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City of stars *Mitya*
Cuando me dijeron que podría verlo, me emocioné, no esperaba que pudiera ver a un amigo desde que Mia se fue. Me he sentido muy sola, pero recuerdo que él era muy bueno conmigo, incluso había veces que solo me visitaba para jugar y me llevaba regalos. Era de las pocas personas que disfrutaba ver en aquel lugar.
Me miro en el espejo y me siento incomoda con mi imagen, hace un tiempo mi cuerpo parece que ha comenzado a cambiar. A veces peino que mi propio cuerpo no quería crecer como método de supervivencia, aunque se que es absurdo, solo soy una persona de desarrollo un poco tardado.
Probablemente ya no le voy a parecer atractiva, aunque supongo que eso ya no debería importarme, pero creo que la idea no me agrada, al menos se que a él le gustaba, pero eso cambiara.
Mi padre está en el trabajo, y solo le escribo un mensaje para avisarle que ya no tardo en salir. Desde que Mia se fue, yo he estado mucho tiempo sola y aburrida, al grado que comencé a estudiar, prácticamente he dedicado todas mis horas fuera de la escuela a estudiar. Mis calificaciones ahora no son un problema, aunque cuando comencé a mejorar, en la escuela no creían que fuera posible, y pensaban que estaba haciendo trampa, pero al final no han podido demostrar nada y solo soy una buena alumna ahora. Ahora comprendo un poco mejor la manera en que el mundo se rige por estándares de moralidad y me he adaptado a ellos aunque realmente me dan igual, sigo sin creer en nada de ello, pero es mas fácil fingir que soy parte de la comunidad a ir contra la corriente.
Cuando escucho que tocan el timbre bajo de inmediato, me siento emocionada de verlo, él es de las pocas personas que hace que yo sienta algo parecido a la alegría.
-¡Hola!- saludo con una gran sonrisa cuando lo veo y por costumbre salto hacia él para abrazarlo.
Me miro en el espejo y me siento incomoda con mi imagen, hace un tiempo mi cuerpo parece que ha comenzado a cambiar. A veces peino que mi propio cuerpo no quería crecer como método de supervivencia, aunque se que es absurdo, solo soy una persona de desarrollo un poco tardado.
Probablemente ya no le voy a parecer atractiva, aunque supongo que eso ya no debería importarme, pero creo que la idea no me agrada, al menos se que a él le gustaba, pero eso cambiara.
Mi padre está en el trabajo, y solo le escribo un mensaje para avisarle que ya no tardo en salir. Desde que Mia se fue, yo he estado mucho tiempo sola y aburrida, al grado que comencé a estudiar, prácticamente he dedicado todas mis horas fuera de la escuela a estudiar. Mis calificaciones ahora no son un problema, aunque cuando comencé a mejorar, en la escuela no creían que fuera posible, y pensaban que estaba haciendo trampa, pero al final no han podido demostrar nada y solo soy una buena alumna ahora. Ahora comprendo un poco mejor la manera en que el mundo se rige por estándares de moralidad y me he adaptado a ellos aunque realmente me dan igual, sigo sin creer en nada de ello, pero es mas fácil fingir que soy parte de la comunidad a ir contra la corriente.
Cuando escucho que tocan el timbre bajo de inmediato, me siento emocionada de verlo, él es de las pocas personas que hace que yo sienta algo parecido a la alegría.
-¡Hola!- saludo con una gran sonrisa cuando lo veo y por costumbre salto hacia él para abrazarlo.
- Emi:
Emi Fukui- Puntos : 129
Fecha de inscripción : 01/06/2016
Edad : 24
Re: City of stars *Mitya*
Desde ayer por la noche que no puedo quitarme este buen humor encima. He llegado a tiempo a casa, cené con los chicos y me fui a dormir temprano esperando que la noche se acabara rápido. Me tomé mis pastillas para dormir, no quería malos sueños que pudieran manchar el perfecto día que estaba por tener. Es un alivio que el amigo de Shinya permita que vea a Emi de nuevo. Pensé que la había perdido cuando la saqué de ese lugar, y temí que su hogar de ahora no fuera el adecuado, pero ella dice que las cosas entre ese padre suyo y ella van bien.
Intenté que mi ropa no fuera tan formal, aunque ella está acostumbrada a verme en traje, por eso quiero sorprenderla.
Me salí antes de casa, no llamé al chofer y es innecesario avisar a alguien en dónde estaré, mi familia está acostumbrada a mis salidas imprevistas.
-Aún debo pasar por eso -miré la hora en el reloj de mi muñeca y sonreí, todavía tengo bastante tiempo- bien -me dirigí a una florería donde compré una maceta pequeña con dos gardenias moradas. La mujer comenzó a explicarme el significado de las flores y la más adecuada para regalara a esa persona especial, supongo que notó mi obvia alegría e incluso mi estado ansioso por escoger la correcta. Le agradecí complacido y me fui directo a casa del Doctor, preferí recogerla allí y quedé formalmente en llevarla al terminar. Tal vez porque fui yo quien la sacó de ese lugar es que me permite hablar con ella, realmente no entiendo a ese hombre, si Emi estuviera a mi lado no dejaría que nadie más intentara cortejarla o salir con ella.
Toqué el timbre y esperé con la flor en la mano, y en cuanto abrió, antes de poder pronunciar una palabra, la recibí en mis brazos con una enorme sonrisa.
-Hola, linda, ¿cómo estás? Te ves preciosa -no pude dejar de sonreír por la emoción, y le di un abrazo apretado, cuidando de no tirar la pequeña planta- te compré algo, tal vez después quieras buscar su significado -me agaché un poco para darle un beso en la mejilla y le entregué la flor- pero deja ya eso dentro, tenemos que irnos -le solté para que dejara la planta en casa y cuando salió tomé su pequeña manita para ir al auto, le abrí la puerta y cuando subió, rápido abordé yo- te ves muy hermosa hoy -la contemplé un rato. Hay tantas cosas que quisiera hacerle ahora, abrazarla, besarla y llenarla de cariño. Su cabello luce hermoso- te ha crecido otro poco -tomé la punta de su pelo y le di un beso- está perfecto -sonreí y la solté para poner en marcha el auto- veamos… ¿quieres ir al cine? ¿Qué tal comprar algo de ropa? O si tienes antojo de algo dulce -he planeado esta cita desde que se lo propuse, pero por los nervios no me decidí en a dónde debería llevarla primero. quisiera que este día fuera eterno- ¿y esos lentes? -pregunté riendo, y aprovechando la luz roja me acerqué para quitarlos de su rostro- te ves mucho más bonita sin ellos, ¿o es que tienes problemas de la vista? -los lentes desentonan con su físico perfecto, pero si los necesita, supongo que no puedo hacer nada.
Intenté que mi ropa no fuera tan formal, aunque ella está acostumbrada a verme en traje, por eso quiero sorprenderla.
Me salí antes de casa, no llamé al chofer y es innecesario avisar a alguien en dónde estaré, mi familia está acostumbrada a mis salidas imprevistas.
-Aún debo pasar por eso -miré la hora en el reloj de mi muñeca y sonreí, todavía tengo bastante tiempo- bien -me dirigí a una florería donde compré una maceta pequeña con dos gardenias moradas. La mujer comenzó a explicarme el significado de las flores y la más adecuada para regalara a esa persona especial, supongo que notó mi obvia alegría e incluso mi estado ansioso por escoger la correcta. Le agradecí complacido y me fui directo a casa del Doctor, preferí recogerla allí y quedé formalmente en llevarla al terminar. Tal vez porque fui yo quien la sacó de ese lugar es que me permite hablar con ella, realmente no entiendo a ese hombre, si Emi estuviera a mi lado no dejaría que nadie más intentara cortejarla o salir con ella.
Toqué el timbre y esperé con la flor en la mano, y en cuanto abrió, antes de poder pronunciar una palabra, la recibí en mis brazos con una enorme sonrisa.
-Hola, linda, ¿cómo estás? Te ves preciosa -no pude dejar de sonreír por la emoción, y le di un abrazo apretado, cuidando de no tirar la pequeña planta- te compré algo, tal vez después quieras buscar su significado -me agaché un poco para darle un beso en la mejilla y le entregué la flor- pero deja ya eso dentro, tenemos que irnos -le solté para que dejara la planta en casa y cuando salió tomé su pequeña manita para ir al auto, le abrí la puerta y cuando subió, rápido abordé yo- te ves muy hermosa hoy -la contemplé un rato. Hay tantas cosas que quisiera hacerle ahora, abrazarla, besarla y llenarla de cariño. Su cabello luce hermoso- te ha crecido otro poco -tomé la punta de su pelo y le di un beso- está perfecto -sonreí y la solté para poner en marcha el auto- veamos… ¿quieres ir al cine? ¿Qué tal comprar algo de ropa? O si tienes antojo de algo dulce -he planeado esta cita desde que se lo propuse, pero por los nervios no me decidí en a dónde debería llevarla primero. quisiera que este día fuera eterno- ¿y esos lentes? -pregunté riendo, y aprovechando la luz roja me acerqué para quitarlos de su rostro- te ves mucho más bonita sin ellos, ¿o es que tienes problemas de la vista? -los lentes desentonan con su físico perfecto, pero si los necesita, supongo que no puedo hacer nada.
