Echoes {Andy}

Recuerdo del primer mensaje :

Han sido unos dias difíciles, la muerte de mis tíos ha sido algo que a todos nos ha golpeado muy fuerte. La verdad es que yo pensaba que no me afectaría tanto. Quise a mis tíos, pero pensaba que podía ser mas fuerte, aun así ver a Ilya es lo que mas me ha afectado. Cuando mi madre murió, yo era demasiado pequeño y por eso no sufrí lo que él, pero aun así la extraño, entiendo un poco de lo que él está pasando. La verdad es que eso mismo es lo que me ha hecho esta situación mas complicada, el sentirme identificado de cierta manera, incluso he abrazado a mi padre, porque sentía que solo él sabía en ese momento lo que yo estaba sintiendo. Aun así no he llorado, no puedo mostrar esa actitud tan sensible frente a las personas.

Mamá hoy nos ha mandado a descansar, ella parece un poco mejor luego de tomarse esa tarde. Y creo que nosotros necesitamos alejarnos un poco de nuestros abuelos, son la clase de personas a las que acostumbramos a tratar, pero mi tía era la oveja negra para ellos y ni siquiera en el funeral han podido ocultar su desagrado por el tío. Tal vez ellos no eran ricos, pero eran personas muy agradables.
Fuimos en silencio en el auto hasta el hotel, he estado un poco serio luego de ese primer momento de shock. Andy viaja a mi lado y no se si el está respetando mi espacio o también está inmerso en sus pensamientos.
Al llegar al hotel le digo que me daré un baño y dormiré un rato, así que me voy a mi habitación, y si, me doy una ducha, seco y cepillo mi cabello para acostarme luego en la cama. Doy varias vueltas en el colchón pero no me siento cómodo, me levanto de la cama, y tomo mi playera de tirantes pues no voy a salir de la habitación solo en el pantalón de mi pijama. Camino hasta la puerta de Andy y toco unas cuantas veces para que venga a abrir.
-Pensé que no era buena idea dejarte solo, seguro te pondrás triste- comento de brazos cruzados cuando el a abierto la puerta y entro. No, la verdad es que yo no quiero estar solo, pero no puedo aceptar ese tipo de cosas con facilidad.

-Generalmente te sueño de pequeño, o más bien dicho, casi siempre -me gusta recordar nuestros días de infancia. Él siempre fue mi ideal de hermano menor, por eso nos hicimos dependientes uno del otro- a veces lloras -no quiero sentirme más triste. Lo sucedido con la tía fue un golpe muy duro para todos, y recordar esto empeora las cosas. Pero siento que si no lo expreso, esas dudas se irán acumulando hasta explotar. Y no es como si él me fuera a dar respuestas- aunque también tengo otra clase de sueños. Cuando ya no eres un niño en mi cabeza... -no, creo que al final no es buena idea. Hay algo dentro de todo eso que me aterra, mucho más que su rechazo o que la falta de sus besos- ya sabes, esos que suelen tener los adolescentes cuando están en la edad de la curiosidad -me reí bajito. Yo soy un adulto, ni siquiera sé si los adultos sueñan con esas cosas, ¿no sería más como sus aspiraciones o ambiciones? Pero toda mi vida he soñado con situaciones desagradables, o simplemente no lo hago. Cuando tomo píldoras para dormir mi mente queda en blanco.

-Oh… -no recuerdo haber dicho eso. Los hombres de cabello largo no son especialmente mi gusto, prefiero que tengan una imagen más ordenada. Pero Dima es la excepción a todo. Es muy diferente del tipo de hombre en el que me fijo, y me gusta más que cualquier otra persona en el mundo- ¿es una condición? -¿eso quiere decir que él lo hará? Quiero que juegue conmigo- ¿entonces me estás dando permiso de jugar contigo? -estoy por soltar una obvia sonrisa, por mis obvias intenciones. Pero me contuve, tomé un poco de aire y me tranquilicé- tú tienes permiso de hacer lo que quieras conmigo -soné más serio esta vez, porque quiero que entienda, que no tenga miedo de venir a mí. La mayoría de las veces soy yo quien lo busca, constantemente usando cualquier excusa tonta para poder estar con él.[/color]

-Ah- es no era la repuesta que esperaba, pero con Andy parece que las cosas nunca salen como deberían -si, era muy llorón cuando pequeño- admito con cierto desagrado. Muchas veces Lucy me molesta con ese tipo de comentarios, haciendo referencia al dulce niño que alguna vez conoció. A mi me molesta que lo haga, se que era un niño, pero creo que debí ser mucho más fuerte, era demasiado cobarde a final de cuentas y odio eso -aha- otra clase de sueños, pero la verdad ya no capto que pueda tratarse del contexto que antes esperaba, así que ya no pasa por mi cabeza, pero el comienza a explicar…
-¿y que has soñado?- no puedo evitarlo, quiero saberlo, tengo el morbo por saber que clase de fantasías tiene conmigo.

