haircut [Kim Ha Neul]

Recuerdo del primer mensaje :

Hoy no tengo citas en el estudio, he decidido tomar este día para descansar, porque llevo un rato trabajando todos los días y necesito un descanso. Me gustaría dormir todo el día, pero el sonido insistente de mi celular no me lo permite. Al mirarlo veo que es de un número desconocido, aun así contesto. Es la voz de una chica, parece ser una cliente que tuve ayer, vino con unas amigas suyas a tatuarse. No comprendo bien como ha conseguido mi número, pero inicia preguntando cosas sobre el cuidado para su tatuaje, pero al final me agradece y sugiere que un día podríamos salir. Le he contestado repitiendo las indicaciones de siempre para que cuide su tatuaje y no rechazo su oferta de salir. Es guapa, pero no me interesa salir con una chica que a conseguido mi número de esta manera, salir con ella debe ser como atarse una soga al cuello uno mismo.

Salgo de  mi habitación, hay mucho silencio en la casa, y me asomo a la habitación de mi hermano, pero no está. Supongo que debe tener algo de trabajo. Voy al refrigerador y veo un paquete de comida china.
-podría comer esto- tomo la cajita y al abrirla para oler si aun sirve me doy cuenta que no es así. Con un gesto de asco la tiro a la basura -mmm no hay nada, creo que tendré que pedir algo - me digo soltando un gran bostezo. Mientras camino pensando en lo que podría pedir para comer algo. Ya es un poco tarde, he dormido toda la mañana, y lo seguiría haciendo si no me hubieran despertado.
Escucho el timbre sonar, mientras camino a la puerta voy recogiendo mi cabello y abro cuando estoy listo.
-¿si?- pregunto a la persona que veo al abrir la puerta.

Ziba:

-Sí, algo así -no entraré en detalle ahora, y debo buscarme una excusa para ese día. Aunque él debe haber visto de todo, no le dará importancia a mis problemas amorosos y las tontas consecuencias.

Que diga “no te preocupes” generalmente no ayuda en nada, pero me ha tranquilizado porque al menos sé que no me odia. Ya le di esa crema, pero tal vez compensarlo de otro modo no sería malo. Puede que después le mande algo con Aine, también por ser muy amable conmigo.
-Jaja, ¿en serio? Perdón por mi indiscreción -me reí nerviosa y pasé mi cabello tras mi oreja. Es muy seguro de sí mismo, ¿no? Casi que me molesta. A quién engaño, eso también me parece lindo. Y lo empeora si me halaga. No es que me considere fea, hago todo lo posible por verme guapa pero si me lo dice directo, a solas, no creo que mi cabeza lo tome como algo por cortesía- gracias -mi voz se hizo bajita. Estoy emocionada y enojada conmigo misma, pero más emocionada. Soy tan simplona, adiós a mi imagen de chica seria y directa.
Lo mire confundida cuando me soltó y se disculpó. Este chico es encantador. Mi corazón palpita rápido, pero trate de concentrarme para decir las palabras correctas sin sonar tan obviamente feliz por su forma de hablarme.
-No te preocupes. Te agradezco por hacerme compañía mientras tu hermano no está -miré el cojín. Creo que no es tan malo coquetear un poco, ¿o sí...? Definitivamente no puedo, porque al final la que terminará suspirando soy yo, probablemente él trata así a todas- ¿qué? no, no, ¿acaso quieres otro golpe? -dije entre risas- además no soy nada buena, debe ser aburrido ver a alguien malo jugar -intenté mirarlo a los ojos. Me gusta su estilo, es como tener una celebridad cerca- tus ojos… ¿no dolió? -regresé la vista al frente, al menos debo evitar mirar al suelo- tu y Aine son muy diferentes. Pero tu nariz, la forma de tu cara… en eso son parecidos. Me pregunto cómo se verían con el estilo del otro… -imaginarlo es complicado, porque lo único que me viene a la cabeza son ellos mismos. Como si fueran gemelos- ¿de qué color eran tus ojos? -jaja, se suponía que no quería saber más de él pero acá estoy, indagando para luego estar como idiota pensando en lo bello que es.

