Idle Town -Meier-

Hace tres días ese tipo vino al hospital, creí que ya no lo vería pero me equivoqué. Y esta vez no vino solo, había una mujer rubia con él y también un tipo que al parecer es quien está mal de la cabeza, pues pude verlo al día siguiente con uno de los psiquiatras. Nunca había visto a ese tipo, se ve diferente de la gente con la que se relaciona. Aún así el simple hecho de saber que alguien de su gente está en este lugar me hace rabiar, ¿por qué aquí? Hay más hospitales para locos, ¿no? Pero no, tuvo que traerlo a este lugar, al lugar donde sabe que estoy. No, probablemente él ni se acuerda quién soy, seguro ha matado tanta gente en su vida que ya ve a las personas como bichos insignificantes.

Me sentí intranquilo y como solo puedo confiar en Meier aquí, decidí contarle que quiero salir. Primero como que no me creía, pero ya después hasta dijo que también me acompañaría, que tenía cosas que resolver afuera y no sé qué. No he logrado conocer tanto de él, pero no lo juzgaré, mis razones son mucho peores que las que sea que él tenga.
Pero como no tenemos dinero y el guardia de ese día es bastante estricto, tuvimos que esperar dos días más para poder irnos. No pude ni dormir bien por pensar si la cosa iba ir bien, pero qué más da, ¿qué puede ser peor que estar en este hospital para locos?
-Tienes que coquetearle mientras yo le saco la cartera -estamos parados en el pasillo mirando al enfermero. Ese tipo es un pervertido, se ve que le trae tremendas ganas a Meier y bueno, mientras no le haga nada no veo mucho problema. Pero como seguro ya se imaginó cosas bien raras, es él de quien tomaremos dinero para poder movernos estando fuera- yo tomaré la llave, después tendrás que acompañarme a las taquillas y cuidar que nadie entre mientras le saco el dinero -comencé a balancearme para disimular la plática, pues estamos en descanso y pronto tendremos que ir a esa plática grupal odiosa- ¿crees que podrás manejarlo? Es que el tipo es medio desagradable y no quiero que vaya a intentar hacerte algo raro -puse una expresión preocupada, porque sí que me urge salir de aquí, pero tampoco arriesgaría a la única persona que tengo ahora nada más por salir.

Acordamos la hora en común con el horario del enfermero y nos fuimos a la charla aburrida. El pensar en ese hombre me hace sentir nervioso, debo controlarme o sino echaré a perder todo, y para Meier también es importante salir.
Le hice la seña al terminar la charla y me quedé en uno de los pasillos a esperar al tipo, hay pocos enfermeros por acá porque es la hora de medicar a la mayoría de los locos, y los psicólogos se encuentran en terapia a esta hora.

Ren:

Llevo un rato encerrado en este lugar, y bueno, yo he comenzado a hablar un poco en las sesiones, pero muy poco, sobre todo en las grupales es donde evito hablar. Creo que hablar con un especialista no está de más, y los medicamentos, supongo que me están ayudando. Ya no siento que todo me esté ahogando y he sentido ganas de ver a Evan, me gustaría que conociera esta versión de mi que si no está del todo bien, al menos creo que tiene un poco más de estabilidad, pero me asusta, he evitado a todo el mundo por vergüenza, pero lo extraño tanto, y desearía poder verlo, además su cumpleaños... no lo pudimos pasar juntos.

Así que ahora estoy con Ren, escuchando su plan para salir de este lugar. Es una locura, pero aun así he aceptado.
-Ya, porque tu no podrías coquetear- digo para molestarlo un poco por esa inocencia suya y falta de experiencia hasta de lo más básico. Pues pese a que puede ser un poco arisco, la verdad es que es muy inexperto en otras cosas.
-Bien, bien, lo tengo- en realidad es un plan bastante simple.