- Ropa:
Mitya Y. Kozlov- Puntos : 94
Fecha de inscripción : 05/10/2016
Edad : 43
Re: City of stars *Mitya*
-Bien- digo con una gran sonrisa cuando nos separamos, cerré los ojos aceptando ese beso y tomé la pequeña planta, es muy bonita, y su color me gusta -¿que significa?- le pregunto de inmediato porque me siento curiosa por lo que ha dicho.
Acepto su indicación y entro corriendo a la casa y subo para dejar la pequeña planta en mi habitación, y regreso con el mismo entusiasmo.
-¡listo!- anuncio con emoción. Desde hace un tiempo he dejado un poco de lado mis actitudes infantiles pero ahora lo he olvidado un poco.
Subo a su auto y de nuevo sonrío muy feliz cuando dice que me veo hermosa, él siempre dice ese tipo de cosas, pero me gusta escucharlo.
-¿mucho? Té también te ves bien, aunque diferente- no había puesto demasiada atención en su ropa hasta ahora, por lo general siempre usa trajes pero ahora tiene un aire diferente con ese atuendo.
Me pongo un poco seria cuando dice lo de mi cabello, ¿será que no le gusta tan largo? Pero me relajo en cuanto dice que es perfecto. Sé que ya no tengo la obligación de complacerlo en todo, pero creo que con él no me sentía obligada, me gustaba hacerlo feliz porque el me hacía feliz.
-vayamos al cine- digo con una sonrisa, he descubierto cierta pasión por la cinematografía, sobre todo por los géneros de terror y suspenso.
-ah, pensé que me veía linda con ellos- comento un poco desanimada porque a él no le han gustado tanto -No, no los necesito- me quedo en silencio por un rato y solo miro a las personas que van por la calle, todos tan enajenados en sus pequeñas burbujas, tan desagradables en su mayoría.
-¿aun te gusto?- pregunto de repente sin alejar mis ojos de la ventanilla -estoy creciendo- comento porque no soy tonta, se que todos esos hombres que pagaban por mi, era precisamente por mi edad, y aunque el fuera de lo mas lindo y cariñoso conmigo, no significa que yo le interese por ser yo, sino que solo se trata de eso, mientras mas grande sea, menos le gustaré -seguro no falta demasiado para que deje de ser de tu agrado- dejo salir el aire caliente por mi boca para que golpe en el cristal y lo empañe y con dedo comienzo a hacer unos garabatos sin sentido, pero en realidad solo estoy jugando que cortar las cabezas de algunas personas.
Acepto su indicación y entro corriendo a la casa y subo para dejar la pequeña planta en mi habitación, y regreso con el mismo entusiasmo.
-¡listo!- anuncio con emoción. Desde hace un tiempo he dejado un poco de lado mis actitudes infantiles pero ahora lo he olvidado un poco.
Subo a su auto y de nuevo sonrío muy feliz cuando dice que me veo hermosa, él siempre dice ese tipo de cosas, pero me gusta escucharlo.
-¿mucho? Té también te ves bien, aunque diferente- no había puesto demasiada atención en su ropa hasta ahora, por lo general siempre usa trajes pero ahora tiene un aire diferente con ese atuendo.
Me pongo un poco seria cuando dice lo de mi cabello, ¿será que no le gusta tan largo? Pero me relajo en cuanto dice que es perfecto. Sé que ya no tengo la obligación de complacerlo en todo, pero creo que con él no me sentía obligada, me gustaba hacerlo feliz porque el me hacía feliz.
-vayamos al cine- digo con una sonrisa, he descubierto cierta pasión por la cinematografía, sobre todo por los géneros de terror y suspenso.
-ah, pensé que me veía linda con ellos- comento un poco desanimada porque a él no le han gustado tanto -No, no los necesito- me quedo en silencio por un rato y solo miro a las personas que van por la calle, todos tan enajenados en sus pequeñas burbujas, tan desagradables en su mayoría.
-¿aun te gusto?- pregunto de repente sin alejar mis ojos de la ventanilla -estoy creciendo- comento porque no soy tonta, se que todos esos hombres que pagaban por mi, era precisamente por mi edad, y aunque el fuera de lo mas lindo y cariñoso conmigo, no significa que yo le interese por ser yo, sino que solo se trata de eso, mientras mas grande sea, menos le gustaré -seguro no falta demasiado para que deje de ser de tu agrado- dejo salir el aire caliente por mi boca para que golpe en el cristal y lo empañe y con dedo comienzo a hacer unos garabatos sin sentido, pero en realidad solo estoy jugando que cortar las cabezas de algunas personas.
Emi Fukui- Puntos : 129
Fecha de inscripción : 01/06/2016
Edad : 24
Re: City of stars *Mitya*
-Eso debes descubrirlo tú -piqué su nariz con mi dedo y luego la dejé ir dentro. No sabía si le gustaría el detalle, aunque siempre se mostró feliz con las cosas que le regalaba, aún si esas después terminaran en manos de alguien más, nunca dejé de llevarle obsequios.
Tenía un poco de miedo que luego de salir de ese sitio tan horrible ella ya no quisiera tener contacto conmigo. La mayoría de las chicas se mostrarían hasta agradecidas de tener alguien como yo en medio de toda esa miseria, pero Emi siempre fue diferente. A veces parecía que no le afectaba nada, vivía en su propio mundo. Fue un alivio el volverla a encontrar y toparme con su radiante sonrisa, pero todavía me tiene nervioso, no sé qué hacer, no quiero que las cosas cambien entre nosotros.
-Muchísimo -contesté muy seguro, y luego me reí tapando mi boca- ¿tú crees? Quería verme más joven, pero tal vez exageré -creo que estoy llegando a esa edad donde ya no quiero que el tiempo avance más, aunque me sigo conservando a diferencia de algunos conocidos, pero realmente me estoy haciendo viejo. No sé si a Emi eso le moleste, no quiero que deje de hablarme o que ya no quiera salir conmigo. Incluso me gustaría agradarle más que eso.
Conduje en dirección al cine, debí comprar esos boletos con anticipación, aunque podría llevarla a comer mientras la función comienza.
-Oh, no, por supuesto que te ves linda. Pero te ves mucho mejor sin ellos -no pensé que le afectara tanto lo de las gafas, me siento culpable, pero realmente deseo que no las tenga encima- Emi, lo siento, ¿te molestó que te las quitara? -mi tono de voz suena preocupado, pero no le van para nada, ¿para qué desea verse más linda? Ya lo es, es perfecta. No necesita esos accesorios, nada, tal como está luce maravillosa, no sé cómo poder hacerle entender eso- ¡claro que sí! -le miré algo desanimado, creo que mi devoción por ella es muy obvia- no has cambiado tanto, Emi, y además te has vuelto más bonita -en realidad su cuerpo comienza a cambiar, pero creo que ahora me gusta mucho más que antes. Luce de la edad que realmente deseo, se ve casi idéntica a ella cuando yo era joven- ¿tanto te gustan esas gafas? Puedes ponertelas nuevamente -mi voz suena amable, aunque no deseo que lo haga. Este día debe ser perfecto, y ese detalle podría estropearlo- no dejarás de gustarme, Emi. Piénsalo un poco, han pasado dos años desde entonces y yo sigo loco por ti -probablemente mientras crezca su aspecto luzca más parecido. Tal vez pueda ver lo que no pude, Emi es mi esperanza y por eso quiero cuidarla tanto como pueda. Todo sería perfecto si ella simplemente se viniera conmigo, pero tal vez me estoy apresurando.
Llegamos al estacionamiento de la plaza y al apagar el auto, tomé su mano.
-Lo siento, no quería que te sintieras mal -besé su mano y luego tomé su mejilla con mi mano- puedes dudar del cariño de quien sea menos del mío, de acuerdo? Sabes que no importa qué tan lejos esté de ti, siempre andas en mi cabeza -me acerqué a darle un beso en la frente y luego la solté para ambos bajar del auto. No puedo tomarla de la mano, pero en su lugar le ofrecí mi brazo- ¿qué clase de película quieres ver? -hoy no hay mucha gente alrededor, aún así me coloqué las gafas oscuras.
