Let's no fall in love [Dasha]

Me duele un poco la espalda, pero ni aun por eso quiero levantarme de la cama. Tengo un libro que estaba leyendo, pero simplemente no quiero hacer nada. Estar en este estado me ha vuelvo mucho más flojo que de costumbre.
-Debería ponerme a trabajar- me digo sintiendo esa graaaaan flojera.
Me arrastro en la cama para tratar de agarrar mi computadora, pero al final solo me quedo con la cabeza colgando del colchón. Siiii, ya sé que podría solo sentarme, estar mi brazo y agarrar el aparato pero eso le quita dramatismo a mi flojera.
Así que solo me quedo tendido en la cama, mirando de cabeza la habitación.

Ese tonto de Dima me obligó a venir a su casa, porque cuando salí del hospital, él no quería que yo estuviera solo en mi casa. Pero el infame hay veces que tarda días en venir a verme.
-Tengo los peores amigos- reclamo a la nada por eso. Pareciera que ellos solo me querían cerca cuando se peleaban, pero ahora que YO, los ayudé a estar juntos, solo se olvidan de mi.
Jalo un poco mi camisa para estirarla y acercarla a mi nariz.
-Podría bañarme mañana- me digo soltando la playera -Esto es humillante, me siento tan solo que hasta hablo en voz alta conmigo mismo... - tomo mi celular, me gustaría llamar a Hana, pero se que hoy tiene un trabajo importante y no puedo distraerla.
Dima, pues no ha venido hoy, creo que anoche ni llego, Ili, ese niño tampoco pasa mucho tiempo en esta casa, ooooobviamente el don de la casa ni por error pasa a verme y Dash, ella anda ocupada con su galería, así que tampoco la veo tanto.
Al final me gana lo aburrido que estoy y me levanto para agarrar la computadora, solo la abro y pongo música, porque seguro que ya no hay nadie en la casa.
Así que le subo volumén y comienzo a cantar can ganas, y obvio, hago mi voz afeminada cuando toca cantar el coro.

Luciel:

Me he mantenido ocupada con las exposiciones y los trabajos de restauración que paso muy poco tiempo en casa. También he recibido más pedidos en cuanto a los cuadros originales, y también las charlas que comenzaron a impartirse en el taller me obligan a estar presente. Mi mente ha estado totalmente ocupada que poco tengo para pensar en los problemas. Creo que poco a poco comienza a ser menos importante las infidelidades de Mitya, y eso también se debe a que Nobuyuki y yo hemos salido algunas veces. De pensar en él siento un cosquilleo en el pecho, me gusta tener largas charlas con él y visitar algunos sitios, y por supuesto también hemos llegado a besarnos. Mientras más tiempo pasa nuestras caricias se vuelven más intensas, y el miedo e inseguridad que tenía al inicio se va esfumando.

Pero hace un par de semanas que Dima trajo a Lulu a casa y eso me ha complicado las cosas. No me refiero a la cuestión del tiempo, es un chico bastante comprensivo que toleró la idea de mi irresponsable hijo y se acomodó en nuestro hogar ya que sus padres nunca están en la suya, y al ser un chico enfermo necesita más cuidados de lo normal. Pero parece que a esas personas no les importa, ni siquiera tuvimos que pedir autorización para dejarlo en casa en lugar de llevarlo a la suya.
Al inicio Dima venía todos los días, le llevaba de comer, compartía tiempo con él y le ayudaba a bañarse, pero eventualmente dejó de hacerlo, a veces ni siquiera llega y seguro se la pasa en la casa de Andy, este ni siquiera ha venido, estuvo regularmente visitándolo en el hospital pero en cuanto le dieron de alta no vino más.

Llegué a prisa a casa y entré directo a la cocina para preparar el almuerzo, estar aquí solo no hace diferencia de estar en su casa y me siento culpable. Es por eso que pedí unos días para cuidarlo adecuadamente, y obligaré a Dima y Andy hacer lo mismo con sus tiempos, esos niños malcriados.
-Seguro no ha comido nada aún -piqué un poco de fruta, preparé algunas verduras sazonadas con un poco de carne y añadí jugo natural, puse todo en una charola para subirlo a su habitación y salí de la cocina. Mientras  me acercaba a la recámara de invitados escuché la música y al entrar miré cómo era él quien interpretaba esa canción, ni siquiera notó cuando entré hasta que dejé las cosas en una mesita- no deberías esforzando mucho -hablé en voz alta debido a la música, y luego de un rato él le bajó y me senté en la orilla de la cama- qué lindo cantas, ¿cómo te sientes? -le ofrecí el vaso de jugo, sé que la comida saludable no es lo suyo pero ahora no puede consumir todas esas porquerías que come usualmente- oye, ¿cuándo fue la última vez que te bañaste? -lo miré seria y acaricié su cabello, pero retiré rápido mi mano y le extendí el plato de fruta- vamos, después que termines te ayudaré a darte un baño -me levanté a abrir las ventanas y ventilar la recámara, el día está un poco caluroso y por ello decidí encender el ventilaros y apagar el aire acondicionado. Regresé a la cama para verificar sus medicamentos, y luego tomé el plato con fruta y con el tenedor le ofrecí en la boca.