-Si, mamá estuvo de viaje por un tiempo, ella siempre se encargaba de decir cuando me tocaba cortar el cabello, así que por asuntos de su trabajo en una galería se le pasó por unos meses, y dijiste que se me veía bien el cabello largo- ni sé para que le explico eso, seguro para el solo fue un comentario al azar y yo le di tanta importancia.
-supongo que si- trato de hablar como si aquello no fuera de gran interés pero mis sentidos están atentos a cualquier reacción suya pero sus siguientes palabras me hacen sentir un idiota y mi rostro comienza a sentirse ardoroso -yo, si… - hago sonidos de limpiar de nuevo mi garganta -como sea, con nadie más puedes- giro la cabeza en dirección contraria de donde él está, mi cara debe estar demasiado roja y no quiero que la vea y termino ahora tosiendo por lo que dice -idiota, no lo digas así- al estar boca arriba cubro mi cara con ambos antebrazos, me siento demasiado avergonzado y con una excitación creciente… me siento casi patético porque solo son unas palabras y yo reacciono demasiado a eso -no sé hacer cosas con un hombre- admito girándome para darle la espalda, me siento apenado de forma extrema.

Yo creo que era adorable, pero para Dima la imagen de hombre fuerte es muy importante. Ni siquiera sé porqué se volvió así o qué dio origen a ese pensamiento, aunque a veces es adorable todavía, pero creo que le molesta que lo mencione.
-Cosas -si relato lo que a veces sueño seguramente sentirá asco, ¿no? Aunque no cambia mucho de hacerlo con una mujer, eso creo. Nunca lo he intentado ni planeo hacerlo, desde siempre supe que no eran de mi gusto- ¿tú no tienes esa clase de sueños…? Es normal después de todo… -sí, pero no con tu hermano. Pero si lo pienso no deseo escuchar si fantasea con alguna mujer que haya conocido, creo que eso me deprimiría.

Su recuerdo sobre el detalle del cabello es muy claro, yo ni siquiera puedo ubicar el momento en que pasó.
-¿Por eso comenzaste a dejarlo largo? -sonreí. La idea que sea por mí es más que agradable- ¿fue así? -estas pequeñas cosas me dan seguridad. Es algo casual pero lo considero importante, me odio a mí mismo por no recordarlo- ¿entonces cómo debería decirlo? Si soy más claro… y si me rechazas… -me quedé callado. No quiero tener el valor para luego ser rechazado. Aunque hace un rato él fue quien me beso, pero también hizo que dejara de tocarlo.

Me giré a él sorprendido. Quiero decirle que es adorable, que no tiene nada de qué preocuparse, que podré enseñarle lo que sea y que no soy tan frágil.
-Pero yo sí -puse mi mano en su hombro, sin embargo no le forcé a darse vuelta- además eso no importa. Dudo que hagas algo que llegue a disgustarme -me siento exaltado mientras hablo- con solo besarte siento cómo mi cuerpo se calienta… y eso -me tapé la boca con la mano, la otra se quedó tocando su hombro y viendo su espalda y su cabello- no sé qué hacer, Dima -hablé aún con la mano cubriendo mi boca- quiero tocarte, o simplemente estar contigo. Pero tengo mucho miedo, a veces creo que te estoy forzando -soy caprichoso. Con papá sentía cómo poco a poco perdía mi orgullo y me arrastraba desesperado por un poco de él. No quiero repetir mis errores del pasado, pero no puedo evitar ser ambicioso o desear más de lo que puede ofrecerme. Y con él siempre he sido así. Ahora mi necesidad por estar juntos es mayor, y temo que algún día él se harte de eso.

-Cosas- refunfuño porque no esperaba que fuera a ser tan ambiguo sobre esos sueños, ¿tan raro es? --Si, supongo, pero ya nunca recuerdo mis sueños, así que no te sabría decir- supongo que es una ventaja para mi, así me evito tener que contar mis sueños porque no los recuerdo.

