haircut [Kim Ha Neul]

Hoy no tengo citas en el estudio, he decidido tomar este día para descansar, porque llevo un rato trabajando todos los días y necesito un descanso. Me gustaría dormir todo el día, pero el sonido insistente de mi celular no me lo permite. Al mirarlo veo que es de un número desconocido, aun así contesto. Es la voz de una chica, parece ser una cliente que tuve ayer, vino con unas amigas suyas a tatuarse. No comprendo bien como ha conseguido mi número, pero inicia preguntando cosas sobre el cuidado para su tatuaje, pero al final me agradece y sugiere que un día podríamos salir. Le he contestado repitiendo las indicaciones de siempre para que cuide su tatuaje y no rechazo su oferta de salir. Es guapa, pero no me interesa salir con una chica que a conseguido mi número de esta manera, salir con ella debe ser como atarse una soga al cuello uno mismo.

Salgo de  mi habitación, hay mucho silencio en la casa, y me asomo a la habitación de mi hermano, pero no está. Supongo que debe tener algo de trabajo. Voy al refrigerador y veo un paquete de comida china.
-podría comer esto- tomo la cajita y al abrirla para oler si aun sirve me doy cuenta que no es así. Con un gesto de asco la tiro a la basura -mmm no hay nada, creo que tendré que pedir algo - me digo soltando un gran bostezo. Mientras camino pensando en lo que podría pedir para comer algo. Ya es un poco tarde, he dormido toda la mañana, y lo seguiría haciendo si no me hubieran despertado.
Escucho el timbre sonar, mientras camino a la puerta voy recogiendo mi cabello y abro cuando estoy listo.
-¿si?- pregunto a la persona que veo al abrir la puerta.

Ziba:

Trabajo casi a tiempo completo en la estética de mi hermana, pero también y por el método que manejamos, puedo hacerme un tiempo para solicitar en sitios un poco más grandes. Estoy muy feliz con ella y las otras dos chicas de allí, y el negocio va creciendo considerablemente. Pero también quiero abrirme paso yo sola, y me atreví a meter solicitud en agencias de modelaje. Me falta todavía demasiado para ser contratada formalmente, pero en una de ellas terminé como asistente de una de las mejores estilistas del país. Sí, yo y otras tres chicas. Estamos a prueba todavía, pero no importa si al final no me quedo, estoy aprendiendo muchisimo, conociendo gente y haciendo mis propios contactos.
Uno de ellos es una modelo agradable, aunque un poco caprichosa. Fue un shock cuando me di cuenta que era él y no ella, pero no soy de la que le gustan los chismes ni me interesa bajarlo de su pedestal, yo solo estoy interesada en adquirir experiencia. Además es un chico muy amable, incluso hemos salido un par de veces a comprar algunas cosas que él necesitaba. Pero él también me ayuda a mejorar en esto, y hoy de nuevo hemos quedado para practicar uno de los peinados que necesitará para una sesión fotográfica. Lo malo es que de paso he tenido que recoger un par de sus cosas de una tintorería, pero como me quedaba de paso le dije que sí.

Toqué el timbre y bajé una de las bolsas al piso. Vengo un poco llena.
-Buenas tardes...-miré de nuevo el papel y me di cuenta que era la dirección correcta- estoy buscando a Aine, ¿se encuentra en casa? -este debe ser su hermano. Es difícil encontrar dos personas con un físico similar.
Siempre practicamos en el salón antes del mediodía, porque tengo todo lo que deseé a la mano y obtengo mejor resultado. Pero hoy él me citó más tarde y el esposo de mi hermana estaba allí, era algo incómodo y por eso quedamos aquí. Entré a la casa y dejé las dos bolsas sobre el sofá.
-Son sus cosas -le dije al chico. Dice que no está, pero estoy segura que quedamos a esta hora-teníamos una cita... -saqué mi teléfono para corroborar y en efecto. Mejor lo llamo, tal vez estoy interrumpiendo, aunque es culpa de Anie, dijo que estaríamos solos pero ni siquiera está aquí.

