notar como el hombre sigue temblando.
-Que tenga un buen día- le digo dando una palmada en su espalda. Él sale casi corriendo, pero se que ya lo están esperando afuera. Yo camino a la celda -Abrela- le ordeno a un chico que es nuevo, parece dudar -no se levantaron cargos- le aclaro y entonces por fin me hace caso -Señorita, lamento los inconvenientes, permítame llevarla a su casa digo con amabilidad, aunque la trato como si no la conociera, he tomado una caja de pañuelos desechables y le ofrezco unos para que limpie su cara y también tomo sus cosas, pero no se las doy, yo me encargo de llevarlas.
- sato:
Satoshi Ohkawa- Puntos : 54
Fecha de inscripción : 29/08/2017
Edad : 30
Re: Tragedies [Sato]
Apenas me tuvieron de pie unos minutos y me llevaron a una celda. Ya no puse resistencia, y un montón de malas ideas empiezan a venir una tras otra a mi cabeza. Solamente iba a comprar algunas cosas, ¿por qué tengo que pasar por esto? ¿Por qué nadie me ha preguntado qué pasó? No quiero estar aquí, la idea de quedarme en este lugar me aterra, y ni siquiera me han permitido llamar a papá. Pero al escuchar esa voz familiar levanté mi rostro. Sato, es Sato, ¿qué hace aquí? Ah, claro, él es policía. A veces olvido lo que Sato hace porque siempre cuida de mí, y ahora... ahora también parece que lo hará.
Él está sentado en el escritorio hablando con ese hombre, y empiezo a escuchar todo lo que le dice de mí porque está gritando, todos pueden escucharlo. Quiero gritarle que se calle, pero mejor llevé mis manos a mis oídos y cerré los ojos. Yo no quiero que Sato escuche eso, no quería que él supiera. ¿Es tan malo intentar olvidar todo y pretender que no pasó? ¿Es obligatorio contarle al mu7ndo? Tengo miedo que me odie o me rechace, que crea que soy una persona sucia o cambie su manera de ser conmigo. De todas las personas, ¿por qué Sato? Me sentí feliz de verlo aquí, pero ahora me aterra mirarlo a la cara.
Me quedé allí sentada, mis manos en algún momento cayeron a mis costados y me mantuve mirando el suelo. Ya no estoy llorando, pero mis ojos se sienten hinchados y mi cara tiene rastro de mis lágrimas. La voz de Sato de nuevo se escucha cerca, y también el sonido de la reja abrirse..
-Sa... -no puedo, ni siquiera tengo la fuerza para llamarlo. Asentí y me levanté, no lo miré ni a las personas aquí, me siento tan pequeña que preferiría desaparecer. No puedo levantar el rostro y decirle que era una mentira, no puedo negar que soy esa persona, y de nuevo siento esas enormes ganas de llorar.
Al salir caminé a su costado hasta el auto. Él abrió la puerta del copiloto y yo entré, me coloqué el cinturón y me mantuve mirando mis manos. Cerré los ojos fuerte, no quiero que pregunte nada, ya sé la clase de cosas que debe pensar. Él es una buena persona, por eso no quería que se enterara, probablemente no me juzgará pero en el fondo debe iodiarme. ¿Quién aceptaría alguien así?
-Perdón, Sato, perdón -mi voz es apenas entendible, y entonces empiezo a tener dificultad para respirar y mi llanto sale cada vez más fuerte. Presioné mis manos contra mi cara, mi pecho duele mucho, incluso me duele el abdomen. Pensé que podía superarlo pero es imposible, jamás dejará de vivir eso dentro de mí. Eso sucedió hoy, después puede ser otro, y otro, y otro, nunca voy a librarme de ellos tal como me lo dijeron.
Abrí la boca en busca de aire, mi vista es muy borrosa y mi cara comienza a entumirse. Mi cuerpo se siente débil incluso si estoy sentada, y mis sollozos son fuertes e incontrolables, no puedo respirar. Me desvanecí hacia un lado pero fue imposible caer porque algo me detuvo además del cinturón, siento cómo mi saliva sale de mi boca y todo empieza a ponerse negro. Es horrible, él debe pensar que soy todavía más desagradable de lo que ya era, ahora nosotros no podremos estar juntos de nuevo.
Él está sentado en el escritorio hablando con ese hombre, y empiezo a escuchar todo lo que le dice de mí porque está gritando, todos pueden escucharlo. Quiero gritarle que se calle, pero mejor llevé mis manos a mis oídos y cerré los ojos. Yo no quiero que Sato escuche eso, no quería que él supiera. ¿Es tan malo intentar olvidar todo y pretender que no pasó? ¿Es obligatorio contarle al mu7ndo? Tengo miedo que me odie o me rechace, que crea que soy una persona sucia o cambie su manera de ser conmigo. De todas las personas, ¿por qué Sato? Me sentí feliz de verlo aquí, pero ahora me aterra mirarlo a la cara.
Me quedé allí sentada, mis manos en algún momento cayeron a mis costados y me mantuve mirando el suelo. Ya no estoy llorando, pero mis ojos se sienten hinchados y mi cara tiene rastro de mis lágrimas. La voz de Sato de nuevo se escucha cerca, y también el sonido de la reja abrirse..
-Sa... -no puedo, ni siquiera tengo la fuerza para llamarlo. Asentí y me levanté, no lo miré ni a las personas aquí, me siento tan pequeña que preferiría desaparecer. No puedo levantar el rostro y decirle que era una mentira, no puedo negar que soy esa persona, y de nuevo siento esas enormes ganas de llorar.
Al salir caminé a su costado hasta el auto. Él abrió la puerta del copiloto y yo entré, me coloqué el cinturón y me mantuve mirando mis manos. Cerré los ojos fuerte, no quiero que pregunte nada, ya sé la clase de cosas que debe pensar. Él es una buena persona, por eso no quería que se enterara, probablemente no me juzgará pero en el fondo debe iodiarme. ¿Quién aceptaría alguien así?
-Perdón, Sato, perdón -mi voz es apenas entendible, y entonces empiezo a tener dificultad para respirar y mi llanto sale cada vez más fuerte. Presioné mis manos contra mi cara, mi pecho duele mucho, incluso me duele el abdomen. Pensé que podía superarlo pero es imposible, jamás dejará de vivir eso dentro de mí. Eso sucedió hoy, después puede ser otro, y otro, y otro, nunca voy a librarme de ellos tal como me lo dijeron.
Abrí la boca en busca de aire, mi vista es muy borrosa y mi cara comienza a entumirse. Mi cuerpo se siente débil incluso si estoy sentada, y mis sollozos son fuertes e incontrolables, no puedo respirar. Me desvanecí hacia un lado pero fue imposible caer porque algo me detuvo además del cinturón, siento cómo mi saliva sale de mi boca y todo empieza a ponerse negro. Es horrible, él debe pensar que soy todavía más desagradable de lo que ya era, ahora nosotros no podremos estar juntos de nuevo.
Mia Ueda- Puntos : 105
Fecha de inscripción : 25/06/2016
Edad : 24
Re: Tragedies [Sato]
Caminamos hasta mi auto, ella no dice nada, tal vez está muy asustada. Desearía poder abrazarla y decirle que todo está bien, pero en primer lugar, este no es un lugar adecuado para hacer algo así y en segundo, abrazarla es algo que está prohibido.
Le abro la puerta para que suba, cierro con cuidado porque hasta siento que el golpe de la puerta no debe molestarla. Me apresuro a ir al otro lado, primero dejo sus cosas en la parte de atrás de mi asiento para poder subir. Enciendo el auto y me coloco el cinturón. La miro de reojo constantemente.
-¿Señorita?- la miro, no se ve bien y comienzo a asustarme -Señorita, señorita- veo como parece ir perdiendo el sentido, estiro mi brazo para detenerla. Como puedo suelto mi cinturón, me orillo como puedo -carajo, carajo, ¿que diablos hago ahora?- me siento asustado, no sé como ayudarla.
-Señorita, por favor, señorita- le sigo hablando esperando a que me escuche.
Me estiro como puedo para hacer que el asiento se recline solo un poco.
-Mia…- le llamo mientras acaricio su rostro y lo limpio, siento como mis ojos escuecen por esas lágrimas que quieren salir. ¡Llévala al hospital idiota! mi voz interna me grita.