Tenía un poco de miedo que luego de salir de ese sitio tan horrible ella ya no quisiera tener contacto conmigo. La mayoría de las chicas se mostrarían hasta agradecidas de tener alguien como yo en medio de toda esa miseria, pero Emi siempre fue diferente. A veces parecía que no le afectaba nada, vivía en su propio mundo. Fue un alivio el volverla a encontrar y toparme con su radiante sonrisa, pero todavía me tiene nervioso, no sé qué hacer, no quiero que las cosas cambien entre nosotros.
-Muchísimo -contesté muy seguro, y luego me reí tapando mi boca- ¿tú crees? Quería verme más joven, pero tal vez exageré -creo que estoy llegando a esa edad donde ya no quiero que el tiempo avance más, aunque me sigo conservando a diferencia de algunos conocidos, pero realmente me estoy haciendo viejo. No sé si a Emi eso le moleste, no quiero que deje de hablarme o que ya no quiera salir conmigo. Incluso me gustaría agradarle más que eso.
Conduje en dirección al cine, debí comprar esos boletos con anticipación, aunque podría llevarla a comer mientras la función comienza.
-Oh, no, por supuesto que te ves linda. Pero te ves mucho mejor sin ellos -no pensé que le afectara tanto lo de las gafas, me siento culpable, pero realmente deseo que no las tenga encima- Emi, lo siento, ¿te molestó que te las quitara? -mi tono de voz suena preocupado, pero no le van para nada, ¿para qué desea verse más linda? Ya lo es, es perfecta. No necesita esos accesorios, nada, tal como está luce maravillosa, no sé cómo poder hacerle entender eso- ¡claro que sí! -le miré algo desanimado, creo que mi devoción por ella es muy obvia- no has cambiado tanto, Emi, y además te has vuelto más bonita -en realidad su cuerpo comienza a cambiar, pero creo que ahora me gusta mucho más que antes. Luce de la edad que realmente deseo, se ve casi idéntica a ella cuando yo era joven- ¿tanto te gustan esas gafas? Puedes ponertelas nuevamente -mi voz suena amable, aunque no deseo que lo haga. Este día debe ser perfecto, y ese detalle podría estropearlo- no dejarás de gustarme, Emi. Piénsalo un poco, han pasado dos años desde entonces y yo sigo loco por ti -probablemente mientras crezca su aspecto luzca más parecido. Tal vez pueda ver lo que no pude, Emi es mi esperanza y por eso quiero cuidarla tanto como pueda. Todo sería perfecto si ella simplemente se viniera conmigo, pero tal vez me estoy apresurando.
Llegamos al estacionamiento de la plaza y al apagar el auto, tomé su mano.
-Lo siento, no quería que te sintieras mal -besé su mano y luego tomé su mejilla con mi mano- puedes dudar del cariño de quien sea menos del mío, de acuerdo? Sabes que no importa qué tan lejos esté de ti, siempre andas en mi cabeza -me acerqué a darle un beso en la frente y luego la solté para ambos bajar del auto. No puedo tomarla de la mano, pero en su lugar le ofrecí mi brazo- ¿qué clase de película quieres ver? -hoy no hay mucha gente alrededor, aún así me coloqué las gafas oscuras.
Mitya Y. Kozlov- Puntos : 94
Fecha de inscripción : 05/10/2016
Edad : 43
Re: City of stars *Mitya*
Aprieto los labios un poco inconforme cuando él no me da la respuesta, no es como si fuera demasiado complicado, ahora prácticamente todo se puede encontrar en internet, así que no creo que pierda demasiado tiempo investigando.
-¿como se llama?- no se de plantas, y no es algo de mi interés desde que estoy fuera de aquella habitación, tampoco he dedicado demasiado a aprender sobre ellas, apenas identifico las mas básicas. En el colegio hay clases sobre arreglos florales y de más actividades que debe aprender una señorita, pero nunca he tomado ninguna de esas, tal vez debería hacerlo.
-Me gusta, es diferente pero me gusta- la verdad es que estoy acostumbrada a ver a los hombres siempre en trajes, con el señor Ueda todos siempre visten de esa manera tan formal, y mi padre, pocas veces lo veo vestido de manera casual, así me agrada el cambio.
Niego lo de ponerme los lentes, si a él no le gustan tanto, mejor no los uso.
-No, estoy bien sin ellas- se bien que no se trata de nada más que un capricho para mi, no es que me sienta triste por eso -¿lo dices en serio?- giro mi cabeza para mirarlo de nuevo, yo no se si creer algo como eso, pero sería lindo tener a alguien a quien seguir gustando.
Es algo raro estar con él ahora, porque ahora estamos en el mundo real, donde la gente nos puede ver. Realmente detesto tantas cosas de la sociedad, todos dispuestos a juzgar a la primera oportunidad, pero ansiosos de tener alguna oportunidad por hacer muchas de las cosas que critican, y deseando no ser descubiertos como esas personas a las que señalan con tanta “superioridad moral”.
Al menos lo que me gustan de este hombre, es que conmigo el solamente es sincero, o al menos quiero creer eso.
Acaricie su mejilla cuando da ese beso en mi frente, y le sonrío, él en verdad es muy apuesto, antes no entendía esos conceptos, más bien para mi solo eran “los que me dan asco y los que no”, pero él es realmente un hombre atractivo.
-no quiero dejar de gustarte - me estiro para rodear su cuello antes de bajar del auto, no dejo que el abrazo sea demasiado prolongado, supongo que no es adecuado, pero cuando me separo de él, acaricio un momento el cabello en su nuca para luego solo bajar del auto.
-una de terror- digo con emoción -son muy divertidas- es gracioso ver como la gente es demasiado estúpida en esas películas, aunque debo aceptar que a veces el me asusto, pero no por la película en si, si no por los sonidos, odio ese golpe de música repentino cuando quieren hacer que una escena de miedo, pero en realidad solo es la sorpresa del cambio de ritmo y volumen.
-¿como se llama?- no se de plantas, y no es algo de mi interés desde que estoy fuera de aquella habitación, tampoco he dedicado demasiado a aprender sobre ellas, apenas identifico las mas básicas. En el colegio hay clases sobre arreglos florales y de más actividades que debe aprender una señorita, pero nunca he tomado ninguna de esas, tal vez debería hacerlo.
-Me gusta, es diferente pero me gusta- la verdad es que estoy acostumbrada a ver a los hombres siempre en trajes, con el señor Ueda todos siempre visten de esa manera tan formal, y mi padre, pocas veces lo veo vestido de manera casual, así me agrada el cambio.
Niego lo de ponerme los lentes, si a él no le gustan tanto, mejor no los uso.
-No, estoy bien sin ellas- se bien que no se trata de nada más que un capricho para mi, no es que me sienta triste por eso -¿lo dices en serio?- giro mi cabeza para mirarlo de nuevo, yo no se si creer algo como eso, pero sería lindo tener a alguien a quien seguir gustando.
Es algo raro estar con él ahora, porque ahora estamos en el mundo real, donde la gente nos puede ver. Realmente detesto tantas cosas de la sociedad, todos dispuestos a juzgar a la primera oportunidad, pero ansiosos de tener alguna oportunidad por hacer muchas de las cosas que critican, y deseando no ser descubiertos como esas personas a las que señalan con tanta “superioridad moral”.
Al menos lo que me gustan de este hombre, es que conmigo el solamente es sincero, o al menos quiero creer eso.
Acaricie su mejilla cuando da ese beso en mi frente, y le sonrío, él en verdad es muy apuesto, antes no entendía esos conceptos, más bien para mi solo eran “los que me dan asco y los que no”, pero él es realmente un hombre atractivo.
-no quiero dejar de gustarte - me estiro para rodear su cuello antes de bajar del auto, no dejo que el abrazo sea demasiado prolongado, supongo que no es adecuado, pero cuando me separo de él, acaricio un momento el cabello en su nuca para luego solo bajar del auto.
-una de terror- digo con emoción -son muy divertidas- es gracioso ver como la gente es demasiado estúpida en esas películas, aunque debo aceptar que a veces el me asusto, pero no por la película en si, si no por los sonidos, odio ese golpe de música repentino cuando quieren hacer que una escena de miedo, pero en realidad solo es la sorpresa del cambio de ritmo y volumen.
Emi Fukui- Puntos : 129
Fecha de inscripción : 01/06/2016
Edad : 24
Re: City of stars *Mitya*
El que le guste me hace sentir muy feliz, más que eso. Al menos mi físico ayuda a que no luzca ridículo intentando hacer la brecha más pequeña.