Espero la hora a la que hemos quedado, está casi por anochecer. He buscado algo de ropa decente, pero la verdad es que mi madre no trajo lo mejor de mi ropa, solo parece que buscó ropa cómoda para que esté aquí.
Cuando llega el momento me encamino para mirar a aquel enfermero.
-¿Por qué no estas en tu habitación?- me pregunta y le sonrío con coquetería.
-Creo que me perdí- comento con tono juguetón, es obvio que miento, pero el parece entender -Tal vez si me llevas- me acercó aun más y paso mi dedo por su pecho.
El obvio me acompaña, siento su mirada sobre mi, cuando estamos frente a mi habitación lo empujo contra la puerta de la habitación de Ren, para que escuché que lo traje. He aprovechado para abrir su puerta y ambos caemos al suelo, con todo eso aprovecho para buscar las llaves en su ropa y la dejo en el suelo para que Ren la pueda tomar.
-Ay lo siento, que pena- digo poniéndome de pie como si estuviera muy avergonzado al ser "descubiertos" y me muevo para encerrarme en mi habitación.

Spoiler:

Meier ha escuchado mi plan, aunque le he hecho una mueca por eso último, ¿acaso importa? Supongo que la mayoría se sentiría mal de ser un virgen sin experiencia, pero yo no, no me interesa el romance y menos en este momento. Él es diferente de mí, se nota que sabe mucho de esas cosas pero… bueno, aún así me habla así que creo que debe ser muy exigente también.
[color#ffffff]-No serviría de nada tampoco, yo no le gusto para empezar [/color]-es un poco difícil admitir que lo arruinaría si me toca hacer su parte, por eso lo dejo en esas palabras.

Me quedo esperando sentado en la cama de mi habitación, estoy tan nervioso que he comenzado a morder mis manos.  Pero un golpe en la puerta me saca del trance y me levanto para mirar, pero ellos ya han entrado de una manera única. Primero no entendí muy bien, pero después noté que Meier ponía las llaves en el suelo y me acerqué con la excusa de ayudar al tipo, aunque solamente he pisado las llaves para que no las vea.
No le dije nada porque ser amable no es mi mayor virtud, si lo soy de repente seguramente sospecharía. Así que solo le tendí la mano y él salió casi corriendo de la habitación, diciendo no sé qué cosa por lo nervioso que estaba.
-Bien, tengo que ir antes que vuelva -doy un par de golpesitos en la puerta de Meier y comienzo a caminar. He dejado mi puerta cerrada, no siempre revisan si estamos y como el enfermero ya nos vio estar donde debemos, tendremos un poco más de tiempo- cuida que nadie venga -me acerco a las taquillas y busco el nombre del enfermero, después tomo la llave y abro. He cogido su billetera y rápido cierro de nuevo la taquilla, y volvemos para el pasillo por donde saldremos. Siento el corazón muy acelerado mientras camino, incluso cuando ya logramos salir al patio sin ser vistos, mis manos comienzan a sudar mucho.
Rodeamos por el lado del pasto y antes de llegar a la entrada de la clínica, me fijé que el guardia no nos viese. No es una prisión de alta seguridad, pero si de casualidad nos topamos alguno de los doctores en la rampa, entonces será el fin. Tomé la mano de Meier y corrimos agachados, estoy temblando pero parece que las cosas no fueron mal.
Al estar completamente fuera miré hacia atrás, tengo una sensación abrumadora y me tiemblan las piernas. Supongo que ha sido tanto el tiempo de estar ahí que ahora es difícil moverme fuera, me siento un poco perdido. Pero respiré hondo y me puse a pensar en ese hombre. Si pienso en lo que debo hacer entonces dejaré de tenerle miedo al exterior.

-Creo que ya pasamos lo peor -no lo noté pero caminé mucho rato en silencio, y solté la mano de Meier- perdón -me disculpé porque seguro lo apreté con fuerza, además mis manos sudorosas no deben ser agradables.
Saqué la cartera y le di la mitad del dinero, no es mucho pero será suficiente para movernos.
-Tomaré el metro, un taxi saldrá caro, ¿qué harás? -¿estará bien? No, creo que debo preocuparme más por mí, soy el único que hará algo malo y que seguro no vuelve al psiquiátrico pero sí irá a prisión. Pero ya no importa, de todos modos no puedo regresar sabiendo que ese tipo estará yendo por alguien cercano, actuando como alguien normal y bueno.

Su respuesta me hace reir, porque es como una manera de tratar de no tocar el tema. Él es lindo cuando se apena un poco porque trata de ocultarlo y actuar como si las cosas fuera de otra manera, pero solo lo vuelve más obvio.
-Claro, si- comento aun riendo un poco.
No me agrada la idea de tener que coquetear con ese tipo, no quiero que luego creo que tiene alguna algún derecho para buscarme de nuevo, pero supongo que un poco de sacrificio lo vale si puedo ir a ver a Evan.

