Desconocidos [Adrik Wolves]

Recuerdo del primer mensaje :

Después de varios rechazos y de tratar de evadir el tema con la excusa de trabajo, desde un mes para acá he empezado a salir con una chica. No tenemos una relación, simplemente ir a comer, al cine, caminar por el parque o actividades que no se extienden más de tres horas o permiten intimar, al menos no de mi parte, ella parece a gusto y ya que yo no hablo demasiado sobre mí, he terminado por saber muchas cosas de ella.
Es una chica bella, alegre, inteligente. Sinceramente es demasiado para mí, creo que merece alguien más que pueda valorar su personalidad tan fuerte, tan entregada con el trabajo, alguien que esté a su altura y llene sus expectativas. Yo no estoy listo ahora y dudo que alguna vez lo esté, ya sea hoy, hace dos años o hace siete.
Estoy cansado porque mi trabajo últimamente no me deja salir antes de las nueve, sin mencionar que mi medicación ha cambiado y eso no me ayuda para conciliar el sueño. Me siento mal, triste, de nuevo me estoy ahogando en la nada, entre los rayos del sol que me pegan en la cara cada mañana, el aire fresco. Esta vida que debería ser lo máximo y llegar al punto de lo ideal, me asfixia.
Como la chica está retrasada he tomado el celular para llamarle, creo que de los pocos defectos que puedo señalar de ella es su impuntualidad, aunque no es como si yo fuera lo contrario, simplemente las paredes de mi casa me abruman, caminar al menos me despeja un poco y hace que el aire llegue a mi un poco más fácil.
-De acuerdo, esperaré… no te preocupes, quince minutos pasan rápido, ven con cuidado –colgué la llamada y de nuevo guardé el celular y me levanté de la banca de aquel amplio lugar. Tiendas, personas, música. Es bastante colorido, podría ser divertido pero yo me siento tan vacío.
Camino un poco para hacer que esos quince minutos no sean más lentos de lo necesario, he parado frente a una tienda de zapatos, viendo algún par que llamó mi atención desde el otro lado del cristal, pero solo sigo caminando esperando encontrar algo interesante.

Me he detenido en seco al mirar al frente, creo que incluso me tiemblan las piernas y el tiempo a mi alrededor se detiene, no escucho, no siento ni siquiera el palpitar de mi corazón que seguro, con esa imagen frente a mis ojos, se ha disparado.
Solo han sido dos años, pero ha crecido, ha cambiado apenas un poco. Lo único que no cambia es lo que yo siento, amargura, tristeza, y esa felicidad mezclada con emoción, con rabia y un sinfín de cosas que van desde mi garganta hasta mi estómago.
-Adrik… -mis piernas dan pasos hacia adelante, suplicando que no sea una de mis tantas alucinaciones.

Es difícil definir quién es el apoyo de quién, al inicio creí que Ian había sido mi salvación en uno de los momentos más difíciles de mi vida, sin embargo con el tiempo me di cuenta que era Ian quien más me necesitaba, como un alivio a su dolor y tristeza. Sólo hasta que estuvimos separados fue que comprendí que ambos necesitábamos del otro y que no era dependencia, simplemente nos complementamos. Los recuerdos no son suficientes, lo que más extraño es acariciar el cabello de Ian acostados después de hacer el amor o simplemente antes de dormir sin ninguna intención que hacer sentir al otro que estoy presente y que jamás me voy alejar de su lado.

Yo también deseo ver a Ian, hace mucho que no veo su cuerpo, quiero ver cuantos kilos ha bajado, estoy seguro que ahora está mucho más delgado que cuando estábamos juntos. Llevo mis manos a su camisa y de una manera un tanto torpe por la desesperación comienzo a desabotonarla.
-Yo también te amo- respondo bajito y pausado, acompañado de suaves jadeos, el cubículo ha dejado de parecerme pequeño e incomodo, sólo me importa que ahora estamos juntos.

Me cuesta trabajo responder, no sé qué es lo que debería decirle, sea lo que responda le haré daño y si él me responde seguro me hará daño.
-Yo… Tu…- mi garganta seca no deja escapar palabras y sin darme cuenta comienzo a llorar –es qué…- niego varías veces y golpeó con mi mano libre la puerta - ¿Quién era la persona que te llamo?- preguntó con temor en la respuesta –ya… ¿Ya tienes a alguien más?- le pregunto directo y al borde de enloquecer por los celos.