-Me alegro muchísimo -no puedo parar de sonreír, me pone muy feliz revivir estos momentos de felicidad. Quisiera detener el tiempo en ambos, porque pensándolo bien, es un panorama precioso el de ahora. Poder tenerla a ella en el momento exacto, a mí en un estado en que ya puedo protegerla- ¡claro que sí, linda! -le sonreí de nuevo- no mentiría con eso. ¿No lo he dicho siempre? Emi, eres perfecta, me gusta mucho tu físico, y tu carácter siempre ha sido algo peculiar para mí. Estás tan llena de vida -miré al frente con cierta nostalgia. Quiero que continúe así. La añoro, pero no sé cómo tenerla sin perderla, ni cómo podría prevenir cualquier cambio en nosotros. De todos modos, hoy será perfecto. Tal vez por fin pueda besarla, ¿no sería el desenlace perfecto? Me recuerda a una cita del pasado. ¡Sí! Debe ser justo cuando la esté por dejar en casa, y sería todavía más perfecto si fuera ella quien lo hace, justo como aquella vez.
La sensación de sus brazos rodeando mi cuello fue cálida. Me gusta cuando hace cosas así. Como abrazarme, darme su pequeña mano o acariciar mi rostro o cabello.
Es una pena que fuera no podamos ser libres de actuar como queremos, pero en la sala de cine podré tomar su mano, al menos ahí nadie querrá ponernos atención.
-¿Terror? -pregunté algo sorprendido. Aunque si lo pienso, va con su personalidad- de acuerdo -me reí, porque a pesar de su aspecto tan dulce y frágil, es una chica impenetrable- eres una niña valiente, Emi, pero si tienes miedo puedes pegarte a mí -fui primero a la tienda de golosinas a comprar para los dos. La película de terror del momento empezará en un rato, podemos tomarlo con calma sin esperar de más- ¿qué deseas, corazón? -vi el menú con un montón de azúcar- yo quiero palomitas y una soda -esperé que pidiera y pagué con efectivo para luego sentarnos en una mesa- ¿me esperas? Iré por los boletos -de igual forma, los boletos los pagué en efectivo y regresé a la mesa con ella, dando un sorbo a la fría soda y haciendo un gesto- está helada -le mostré la lengua, y me levanté para ayudarle con su comida e ir a la sala correspondiente- mejor entramos, ¿sí? -entregué los boletos y caminamos un tramo hasta la sala del fondo. Hay poca gente, y algunos cuchicheos- ¿te molesta si nos sentamos en la parte de arriba? -le susurré mientras íbamos en las escaleras y nos acomodamos junto con las cosas. Hay algunos anuncios, así que aproveché para apagar mi teléfono y así evitar alguna interrupción.
-Me alegro muchísimo -no puedo parar de sonreír, me pone muy feliz revivir estos momentos de felicidad. Quisiera detener el tiempo en ambos, porque pensándolo bien, es un panorama precioso el de ahora. Poder tenerla a ella en el momento exacto, a mí en un estado en que ya puedo protegerla- ¡claro que sí, linda! -le sonreí de nuevo- no mentiría con eso. ¿No lo he dicho siempre? Emi, eres perfecta, me gusta mucho tu físico, y tu carácter siempre ha sido algo peculiar para mí. Estás tan llena de vida -miré al frente con cierta nostalgia. Quiero que continúe así. La añoro, pero no sé cómo tenerla sin perderla, ni cómo podría prevenir cualquier cambio en nosotros. De todos modos, hoy será perfecto. Tal vez por fin pueda besarla, ¿no sería el desenlace perfecto? Me recuerda a una cita del pasado. ¡Sí! Debe ser justo cuando la esté por dejar en casa, y sería todavía más perfecto si fuera ella quien lo hace, justo como aquella vez.
La sensación de sus brazos rodeando mi cuello fue cálida. Me gusta cuando hace cosas así. Como abrazarme, darme su pequeña mano o acariciar mi rostro o cabello.
Es una pena que fuera no podamos ser libres de actuar como queremos, pero en la sala de cine podré tomar su mano, al menos ahí nadie querrá ponernos atención.
-¿Terror? -pregunté algo sorprendido. Aunque si lo pienso, va con su personalidad- de acuerdo -me reí, porque a pesar de su aspecto tan dulce y frágil, es una chica impenetrable- eres una niña valiente, Emi, pero si tienes miedo puedes pegarte a mí -fui primero a la tienda de golosinas a comprar para los dos. La película de terror del momento empezará en un rato, podemos tomarlo con calma sin esperar de más- ¿qué deseas, corazón? -vi el menú con un montón de azúcar- yo quiero palomitas y una soda -esperé que pidiera y pagué con efectivo para luego sentarnos en una mesa- ¿me esperas? Iré por los boletos -de igual forma, los boletos los pagué en efectivo y regresé a la mesa con ella, dando un sorbo a la fría soda y haciendo un gesto- está helada -le mostré la lengua, y me levanté para ayudarle con su comida e ir a la sala correspondiente- mejor entramos, ¿sí? -entregué los boletos y caminamos un tramo hasta la sala del fondo. Hay poca gente, y algunos cuchicheos- ¿te molesta si nos sentamos en la parte de arriba? -le susurré mientras íbamos en las escaleras y nos acomodamos junto con las cosas. Hay algunos anuncios, así que aproveché para apagar mi teléfono y así evitar alguna interrupción.
Mitya Y. Kozlov- Puntos : 94
Fecha de inscripción : 05/10/2016
Edad : 43
Re: City of stars *Mitya*
¿Qué tan ciertas son sus palabras? No lo puedo saber, hace muy poco he comenzado a entender un poco el comportamiento de las personas, muchas veces no entiendo porque hacen o dicen las cosas, sigo manteniendo un conocimiento muy básico en todo eso. Y no estoy segura de pero supongo que lo mejor sería no creerle, pero aun así estoy sonriendo.
-si, siempre lo has dicho- sigo sonriendo, supongo que es de las sonrisas mas insertas que puedo demostrar, con alguien a parte de Mia y mi padre.
Muevo mi cabeza para confirmar que quiero ver una de terror.
-esta bien, pero si a ti te da miedo puedes pegarte a mi también- comento un poco juguetona - yo quiero una de esas bebidas de colores, la azul, es muy fría y dulce y unas palomitas acarameladas- me entusiasmo un poco mientras pido lo que quiero, es algo que no puedo evitar, llevo poco tiempo teniendo la oportunidad de poder pedir cosas, esta libertad a veces me enajena.
Me acomodo en la silla mientras el va por los boletos, doy algunos sorbos a mi bebida mientras lo espero. El regresa rápido y vuelve a sentarse, es curioso verlo en este ambiente tan diferente a lo que acostumbrábamos. Me río por el gesto que hace luego de beber.
Solo le sigo cuando dice que entremos y también acepto lo que pide sobre donde sentarnos. Creo que tengo un poco la costumbre de hacer lo que pide, después de todo ese era mi trabajo antes.
Me acomodo con los pies sobre mi lugar, tengo la manía de sentarme de esa manera.
La película empieza y como un poco de mis palomitas y de doy sorbos a mi bebida. La trama no es demasiado original, pero las demás personas en la sala si parecen asustarse. La verdad es un poco predecible lo que va a ocurrir, y sin duda las personas que salen en esas películas son las mas idiotas. Aun así en un punto de suspenso donde está sonando esa música que por si sola ya hace que uno se sienta tenso, termino dando un saltito por la sorpresa del cambio en la música y me he tomando a Mitya por el brazo.
-me asustan mas esos cambios que la película le explico cerca de su oido y dejo un beso antes de alejarme. Es curiosa la manera en que solo tengo que actuar de manera prudente al estar con él.
-si, siempre lo has dicho- sigo sonriendo, supongo que es de las sonrisas mas insertas que puedo demostrar, con alguien a parte de Mia y mi padre.
Muevo mi cabeza para confirmar que quiero ver una de terror.
-esta bien, pero si a ti te da miedo puedes pegarte a mi también- comento un poco juguetona - yo quiero una de esas bebidas de colores, la azul, es muy fría y dulce y unas palomitas acarameladas- me entusiasmo un poco mientras pido lo que quiero, es algo que no puedo evitar, llevo poco tiempo teniendo la oportunidad de poder pedir cosas, esta libertad a veces me enajena.
Me acomodo en la silla mientras el va por los boletos, doy algunos sorbos a mi bebida mientras lo espero. El regresa rápido y vuelve a sentarse, es curioso verlo en este ambiente tan diferente a lo que acostumbrábamos. Me río por el gesto que hace luego de beber.
Solo le sigo cuando dice que entremos y también acepto lo que pide sobre donde sentarnos. Creo que tengo un poco la costumbre de hacer lo que pide, después de todo ese era mi trabajo antes.
Me acomodo con los pies sobre mi lugar, tengo la manía de sentarme de esa manera.