-tss, yo ya lo estaba decidiendo, fue de casualidad que tu lo dijiste y ya no lo volví a cortar- el solo vuelve a preguntar como su supiera que estoy mintiendo, muerdo mi labio nervioso -Bueno si, tal vez lo que dijiste tuvo un fuerte impacto en mi decisión- me cuesta tanto aceptar algo como eso, pero es que suena tan bono decir que no me corto el cabello porque a Andy le gustó largo, aunque parece que él ni siquiera lo recuerda.
-no, lo sé, pero si lo dices así, me pongo nervioso- quiero tanto besarlo y tocarlo, pero ¡Y si no le gusta? Yo soy una persona algo tosca, incluso egoísta, no me interesa ser el mejor amante, aunque con el tiempo he aprendido que si eres un poco detallista con tu pareja, entonces eres recompensado, pero tampoco es como que siempre me interese serlo.

No puedo creer que acabo de aceptar algo tan vergonzoso. Si me comportara de esta manera con alguna de las mujeres con las que he estado mi vida sexual se iría al diablo. Puede que sea a veces egoísta y me interese mas mi propio placer, pero aun así tengo cierto prestigio en ese aspecto.
Me crispa la piel escuchar como dice eso, no quiero saber que tiene mucha o poca experiencia, desearía que no la tuviera, que nadie lo haya tocado nunca.
-no lo sabes, tal vez termine haciendo algo que de verdad no te gusta- odio que tenga experiencia y que me vaya a comparar, no quiero ser el peor hombre con el que ha estado -pues yo menos sé que hacer- admito tomando ahora la almohada y la pongo sobre mi cabeza para ahogar un grito frustrado y solo dejo la almohada en mi cabeza, el aire caliente que exhalo hace que sienta calor de estar así pero no la quiero quitar, no creía que el pensara algo como eso, porque podemos contar con los dedos de una mano las veces que nos hemos dado un beso en los labios, y como no. insiste me hace creer que es él quien no tiene interés en nada de esto -¿crees que yo me dejaría empujar a hacer algo que no quiero?- me quito la almohada un poco enojado y me giro para mirarlo -pero esto es como ser virgen de nuevo, ¿entiendes? no se como tocarte, o hacer nada- dejo caer mi cabeza en el colchón y vuelvo a cubrir mi cara con mis brazos -me siento patético- admito molesto.

Me empecé a reír ahora más fuerte. Fue inevitable, porque escuchar cómo lo relata me hace inmensamente feliz. Me gusta sentirme querido por él, es el sentimiento más lindo y cálido que alguien me ha dado. Ni mis padres o algún amante me hacen sentir como él, y fue desde pequeños que me hablaba de esa forma tan dulce, y a mí me hacía olvidar todo.
-Me gusta que te pongas nervioso, así me doy cuenta que te gusto -creo que fui muy lejos esta vez, pero no importa, me demuestra a su manera que le importo, y es cuando comienzo a ser más transparente con mis sentimientos.

Veo imposible eso. No soy tan exigente tampoco, y con él ni tengo cabeza para pensar en pequeñeces. Tan solo estar cerca basta para hacer que mi mente se abrume. Sus manos tocándome hacen que mi cuerpo reaccione de inmediato, así que hay cero posibilidad que lo que sea que haga me llegue a disgustar.
-Ya te dije que eso es imposible -¿por qué no me cree? No tengo nada que ocultarle, ni razón para mentirle. No quiero que dude de mí, pero supongo que me lo he ganado de alguna forma. Siempre me llamaba de ciertas formas que dejaban en claro lo mucho que sabía sobre mis juegos, así como yo los de él. Mordí mi labio frustrado. No puedo cambiar las cosas que hice antes, pero soy honesto con él.

Me sorprendí y mi cuerpo se tensó. Me dio un poco de miedo la forma en que habló, y también sentí un nudo en la garganta. No creo que sea patético, ni tampoco me importa si no tiene experiencia en esto.
Me senté en la cama sobre mis rodillas, tomé una de sus manos y la llevé a mi pecho.
-Te amo -cerré mis ojos. Obviamente mi pecho está como loco, hasta siento como mi cuerpo entero se ha calentado y ese cosquilleo en el estómago va aumentando- ¿tú crees que me importa la experiencia o esas cosas? -abrí mis ojos y me incliné a él, poniendo mis manos a los laterales de su cabeza- lo único que me importa es estar contigo. No he pensado en otra cosa que no seas tú.

