Entre tus alas [Dima]

Recuerdo del primer mensaje :

Tomé uno de los trajes nuevos del closet y me quité la toalla de la cintura para comenzar a vestirme.
Papá nos pidió asistir a una fiesta de un importante conocido suyo. Obviamente beneficiará los negocios de varias empresas, entre ellas la nuestra. Me sentí emocionado unos minutos, aunque preferiría solo ir con él para después tener un tiempo a solas, no me molesta salir con mi madre y con Dima.  
Solté un suspiro y abotoné mi camisa. Dima volvió a ser como siempre. Parece que solo en estado de ebriedad intenta acercarse a mí. Recordar lo lindo que fue aquel día me hace sentir emocionado, aunque la realidad de cada día sea diferente, parece que siempre opto por guardar los bellos recuerdos y rememorarlos cada vez. Llevé mis dedos a mis labios. Fui tan imprudente, pero no se sintió para nada mal. ¿Será por el cariño tan grande que le tengo? Algunos padres suelen besar a sus pequeños, ¿es un sentimiento similar? Aunque si me baso en mi relación con mi padre, definitivamente no es lo mismo. Para mí, mi padre es alguien único. Me encanta estar a su lado, hacer el amor y dejar que me mime. Es muy diferente al amor fraternal que siento por mi madre, y mucho más intenso del que llegué a sentir por mis verdaderos padres.

Terminé de arreglarme y bajé a la sala. Ellos no deben tardar, así que aproveché para hacer un par de llamadas que involucran a mi trabajo.
Cuando colgué mi padre estaba en la entrada avisando al chofer preparara el auto, y caminé sonriente hacia él para después darle un saludo formal.
-Hice la llamada que me pediste. El promotor estará enviando esta semana el presupuesto que necesitamos -siempre soy muy formal en mi trabajo. Aparentemente separo mi vida personal de la laboral, pero cada contacto con él me hace sentir nervioso. Recibí unas palabras de agradecimiento, una sonrisa y su usual palmada en la cabeza. Tragué saliva y agaché la vista sonriendo. Quiero abrazarlo. Lo extraño, pero sé que ahora no es el momento.
Me quedé un rato charlando sobre algunas cosas que necesita saber mientras Dima y mi madre bajan. No puedo dejar de admirar sus hermosos ojos y su sonrisa. No importa cuántos años pasen, él siempre será perfecto para mí.

Está clase de eventos no me gustan. He participado en ellos desde pequeño, algunas de las personas de este lugar, jugaban conmigo cuando éramos pequeños, y claro, yo era miembro de una familia poderosa. Ahora solo estoy aquí, porque mi tío es el abogado de algunas de estas personas.
He pasado casi toda la noche jugando con mi psp, al menos ahora que soy un don nadie que ni siquiera conserva su apellido, puedo solo ignorar a todos, no tengo porque esforzarme en interactuar con ellos. Pero por otro lado, no puedo tomar, porque aun soy menor de edad. Claro que estoy seguro que muchos de los jóvenes de aquí no son mayores de edad y están tomando, pero, pues yo no siento que esté en el lugar donde pueda relajarme solo con algo de alcohol.

El tiempo se siente pasar demasiado lento, pero para cuando me doy cuenta la batería de mi psp esta por terminarse. Tomo algo de agua y como un poco de las cosas que hay. Realmente son algo insípidas.
Me levanto de mi lugar y camino un poco, es un alivio no tener que soportar a Salvatore, el simplemente termine huyendo porque no podía decir al mundo que es gay. Creo que estoy enojado con por lo cobarde que ha sido, de alguna forma me estaba sacrificando para ayudarlo, le iba a dar una oportunidad pero parece que realmente no me amaba tanto como decía hacer. Por eso odio el amor, y que las personas sean tan tercas. Todos son egoístas, cuando dicen amar a alguien en realidad solo desean que esa persona les ame como ellos desean, pero no quieren ofrecer el mismo sacrificio. Quieren comprensión y ellos no son comprensivos, quieren apoyo, pero ellos no lo dan.
Paso mis dedos por mi cabello, mientras me encamino a uno de los baños del lugar. Pero al entrar parece que interrumpo a una pareja. No es que me importe interrumpir, si quieren privacidad entonces deberían ir a un lugar donde no puedan ser molestados, pero me quedo un poco incómodo al notar las lágrimas del que se ha quedado. Debería ignorarlo, pero es imposible no notar su rostro adornado con esas lágrimas. Me acerco a los lavabos y tomo un par de toallas para secar las manos y se las ofrezco.
-¿te traigo un poco de agua?- le pregunto, se que no es mi obligación se amable, pero, creo que tengo una debilidad por las personas que lloran.