ropa:

Veo a la chica que está ahí parada y saluda mientras ve un papel.
-Buenas tardes- contesto mientras ella termina de revisar lo que sea que necesite. La verdad es guapa, así que no me molesta poder observarla un rato más -ah, pues no, creo que no está. Pero si quieres pasa- no creo que esta chica pueda ser una asaltante o algo por el estilo. Me hago a un lado para que pase -¡te buscan!- grito a ver si Salem está, tal vez estaba en el baño y no lo vi por eso, pero no obtengo respuesta alguna -[color=#no, no está-[/color] me giro para mirar de nuevo a la chica.

Ella trae bastantes cosas, y asiento cuando dice que son sus cosas, no me sorprende. Yo me siento en el sofá frente a la televisión y tomo de la mesita unos panfletos de restaurantes cercanos para que puedo ordenar.
-No me dijo si hoy tenía que trabajar así que no sé donde está, pero llámale - mi atención se centra en los papeles en mi mano y me decido por la comida china, creo que me he quedado con el antojo -Voy a ordenar comida china, ¿gustas algo mientras esperas?- le pregunto, ni siquiera hemos intercambiado nombres ni nada por el estilo, pero si va a esperar a Salem, al menos que tenga algo para distraerse. Me levanto para ir a mi habitación por mi celular y comienzo a marcar el número y a hacer el pedido, es obvio que tengo hambre, pero también pienso en guardar un poco para Salem y tal vez hasta cenar más al rato e lo que sobre.
Regreso al sofá, y tomo el control de la consola.
-¿eres su amiga?- ¿podría ser una de esas chicas que le gustan? es muy guapa, y creo que es la clase de chicas que le gustan a mi hermano, si esa no fuera una posibilidad creo que hasta coquetearía con ella, pero prefiero evitarme esos problemas tan básicos con la única persona que me importa.

Ese maldito, ¿qué está haciendo ahora? Le confirmé tres veces la fecha y hora, ¿dónde se metió? Al menos su hermano es amable y me dejó pasar.
-Entiendo… Sí, eso haré, gracias -primero intenté con un mensaje para ver si lo localizaba, pero no. Y tengo entendido que hoy tenía libre en su agenda, aunque tal vez el manager lo llamó de repente, pero me hubiera avisado- no, muchas gracias -su hermano es más interesante en persona que en fotos, además es muy amable, o más bien muy relajado.
El timbre de llamada sonó cinco veces y colgué, e intenté de nuevo hasta tener éxito.
-¿Aine? -su saludo amable y despreocupado me dio a entender que lo olvidó- estoy en tu casa, esperando
-¿Cómo? ¿Porqué?... Ay no, dios…. lo olvidé, ¡discúlpame!

Solté un suspiro, no sé pero lo imaginé desde que no fue él quien abrió la puerta.
-Pero espera ahí, ¿de acuerdo? Lllegaré… voy en un rato, ¿sí? -ni siquiera me dejó hablar de tanta excusa que me dio, y al fondo escuché la voz de otra chica, debe ser esa que le gusta, o la otra. He descubierto que es bastante amigable con las mujeres de un modo sospechoso, aunque conmigo nunca tuvo ese interés- entiendo, entonces esperaré -otra en mi lugar lo mandaría al diablo. Vine cargando todo el camino y encima me mandó por sus cosas, casi parezco una asistente, y el en verdad se comporta como las modelos promedio a veces. pero también está haciéndome un favor, y conozco mi lugar. Como sea, si dice que viene, lo hará, ahora ver qué hago en ese tiempo.