-Yo no me puse nervioso- murmuro mal humorado porque obviamente el me a atrapado, ha notado mi comportamiento, pero aun cuando la evidencia es clara, yo sigo necio en negarlo, soy demasiado terco como para aceptar algo aun si estoy acorralado.

El insiste en eso, pero no le puedo creer, que tal si asegura que no puedo hacer nada que le desagrade pero cuando empiece, entonces descubre que si puedo hacerlo. Si actuara como el hombre egoísta que soy la mayoría de las veces con las mujeres esto no me preocuparía, solo lo haría y ya, pero Andy no es como ellas, Andy es demasiado especial.
Siento como el toma mi mano y dejo que la guíe hasta su pecho, lo miro y siento un nudo en mi garganta cuando dice que me ama, puedo sentir su ese latir acelerado en su pecho. Poco a poco me siento. Mis mejillas arden, y evito que nuestros ojos se crucen. Titubeo un poco al acercarme a su rostro, pero al final toco sus labios con los míos. Él ha dicho que me ama, y todo lo demás parece irrelevante, y aunque no me atrevo a decir esas palabras quiero que sepa que yo siento lo mismo. Todo esto sería mucho más fácil con un poco de alcohol en la sangre. Me separo apenas lo necesario para poder enfocar su rostro.
-Yo… ya sabes, también siento eso- me siento un poco aturdido de decir hasta esas palabras, no lo he dicho de forma directa y aun así me siento muy avergonzado y termino dejándome caer de nuevo y volviendo a cubrir mi cara con la almohada -Te amo- grito ahogando el sonido con la almohada y me quedo así, aferrado a cubrir mi cara con la almohada para que no me vea ahora. Lo busco a tientas con una de mis manos y lo jalo para que vuelva a acostarse y luego de la misma manera comienzo a buscar apagar todas las luces de la habitación -No quiero que me veas- digo cuando quedamos a oscuras, aunque creo que la luz de afuera ilumina un poco la habitación, pero muy poco. Me quito la almohada de nuevo, la oscuridad me da un poco de seguridad.
-enséñame- trago con nervios un poco de mi saliva.

No sabía que yo era capaz de dar besos tan castos. Tampoco que él podría tener gestos tan dulces aún ahora. Y voy tomando confianza al saber que él siente lo mismo, e incluso me ha regalado otro de sus besos. Cada uno es especial y queda grabado en mi memoria, aunque puede ser porque han sido pocas veces, pero tiene un significado especial y me hacen sentir muy emocionado, creo que cada vez más o de diferente forma.
Mi cara está caliente pero no evito sonreír, y me quedo inmóvil por la emoción y felicidad. Se supone que debería saltarle encima porque mis dudas han sido despejadas, pero estoy demasiado nervioso.
-Yo quiero verte -cuando caí a la cama no dejé de mirarlo. o lo que puedo, porque la oscuridad y esa almohada hacen que no pueda enfocar toda su persona.
Mis latidos se aceleraron más, y las manos me empezaron a sudar, no, creo que todo el calor de mi cuerpo incrementó de repente- ah, ¡sí! -me giré boca abajo y me levanté, y luego puse ambas piernas al costado de su cuerpo y mis manos a los laterales de su rostro. ¿Qué estoy haciendo?- de-deberiamos besarnos primero -eso lo sabe, cualquier acto comienza por los besos, aunque hay personas que no les gusta mucho eso, ¿a él sí, verdad? Parece que disfruta nuestros besos, por eso me he agachado a hacerlo de una manera tan torpe como nunca me había pasado. ¿Por qué ahora es que mi cerebro no coordina con los deseos de mi cuerpo? Pero me las he arreglado para corregir mi técnica y comencé a aumentar el ritmo de nuestro beso. Y como pensé, la reacción en mi cuerpo no se hace esperar. Ya estaba un poco duro, pero ahora es más evidente. Incluso eso lo tengo bajo control todo el tiempo, pero hoy mi cuerpo actúa como se le da la gana. Solté un gemido y para cuando lo noté no tenía la energía de avergonzarme- creo que… -me senté sobre sus piernas y comencé a quitarme la camisa- tú también deberías… -quiero quitarle la ropa, pero mis manos tiemblan y no quiero arruinar el momento con un movimiento estúpido, por eso me quedé esperando que él lo hiciera sin apartar la vista. Mis ojos se han acostumbrado a la oscuridad, y poco a poco voy enfocando más su silueta y su cara.

