Where is my mind? *Ian*

Recuerdo del primer mensaje :

No puedo dejar de llorar en el taxi, no es un llanto descontrolado con sollozos. Solo no dejan de salir lágrimas de mis ojos.
-Pasó que soy la peor persona del mundo al parecer- comento con una risa herida.
-Quiero tomar mucho- le digo a Ian bajando la mirada. Ni siquiera escucho la dirección que da, ahora eso me importa muy poco, solo quiero estar lejos. Pero al menos esta vez no estoy sola, el abrazo de Ian se siente tan bien.

Me quedo abraza a él, no me importa cuanto tarda el taxi en llegar a donde sea que vamos, solo lo suelto cuando bajamos. Ni siquiera me molesto en ver donde estamos. Me da igual si conozco el lugar o si estoy perdida.
-¿Por que Kajsa? - me siento tan enojada, hasta ahora podía soportar tener que dejar lo que sea porque. Me quedo en silencio de nuevo por un rato y solo dejo que Ian me lleve a donde sea que vamos.
-Hoy le grité- digo riendo un poco mientras limpio mi cara, ya no quiero seguir llorando, justamente por cosas como esta es que no me quería enamorar, que ponía mis ojos en personas que no podían amarme y que no sería nada más que algo casual o algo imposible.

No quiero saber más sobre su chico. Seguro terminaré hablando mal de él y ni siquiera lo conozco, pero es normal desde la posición en la que me encuentro.

-Claro -respondí sarcástico- entiendo. Entonces dormiremos al rato -puede que sí tenga pesadillas, pero no estoy seguro de si me contará sobre ello. Sé que no importa si ahora llora muchísimo o trata de olvidarlo, los acontecimientos están frescos y se irá a la cama pensando en ello. Hoy, mañana, incluso puede que el resto del mes continúe así.

Supongo que es verdad, es como si alguien hablara mal de Adrik, lo primero que pensaría es que no tiene ningún derecho. Pero parcialmente estaría de acuerdo con alguna opinión negativa.
-Aún así no es correcto. Prometo que controlaré mi lengua -tal vez no pueda cumplirlo y si la hacen llorar, de nuevo maldeciré a su familia y luego me estaré disculpando.
Me tensé cuando preguntó. Tengo la opción de no contarle, o darle información a medias, y no me importa lo mucho que ella ha confiado en mí, no soy la clase de persona que gusta de intercambiar información.
-Pues eso -dije dudando- estaba saliendo con alguien y… nos descubrieron. Y al poco tiempo se comprometió -me reí de nuevo. Solo hay dos personas a las que les he contado esto. A Leigh y a mi terapeuta- perdí mi trabajo, incluso me pusieron una orden de restricción y me amenazaron -intenté hacer que sonara como algo casual. No me gusta hablar de mí porque siento el peso de las cosas, prefiero pretender que soy alguien sin pasado, o con uno tan irrelevante que no merece ser mencionado- pero bueno. Te entiendo, creo que por eso me molesté -la abracé un poco más fuerte. Solté una risa para no ponerme ansioso y le di un beso en la cabeza. Ella me hace sentir cómodo, al mismo tiempo que me preocupa los sentimientos que empiezo a desarrollar, y me da miedo. Ella tiene una familia problemática, no quiero pasar por otra experiencia desagradable. Pero a estas alturas me es imposible dejarla sola- por eso creo que lo superarás y serás capaz de enamorarte de alguien más. Además, pff, eres una escuincla aún -mis manos que se encontraban en su cintura comenzaron a hacer leves cosquillas. No quiero desahogarme. El punto de contarle un poco era para que se diera cuenta que somos un poco parecidos, no para arruinar el momento.

-Gracias- digo con voz bajita, no sé si realmente lo hará, Ian tiene un temperamento extraño, a veces puede ser muy amable y otras veces muy rudo, pero la menos ahora sabe como me siento cuando dice algo de mi familia.