Caer en el suelo no ha sido lindo, me lastimé un poco una de mis muñecas al tratar de evitar que mi cabeza se golpeara con la del enfermero. Además quedé encima de él y debo decir que para nada me agrada su aroma. No es que huela mal, pero no me gusta.
Por suerte Ren se encarga de que el tipo no vea las llaves. Yo me he ido rápido por la “vergüenza” y para evitar continuar con lo que sea que el enfermero pensara que iba a ocurrir.
Espero sentado en mi cama a que Ren toque, y salgo cuando ocurre. Lo sigo para ir a las taquillas y me quedo vigilando mientras él se encarga del robo… dios, no solo soy una persona con problemas mentales, ahora soy complice de un robo, ¿y así quiero decirle a Evan que estoy mejorando?

Mi pecho está agitado, pero trato de controlar mi respiración para que no nos descubran, me dejo llevar por Ren para salir del lugar, ¡dios muero de los nervios! pero lo logramos, salimos... ¡salimos! una vez afuera me siento muy aliviado.
-Pensaba que nos iban a atrapar- admito con una risa nerviosa y solo le sonrío cuando se disculpa por no haberme soltado aun. A mi no me ha incomodado, es mi amigo y no tengo problema con que tengamos contacto.
Tomo el dinero que me da, no es mucho… ¿me alcanzará para llegar? Lo miro cuando dice que usará el metro, yo nunca lo he usado, pero supongo que puedo intentarlo.
-Creo que lo mismo, veré cual me deja cerca de su casa… - comento pensativo -¿sabes donde tomarlo?- pregunto a Ren.

Miré a Meier y sonreí nervioso, la verdad yo también creí que nos atraparían. Pero, ¿qué es peor que estar ahí encerrados? La carcel, supongo, pero no pueden llevarme a prisión por robar una billetera. Creo que pienso demasiado en eso por las cosas que estoy a punto de hacer, porque la furia me tiene metido en esa idea pero después de todo mi mentalidad parece todavía la de un niño.
-Bueno, pero lo logramos -comenzamos a caminar y se siente super raro, esta sensación de libertad no es del todo alentadora- okey, entonces busquemos la estación más cercana -empiezo a mirar para todos lados un poco por paranoia, y otro más para ubicarme porque la zona no me suena para nada- mmm la verdad no, pero debe haber una cerca y sino… pues a caminar, un taxi sale caro -después de un rato ya me siento más tranquilo, al menos mi pulso ya va de manera regular.

Llegamos a una avenida transitada y empiezo a sentirme familiarizado, puede que tenga cero experiencia en otras cosas, pero era un vago así que al menos he logrado ponernos en una zona segura.
-¿Para dónde irás? -bajamos hacia el subterraneo y lo miré, se ve… ¿confundido?- no me digas que nunca te habías montado al metro… -he puesto mis manos en la cintura y apretado mis labios, estoy por reirme- ven, vamos acá a ver el mapa -caminamos donde estaban las rutas y le señalé con el dedo nuestra ubicación luego de buscar, también le pregunté dónde iba exactamente y comenzamos a buscar la ruta que debe tomar. Al parecer el mismo tren nos lleva a ambos, pero yo voy más cerca- bien, vamos a comprar un pase de dos días y luego buscamos el tren -pasamos a la taquilla y pagamos por un pase para cada uno. Debería comprar uno de mayor tiempo, pero no sé qué vaya a pasar y tampoco dónde terminaré, además tengo hambre, quiero por lo menos tener para comprar un pan.

Nos quedamos esperando en el andén luego de comprar mi pan, y mientras esperamos miré a Mei.
-Oye, ¿y cómo le harás para volver? -bueno, yo le hablé sobre salir, pero no cómo regresar- yo tal vez no lo haga -le di una mordida al pan y suspiré. Estoy inseguro, seguro acabaré muerto y tirado en algún bosque.

Caminamos para buscar una estación, pero no es algo sencillo. Podríamos haber intentado robar el celular pero ya todo el mundo los bloquea con huella digital así que nos sería inútil. Pero ahora serviría mucho para poder usar el gps… creo que no pensamos bien las cosas.
-¿Caminar?- le cuestiono cuando me hace esa sugerencia -Ni siquiera se donde estamos- le digo para que entienda que no tengo ni idea de a donde debo caminar.