-Descuida, no me molesta, solo pensaba que eras tú quien se sentía incomoda- hace mucho que me acostumbre a las miradas de otras personas, si me afectara que las me miren, entonces no podría haberme hecho mis tatuajes ni nada de lo que me gusta, pero realmente la mirada de otros me es indiferente, estoy muy acostumbrado a ello.
-no es nada, de hecho haces mi tarde más interesante.

Me río por su broma, se ve linda cuando se ríe.
-si es un golpe tuyo, supongo que está bien, luego de eso gano unos cuantos mimos tuyos- bromeo con una sonrisa mientras muevo un poco mi flequillo para dejar que mis dos ojos la puedan mirar sin obstáculos -no es aburrido- le aclaro.
-No tanto como parece- acerco mi mano a mi rostro y toco un poco mi párpado.
Sonrío un poco por su comentario, se que a pesar de ser gemelos, Salem y yo no nos parecemos en nada, o al menos eso parece al comienzo, porque ella tiene razón, si quitamos todo el negro de mi, y todo el rosa de él, nos parecemos mucho más de lo que se esperaría.
-El rosa no me favorece mucho, pero es verdad que mis rasgos también me ayudarían a parecer más femenino, supongo que lo soy un poco más cuando me suelto el cabello- juego un poco con mi flequillo entre mis dedos.
-Igual, rojos, solo cambie el color blanco de mi esclerótica por el negro- me acerco un poco más a ella para que pueda ver el color de mi iris sin problema.

´Mi cara de nuevo enrojeció, y sonreí nerviosa sin ocultar mi emoción. Este hombre no ayuda a que me sea indiferente, porque ha comenzado a coquetearme y yo no puedo rechazarlo o portarme fría. De hecho creo que he dado pie a que lo haga, con mis reacciones de niña y la obvia atracción que siento.
-Entonces… ¿por qué no jugar algo de dos personas? -al menos así dejará de mirarme. Seré un fracaso pero mi concentración iría directo a la pantalla- prometo no golpearte tan fuerte -mordí mi labio, empiezo a disfrutarlo, ya para qué me niego si de todas formas le estoy siguiendo el juego.

-Oh dios -creo que me veo emocionada. He visto algunas personas modificar su cuerpo de muchas formas. La lengua, la cara, los ojos. Siempre me llamaron la atención, pero generalmente los miraba por internet o televisión, en persona no se da mucho por aquí- yo creo que te verías guapo con el rosa -he agarrado un poco más de confianza- pero definitivamente este estilo te sienta mejor -me gustaría ver una foto de él de antes, por simple curiosidad. Me gustan los cambios de imagen radicales, también quisiera ver a Aine vestido de hombre, pero no me interesa tanto como su hermano. Tal vez porque Aine es del tipo bonito, y cuando estoy con él es más como estar con una amiga que con un chico.
Me acerqué a mirar sus ojos. Imaginar la sensación de la aguja atravesando me ha dado escalofríos.
-Qué color tan raro -sonreí y luego dejé de ver solo sus ojos para apreciar toda su cara. No puedo evitar pensar en que me gustaría besarlo, qué tonta soy- son bonitos -se supone que bonito no es un adjetivo que le quede a sus ojos, pero de cerca, ese rojo se ve precioso.

Parece que es de esas personas que se sonrojan con facilidad.
-Entones juguemos algo los dos me levanto para tomar otro control. Cuando está listo salgo del juego en el que estaba y comienzo a buscar algo para jugar los dos. Busco entre todos esos juegos indie que y termino seleccionando uno para comprarlo -solo hay que esperar a que descargue. No tengo juegos para jugar con alguien porque, suelo jugar solo- le explico, pero creo que ya imagina que Salem no se queda a jugar mucho en la consola.