Soy un egoísta y no tengo ningún derecho a recriminarle nada, me fui durante dos años durante los cuales no hice por saber de él, más que nadie sé que Ian no puede estar solo, carga con demasiado peso sobre sus hombros. Jamás fui un sustituto de su esposa pero si fui el motivo que necesitaba para seguir adelante, y ahora estoy seguro que ha buscado quien alivie su herido corazón, alguien que le haga olvidar que ya no estoy su lado o al menos lo ayude a sobrellevar nuestra separación. Sin embargo tengo miedo, tengo miedo que esa persona que ahora está a su lado sea una mujer, una mujer de darle aquello que yo nunca le podré dar, después de todo Ian no sólo perdió a su esposa en aquel accidente.

Me sentí asustado por verlo así, estaba tan feliz hasta hace un momento y de la nada se ha puesto triste. No comprendo, ¿hice algo malo?, me siento como idiota y mi cuerpo que estaba más que dispuesto a devorarlo ahora se ha enfriado.
-Adrik, cálmate -me ha sorprendido ver esa descarga con la puerta, sé el carácter que tiene y que a veces pierde el control, pero la única forma en que lo hizo conmigo fue en la cama, pues lejos de allí nuestra relación fue con clama y las pocas peleas eran muy triviales, nunca antes vi esa expresión. No sé cómo desifrarla, y me frusta no entender, soy tan idiota.

Me había inclinado hacia él pero tomé mi distancia una vez que él suelta eso. ¿Fue la llamada?, pues claro, pero si seré imbécil. Pero es que, yo… dejé demasiado esperar a ella. No la amo, ni siquiera la quiero y apenas si me gusta, pero no por ello seré una mala persona. Suficiente hice con dejarla tirada en la cita que tanto insistió en tener, no solo ahora, durante el tiempo que me animaba a salir y yo siempre me negaba, hoy era el día en que por fín daría un paso fuera de ese agujero en el que me metí por Adrik, no para entablar una relación amorosa con ella, simplemente comenzar como amigos, pensar en algo más, ocupar mi tiempo para evitar esos pensamientos deprimentes. Pero de nuevo y tan rápido caí con él, ni me di cuenta que el trabajo que me costó hacerlo lo eché a la basura en un instante. No me arrepiento, lo tengo frente a mi y nadie más me importa que él, pero aun así no tengo que echarme de enemiga a mi compañera de trabajo.
-No, no es eso -me recargue en la pared contraria a él, está semi desnudo y llorando, soy una persona muy cruel- nosotros somos compañeros de trabajo, no era una cita romántica, no es lo que piensas -me agaché a levantar su camisa y se la entregué, ni siquiera me atrevo a tocarlo para ayudarle a vestirse- solo saldríamos. Ella se dio cuenta cómo estaba, y solo quería animarme un poco, pero no somos amantes, para nada va por ese rumbo -me cruce de brazos y desvié la vista, no soporto verlo sufriendo por mi culpa.

Sé que ella tiene otras intenciones, pero también sabe que no hay oportunidad conmigo, y se ha conformado con ser mi amiga. No creo que yo valga tanto la pena, pero no puedo negarme a su amistad, yo necesito relacionarme con las personas, ya no soy un chiquillo rebelde. Además sé que Adrik y yo no tenemos futuro, por mucho que lo ame y enloquezca con tenerlo, es mucho más complicado que cualquier relación. Si tan solo él fuera de clase media la adversidad de ser dos hombres sería más fácil de sobrellevar.
-¿Qué hay de ti?, estás… estás con alguien, ¿no es así? -trago saliva para ahogar mis palabras, me siento celoso.

Nunca había sentido tan grande la distancia que nos separa, se suponía que haríamos el amor una vez más sin importar nada y aunque nuestras vidas terminarán enseguida, moriríamos felices de haber podido estar juntos una vez más, pero de pronto todo se desmoronó como una ilusión al romperse.
-Cómo me pides que me calme- llevo mi mano a mi frente produciendo un sonido al chocar. Con Ian nunca había tenido la necesidad de mostrarse tan posesivo y menos desquiciado, él era diferente a todas esas chicas, su amor era demasiado puro como para ser manchado por sus arranques –Tú eres mi todo, mi amado…- duele, duele tanto pensar que ahora comparte su cama y su corazón con alguien más.