El hospital del señor Fukui no está cerca, así que comienzo a conducir al que tengo más cerca, es una pequeña clínica, pero algo deben saber hacer. Conduzco rápido, incluso he puesto la sirena.
Bajo corriendo para ir a su lado, la tomo entre mis brazos, me duelen las costillas pero no importa, la llevo de inmediato.
-¡Deben atenderla!- exijo gritando. Alguien se acerca y me dice donde colocarla. Comienzan a checarla, y yo solo estoy a un lado tratando de no estorbar. No me separaré de ella hasta que esté bien.
El médico que la atendió me comienza a explicar detalles y lo miro amenazante.
-¿Está bien?- contesta que lo estará. Que al parecer ha sido un ataque de ansiedad. La clínica es pequeña pero les digo que no importa el precio, que ella debe tener una habitación. Así que consigo que nos den una.
Tomo mi teléfono, hasta ahora estaba tan preocupado que no pensé en que debía avisar.
-Touji- es raro que yo le diga por su nombre, siempre cuido mantener respeto por mis superiores, pero ahora no tengo cabeza para esos detalles. Le cuento lo que ha pasado para que le informe al señor.
Me acerco a ella, ellos están al otro lado, así que tardaran un rato en poder llegar. Acaricio su frente, con el dorso de mis dedos quito unos cabellos de su frente. Su lindo peinado ahora está deshecho.
-Por favor, despierta- le pido.
Desde hace rato que abrazo mi torso, el dolor sigue. Pero yo puedo soportar esto, no puedo dejarla sola.
Le abro la puerta para que suba, cierro con cuidado porque hasta siento que el golpe de la puerta no debe molestarla. Me apresuro a ir al otro lado, primero dejo sus cosas en la parte de atrás de mi asiento para poder subir. Enciendo el auto y me coloco el cinturón. La miro de reojo constantemente.
-¿Señorita?- la miro, no se ve bien y comienzo a asustarme -Señorita, señorita- veo como parece ir perdiendo el sentido, estiro mi brazo para detenerla. Como puedo suelto mi cinturón, me orillo como puedo -carajo, carajo, ¿que diablos hago ahora?- me siento asustado, no sé como ayudarla.
-Señorita, por favor, señorita- le sigo hablando esperando a que me escuche.
Me estiro como puedo para hacer que el asiento se recline solo un poco.
-Mia…- le llamo mientras acaricio su rostro y lo limpio, siento como mis ojos escuecen por esas lágrimas que quieren salir. ¡Llévala al hospital idiota! mi voz interna me grita.
El hospital del señor Fukui no está cerca, así que comienzo a conducir al que tengo más cerca, es una pequeña clínica, pero algo deben saber hacer. Conduzco rápido, incluso he puesto la sirena.
Bajo corriendo para ir a su lado, la tomo entre mis brazos, me duelen las costillas pero no importa, la llevo de inmediato.
-¡Deben atenderla!- exijo gritando. Alguien se acerca y me dice donde colocarla. Comienzan a checarla, y yo solo estoy a un lado tratando de no estorbar. No me separaré de ella hasta que esté bien.
El médico que la atendió me comienza a explicar detalles y lo miro amenazante.
-¿Está bien?- contesta que lo estará. Que al parecer ha sido un ataque de ansiedad. La clínica es pequeña pero les digo que no importa el precio, que ella debe tener una habitación. Así que consigo que nos den una.
Tomo mi teléfono, hasta ahora estaba tan preocupado que no pensé en que debía avisar.
-Touji- es raro que yo le diga por su nombre, siempre cuido mantener respeto por mis superiores, pero ahora no tengo cabeza para esos detalles. Le cuento lo que ha pasado para que le informe al señor.
Me acerco a ella, ellos están al otro lado, así que tardaran un rato en poder llegar. Acaricio su frente, con el dorso de mis dedos quito unos cabellos de su frente. Su lindo peinado ahora está deshecho.
-Por favor, despierta- le pido.
Desde hace rato que abrazo mi torso, el dolor sigue. Pero yo puedo soportar esto, no puedo dejarla sola.
Satoshi Ohkawa- Puntos : 54
Fecha de inscripción : 29/08/2017
Edad : 30
Re: Tragedies [Sato]
La voz de Sato empieza a escucharse más baja, ya ni siquiera puedo ver su cara o hablar. Siento el estómago revuelto, pero incluso esa sensación se hace débil, no puedo mantenerme despierta.
Hay un panorama completamente negro dentro de mi cabeza, y mi nombre se escucha tan lejos pero tengo tan bien grabada su voz en mi cabeza que sé de quién se trata. Pero tapo mis oídos y cierro mis ojos, no quiero que me vea, tengo miedo. Todo lo que he progresado se escurrió de mis manos, fui completamente débil y volví al punto de inicio. Solo quiero dejar de pensar y recordar, quiero que el asco y el dolor se vayan.
Abrí mis ojos despacio pero los volví a cerrar porque la luz sobre mi cabeza me molesta, y tardé algunos segundos en volver a abrirlos y acostumbrarme. Hay mucho silencio, pero siento la mano de alguien en mi frente y busco con la mirada a quien sea que me esté tocando. Tengo la intravenosa en el brazo, estoy en un hospital.
-Sato -le llamé y lo miré, luce preocupado- no me odies -los recuerdos llegan de golpe, no sé porqué estoy aquí pero sí lo que sucedió antes, seguramente me desmayé. Me duele la cabeza, y unas lágrimas de nuevo empiezan a escurrir- lo lamento -a pesar de todo, me siento más calmada, debieron darme algo cuando ingresé, o es que la presencia de él y que no evite tocarme hace que me sienta así- siempre te doy problemas -hoy no tenía que cuidarme, pero me ha terminado sacando de ahí. Siempre está cuando lo necesito, incluso sino lo llamo, él llega. Eso me hace sentir culpable e inútil, no quiero que vea esta parte de mí, quiero ser fuerte frente a él, pero... lo que ha pasado me ha hecho perder las ganas de esforzarme.
El médico entró y me sonrió al verme despierta, y me preguntó cómo me sentía. Le dije que bien con desconfianza, y luego sacó el estetoscopio para poder revisarme. Pero en cuanto se acercó, me senté de golpe en la cama, lo alejé y abracé a Sato como pude.
-¡No me toques! ¡No quiero que me toque! -cerré los ojos, estoy sosteniéndome de la camisa de Sato. El médico me pide que me calme, parece comprensivo pero yo no puedo adquirir confianza en él, el pensar que pondrá su mano sobre mi cuerpo, incluso si es para revisarme, me provoca asco- no quiero, Sato, ayúdame -lo miré llorando, y el médico suspiró y salió para llamar a una enfermera. Cuando ella llegó, habló conmigo y dudando acepté que me atendiera. Con ella no se siente tan incómodo pero sigue sin gustarme.
Terminando de checarme salió de la habitación, no quiero quedarme aquí, quiero ir a casa, aunque tampoco quiero estar sola.
-Sato -empecé a sentir mi cuerpo más liviano, creo que la enfermera inyectó algo y el estrés fue disminuyendo. Entonces la sensación de hace un momento no fue causa del medicamento. Me recosté de nuevo y busqué su mano- estás lejos -lo miré suplicante, no importa si él toca mis manos o mi frente, no da miedo, me siento segura.
Hay un panorama completamente negro dentro de mi cabeza, y mi nombre se escucha tan lejos pero tengo tan bien grabada su voz en mi cabeza que sé de quién se trata. Pero tapo mis oídos y cierro mis ojos, no quiero que me vea, tengo miedo. Todo lo que he progresado se escurrió de mis manos, fui completamente débil y volví al punto de inicio. Solo quiero dejar de pensar y recordar, quiero que el asco y el dolor se vayan.
Abrí mis ojos despacio pero los volví a cerrar porque la luz sobre mi cabeza me molesta, y tardé algunos segundos en volver a abrirlos y acostumbrarme. Hay mucho silencio, pero siento la mano de alguien en mi frente y busco con la mirada a quien sea que me esté tocando. Tengo la intravenosa en el brazo, estoy en un hospital.