Dasha:

Estoy haciendo la mejor interpretación de mi vida, claro, mi escenario es la cama, y no siquiera me he sentado, todo lo hago acostado, moviendo mis brazos con ademanes dramáticos.
Muevo mi cabeza para ver a quien ha hablado, claro que se quien es, pero pensaba que no estaba.
-¡Dash! jeje, pensé que no estabas- me río al sentirme atrapado -¿si, verdad?- digo con falso orgullo de mi talento, porque no creo que sea para tanto -Bien, algo aburrido- admito dejando caer mi cabeza de nuevo en el colchón -Jumm, esa es una buena pregunta, y tengo una respuesta muy clara, porque la ultima vez que me bañe, fue… la vez antes de la que será la siguiente- pongo una gran sonrisa en mis labios mostrando así mis dientes.
-¿ayudarme? vamos no estoy tan mal- digo riendo porque me está tratando como a un niño.
Me acomodo en la cama para ya no estar solo mal tirado en ella.
Dash se acerca y comienza a darme de comer.
-Pensé que tenías trabajo- comento, porque ya es normal que no haya casi nadie en esta casa.
No me pongo nervioso con ella, porque esa vez en la fiesta acordamos que seríamos amigos y yo acepté, así que lo intento. Olímpicamente estoy ignorando que trae ese vestido que deja ver esas piernas largas. Lo noté en cuanto la vi entrar, pero obviamente, luego de eso mi mirada ha evadido ese punto.
-¿Y tu galan?- pregunto guiñando un ojo, pero como siempre cierro los dos ojos, parece que aun me pone un poco nervioso su sola presencia, es como si me volviera un idiota que no puede actuar con normalidad, incluso para hacer un gesto tan normal como un simple guiñe -deberías decirle que vaya al médico, no es normal que un hombre tenga tantas bolas- digo simulando con mis manos los músculos que se carga ese tipo.
Me como todo lo que ella ha traído para mi, la verdad tenía hambre y como no me dejan comer como de costumbre, pues no me queda más que comer hasta verduras… y bueno, no han sabido nada mal.
-Bueno, creo que debo bañarme porque aunque no lo dijiste, sospecho que apesto- me río y me muevo para bajar de la cama, pero lo hago con demasiada confianza, a veces como que me olvido de que tengo una fractura. Apoyé la pierna y sentí ese dolor que mi hizo soltar un agudo sonido, no diría que fue un grito, solo un ruido agudo de dolor y comienzo a maldecir en coreano mientras me tiro en la cama.
-Je, je, se me olvidó lo de mi pierna- le digo a Dash cuando se me calma un poco el dolor.

Suspiré apenada porque su estado se debe a que mis hijos no se han pasado por aquí, ellos prometieron cuidarlo y sin embargo no han venido tan seguido, no es diferente de la manera en que sus padres lo dejaron en el hospital. Pero pese a eso él se mantiene de buen humor y sonrío por su reacción infantil.
Se acomodó en la cama y comencé a alimentarlo, creo que tenía hambre, es un poco caprichoso a la hora de comer saludable pero en este momento lo hace sin rechistar.
-Esos niños... no han venido a verte, ¿cierto? -lo miré apenada, mis hijos a veces son demasiado ego´istas y malagradecidos con Lulu- claro que te ayudaré, ¿qué pasa si te caes en el baño? Recuerda que no estás curado aún, necesitas que alguien se encargue de ti, no seas terco -hice un puchero pero luego sonreí. Creo que nosotros podemos volver a esa relación de amigos que teníamos antes de confesar sus sentimientos y yo percatarme de los míos. Aún me pone nerviosa, pero creo que la distancia ha asentado nuestros pensamientos. Además él sigue con esa linda chica y lucen muy enamorados, y yo tengo a Nobuyuki y he comenzado a cogerle más cariño cada día.
Le ofrecí más jugo y limpié con delicadeza su boca.
-Pedí algunos días, así que no tengo que volver hoy -así no debe preocuparse por el tiempo, porque a pesar de cómo se encuentra, seguramente también se preocupará por no darme molestia.
Su pregunta me puso nerviosa, ¿cómo sabe él eso? Pero rápido despejó mi duda y supe que se refería a Leigh, y reí por el comentario que añadió.
-Qué exagerado eres -dije riendo- hace mucho que lo dejamos, duró muy poco  -estoy hablando con mucha calma, Leigh y yo decidimos continuar como amigos y ahora él tiene una hermosa mujer a su lado, y yo estoy con Nobuyuki. Pero obviamente omití ese detalle con él, no quiero que piense lo peor de mí o que diga que cambio de amante a cada tanto. Leigh y yo no lo fuimos realmente, solo intercambiamos besos y luego él regresó con sus padres- ¿cómo está tu novia? -ellos llevan ya algo de tiempo juntos, siempre veo sus fotografías y se les ve muy felices.

Me levanté a juntar los platos para bajarlos a la cocina, sonreí cuando mencionó lo del baño e hice una seña con mis manos.
-Poquito -bromeé, y me distraje ordenando las cosas que no noté su impertinente acción. Me acerqué a él y lo sostuve de los hombros- debes tener cuidado -lo regañé- por eso dije que te ayudaría -tomé las muletas y le ofrecí una, y después pasé mi brazo por debajo detrás de su espalda para que se apoyara- vamos, tienes que ser obediente se levantó con cuidado y lo ayudé a llegar al baño a pasos lentos. Allí hay una silla que Dima acondicionó para sus baños, y le ayudé a sentarse en ella mientras cerraba la puerta y comenzaba a preparar el agua caliente. Saqué dos toallas limpias y puse una cerca para ayudarle a secarse después, y otra más la sostuve- tu camisa -de repente toda mi determinación flaquea, al mirar su torso desnudo comencé a ponerme nerviosa y sentir esas cosquillas en mi estómago que no sentí por él desde aquella noche en el hotel. Desvié la mirada, tengo que actuar con naturalidad, él me necesita- tengo que ayudarte con el pantalón -las muleteas las dejé recargadas en la pared luego de sentarlo, y me agaché frente a él para ayudarle con el pantalón, pero solo lo miré a los ojos, ¿cómo lo hago?