Quisiera saber quién es, y saber qué es lo que le gusta tanto a Ian de ella, porque debe de ser una mujer ya que el me juró que yo soy el único hombre en su vida, y destrozar esa parte que logró arrebatarme a mi Ian, no la mataría, simplemente le daría un tormento similar al que ahora me hace pasar.
-¿Entonces qué es?- lo miró a los ojos, sin darle oportunidad de una mentira, me daría cuenta cuando desvíe la mirada –Si no era una cita, entonces qué era. No me mientas Ian- que simplemente me dé la camisa, me hace enojar y a la vez destroza mi corazón, simplemente me la echo encima y me abrazó a mí mismo, de pronto siento tanto frío –Entonces quieres olvidarme, ella te ayudaría a olvidarme- dejo que la camisa sobre mis hombros se deslice hasta el suelo –no creo que esa mujer sólo estuviera intentando animarte, date cuenta de lo que eres, cualquier mujer no dudaría en tenerte- tal vez su personalidad podría ser lastimosa a veces, pero que le importaría a cualquiera que sólo se fijara en su apariencia, después de todo sólo yo puedo ver más allá de eso y notar el maravilloso hombre que es Ian.

Abro los ojos y una sonrisa retorcida se dibuja en mis labios – ¿Ahora tú vas a echarme las cosas en cara a mí?- cuestiono a la defensiva –Sabes perfectamente cuál es mi situación. Ese compromiso sólo es de nombre, hoy es la segunda vez que la veo y sigue sin importarme más que cualquiera- creía haberle dejado en claro que no había estado con nadie más desde él –No me interesa la compañía, pronto publicaré mi primer libro bajo un seudónimo, pronto podré deshacerme de esas cadenas, pero de qué sirve si ya no tengo lugar a dónde volver- le digo con tristeza, mientras levanto de nuevo mi camisa.

No se suponía que las cosas fueran así, y quise con toda mi alma el ignorar nuestras posiciones y solo concentrarnos en un último encuentro. Pero también pensé que no lo quería de esta forma, no quiero las sobras de la persona que amo, porque aunque puedo tener todo su amor si no lo tengo entero sigue doliendo. Para mi no sirve si solo vivo en su cabeza y él en la mía, yo lo quiero todo, soy un hombre ambicioso.

-No te estoy mintiendo -he levantado la voz, no me gusta que me tache de mentiroso, ¿tiene idea de cuánto tiempo esperé aunque sea saber algo de él?, que está bien, que sigue estudiando lo que le gusta o que de repente me recuerde un poco. Estos dos años fueron una tortura para mi, despertaba anhelandolo y me acostaba con la esperanza de soñar con lo nuestro. Estoy tan drogado con su esencia que siento me estoy volviendo loco- deja de tomar las cosas como quieres. ¿De verdad me subestimas tanto como para creer que me olvidé de ti?, y ahora qué, ¿crees que solamente me interesa tener sexo contigo?. No tienes idea de lo horrible que la he pasado -esa chica no es alguien importante para mi, pero mis relaciones en el trabajo son importantes, no puedo quedarme sin lo único estable solo por un rechazo. Aunque ella no es así, lo sé, y por eso fui honesto desde el inicio, siempre le dejé en claro que estaba enamorado de alguien y que probablemente nunca iba a poder ver a alguien más- y no me importa, si quisiera tener sexo con alguien simplemente por el placer lo hubiera hecho hace mucho, pero para mí eras tú o nada… -¿acaso soy patético por haberlo esperado?, este no soy yo, a mi no me importaba jugar con las personas, cuando me casé lo seguí haciendo y después de igual forma, pero desde que él llegó a mi vida las cosas cambiaron, me volví un idiota tan devoto.

Me hace sentir bien y mal al mismo tiempo, que me considerara para sus planes a futuro, quiere decir que yo solo tenía que esperar. Y tal vez lo hubiera hecho por siempre, pero no tenía garantía, él fue tan frío al despedirse de mí que no importa cuántas veces dijera que me amaba, bastó con un adiós para echar mis fuerzas abajo.
-¿Y esperabas que lo adivinara?, sé que todo fue por ellos, los odio, entiendo que sean tus padres pero ¡los odio!, y tú no me diste una señal, ¡nada!, tan solo necesitaba un poco de esperanza. Me sentía solo, cada noche… diablos, sabes más que nadie lo complicado que es para mi manejar la soledad, no pretendía casarme si esa mierda pasa por tu cabeza, solo necesitaba no pensarte todo el tiempo y destruirme con algo que no sabía si volvería a pasar -al final terminé reprochando todo, no quiero lastimarnos más.