El es tan terco que a pesar de que digo que no quiero que me vea el solo dice que quiere hacerlo. Es un poco caprichoso, pero incluso así lo considero tan lindo.
Siento el movimiento del colchón luego de mi petición. No sé si debería arrepentirme, porque me siento demasiado nervioso, no creo que de esta manera pueda si quiera tener una erección. ¡Eso sería tan humillante!
-ah, bien- respiro profundo y siento como se agacha. Nuestros labios chocan, creo que no es para nada el mejor beso que he tenido en mi vida, es un poco tosco y torpe y aun así me he estremecido por el solo contacto. Al comienzo no me acoplo a sus movimientos. Diría que estoy haciendo algo mal, pero estoy seguro de que es Andy el que me dificulta la tarea. Poco a poco el beso mejora, nos acoplamos por completo, su ritmo ya no es complicado de seguir. Mientras mas profundo es nuestro beso, yo me voy olvidando poco a poco de mis nervios, subo mis manos a su cintura y estrujo un poco su camisa. Así como mis nervios se controlan, mi cuerpo comienza a reaccionar y me siento aliviado de que mis nervios no lo estén arruinando. Mis manos estrujan su camisa cuando suelta ese gemido, se escucha demasiado bien como para ser indiferente.

El se separa de mi y dice unas palabras, termina sentado sobre mis piernas y observo a su silueta quitarse la camisa, quiero tocarlo ya mismo, quiero sentir esa sensación ardorosa que debe tener su piel en este momento, porque mi piel se siente así, pero sus indicaciones me hacen calmar un poco -ah, si- me siento, y me quito la playera rápidamente, pero luego solo me quedo sentado, como esperando a que me diga que más hacer. Creo que hace años no había sido tan obediente con nadie -¿te toco?- se que parece absurdo, pero creo que hoy no tengo la cabeza para saber que cosas hacer. Llevo una de mis manos vacilantes hasta su cintura. Como lo imaginaba su piel se deja esa sensación de calor en mi mano -¿y como?- pregunto como si tuviera algo entre mis manos que es un completo enigma para mi.
¡Es solo un cuerpo! seguro tiene las mismas terminaciones nerviosas que una mujer, y aun así estoy en blanco. Seguro va a pensar que soy un pésimo amante. Toda la fama que tengo de ser un mujeriego parece ahora una farsa.

No importa si apenas me toca o solo está apoyando sus manos en mi cintura, me gusta que pierda el miedo al contacto entre nosotros. Pero yo no puedo, pensé que como siempre, al estar en la intimidad podría tener un poco de desenfreno que impulsara a nuestro instinto y las cosas se solucionaran sin pensarlo tanto, pero ¡estoy pensando demasiado!

-¿Eh? Ah -asentí y mantuve la cabeza agachada. Estoy sentado sobre él, es más vergonzoso de lo que pensé y la posición no ayuda a calmarme. Quiero no pensar, pero soy muy consciente de todo- ¿cómo? bueno, primero… -ah, ¡qué idiota! Debí quitarme el pantalón cuando él se quitaba la camisa, ¿ahora cómo lo hago? Debería bajarme, pero entonces rompería la atmósfera...- bueno… como quieras -se supone que yo debo indicarle, pero no llega ninguna buena idea a mi cabeza- perdón, estoy muy nervioso -me tapé la cara con ambas manos. Soy un fracaso. Quería hacer tantas cosas con él y al final dejo que los nervios me dominen. Bajé las manos y las puse sobre su pecho- puedes… puedes estimular cualquier parte de mi cuerpo -desvié la vista. Es difícil que en medio de la oscuridad note mis reacciones, pero aún así- ¿recuerdas que te mencioné alguna? Lo preguntaste hace un tiempo, incluso jugaste con mi pecho y... -mi cara está roja y mi cuerpo se siente ansioso por eso. Esa vez entre jugueteos logré confundirme, pero pretendí no darme cuenta de lo que yo sentía.