Arrugo un poco la nariz cuando dice aquello sobre el rosa, no es que nunca haya usado nada rosa, gracias a Salem tengo algunas playeras, pero es de las prendas que menos uso, pero no es porque sean precisamente rosa. Mis colores son el negro y el gris, otros colores no suelen estar en mi selección.
-que bueno que te gusta- sonrío de medio lado con un poco que coquetería.
Ella se acerca a mirar mis ojos, pero luego suelta esa palabra que no esperaba.
-bueno, eres la primera que los considera bonitos- me río con algo de sorpresa -Creo que los tuyos son bonitos también- estiro mi mano para con mis dedos mover un poco sus lentes como si los acomodara para poder mirar mejor sus ojos. Llevo mi otra mano al otro costado de sus lentes -¿puedo?- le pido permiso para quitárselos porque el reflejo de la mita es un poco molesto. En realidad no espero su aprobación, porque comienzo a quitarlos y los dejo junto al control. Me acerco a ella para mirar sus ojos como ella lo hizo hace un rato, aunque yo llevo mis dedos para mover un poco su cabello, no me obstruye la vista, pero aun así lo he hecho -Son realmente muy bonitos- confirmo lo que ya he dicho, pero al estar cerca de ella he hablado con voz baja. Mi mano que sostenía su cabello a un lado comienza a bajar por el costado de su rostro, tocando con la punta de mis dedos su mejilla. Al estar tan cerca miro sus labios por un momento, mis intensiones son obvias sobre que deseo besarla, me acerco poco a poco, mis dedos ahora han bajado un poco más hasta tomarla del mentón para evitar que desvíe la cabeza. Pero me detengo antes de que nuestros labios se toquen.
-tú también lo quieres ¿cierto?- le pregunto esperando saber si ella va a rechazarme o no.

Es muy complaciente, atento, simpático, guapo. Casi me enoja que tenga muchas cualidades positivas, porque me hace difícil no fijarme más y más en él.
-Oh, de acuerdo -sé que no es mi imaginación, él está coqueteando conmigo y yo obviamente no lo rechazo. Además me he acercado a él, creo que dentro de mí, aunque ya sé que este tipo de comienzos no son buenos, no quiero perder la oportunidad de coquetear con alguien como él. Físicamente me atrae mucho, y es un chico muy agradable. Y mi cabeza ha comenzado a pensar en tonterías, por eso también me olvidé de esa cara fría que pongo a los hombres para no caer de nuevo con un idiota- ¿en verdad? Ah, gracias -solo dije lo primero que me vino a la cabeza cuando vi sus ojos, y mi corazón se aceleró cuando se acercó más. Asentí y desvié la vista, pude tomar un respiro cuando se alejó a dejar mis gafas, pero después incluso se ha acercado más.
El roce de sus dedos me hizo sentir más nerviosa. Conozco esta sensación, hace muchísimo tiempo que no lo experimentaba y se siente demasiado bien.
-Gracias -ese tono de voz me hace desear que haga un movimiento. No estoy segura de lo qué piense, puede que solo le guste jugar con las mujeres, porque creo que se dirige a los demás con mucha facilidad. Pero estar consciente de eso no significa que sea inmune a sus encantos.
Mi corazón se aceleró más al sentir cómo tocaba mi cara, y fue inevitable mirar sus labios al estar tan cerca, incluso comencé a cerrar los ojos pero los abrí de nuevo cuando me hizo esa pregunta.
-S-sí -lo miré a los ojos por un par de segundos luego de responder, pero cuando sentí sus labios cerré mis ojos. Estoy nerviosa, sé que esto solo es lujuria, pero no me importa, de igual forma y con mi corazón latiendo por los nervios, comencé a besarlo a su ritmo.
Mis manos soltaron el cojín que sin querer estaba apretando. No quiero mirarlo, sé que voy a delatarme pero también necesitaba un poco de aire.
Abrí los ojos y lo vi, su mirada es intimidante, tengo la respiración agitada. Definitivamente tiene mucho atractivo sexual.
-Hace calor -agaché la cabeza y sonreí. Ya ni pienso en lo colorada que estoy, me preocupa más el hecho que no planeo negarme si me pide otro.