-Si, ya sabes, esos ingratos tienen sus cosas que hacer- comento como con ese tono que usa mi padre cuando parece estar inconforme conmigo o algo de lo que hago -pero que exagerada, solo es una pierna rota, ni que me limitara en mis actividades- obviamente solo estoy bromeando, porque desde mi… accidente, estoy mas que nada, cansado de todo lo que no puedo hacer. Aunque no lo parezca es realmente molesto, y soy muy malo para usar muletas -Bueno, tal vez necesitaré un poco de ayuda, con eso de poner las cosas para cubrir el yeso y esos detalles- un poco de ayuda no me viene mal.
-¿Acaso me usas de pretexto para ganarte unas vacaciones del trabajo? ya te atrapé- digo burlón, porque no quiero pensar que lo ha hecho realmente por mi, eso sería extraño, porque, no, no quiero pensar en razones para eso.
-¿En serio? - pregunto con sorpresa porque ¿quien deja a un hombre así? yo no soy mujer y creo que no lo dejaría. De pensar eso no puedo evitar reír, porque me he montado un cuento muy cómico en mi cabeza.
-está bien, trabajando mucho para mantener mis caros y refinados gustos- río luego de decir algo como eso. Es un estereotipo de chica interesada, pero la verdad es que jamás he conocido a nadie así.

Se me pasa un poco el dolor y ella me da una de las muletas, así que me apoyo en ella, y del otro lado Dash me ayuda.
Caminamos al baño y me senté en mi silla para bañarme… odio ser un lisiado. Miro como ha cerrado la puerta, ¿como por que? pensé que solo me ayudaría con lo necesario y se iría.
-Ah si, voy- me quito la camisa y la lanzo al cesto de ropa sucia, aunque cae afuera -¿Qué?- pregunto pero ella se ha agachado, de inmediato desvío la mirada -que gracioso, juraría que dijiste algo de mi pantalón- comienzo a decir como si lo que escuché estuviera mal. La miro de reojo, ¿por que se tuvo que poner así? -Oye mira tienes- intentaba cambiar el tema por lo nervioso que me he puesto y llevo mi mano a su hombro y toqué aquella pequeña marca amoratada, pero no se siente hinchada como para ser de un bicho, y tiene pinta de ser un chupetón -Oh, tu esposo ya regresó- comento sintiendo una molestia al decir eso. Tal vez por eso terminó con ese sujeto, se arregló con su esposo y ahora están como de luna de miel al parecer. Yo avergonzado por quitarme el pantalón frente a ella, seguro que ella ni piensa en eso, me ve como un niño.
-Dash Dash, pillina- comento ahora en tono burlón. Yo... bueno yo sigo siendo un maldito caballero. Realmente comienzo a pensar que soy idiota. Salimos y todo, y nos besamos y un poco más a veces, pero aun no hemos preparado algo para terminar y cumplir el objetivo.
-Entonces mi pijama- sigue siendo algo raro, pero si para ella no es problema, yo puedo soportarlo -Me levantaré un poco con las manos y tu lo bajas- digo como encontrando una solución. Pongo las manos en el asiento de la silla y estiro mis brazos.
Ok Luciel, es el momento, piensa en algo feo, piensa en algo feo ¡Algo muy muy feo!

No solo con él, ellos se han dedicado únicamente al otro y eso empieza a ser anormal. Al menos Dima va mejor en la universidad y Andy continúa con el trabajo, pero fuera de eso, ellos han limitado sus relaciones y no me gusta para nada, porque si a estas alturas incluso se olvidan de Luciel, algo debe estar mal en ese apego que tienen por el otro.
-Lo lamento -me disculpé honestamente con él, ni siquiera por verlo enfermo Andy quiso regresar a casa, y Dima prácticamente vive con él.
Lo miré amenazante, supuestamente, porque obviamente no estoy molesta, pero su accidente no fue cualquier cosa y hasta él lo sabe. Después relajé mi cara y sonreí.
-De acuerdo, entonces ya está decidido -comenté enérgica, no es que planeara bañarlo completamente, pero necesitará quien le lleve al baño y le ayude con su ropa. Solté una risita cuando mencionó las vacaciones, puede que sí las necesite, pero también puedo disponer de mi tiempo cuando quiera, como ahora, además me gusta mucho pasar el tiempo en mi taller o con las chicas- pero qué dices, si yo amo mi trabajo -creo que eso todo el mundo lo sabe- lo hice para hacerte compañía -tal vez fui innecesariamente sincera, pero puedo aclarar que es solo por el compromiso que mis hijos echaron sobre sus hombros y no están cumpliendo, pero sé que también quería cuidarlo y me preocupaba pensar que estaba solo.
Asentí, al menos no preguntó más sobre mi fallida relación.
-Vaya que te aprovechas de ella -me reí, ellos se ven muy bien juntos, a veces no puedo evitar mirar las fotos de ambos. Me alegra que por fin encontrara una buena chica, él es un buen hombre y lo merece.