La película empieza y como un poco de mis palomitas y de doy sorbos a mi bebida. La trama no es demasiado original, pero las demás personas en la sala si parecen asustarse. La verdad es un poco predecible lo que va a ocurrir, y sin duda las personas que salen en esas películas son las mas idiotas. Aun así en un punto de suspenso donde está sonando esa música que por si sola ya hace que uno se sienta tenso, termino dando un saltito por la sorpresa del cambio en la música y me he tomando a Mitya por el brazo.
-me asustan mas esos cambios que la película le explico cerca de su oido y dejo un beso antes de alejarme. Es curiosa la manera en que solo tengo que actuar de manera prudente al estar con él.
Emi Fukui- Puntos : 129
Fecha de inscripción : 01/06/2016
Edad : 24
Re: City of stars *Mitya*
Emi es una niña muy dulce, pero también muy picarona. No me gusta mucho la causa de ese carácter tan inusual, pero lo disfruto bastante. Al menos ahora no tengo que compartirla con nadie, ¿no es así? Su padre no parece ese tipo de hombre, aunque tampoco estoy seguro de si ella está interesada en algún chico de su edad, pero lo veo complicado ya que asiste a una escuela de chicas y me trata como siempre.
-Lo haré si me da mucho miedo -a mí no me gustan mucho las películas de terror, pero es porque no me dan miedo realmente. Hay cosas peor que esos efectos de sonido y maquillaje detallado para causar terror, la vida real es mucho más aterradora que cualquier situación cliché que puedan plasmar en alguna cinta.
Ella aceptó el sentarnos donde yo quise, es una niña muy obediente, por eso me incita a consentirla más y más. Me hace querer esta relación de complacencia mutua.
Puse atención a la película, no es aburrida, ni entretenida. Tiene bastante que no vengo al cine, y ya que tenemos una sala en casa no estaba especialmente interesado. Dasha es la única que le gustan esta clase de cosas, pero hace mucho que dejamos de venir a estos sitios. Comí palomitas y fui dando uno que otro sorbo a mi soda, con que Emi se divierta es más que suficiente para mí.
-Pensé que no te asustaban -me burlé bajito de ella y luego recibí ese beso suyo. La volteé a ver y le sonreí, y mi cuerpo se movió en automático hasta sus labios a dejar un corto beso- es un hechizo de valentía -susurré moviendo mi dedo índice en círculos mientras sonreía, y me acomode de nuevo para tomar un sorbo de soda. Mi sonrisa no se quita de mi cara, algo espeluznante para el tipo de escenas frente a mí, pero honestamente no le estoy prestando mucha atención. También mi pecho comenzó a sentir ese cosquilleo que tanto me gusta. La emoción de estar con alguien que quieres y pasar momentos agradables, me gusta cómo me estoy sintiendo. Inconsciente busqué su mano y la tomé, sus dedos son delgados y más pequeños que los míos. A pesar de todo, Emi tiene esa piel suave que tanto me gusta, me gustaría tocarla más, pero quiero llevar las cosas con calma.
-Lo haré si me da mucho miedo -a mí no me gustan mucho las películas de terror, pero es porque no me dan miedo realmente. Hay cosas peor que esos efectos de sonido y maquillaje detallado para causar terror, la vida real es mucho más aterradora que cualquier situación cliché que puedan plasmar en alguna cinta.
Ella aceptó el sentarnos donde yo quise, es una niña muy obediente, por eso me incita a consentirla más y más. Me hace querer esta relación de complacencia mutua.
Puse atención a la película, no es aburrida, ni entretenida. Tiene bastante que no vengo al cine, y ya que tenemos una sala en casa no estaba especialmente interesado. Dasha es la única que le gustan esta clase de cosas, pero hace mucho que dejamos de venir a estos sitios. Comí palomitas y fui dando uno que otro sorbo a mi soda, con que Emi se divierta es más que suficiente para mí.
-Pensé que no te asustaban -me burlé bajito de ella y luego recibí ese beso suyo. La volteé a ver y le sonreí, y mi cuerpo se movió en automático hasta sus labios a dejar un corto beso- es un hechizo de valentía -susurré moviendo mi dedo índice en círculos mientras sonreía, y me acomode de nuevo para tomar un sorbo de soda. Mi sonrisa no se quita de mi cara, algo espeluznante para el tipo de escenas frente a mí, pero honestamente no le estoy prestando mucha atención. También mi pecho comenzó a sentir ese cosquilleo que tanto me gusta. La emoción de estar con alguien que quieres y pasar momentos agradables, me gusta cómo me estoy sintiendo. Inconsciente busqué su mano y la tomé, sus dedos son delgados y más pequeños que los míos. A pesar de todo, Emi tiene esa piel suave que tanto me gusta, me gustaría tocarla más, pero quiero llevar las cosas con calma.
Mitya Y. Kozlov- Puntos : 94
Fecha de inscripción : 05/10/2016
Edad : 43
Re: City of stars *Mitya*
Mordí mi labio al escuchar su burla, no quiero parecer una cobarde, pero no hay mucho que pueda usar para defender mi reacción.
-Fue más sorpresa que susto- refunfuñó pero la verdad es que me da pena que el vea que algo puede tomarme por sorpresa, no estoy acostumbrada a que el vea algo así de mi, creo que me asusta que las cosas nuevas que descubra de mi no le puedan gustar.
Sonreí por ese beso y luego por esa tontería del hechizo de valentía. Me sorprende que un hombre de su edad pueda decir esa clase de cosas, supongo que por eso él es especial, siempre hubo algo diferente en él. Él no fue el único hombre que se tomo su tiempo para estar conmigo, pero mas que nada, entendí que la mayoría buscaba dejar sus culpas a un lado y cruzar esa linea que deseaban tanto, pero les asustaba. Él en cambio, no creo que nunca tuviera miedo de nada, realmente parecía interesado en conocerme de verdad, no solo jugar.
La película deja de parecer interesante, miro como toma mi mano. Me acerco a su oido para hablarle bajito.
-Nunca había tenido una cita. Me gusta- vuelvo a acomodarme en mi lugar y con mi mano libre como un poco de palomitas y vuelvo a ver la película. Comienza a ser aburrida y sigue siendo predecible, pero en otro momento donde algunas personas parecen asustarse yo busco pegarme a él de nuevo. Es curioso como desde que salí de ese lugar, evito el contacto con cualquier persona, nunca muestro interés en ese tipo de cosas, pero ahora con él, solo busco cualquier pretexto. Él era… ¿gentil? Si, creo que esa es la palabra.
Si hago este tipo de cosas con Takumi, él solo me ignora, con él nunca nada funciona, y he comprendido un poco su juego. Después de un tiempo he aprendido que para él es divertido jugar conmigo y mis anhelos por estar cerca de él, y por eso he comenzado a mantener al margen mis desesperados deseos, aunque de vez en cuando lo vuelvo a hacer solo para que se divierta un poco jugando conmigo. Pero ahora con Mitya, soy correspondida siempre, y me gusta.
-Fue más sorpresa que susto- refunfuñó pero la verdad es que me da pena que el vea que algo puede tomarme por sorpresa, no estoy acostumbrada a que el vea algo así de mi, creo que me asusta que las cosas nuevas que descubra de mi no le puedan gustar.
Sonreí por ese beso y luego por esa tontería del hechizo de valentía. Me sorprende que un hombre de su edad pueda decir esa clase de cosas, supongo que por eso él es especial, siempre hubo algo diferente en él. Él no fue el único hombre que se tomo su tiempo para estar conmigo, pero mas que nada, entendí que la mayoría buscaba dejar sus culpas a un lado y cruzar esa linea que deseaban tanto, pero les asustaba. Él en cambio, no creo que nunca tuviera miedo de nada, realmente parecía interesado en conocerme de verdad, no solo jugar.
La película deja de parecer interesante, miro como toma mi mano. Me acerco a su oido para hablarle bajito.
-Nunca había tenido una cita. Me gusta- vuelvo a acomodarme en mi lugar y con mi mano libre como un poco de palomitas y vuelvo a ver la película. Comienza a ser aburrida y sigue siendo predecible, pero en otro momento donde algunas personas parecen asustarse yo busco pegarme a él de nuevo. Es curioso como desde que salí de ese lugar, evito el contacto con cualquier persona, nunca muestro interés en ese tipo de cosas, pero ahora con él, solo busco cualquier pretexto. Él era… ¿gentil? Si, creo que esa es la palabra.
Si hago este tipo de cosas con Takumi, él solo me ignora, con él nunca nada funciona, y he comprendido un poco su juego. Después de un tiempo he aprendido que para él es divertido jugar conmigo y mis anhelos por estar cerca de él, y por eso he comenzado a mantener al margen mis desesperados deseos, aunque de vez en cuando lo vuelvo a hacer solo para que se divierta un poco jugando conmigo. Pero ahora con Mitya, soy correspondida siempre, y me gusta.