Por fin llegamos al metro, y bajamos. Miro un poco ansioso el lugar, no hay tantas personas por la hora, creo, pero no me gusta mucho el lugar.
-No lo sé, ¿como funciona esto?- le pregunto para ver si me explica -Pues no, siempre he tenido chofer y luego compré mi motocicleta- le explico como si aquello fuera lo más obvio -¿Que? yo nunca me he subido al metro y tu nunca has tenido sexo, no es para tanto- le digo para mostrarle que a veces lo normal para uno no lo es para otro.
Lo sigo para ver el mapa, hay lineas de colores, trato de ver alguna que me parezca conocida y luego veo donde estamos… que complicado es esto.
-Ok, debo tomar esta… - sonrío al resolver mi problema, y parece que él irá a la misma zona. Lo sigo a comprar ese pase que dice -Sospecho que esperaré a que me atrapen- en cuanto sepan que me escapé no dudo que mamá mande a alguien a tumbar la puerta del departamento de Evan.
Lo miro cuando dice que tal vez no regresará.
-Lo harás, yo sé que nos volveremos a ver- le digo con convicción, aunque se trate solo de un deseo personal.

Meier es la primera persona que conozco de su clase, yo soy común y corriente por eso lo miro con cierta admiración por las cosas que dice, le salen así naturalmente como si fuera lo más normal del mundo.
-Muy bieeen -he soltado una risita, pero lo vuelvo a mirar y le doy un empujonsito por eso que dice del sexo. Dios, no debí ser tan honesto respecto a ese tema, pero estoy seguro que es más común un tipo virgen de veinte años, que un chico que en ese periodo nunca ha subido al metro- okey okeey, entiendo, entiendo el punto… -mi cara se siente un poco colorada, esas cosas no me importan pero digamos que él tiene facilidad para intimidar a otros.
Yo no estoy muy preocupado por ser atrapado, no soy tan importante como para que la gente del hospital tome mil medidas de seguridad, pero él es otro caso y seguro, con mi feo historial, hasta pensarán que me lo llevé para hacer algo malo. Suspiro por mi pésimo pensamiento, en verdad necesito olvidarme de un montón de cosas inútiles si quiero tener éxito en lo que estoy por hacer.
-Bueno, pero de un regaño no va a pasar. Mejor haz que valga la pena si es que te pillan -le he ofrecido de mi pan porque él también se saltó la cena- ¿tú crees? -desvié la mirada y al llegar nuestro tren, entramos y nos acomodamos al final del vagón. Estoy super nervioso, por suerte no hay mucha gente por estos rumbos- oye, ¿y qué harás cuando lo veas? ¿No crees que llamará a alguien para avisar que te saliste? -yo soy muy desconfiado, por eso no puedo ponerme en contacto con nadie ni sé qué haré después- sé que dijiste que volveré, pero la verdad no creo siquiera que llegue a mañana -me deslicé en el asiento para sentarme de manera incorrecta, metí la basura de mi pan en mi bolsillo y dejé las manos en las bolsas- pero si regreso… bueno, perdón por involucrarte, seguramente si lo hacía solo no habría ni podido salir al patio -lo miré con una cara apenada. Meier es raro, pero es una buena persona. Yo no soy bueno, si pienso en matar a alguien definitivamente no soy diferente de ese tipo, aunque lo merece, el hacerlo me convierte en lo mismo.

Siempre funciona molestarlo un poco con lo del sexo, dice que no le interesa y no le importa, pero la verdad es que si, solo que no lo va a admitir, por su actitud de chico rudo y que nada le importa.
-Me alegro que lo entiendas- comento con una sonrisa de sentirme ganador de no sé que, pero así me siento.