-Ah- él no me cuenta demasiado, parece que realmente no quiere ni mencionarlo, así que no insisto, entiendo lo que es querer mantener ciertas cosas solo para uno mismo, yo suelo ser así, excepto claro, que con él he dejado un poco de lado esa actitud esquiva sobre mi vida privada -pero esta bien ¿no? creo que tengo que dar gracias o de otra manera tal vez no estarías en mi vida- tal vez suena un poco egoísta, porque seguramente él sufrió por eso, pero de verdad agradezco que haya aparecido en mi vida -Pensaba que te molestaste porque eres un enojón- comento con tono ligeramente bromista, pero como me siento tan bien entre sus brazos, no pongo demasiado énfasis. Por otra parte disfruto mucho de los mimos que me da como para solo ponerme a bromear y perderme de estar en sus brazos.
-¡No!- exclamo porque mi momento de tranquilidad terminó de golpe, soy una persona con demasiadas cosquillas, así que de inmediato comienzo a retorcerme y a reír y ansiosa comienzo a buscar sus manos para que deje de hacerme cosquillas, pero obviamente él, es mas fuerte que yo, así que tengo que usar el peso de todo mi cuerpo para intentar evitar que siga. Por la risa no puedo pensar bien, solo quiero que se detenga, mis ojos lloran por tanto reír.
-¡basta! ¡basta!- le pido abrazando su brazo para que no se pueda mover, aunque su otro brazo está completamente libre, pero es lo mas que logro hacer.
Estoy agitada por la risa y el esfuerzo, mi cara seguro debe estar toda roja.
-¡lo superaré! pero no me hagas cosquillas- le pido esperando que se detenga.
Poco a poco me hago consciente de la posición en que me he puesto, y siento de nuevo esa sensación, como cuando estuvimos en el parque. Es raro sentir eso justo cuando solo me basta un segundo para recordar a Aaren y volver a sentirme mal, incluso me siento un poco peor de sentir esta clase de cosas. Beso el hombro de Ian, pero y no dejo de abrazar su brazo, ni quiera quiero mirarlo, me siento muy confundida en este momento.

-Estuvo bien en varios sentidos -afirmé con seguridad. Mi relación con él no era sana, pero me ayudó a tocar fondo y dar el paso que dudé por tantos años. También me hizo cambiar de ambiente de trabajo por algo más acorde a lo que yo soy, y conocerla a ella, sí, eso también es algo bueno- eres una boba -me siento un poco relajado, como si hubiera entregado un poquito de mí.
Es difícil para mí hablar sobre las cosas del pasado. Con Sora no siento esa confianza. Ella es maravillosa, libre, madura, probablemente me entendería muy bien y sería de ayuda para mi problema. Pero no me siento cómodo al contarle. Temo que si tiene una reacción negativa, mi ánimo decaerá.

Por su reacción mis cosquillas van aumentando. Sus movimientos bruscos me hacen reír, y seguir actuando contrario a lo que ella pide.
-Oh, claro que lo harás -continué picando su estómago y a los laterales con una de mis manos, pero los movimientos y el peso de su cuerpo van haciendo que las cosquillas cesen. Mi respiración está agitada, y yo estoy sonriendo. No me molesto por cómo hemos terminado, porque con un juego como ese era un poco predecible. Eso o que terminara golpeándome en la cara.
Lo que me sorprendió fue su beso. Ella sigue actuando así, como si esos pequeños gestos fueran nada o inocentes. Pero yo no los siento de ese modo. Para mí, cada uno va aumentando el significado de las sensaciones que tengo cuando estoy con ella.
Hice a un lado su cabello para darle un beso detrás del cuello. Mi pecho se aceleró al contacto de su piel con mis labios.
-¿Ahora serán besos? -con el brazo que la sostenía la empujé hacia atrás para poder besar cerca de su oreja. Entre más cerca, las reacciones de mi cuerpo se hacen más intensas. Y va más allá de un coqueteo sexual. Podría acostarla y acariciarla por doquier, o simplemente llenarle la cabeza de besos y mimos- ¿no tienes hambre? ¿quieres un poco de chocolate? -mi cambio de tema radical me hizo recordar que no estamos en posición de dejarnos llevar por jugueteos. Yo no pretendo ser algún reemplazo, además estoy con Sora.
Le abracé para que se sentara en mis piernas, y le pedí que me pasara el control de la tv para apagarla.