Recogí su camisa y la metí al cesto, mientras me acerco siento que mi corazón late más rápido. Ahora ya tengo toda clase de pensamientos, tal vez la falta de... sexo era lo que me hacía ser demasiado lenta, y porque no tenía idea que me viera de ese modo. Obviamente eso ya pasó, ya... pasó...
-¿Y cómo planeabas quitarlo por ti mismo? -me reí nerviosa, él no me está mirando y creo que es lo mejor, porque yo lucho por no mirar su torso desnudo. ¿Será que me volví demasiado pervertida? Claro que no, no soy así, es porque él me trae a flote recuerdos sobre nosotros- ¿cómo? -lo miré, que me tocara me tomó por sorpresa y negué con mi cabeza- Mitya sigue fuera... ¿qué fue lo que dijiste? -solo tocó mi hombro y empeoró mis nervios, al menos puedo echarle la culpa a la temperatura en el baño por mi cara enrojecida- ¿qué...? Ah -él soltó ya mi hombro y yo lo cubrí con mi mano, ¿tengo una marca? Agaché la mirada, justo le dije que Mitya no ha vuelto de su viaje, ¿qué tan mal está? Pero no me atreví a averiguarlo, temo lo que pueda pensar de mí. ¿Le debo explicar sobre Nobuyuki? Sé que no pero algo en mí quiere hacerlo, porque sino siento como si lo estuviera traicionando, eso es algo muy estúpido ya que nosotros solo somos amigos.
Volvimos a lo de su pantalón y asentí cuando pidió que lo quitara mientras él se levantaba, ya sabía que algo así haría, pero eso no quiere decir que pueda ser indiferente. Tragué y llevé mis manos a sus costados para comenzar a bajar el pantalón. No tengo que ponerme nerviosa, ¿qué haré si lo lastimo? Al menos el pensamiento de no herirlo hizo que me centrara en pasarlo con cuidado por su pierna y no tanto en el y hecho de que lo estoy desnudando. Dejé a un lado la pijama, y cuando lo miré, mis ojos fueron ahí, oh dios- bien, amm -aclaré mi garganta y le entregué una de las toallas que bajé para él- ahora tu ropa interior, de todos modos debes quitártela -he dicho eso mirando hacia un lado, ahora mi cara debe estar más que roja.
Cuando me deshice de su ropa y él se cubrió con la toalla, respiré hondo y me levanté por la manguera para comenzar a bañarlo. Me coloqué a un lado y templé el agua.
-Dime si está bien la temperatura -primero mojé su cabello y espalda, y pasé mis manos por él. No sé en cuánto tiempo no se ha bañado, pero su cabello sigue suave.

Chasqueo mi lengua un par de veces y la señalo.
-Si claro, lo amas- digo como si le siguiera alguna clase de juego donde se que no es verdad que le gusta, pero decimos que si -Awww, que linda, sientes pena por esta pobre alma en desgracia- digo con voz tierna e infantil, pero es que si no juego con eso, entonces me pondré nervioso. Sé que es sincera, ella es una buena persona y me tiene cariño, no es nada que se preste a malas interpretaciones, pero para mi infortunio, yo reacciono a esos detalles, me conmueve que haga ese tipo de cosas, por eso fue que me enamoré, no por creer que ella me correspondería, sino porque su bondad para conmigo, siempre me hizo sentir una calidez que no conocía.
-Este chico de fuego tiene su precio- digo haciendo un ademan algo afeminado.

-Pues no sé, tal vez he desarrollado poderes telepáticos y recibir ayuda hace que no me de cuenta…- una estupidez más para evadir los nervios que siento.
-Oh ¿entonce? ohhh- pero dijo que ya no estaba con el musculitos, ¿acaso es por otra persona? y no puedo evitar pensar en que si no me hubiera distanciado yo podría haber sido. ¡Vamos Luciel! que tonterías piensas, imposible, esa es la única respuesta.
Piensa cosas feas, Dima, Dima borracho, Dima vomitando, Dima desnudo. Sonrío victorioso cuando todo a terminado sin contratiempos, pero entonces me doy cuenta de que falta lo peor.
Ella me da una toalla, y la amarro a mi cintura como un mandil y repetimos lo anterior. No sé como, pero consigo mantener la calma. Luego me ayuda a cubrir el yeso de mi pierna para que no se vaya a mojar.
-ok- digo a lo del agua… oye pero… ¡un momento! yo ya puedo hacer eso, yo puedo hacer todo lo que sigue. El agua cae en mi cabeza, y me encojo un poco ante el contacto. Me da pena decir algo, esto parece casi como algún tipo de fantasía -juraría que un día vi un porno que empezaba así- me río… diablos de todas las bromas que puedo hacer, voy y digo eso -mentira, porque con un yeso, el actor no podría trabajar bien- me río ahora dejado que se note lo nervioso que me he puesto -lo siento, es que - estoy nervioso, no soporto el silencio, me pones muy nervioso y se me acaban las cosas feas en que pensar -¿tu ves porno? - ay dios, manda un rayo que me de en la cabeza y me deje mucho -siempre he tenido esa duda- ¡por que no me callo? ¡NO! -No me refiero a que siempre me he preguntado si tú ves porno… sino de las mujeres en general… no puedo evitar hacer un gesto cerrando mis ojos, solo pensando en lo idiota, el gran idiota que soy.

