Impensable [Meier]

Recuerdo del primer mensaje :

No recibo muchas visitas desde que me internaron, solo papá viene algunas veces, pero además de él ningún supuesto amigo ha puesto un pie aquí. Y pues entiendo, nadie quiere ir al loquero a deprimirse, porque oye, aquí sí que es triste el ambiente y dudo que yo valga lo suficiente para esas personas como para tolerar semejante lugar. Pero es mejor para mí, si no es papá la verdad no me interesaría ver a nadie, no tengo nada que decir y seguro saltarán con sus preguntas morbosas o cliché, y no tengo muchas ganas de eso. Prefiero aprovechar ese rato y estar en el jardín al aire libre. Obvio no estoy solo, hay gente cuidando nuestros pasos pero al menos se encuentran a más de cinco metros. Claro que al inicio no era así, cada cinco minutos me miraban como si otra vez fuera a intentar hacer matarme.

Tomé unas hojas de papel y me senté en el pasto. Hay poca gente hoy, el día está bonito así que supongo el resto de los locos sí tienen quién los quiera al menos en fines de semana.
Me puse a cortar con las manos para comenzar a doblar y hacer un ave, pero vi cómo una de las locas nuevas venía hacía mí y tomé mis cosas para moverme. Esta parte es la que más odio, los nuevos siempre quieren hacer amigos igual de locos que ellos, y yo no tengo ganas de hacer vínculos y esas cosas que la psiquiatra dice que necesito. La última persona con la que fui cercano fue un señor de cincuenta que se fue más pronto de lo que pensé. Supongo que debería alegrarme por él, tiene una familia que le espera y es lo mejor.
-Deja de seguirme -susurré molesto y cuando miré hacia atrás, no había nadie. Es muy triste eso, y me reí solo por mi tontería- bien, acá está tranquilo -me senté en una banca y puse las hojas a un lado y miré el edificio a lo lejos. Primero me inundó un sentimiento de envidia, pero se esfumó muy rápido al ver al loco nuevo viniendo hacia el jardín a prisa. Oh, conozco esa cara, está escapando de la visita.
Me levanté y levanté la mano para llamarle, y luego señalé atrás de mí. Hay un sitio donde puede esconderse como por media hora, suficiente para que su familia o lo que sea que vino a verlo, se vaya.
-Allá, idiota -le señalé al lado correcto, ¿acaso es tonto? Bueno, vino en muy mal estado, así que no dudo tenga algo más complicado que muchos de aquí. Digamos que yo no estoy tan loco, aunque igual llegué inconsciente en una ambulancia- todos huimos de las primeras visitas. Si no quieres que te lleven a la fuerza de regreso, hazme caso -no sé ni porqué lo ayudo, creo que me hubiera gustado alguien así mis primeros días.
Pero la enfermera no tardó en aparecer y me levanté para ser a donde él y jalarlo hacia el sitio correcto, caminamos con cuidado y de manera disimulada, porque si nos ven corriendo seguro sospecharán que andamos huyendo- era por aquí, pero ya no importa -suspiré y me di cuenta que había dejado mis cosas. Genial, al rato un regaño seguro.

Ren:

Me dice que pase, pero apenas avanzo un paso más, y si, no cierro la puerta como ha dicho.
-Supongo que por el momento desagradable- comento sintiendo mi corazón un poco acelerado. No debería importarme, pero nunca he podido evitar sentir eso. Fue de lo primero que me enseñó mi madre, dar una imagen agradable a las personas.
Levanto la mirada cuando dice “normal”, supongo que tiene razón, aunque ya lo había percibido de esa manera, no es que pueda solo actuar como me de la gana, aun entre locos, me sigue importando la imagen que puedan tener de mi.
-Si, tal vez- suspiro, pero no del todo convencido.

No esperaba que el me diera esos detalles sobre su situación, pero yo no he compartido nada a cambio, creo que está pasando porque no hace falta de que lo cuente, el me vio.
-Pues yo… bueno me viste- suspiro pues me avergüenza, me gustaría decir que ya no me pasará de nuevo, pero la verdad es que mientras el tiempo pasaba, yo cada vez podía evitarlo menos.
Me río por lo que dice de vecinos.
-Aun si no fuéramos vecinos, sabría donde encontrarte- me río un poco porque es así de simple, todos estamos encerrados, y a menos que salgamos, no hay manera de que uno pueda desaparecer a menos que salga.
-Amm, bueno, supongo que regreso a mi habitación. Muchas gracias por ayudarme- juego con la pieza en mis manos, creo que me pone nervioso pensar que tengo un amigo que simplemente ya conoce algo de lo peor de mi. No lo he querido compartir, pero ya lo sabe, y no parece importarle -Amm, si luego tienes tiempo, tal vez podrías enseñarme a hacer ese pollo con el papel- comento solo para dejar al aire una posibilidad de que hagamos algo juntos.