Me senté en el sofá individual y guardé mi teléfono.
-Sí. Trabajamos juntos y me está ayudando con algo. Tú debes ser su hermano, ¿cierto? -cuando Aine me mostró la foto a mí y a otra chica, me pareció interesante. Pero se veía tan irreal, como esos idols que admiras porque son demasiado atractivos e intrigantes pero sabes que están lejos de tu alcance. Sin embargo él es muy accesible, parece más sociable de lo que imaginaba- Aine olvidó que teníamos un compromiso, me dijo que lo esperara aquí, ¿no hay problema? Aunque creo que tardará, estaba con una chica -a él como que no le importa mucho lo que los demás piensen, pero no sé si su hermano está cómodo con eso. Bien podría ir a dar una vuelta, dejar aquí mis cosas y luego volver, pero sino le molesta mi presencia, entonces bien.

Miro la pantalla esperando que mi partida de Batlefiel inicie, pero me toca esperar, asíq ue escucho como llama a mi hermano. No pude ser de las chicas que le gustan ¿o si? si así fuera dudo que olvidaría que tenía un compromiso con ella.
Mientras sigo esperando tomo mi celular para mandar un mensaje a mi hermano. “¿Es de tus chicas?” eso es todo lo que dice el mensaje, a la única que conozco es a Kajsa, pero no se como es la otra que lo ha hecho hasta ponerse triste, pero si fuera ella, definitivamente estaría aquí, aunque puede ser que sea una chica nueva. Realmente no entiendo como mi hermano tiene tanta suerte con las mujeres, y no es que lo juzgue por como viste a mi me da igual mientras el se sienta cómodo, pero pensaba que las mujeres lo verían como algo un poco extraño. Aunque tampoco es que el vaya contando la verdad a todas las mujeres.

-Si, el hermano. ¿También eres modelo?- es bastante guapa, tiene sentido que lo sea. Mi partida por fin comienza y me pongo a jugar, pero he perdido practica por todo el tiempo que llevo sin jugar. Ella habla y me doy cuenta que se refirió a Salem como él y no como ella. He muerto de nuevo y en lugar de presionar el botón para reaparecer en el mapa me giro y miro a la chica -¿tú lo sabes?- pregunto un poco sorprendido. Mi celular suena y lo miro, está el nombre de Salem y al abrir el mensaje no me dice nada mas que "es mi empleada", eso no me dice mucho, pero segundos después aparece un texto nuevo "Por que, ¿te interesa?", solo escribo un "tal vez" y dejo mi celular a un lado. Ahora se que no es de sus intereses, porque no me preguntaría si me interesa, solo me diría que no me atreva a hacer nada.
-¿quieres algo de tomar?- creo que mejor debería solo seguir jugando, puede que no sea de las chicas que le interesan a Salem, pero trabajan juntos, seguro se volvería un inconveniente.

El timbre suena, debe ser la comida, pero no tengo el dinero a la mano.
-¿puedes abrir? tengo que ir por el dinero- camino a mi habitación para tomar mi billetera y regreso. Noto como el chico repartidor la mira, pero su sonrisa se borra en cuanto me ve. Yo solo pago cierro la puerta.
-Oye, ¿y como te llamas?- busco un plato para servirme un poco de comida.

Es diferente verlo a él sin camisa que a mi cuñado. Al principio era tan, pero taan incómodo ver a ese hombre con el torso descubierto. No es porque me avergonzara, es porque era demasiado raro para mí. Con el tiempo me fui acostumbrado, aunque no es algo que me agrade, pero es gracias a eso que con el hermano de Aine puedo mantenerme calmada. Aunque está en buena forma, eso no lo voy a negar.
-No, para nada -además creo que ninguna modelo accedería a cargarle sus cosas a otra- estoy asistiendo a la maquillista de Aine, pero no soy la única, y tampoco es permanente por el momento Por eso él me está ayudando a practicar, y de paso la dejo lista por si quiere tener una cita -es algo que nos beneficia a ambos, pero a mí más que a él- ¿sobre que es un chico? Bueno, veo su piel virgen, y aunque tiene un cutis casi perfecto y un cabello precioso, hay cosas que el maquillaje se encarga de disimular -él es un chico afeminado, cuida mucho su alimentación y regula su peso. Siendo extranjero, la altura no es tanto problema, y tiene la fortuna de que sus rasgos sean muy finos. Pero el maquillaje y la ropa le ayudan más. Así no parece una drag o algo por el estilo, sino una chica con rasgos andróginos.