-Claro que me atraparán, ya te he hablado de mi familia… mi madre controla hasta mis comidas desde que me encerraron ahí- se que no acepto verla, pero la conozco y estoy seguro que todos los días le dan un informe de lo que hice y de mis avances, por suerte no le pueden hablar sobre las sesiones, porque de otro modo no hablaría.
-Claro que si- le digo mientras entramos y lo sigo hasta la parte del fondo -No, no lo hará, creo que me va a abrazar y muy seguramente yo me pondré a llorar- admito como si esas cosas no fueran vergonzosas, claro que lo son, pero supongo que tengo una alta tolerancia a ese tipo de cosas -Deja de decir eso. Lo harás porque yo nunca me equivoco, y si digo que nos volveremos a ver, es porque va a pasar- hablo con tanta seguridad, como si yo fuera quien controla el universo, pero al menos quiero pensar que nos volveremos a ver, no quiero pensar en lo que le puede pasar, no quiero imaginar esas cosas desde ahora.
-Sin mi ni siquiera habrías tenido la llave- le digo revolviendo su cabello.
Me levanto cuando estoy cerca de mi estación, así que me acerco a él y aunque no le guste lo abrazo con fuerza.
-Vas a regresar - le vuelvo a decir, dejo un beso en su mejilla y luego de una caricia cariñosa a su cara salgo por la puerta. Miro como se aleja el metro y me despido con la mano.

Subo a la superficie, ya está oscuro, y camino hasta encontrar una calle conocida y ver su edificio. Tengo miedo, todo el valor se me ha ido y me quedo parado mirando el edificio.

Ahora que lo pienso, ¿no tendré consecuencias yo también? Si su mamá es así hasta con lo que come, seguramente quiera alejarme de su hijo. Mmm, eso no es bueno, aunque aún no sé si volveré pero si sabe que se fugó conmigo seguro me echan la culpa, soy el que tiene las de perder. Normalmente no me importa, pero si eso le trae problemas a Meier creo que no debí involucrarlo.
-Supongo que ya solo queda disfrutar la libertad… -sí, claro, para libertad que tenemos. Pero él aún así no se ve decaído, y cuando salimos parecía más emocionado que yo.

Me impresiona que admita exactamente lo que hará, pienso que ese novio suyo debe ser super especial. Yo no he tenido nunca una novia, tampoco he querido a alguien como él describe querer a esa persona, por eso no entiendo cómo puede confiar ciegamente que de verdad hará eso. Y estaba por decirle que no bajara la guardia, pero creo que arruinaré su noche si empiezo con mis consejos solo porque yo ni entiendo eso.
-Está bien, te creo -no le ganaré en la discusión, y si está super positivo pues ya mejor quedarnos así, no es bueno dos negativos juntos.
Llegamos a su estación y antes de bajarse me revuelve el cabello, le hago una mueca y lo miro mientras muevo mi mano en despedida. Me siento triste, tal vez no debí salir de ahí y hacer todo esto. Pero aunque todavía puedo regresar o bajarme antes, ir a casa o visitar otro lado, no lo hago, solo espero llegar a mi destino y con muchos nervios encima me bajo.

La zona me es muy familiar, desde el trayecto del subterráneo a la calle, las tiendas cercanas, todo. Es la zona en la que viví de niño y donde solía jugar. Hay muchas cosas que han cambiado, pero la mayoría es más o menos lo mismo.
-Wow, vaya casa -me quedé fuera de la casa esperando. Nunca había estado tan cerca, siempre que venía a verificar aunque está cercana a donde solía vivir, no me acercaba tanto. Está oscuro y no pasa casi nadie, siento que será fácil entrar, pero… ¿luego qué? ¿Cómo le hago para inmovilizarlo? Soy un idiota, no me traje ni un palo siquiera y ya estoy pensando en matar a ese hombre. ¿A puños? Claaro, seguro él de un golpe me saca los sesos, esa ni opción es.
Me recargué en el poste y pegué mi frente a este, estoy replanteándome si esto debería hacerlo ahora o mejor otro día. Pero otro día cuándo, no tengo a dónde ir, ni dinero, no tengo nada, nada más me dejé llevar y vine sin pensar mucho.

Al escuchar un auto me paré bien para no lucir sospechoso, inmediatamente me di cuenta que ese hombre bajó de ahí y traté de ocultarme. Toda esa racionalidad de antes se fue, de nuevo me siento enojado y con esas inmensas ganas de lanzarme a él sin importar el resultado. Siento mi corazón ir muy rápido y me muevo buscando por dónde trepar la maldita barda y entrar. Oh pero claro que lo haré, que se joda todo, soy un don nadie que ya no tiene nada que perder. Y de alguna manera logro subirme, me he raspado la mano pero debe ser lo nervioso que estoy que no duele ni un poquito.
-¿Pero qué carajo? -miré el lado contrario y es más alto que por donde yo subí, y para mi mala suerte no hay ni un maldito árbol- mejor bajo o sino pensarán que soy un ladrón -tomé aire, lo solté y me lancé de la manera más estúpida, porque parece que esta noche todo debe salir mal. Al caer sentí un dolor punzante por toda mi pierna y solté un quejido, siento un calor insoportable incrementarse y aprieto con ambas manos mi pierna- mierda, mierda, mierda -mordí mi labio, siento ganas de llorar, me duele muchísimo.