No es que verlo fuera super divertido, pero tampoco considero que se volviera desagradable porque actualmente ya me voy acostumbrando a ver esas cosas de vez en cuando. Obviamente a veces sí me da un poco de nervios mirar a esas personas, incluso me hace sentir triste la situación en que se encuentran y me provoca miedo el terminar igual, porque sé que en algún momento también perdí de esa forma el control. Pero pues ya, esas cosas pasan aquí más seguido de lo que quisiera.
-No tienes que disculparte -no lo dije por quedar bien, sino que realmente no debe hacerlo, al menos no conmigo, creo.

Hice una mueca y asentí, lo vi y muy mal, o más bien lo escuché porque no soy de los que curiosean cuando uno de ellos se pone todo loco, prefiero no mirarlo y olvidarme de que existe si está teniendo un ataque o crisis.
-Sí, pues claro, verdad -me reí y me sentí algo tonto, mi comentario  para romper la tensión me hizo quedar como idiota. Además él dice que ya se va, creí que querría platicar más pero tenemos todo el tiempo y nada que conversar- oh, pues como quieras -sí, mejor si se va, creo que no le agradé mucho y solo está siendo amable- y de nada, no es como que hubiera hecho gran cosa -solté un suspiro, es por eso que no me gusta acercarme a la gente, sé que piensan que no soy genial ni agradable, pero la mayoría son muy educados como para rechazarme directamente. Además de mamá y papá y de mi hermano, nadie tendría razones para querer pasar tiempo conmigo- amm -¿quiere que le enseñe eso? Pensé que no le caía bien. Sonreí y asentí, aunque eso no es un pollo, cómo quiere que le enseñe algo en lo que soy muy malo- es un pájaro, qué malo eres -solté otra risa y lo miré. ¿Será que sí le agrado? No, más bien es que no tiene muchas opciones por aquí, y no es por presumir pero estoy un poco más cuerdo que la mayoría- puedes venir cuando quieras -aún así sería agradable tener alguien con quién hacer estas cosas, yo soy malo pero él se ve como super inteligente, tal vez pueda hacer cosas más bonitas como las hacía mi hermano.

Me río cuando me dice que era un pájaro lo que hizo.
-Bueno, ambas son un ave- contesto pero aun sigo riendo un poco. Eso ha sido algo vergonzoso, pero también divertido. Creo que es la primera vez que río desde que llegué a este lugar. Solo con tan poco ya me siento mejor.
-¿En serio?- pregunto con mucho más entusiasmo del que quería demostrar, comienzo a toser para “disimular” la emoción con la que se han impregnado mis palabras.
-Quiero decir, que si, vendré… tú también puedes ir a mi habitación si un día quieres platicar…- ofrezco, no me suele costar hacer amigos, soy muy sociable, pero ahora resulta complicado para mi, tal vez es una de las relaciones que he iniciado con más honestidad en mucho tiempo… -Amm, también si quieres un día hasta podemos comer juntos- la comida del lugar es la peor, pero al menos podría tener una buena compañía eso me gustaría.
Ren es un chico peculiar, es amable aunque un poco tosco, pero aun así es lindo.
-Bueno, me voy, yo, estaré en frente- luego de una sonrisa salgo de su habitación y un par de pasos más, ya estoy en la mía. Es raro despedirse de alguien cuando lo tienes a solo unos metros de ti.
Me siento en mi cama, con sorpresa, aun me encuentro con una sonrisa en mi rostro. Creo que al menos habrá algo bueno en este lugar. Debería tal vez ser desconfiado, pero está vez no me siento así, no sé porque iba a confiar en un desconocido que acabo de conocer en el loquero, pero eso es lo que estoy sintiendo.

Su risa es contagiosa por eso me estoy riendo mucho. Además puede no ser tan malo llevarse con alguien, estaré aquí un ratote, al menos un amigo o algo así podría intentar hacer. Y Meier pues es medio raro, pero no es tan delicado como creí, no parece desesperado por compañía, podemos llevarnos y sino pues ya lo dejaré, aunque más probable que él lo haga.
-Sí, sí puedes -siento que estoy un poco nervioso y amm... ¿feliz?- oh... ¿en serio? Pues bueno, sí, sí voy... o sea sí, gracias -aclaré mi garganta y traté de poner una cara más seria, pero al poco sonreí porque es bueno pensar que no solo yo quiero ser su amigo, él también al menos por ahora- sí, comamos juntos cuando quieras. Yo siempre como solo así que pff... está bien -creo que mi cara debe estar rara, pero él no parece notarlo y cuando se despidió solo moví mi mano. Lo vi llegar a su habitación y desvié la vista. Me levanté de la cama y comencé a dar vueltas y apartarme de la puerta para no estar a la vista, porque no quiero que me vea inquieto y crea que es por él, no quiero espantarlo o que piense lo mismo que yo pienso de los otros, que estoy desesperado. Solo me siento un poco mejor que otros días.