Ella es bastante dócil, y esto tal vez está resultado demasiado fácil, pero no tengo problema con eso, de hecho las chicas “difíciles”, a veces son muy molestas, siento que tienen un toque de mojigatería insoportable y bastante actuado. Me gusta cuando alguien acepta lo que le gusta y lo que quiere. Y Hana simplemente lo acepta, no se niega, no actúa como si esto estuviera mal.
Acabé con la distancia que ya era de por sí escasa. Sus labios se mueven y extrañamente me siento estremecer. No es que sea un beso extraordinario, no demasiado apasionado o profundo, pero aun así me hace sentir algo diferente, tal vez solo se trata de química, o algo por ese estilo. Me hace sentir como si pudiera escuchar el latir de mi corazón. Esto es una tontería, estoy reaccionando demasiado por un beso.

Me siento un poco perdido cuando nos separamos. No es que nunca haya experimentado un buen beso, he tenido muchos, pero esto fue demasiado ¿intenso? para un beso de esta clase.
No puedo dejar de mirarla, ¿que es lo que ella tiene que causo un efecto como este? mi corazón está algo acelerado.
-Si, algo- contesto, estirando mi mano hasta su cara para buscar que mueva su rostro y poder besarla de nuevo, y una vez más, y otra. Cada beso un poco más apasionado que el anterior. A tientas busco el control que ella estaba usando y lo empujo haciendo que cayera al suelo no estorbe así cuando comienzo a recostarla para quedar encima de ella. Una de mis manos baja hasta su cintura, esa área donde su piel queda al descubierto. Ella me gusta mucho, no se hace cuanto alguien no me gustaba tanto como para hacerme sentir esto, o si alguna vez alguna chica me ha hecho sentir esto. Estoy tan concentrado en Hana, en nosotros, que ni siquiera me percato de lo que sucede alrededor, de que el juego ha terminado de descargarse, o de ese sonido que ahora no identifico.

Planeaba quedarme toda la tarde con Kajsa, últimamente anda muy nerviosa. La cuestión de su compromiso, y luego está lo de “ese” chico que conoció. Cada vez que habla sobre eso me siento terriblemente culpable, y en ocasiones he pensado en dejar de responder los mensajes. Incluso compré otro móvil porque Ziba estaba harto de prestarme el suyo. Pero es demasiado tierna, y de por sí ya era inmune a sus encantos y caprichos, ahora me tiene un poco más hundido.
Cuando recibí la llamada de Hana estaba terminando de almorzar en una cafetería a dos estaciones de casa. Supongo que tendremos que dejar las compras para otro día, ni siquiera vi que en la mañana mi celular sonó por el recordatorio de nuestra cita, estaba muy emocionado por ver a Kajsa.
-Lo siento, olvidé que tenía una cita con mi maquillista -puse una cara triste y luego de terminar de almorzar, pagamos y la acompañé con su chofer. Ella siempre ofrece en llevarme a casa, pero me niego porque no deseo que algún día llegue de sorpresa. En casa no siempre tengo la imagen que ella conoce, y además Ziba y yo tenemos una especie de regla no dicha sobre las mujeres que van. Hoy le he dicho a Hana que podía porque pensé que no habría nadie, pero no es como si ella me interesara de ese modo. Es muy guapa y simpática, pero por ahora ya tengo quién ocupe mis pensamientos, y ella no mostró ningún interés en mí.

Tomé un taxi y le mandé un mensaje a Hana de que iba en camino. Ziba tampoco ha respondido mi mensaje.
-Gracias -bajé del auto y subí hasta nuestro apartamento. Esta vez sí traje llaves, Ziba se la pasa regañándome cuando las olvido- llegué -hablé bajito porque seguro él me regañará por hacer un compromiso y no estar en casa. Pero ni siquiera cerré la puerta porque me quedé inmóvil al ver la escena en la sala de mi casa. Cerré la puerta de golpe para llamar su atención, porque parece que no se enteran que ya estoy aquí- dije que llegué -comenté un poco molesto- ¿qué están haciendo tan temprano? -chasqueé la lengua y deje mi bolso donde siempre, y caminé a la sala y me crucé de brazos de pie frente a ellos- y yo peocupado que te había dejado esperando- le dije a ella. Solté un suspiro y me senté en el sofá- pensé que hoy no estarías en casa -hablé ahora más relajado. No me molesta que ellos se involucren, sé la clase de relaciones que lleva Ziba y ella es una buena chica. Pero es raro que lo haga en casa, en realidad es la primera vez- mmm -me le quedé mirando ahora a Ziba- no pensé que fueras a hacer algo, ¿qué iba a pasar si no llegaba temprano? -usé un tono de voz dramático, y con una sonrisa me levanté por un vaso de agua.