Al menos ya no me hace cosquillas, y no se como separarme de él sin ser tan obvia en que me he puesto nerviosa. Siento como mueve mi cabello y me pongo tensa al sentir sus labios en mi piel, incluso abrazo más fuerte su brazo, siento como todos mis poros se han erizado.
-¿eh?- pregunto aun tensa por el beso que me dio. Siento como me mueve de nuevo y de nuevo me besa pero ahora cerca de mi oreja y siento una corriente eléctrica recorrer toda mi espalda.
Me quedo quiera y no se si es porque espero que vuelva a hacerlo o qué, solo no me muevo, creo que lo único que se puede escuchar de mi es mi respiración alterada.
-Si- contesto de inmediato a lo que dice, me acomodo de nuevo en sus piernas y cuando me pide el control, me estiro para alcanzarlo, y me doy cuenta de que de nuevo he actuado rara, como si me afectara estar cerca de él o me intimidara. Me levanto con él control aun en mis manos, estoy de pie frente a él, y estiro mi mano para que tome el control, mientras lo tomo, me acerco a él, como lo hice en el parque pero esta vez me he inclinado un poco más para darle un beso en el cuello -eres un tramposo- le digo subiendo ahora a su oreja y besando cerca de su oreja -quiero chocolate- digo levantándome de nuevo poniendo distancia entre nosotros.

Sonreí por sus reacciones, de repente se escapan unos inocentes gestos de su cara. La mayor parte del tiempo actúa como si no le importara, por eso cuando se pone nerviosa me siento bien.
La posición en la que nos encontramos es incómoda, pero no de un modo malo, solo peligroso. Por fortuna ella se levanta para darme el control de la Tv y suelto un suspiro discreto.
-Gracia...-sentí un escalofrío cuando sus labios tocaron mi cuello, e hice un movimiento para cubrir la zona con mi hombro, soltando una risa por la sensación placentera- ¡hey! -me reí de nuevo y llevé la mano a mi cuello. Mi pulso está acelerado, pero intenté hacer como si nada y me levanté para ir con ella a la cocina.
Tomé leche del refrigerador y la barra de chocolate que guardaba en la alacena. Puse a calentarla y me senté a esperar.
-¿Quieres que prepare algo de cenar? -yo sigo sin tener hambre, pero puedo prepararle algo rápido. Ni siquiera sé si tuvo tiempo de cenar con todo el lío de la noche- aunque no tengo muchas cosas… o podemos ir por algo al minisuper -me paré junto a ella y piqué su hombro derecho con mi dedo, usándolo como distracción para dejar un beso en su mejilla. Le sonreí y caminé a la estufa para poner el chocolate dentro de la leche caliente- ¿me puedes pasar una taza? Están en la parte de arriba -me siento cada vez más cómodo con esto, pero siendo consciente que nuestro comportamiento no es normal. Desde el inicio fuimos extrañamente cercanos, y de verdad quería mantener las cosas lo más limitadas posibles, pero con ella no es posible- enana, ¿quieres tomar un baño? Puedo preparar el baño mientras terminas eso.

Lo sigo a la cocina y me siento a la mesa, subo las piernas a la silla y las abrazo.
-Ammm, no, con el chocolate está bien- comento, ni siquiera tengo apetito, pero quería romper la tensión que al menos yo sentía, porque me conozco, y se que podría arruinar nuestra amistad con demasiada facilidad -En serio, no hace falta, además no saldría a la calle con este atuendo- le digo con una sonrisa. Cuando toca mi hombro giro mi cabeza para ver que es lo que quiere y me da un beso en la mejilla. Me río por ese gesto que ha tenido, ha sido muy tierno.
-Ah, si- me levanto para ir a donde me ha dicho y me estiro para alcanzar la taza. Camino hasta él y dejo la taza a un lado para que la tome cuando lo necesite.

-Eso suena bien, si me gustaría- seguro podré relajarme al menos un poco. Tomo mi taza de chocolate y me siento en la mesa, ahora lo hago bien, y me quedo esperando a que se enfríe, no tolero demasiado las cosas calientes, así que tengo que esperar un poco. Ian se va a preparar el baño y yo solo recuesto mi cabeza en la mesa mirando la taza.
Recuerdo que desde que estuvimos en el taxi, apagué mi celular, me levanto para buscarlo, entre mi vestido, lo he dejado envuelto entre la ropa. Al sacarlo lo enciendo, las llamadas perdidas de Kajsa aparecen, pero para ser honesta, yo esperaba ver algo de Aaren. No puedo ser una tonta, obviamente el no me va a elegir, él no es esa clase de persona, pero supongo que debo tener algo de romántica en mi,  porque habría sido genial tener un arrebato de esos de película donde solo importamos nosotros. Pero se que la vida sigue siendo igual, no importa lo que vivimos, todo tiene que seguir. Ver tanto mensaje y llamada de Kajsa me hace sentir enojada, creo que necesito un poco más de tiempo para poder dejar esos sentimientos irracionales en contra de ella. Vuelvo a apagar el celular y regreso a tomar mi chocolate.
Antes de tomarle le soplo y poco a poco comienzo a tomarlo, pero aun se siente caliente para mi gusto. Así que me vuelvo a acomodar en la mesa y miro un poco a Ian. Creo que a veces me gustaría no haberme vuelto su amiga y así no tendría que preocuparme por arruinar nuestra amistad, pero sino fuéramos amigos entonces no estaría con él.