Hoy ha sido un día más para la rutina, no he podido ver a Daryia, ella está muy enfocada en su trabajo en la galería, desde que se salió de esa casa es como si ahora estuviera liberada y pudiera por fin comenzar a ser la persona que siempre ha ocultado que es. Alguien natural que siente que por fin pede respirar y sonreír. Incluso me atrevería a decir que sus obras demuestras la evolución que ella está teniendo y es para bien. La extraño, pero no debo consumir su tiempo, no quiero convertirme en otro sujeto que la consume sin dejarla brillar.

Me he centrado en el trabajo con el clan, he trabajado muy de cerca con el oyabun, aunque parece preocupado por la velocidad con que Chiaki está aprendiendo, va algo lento, pero Chi no pone demasiado empeño en aprender, tampoco intenta integrarse y ganar el aprecio de las personas del clan, él sigue manteniéndose al margen.

Llego un poco tarde a casa porque he pasado a comprar un poco de comida para cenar. Luego de estacionar en la cochera, entro a la casa y giro a la izquierda para ir a la cocina y dejar la bolsa de comida en la mesa. Pero suave alarma me hace levantar la mirada. Camino a la sala para tomar la tablet donde se pueden ver las cámaras de seguridad, el detector de movimiento ha captado algo, no me asusta, suelen ser gatos, pero de inmediato veo al chico que salta.
-No saltes- pido a aquella imagen pero parece que le he pedido lo contrario -No puede ser...- suspiro dejando la tablet en la mesa y salgo -llamaré al doctor- digo sacando mi celular para llamar a un doctor que suele atenderme en privado cada que lo necesito, así que me dice que llegará, claro le he explicado que el chico saltó y lo de su pierna.
Me acerco a él y lo tomo por el cuello de su camisa para comenzar a levantarlo.
-No te muevas o te lastimarás más- digo para ver si así me deja ayudarlo.

Nobu:

Muerdo fuerte mi labio para evitar ese quejido que por el dolor evitablemente busca salir. He escuchado una voz y miro hacia los lados, y rápido me levanto pero obviamente termino de nuevo en el suelo. Otro quejido sale y siento que mi cuerpo tiembla, pero no es por el dolor, sino por miedo. Estoy perdido, definitivamente va a matarme. Soy un idiota, no debí venir sin un plan, no se trata solo de lo que hará conmigo, sino de lo humillado que me siento por dejarle ver esta imagen tan patética.
Siento el jalón en mi cuello y suelto mi pierna para dar un manotazo hacia atrás, pero debido a la ansiedad que tengo no di el mejor golpe.
-¡Suéltame! -intento zafarme pero mi pierna no ayuda, inconscientemente termino estrujando su camisa para no caer otra vez- ¡cállate, no pedí tu ayuda! -estoy mirando al suelo porque no puedo levantar la mirada, solo escuchar su voz hace que comience a temblar.
Le doy algunos manotazos pero al final me siento tan débil que apenas si lo he tocado, mi cuerpo pierde fuerza y mi cabeza empieza a doler. Siento mis lágrimas escurrir y muerdo una de mis manos para no comenzar a llorar, porque no lloro por otra cosa más que por rabia.
¿Por qué no me matas? Me metí a tu casa -he soltado una risa, pero siento incluso mi labio temblar- déjame -me duele demasiado, ¿acaso me rompí la pierna? Dios, no puedo ser más idiota y tener peor suerte, este tipo ahora me está arrastrando a su casa y a causa del dolor he terminado sosteniéndome de él. Pero apenas entramos le empujo lejos de mí y me sostengo del mueble más cercano. Su casa se ve pequeña por dentro… no, eso no… debo ver la manera de salir.
Levanto la cabeza y por fin cruzo la mirada con él, se debe notar lo asustado que estoy porque incluso siento nauseas y llevo mi mano a mi boca. Pero no sale nada, solo parece como si me estuviera desvaneciendo poco a poco. ¿Matarlo? Ja, claro, no sé cómo diablos pensé que eso sería tan sencillo.