Acepte la bebida, hace calor hoy y además él está siendo muy agradable. Obviamente no me interesa de ese modo, por eso intento no mirar mucho su cuerpo, ¿no puede ponerse una camisa?
-Claro -me levanté y dejé mi bolsa a un lado. Recibí la comida y le sonreí al chico como respuesta a su amabilidad al atenderme, pero me quedé allí esperando que el hermano de Aine pagara. Entré y dejé la comida en la mesa- Hana está bien -ya que estamos teniendo una conversación, se me hizo grosero regresar a la sala y me quedé de pie cerca del comedor- tu eres Ziba -su nombre se me hizo lindo cuando su hermano lo mencionó- Aine nos habló mucho de ti, además tu nombre es difícil de olvidar -de hecho todo él, pero esa parte prefiero guardarmela. Estoy acostumbrada a ver hombres muy atractivos gracias a ese trabajo, y he aprendido a tragarme mi admiración y actuar calmada. De todas formas prefiero que se ponga una camisa, porque no es lo mismo ver un chico semidesnudo en una sesión de fotos y rodeado de mucha gente, a estar a solas con uno.

-Maquillista, suena bien- en realidad no es que yo entienda mucho eso, no veo porque alguien debería maquillas a Salem, creo que él solo ha aprendido a hacer un buen trabajo. Me preocupa un poco el número de personas que puedan saber su secreto, no quiero que se meta en problemas, es una figura pública y seguro ganaría mucho odio si se llega a descubrir la verdad sobre él, por eso no me gusta mucho que el número de personas que saben su secreto aumente -entiendo- rasco un poco mi frente, ella es guapa pero yo estoy pensando en los problemas en los que se puede meter mi hermano. Es inevitable no hacerlo, somos la única familia que tenemos.

Ella sabe mi nombre, así que no hace falta que yo me presente.
-¿Me presentó como su hermano?- ese tonto siempre juega con eso, como nos suelen ver juntos muchas personas piensan que la modelo “Aine” tiene un novio misterioso, por eso me sorprendo, creo que Salem debería aprender a cerrar la boca con algunas personas. Al menos la fachada del novio misterioso aleja las dudas de las personas -Si, con él lo complicado es que cierre la boca- termino de servir lo que pienso comer y me siento a la barra de la cocina.
Supongo que si, no tiene caso ni intentarlo, podrían salir tantas cosas mal con ella. Hacer que su relación de trabajo con Salem se vuelva incomoda, o que por resentimiento pueda hacer publico el secreto de Salem, además creo que no está interesada, no parece que mi presencia cause algún efecto en ella, pero entiendo que no soy la clase de hombre que suele atraer la atención de muchas chicas.
Mientras como no le digo nada más, no tengo algún otro tema de conversación mas allá de mi hermano, y tal vez ella no desea platicar con alguien tan peculiar como yo.
Luego de terminar de comer, guardo lo que ha quedado y lo meto al refrigerador. Con mi vaso de agua en la mano regreso al sofá para seguir jugando. No me incomodan los silencios, no los suelo considerar molestos, de hecho los prefiero. El sonido más fuerte en la casa es el de mi videojuego. Cuando termina la partida la vuelvo a mirar.
-estas aburrida ¿quieres jugar?- esto es de lo mas que me he esforzado al ser anfitrión de alguien.