Tome un par de bocanadas de aire. Al menos las lágrimas ya no salen como hace un momento, pero todavía no puedo dejar que llorar por completo. He tratado de hacer como si yo no estuviera en este estado. Si se trata de alguien que conoce a mis padres estaré en problemas. En este instante lo que menos quiero es ser una carga para papá.

El alcohol ya no me tiene tan alterado, eso creo. O tal vez porque estoy pensando demasiado en lo que acaba de ocurrir. No comprendo nada, qué quiere o espera. Es tan impredecible su comportamiento, no sé si todo esto es otro de sus berrinches o él habla tan en serio que la única alternativa es alejarme. No quiero. A pesar de haber sido tratado así hace un rato o todos estos años, yo todavía lo quiero demasiado. Y eso es normal ya que somos hermanos y he pasado la mayor parte de mi vida con él, pero por alguna razón sigo sintiendo una duda en la manera que me siento. Suelto un suspiro e intento olvidarme de él y de esto. No sé cómo serán las cosas ahora. Y pensar que llegué a afirmar que nada entre nosotros podía ir peor.

-Uhmm... -me percaté de la persona que entró porque me hizo llegar un poco de papel para limpiar mi cara- muchas gracias -me sentí peor, porque lo que menos quería es que él me tomara en cuenta- no, estoy bien. Gracias -le sonreí honestamente al notar que su amabilidad es sincera. Seguramente alguien más haría un escándalo por esto o trataría de sacar ventaja. Pero él ha hecho un gesto sencillo y noble. Las lágrimas ya no salen, y solte el aire una vez más para llevar a mi cara ese gesto de tranquilidad que normalmente traigo- lamento haber hecho que presenciaras algo así. Tuvo que ser muy incomodo. En verdad lo siento -su cabello... es rubio. Sentí un cosquilleo en el estómago y agache la vista. No es momento de pensar en esas cosas. Además me duele la cabeza, ¿hace cuánto que no lloro? Estoy acostumbrado a sus malos tratos pero hoy superó sus groserías. Y yo soy un poco débil a él. Debería ya no tratarlo como a un niño y dejar que se ocupe de sus asuntos- Andrei. Mucho gusto -tiré las tallas desechables a la basura y le brinde un saludo de mano.

Al menos parece que se ha comenzado a calmar. Realmente no me gusta que las personas sean tan intensas, pero al final, creo que para mi, casi todo es intenso.
-Pues realmente no he visto nada, solo entré, ese chico se fue y quedaste tú. Y no podía solo ignorarte- definitivamente tengo debilidad por las lágrimas, creo que son mi talón de Aquiles.
Sonrío cuando se prendera, y estiro mi mano para estrecharle.
-Ivan- contesto con una sonrisa de lado. Al menos parece una personas con algo de sencillez, algo muy complicado de encontrar en este lugar -El gusto es mío.
Me acerco a él, su ropa está desaliñada y no parece notarlo, pero supongo que debe importarle. Se nota a simple vista que su ropa es cara, al menos más que lo que yo uso. Comienzo a acomodar su cuello, y trato de hacer que las arrugas no se noten tanto, pero ese chico parece que realmente se empecinó en estrujar su ropa.
-tu ropa está un poco arrugada- le comento tallando un poco el cuello para tratar de que las arrugas se vayan un poco.
Creo que estoy siento tal vez demasiado amable, no suelo ser así solo porque si, creo que sus lagrimas despertaron ese lado mío que solía demostrar a Souta para darle apoyo con sus estúpidos problemas existenciales con su noviecito.
Mis manos sueltan el cuello de su camisa y se acomodan en sus mejillas.
-luces mejor, aunque tus ojos están algo hinchados. Puedo traerte hiel si quieres- diría que es absurdo cuidar así de un desconocido, pero supongo que es algo así como un reflejo. No he tenido que hacer esto por Souta desde hace mucho tiempo, de hecho, él me ha sacado de su vida, y creo que estaba un poco acostumbrado a realizar este tipo de cosas, que ahora solo lo hago casi como un reflejo.
Suelto su rostro con cuidado, pues me doy cuenta de lo invasive que estoy siendo. Llevo años viviendo aquí y simplemente no puedo adoptar nada de la cultura en la que he vivido desde casi siempre.
Pero no le pido disculpas ni nada por él estilo, solo le he soltado de manera natural, así como le he tocado.