¿Pena? No siento pena por él, si eso fuera entonces obligaría a los chicos a venir o contrataría a alguien, o me comunicaría con su novia, no lo sé, buscaría mil formas para que no estuviera solo.
-Nunca he sentido pena por ti, Lulu -hablé tranquilamente, aunque con las personas ajenas suelo forzarme un poco a la hora de tratarlas, con él siempre ha sido distinto. Tiene que ver con que le conozco desde pequeño, por eso me dolió cuando se distanció, porque con él puedo ser yo y siento que no me juzgará. Aunque a veces tengo miedo de mostrar mis lados negativos, desde que me dijo sobre cómo se siente, quiero que mi imagen con él no se arruine y eso a veces me disgusta de mí misma.

Al final no preguntó por esa marca, pero sé que entendió, y siento muchísima vergüenza porque creo que sabrá que conseguí otro amante. Tal vez piense que estoy desesperada, ¿quién no? Tengo treinta y me la vivía completamente sola, y debo admitir que en ocasiones también deseaba sentirme querida. Pero Nobuyuki no fue una solución a mi soledad, yo no esperaba llegar tan lejos con él cuando lo conocí, simplemente surgió algo y me gusta esa química entre nosotros.
Tomé la esponja y puse jabón sobre ella, la humedecí y la pasé por sus hombros y sus brazos. Su yeso está cubierto pero sigo cuidando no mojar demasiado sus piernas.
-Oh... -detuve mis manos y sentí ese calor regresar a mi rostro, me había tranquilizado pero ahora que mencionó eso estoy muy colorada. Y pensé que tal vez diría que era una broma y cambiaría de tema, pero sigue hablando sobre porno, ¿por qué?- amm, descuida -de nuevo comencé a enjabonar ahora su espalda, y con mis dedos impulso suavemente su cuerpo hacia delante para poder lavarle. Respiré hondo y desvié la vista, ¿qué clase de pregunta es esa? Pero tal vez es como se hablan los amigos, ¿tan indiferente le soy ahora?- sí, bueno... pues sí -mi voz tiembla de los nervios- las mujeres también vemos, sí -enjuagué su espalda y sus brazos, y me paré frente a él ahora para lavar su pecho- -sí, ya sabes, las mujeres también ven porno, tienen sexo y se mastu... ammm, no, me refiero a que yo lo... ay -no sé por qué le continué la plática, y en algún momento levanté la pequeña regadera y la apunté a su cara. Él tosió y rápido la hice a un lado- oh, dios santo, ¡perdón! ¿Te encuentras bien? -tiré la manguera hacia la tina y limpié su cara con una de mis manos- perdón, cómo lo siento, me distraje mucho -ahora no solo respondí de una forma tan desvergonzada, sino que le mojé el rostro. Solo escurrí el exceso de agua con mis manos, no tiene caso pasarle una toalla. Mi corazón va muy rápido, estoy esquivando su mirada- te pondré champú -le cerré un momento a la llave y fui por la botella de champú, dándole la espalda respiré hondo y volví con él. Rocié un poco en mis manos y dejé la botella a un lado, y comencé a dar masajes en su cabello- ¿y cómo te ha ido? Ya no te había visto -debo llenar el silencio con una plática normal, ¿cómo pude decirle que yo hacía eso? Debe pensar que soy una vieja ridícula.

Estiro mi mano y doy unas palmaditas en su cabeza.
-Solo estaba bromeando- le digo para que no se tome en serio las cosas que digo, en general casi nada de lo que digo suele ir de cosas serias o temas importantes.

Un baño de esponja… justo lo que necesitaba para mantener mi mente tranquila… ¿Dios que hice para queme tortures de esta manera?
Me pondría nervioso de lo que dice si no fuera porque parece que le dió vergüenza y me río divertido.
-Si lo dices así, solo haces notar que hablas de ti- digo riendo un poco divertido por la manera tan básica en que se ha expuesto. oh… ¡OH! pero antes de poder decir alguna idiotez nueva, ella dispara el agua contra mi cara, trago una poca y comienzo a toser, mientras desvió la cabeza para evitar que me de directo.
-Si, si- digo aun tosiendo un poquito -jeje, si, no pasa nada- creo que me pasé un poco, pero creo que ser idiota es algo tan natural en mi que termino haciendo estas cosas o diciendo cosas raras.
-Pues bien. Ya sabes, escuela, trabajo, novia. No me dejo mucho tiempo libre- antes pasaba casi todo mi tiempo en esta casa, incluso había veces que hasta trabajaba desde aquí, pero ya no es una posibilidad, sin Dima arrastrándome a todos lados, sería muy raro que yo viniera a esta casa así con la misma regularidad de antes.
-He visto que te está yendo bien en la galería- comento porque he visto un par de artículos sobre eso. Ya llevo un rato con los ojos cerrados por que está lavando mi cabello pero decido abrirlos un momento -Oye Dash- ella no debió usar un vestido blanco mientras se encargaba de bañarme… nop, para nada ha sido una buena idea, algo de agua le ha salpicado -oh, jabón en el ojo- me quejo cuando un poco de espuma entra. Me tallo para tratar de quitarlo, lo logro demasiado y con frustración tengo que esperar a que el agua me ayude, pero el agua hace que mas jabón escurra, así que e alivio no llega muy rápido. Me quejo mientras ocurre todo eso, con mis manos intento que la espuma se vaya más rápido -auch- me quejo parpadeando muchas veces, mi ojo se siente irritado, pero al menos estoy mejor -Dash, tu vestido- le digo señalando a la altura de su pecho y obviamente desviando la mirada. Pero obviamente que si ya lo noté, es porque lo vi -Puedo seguir solo mientras te cambias- le digo.
Cuando ella sale suelto un respiro de alivio, realmente que la vida es cruel. Es como de "oh mira, esto que nunca fue para ti". Por suerte gracias a eso tengo un gran autocontrol o al menos logro mantenerlo hasta que quedo solo.
-Genial amigo, ahora vienes a despertar. Pero no, tu no mandas aquí- pongo el chorro de agua, lo más fría posible me la echo encima. Termino de bañarme y suspiro, porque ahora toca vestirme...
-Mas te vale que te portes bien... si parezco un pervertido hablando con mi pene- me digo con resignación. Pero si he podido resistir mis encuentros con Hana, puedo resistir esto con mucha más facilidad, si sin duda.