Tragué saliva y comencé a acariciar su pecho. Creo que solo dejaré que mi cuerpo se mueva, porque si me pide enseñarle seguiré titubeando y no llegaremos a ningún lado.
-Así -acaricié uno de sus pezones, y tomé una de sus manos y la lleve a mi pecho para que tocara de la misma forma. Moví mis caderas hacia delante, y el roce comenzó a hacer que mi cuerpo reaccionara más. Siento demasiado calor, y solté un jadeo por eso. Y ni siquiera me ha tocado apropiadamente y mis dedos dejaron de moverse. La sola idea me vuelve loco, y no quiero que se quede solo en mi cabeza, pero mi cabeza anda lenta en este momento.

El tarda mucho en decirme lo que debería hacer para terminar diciendo solo “como quieras”, si ya le dije que no tengo idea ni de que hacer, no me ayuda mucho que sea tan poco preciso. Me quedo mirando su silueta mientras comienzo a pensar que hacer, ¿debería besarlo de nuevo? si, creo que eso debería hacer, pero solo me quedo sentado sin avanzar no un poquito.
El admite estar nervioso y cubre su rostro. Nunca había pasado por algo como esto, tan lento, intenso, y siento un poco de estrés. Debería decirle algo para que se calme, pero creo que yo estoy igual que él.
Pero el descubre su rostro y sus manos tocan mi pecho, yo me encorvo un poco por la sensación pero no tardo en acostumbrarme a tener sus manos sobre mi.
-Cualquier parte- mi mirada baja casi al instante, porque es en lo primero que pienso, ¿soy demasiado básico? -¿tu pecho?- llevo una de mis manos hasta su pecho o al menos eso pretendo, pero no lo toco, termino desviando el trayecto esta su hombro, ¿en serio me avergüenza tocar el pecho de un hombre? Respiro profundamente pensando en deslizar mi mano hacia abajo, pero el ha comenzado a mover sus manos.
-ok- me siento algo aturdido, parece que yo mismo no conozco mi propio cuerpo, no puedo creer que se pueda sentir tan bien algo tan simple. Él toma la mano que tengo en su hombro y me hizo bajarla y con una pésima habilidad intento hacer lo que me dice, pero lo toco con mucho cuidado, apenas rozando su piel.
El se mueve, y cuando deja escapar un jadeo, yo también lo he hecho.

Se que estamos a oscuras pero aun así me siento demasiado expuesto, me acerco para ocultar mi rostro recargando mi frente en su hombro, y ahora con mis dos manos comienzo a jugar en su pecho. Sigo tocando con cuidado, lo hago así porque, yo parece que soy demasiado sensible y un roce tan delicado ya me altera bastante, tal vez para él no es así, pero por ahora es la única manera en que se hacerlo. Respiro profundamente de nuevo, necesito calmarme, porque algo como esto ya me tiene demasiado excitado, y ni siquiera hemos empezado. No es como que sea tan diferente a tocar a una mujer, aunque creo que nunca había sido tan delicado. Beso su clavícula y beso tras beso voy subiendo por su cuello buscando el camino mas corto a sus labios. Al igual que mis caricias mis besos son sutiles, pero creo que no puedo resistirme demasiado a sus labios y poco a poco dejo que la pasión controle más mis movimientos. Ya no solo toco su pecho, mis dedos bajan hasta su vientre, recorren su espalda, se aferran a su piel haciendo un poco de presión cada vez que me se detienen por un momento.
Busco pegarlo a mi, puedo sentir su erección y seguro que él también siente la mía.

Él no lo recuerda, claro, estaba ebrio. Y ahora no parece tan interesado en acariciar esa parte de mi cuerpo como aquel día. Era una broma, pero parecía muy cómodo. No puedo ver su cara tampoco, y creo que empieza a ser una ventaja.

Mordí mi labio inferior para no soltar otro gemido. No quiero que piense que soy demasiado fácil o simple, o que no tengo resistencia. Es algo de lo que me siento orgulloso, pero ahora no solo se trata de algo físico, es una emoción super intensa la que tiene a mi cuerpo agitado.
Subí mis manos y las pasé alrededor de su cuello. Comencé a acariciar su cabello y luego sus orejas, pasando mis dedos por detrás de su nuca y luego por sus hombros. Los besos me hacen sentir un espasmo y encorvo mi cuerpo, presionando un poco más hacia delante. Al menos él lo está sintiendo, y yo ya estoy un poco mojado por este juego previo. Nunca he alargado tanto esta parte, aunque me tomo el tiempo, tengo la resistencia suficiente para tener el control del acto, o acoplarme perfectamente a la otra persona y su ritmo. Pero esto es lo más erótico que he hecho. El ambiente, la manera en que me toca cada vez más atrevida y el hecho de que se trate de Dima. Todo eso me abruma y he dejado de pensar tanto en lo que tengo o no que hacer, en si será perfecto como lo imaginé.