Emi Fukui- Puntos : 129
Fecha de inscripción : 01/06/2016
Edad : 24
Re: City of stars *Mitya*
Cuando se comporta como cualquier chica me parece más linda que el resto. No tiene nada que envidiarle a las niñas de su edad. Probablemente quisiera un cuerpo más desarrollado como la mayoría de las mujeres a su edad, pero creo que un cuerpo como el de Emi es más lindo y atractivo. Se ve delicada, fina y hermosa. No quiero imaginar porqué alguien como ella terminó en aquel lugar, pero me alegro que hoy tenga la oportunidad de llevar una vida normal.
-¿En serio? -no dudé en prestarle atención ahora a ella. La película es muy insignificante, pero su compañía hace que este día vaya de maravilla. Esos gestos tímidos y picarones que tiene, me gustan- a mí también, hace mucho que no salía de paseo -mis salidas siempre son con fines de trabajo, y pocas veces familiares. Pero darme el tiempo de disfrutar una cita por el simple hecho de desear la compañía de otra persona, tiene bastante tiempo que no pasa. Tal vez por eso hoy me siento tan emocionado, además es Emi, he anhelado este día desde que la conocí.
-¿Te asustaste? -digo bajito cuando noto como se pega, y dejo un pequeño beso en su cabezita.
Me mantuve cerca de ella el resto de la película, no fue tan buena pero lo importante es que hice nuevos recuerdos con ella.
Recogí nuestra basura y le dejé ir delante de mí hasta la salida.
-¿Qué te pareció? -dije mientras depositaba la basura en su lugar y le ofrecía mi brazo para que lo tomara- fue un poco… ¿demasiado común? Hace mucho que no veo películas de ese tipo, y aún así me parece igual -me reí de nuevo, y luego miré la hora en mi muñeca. Tenemos todavía tiempo- Emi, ¿qué te parece ir a comprar? Quiero regalarte algunas prendas -cuando estaba en ese feo lugar siempre le obsequiaba ese tipo de cosas, incluso colgantes, pulseras o cualquier cosa que se me ocurriera que le quedaría bien. No sé si conserva esas cosas, honestamente lo dudo dada la naturaleza de aquellas personas, pero no importa, puedo volver a darle todo eso y más.
Mientras veíamos a qué tienda de ropa entrar, decidí por fin preguntarle la duda que he tenido hasta hoy, más detalladamente- ¿Y cómo te llevas con el señor Fukui? ¿Es bueno contigo? -la miré para luego volver la vista a las vitrinas de las tiendas- no te ha tocado de alguna forma indebida, ¿cierto? -de nuevo la vi pero esta vez con más seriedad- el señor Ueda me dijo que era un hombre confiable, y parece alguien simpático, pero no lo conozco mucho, por eso quiero que tú seas honesta conmigo -una sonrisa cálida se dibujó en mi rostro, no quiero presionarla, pero me interesa ver qué tan apegada se siente a ese hombre.
-¿En serio? -no dudé en prestarle atención ahora a ella. La película es muy insignificante, pero su compañía hace que este día vaya de maravilla. Esos gestos tímidos y picarones que tiene, me gustan- a mí también, hace mucho que no salía de paseo -mis salidas siempre son con fines de trabajo, y pocas veces familiares. Pero darme el tiempo de disfrutar una cita por el simple hecho de desear la compañía de otra persona, tiene bastante tiempo que no pasa. Tal vez por eso hoy me siento tan emocionado, además es Emi, he anhelado este día desde que la conocí.
-¿Te asustaste? -digo bajito cuando noto como se pega, y dejo un pequeño beso en su cabezita.
Me mantuve cerca de ella el resto de la película, no fue tan buena pero lo importante es que hice nuevos recuerdos con ella.
Recogí nuestra basura y le dejé ir delante de mí hasta la salida.
-¿Qué te pareció? -dije mientras depositaba la basura en su lugar y le ofrecía mi brazo para que lo tomara- fue un poco… ¿demasiado común? Hace mucho que no veo películas de ese tipo, y aún así me parece igual -me reí de nuevo, y luego miré la hora en mi muñeca. Tenemos todavía tiempo- Emi, ¿qué te parece ir a comprar? Quiero regalarte algunas prendas -cuando estaba en ese feo lugar siempre le obsequiaba ese tipo de cosas, incluso colgantes, pulseras o cualquier cosa que se me ocurriera que le quedaría bien. No sé si conserva esas cosas, honestamente lo dudo dada la naturaleza de aquellas personas, pero no importa, puedo volver a darle todo eso y más.
Mientras veíamos a qué tienda de ropa entrar, decidí por fin preguntarle la duda que he tenido hasta hoy, más detalladamente- ¿Y cómo te llevas con el señor Fukui? ¿Es bueno contigo? -la miré para luego volver la vista a las vitrinas de las tiendas- no te ha tocado de alguna forma indebida, ¿cierto? -de nuevo la vi pero esta vez con más seriedad- el señor Ueda me dijo que era un hombre confiable, y parece alguien simpático, pero no lo conozco mucho, por eso quiero que tú seas honesta conmigo -una sonrisa cálida se dibujó en mi rostro, no quiero presionarla, pero me interesa ver qué tan apegada se siente a ese hombre.
Mitya Y. Kozlov- Puntos : 94
Fecha de inscripción : 05/10/2016
Edad : 43
Re: City of stars *Mitya*
-nop, solo quería estar más cerquita de ti- admito con sinceridad y sonrío por ese beso que ha dejado en mi cabeza.
La sala se ilumina cuando la película llega a su final, y caminamos a la salida, y entrelazo mi brazo con el de él.
-ammm, pues no fue muy buena- me río por lo que opina de la película, y asiento, no es que todas sean iguales, pero esta realmente parecía un conjunto de varias buenas escenas de otras películas.
-¿comprar? Bueno, ya nadie me quitará lo que me compres- sonrío por eso, antes no me importaban esas cosas, no comprendía lo que era un regalo, ni lo que significaba que algo me perteneciera a mi.
Caminamos por el lugar, hay muchas cosas bonitas en los aparadores, pero no estoy segura de que pedir.
-si, lo es- contesto un poco despistada mirando uno vestido en un aparador. Cuando hace su siguiente pregunta es que llama mi atención y lo miro -¿indebida?- pregunto como si no entendiera a lo que se refiere. Si lo pienso un poco, de todos los hombres que he conocido, es justamente mi padre, el único que no me ha tocado de forma “indebida”. Las caricias que a veces me da cuando me toma en sus brazos, son para mi gusto demasiado casuales y delicadas como para ser tomadas como algo indebido -él nunca ha hecho nada de eso conmigo- comento con algo de confusión en mis palabras como si no entendiera porque es así. Claro que ya lo entiendo, pero me gusta jugar a ser un poco tonta, después de todo he vivido todos estos años ajena a esta clase de vida y me gusta actuar como si aun no lograra entender las cosas -supongo que como estoy creciendo estoy dejando de ser bonita- me muestro desanimada mirando mi reflejo en un aparador.
La sala se ilumina cuando la película llega a su final, y caminamos a la salida, y entrelazo mi brazo con el de él.
-ammm, pues no fue muy buena- me río por lo que opina de la película, y asiento, no es que todas sean iguales, pero esta realmente parecía un conjunto de varias buenas escenas de otras películas.
-¿comprar? Bueno, ya nadie me quitará lo que me compres- sonrío por eso, antes no me importaban esas cosas, no comprendía lo que era un regalo, ni lo que significaba que algo me perteneciera a mi.
Caminamos por el lugar, hay muchas cosas bonitas en los aparadores, pero no estoy segura de que pedir.
-si, lo es- contesto un poco despistada mirando uno vestido en un aparador. Cuando hace su siguiente pregunta es que llama mi atención y lo miro -¿indebida?- pregunto como si no entendiera a lo que se refiere. Si lo pienso un poco, de todos los hombres que he conocido, es justamente mi padre, el único que no me ha tocado de forma “indebida”. Las caricias que a veces me da cuando me toma en sus brazos, son para mi gusto demasiado casuales y delicadas como para ser tomadas como algo indebido -él nunca ha hecho nada de eso conmigo- comento con algo de confusión en mis palabras como si no entendiera porque es así. Claro que ya lo entiendo, pero me gusta jugar a ser un poco tonta, después de todo he vivido todos estos años ajena a esta clase de vida y me gusta actuar como si aun no lograra entender las cosas -supongo que como estoy creciendo estoy dejando de ser bonita- me muestro desanimada mirando mi reflejo en un aparador.