-Sato -le llamé y lo miré, luce preocupado- no me odies -los recuerdos llegan de golpe, no sé porqué estoy aquí pero sí lo que sucedió antes, seguramente me desmayé. Me duele la cabeza, y unas lágrimas de nuevo empiezan a escurrir- lo lamento -a pesar de todo, me siento más calmada, debieron darme algo cuando ingresé, o es que la presencia de él y que no evite tocarme hace que me sienta así- siempre te doy problemas -hoy no tenía que cuidarme, pero me ha terminado sacando de ahí. Siempre está cuando lo necesito, incluso sino lo llamo, él llega. Eso me hace sentir culpable e inútil, no quiero que vea esta parte de mí, quiero ser fuerte frente a él, pero... lo que ha pasado me ha hecho perder las ganas de esforzarme.
El médico entró y me sonrió al verme despierta, y me preguntó cómo me sentía. Le dije que bien con desconfianza, y luego sacó el estetoscopio para poder revisarme. Pero en cuanto se acercó, me senté de golpe en la cama, lo alejé y abracé a Sato como pude.
-¡No me toques! ¡No quiero que me toque! -cerré los ojos, estoy sosteniéndome de la camisa de Sato. El médico me pide que me calme, parece comprensivo pero yo no puedo adquirir confianza en él, el pensar que pondrá su mano sobre mi cuerpo, incluso si es para revisarme, me provoca asco- no quiero, Sato, ayúdame -lo miré llorando, y el médico suspiró y salió para llamar a una enfermera. Cuando ella llegó, habló conmigo y dudando acepté que me atendiera. Con ella no se siente tan incómodo pero sigue sin gustarme.
Terminando de checarme salió de la habitación, no quiero quedarme aquí, quiero ir a casa, aunque tampoco quiero estar sola.
-Sato -empecé a sentir mi cuerpo más liviano, creo que la enfermera inyectó algo y el estrés fue disminuyendo. Entonces la sensación de hace un momento no fue causa del medicamento. Me recosté de nuevo y busqué su mano- estás lejos -lo miré suplicante, no importa si él toca mis manos o mi frente, no da miedo, me siento segura.
Mia Ueda- Puntos : 105
Fecha de inscripción : 25/06/2016
Edad : 24
Re: Tragedies [Sato]
Cuando ella despierta, siento que de nuevo puedo respirar.
-¿Si?- pregunto cuando dice mi nombre -jamás lo haría- me preocupa que diga esas cosas. Para mi, lo que escuché hoy, no me importa, si fuera verdad o mentira, ella sigue siendo la persona que tengo que cuidar, porque es lo que mi corazón me pide -No, no lo hace, usted jamás será un problema para mi- no quiero que llore por eso.
La manera en que reacciona con el médico me sorprende un poco.
-Por favor, ¿No puede mandar una enfermera? ¿una enfermera está bien señorita?- le pregunto tratando de calmarla.
Al final ha venido una enfermera y con ella no ha sido tan difícil.
-Aquí estoy- le digo acercándome y tomo su mano.
Ella queda dormida poco después. Luego de eso, él señor Ueda llega casi desesperado. Me agradece mucho lo que he hecho por ella, y le digo que ese hombre, está esperando a ser atendido. La verdad en el fondo deseo que me diga que me haga cargo, pero sé que es algo que él hará, porque cuando alguien a quien amas es lastimado, es difícil no querer arreglar las cosas para ella.
-Me gustaría estar presente- le pido esperando que al menos eso me permita.
Luego de eso ella es llevada a su casa, yo debo ir al trabajo a terminar unas cosas. No deseo separarme de ella, pero sé que cuidarán de ella. Nunca en mi vida había trabajado tan rápido. Termino mis cosas y de inmediato salgo para poder visitarla. Sus cosas aun están en mi patrulla y eso es lo que uso como excusa al presentarme tan tarde en la casa.
Le he comprado unos lirios rosas porque siempre me recuerdan su cabello.
-Buenas noches- digo cuando la señorita Fukui me abre la puerta.
Me dicen que ella ya ha despertado desde hace rato, que sigue en su habitación. Subo las escaleras hasta su puerta.
-¿Puedo pasar?- pregunto luego de tocar un par de veces.
-¿Si?- pregunto cuando dice mi nombre -jamás lo haría- me preocupa que diga esas cosas. Para mi, lo que escuché hoy, no me importa, si fuera verdad o mentira, ella sigue siendo la persona que tengo que cuidar, porque es lo que mi corazón me pide -No, no lo hace, usted jamás será un problema para mi- no quiero que llore por eso.
La manera en que reacciona con el médico me sorprende un poco.
-Por favor, ¿No puede mandar una enfermera? ¿una enfermera está bien señorita?- le pregunto tratando de calmarla.
Al final ha venido una enfermera y con ella no ha sido tan difícil.
-Aquí estoy- le digo acercándome y tomo su mano.
Ella queda dormida poco después. Luego de eso, él señor Ueda llega casi desesperado. Me agradece mucho lo que he hecho por ella, y le digo que ese hombre, está esperando a ser atendido. La verdad en el fondo deseo que me diga que me haga cargo, pero sé que es algo que él hará, porque cuando alguien a quien amas es lastimado, es difícil no querer arreglar las cosas para ella.
-Me gustaría estar presente- le pido esperando que al menos eso me permita.
Luego de eso ella es llevada a su casa, yo debo ir al trabajo a terminar unas cosas. No deseo separarme de ella, pero sé que cuidarán de ella. Nunca en mi vida había trabajado tan rápido. Termino mis cosas y de inmediato salgo para poder visitarla. Sus cosas aun están en mi patrulla y eso es lo que uso como excusa al presentarme tan tarde en la casa.
Le he comprado unos lirios rosas porque siempre me recuerdan su cabello.
-Buenas noches- digo cuando la señorita Fukui me abre la puerta.
Me dicen que ella ya ha despertado desde hace rato, que sigue en su habitación. Subo las escaleras hasta su puerta.
-¿Puedo pasar?- pregunto luego de tocar un par de veces.
Satoshi Ohkawa- Puntos : 54
Fecha de inscripción : 29/08/2017
Edad : 30
Re: Tragedies [Sato]
Sato estuvo conmigo otro rato más, no sé exactamente hasta qué hora porque cuando desperté era papá quien me cuidaba. Tuve miedo de contarle, pero al final fui poco honesta con él y de nuevo lloré. Pero me he sentido mejor al verlo, porque papá me hace querer ser fuerte como él y también porque Sato estuvo conmigo, me sentí segura aún cuando estuve dormida. Él me dijo que no soy un problema ni lo seré. Sus palabras fueron tan amables que me siento avergonzada por cómo reaccioné, como si lo ocurrido no fuese mala por sí mismo.
Salí del hospital algunas horas después y me quedé en mi recámara, papá me dijo que no vaya mañana a la escuela y acepté, y mientras él salió a solucionar algunos asuntos, me quedé con Emi y la Señora Tanaka en casa, y por supuesto las personas que se encargan de custodiar el lugar. Estoy segura que papá fue a encargarse de él, sus ojos lo decían y me siento culpable, después de ese día no me gustaría ser un motivo para que él pierda el control, pero... dentro de mí, yo deseo que esa persona desaparezca de este mundo. Él y todos aquellos que nos dañaron a Emi, a esas chicas y a mí, quiero que mueran.
-¿Hoy dormirás conmigo? -le pedí a Emi que se quedara y aceptó, aunque tuvo que bajar a ayudar a la señora a terminar de preparar la cena, por todo lo sucedido cenaremos tarde y ella no intenta molestarme, tampoco yo tengo muchas ganas de moverme, por eso dejé que Emi le ayudara aunque sea por hoy.
Me tumbé en la cama, tengo puesta mi pijama pero no quiero dormir, sé que tendré muchas pesadillas. Me han dado algunas pastillas en el hospital, también el padre de Emi me recomendó visitar un especialista, pero no quiero.