Ahora que lo pienso mejor, no podría simplemente estar con Ian un instante y luego pretender que todo es igual que nuestros caminos deben separarse y cada uno ir por su lado, la próxima vez que vuelva a los brazos de mi amado, será para no separarnos nunca más y lo haremos en un lugar que será nuestro no en un baño de un centro comercial, ya pasamos la etapa dónde no importaba el lugar. Perdóname Ian pero así debe de ser.

-Lo sé- aceptó enseguida, más que nadie sé que Ian sería incapaz de mentirme, él no podría hacerlo ni aunque fuera para salvarme de los planes que intenta imponerme mi familia, y aunque lo intentara reconocería enseguida que está mintiendo –No, no. Claro que no- niego rotundamente, aunque eso era lo que trataba de decir en un inicio, no puedo culparlo, la culpable debe ser esa mujer que ha intentado robarme a quien es mío –Yo sé que has sufrido mucho… yo también he sufrido mucho sin ti- me ha impactado tanto que me grite que ha logrado calmar mis reclamos –sin embargo no puedo confiar en la gente que está a tu alrededor, Ian sólo daté cuenta de lo guapo y maravilloso que eres- para mi es simplemente perfecto, con todo y sus defectos, es mi complemento. Mi preocupación se disipa cuando me dice que no ha estado con nadie más, me siento tranquilo, no soportaría saber que ha estado entre las piernas de alguien más durante mi ausencia –Ian…- quiero lanzarme y abrazarlo, pedirle que me haga suyo, que esta vez no me arrepentiré pero no puedo –yo tampoco mentí, no puedo estar con nadie que no seas tú- le recuerdo, como si no lo tuviera claro ya.

No deje de hablarle o de buscarlo porque así lo quisiera, simplemente no podía arriesgarme a ser descubierto antes de cumplir la mayoría de edad, mis padres me tenían en excelente vigilancia y aunque pudiera evadirla, sin tener a mi hermano de mi lado las cosas se volvieron más complicadas. Durante dos años sufrí de la manera más terrible, viví en un invierno permanente en que todo era carente de vida, quisiera que me entendiera que lo más difícil para mí ha sido no buscarlo cuando lo he deseado, he llorado y lo he llamado cada noche en mis pensamientos y a gritos.

-No… sólo que confiarás en mí. Te dije que encontraría la forma de salir de esta- claro, como si fuera creíble que un adolescente fuera capaz de resolver una situación tan complicada –Entiende, yo no podía, si mis padres lo descubrían se encargarían de destruirte, y aunque yo lo negara ellos encontrarían la forma de hacerte culpable y a mí la víctima- me justifico ante el hecho de no haberlo buscado en todo este tiempo. Cuando habla de su problema con manejar la soledad, no resisto más y lo abrazo –Mi Ian, no te volveré a dejar sólo, prometo volver a tu lado- le digo con voz dulce, si él sufre yo sufro. No puedo seguir discutiendo cuando mi Ian se ve tan vulnerable, jamás me había gritado, debe estar tan desesperado.

Ambos nos hicimos mucho daño, y en este momento pienso que las cosas no van a cambiar, ninguno de los dos tiene la fuerza para cargar con la responsabilidad, a pesar de que él ya no es un niño aún así su familia no descansará hasta ponerle en el lugar que quieren, y como me lo advirtieron antes a mi, destruir lo que tengo si intervengo. Sí, de más sé que no lo ven como un hijo, con ese amor y calidez que deberían brindarle, él solo es el objeto para asegurar la prosperidad de su compañía. Pero no quita que yo al tocar “su preciado tesoro” salga perjudicado. Por supuesto que lo amo y daría mi vida por él, pero ¿en balde?, si pudiera esperar o… no lo sé, esta situación me tiene confuso. Quiero luchar por él pero también hacer las cosas correctamente. Estoy cansado de huír y obedecer, estoy cansado de no poder estar con la persona que amo, que en lugar de sentirme vivo por sentir nuevamente esto, sea todo lo contrario.
-Pero debes confiar en mí, diablos… -yo también me sentí inseguro, a pesar de que conozco sus estrictos gustos, la seguridad que me daba al decirme que me ama, aun así me sentí celoso de esa chica que sabía estaría el resto de su vida con él.