La gente generalmente no hace eso. En el mejor de los casos te dan un poco de espacio. Pero no me molesta que se haya acercado a ayudarme. De no ser así, mi llanto hubiera seguido incontrolablemente, y quién sabe que más hubiera hecho. Me ha dado un poco de racionalidad su presencia.
-De nuevo gracias, Ivan -no lo reconozco. No es que deba conocer a cada persona aquí, pero a la mayoría ubico al menos de vista. Pero él no, y de haberlo visto antes seguro lo recordaría, es muy atractivo. Luego de darle el saludo metí una de mis manos a mis bolsillos, debería llamar un taxi o al chofer para que me recoja, aunque muy poco dependo de él y menos para este tipo de situaciones.

-Mi... Oh... -me quedé quieto dejajando que arreglara mi camisa. Su gesto fue tan extraño que ni siquiera me queje o pensé en decir algo. Y viéndolo de cerca noto aún más su belleza. Dirigí la vista hacia abajo, viendo sus manos arreglar el cuello de mi camisa- ah, gracias -aunque no soy una persona arrogante como mi hermano, tampoco dejo que un extraño me toque a su antojo si no soy yo quien tiene otra intención, pero él lo hace como si fuera yo un niño. Mis mejillas se sintieron calientes y me vi obligado a mirarlo a los ojos cuando tocó mi cara. También tienen un color hermoso- ¿se nota mucho? -aparte la vista y me vi en el espejo, de verdad tengo la cara hinchada. Ni siquiera pensé en llorar por el comportamiento frío de mi padre, y ha sido Dmitry quien me puso en tan  mal estado al final- creo que lo mejor es salir de aquí, no quiero que alguien más me vea así. Las personas aquí no son tan afables como tú -respiré hondo de nuevo y me giré a él para luego sonreír. No puedo evitar sentirme atraído, es totalmente mi tipo- disculpa si tomé de tu tiempo -¿estará bien invitarlo a salir del salón? No es como si fuéramos a hacer algo más. No tengo humor para eso. Pero si me quedo solo empezaré a tener esos pensamientos de nuevo- ¿me acompañarías afuera? Si es que no tienes ya alguien que te espere, por supuesto. Es solo que, bueno, no puedo regresar a la fiesta -pude haberle agradecido e irme a casa. Con un mensaje seguro mi padre estaría conforme, y Dmitry seguro ya no está por aquí. ¿Estará bien? Parecía afectado. Y eso aumenta mis dudas sobre lo que pueda estar oensando de mí o por qué dice esas cosas.

-Algo- comento, aunque seguro el lo confirma mientras se mira al espejo. Se que la piel del rostro es más delicada, pero parece que la de él es un poco más sensible, al menos que la mía... o no lo sé, no soy de las personas que lloran.
Afable, no es un adjetivo que suelan asociar a mi persona, frío, es lo más común, incluso problemático.
-descuida- ayudarlo creo que ha sido lo más entretenido de mi noche.
-solo déjame pasar al baño- contesto mientras camino para ir a orinar. Una vez termino lavo mis manos y las seco en mi cabello -Entonces, vamos.