Sus besos se volvieron más intensos, y la vergüenza que sentía al principio, se convirtió en deseo. La intensidad con que nos besamos va aumentando, y con ello el calor de mi cuerpo. Incluso llevé mi mano hasta su pecho, y no me molestó el ruido que hizo el control cayendo al suelo, porque estaba más atenta y un poco perdida en su mirada. Desde que terminé con mi exnovio no besaba a nadie, ni siquiera mostré interés superficial por un chico.
De nuevo nos besamos, y sentí un espasmo cuando tocó mi piel. Sentí la taquicardia y esa embriagadora emoción por lo que venía a continuación. Es demasiado tarde para retractarme, o más bien no quiero hacerlo.Aunque se quede en algo de una sola vez, estoy demasiado absorta en sus besos y tocando su piel.
El ruido sordo de la puerta me hizo abrir los ojos y reaccionar. Ziba está sobre mí y por eso reconocí antes la voz de Aine que verle la cara.
Me senté en el sofá, bajé mi blusa lo poco que se había levantado y comencé a peinar mi cabello. Me siento super avergonzada, no tengo valor de mirarlo, además parece molesto.
-Perdón -ni sé porque me disculpo, es su culpa por no estar en casa cuando acordamos.Aunque me alegra que pasara pero… no debería molestarse. Pero de todos modos me encontró en una situación acalorada con su hermano, no sé ni qué decir, y también me da vergüenza mirar a Ziba.
Levanté la vista cuando habló antes de alejarse a la cocina, y lo seguí con la mirada. ¿Por qué lo hace sonar tan mal? Aunque ya me había predispuesto a algo de una vez, pero de todos modos,¿estará acostumbrado a ver a Ziba en esta clase de situaciones? Espero que no.

Tomé mis lentes y me los coloqué nuevamente, y limpié mi boca que tenía rastros de saliva. Mi corazón sigue latiendo rápido, y busqué a Ziba con la mirada. Me siento decepcionada por haber sido interrumpidos, aunque una parte de mí se alivia que no llegáramos lejos, pero solo una muy pequeña parte.

Ella corresponde, no parece ni dudarlo en algún momento, su mano en mi pecho me hace sonreír. No pensaba que una chica como ella podría gustarme. Suelo evitar a las chicas que parecen tímidas.
Solo es cuando ella se detiene que yo también lo hago y me doy cuenta que no estamos solos. Suelto un pequeño suspiro.

Me separo de ella, girando al cabeza para mirar a mi hermano mientras limpio mi boca con mi pulgar.
-nos besábamos- le contesto un poco apático, y lo miro ponerse con lo s brazos cruzados frene a nosotros, ¿acaso está en plan de madre que regaña? -si, pues yo pensé que tú estarías en casa, así que me tomé el día libre. Sorpresa, pasemos el día juntos hermanito- explico acomodando mi espalda en el respaldo del sofá y me cruzo de brazos para mirarlo -¿pues tu que crees que hubiera pasado?- lo miro con un gesto de que es obvia la respuesta -ya vuelvo- le digo a Hana y me levanto para ir tras de mi hermano a la cocina.
-Tú la hiciste venir, no yo, ¿que esperabas de mi? ella es hermosa, y dijiste que es solo tu empleada- claro ahora solo estoy ignorando todas esas cosas que me dije eran un inconveniente, pero él no tiene que saber que pensé en todo eso, porque de ser así tendrá mas cosas para echarme en cara.
-haces sentir esto como si fuera algo muy malo- desvío la mirada a la sala y veo a Hana, se veía tan avergonzada, y sonrío un poco por ello. Es muy linda cuando pone esos gestos -¿quieres que me vaya para que los deje trabajar?- pregunto muy serio al respecto, porque ella podrá gustarme, pero tampoco quiero ser la clase de chico molesto que la está rondando.