No sé qué fue peor, si haberle mojado la cara o evidenciar las cosas que hago íntimamente. No es algo de qué avergonzarse, pero me siento así inevitablemente, no puedo tocar esos temas con la normalidad que lo hacen los demás y me molesta, porque justo por reaciconar demasiado a una pregunta común hemos terminado de este modo.
Afortunadamente todo se tranquilizó y él hace que volvamos a esas pláticas comunes. A veces no sé si eso me agrada o me disgusta, porque fácilmente se escapa de temas importantes... este no lo era así que debería agradecer.
-Ya veo, no deberías exigirte tanto. ¿Cuánto tiempo te queda de la escuela? -no preguntaré más por la chica, es obvio que les va bien, en general parece que su vida va viento en popa- oh, sí, las cosas han mejorado -me hizo feliz con preguntar, ver que el trabajo que tanto amo dé frutos es una de las mejores recompensas- aunque eso significa tener menos tiempo libre, por eso paso casi todo el día fuera, pero... es muy bueno, creo que estoy en un momento muy feliz de mi vida -presumí orgullosa y comencé a reír, claro que tengo mis problemas, pero desde que mi trabajo aumentó y estoy con Nobuyuki, las cosas que hace Mitya ya no me afectan tanto como antes- ¿mm? Oh, lo siento -enjuagué lo más rápido posible y también puse agua en sus manos, quería ayudarle pero preferí dejarlo, hace un momento lo arruiné por ponerme nerviosa, debería dejar de querer tocarlo por cualquier cosa- ¿mejor? -ya no hay jabón en su cabello y parece que por fin pudo abrir los ojos- ah, de acuerdo, toma -puse la regadera en sus manos y cubrí mi pecho, fui descuidada y por eso terminé mojada.
Salí del baño con la cara colorada, al tener las manos cubriéndome siento los latidos acelerados de mi corazón. Este tiempo he intentado no pensar en él y estoy muy segura de lo mucho que Nobuyuki me gusta, pero en el fondo creo que no podré volver a ser su amiga de nuevo, no tengo la capacidad de ignorar las cosas que pasaron entre nosotros.
-Esto es tan difícil -fui hasta mi recámara y me puse una camiseta sin mangas y un pantalón, no quiero lucir desarreglada frente a él, pero es mejor si evito esta clase de situaciones, tengo que esforzarme por no incomodarlo.
Volví y di unos golpesitos en la puerta para avisar que entraría, traigo otra toalla seca para él y noté que su baño terminó.
-Tu ropa interior, ¿quieres que te ayude a ponertela? -debería, pero mejor consultarlo porque ya me di cuenta que no puedo hacer como si no me afectara  pasar mis manos cerca de su entrepierna- toma una camisa limpia -le entregué la playera y cuando terminamos le ayudé a levantarse de nuevo, pero no le ayudé a acostarse, le senté en la silla de ruedas y mientras comencé a asear la cama, debe haber sudado por estar la mayor parte del tiempo acostado- podemos salir un momento a la terraza, debes estar cansado de estar acostado -terminé y me senté a mirarlo, tal vez no quiera salir, pero creo que un poco de luz le haría muy bien.

Se que a mi edad, la mayoría ha terminado la carrera y si siguen estudiando, es para especializaciones, yo me he tomado mi tiempo, entre el trabajo y la escuela. Una de las razones por las que mis padres no están conformes conmigo. Sigo sin poder demostrar el éxito que mis hermanos tienen, pero eso me ha dejado de importar hace mucho, por eso no me he apresurado. Además que con mis padres, es imposible complacerlos, así que eso era muy cansado.
-Se supone que este año debería terminar- digo pero no con seguridad, que sé yo, tal vez decida llevarlo con mucha más calma y tomar menos materias y no todas las que me faltan.
-Me alegra escuchar eso- al menos ya no pasa tanto tiempo aquí, y al parecer, ya no está tan al pendiente de su marido, si no que se dedica a su propia vida.
Terminé de lavarme y ella regresó, cambiada, pero sigue luciendo linda.
-Am, si, pero necesito una toalla seca- le digo para poder cubrirme con algo. Me la amarro igualmente como un mandil y ella me ayuda con la ropa. Ha sido algo más rápido, así que lo agradezco, porque me siento librado de la situación incomoda.  Me puse la camisa, y planeo volver a la cama pero ella me lleva a la silla.
-Que va, si yo podría vivir en la cama- contesto con una risa -Pero bueno, si, tal vez me ayude a distraerme- digo porque no quiero rechazarla. Ella es una persona especial en mi vida, y siempre tendrá ese lugar, al menos es bueno poder pasar un poco de tiempo juntos, saber que está bien y feliz. Eso me alegra, ella es una persona que merece ese tipo de cosas.
Salimos y el aire se siente agradable.
-Para la próxima no volveré a ponerme a jugar cerca de unas escaleras. ¡Es tan aburrido padecer de esto!- me quejo un poco suspirando por lo aburrido que es.
-Oye Dash…  ¿puedo pedirte un consejo?- suspiro un poco apenado, pero ella debe entender más lo que podría pensar Hana -Hana y yo, ya llevamos saliendo desde diciembre, y… pensaba que tal vez, ya era momento de avanzar más, pero no sé como hacerlo. Sabes, conocí a un tipo que a ella le gustaba, siento que tal vez él la hizo tener ciertas expectativas… y vamos, yo no es que sea tan bueno… quiero avanzar, pero me da miedo hacerlo no tan bien- suspiro de nuevo.