Emi Fukui- Puntos : 129
Fecha de inscripción : 01/06/2016
Edad : 24
Re: City of stars *Mitya*
Su respuesta termina de confirmar lo que ya sabía. No me encanta que todo lo que compraba pensando en ella terminara en manos de alguien más, pero tampoco es gran problema, son cosas materiales que puedo darle cuantas veces quiera.
-Entonces veamos, cuando encuentres algo que te guste, dime y será tuyo -hoy quiero mimarla demasiado, que llegue a casa con las manos llenas y una satisfacción para los próximos días. Sé que no podré verla tan seguido como quisiera, y llenarla de cosas materiales no es lo adecuado, pero tengo la esperanza que le encante tanto el obsequio que al usarlo me recuerde, y así también sentirme satisfecho de haberla hecho feliz no solo hoy, sino los días que vienen.
Nos paramos frente a una tienda mientras ella revisaba la ropa.
-Sí, como aquellas personas -mi voz suena un poco triste. No podría perdonar a ese hombre si le ha puesto una mano encima. Se supone que ella tenga una vida mejor, y por fuera así lo parece, pero necesito que me lo confirme.
Pero luego me sentí aliviado, aunque ella parece cabizbaja. Supongo que es normal debido a esa vida a la que se acostumbró, pero no negaré que me llena de felicidad que el hombre no le haya hecho nada malo y solo la vea como su hija, aunque tampoco parece el tipo de padre cariñoso.
-Emi -dije agachandome y haciendo que me mirara y tomé sus manitas- ¿cuántas veces debo decirte lo contrario para que me creas? -fue un regaño muy dulce, porque no me gusta ver cómo se menosprecia a sí misma. Sé lo importante que debe ser su apariencia, por eso también quiero comprarle lo que quiera para que se sienta más segura- eres la chica más hermosa que he visto desde hace mucho tiempo. Y deberías saberlo, ¿acaso no notas las miradas de los muchachos? Aunque eso no me gusta para nada. Si te soy honesto, soy feliz de que no seas consciente de lo hermosa que eres y lo mucho que atraes a los demás -me levanté y luego tomé su mano- ven, vamos a comprar ese vestido, ¿te gusta? -le sonreí- y no será la única tienda que visitaremos, así que no te contengas, por favor.
Entramos a la tienda y dejé que viera la ropa, es más pequeña de lo que pensé.
-Emi, ¿ya has decidido? -dije un poco alto, pues sin querer también me puse a ver algunas cosas- creo que yo compraré esta camisa, ¿que te parece?
-Entonces veamos, cuando encuentres algo que te guste, dime y será tuyo -hoy quiero mimarla demasiado, que llegue a casa con las manos llenas y una satisfacción para los próximos días. Sé que no podré verla tan seguido como quisiera, y llenarla de cosas materiales no es lo adecuado, pero tengo la esperanza que le encante tanto el obsequio que al usarlo me recuerde, y así también sentirme satisfecho de haberla hecho feliz no solo hoy, sino los días que vienen.
Nos paramos frente a una tienda mientras ella revisaba la ropa.
-Sí, como aquellas personas -mi voz suena un poco triste. No podría perdonar a ese hombre si le ha puesto una mano encima. Se supone que ella tenga una vida mejor, y por fuera así lo parece, pero necesito que me lo confirme.
Pero luego me sentí aliviado, aunque ella parece cabizbaja. Supongo que es normal debido a esa vida a la que se acostumbró, pero no negaré que me llena de felicidad que el hombre no le haya hecho nada malo y solo la vea como su hija, aunque tampoco parece el tipo de padre cariñoso.
-Emi -dije agachandome y haciendo que me mirara y tomé sus manitas- ¿cuántas veces debo decirte lo contrario para que me creas? -fue un regaño muy dulce, porque no me gusta ver cómo se menosprecia a sí misma. Sé lo importante que debe ser su apariencia, por eso también quiero comprarle lo que quiera para que se sienta más segura- eres la chica más hermosa que he visto desde hace mucho tiempo. Y deberías saberlo, ¿acaso no notas las miradas de los muchachos? Aunque eso no me gusta para nada. Si te soy honesto, soy feliz de que no seas consciente de lo hermosa que eres y lo mucho que atraes a los demás -me levanté y luego tomé su mano- ven, vamos a comprar ese vestido, ¿te gusta? -le sonreí- y no será la única tienda que visitaremos, así que no te contengas, por favor.
Entramos a la tienda y dejé que viera la ropa, es más pequeña de lo que pensé.
-Emi, ¿ya has decidido? -dije un poco alto, pues sin querer también me puse a ver algunas cosas- creo que yo compraré esta camisa, ¿que te parece?
Mitya Y. Kozlov- Puntos : 94
Fecha de inscripción : 05/10/2016
Edad : 43
Re: City of stars *Mitya*
El dinero es algo que a Mitya no le hace falta, yo realmente no poseo nada pero se que el señor Fukui compra lo que necesito y mas, los lujos no son un problema, es un respetable médico y además están los ingresos que tiene por trabajar para el señor Ueda. Aun así, la experiencia de comprar es algo que no he experimentado mucho, así que la idea me emociona, he visto este tipo de cosas en la televisión y parece que a las chicas de mi edad les gusta.
-Lo haré- contesto con emoción.
Él acabara lo que quiere decir, y no sé que piensa él, habla de “aquellas personas” ¿se siente muy diferente a ellos? Tal vez su trato conmigo fue amable, ¿eso hace que el no me tocara de manera indebida? Parece una tontería que lo diga así, a final de cuentas hacía lo mismo que todos los demás, no importa si era amable o no, si me regalaba cosas o no. Yo simplemente era un juguete para el que pudiera pagar. Solo me parece curioso la manera en que lo dice, supongo que tal vez si es un poco diferente, la mayoría de esos hombres me eran indiferentes, yo solo hacía mi trabajo y ya, pero Mitya, él se encargó de que me gustara verlo, tal vez si, el no es como “aquellas personas”. Realmente aun no soy muy buena con los juicios morales, porque al final solo me parece una exageración como la sociedad ve las cosas.
Cuando me dice que soy hermosa, yo solo esbozo una sonrisa, y niego cuando dice lo de los muchachos. No presto atención a ese tipo de cosas, los hombres de mi edad no me parecen interesantes, mi gusto es inevitablemente por hombres adultos.
-Es lindo- digo sobre el vestido y dejándome llevar para ir a comprarlo.
Una mujer se acerca para preguntar lo que me ha gustado y le he señalado el vestido, me pregunta mi talla y solo le digo que no sé, ella empieza a decir la que piensa que es y luego de buscarlo me lo entrega para que me lo pruebe.
Salgo con el vestido puesto para buscarlo, y su voz preguntándome es lo que me hace poder encontrarlo.
-¿como me veo?- pregunto mordiendo mi labio esperando su respuesta -me gusta- comento sobre la camisa que tiene en las manos.
-Lo haré- contesto con emoción.
Él acabara lo que quiere decir, y no sé que piensa él, habla de “aquellas personas” ¿se siente muy diferente a ellos? Tal vez su trato conmigo fue amable, ¿eso hace que el no me tocara de manera indebida? Parece una tontería que lo diga así, a final de cuentas hacía lo mismo que todos los demás, no importa si era amable o no, si me regalaba cosas o no. Yo simplemente era un juguete para el que pudiera pagar. Solo me parece curioso la manera en que lo dice, supongo que tal vez si es un poco diferente, la mayoría de esos hombres me eran indiferentes, yo solo hacía mi trabajo y ya, pero Mitya, él se encargó de que me gustara verlo, tal vez si, el no es como “aquellas personas”. Realmente aun no soy muy buena con los juicios morales, porque al final solo me parece una exageración como la sociedad ve las cosas.
Cuando me dice que soy hermosa, yo solo esbozo una sonrisa, y niego cuando dice lo de los muchachos. No presto atención a ese tipo de cosas, los hombres de mi edad no me parecen interesantes, mi gusto es inevitablemente por hombres adultos.
-Es lindo- digo sobre el vestido y dejándome llevar para ir a comprarlo.
Una mujer se acerca para preguntar lo que me ha gustado y le he señalado el vestido, me pregunta mi talla y solo le digo que no sé, ella empieza a decir la que piensa que es y luego de buscarlo me lo entrega para que me lo pruebe.
Salgo con el vestido puesto para buscarlo, y su voz preguntándome es lo que me hace poder encontrarlo.
-¿como me veo?- pregunto mordiendo mi labio esperando su respuesta -me gusta- comento sobre la camisa que tiene en las manos.