-¡Sato! -me senté de golpe y lo miré, he olvidado la apatía de hace un momento- claro, pasa -me levanté de la cama y le indiqué que se sentara. Trae unas flores, y cuando me las entregó las miré sorprendida, son muy hermosas- gracias -Emi llegó después y me dijo que si Sato se quería quedar a cenar, luego me ayudó con la flores y cuando se marchó, cerró la puerta. Me sorprendió y además su expresión... ella dice unas cosas extrañas que prefiero no pensar ahora. Pero lo sucedido en la tarde hizo que no pudiera mirarlo. Él fue muy comprensible, y sé que es honesto, Sato es una buena persona, pero es difícil mirarlo y no sentirme muy mal por eso y lo que fui, no puedo borrarlo y de todas las personas, Sato era de los que menos quería que se enterara- amm, gracias por tus cuidados -hice una reverencia y dejé mi vista fija en el suelo. Estoy avergonzada, pero también mi corazón late muy rápido, cuando estuve en el hospital hice unas cosas muy vergonzosas.
Salí del hospital algunas horas después y me quedé en mi recámara, papá me dijo que no vaya mañana a la escuela y acepté, y mientras él salió a solucionar algunos asuntos, me quedé con Emi y la Señora Tanaka en casa, y por supuesto las personas que se encargan de custodiar el lugar. Estoy segura que papá fue a encargarse de él, sus ojos lo decían y me siento culpable, después de ese día no me gustaría ser un motivo para que él pierda el control, pero... dentro de mí, yo deseo que esa persona desaparezca de este mundo. Él y todos aquellos que nos dañaron a Emi, a esas chicas y a mí, quiero que mueran.
-¿Hoy dormirás conmigo? -le pedí a Emi que se quedara y aceptó, aunque tuvo que bajar a ayudar a la señora a terminar de preparar la cena, por todo lo sucedido cenaremos tarde y ella no intenta molestarme, tampoco yo tengo muchas ganas de moverme, por eso dejé que Emi le ayudara aunque sea por hoy.
Me tumbé en la cama, tengo puesta mi pijama pero no quiero dormir, sé que tendré muchas pesadillas. Me han dado algunas pastillas en el hospital, también el padre de Emi me recomendó visitar un especialista, pero no quiero.
-¡Sato! -me senté de golpe y lo miré, he olvidado la apatía de hace un momento- claro, pasa -me levanté de la cama y le indiqué que se sentara. Trae unas flores, y cuando me las entregó las miré sorprendida, son muy hermosas- gracias -Emi llegó después y me dijo que si Sato se quería quedar a cenar, luego me ayudó con la flores y cuando se marchó, cerró la puerta. Me sorprendió y además su expresión... ella dice unas cosas extrañas que prefiero no pensar ahora. Pero lo sucedido en la tarde hizo que no pudiera mirarlo. Él fue muy comprensible, y sé que es honesto, Sato es una buena persona, pero es difícil mirarlo y no sentirme muy mal por eso y lo que fui, no puedo borrarlo y de todas las personas, Sato era de los que menos quería que se enterara- amm, gracias por tus cuidados -hice una reverencia y dejé mi vista fija en el suelo. Estoy avergonzada, pero también mi corazón late muy rápido, cuando estuve en el hospital hice unas cosas muy vergonzosas.
Mia Ueda- Puntos : 105
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Edad : 24
Re: Tragedies [Sato]
Escucho su voz cuando me reconoce, y a los pocos segundos me dice que puedo pasar. Entro y dejo la puerta abierta, no quiero ser imprudente. Sé que al señor no le gustaría saber que hice algo como eso.
-Traje esto para usted- le digo ofreciéndole las flores. Es la primera vez que le doy flores a una mujer, ni siquiera a mi madre le he dado flores, tal vez debería hacerlo -Espero le gusten- solo hasta ahora se me viene a ocurrir que tal vez a ella no le gustan las flores.
La señorita Fukui entra, y dice que cenaré con ellos, yo no pensaba hacerlo, pero parece que ella lo ha decidido así que no protesto, y en realidad en el fondo lo agradezco, así puedo pasar un poco más de tiempo cerca de la señorita.
Escucho la puerta cuando la señorita la cierra al salir, pero está bien ¿no? no lo he hecho yo…
Pero ahora que estamos solos no sé que decir, solo me quedo en silencio.
-No tiene que agradecer, es algo que siempre haré- su seguridad se ha vuelto lo más importante para mi. He estirado mis brazos hacia ella y los pongo a la altura de sus hombros, pero no la toco -No lo haga, debe descansar- le digo por esa reverencia que ha hecho.
Me vuelvo a acomodar y bajo la mirada.
-Señorita, sobre lo de hoy- me siento fatal, no quiero que piense que yo, en algún momento podría llegar a odiarla, nunca podría tener esos sentimientos por ella -quiero pedirle, que crea en mi. Yo jamás la podría odiar, yo daría mi vida por usted, así que puede estar segura, que incluso si usted llegara a matar a alguien, para mi no cambiaría nada, seré siempre la primera persona en estar dispuesto a ayudarla- por lo general evito mirarla a los ojos, pero porque muchos suelen decir que tengo una mirada pesada, y no quiero incomodarla, pero en este momento no he podido evitarlo.
-Traje esto para usted- le digo ofreciéndole las flores. Es la primera vez que le doy flores a una mujer, ni siquiera a mi madre le he dado flores, tal vez debería hacerlo -Espero le gusten- solo hasta ahora se me viene a ocurrir que tal vez a ella no le gustan las flores.
La señorita Fukui entra, y dice que cenaré con ellos, yo no pensaba hacerlo, pero parece que ella lo ha decidido así que no protesto, y en realidad en el fondo lo agradezco, así puedo pasar un poco más de tiempo cerca de la señorita.
Escucho la puerta cuando la señorita la cierra al salir, pero está bien ¿no? no lo he hecho yo…
Pero ahora que estamos solos no sé que decir, solo me quedo en silencio.
-No tiene que agradecer, es algo que siempre haré- su seguridad se ha vuelto lo más importante para mi. He estirado mis brazos hacia ella y los pongo a la altura de sus hombros, pero no la toco -No lo haga, debe descansar- le digo por esa reverencia que ha hecho.
Me vuelvo a acomodar y bajo la mirada.
-Señorita, sobre lo de hoy- me siento fatal, no quiero que piense que yo, en algún momento podría llegar a odiarla, nunca podría tener esos sentimientos por ella -quiero pedirle, que crea en mi. Yo jamás la podría odiar, yo daría mi vida por usted, así que puede estar segura, que incluso si usted llegara a matar a alguien, para mi no cambiaría nada, seré siempre la primera persona en estar dispuesto a ayudarla- por lo general evito mirarla a los ojos, pero porque muchos suelen decir que tengo una mirada pesada, y no quiero incomodarla, pero en este momento no he podido evitarlo.
Satoshi Ohkawa- Puntos : 54
Fecha de inscripción : 29/08/2017
Edad : 30
Re: Tragedies [Sato]
Nunca había recibido flores, no sé cómo interpretarlo. Bueno, es normal llevarle este tipo de cosas a los enfermos, eso debe ser.
-Sí, son hermosas. Muchas gracias -las acerqué a mi nariz y aspiré su aroma, es fresco. No sé mucho sobre flores pero estas son hermosas, y me emociona que haya sido él quien me las haya dado aunque solo sea un presente por haber estado enferma.
Él es muy amable, siempre le causo problemas y aún así sigue cuidando de mí constantemente. Para mí fue demasiado vergonzoso lo que sucedió, pero también me sentí aliviada al escuchar su voz, él realmente está allí en todo momento y no quiero acostumbrarme a ello, porque me hace cada vez pensar más en él y sé que esto se está convirtiendo en algo más que admiración.
-Está bien, ya he dormido suficiente -miré mis manos, no me atrevo aún a levantar la mirada. Mucho menos cuando menciona lo de hoy. Bajé las manos a mis costados y me puse tensa, temo que al final se dé cuenta que eso es demasiado para soportar. Aunque... ¿soportar por qué? ¿Qué clase de relación tenemos? Él trabaja con papá, lo considero una persona muy importante para í, pero ¿mi amigo? No lo sé, creo que sí es eso lo más cercano.
Levanté la mirada, lo que dijo es demasiado impactante y fuerte, y no necesita pedir que crea en él porque ya lo hago.