Le sigo por el salón a la salida, me gustaría poder solo irme como él. Claro que puedo, pero se podría decir que hoy estoy tratando de ser un buen hijo para mis tíos. Sobre todo porque andan un poco sensibles desde que su hijo se fue. Como tampoco ya no sé nada de Sousa, no me meto en problemas desde hace un rato, y sigo teniendo la libertad de siempre, obviamente exceptuando esta noche.
Miro al moreno, la verdad es que siento un poco de curiosidad por lo que vi en el baño. Pero andar preguntando cosas que no me incumben, no van conmigo meterme en la vida de otros. Mucho menos si apenas le conozco.
-bueno, supongo que mi plan de una aburrida noche debe continuar- comento luego de que el ha llamado a su vehículo y solo esperamos a que llegue -supongo que trabajas en alguna de las compañías, debes ser alguien importante para estar aquí. Aunque yo no soy importante y estoy aquí -comento pensando en lo prejuicioso que a veces soy con este mundo al cual ya no pertenezco.

Espero a que él pase al sanitario y acomodo un poco mi cabello. Realmente mi ropa quedó algo arrugada. Todavía puedo sentir sus manos estrujandome. Suelto un suspiro y espero de pie junto a la puerta. Es una suerte haberlo encontrado, porque pese a estar aún un poco mareado, puedo conportarme como siempre. Y lo mejor es que no ha intentado preguntar, aunque podría inventarme una explicación sencilla. Los hermanos normalmente pelean, ¿no? Aunque llorar es una reacción exagerada.

-Perfecto -salí delante de él y evadi con la vista las pocas personas que me cruce. Llevaba mi mano a mi cabello, o hacía algún ademán que desviara la vista de mi rostro. Al final pudimos salir desapercibidos.
Le pedí un momento para poder llamar al chófer, y colgué casi de inmediato para regresar mi atención al chico. Supongo que en el auto me comunicaré con mis padres, aunque ninguno parece importarle nuestra ausencia.
-Lo siento, solo te hice acompañarme -me gustaría llevarlo conmigo, pero sé el porqué las personas permanecen aquí a pesar de no estarse divirtiendo- bueno, mi padre es quien es importante -sonreí- yo solo soy un empleado de su empresa. Pero ya sabes, a estos eventos se debe asistir en familia -no di mucho detalle. Creo que es inútil presumir logros ajenos, y no quiero hablar sobre nuestra familia. Es un chico agradable y extremadamente atractivo, pero no es necesaria esa información- aún así me alegra que vinieras. Si no hubieras interrumpido no sé qué habría pasado -intenté reírme como si se tratara de algo sin importancia, pero no me siento bien para fingir como acostumbro. Saqué mi billetera para ofrecerle una tarjeta, pero la guardé y en su lugar saqué el móvil- ¿me darías tu número? Quisiera invitarte algo en agradecimiento -ojalá pudiera verlo de nuevo, aunque no sé si él pudiera interesarse en mí, pero tal vez podríamos tener una platica decente y agradable. El chofer llegó y estire mi mano en forma de saludo- de nuevo gracias, Ivan. Ojalá nos veamos de nuevo -sé que mis palabras suenan típicas, pero es raro encontrar alguien como él en este tipo de ambiente. Llegó en el momento justo, además.
Me subí al auto y me despedí con la mano desde la ventanilla del auto, y al avanzar subí el cristal de este. Tomé mi celular y mandé un mensaje a mi madre avisando que tenía un poco de dolor de cabeza. Quería preguntarle si Dima estaba con ella o si lo había visto. Pero debo dejar de cuidarlo y preocuparme por él. Duele demasiado ver que no importa lo que haga, él me detesta.
-Me recostare un momento, avisame cuando estemos cerca -me recoste en el asiento trasero y cerré los ojos. Me siento solo, y aunque sabía que este momento llegaría, el recordar su rechazo y odio, me lastima.