Obviamente él pone resistencia, aunque para empezar no entiendo que hace en mi casa. Se supone que él está internado, la ultima vez que hablé con su padre adoptivo me dijo que parecía estar mejor, que hasta había hecho un amigo. Pero ahora lo encuentro saltando la barda de mi casa.
Se mueve intentando que lo suelte y eso solo hace que se lastime más la pierna.
-Es obvio que no lo hiciste- le digo a eso de la ayuda -Pero no te voy a dejar tirado en mi patio, es obvio que no tarda en empezar la lluvia- comento mirando el cielo, se que es de noche, pero se nota en esas nubes.

-¿Por qué te mataría en mi casa? eso sería demasiado estúpido- comento soltando un suspiro, no me sorprende que diga eso, él pienso que soy solo un matón, y por mi está bien, él merece tener a alguien a quien odiar.
Ignoro su petición sobre que lo deje, y lo arrastro a mi casa. Me tambaleo cuando me empuja y lo he soltado. Hago una mueca cuando parece que va a vomitar.
Lo dejo ahí, donde se está sosteniendo y marco a mi doctor.
-Necesito que vengas, un chico… creo que se rompió la pierna- comento a la persona en el telefono y dice que tratará de llegar, pero que si se ha roto la pierna habría que llevarlo mejor al hospital, pero parece que se retracta porque sabe que nosotros no somos de ir a los hospitales, así que dice que ya no va a tardar.
Regreso a la cocina para seguir con mi comida, ni le ofrezco agua o algo porque sé de antemano que va a rechazar cualquier cosa.
-Aun si intentas escapar, no podrás abrir el portón, tendrás que saltar irte por donde llegaste y dudo que ahora puedas subir bardas- le comento porque parece que busca una salida y mi casa, es algo así como un bunker, solo una salida y entrada.

¿No es más fácil sacarme de su casa? Pero él habla de la lluvia, ¿qué diablos? Hasta podría hablarle a la policía, o al hospital, no sé. Encuentro muy raro que me esté ayudando, no le creo, él no es una buena persona que por verme lastimado quiera ayudar. ¿O tan patético soy? Ja, dios… no puede ser eso, sería mucho peor que querer humillarme con su ayuda.
-¿A quién le importa la lluvia? -ni siquiera puedo corroborar eso, honestamente el clima es lo último que me importa ahora.

Me agarré el vientre con una de las manos, me duele la pierna y la cabeza, pero intento pararme correctamente. Lo he vuelto a mirar, está llamando a alguien, ¿debería aprovechar para irme? Bueno, ya no tengo nada más por perder, mejor moverme que quedarme aquí parado como idiota. Pero el dolor es mucho, y aunque logro caminar a la puerta esta no se abre. Me siento desesperado, molesto y para colmo, asustado. Odio tener miedo de él, odio esto, soy un idiota, no debí venir.
-Ja… bien -me quedo recargado en la pared junto a la puerta, estoy presionando mi pierna. ¿De verdad me la rompí? Soy un completo bobo, es la manera más ridícula para romperme un hueso- ¿por qué haces esto? -no lo miro, porque al menos enfocando mi vista en el suelo todavía puedo fingir que no estoy por colapsar de nervios- ohhh, claaro, tú ni siquiera me conoces -claro… ¿por qué iba a conocerme? Para él solo debo ser un mocoso impertinente que brincó la barda de su casa- bueno, yo no soy un ladrón -no… bueno, robé una billetera pero eso no cuenta- ¿no es mejor si llamas a la policía? Soy un intruso -me muevo como puedo nuevamente y termino en su sofá. Al menos al sentarme siento un poco de alivio, tampoco tanto pero ya no debo apoyarme en mi pierna.
Cierro los ojos y dejo caer mi cabeza a un lado. Él no sabe de mi existencia, esa vida suya debe mantenerlo tan ocupado que un mugroso niño no significa riesgo.

Él hace demasiado escándalo, así que por eso lo meto rápido a la casa porque no quiero que los vecinos se vayan a quejar y vayan a llamar a la policía. Pienso en llamar a su padre, pero creo que no sería conveniente, así que termino por descartar esa idea.