- vestido:
Emi Fukui- Puntos : 129
Fecha de inscripción : 01/06/2016
Edad : 24
Re: City of stars *Mitya*
Dentro de la tienda me pierdo un poco viendo las prendas y a Emi eligiendo. Hace un rato dijo que no se percataba de la mirada del resto, tal vez se acostumbró a que los demás le miraran demasiado y de una forma algo pesada. Ahora mismo, hasta las empleadas la ven, y la persona que le atiende es más que amable. Yo solo sonrío, se le ve contenta, yo me siento feliz. No tengo mucho tiempo de salir a comprar ropa por simple gusto, por eso también me resulta divertido.
Esperé que ella entrara a probarse el vestido mientras miré otras camisas, se me acercó la misma empleada preguntando si me la probaría, pero creo que esperaré a que ella salga primero.
-Mmm, creo que continuaré viendo, muchas gracias -le sonreí y me acerqué a los probadores, sentándome en un sofá cercano con la camisa sobre mis piernas cruzadas.
-¡Te ves preciosa! -me levanté y sin ocultar mi entusiasmo me acerqué a ella- se ve mucho más bonito en ti que en ese aparador, pareces una muñequita -la empleada comenzó a reírse y me giré a verla un poco apenado, pero creo que piensa que somos padre e hija. Eso me incomoda hasta cierto punto, pero también es conveniente para esos impulsos cariñosos que no puedo evitar- se llevará ese, señorita. ¿Quieres ver algo más? -miré ahora a Emi- ¿quieres llevarlo puesto? -creo que mi expresión es demasiado feliz, porque ese color blanco le da un toque inocente a su ya aspecto aniñado- tendremos que comprar unos zapatos a juego, pero primero quiero saber si te gusta algo más -miré la camisa en mis manos y entré al vestidor- yo me probaré esta mientras decides -le guiñé el ojo y cerré la puerta para poder cambiarme. Esto es tan divertido, hace mucho que no la pasábamos tan bien, es como volver a esos días donde éramos tan jóvenes.
-¿Qué tal me veo? -salí del vestidor y miré mi torso de arriba a abajo- creo que no… -dije dudoso. Pero terminé comprándola por el simple hecho de ser ropa que escogí estando con ella.
Cuando terminamos de mirar ahí salimos en busca de una tienda de zapatos.
-Supongo que no tienes hambre por haber comido palomitas -llevaba las bolsas de ropa en una de mis manos- pero cuando quieras, podemos ir a comer, ¿te parece? -miramos por fuera unas tres tiendas hasta dar con una con zapatos más exclusivos.
Esperé que ella entrara a probarse el vestido mientras miré otras camisas, se me acercó la misma empleada preguntando si me la probaría, pero creo que esperaré a que ella salga primero.
-Mmm, creo que continuaré viendo, muchas gracias -le sonreí y me acerqué a los probadores, sentándome en un sofá cercano con la camisa sobre mis piernas cruzadas.
-¡Te ves preciosa! -me levanté y sin ocultar mi entusiasmo me acerqué a ella- se ve mucho más bonito en ti que en ese aparador, pareces una muñequita -la empleada comenzó a reírse y me giré a verla un poco apenado, pero creo que piensa que somos padre e hija. Eso me incomoda hasta cierto punto, pero también es conveniente para esos impulsos cariñosos que no puedo evitar- se llevará ese, señorita. ¿Quieres ver algo más? -miré ahora a Emi- ¿quieres llevarlo puesto? -creo que mi expresión es demasiado feliz, porque ese color blanco le da un toque inocente a su ya aspecto aniñado- tendremos que comprar unos zapatos a juego, pero primero quiero saber si te gusta algo más -miré la camisa en mis manos y entré al vestidor- yo me probaré esta mientras decides -le guiñé el ojo y cerré la puerta para poder cambiarme. Esto es tan divertido, hace mucho que no la pasábamos tan bien, es como volver a esos días donde éramos tan jóvenes.
-¿Qué tal me veo? -salí del vestidor y miré mi torso de arriba a abajo- creo que no… -dije dudoso. Pero terminé comprándola por el simple hecho de ser ropa que escogí estando con ella.
Cuando terminamos de mirar ahí salimos en busca de una tienda de zapatos.
-Supongo que no tienes hambre por haber comido palomitas -llevaba las bolsas de ropa en una de mis manos- pero cuando quieras, podemos ir a comer, ¿te parece? -miramos por fuera unas tres tiendas hasta dar con una con zapatos más exclusivos.
Mitya Y. Kozlov- Puntos : 94
Fecha de inscripción : 05/10/2016
Edad : 43
Re: City of stars *Mitya*
Sonrío con satisfacción cuando dice que parezco una muñequita, realmente me gusta cuando me dice ese tipo de cosas. El vestido es casi perfecto para ocultar un poco los cambios que he tenido.
-No estoy segura- comento porque no creo que la experiencia de volver a probarme algo más y salir para que el me diga si le gusta, se sienta igual que ahora, creo que ya solo compraré solo mirando tallas si medirme las cosas -Si, me lo llevo porque a ti te gusta- doy una vuelta jugando de manera un poco infantil -No sé, tendría que ver- digo dando un par mas de vueltas pues me gusta como se ve el vestido cuando lo hago.
Asiento cuando dice que se probara una camisa, así que luego de una vuelta más salgo en busca de algunas prendas mas.
Cuando escucho que sale, regreso para mirarlo y aprieto mis labios y el dice “creo que no”, yo solo sonrío porque no he tenido que decir nada, el ha elegido.
He tomado algunas prendas, y solo me las he sobrepuesto para imaginar si me quedan bien o no. Y compramos varias cosas del lugar.
-Si, pero mas al rato- comento sin darle mucha importancia a lo de la comida, solo sigo viendo tiendas y cada que veo algo bonito lo señalo con emoción, mas cuando veo esos lindos zapatos que se verían perfectos con mi vestido.
Me los mido y no lo pienso ni un segundo.
-Los quiero- comento caminando por el lugar -Creo que he pedido demasiado- veo todas las bolsas que el viene cargando -vamos a comer para que descanses- sugiero, porque creo que me he excedido un poco en esto de las compras. ME acerco a él para tomar algunas de las bolsas, son mas aparatosas que pesadas, pero seguro debe ser incomodo para él caminar con todo eso en mano.
La librarnos un poco de todo lo que se ha comprado, caminamos al auto para dejar las bolsas en este.
-Vayamos a comer- sugiero porque realmente no deseo que esto termine tan rápido -Tu elige, quiero comer algo que a ti te guste mucho- digo con entusiasmo mientras me pego a el para rodearlo con mis brazos. Al parecer las personas piensan que somos padre he hija, así que aprovecharé un poco de eso para poder ser cariñosa con él, porque realmente me cansa tener que cuidarme siempre tanto de las personas.
-No estoy segura- comento porque no creo que la experiencia de volver a probarme algo más y salir para que el me diga si le gusta, se sienta igual que ahora, creo que ya solo compraré solo mirando tallas si medirme las cosas -Si, me lo llevo porque a ti te gusta- doy una vuelta jugando de manera un poco infantil -No sé, tendría que ver- digo dando un par mas de vueltas pues me gusta como se ve el vestido cuando lo hago.
Asiento cuando dice que se probara una camisa, así que luego de una vuelta más salgo en busca de algunas prendas mas.
Cuando escucho que sale, regreso para mirarlo y aprieto mis labios y el dice “creo que no”, yo solo sonrío porque no he tenido que decir nada, el ha elegido.
He tomado algunas prendas, y solo me las he sobrepuesto para imaginar si me quedan bien o no. Y compramos varias cosas del lugar.
-Si, pero mas al rato- comento sin darle mucha importancia a lo de la comida, solo sigo viendo tiendas y cada que veo algo bonito lo señalo con emoción, mas cuando veo esos lindos zapatos que se verían perfectos con mi vestido.
Me los mido y no lo pienso ni un segundo.
-Los quiero- comento caminando por el lugar -Creo que he pedido demasiado- veo todas las bolsas que el viene cargando -vamos a comer para que descanses- sugiero, porque creo que me he excedido un poco en esto de las compras. ME acerco a él para tomar algunas de las bolsas, son mas aparatosas que pesadas, pero seguro debe ser incomodo para él caminar con todo eso en mano.
La librarnos un poco de todo lo que se ha comprado, caminamos al auto para dejar las bolsas en este.
-Vayamos a comer- sugiero porque realmente no deseo que esto termine tan rápido -Tu elige, quiero comer algo que a ti te guste mucho- digo con entusiasmo mientras me pego a el para rodearlo con mis brazos. Al parecer las personas piensan que somos padre he hija, así que aprovecharé un poco de eso para poder ser cariñosa con él, porque realmente me cansa tener que cuidarme siempre tanto de las personas.
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