-No, fue hasta después que lo supe. Al principio creí que eran amantes -casi todo el mundo lo piensa. Otros más dicen que solo es una fachada para ocultar a su verdadero amante. Pero el manager de Aine es alguien muy serio con su trabajo, y al enterarse que él y yo comenzamos a llevarnos mejor, me hizo firmar un acuerdo de confidencialidad. Fue algo incómodo de hacer, pero comprendo que son medidas que toma con algunas personas del equipo- Aine habla mucho, pero creo que es parte de su encanto. Además de no ser por eso no seríamos cercanos y yo no habría mejorado tanto. Me ayuda mucho a practicar, incluso me da consejos, hay cosas que he aprendido gracias a él… Ah, debe ser raro que diga “´él” y le llame Aine -aunque fue él quien dijo que le llamara así, y de repente se me sale. Pero es porque se trata de su hermano, porque en el trabajo a veces ni tiempo tenemos de platicar, siempre es por mensajes o fuera de este que quedamos para vernos.

El ambiente de repente se apagó. Él se dedicó a comer como si yo no estuviera aquí, y terminé sentada en el sofá de la sala. Pensé que hablaba mucho, pero ahora no lo hace para nada y retomo mi idea de irme a pasear cerca.
Saqué mi celular y comencé a leer una información que estaba investigando anoche. Él está concentrado en su juego, no creo que le importe si me dedico a lo mío. Y así tampoco me quedo mirándolo a cada tanto. Me gustan sus tatuajes, y sus ojos. Tal vez cuando Aine llegue le pida que le diga que me deje verlos de cerca, porque hacerlo directamente sería vergonzoso.
-Bueno -acepté sin pensarlo. Ya había terminado de leer y solo andaba mirando la pantalla de mi teléfono. Me levanté y me senté junto a él- ah, pero no soy buena en los video juegos -de seguro está pensando lo tonta que soy al aceptar sino es algo que sepa, y mi cara se puso un poco roja- sé lo básico -me corregí y miré el control. Desde que terminé con mi novio no hacía esto, aunque tampoco era muy seguido.
Mientras me explica aproveché para ver sus ojos. Se ven impresionantes en persona.
-Ok ok -yo creo que fui discreta al mirarlo, aunque logré captar los detalles del tatuaje de su cuello, espero que el no se haya dado cuenta de eso.

-Oh, entiendo- no sé como es que la gente llega a pensar que nosotros somos pareja, somos demasiado diferentes, simplemente yo creo que no encajo con cualquier chica, tal vez por eso nunca he tenido una relación de verdad.
-En realidad no, estoy acostumbrado a cualquiera de las dos- yo acostumbro a hablarle con normalidad, porque así hemos sido desde que tengo memoria, para mi Salem es mi hermano no importa lo que se ponga, aunque tengo cuidado de no meter la pata cuando estamos en un lugar donde se trata de ser solo “Aine”, pero a solas solo lo trato como mi  hermano.

Me muevo un poco para hacerle más espacio en el sofá.
-bueno, eso es más de lo que muchas personas suelen saber- comienzo a indicarle cuales botones son para determinadas acciones, correr, cubrirse, cambiar de arma. Mientras le explico me doy cuenta que tal vez no me pone tanta atención, así que levanto la mirada, ella parece más interesada en mi que en el control. Y no me refiero a mi como persona, sino creo que como la mayoría mi imagen le resulta peculiar. Porque obviamente no tiene problemas con mi presencia, no le molesta que esté sin camisa, incluso se ha sentado junto a mi sin problemas, para ser asiática parece demasiado abierta, no como la mayoría de las chicas que suelo conocer.
-¿te gustan los tatuajes?- le pregunto entregándole por completo el control para que pueda jugar una partida.

Mi mala suerte aparece por fin, porque no creo que la pregunta se la haya sacado de la nada o simplemente por tener un tema de conversación, pues parece la clase de persona que habla cuando quiere y no por obligación.
-Sí -tomé el control y esperé que pusiera la partida del juego- tienes unos muy interesantes -me quedé mirando la pantalla mientras cargaba. Mi cara está roja. No es que tenga un fetiche o algo parecido, solo me atraen esa clase de hombres. No exáctamente igual, él es la primera persona que conozco que tiene ese estilo único. Parece una estrella de rock o metal y tiene mucho atractivo sexual.