Una vez dentro de la casa, él, efectivamente... no se calla. Yo trato de "actuar" como normal, pero la verdad estoy nervioso, sé que me odia, y no hay forma de que yo pueda cambiar eso, así que solo aguanto la manera en que me habla. Si alguien del clan viera esto seguro se sorprendería.
-No me gusta la policía - podría resumirse a eso, pero solo es un pretexto, claro que podría llamar, pedir un pequeño favor al clan del Ueda, pero la verdad no quiero meterlo en problemas. Ya ha tenido suficientes cosas malas en la vida como para que sea yo, la persona que odia, quien lo haga arrestar.

Por suerte el médico llega, aun no comienza a llover. Lo dejo pasar y parece sorprendido de ver al chico, en el clan no hacemos que los más jóvenes participen en nada hasta que tengan cierta edad, por eso siempre atiende a personas que no son tan jóvenes como Ren.
Logra... revisarlo en el sofá y dice no se ha roto la pierna, pero que tiene que acomodar el hueso. Miro preocupado al chico.
-¿Traes analgésicos?- le pregunto porque algunas veces he tenido que pasar por la experiencia y no es algo fácil de olvidar -Lo sostendré- me acerco al chico, pero no creo que sea feliz de que me le acerque tanto -si crees que puedes soportarlo solo, entonces me alejo- le digo ya imaginando que va a querer empujarme.

Suelto una risa cuando dice que no le gusta la policía, porque es un poco obvio ya que es un matón. Pero por fuera se ve tan refinado que nadie creería que lo es, ¿no? Es raro.
-Wow, entonces por eso eres tan permisivo -no le creo eso de que no le gusta, pero tampoco tiene una razón personal conmigo, puede que sí sea cierto. A fin de cuentas no sé qué sea peor, si ir a la cárcel o esperar a que se le ocurra cómo deshacerse de mí.

Abrí los ojos cuando escuché la puerta y me senté en el sofá. Me quedé mirando a la persona que llegó, mi cuerpo se tensó y lo miré de mala manera. Parece un doctor, no me da mucha confianza pero como no me puedo mover y bien y ahora son dos contra uno, me quedo quieto esperar una oportunidad. Pero el tipo sí que me revisa, yo creí que era una mentira porque… pues porque no confío en ese hombre.
-Oh.. oh -miro con cierto alivio al doc cuando dice que no me rompí el hueso, aunque al final dice que me lo acomodará… espera, ¿qué?- ¿analgésicos? ¿Por qué? -¿por qué me ve de esa forma? Y ya no sé si yo lo miro asustado o molesto- ¿qué? No… oye, no me toques -me moví por el sofá pero sigo sin levantarme. ¿Se refiere a que se me desacomodó el hueso o se salió de su lugar? ¿En serio tengo tan pésima suerte?- claro que puedo soportarlo -¿y a este qué le pasa? Pero estoy temblando un poco, eso suena muy feo. De todas maneras no dejaré que este tipo me vea llorando, ya dolió mucho cuando me caí, supongo que será similar.
El doctor me dice que lo hará y me sostengo del sofá, no lo conozco pero no sé, igual y no toda la gente que le rodea es un matón. Igual y me vio tan miserable allá afuera que de verdad le habló a un médico y así deshacerse de mí como si fuera un perro o yo qué sé.
¡Wow!... ¡No, no, espere! -intenté soportar el dolor pero dios, ¡eso es muchísimo!- no… no quiero, mejor iré a un hospital -¿hospital? ¿Y cómo me muevo? El doctor de nuevo me explica qué debe hacer y yo lo miro asustado, pero si no dejo que me cure tendré que estar con este tipo, pero mis manos están temblando. Nunca me había pasado algo así de doloroso, ojalá estuviera drogado para no sentirlo tanto- bi… bien  -miré a un lado, pero en cuanto sentí el dolor incrementarse, sin pensarlo me sostuve de lo primero que encontré. Mordí mi labio y cerré los ojos con fuerza, estoy abrazándome de él pero por la situación no me preocupo por eso, incluso comencé a llorar.
Me ha costado recuperarme, aún cuando el doctor dice que terminó yo sigo lagrimeando y temblando, y siento un escalofrío extraño.