Suelto un suspiro y llevo la mano a mi cara, esto realmente no nos lleva a ningún lado, y las horas van pasando haciendo que su ausencia sea obvia.
-Lo sé, por supuesto que sé cuánto has sufrido y que todo esto va más allá de tu control, y que no puedes renegar así de fácil a tus padres. Son lo peor para mí pero siguen siendo tus padres… -aunque no creo que haya un mínimo de cariño por ambas partes, pero no puedo darle a elegir, no puedo pedirle que desprecie a su familia aunque por mi culpa ya lo ha hecho- Adrik, confío en ti, ¿pero sabes?, ¿cuánto tiempo debo esperar?, ¿otros dos años, cinco?. Me estoy haciendo viejo y estoy  cansado de estar solo, de sentirme atascado con mi vida en general -cuando me abraza yo lo recibo cálido, porque me gusta sentirlo cerca, el darme cuenta que a pesar de todo puedo abrazarlo una vez más. Pero no quiero una relación fugaz, estar a veces, escondernos. Estoy cansado de eso y no poder vivir tranquilamente sin que otros intervengas, y maldigo todo porque con él no puede ser así, simplemente...- ¿cuándo? -mi voz suena cansada. Creo que ya esperé demasiado, me siento ansioso, acorralado, nervioso. Las palabras de mi amigo no dejan de retumbar, “estás en esa situación porque no haces nada por cambiarlo”, y es cierto, yo decido no avanzar con mi vida o buscar algo que me saque adelante sin depender de otra persona.

Lo despego de mi para hacer que me vea a los ojos, lo amo, mucho más de lo que he sentido por cualquier otra persona, y nuestro romance a pesar de ser irresponsable me trae los más hermosos recuerdos, pero no puedo atorarme por siempre en el pasado, idealizar algo. Si con desearlo tengo la seguridad que será mío sería perfecto, pero sé que no es así.
-Esto no está bien, solo nos hará regresar a los errores del pasado -tengo un nudo en la garganta, pero no quiero tener que retroceder cada vez que nos veamos, no quiero pedazos de él, lo quiero completo- lo siento -deslizo mis manos de sus hombros por  sus brazos hasta dejar reposar mis manos a mis costados.

Aún sigo sin comprender como llegamos a esto, simplemente veo como todo se empieza a desmoronar frente a nuestros ojos y comienzo a comprender que es una mentira que el amor es la fuerza más grande en el universo, hay tantas cosas que pueden sobreponerse a los sentimientos o es que acaso no amo lo suficiente a Ian como creo, no, eso es imposible, no hay nada que sienta con más pasión que mi amor por él, su simple recuerdo ha sido suficiente para que no actúe de manera imprudente. A veces pienso que debería compartir un poco de todo el peso que cargo con Ian, pero no puedo darle más del que de por si lleva a cuestas, suficiente daño le he hecho con atarlo a mí sin poder estar a su lado.
-Confío en ti, pero sé también lo que es la soledad. Ni siquiera sé quiénes han estado a tu lado mientras yo no estoy– nunca le he preguntado sobre amigos o familia, nuestra relación era tan banal que ni siquiera pude preguntar sobre esos detalles, me conforma con saber que él es viudo y que su difunta esposa jamás iba a regresar, así no tendría por qué preocuparme de que alguien lo arrebatara de mi lado.