Solté un gemido entre nuestros besos, mi respiración está muy acelerada, pero continúo besando sus labios. Mis manos bajaron recorriendo su pecho con los dedos hasta el límite de su pantalón, y sin esperar metí la mano dentro. Al sentirlo duro y mojado, mi cuerpo entero sintió un cosquilleo. Comencé a tocarlo con una de mis manos, y levanté un poco mi cadera para bajar mi pantalón para poder también tocarme.
-Me gusta -lamí mis labios y comencé a tocarme también. No puedo creerlo, estoy reaccionando más de lo normal. Aunque ahora ya no puedo detenerme, parece que no llegaré muy lejos.

Me hacen estremecer sus manos pasando por mi cabello, recorriendo la piel de mi cuello y hombros. No imaginé que estar con una persona a quien amas pudiera convertir esta experiencia en algo tan especial. Me asustaba la idea de que aun sin importar cuanto pueda quererlo, no tuviéramos compatibilidad sexual, porque simplemente a veces hay personas con las que simplemente no se puede tener el placer esperado. Pero al menos parece que con Andy soy muy compatible.

Sus manos comienzan a bajar y muerdo un poco su labio cuando toca mi pecho, pero sigue de largo. Tenso mi abdomen cuando llega mas abajo, incluso dejo de besarlo pese a que no me separo de él, sus manos me han robado la concentración por completo. Su mano me envuelve y yo suelto un jadeo que va acompañado de muchos más cuando comienza a mover su mano. Es demasiado intenso, que ya no puedo pensar en nada más.
Las yemas de mis dedos se entierran un poco en su piel tratando de controlar lo placentero que resulta su tacto. Mi respiración es irregular. Pero luego el se mueve, por la oscuridad apenas tardo un poco en comprender lo que ocurre. Y su voz simplemente termina de causar que llegue a ese punto de excitación.
-No. Andy. Espera- me separo un poco de él y llevo mi mano hasta la de él para hacer que detenga sus movimientos, pero un gemido un poco agudo sale de mi boca cuando apenas estoy tomando su mano. Siento esos espasmos y como mi semen termina en mi propia mano.
Estoy muy agitado, pero lo que mas comienzo a sentir ahora es vergüenza. Prácticamente he terminado a unos segundos de que él me tocara.

Dejó de importarme si las cosas quedarían a medias, ni siquiera al comienzo. Porque me siento muy sensible y no puedo parar de tocarlo o de tocarme también. Su voz es muy seductora, quisiera tener la fuerza para tumbarlo, jugar otro poco y hacer que me penetre. Y la idea me hace sentir más y más excitado, y al él ser honesto con sus reacciones, he dejado de ahogar mis gemidos.
Cerré los ojos y agaché la cabeza, gozando del toque de ambos y sintiendo el calor de su respiración cerca de mi piel desnuda. Mi cuerpo sintió una intensa ansiedad y aumenté el ritmo, pero volví a abrir los ojos al escucharlo y sentí cómo su semen se derramaba por mi mano.

Levanté mi mano para mirarla y noté que yo todavía no había terminado, y un placer extraño me recorrió el cuerpo.
-Yo, ya casi -continué tocándome aún encima de él. Lamí mi mano y un sabor salado y caliente llegó a mi boca. Me hizo sentir satisfecho de un modo único, y solté un gemido encorvando un poco mi cuerpo por el placer.

Mis manos están sucias, y mi respiración agitada. Cuando pude pensar un poco más claro me di cuenta que estaba todavía sobre él, y que había manchado su pantalón con mi semen.
-Ah, yo… -las cosas no estuvieron ni cerca de lo que imaginé o quería. Todo se sintió demasiado bien, pero solo pensé que yo lo estaba disfrutando, no hice nada de lo que pidió- i-iré por papel -al quitarme de encima me subí el pantalón, provocando que unas manchas quedaran sobre él y maldiciendo por eso, pero a causa de la vergüenza corrí al baño a limpiarme las manos.
Me lavé rápido y lleve ambas manos a mi cara.
-Soy un imbécil -mi corazón palpita rápido, y una sonrisa se dibujó en mi cara al recordar ese momento. No fue perfecto, ni siquiera lo hicimos pero… para mí fue muy placentero.
Abrí la llave de la tina y me quité el pantalón sucio y lo dejé sobre el cesto. ¿Debería envolverme para salir? Aunque es algo tarde para apenarme por mi cuerpo expuesto- ¿Dima? -asomé la cabeza al cuarto- estoy preparando la tina… -me quedé un rato en silencio, con la cabeza asomada y la vista en el suelo- ¿quieres que tomemos un baño juntos? -mi cara está colorada, mi pecho se siente pesado pero quisiera una respuesta positiva de su parte.