Planeaba solo abrir la ventana y salir al balcón, pero lo llevé hasta la terraza que da al jardín. No es como si un paseo por mi casa fuera muy divertido, pero debe estar cansado de esas cuatro paredes. Al llegar me siento en una silla junto a él, está fresco y al menos aquí no pega el sol en nuestra cara.
-Solo a ti te sucede eso en una situación tan rara, Lulu, incluso para accidentarte tienes tu propio estilo -empecé a reír, cuando lo visitamos en el hospital me preocupó mucho, pero ahora lo imagino y es un poco gracioso. No debo reírme, él la está pasando mal pero creo que también lo toma de la manera más positiva- ¿qué sucede? -la sonrisa que tenía se volvió forzada, se siente raro que comience a contarme de su novia o peor aún, pedirme consejos, pero los amigos es lo que hacen, debo repetirme eso una y otra vez. Aunque no imaginé que luego de casi medio año ellos todavía hayan avanzado, porque se refiere al sexo, ¿cierto? Por su cara preocupada se nota que la quiere y su inseguridad lo detiene- bueno, no tengo mucha experiencia en esas cosas -respondí honestamente- pero te eligió a ti, ¿no es así? No deberías compararte con ese chico -siento una punzada en el pecho, pero debo darle apoyo... amigos, amigos... tu problema es que siempre eres demasiado inseguro -desvié la mirada y me abracé con uno de mis brazos- además, ¿qué importa las grandes técnicas en el sexo? Las mujeres somos menos quisquillosas, es más importante lo que sientas por la persona que está frente a ti, que la manera en que él lo hace... aunque hablo por mí, pero... -me gustaría decirle que lo haga, que se atreva y darle ánimos, pero he terminado dando un consejo un poco desalentador. Me identifiqué y me molestó un poco, él no quiso avanzar más conmigo, pero no puedo culparlo porque yo tampoco me atreví, no era su obligación... bueno, eso ya no importa. Respiré hondo y le sonreí de nuevo- no te preocupes, estoy segura que saldrá bien, siempre ves por la persona que tienes al lado más que por ti mismo, estoy segura que eres un amante muy considerado y a nosotras nos gusta eso -he sentido un calor en el pecho, pero al menos ahora no actúo muy alterada y logro mirar al frente.

-Bueno ya sabes lo que dicen… si te vas a romper una pierna, hazlo con estilo- digo como si fuera un famoso refrán, pero obvio solo se trata de una tontería más y comienzo a reír, porque lo he dicho con mucha seriedad.
Podría parecer raro, pero no lo es, ella es mi amiga, y normalizar nuestra relación es lo que nos ayudará, no quiero que se sienta incomoda porque le incomode el recordar mis sentimientos por ella. Lo mejor es demostrarle que yo sigo con mi vida y que no planeo incomodarla con esas cosas.
-Sería fácil… si no hubiera conocido al tipo, sabes, era como muy wooow. Ya sabes esa clase de gente que la vez y es como si una aura sexual los envolviera. ¿Has conocido a alguien así? pues él es así- definitivamente no me puedo sentir tan seguro luego de que le bailó a mi novia y le cantó -Si, lo sé, pero es que no quiero hacer algo y que ella se sienta incomoda, tal vez quiere esperar más o que sea en otro momento, o no lo sé…- rasco mi cabeza con algo de frustración -Claro que importa, porque obvio vas a preferir al adonis y no al tipo que se vino al minuto- comento pero creo que eso me hace quedar demasiado mal -Bueno, no digo que dure tan poco, lo digo porque pues tiene tiempo que no lo hago y pues podría ganarme demasiado la emoción- no lo voy a negar, eso puede ser que pase y me aterra.
-Ah, ¿gracias?- no sé si eso es un cumplido, aunque es raro escuchar que ella hable de mi refiriéndose a “amante”, es como la clase de rol en el que ella podría imaginarme -Me asusta un poco, no quiero hacerlo mal, ya sabes, me gustaría que la primera vez entre nosotros fuera muy especial, pero creo que eso de los pétalos en la cama, ya es demasiado cliché, y obvio esta todo ese rollo de fallar, porque no solo está la posibilidad de emocionarme demasiado, ¿y si por los nervios entonces no funciona?- con mi brazo simulo una erección para que entienda de que hablo -debería hablarlo con ella, pero lo creas o no, me avergüenza que lo sepa, ella seguro me regaña- me río recordando la manera en que me regañó cuando nos conocimos, y seguro que cuando sepa todas estas inseguridades que estoy sintiendo, me volverá a regañar. Debería solo hacerlo, aun si llegara a fallar, yo creo que ella podría entenderlo si se lo explico, pero me avergüenzo de decirle algo así.