Respiré profundo y la partida comenzó. Centré mi atención en el juego, soy mala en esto, se nota que no he tocado un control en mucho tiempo y además no era una viciada, solo una compañera de rato. Al menos el frustrarme por perder me hace bajar un poco los nervios sobre él. Y comencé con mi peculiar forma de moverme. Me detuve en la primera ronda. Recuerdo que ese imbécil se burlaba de mí por eso y le puse más empeño a la partida.
-¡Ja! En tu cara, imbécil -levanté las manos como reflejo al celebrar mi primera muerte y me giré rápido a él al notar que lo había golpeado con el mando- pe-perdón -puse el control en el sofá y me acerqué a mirar si estaba bien- dios, en verdad discúlpame -me arde la cara de la vergüenza. Pero qué estúpida, mejor me hubiera quedado mirando la pantalla de mi teléfono durante todo el rato- de verdad no fue intencional… -este hombre es muy guapo. Sus rasgos son finos como los de su hermano, pero por el estilo que usa es fácil pasarlos desapercibidos- ah… ¿tienes hielo? Para evitar que se ponga morado -mi cara quema, seguramente hasta las orejas tengo coloradas. No puedo verlo a la cara, ni agachar la vista porque me topo con su torso.

-Gracias- no soy una persona de muchas palabras, cuando estoy en el trabajo suelo ser mas “sociable” pero porque eso ayuda a que las personas se relajen y no sean tan pesados o chillones. Pero creo que al ser amiga de Salem debo esforzarme un poco más -¿tienes alguno?- no estoy del todo seguro, pero creo que se está un poco sonrojada, aunque puede ser por cualquier cosa.

La miro jugar y de vez en cuando le doy algunas indicaciones, es un poco frustrante ver a otra persona jugar, porque pareciera que hace todo lo que yo no haría, pero no digo nada sobre eso, solo le doy consejos para que pueda hacerlo un poco mejor.
Sonrío cuando la veo por fin matar a otro jugador, pero termino cerrando mis ojos, bajando la cara y cubriendo con mi mano el lugar donde ella me ha golpeado. Escucho como se disculpa, y levanto un poco la cara. Estoy seguro que ahora si está sonrojada.
Le indiqué que si con mi cabeza sobre los hielos y con una de mis manos señalé al refrigerador.
-En la parte de abajo- le indico cuando va a la cocina, comienzo a quitar mis manos cuando ella regresa --¿dejará marca? mi piel es a veces demasiado sensible- me acerco un poco a ella para que pueda mirar de cerca el resultado.
Tomo su mano en al que tiene los hielos y la llevo a mi cara.
-Eres muy fuerte- dejo caer mi mano para que ella se encargue de dejar el hielo en mi cara y yo me acomodo en el sofá para hacer mi cabeza hacia atrás. Seguro que por ser un hombre con tatuajes y perforaciones, se esperaría de mi que aguantara el dolor, pero es muy diferente el dolor de un golpe al de una aguja.

-Sí, tengo dos. Aunque son pequeños -el primero lo hice en compañía de una amiga. El diseño es muy simple, pero lindo, aunque se ve gastado por el tiempo. El segundo es un tatuaje de pareja que quiero tapar, pero todavía no estoy lista para eso.