-Incluso -mi voz tiembla, y jalé un poco de aire para seguir hablando- ¿incluso si lo que dijo es cierto? -lo miré y sentí unas lágrimas escurrir. Lo que sucedió revivió muchas cosas dentro de mí, pero también me siento expuesta. Nunca lo había hablado con nadie, ni siquiera con Emi aunque ella sabe todo de mí. Pero confío en Sato, aunque tengo miedo de su rechazo, quiero creer. Él ha demostrado ser la mejor persona que conozco, no juzgó a papá ni lo ha tratado diferente desde lo que pasó, y cambió la manera de tratarme desde que nos conocimos y abrimos un poco con el otro- Sato -relamí mis labios y tragué saliva- ¿por qué tienes tanta fe en mí? -miré de nuevo al suelo- no quiero decepcionarte -odio ser débil. Creí que estaba cambiando pero apenas sucedió algo y me desvanecí de nuevo. No quiero que él me vea así, quiero estar a su altura y salir adelante, ser capaz de enfrentar estas cosas y seguir adelante. Yo quiero... ah- yo... -no me di cuenta. Todo este rato lo que más me ha preocupado es él, lo que piensa y cómo me tratará. No, en realidad ya lo sabía, pero trataba de ignorarlo para no sentirme culpable y más confundida- ah, muchas gracias -de nuevo comencé a jugar con mis manos, esta vez mi cara se siente caliente. ¿Qué tan grande es la influencia de él en mí? Lo miré entre asustada y sorprendida.
-Sí, son hermosas. Muchas gracias -las acerqué a mi nariz y aspiré su aroma, es fresco. No sé mucho sobre flores pero estas son hermosas, y me emociona que haya sido él quien me las haya dado aunque solo sea un presente por haber estado enferma.
Él es muy amable, siempre le causo problemas y aún así sigue cuidando de mí constantemente. Para mí fue demasiado vergonzoso lo que sucedió, pero también me sentí aliviada al escuchar su voz, él realmente está allí en todo momento y no quiero acostumbrarme a ello, porque me hace cada vez pensar más en él y sé que esto se está convirtiendo en algo más que admiración.
-Está bien, ya he dormido suficiente -miré mis manos, no me atrevo aún a levantar la mirada. Mucho menos cuando menciona lo de hoy. Bajé las manos a mis costados y me puse tensa, temo que al final se dé cuenta que eso es demasiado para soportar. Aunque... ¿soportar por qué? ¿Qué clase de relación tenemos? Él trabaja con papá, lo considero una persona muy importante para í, pero ¿mi amigo? No lo sé, creo que sí es eso lo más cercano.
Levanté la mirada, lo que dijo es demasiado impactante y fuerte, y no necesita pedir que crea en él porque ya lo hago.
-Incluso -mi voz tiembla, y jalé un poco de aire para seguir hablando- ¿incluso si lo que dijo es cierto? -lo miré y sentí unas lágrimas escurrir. Lo que sucedió revivió muchas cosas dentro de mí, pero también me siento expuesta. Nunca lo había hablado con nadie, ni siquiera con Emi aunque ella sabe todo de mí. Pero confío en Sato, aunque tengo miedo de su rechazo, quiero creer. Él ha demostrado ser la mejor persona que conozco, no juzgó a papá ni lo ha tratado diferente desde lo que pasó, y cambió la manera de tratarme desde que nos conocimos y abrimos un poco con el otro- Sato -relamí mis labios y tragué saliva- ¿por qué tienes tanta fe en mí? -miré de nuevo al suelo- no quiero decepcionarte -odio ser débil. Creí que estaba cambiando pero apenas sucedió algo y me desvanecí de nuevo. No quiero que él me vea así, quiero estar a su altura y salir adelante, ser capaz de enfrentar estas cosas y seguir adelante. Yo quiero... ah- yo... -no me di cuenta. Todo este rato lo que más me ha preocupado es él, lo que piensa y cómo me tratará. No, en realidad ya lo sabía, pero trataba de ignorarlo para no sentirme culpable y más confundida- ah, muchas gracias -de nuevo comencé a jugar con mis manos, esta vez mi cara se siente caliente. ¿Qué tan grande es la influencia de él en mí? Lo miré entre asustada y sorprendida.
Mia Ueda- Puntos : 105
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Edad : 24
Re: Tragedies [Sato]
¿Incluso si lo que dijo es cierto? entonces, es verdad. Supongo que ahora entiendo porque entre las personas que llegamos a estar cerca de ella, existe la regla de no tocarla.
-¿Y que importa si es verdad?- hay mucho que no sé de ella, pero es obvio que su pasado le ha causado grandes heridas y eso es lo único que veo mal en su pasado.
-¿Cómo podría usted decepcionarme? usted está por encima de cualquier cosas- ella da las gracias, pero no parece sentirse mejor.
No sé si deba contarle, pero quiero tratar de ayudarla, aunque ¿y si se vuelve peor?
-amm, mi madre ella, era prostituta, mi padre la violó y la obligó a seguir vendiendo su cuerpo, aun embarazada- aprieto mis puños de solo recordar a ese hombre, creo que él solo esperaba a que mi madre me perdiera -yo… soy un mentiroso, actúo como policía, chantajeo, manipulo evidencia, mato- bajo la cabeza mientras voy enumerando las cosas que son parte de mi vida -soy una mala persona desde cualquier punto de vista social. Pero yo mataría por usted sin dudar, le entregaría mi vida si usted me lo pide- mi devoción por ella, ahora supera mi entrega al clan.
-Nadie en el clan tiene un pasado limpio- mi pecho se siente oprimido, por primera vez siento vergüenza de mis actos -Somos lo que somos… ¿Usted me odia ahora que sabe sobre mi pasado?- tengo miedo, no quiero que me odie. Pero aun si lo hace, al menos se dará cuenta que todos cargamos con algo. Tal vez no son situaciones comparables, pero sin duda mi pasado está demasiado manchado como para creer que el de ella es algo vergonzoso -aun si ahora me odia, yo seguiré estando dispuesto a hacer lo que sea necesario para mantenerla a salvo- puedo vivir con su desprecio, pero no podría hacerlo si algo le pasa. No quiero que llore nunca más por culpa de su pasado, de ser necesario, yo cazaré a cada uno de esos malditos y los borraré de este mundo.
-¿Y que importa si es verdad?- hay mucho que no sé de ella, pero es obvio que su pasado le ha causado grandes heridas y eso es lo único que veo mal en su pasado.
-¿Cómo podría usted decepcionarme? usted está por encima de cualquier cosas- ella da las gracias, pero no parece sentirse mejor.
No sé si deba contarle, pero quiero tratar de ayudarla, aunque ¿y si se vuelve peor?
-amm, mi madre ella, era prostituta, mi padre la violó y la obligó a seguir vendiendo su cuerpo, aun embarazada- aprieto mis puños de solo recordar a ese hombre, creo que él solo esperaba a que mi madre me perdiera -yo… soy un mentiroso, actúo como policía, chantajeo, manipulo evidencia, mato- bajo la cabeza mientras voy enumerando las cosas que son parte de mi vida -soy una mala persona desde cualquier punto de vista social. Pero yo mataría por usted sin dudar, le entregaría mi vida si usted me lo pide- mi devoción por ella, ahora supera mi entrega al clan.
-Nadie en el clan tiene un pasado limpio- mi pecho se siente oprimido, por primera vez siento vergüenza de mis actos -Somos lo que somos… ¿Usted me odia ahora que sabe sobre mi pasado?- tengo miedo, no quiero que me odie. Pero aun si lo hace, al menos se dará cuenta que todos cargamos con algo. Tal vez no son situaciones comparables, pero sin duda mi pasado está demasiado manchado como para creer que el de ella es algo vergonzoso -aun si ahora me odia, yo seguiré estando dispuesto a hacer lo que sea necesario para mantenerla a salvo- puedo vivir con su desprecio, pero no podría hacerlo si algo le pasa. No quiero que llore nunca más por culpa de su pasado, de ser necesario, yo cazaré a cada uno de esos malditos y los borraré de este mundo.
Satoshi Ohkawa- Puntos : 54
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Edad : 30
Re: Tragedies [Sato]
Sentí una presión en el pecho, ¿cómo puedo estar por encima de cualquier cosa? Esto va más allá de su responsabilidad y aún así sigue diciendo todas esas cosas, de verdad le importo, no creí que fuese a ser lo más importante para alguien alguna vez y él lo dice tan naturalmente.