Hace mucho que no pasamos un día entero juntos, me siento culpable por lo que dice, pero si no fuera por Hana no me habría enterado que estaba en casa.
Parece que se molestó porque lo interrumpí. Si me hubieran dicho que tardara otro poco, con gusto lo hubiera hecho, porque yo tampoco quería regresar tan temprano.
-Al menos los encontré vestidos… casi.

Cuando llegué a la cocina serví agua en un vaso y abrí el refrigerador para buscar un par de hielos.
Y por su reclamo alcé una ceja y llevé el agua a mi boca.
-Pues no esperaba esto, definitivamente -dije sincero entre risas. Ziba no es la clase de chico que se preocupa por quedar bien con invitados ajenos, por eso esperaba que la ignorara, o  se pusiera a coquetear con ella pero solo un poco- oye, cálmate -miré a la sala y le sonreí a Hana, creo que escuchó eso de “empleada”, Ziba está actuando raro. Lo jalé del brazo para ir hacia el fregadero y también aprovechar para dejar el vaso allí- era una broma, no tienes por qué molestarte. No me interesa si ella y tú se acuestan o algo -ahora lo miré extrañado. Usualmente él me ignoraria o haría otra broma al respecto, pero se ha alterado un poco- ella es mi compañera de trabajo y nos hemos hecho amigos, pero no me interesa para algo más -aclaré bajando el tono de voz- ¿qué fue eso de ahora? -le cuestioné un poco sentido. Es raro que se comporte así- ¿te gusta? -más que molestarlo, ahora fue una pregunta seria, porque a diferencia de mí que me enamoro fácilmente, Ziba es todo lo contrario.
Se siente raro cuando él se enoja conmigo, yo solo estaba impactado por ver cómo tan fácilmente la sedujo. Vamos, ¿cuánto tiempo tiene que ella me llamó? Y no imaginé que Hana fuera tan fácil.
-Por cierto, está bien si te quedas, y cuando se vaya podemos comer juntos -lo dejé en la cocina para ir donde Hana, después de todo vino a trabajar- deberías preparar tus cosas. En mi habitación tengo una silla especial y un espejo grande -luego la dejé ahí y yo me fui a recoger el desastre que dejé en la mañana.

Las respuestas de Ziba son demasiado honestas, y me hace sentir más apenada con Aine. Pero supongo que ese nivel de confianza se tienen, y ahora creo que Ziba también se ha molestado. ¿O es que se llevan así? Porque Ziba me habló amable antes de irse atrás de su hermano. Mordí mi labio nerviosa sin saber qué hacer. ¿Debería irme? Tengo ganas de huír, pero ni valor tengo de levantarme.
Me quedé quieta escuchando lo que hablaban. Funcí el ceño por ese comentario, ya sé que él es un poco aprovechado conmigo, aunque es mi culpa por siempre decirle que sí, pero que Ziba me llame hermosa ha hecho que olvide la otra parte del comentario.

Tardaron un poco hablando, yo todavía estoy ordenando mis pensamientos y tratando de no darle mucha importancia o querer saber sobre lo que sigue, porque nada, no sigue nada luego de esto. Solo fue un coqueteo subido de tono, pero así como se dio, así se desvanecerá.
-Claro -me levanté y fui hacia mi maleta. Creo que estaremos en su cuarto, lo cuál me hace sentir un poco decepcionada porque quería ver a su hermano otro rato- amm -no supe qué decirle a Ziba cuando lo miré, me puse nerviosa de solo verlo directamente, y fui a dejar mis cosas a la habitación de Aine, pero salí rápido con la excusa de ir por su ropa, además ella parece ocupada recogiendo.
Estoy nerviosa, me gustaría al menos pedirle su número pero no quiero sentirme humillada, o que piense que soy muy intensa. Ya sabía que iba a sentirme así, pero no me arrepiento, besa de una forma maravillosa, y me hizo sentir cosquillas en el estómago como hace mucho no pasaba.