Me levanté rápido a traer el hielo. No puedo creer lo que acabo de hacer, tengo ganas de salir huyendo de la vergüenza que siento. Busqué los hielos y los puse en un plato hondo, saqué también una toalla de la cocina y volví a la sala casi corriendo. No tengo palabras para disculparme aparte de de las que ya le di, pero en serio me siento la persona más idiota del mundo. Envolví los hielos en la toalla con cuidado. Tengo un sobrino pequeño y me acostumbré a cuidar golpes y quemaduras, pero a diferencia de esas veces, ahora soy la que no está tranquila.
-Tienes muy rojo -mi voz suena preocupada- creo que se hará un moretón -pensé que se atendería él solo, pero solo me ha tomado la mano para yo ponerle el hielo sobre la cara y eso provocó que mi pulso se acelerara. Me acomodé más cerca de él después que recargó su cabeza. Separé el hielo de su cara y lo volví a poner, así repetidas veces- de verdad lo lamento -revisé de nuevo la zona para ver si no se había inflamado mucho.
Unas gotas de agua escurrieron hasta su pecho, y quité el hielo de su cara para dejar los restos en el plato. Exprimí la toalla para darle tiempo a que se limpiara. No debo prestarle atención a su pecho desnudo, obviamente ahora hay otras cosas en qué pensar.
-¿Te duele mucho? -a pesar de que me enderecé, no lo miré directamente a los ojos. Creo que sí se le hará una marca- ya sé -me levanté del sofá y busqué entre mis cosas una crema para cicatrices y regresé a su lado- ten -tomé sus manos y le entregué la crema- si te queda alguna marca, con eso se borrará muy rápido -al fin lo vi directamente a los ojos. Y por quedarme un poco embobada ni siquiera lo solté de las manos- aunque tal vez quieras algo para el malestar, ¿debería ir a comprar? -lo solté despacio, pero seguro que noto que lo agarré más tiempo de lo normal. Y también que por eso dejé de mirarlo. Ya estoy comenzando a ser muy paranoica y consciente de él.

-si algún día quieres otro, puedes ir a mi estudio- le ofrezco mis servicios porque preguntar “¿puedo verlos?” creo que sería un poco indiscreto -Estos me los hice yo- levanto un poco mis manos para que veo el dorso de estas.

Llevo mi mano a la zona y presiono un poco y suelto un quejido.
-Si, croe que se pondrá morado- le doy la razón mientras acomodo su mano con los hielos sobre mi cara -si, ya lo dijiste- me río un poco por lo mucho que se disculpa.
Ella se encarga del hielo, pone mucho cuidado para que el frío de estos no termine lastimándome también, aunque ya se me ha entumecido un poco la cara por la temperatura. Unas gotas resbalan, y me causan un escalofrío, siento como mi piel reacciona y se eriza por eso.
Levanto la cabeza cuando quita los hielos y con mi mano medio seco el agua que hay en mi pecho.
-Solo si lo toco- la sigo con la mirada y busca algo entre sus cosas. Cuando regresa toma mis manos, sus manos están un poco frías por estar deteniendo los hielos. Nuestras miradas se cruzan, no me molesta mirar a las personas a los ojos, aunque acá no muchos tienen esa costumbre. Ella me comienza a soltar, pero mis manos vuelve a buscar las suyas -Tus manos están frías- las tallo un poco para que comiencen a sentirse mas cálidas -mi hermano debe tener alguna pastilla para el dolor, así que no hace falta comprar nada- cuando siento nuestras manos a la misma temperatura detengo mis movimientos pero no la suelto -¿te incomodo? se que a veces no soy una persona fácil de mirar- no me importa mucho la manera en que las personas me miran, pero tampoco quiero ser molesto para la amiga de Salem, lo poco que la he tratado parece una buena persona.

Asentí un poco emocionada y luego eché un vistazo a sus manos. Es alguien muy bueno entonces, tiene una técnica muy detallada y limpia.
-De hecho estoy pensando en tapar uno -me quedé mirando sus manos. Las tiene muy cuidadas- Solo necesito hacerme tiempo -el problema es la cuestión emocional. Es complicado despegarme de él todavía, por eso huí, porque sabía que a pesar de que una parte de mí lo odia y entiendo el daño que nos hacíamos, no soy muy fuerte a la hora de negarme. Pero cuando dé ese paso, seguro recurriré a Ziba.

No sabría deducir si está o no molesto. No fue con mala intención pero vuelve a recalcar que le quedará marca. Creo que cuida mucho su piel, ¿tal vez tanto como Aine? Si hubiera sido él seguramente me mataría, al menos Ziba es amable al hablarme.