-Porque... no lo sé, no quiero que veas mis lados malos -nunca me importó si hablaban mal de mí, soporté comentarios de todo tipo. Ese tema es delicado para mí pero no es solo eso, sino que me vea como una chica inútil que no se puede valer por sí misma. Él es una persona muy independiente, una mujer débil a su lado no se vería nada bien y tampoco quiero que seamos quien sufre y rescata, no deseo eso. Pero estoy empezando a desviarme completamente, pienso como si yo tuviera que cumplir con un molde no como su amiga o la persona a la que ayuda, sino algo más. Me asusta que cada vez me sumerjo más en este sentimiento de querer verme bien frente a él, que la mayoría de mis pensamientos vayan en su dirección.
Levanté la vista, no puedo creer que esté contándome eso. Sentí un escalofrío y un nudo en la garganta, lo hice confesar algo horrible para sentirme mejor. Su madre es una mujer maravillosa, siempre positiva, sonriendo, bromeando, no te imaginarías que tras de sí lleva algo así de grande. Y no solo ella, también él. Todas las personas que me rodean tienen su propia carga, unos más grande que otra pero continúan esforzándose.
Abrí la boca para decir algo, pero nada sale. No me agrada la idea de matar a otros, pero desde hace un tiempo sé lo que hacen y... he vivido en lo más bajo, sé que hay personas que no merecen la vida que tienen. Es arrogante pensar que es nuestra decisión elegir quién vive y quién no, pero dentro de esta familia tenemos la oportunidad de decidir y así es. También sé que tal vez algún día yo tenga que seguir ese camino. A estas alturas, ¿qué voy a hacer? La novia de papá siempre habla conmigo sobre eso, sobre elegir con responsabilidad y ser fuerte, pero no aprendí nada en este tiempo, sigo siendo débil, deseando desaparecer sin tomar en cuenta lo mucho que ellos sufren en silencio.
Me acerqué a él y con mi mano en su mejilla levanté su rostro. Tengo algunas lágrimas en mi cara porque su sinceridad me conmovió demasiado, y las palabras del final han hecho que sienta algo enorme atorado en el pecho.
-Te quiero -sentí un hormigueo en mi cuerpo, pero debo ser fuerte y expresar lo que siento tal como él lo ha hecho- así que no vuelvas a decir que te odio por eso. No me importa lo que hayas hecho, o lo que debas hacer a futuro -bajé mi mano, me acerqué a él y recargué mi cabeza en su frente. Cerré los ojos y llevé mi mano a mi pecho- me haré fuerte, te lo prometo. Yo también quiero cuidarte. Saldré adelante -abrí los ojos y le sonreí. Soy muy simple... no, creo que porque se trata de él es que puedo sentir estas cosas, porque él y papá me han apoyado más que nadie, también ilkin... Ilkin.
Me despegué lentamente de él y agaché la vista, lo olvidé por completo, ¿qué estoy haciendo? No le llamé, y en todo lo que he pensado este rato es en Sato y en mí, esto no está bien.
De nuevo lo miré, ¿pensará mal de mí? Sabe que tengo novio. Puedo quererlo de muchas formas, no necesariamente de esa pero... pero sería mentirme a mí misma... ¡Ay dios!
Llevé mis manos a mi cara y la cubrí. Ilkin es una buena persona, lo quiero, me gusta, es divertido, compartimos cosas, hablamos, es paciente conmigo. Si lo pienso es algo así como el chico perfecto, pero con Sato todo es diferente, él conoce esa parte horrible de mí, me acepta y a mi familia también, y yo a él, ahora que lo conozco más siento que nos acercamos.
-Sato me gusta -hablé en voz alta, aunque tengo cubierta mi cara, eso realmente se escuchó.
-Porque... no lo sé, no quiero que veas mis lados malos -nunca me importó si hablaban mal de mí, soporté comentarios de todo tipo. Ese tema es delicado para mí pero no es solo eso, sino que me vea como una chica inútil que no se puede valer por sí misma. Él es una persona muy independiente, una mujer débil a su lado no se vería nada bien y tampoco quiero que seamos quien sufre y rescata, no deseo eso. Pero estoy empezando a desviarme completamente, pienso como si yo tuviera que cumplir con un molde no como su amiga o la persona a la que ayuda, sino algo más. Me asusta que cada vez me sumerjo más en este sentimiento de querer verme bien frente a él, que la mayoría de mis pensamientos vayan en su dirección.
Levanté la vista, no puedo creer que esté contándome eso. Sentí un escalofrío y un nudo en la garganta, lo hice confesar algo horrible para sentirme mejor. Su madre es una mujer maravillosa, siempre positiva, sonriendo, bromeando, no te imaginarías que tras de sí lleva algo así de grande. Y no solo ella, también él. Todas las personas que me rodean tienen su propia carga, unos más grande que otra pero continúan esforzándose.
Abrí la boca para decir algo, pero nada sale. No me agrada la idea de matar a otros, pero desde hace un tiempo sé lo que hacen y... he vivido en lo más bajo, sé que hay personas que no merecen la vida que tienen. Es arrogante pensar que es nuestra decisión elegir quién vive y quién no, pero dentro de esta familia tenemos la oportunidad de decidir y así es. También sé que tal vez algún día yo tenga que seguir ese camino. A estas alturas, ¿qué voy a hacer? La novia de papá siempre habla conmigo sobre eso, sobre elegir con responsabilidad y ser fuerte, pero no aprendí nada en este tiempo, sigo siendo débil, deseando desaparecer sin tomar en cuenta lo mucho que ellos sufren en silencio.
Me acerqué a él y con mi mano en su mejilla levanté su rostro. Tengo algunas lágrimas en mi cara porque su sinceridad me conmovió demasiado, y las palabras del final han hecho que sienta algo enorme atorado en el pecho.
-Te quiero -sentí un hormigueo en mi cuerpo, pero debo ser fuerte y expresar lo que siento tal como él lo ha hecho- así que no vuelvas a decir que te odio por eso. No me importa lo que hayas hecho, o lo que debas hacer a futuro -bajé mi mano, me acerqué a él y recargué mi cabeza en su frente. Cerré los ojos y llevé mi mano a mi pecho- me haré fuerte, te lo prometo. Yo también quiero cuidarte. Saldré adelante -abrí los ojos y le sonreí. Soy muy simple... no, creo que porque se trata de él es que puedo sentir estas cosas, porque él y papá me han apoyado más que nadie, también ilkin... Ilkin.
Me despegué lentamente de él y agaché la vista, lo olvidé por completo, ¿qué estoy haciendo? No le llamé, y en todo lo que he pensado este rato es en Sato y en mí, esto no está bien.
De nuevo lo miré, ¿pensará mal de mí? Sabe que tengo novio. Puedo quererlo de muchas formas, no necesariamente de esa pero... pero sería mentirme a mí misma... ¡Ay dios!
Llevé mis manos a mi cara y la cubrí. Ilkin es una buena persona, lo quiero, me gusta, es divertido, compartimos cosas, hablamos, es paciente conmigo. Si lo pienso es algo así como el chico perfecto, pero con Sato todo es diferente, él conoce esa parte horrible de mí, me acepta y a mi familia también, y yo a él, ahora que lo conozco más siento que nos acercamos.
-Sato me gusta -hablé en voz alta, aunque tengo cubierta mi cara, eso realmente se escuchó.
Mia Ueda- Puntos : 105
Fecha de inscripción : 25/06/2016
Edad : 24
Re: Tragedies [Sato]
-Pero yo no veo ningún lado malo- ella no entiende el grado de mi entrega a su persona. Podría ser la persona más despiadada del mundo, y yo aun así no me alejaría. Mi lealtad hacia el clan, es grande, pero mi lealtad hacia ella es infinita.
No puedo mentir, ahora mismo tengo mucho miedo de que me pida que me vaya, si me pide que me aleje de ella, ¿como podré servirle?
Veo su mano y toca mi rostro. Levanto la mirada un poco confundido, pero no me mira con odio, reconozco muy bien esa mirada, porque es la que más he recibido en mi vida, principalmente de mi padre.
Jalo un poco de aire por las palabras que dice, debo controlarme, no debo reaccionar de manera exagerada.
-Yo, también- claro que no, yo no la quiero, yo la amo, la adoro. Pero confesar mis sentimientos podría ser solo una carga para ella, por eso no digo nada, yo no quiero ser razone de pena para ella.