No puedo explicar como me siento al mirarlo ahora, me siento avergonzado por durar tan poco, pero verlo mientras se sigue tocando ¡acaba de lamer su mano! él es tan… lascivo. Pero no tarda demasiado tiempo en terminar también. No he podido alejar mis ojos de él ni por un segundo, me siento acalorado de solo observarlo.
No sé que decir, y el solo se levanta para ir al baño, me desplomo sobre el colchón, aun sigo agitado. Limpie mi mano en mi pantalón, no puedo borrar de mi mente su imagen, solo recordarlo lamiendo su mano, sintiendo mi sabor… ¿como puede lucir tan atractivo haciendo algo como eso?
-¿qué?- giro mi cabeza para mirar a la puerta del baño -Ok- estoy pensando seriamente en mandar a pedir un poco de alcohol, seguro que todo esto sería mucho más facil.

Me tomo un rato para calmarme, bañarnos juntos no tiene que ser la gran cosa, me he bañado con hombres, sin problema alguno. Claro que no estaba enamorado de ninguno de ellos.
-mi persona favorita- muerdo mi labio un poco nervioso de solo pensar en la manera en que a veces me refiero a él en mis pensamientos.
Me levanto de la cama para ir al baño. Soy una persona muy segura de su cuerpo, nunca tengo problema con mostrar mi desnudes, pero mis seguridades parecen esfumarse cuando se trata de Andy. Me quito la ropa que me queda y me meto a la tina y evito mirarlo a él.
-Yo suelo durar más, hoy… es que tiene mucho que no estoy con nadie, seguro fue por eso- me justifico hundiéndome poco a poco en la tina.

Cuando aceptó me metí rápido al baño. Me quité la ropa interior que era lo único que quedaba, y al escuchar la puerta rápido fui a la tina antes que me viera completamente desnudo. Al menos la tina es amplia, aunque todavía me siento avergonzado. Pero mi felicidad se nota demasiado en mi cara, soy tan simple.
-Ah -¿hace cuánto no estará con alguien? ¿Quién fue la última? No, no quiero saber eso, de solo imaginar me da rabia. Pero también quisiera. No no no, eso no es bueno para mi cabeza. Ahora aprovecharé mi felicidad sin preocuparme por los demás- yo tampoco duré mucho -me reí de mí mismo- pero me gustó -piqué las burbujas con la punta de mis dedos y comencé a jugar con el jabón. Mi rostro está colorado. Suelo ser más descarado, y creo que al final lo conseguí, y por eso me siento apenado. Tal vez no le guste esa parte mía- fue algo nuevo para mí. Fue… -no tengo palabras para explicarlo. ¿Mágico? Creo que eso suena muy trillado y poco creíble, pero en verdad lo fue. Tan imperfecto, incompleto e intenso. Todavía siento sus manos tocando mi cuerpo, y ese cosquilleo en el pecho.

Me moví para quedar junto de él y recargué mi cabeza en su hombro.
-¿Puedo…? -aunque ya lo he hecho, y sonreí. Soy un poco caprichoso, pero él siempre termina cediendo. Me gusta porque me siento muy querido, como si estuviera completo.
Cerré los ojos y metí mi mano dentro del agua para buscar la suya. Esto es la cosa más romántica que he hecho en toda mi vida, y ni siquiera lo planeamos. Una parte de mí se siente culpable, pero mi lado egoísta me hace ignorarlo hasta de nuevo concentrarme solo en nuestras manos tomándose- me encantas, Dmtry -mantuve mis ojos cerrados. Puede que mi boca suelte lo que quiera, pero si lo miro a los ojos moriré de vergüenza. Al menos puedo ser más honesto. Cada día la confianza entre nosotros va creciendo, y eso me gusta.