-Está bien -no quiero insistir, aunque me preocupa que su apetito decaiga por culpa de sus problemas. No quiero verla enferma por eso, así que solo por hoy dejaré pasar esto.

Lavé los pocos platos que había en el fregadero mientras ella tomaba su chocolate. Ha aceptado el baño, así que inmediatamente terminé, me dirigí al baño para llenar la tina.
Abrí la llave y saqué shampo, jabón y una esponja nueva. Y también una de mis toallas limpias. Me siento raro. Me gusta esta comodidad al estar con ella, pero al mismo tiempo tengo un sentimiento pesado, como si estuviera dando más de mí de lo que me prometí. Incluso con Sora me puse límites, no quería terminar como idiota enamorado para de nuevo caer en un rompimiento doloroso. Y con Karin eso no debe pasar. Yo tengo novia, y ella está enamorada de otro chico. Pero me gusta su compañía y la confianza que hay entre nosotros. Hasta pensé en contarle más de mí, creo que si hubiera insistido lo hubiera dicho.
-Mierda -el agua sobrepasó el nivel y le cerré rápidamente, y me levanté para sacudir mi pantalón mojado- qué idiota -me reí- ¿debería ponerle jabón? No, creo que ella debería decidir. Aunque yo solo tengo uno, rara vez uso la tina. Rocié el shampoo de baño y dejé las cosas listas.
-Puedes entrar -tenía la parte mojada de mi pantalón sosteniéndola- un accidente -le expliqué- si necesitas algo, llámame. Puedo lavarte la espalda si quieres -no, ese comentario no fue bueno. O tal vez sí, somos amigos, que no sienten más que empatía por el otro.

Recogí la taza y la llevé al lavadero. Debo ir a cambiarme, y cuando salga le diré que vayamos a dormir. Si continuamos a este jueguito, no sé lo que podría hacer después.

Lo miro lavar, yo supongo que tengo en mi ciertos detalles de “niña rica”, ese tipo de cosas es algo que nunca he hecho, o limpiar mi habitación. Solo hasta ahora he comenzado a cocinar porque quería sorprender a Aaren, y al final nunca pude preparar nada para él.
Busco terminar mi chocolate cuando el se va a prepara el baño, me siento un poco sola por ya no verlo, pero supongo que es algo así como un efecto secundario de tener el corazón roto y no querer estar sola.
Él aparece de nuevo cuando el baño está listo, lo miro con una sonrisa al ver su pantalón, pero antes de poder siquiera hacer una burla, el ya dice que tuvo un accidente. Camino hacia al baño y luego hace esa oferta que me hace detenerme.
-¿en serio?- pregunto coqueta -Comienzo a creer, que eres realmente un pervertido- digo ahora burlona, le hago un guiño antes de entrar al baño y cerrar la puerta.
Me deshago de la ropa y me meto al agua. Vuelvo a estar sola y mi sonrisa desaparece, parece que solo puedo sonreír si alguien me mira. Uso el shampoo y lavo mi cuerpo, y me sumerjo en el agua. Miro como la espuma se queda en la superficie. Poco a poco comienzo a dejar que el aire de mis pulmones escape en burbujas. Comienzo a sentir esa necesidad de respirar; saco mis manos para agarrarme de los borde de la tina y salir así rápido, pero no lo hago a tiempo y he tragado algo de agua. Todo varias veces hasta que siento un poco de alivio.
La verdad no tengo ganas de salir, pero se que mientras pase mas tiempo sola, me sentiré peor. Salgo del agua y me seco. Una vez que ya estoy seca y vestida, salgo. Sigo secando mi cabello pues sigue bastante húmedo. Voy directo a su habitación y sin preguntar me subo a la cama y me recuesto.
-¿me puedes abrazar para dormir?- pregunto esperando a que el venga a la cama también. Estiro mi mano para que tome la toalla que he usado para mi cabello y me acomodo entre las cobijas. Me quedo esperando a que él se recueste conmigo y me acomodo en sus brazos. No tardo en quedar dormida, y para mi buena suerte logro sentirme descansada en su compañía.