Solo hasta que él me dice que me calme me doy cuenta de mi actitud. Estoy demasiado a la defensiva, y trato de justificar lo que ha pasado, ¿desde cuando hago ese tipo de cosas? ni cuando vivíamos con nuestros padres tuve actitudes así.
Me dejo llevar por él, y lo escucho, pero sigo mas que nada confundido por mi propia actitud.
-yo… no lo sé que fue- admito confundido pero al menos esa confusión me hace estar más tranquilo, eso que tal vez otro poco influye que él me confirma que no le interesa -am, si, me gusta, ya te dije que es guapa- le confirmo rascando un poco mi cabeza -De hecho me pasó algo muy raro con ella- me acerco un poco a él para bajar un poco mas la voz y que Hana no pueda escuchar -Todo iba normal hasta que la besé, fue muy raro, raro bueno, pero raro. Quiero decir mi pulso se aceleró más de lo normal por un beso sencillo- le cuento como si aquello fuera síntoma como de alguna gripe o algo por él estilo -¿eso es raro no?- levanto la mirada para buscarla.
-¿seguro? hoy como que me siento raro, tal vez vaya a ser un estorbo si me quedo en la casa- tallo un poco mi cara y toco precisamente el lugar donde Hana me pegó y suelto un pequeño quejido.

Veo a Salem ir con ella y yo camino pero me quedo recargado en la pared, como intentando no estorbar. Me siento especialmente atento a las cosas que ella hace. Me mira por un momento, pero no dice nada, solo se fue a la habitación de Aine. Caminé al sofá y levante el control que tiré hace un rato, me recuesto, mirando no muy discretamente en dirección a la habitación de Salem
Ella vuelve a salir y la miro, pero no sé que decirle o que hacer, Salem ya notó que me puse un poco raro, y no quiero seguir actuando así.

Al menos él se ha calmado y no parece realmente molesto, sino más bien conflictuado.
-¿Qué sucedió? -me quedé cerca de Ziba para escuchar lo que sucedió. Tal vez ella es una mujer más descarada de lo que parece y por eso se fijó en ella, porque los gustos de Ziba se inclinan más por chicas fáciles, y Hana se veía como una tranquila- ¿que? -no me parece algo extraño, más bien es raro que él piense que esto es relevante o “raro”- eso es normal… -lo miré confundido- ¿es que no sientes nada cuando besas una chica? ¿Seguro que te gustan las mujeres? -estoy muy serio al respecto, pero entonces me di cuenta que su actitud frívola de siempre se ha ido.
Sonreí y me quedé unos segundos en silencio. No es una broma… ¡no es una broma! Él realmente sintió algo. Bueno, es obvio, eso pasa cuando besas alguien que te gusta, pero que lo describa como algo nuevo es lo que me tiene feliz, pero también confundido.
-Creo que ella te gusta más de lo normal -dije seguro- es lo que yo sentí cuando besé a Sora -llevé las manos a mi pecho. Pero recordarla besando a su novio me hizo sentir triste y suspiré, se supone que me olvidaría de ella- bueno, al menos tienes la suerte que ella sea soltera -hice una mueca y le di una palmadita en la espalda- ya te dije que está bien, pero si quieres irte, puedes hacerlo. Por mi parte no importa, ¿por qué no le preguntas a ella si tienes tanto conflicto?

Cuando fui a la recámara Hana entró no mucho después. ¿Desde cuándo no ordeno esto?
-Me llevará unos minutos… -le dije sonriendo. Creo que debería contratar alguien para limpiar la casa- o si quieres… ¿Hana? Ah… -ella se regresó a la sala, estaba a punto de mandarla a ayudarme.

Cuando salí me topé con su mirada, seguido de un silencio muy incómodo. ¿Debería decirle algo? Ni siquiera puedo verlo a los ojos, y mi corazón está latiendo muy rápido, mi cara roja como siempre y la sensación de sus labios… él es demasiado atractivo. Y sigue sin ponerse una camisa, además creo que me mira demasiado, y aunque me pone nerviosa, me hace sentir bien.