Mi cara se puso roja de nuevo y miré nuestras manos. Soy yo o… creo que no me está soltando.
-Sí, es por el hielo -no quiero que se dé cuenta que estoy nerviosa, aunque puedo usar de excusa la vergüenza por el percance. Pero comenzó a mover sus manos para que entraran en calor, y eso me dejó atontada. Es un gesto que supera la amabilidad, y me molesta pensar en algo casi romántico. Por eso quería mantener mi distancia, porque ahora mis latidos ya no dejan de aumentar su ritmo y mi cara se quedó con ese sonrojo- de acuerdo. Si quieres que la traiga para ti solo dime dónde las guarda -no puse mucha énfasis en lo de las pastillas porque me tiene nerviosa. Y aunque dejó de mover sus manos, todavía no me suelta, y es lo único que pasa por mi cabeza una y otra vez, y todo se vuelve agradable- ¿qué? No -levanté la vista, pero la desvié rápido cuando nuestrasmiradas se cruzaron- no… agh -hice una mueca avergonzada y junté valor para verlo directo de nuevo- mi cara está roja, ¿verdad? -le sonreí nerviosa- es que, no es que me incomodes porque eres desagradable, es más bien todo lo contrario -cuando hablo con la gente no la miro tan directo a menos que sea necesario, solo pareciera, pero siempre es a un lado, su cabello, su piel, abajo, a lo que sea que tenga en las manos. Es como una costumbre, por eso olvido rápido las caras de las personas o me detengo a observarlos cuando no los tengo enfrente- pienso que eres muy atractivo, y cuando miro a alguien pienso que soy discreta, pero creo que no, ¿verdad? -me reí de nuevo. Odio que mi piel sea tan blanca. Al menos los lentes hacen la escena más discreta.

-¿es un mal tatuaje?- se que muchas veces las personas se arrepienten de los tatuajes que se hicieron, porque fueron con un mal tatuador o que eligieron algo solo por querer tener algo en la piel.

Sonrío, claro que es por los hielos, y es por eso que me siento un poco responsable, ella puso micho cuidado cuando dejaba el hielo en mi rostro.
-No te preocupes, tal vez soy de piel sensible, pero tolero bastante bien el dolor- creo que solo ver las modificaciones en mi cuerpo ayuda a explicar que soy bueno soportando el dolor.
Ella dice que no, pero es obvio que mirarme le resulta incómodo, incluso vuelve a desviar la mirada apenas nuestras ojos se cruza. Ella vuelve a mirarme, y mi frente se arruga un poco por lo que dice de su cara -si, un poco- ladee un poco la cabeza al escuchar lo que dice -¿en serio? vaya, no pensé que te resultara atractivo. No, no eres discreta, pero pensaba que era porque te incomodaba- sonrío, a mi ella me ha gustado desde que la vi de pie en la puerta, pero no sigue siendo alguien que trabaja con mi hermano -me siento halagado, tú eres muy linda también- seguro ella debe estar acostumbrada a trabajar con hombres atractivos, después de todo está trabajando con Salem. Miro nuestras manos, no la he soltado, supongo que debería hacerlo. Ahora que me ha aclarado lo que sucede, la veo de forma distinta, no es que sea distante, es que es tímida al parecer -lo siento- acomodo sus manos sobre el cojín de sillón y la suelto poco a poco -no me fijo mucho en el espacio personal cuando no se trata del mío- creo que ella simplemente es demasiado diferente a las chicas con las que suelo estar, tal vez no sea buena idea. ¿Por que sigo pensando en si hacer algo o no? es obvio que la respuesta es no, hay demasiado que puede volver las cosas complicadas, yo no soy el tipo de hombre para una chica dulce como ella, yo soy alguien a quien deberían olvidar a la mañana siguiente y ya.
-¿quieres seguir jugando? parecías muy entusiasmada- le sugiero señalando el control.