Es la primera vez que veo a Ian de esa manera, hasta ese día nuestra relación era de un rosa perfecto, que jamás creí que llegaríamos a algo como esto. Por el tono que usa, no sé porque me da la impresión que me echa en cara el no renegar de mis padres y dejarlo todo por él, si por mí fuera lo habría hecho hace mucho pero precisamente porque son mis padres es que no puedo hacerlo, no van a perder un negocio tan importante, ya no soy su hijo soy una moneda de un alto valor –Sólo te pido que me entiendas y que tengas paciencia- le pido preocupado, todo se ha desvanecido entre mis manos sin que pueda hacer nada para pararlo –No puedo decirte cuando Ian, no quiero engañarte, sólo puedo prometerte que lo haré- es tan duro que me diga que se siente atascado, yo soy el culpable que él este atascado, si no fuera por mí él podría recuperar la familia que perdió, una esposa y un hijo. Aun así lo mantengo entre mis brazos, tengo miedo de que si lo suelto se irá y nunca más volverá –ya te dije que no puedo prometerte nada… si me precipito ellos te harán daño- la gente como mis padres piensan en las personas como piezas descartables en el tablero de ajedrez.

Mi respiración se vuelve densa y lo miro a los ojos, suplicante mientras él me aleja, sólo un poco más por favor déjame estar a tu lado.
-¿Qué errores?- mi expresión muestra una autentica sensación de pánico, quiero entender que trato de decir con eso, ¿acaso para él nuestra relación fue un error? –No- niego mientras siento un extraño frío calar hasta el interior de mis huesos, me ha descobijado de mis brazos y ahora se disculpa como si con ello me ofreciera un último adiós –Yo lo siento- le digo al bordo del llanto, ya no puedo más. Me doy la media vuelta y abro la puerta, ni siquiera pienso en acomodar mi camisa –yo no me arrepiento de nada- le digo con tristeza –te llamaré Ian, te buscaré, aunque decidas no esperarme yo seguiré existiendo para ti- le digo mientras comienzo a caminar hacia afuera, acomodando mi camisa y agradeciendo no haya nadie más que nosotros en el baño.

Yo tampoco sé siquiera quién es la persona que sus padres eligieron para él, aunque para mi eso no importa mucho, porque el hecho relevante no es quién, si no el por qué él debe estar en esa situación y lo que impide que nosotros estemos juntos.
-Pues es lo mismo conmigo, ambos desconocemos ya el entorno del otro -no cabe duda que terminamos juntos, ¿no es eso mágico?

-Lo sé, lo sé, solo… -no sé hasta cuando pueda esperar sin desgastarme, porque es lo único que hago. ¿Siquiera hacerlo es buena idea?, bueno, obviamente no, mira el estado miserable en el que me tiene, pero quiero hacerlo aún así. Tengo demasiadas dudas, estoy peor que cuando no lo había visto, porque ahora más que triste me siento enojado con aquellas personas y conmigo mismo por ser tan débil. Y es que estoy un poco cansado de este círculo vicioso, yo quiero ser feliz o al menos estar tranquilo, y sé que si vuelvo a él no tendré tranquilidad ni estabilidad. Pero me parece peor el perderlo para siempre, el vivir solamente porque tengo que hacerlo. Estoy enfermo de amor y tal vez cualquiera se burlaría de mí por la idea, porque a mi edad esas cosas no deberían ser el centro de mi existencia.

-Hablo de la manera descuidada en la que éramos, está bien, a mi tampoco me importa el resto de las personas o la idea que tengan sobre mí, pero la realidad es que vivimos en un país lleno de homofobia, y a ojos de cualquier persona yo era casi un pedófilo. ¿No te parece suficiente malo?, porque oye, perder mi casi mi título lo era. Quiero hacer las cosas bien, pero no encuentro la forma… -estoy cansado de no pensar con claridad, y en este pequeño lapso de lucidez es que me atrevo a responderle de esta forma. Sin embargo él abruptamente se va, y yo solo quedo más confundido. Tengo un conflicto porque por una parte me alegro que él piense regresar a mí, pero ¿mientras qué?, ya no tengo la edad para creer en amores eternos, o en esperar sentado a que él resuelva el problema y entonces por fin tengamos nuestro futuro juntos. Pero yo no tengo el poder para cambiar las cosas, entonces ¿qué hago?.
Me senté en el inodoro y ni siquiera le dediqué unas palabras de despedida, esa firmeza con la que él me asegura regresar ya no me es suficiente. Le creo, que aun me ama y que hará todo lo posible por volver a mí, pero no puedo evitar ser ansioso por contar las horas, los días y tal vez años. Todo esto es un caos, y decido quedarme allí un rato, por supuesto ya he cancelado definitivamente cualquier cita con esa chica en el futuro.nimos de familias diferentes, circunstancias, educación, todo lo nuestro es opuesto. Y aún así ter