Respiro aliviado cuando dice que no me odia, pero contengo la respiración cuando se acerca a mi. Cierro los ojos igual que ella lo hace. Respiro con calma para no delatar lo nervioso que me he puesto ante su gesto. Puedo estar en una comisaría llena de policías, puedo estar en un tiroteo, pero solo ella logra ponerme así de nervioso.
-¿Se siente mal?- pregunto al ver como pone sus manos en su rostro, y luego ella dice esas palabras. Puedo escuchar el fuerte latido de mi corazón -oh- digo con sorpresa y para extrañeza mía, siento ardor en mi rostro -Usted- ay no me salen las palabras -me gusta- ¿es una declaración? no tiene que serlo precisamente, tal vez solo le gusto como un amigo y yo ya fui y dije eso -bueno yo… me refiero- si tan solo dejara de hablar a pausas -No miento cuando digo, que usted es lo más importante para mi. Siempre, en todo aspecto- respiro profundo, porque quiero que entienda mi nivel de entrega. Que si algún día me eligiera, sin dudar sería el hombre más feliz, pero sino lo hace, pero ella es feliz, eso es suficiente para mi.
Apoyo mis manos en el colchón y bajo la mirada de nuevo, ahora no puedo enfrentar sus ojos, temo que si lo hago podría perder un poco mi estabilidad y volverme ambicioso.
No puedo mentir, ahora mismo tengo mucho miedo de que me pida que me vaya, si me pide que me aleje de ella, ¿como podré servirle?
Veo su mano y toca mi rostro. Levanto la mirada un poco confundido, pero no me mira con odio, reconozco muy bien esa mirada, porque es la que más he recibido en mi vida, principalmente de mi padre.
Jalo un poco de aire por las palabras que dice, debo controlarme, no debo reaccionar de manera exagerada.
-Yo, también- claro que no, yo no la quiero, yo la amo, la adoro. Pero confesar mis sentimientos podría ser solo una carga para ella, por eso no digo nada, yo no quiero ser razone de pena para ella.
Respiro aliviado cuando dice que no me odia, pero contengo la respiración cuando se acerca a mi. Cierro los ojos igual que ella lo hace. Respiro con calma para no delatar lo nervioso que me he puesto ante su gesto. Puedo estar en una comisaría llena de policías, puedo estar en un tiroteo, pero solo ella logra ponerme así de nervioso.
-¿Se siente mal?- pregunto al ver como pone sus manos en su rostro, y luego ella dice esas palabras. Puedo escuchar el fuerte latido de mi corazón -oh- digo con sorpresa y para extrañeza mía, siento ardor en mi rostro -Usted- ay no me salen las palabras -me gusta- ¿es una declaración? no tiene que serlo precisamente, tal vez solo le gusto como un amigo y yo ya fui y dije eso -bueno yo… me refiero- si tan solo dejara de hablar a pausas -No miento cuando digo, que usted es lo más importante para mi. Siempre, en todo aspecto- respiro profundo, porque quiero que entienda mi nivel de entrega. Que si algún día me eligiera, sin dudar sería el hombre más feliz, pero sino lo hace, pero ella es feliz, eso es suficiente para mi.
Apoyo mis manos en el colchón y bajo la mirada de nuevo, ahora no puedo enfrentar sus ojos, temo que si lo hago podría perder un poco mi estabilidad y volverme ambicioso.
Satoshi Ohkawa- Puntos : 54
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Edad : 30
Re: Tragedies [Sato]
No sé qué refleje mi mirada en este momento, pero la de él es muy cálida. Decir que me quiere mientras me mira de ese modo opaca todo lo malo. Este momento fue muy complejo, todavía no olvido lo que sucedió, no menosprecio lo que me contó y ahora nuestros sentimientos. Pero esto último es lo más importante para mí, no puedo mentirme. Podré pretender pero no es así. Tal vez para mí también es más importante que cualquier otra persona. ¿Es injusto para papá o Emi? Lo sé, pero no es algo que pueda controlar.
Retiré lentamente mis manos de mi cara. Es la segunda vez que dice que le gusto. No le pregunté después de ese día si lo que me había confesado era cierto, él tenía fiebre. Pero no creo que sirviera de algo fingir sentimientos en un estado tan vulnerable.
-Sato, ¿recuerdas lo que me dijiste cuando estabas enfermo? -tragué saliva, estoy haciendo algo incorrecto, pero o dejo de frecuentar a Sato para apagar estos sentimientos y volver a esa relación de admiración, o sigo adelante. No es justo para Ilkin, y por ello hablaré apropiadamente con él. No es como si Sato y yo... no, no, pero no debo estar con Ilkin si me gusta alguien más- yo lo recuerdo, también la sensación -llevé mi mano a la suya, dudé unos segundos, pero al final la puse sobre mi pecho a la altura de mi corazón- ¿por qué soy lo más importante para ti? -sin quitar mi mano, fui ahora yo quien tocó su pecho para sentir sus latidos- yo... confío en ti. Pero tenía miedo que cambiara tu forma de ser conmigo -mi respiración se siente agitada, mi pecho está caliente, debe ser por su mano- ahora sé que eso no pasará, yo tampoco cambiaré contigo por las cosas que me contaste -le sonreí y quité mi mano de su pecho. No solo creo en su palabra, sino en todo de él. Me siento tranquila y feliz, a pesar de que ahora esté tan emocionada y sienta que me falta un poquito el aire, estoy bien.
Él está muy cerca, he tenido que agachar mi cabeza porque mi mirada va directo a sus labios. Con mis dedos rocé los suyos, siento pequeñas descargas por ese contacto tan sencillo.
Retiré lentamente mis manos de mi cara. Es la segunda vez que dice que le gusto. No le pregunté después de ese día si lo que me había confesado era cierto, él tenía fiebre. Pero no creo que sirviera de algo fingir sentimientos en un estado tan vulnerable.
-Sato, ¿recuerdas lo que me dijiste cuando estabas enfermo? -tragué saliva, estoy haciendo algo incorrecto, pero o dejo de frecuentar a Sato para apagar estos sentimientos y volver a esa relación de admiración, o sigo adelante. No es justo para Ilkin, y por ello hablaré apropiadamente con él. No es como si Sato y yo... no, no, pero no debo estar con Ilkin si me gusta alguien más- yo lo recuerdo, también la sensación -llevé mi mano a la suya, dudé unos segundos, pero al final la puse sobre mi pecho a la altura de mi corazón- ¿por qué soy lo más importante para ti? -sin quitar mi mano, fui ahora yo quien tocó su pecho para sentir sus latidos- yo... confío en ti. Pero tenía miedo que cambiara tu forma de ser conmigo -mi respiración se siente agitada, mi pecho está caliente, debe ser por su mano- ahora sé que eso no pasará, yo tampoco cambiaré contigo por las cosas que me contaste -le sonreí y quité mi mano de su pecho. No solo creo en su palabra, sino en todo de él. Me siento tranquila y feliz, a pesar de que ahora esté tan emocionada y sienta que me falta un poquito el aire, estoy bien.
Él está muy cerca, he tenido que agachar mi cabeza porque mi mirada va directo a sus labios. Con mis dedos rocé los suyos, siento pequeñas descargas por ese contacto tan sencillo.
Mia Ueda- Puntos : 105
Fecha de inscripción : 25/06/2016
Edad : 24
Re: Tragedies [Sato]
Asiento débilmente para responder a su pregunta. Podría negarme, pero no tiene caso, sería mentirle y tal vez pueda omitir cierta información a veces, pero no puedo mentirle. Y aunque no estaba completamente en mis cinco sentidos, lo recuerdo.
Ella toma mi mano y la lleva a su pecho, trago un poco de saliva por los nervios.
-Porque es la persona que más amo- admito, mi corazón corre muy rápido, se que ella lo puede sentir. A pesar de mi pasado, ella dice que no cambiará, eso me alegra, porque no soy una buena persona en muchos aspectos, y aunque pueda ser vergonzoso, si yo no fuera quien soy, no podría estar ahora a su lado.
Miro nuestras manos que apenas se tocan un poco, me siento nervioso, pero feliz.
-Yo… no puedo terminar lo que iba a decir, porque la puerta se abre de golpe, es la señorita Fukui, y yo me levanto de la cama de inmediato y camino hacia el balcón -yo abriré para que corra un poco de aire, hace algo de calor- comento con nerviosismo. Siento la penetrante mirada de la señorita Fukui.