Aunque la plática me resulta incómoda no puedo evitar soltar una risa por cómo describe a su “rival”, es demasiado honesto. Tampoco puedo entender a lo que se refiere, creo que de verdad no soy la indicada para darle algún consejo sobre su chica y esa situación con ese hombre super sexy que menciona.
-Nunca -comenté aún riendo, pero su inseguridad me hace preocupar. Él la considera mucho, se preocupa por cada pequeño detalle para no incomodarla o hacerla molestar, y por eso se reprime a sí mismo. Siento un poco de envidia, creo que no solo poca y eso me molesta, porque él está cumpliendo su promesa de tratarme solo como su amiga y yo estoy siendo deshonesta con mis pensamientos- tal vez, pero no puedo asegurarte si pasará algo malo si lo intentas o no, tú eres quien la conoce bien. Así qué, ¿crees que terminará contigo si no le gusta? Y si aún no está lista ella debe darte... señales, ya sabes, como evitar situaciones donde estén solos o cortar el contacto.... -esa parte la conozco mejor porque yo fui evasiva, sabía cómo zafarme de una situación que pudiera conducir a la intimidad.

Apreté mis manos y continué mirando el jardín, siento mi pecho pesado, no quiero oír más de cuánto le preocupa su novia o lo muy importante que es esa primera vez de ellos, pero tampoco puedo cortarle la plática, quiero cumplir con mi palabra y ser un apoyo.
[colo=#ffffcc]-La amas, ¿verdad? [/color]-respiré hondo y lo miré, y después sonreí- te preocupas mucho por ella y cómo reaccionará. Normalmente los hombres solo lo hacen y ya pero tú... tienes en consideración sus sentimientos o sus gustos, debes amarla mucho -le di una palmadita, tomé otro respiro y luego solté el aire con fuerza- solo arriésgate, yo sé que saldrá bien. Ustedes se ven muy lindos juntos, como si se divirtieran mucho y hubiese confianza -es normal que lo sepa, suben muchas de sus fotos a redes sociales- además las mujeres somos más sentimentales, así qué... ¿por qué no preparar algo lindo? ¿En qué momento les dijeron a ustedes que esas cosas ya no nos gustan? Hasta un hombre se emocionaría por un detalle así -hablé con energía y determinación, seguramente preparará algo especial para ella y será tan maravilloso como lo desea, tal vez suelte una tontería en medio del momento, pero... es lindo incluso con eso, será su marca personal como siempre- ya verás que irá bien, confía en ella, y en ti principalmente -tomé su mano entré las mías para confortarlo. Sus preocupaciones son muy tiernas, me hubiese gustado... qué tontería, eso no es posible. Yo no soy una jovensita soltera y linda, soy una mujer casada que para nada pega para hacer cosas así de lindas. Aunque Nobuyuki es muy dulce también, él me hace sentir fresca y libre, como si nada de lo que he pasado importara. Creo que aunque todavía me afecta lo que Luci haga, podré superarlo.

Suspiro, Dash tiene razón, yo conozco a Hana, sé que aun si fuera mala nuestra primera vez, ella no me dejaría por eso, pero a veces me gustaría ser uno de esos chicos geniales que solo hacen las cosas y ya. Dima jamás se mostró inseguro con ninguna mujer, aunque luego lo odiaran, pero para él era tan fácil como sonreírles un poco más, coquetearles, y hacer que de nuevo cometieran el mismo error de estar con él.
Pero yo no soy como mi amigo, yo no puedo tener esa seguridad, ni tampoco ese desinterés.
-No, pues no me evita- siento mi cara arder de pensar en los momentos que más hemos avanzado, pero son justo en lugares donde obviamente no podemos dejar que nada pase.
-Si- no puedo evitar una sonrisa tímida por mi respuesta -lo hago- tal vez luego de que le confesé a Dash mis sentimientos, esto puede ser un poco de alivio para ella, darse cuenta que ahora de verdad estoy dejando de lado esos sentimientos que tanto podrían incomodarla. La verdad es que aunque me enamoré de Hana, o de mis anteriores parejas, Dash siempre será especial, ella siempre va a estar como en un pedestal, siendo amada en silencio y con admiración, como siempre intento hacerlo.
-Oh, es tan fácil decirlo Dash- le sonrío por esos ánimos que me da, que me arriesgue y eso -¿Tú crees? no lo sé, tal vez le parezca anticuado- aunque supongo que si le pongo algo más de mi estilo, a ella podría gustarle, siempre se ríe de mis tonterías, tal vez no debería intentar buscar ser romántico y sorprenderla, solo ser yo, como siempre.
Le sonrío cuando toma mi mano, siento ese pequeño cosquilleo que me provoca su contacto, pero como siempre lo ignoro.
-Dash, te ves diferente. Me alegro mucho por ti. Parece que por fin alguien logró llegar a ti- no me emociona la idea, pero eso se me olvida si ella está bien, porque eso es lo que a mi me importa para ella, que sea feliz -Solo dile que sea más discreto- pongo mi dedo en mi hombro para que sepa de lo que hablo - o ¿discreta? - me río travieso cuando sugiero que podría ser una mujer.