Caminé hacia la ropa para entrar a la recamara de Aine y calmar mis nervios, pero volví un par de pasos atrás para quedar tras el sofá.
-No… ¿no se pelearon, cierto? -no quiero verme de nuevo envuelta en un pleito entre hermanos- ¿está todo bien? -su hermano tuvo una reacción rara. Lo he visto serio en el trabajo, pero creo que nunca enojado, siempre se la pasa bromeando o alegre.
Noté mi teléfono en la mesa de centro, y lo usé como excusa. Rodeé el sofá y me agaché para tomar mi celular. Me quedé en cuclillas y miré hacia el suelo- mi teléfono -qué tonta soy, ni siquiera puedo decirle nada inteligente- Aine está ordenando su cuarto, me dijo que tardaría unos minutos -terminé por sentarme en el suelo sobre mis rodillas.
Tal vez él no quiere que esté aquí, o puede pensar que soy muy pesada y por unos besos ya pienso que le gusto. Pero dijo que soy hermosa, y el recuerdo de esa frase me hace sonreír.

Le cuento como han sido las cosas con ella, y me muestro inseguro cuando dice que eso es normal.
-No me refiero a eso. Claro que me excito cuando beso a una mujer. Pero fue un beso bastante normal, no como para agitarme de esa manera- trato de aclarar, porque realmente para mi no resulta normal, es verdad que cuando era más joven, si que me excitaba hasta porque me tocaban, pero pasé esa etapa hace ya un tiempo.
Salem, se ha quedado en silencio y yo lo miro como esperando a que me de una respuesta, ni siquiera sé porque le ando preguntado a él.
-Pero yo no soy así. Es el tipo de cosas que tú sientes, pero no yo- me muerdo el labio atrapando mi pieza entre mis dientes. Frunzo el ceño cuando el me da esa palmada en la espalda. Yo no soy de los que se preocupa por si es soltera o no, ni siquiera me pasó por la cabeza preguntarle, nunca lo hago.
-Porque ella me va a decir que no me tengo que ir- digo demasiado seguro de esa respuesta.

Ella, se ha movido y queda detrás del sofá donde no la puedo ver sin tener que levantarme, así que solo me quedo recostado.
-No- no puedo creer que yo me puse tan a la defensiva con Salem solo por una mujer, parece absurdo, ¿en que estaba pensado? obviamente no pensaba, ¿como podría pelear con Salem por eso? que idiota he sido, al reto que estemos solo debo disculparme con él -si- todo está bien ¿por que no iba a estarlo?
Ella, se mueve, ahora la puedo ver mejor, está mas cerca. De nuevo la miro fijamente, no puedo dejar de hacerlo, que encontrar que es lo que ella puede tener que me ha hecho actuar diferente. Asiento a lo que me cuente sobre mi hermano, me levanto del sofá para sentarme frente a ella, dejando que mis piernas se acomoden a sus costados.
Si, es guapa, tiene un cuerpo bastante deseable, sus labios son un poco delgados, pero a la hora de besarla se sienten bastante bien, su cabello es demasiado rosa para mi gusto y aun así en ella parece bastante más agradable que en otras personas.
Tomo su rostro con ambas manos y busco acercarla a mi y la beso, pero es el beso más inocente que he dado en años, mis labios apenas y se mueven un poco pero mi corazón de nuevo está dando tumbos en mi pecho.
-creo que si no me voy, no podré dejarlos trabajar a gusto le digo cuando nos separamos. Tal vez Salem tiene razón y ella me gusta más de lo normal, pero eso no tiene que significar que me voy a enamorar, solamente debe tratarse de que ella es muy diferente de las mujeres que suelo elegir, eso debe ser lo que me tiene un poco más receptivo a los estímulos. Apoyo mi espalda en el sillón y la jalo a ella para que quede un poco encima de mi, le sonrío coqueto antes de volver a besarla. Salem ya nos vio, así que ¿que más da?