-Jaa, con que calor ehhh- dice en un tono peculiar y mira a la señorita -bueno, solo vine a decirles que ya está la cena.
Ella se va dando saltitos y tarareando.
-¿Necesita ayuda para bajar? ¿o tal vez prefiere comer aquí?- pregunto cuando nos quedamos solos. Mi corazón sigue acelerado, pero trato de calmarme.
Cuando bajamos, en la mesa solo está la señorita Fukui, parece que los señores aun no regresan. Yo deseaba estar presente, pero no importa, ahora creo que fue mucho mejor quedarme con ella.
-Que lindos- dice la señorita Fukui cuando me siento aun lado de Mia... ¿puedo decirle Mia en mis pensamientos?
Ella toma mi mano y la lleva a su pecho, trago un poco de saliva por los nervios.
-Porque es la persona que más amo- admito, mi corazón corre muy rápido, se que ella lo puede sentir. A pesar de mi pasado, ella dice que no cambiará, eso me alegra, porque no soy una buena persona en muchos aspectos, y aunque pueda ser vergonzoso, si yo no fuera quien soy, no podría estar ahora a su lado.
Miro nuestras manos que apenas se tocan un poco, me siento nervioso, pero feliz.
-Yo… no puedo terminar lo que iba a decir, porque la puerta se abre de golpe, es la señorita Fukui, y yo me levanto de la cama de inmediato y camino hacia el balcón -yo abriré para que corra un poco de aire, hace algo de calor- comento con nerviosismo. Siento la penetrante mirada de la señorita Fukui.
-Jaa, con que calor ehhh- dice en un tono peculiar y mira a la señorita -bueno, solo vine a decirles que ya está la cena.
Ella se va dando saltitos y tarareando.
-¿Necesita ayuda para bajar? ¿o tal vez prefiere comer aquí?- pregunto cuando nos quedamos solos. Mi corazón sigue acelerado, pero trato de calmarme.
Cuando bajamos, en la mesa solo está la señorita Fukui, parece que los señores aun no regresan. Yo deseaba estar presente, pero no importa, ahora creo que fue mucho mejor quedarme con ella.
-Que lindos- dice la señorita Fukui cuando me siento aun lado de Mia... ¿puedo decirle Mia en mis pensamientos?
Satoshi Ohkawa- Puntos : 54
Fecha de inscripción : 29/08/2017
Edad : 30
Re: Tragedies [Sato]
Respiré hondo, mi cara está roja, mis latidos van rápido al igual que los suyos, pero nada importa, de todas formas mis reacciones son incontrolables. Esto me ha puesto más nerviosa que su confesión de aquel día, porque su gusto no queda solo en lo superficial. Que una persona diga que soy lo más importante, que haría todo por mí y que soy quien más ama... no imaginé que podría ocurrir. Una persona que sabe casi todo de mí, que yo sé mucho de él. Alguien que me gusta, que quiero y... no sé qué siento ya. Solo sé que fui tonta por evadir mis sentimientos.
Levanté la vista, nuestras manos se están rozando pero siento que me he acercado un poco más a él, y a pesar de tener las mejillas rojas, ya no evadí su mirada. Abrí la boca ligeramente y lo miré ansiosa, pero el sonido de la puerta me hace parpadear y retroceder, incluso torcí mi pie y estiré las manos hacia los lados para mantener el equilibrio.
-Sí-sí, de acuerdo -mi pulso va muy rápido, y miré a donde Emi apretando mis labios, ella tuvo que llegar en el peor momento, además sé que ve a través de mí, me siento demasiado tonta y avergonzada.
Respiré profundo y miré a Sato, y negué con la cabeza insistentemente.
-No, no, estoy bien, no te preocupes -ahora que estamos solos nuevamente se siente la tensión entre nosotros.
Al bajar Sato se sentó junto a mí, papá aún no ha vuelto ni Touji está, solo seremos nosotros cuatro.
-Emi... cerré los ojos apenada, ella no puede aguantar hacer esos comentarios, lo sabe, ¿cierto? Miré a Sato y sonreí, y lñuego la señora se sentó frente a nosotros y comenzamos a comer. Ella es muy atenta hoy, siempre lo es pero suele ser estricta, hoy me está tratando con cuidado- [color:0601=ff0066]estoy bien, gracias. La comida es deliciosa -de nuevo miré a Sato, ¿es que no puedo evitar eso? Me siento tonta por actuar así. Pero mi corazón late rápido al recordar sus palabras.
-Sí, veo porqué te sientes mejor -dice ella y nos mira. Nos hemos sentado juntos, Emi al lateral y ella enfrente. ¿Soy muy obvia? Tal vez sí, aunque la señora es muy perspicaz.
Emi hizo algunos comentarios más que hicieron que mi cara ardiera, y le lancé al final una servilleta hecha bolita, seguida de un regaño de la señora que se levantó a dejar su plato en el fregadero. Ella se ve cansada, así que me ofrecí a lavar los platos y ella aceptó con una sonrisa antes de ir a dormir.
[color=#ff0066]-Tú también deberías ir a dormir, ya ayudaste mucho aquí, gracias adecí a Emi y ella me sonrió maliciosa- ¿qué?
-Mejor di que quieren estar a solas -se levantó de un salto y caminó hasta el fregadero, yo la seguí con una mirada fulminante, pero dios, ella tiene razón, aunque no lo pensé cuando lo dije.
Me levanté y tomé el plato de Sato, él me ayudó con los vasos y comencé a lavar los trastes. Se ofreció a ayudarme y le dije que se ocupara de secarlos.
Levanté la vista, nuestras manos se están rozando pero siento que me he acercado un poco más a él, y a pesar de tener las mejillas rojas, ya no evadí su mirada. Abrí la boca ligeramente y lo miré ansiosa, pero el sonido de la puerta me hace parpadear y retroceder, incluso torcí mi pie y estiré las manos hacia los lados para mantener el equilibrio.
-Sí-sí, de acuerdo -mi pulso va muy rápido, y miré a donde Emi apretando mis labios, ella tuvo que llegar en el peor momento, además sé que ve a través de mí, me siento demasiado tonta y avergonzada.
Respiré profundo y miré a Sato, y negué con la cabeza insistentemente.
-No, no, estoy bien, no te preocupes -ahora que estamos solos nuevamente se siente la tensión entre nosotros.
Al bajar Sato se sentó junto a mí, papá aún no ha vuelto ni Touji está, solo seremos nosotros cuatro.
-Emi... cerré los ojos apenada, ella no puede aguantar hacer esos comentarios, lo sabe, ¿cierto? Miré a Sato y sonreí, y lñuego la señora se sentó frente a nosotros y comenzamos a comer. Ella es muy atenta hoy, siempre lo es pero suele ser estricta, hoy me está tratando con cuidado- [color:0601=ff0066]estoy bien, gracias. La comida es deliciosa -de nuevo miré a Sato, ¿es que no puedo evitar eso? Me siento tonta por actuar así. Pero mi corazón late rápido al recordar sus palabras.
-Sí, veo porqué te sientes mejor -dice ella y nos mira. Nos hemos sentado juntos, Emi al lateral y ella enfrente. ¿Soy muy obvia? Tal vez sí, aunque la señora es muy perspicaz.
Emi hizo algunos comentarios más que hicieron que mi cara ardiera, y le lancé al final una servilleta hecha bolita, seguida de un regaño de la señora que se levantó a dejar su plato en el fregadero. Ella se ve cansada, así que me ofrecí a lavar los platos y ella aceptó con una sonrisa antes de ir a dormir.
[color=#ff0066]-Tú también deberías ir a dormir, ya ayudaste mucho aquí, gracias adecí a Emi y ella me sonrió maliciosa- ¿qué?
-Mejor di que quieren estar a solas -se levantó de un salto y caminó hasta el fregadero, yo la seguí con una mirada fulminante, pero dios, ella tiene razón, aunque no lo pensé cuando lo dije.
Me levanté y tomé el plato de Sato, él me ayudó con los vasos y comencé a lavar los trastes. Se ofreció a ayudarme y le dije que se ocupara de secarlos.
Mia Ueda- Puntos : 105
Fecha de inscripción : 25/06/2016
Edad : 24
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