Boda -Emi-

Hace un mes me hicieron llegar una invitación en el hospital que estaba dispuesto a declinar, pero ya que he trabajado sin descanso y además proviene de alguien importante, creo que no es mala idea asistir al evento. No me gustan las celebraciones de matrimonio, son hipócritas, sosas y es una pérdida de tiempo, pero el lugar es turístico y unas pequeñas vacaciones no me vendrían mal. Además, la semana pasada le comenté a Emi y se emocionó, ella no ha asistido a un evento similar y creo que la idea que sea cerca de la playa, le gusta. Debería negarme solo por eso, pero cuando lo noté, ya había reservado la habitación del hotel y pedido algunos días en el trabajo. Al menos así ella seguirá con su buen comportamiento, y darle de vez en cuándo lo que quiere no es tan malo…

Alisté mi maleta y bajé para meterla al auto, no tengo ropa para la ocasión, tendremos que ir de compras hoy para mañana no perder tiempo.
-Date prisa, no quiero salir tarde -le hablé fuerte a Emi desde la planta de abajo, revisé que todo estuviera en orden y salí para esperarla en el auto. Una vez que entró me ajusté el cinturón y la miré- tenemos que ir a comprar ropa, no tienes nada adecuado para el evento -encendí el auto y seguí las indicaciones del GPS. No viajo mucho mas que para las cosas que Shinya necesita, y el lugar al que vamos nunca lo había visitado- puedes dormir si quieres, nos llevará un rato llegar -encendí el aire acondicionado y nos encaminamos. Vi algunos artículos en línea sobre el lugar, parece un pasaje agradable. No suelo hacer estas cosas, pude irme mañana y regresar el mismo día, pero como Emi me acompañará, supongo que no está mal revisar el sitio, además conducir de ida y vuelta un día es más pesado.

Después de conducir un rato hicimos una parada para comprar algo de almorzar. He esperado a Emi y pasé mi brazo por sus hombros, pues hay muchas personas y la gente joven suele ser un poco imbécil.

Es la primera vez que iré a una boda, estoy algo emocionada, además será en la playa. No conozco a quienes se casan, son gente del trabajo de Takumi. Solo decir su nombre me descubro mordiendo mi labio para contener esa sonrisa que quiere salir.
Hace un poco de fresco, así que me tomo una chamarra para el viaje. Y bajo mi maleta, no es nada grande, pero no he olvidado de meter un traje de baño por si es necesario. La verdad me quiero dar una pequeña escapada a la playa.

Lo veo mientras sube su maleta al carro. Vuelvo a sonreír, es raro ver son su ropa siempre formal por el trabajo, hoy solo viste de manera relajada. Me acerco y le doy mis cosas para que las suba también.
Como dice que me de prima, me subo de inmediato al carro en el lado del copilo.
-¿Que ropa se lleva a algo así?- pregunto con algo de duda porque en general no se que se lleva a una boda, es completamente una experiencia nueva para mi.

Viajamos un rato y dice que puedo dormir, así que no me lo pienso dos veces y como no me cuesta dormir de cualquier manera o en cualquier lugar, no tardo en conseguirlo. Así no siento mucho el viaje, y despierto cuando nos detenemos. Miro un poco y no hemos llegado aun, pero como él baja, yo lo hago también mientras tallo un poco mis ojos. Camino para alcanzarlo y el me abraza, así que al sentir eso, me pego un poco más a él.

Emi:

Ir de compras no me entusiasma mucho, principalmente porque Emi no sabrá qué elegir ya que no está acostumbrada. Debí pedirle a Shinya que Mia la acompañara antes de hoy, y me encuentro a mí mismo omitiendo esos pequeños detalles cuando se trata de ella. No me gusta.
-Ropa formal. Un vestido, tal vez, ya veremos alguna tienda y que una de las encargadas te haga una recomendación -solo tengo que dejarle la elección a alguien más, en realidad no es tan complicado pero para mí se vuelve una situación anormal. Antes la he llevado de compras por simple capricho mío, las cosas se hacen cuando yo las deseo, pero ahora… ahora ni siquiera lo recordé hasta hace un rato.

Llegamos a un restaurante de paso y fuimos directo a ordenar al mostrador, es mejor comer en el auto, aunque no me guste ya que puede ser un desastre, aquí hay demasiada gente.
-¿Qué quieres ordenar? Solo toma en cuenta que no comeremos aquí -ordené un jugo, una ensalada y luego lo que Emi quería- el hotel que reservé es lindo, queda cerca de una playa privada. Quieres ir, ¿cierto? Solo que no sé si nos dará tiempo -tiempo hay y de sobra, sinceramente no sé qué hacer con él. Ir a buscar nuestro vestuario, un regalo y tal vez después al cine o a comer. ¿No suena como a una cita o un viaje de pareja? Las familias también hacen esas cosas, pero mirándonos nosotros no lo parecemos- gracias -pagué y tomé el pedido- dame tu mano -no esperé mucho y la tomé para caminar al auto. Por las miradas me hago una idea de lo que deben pensar y sonrío, ¿tal vez ya no me veo tan joven?

Entramos de nuevo al auto y abrí las ventanas mientras comíamos, la vista de la carretera no es tan mala, es más tranquilo que en la cuidad y… es raro ver esos detalles como algo relevante.
-¿Quieres ir primero al hotel o directamente por tu ropa? -le sonreí, y después miré a otro lado. Quien toma las decisiones soy yo, ni siquiera tendría por qué avisarle qué haremos después, pero aquí estoy preguntando.

-Ok, un vestido- supongo que no es tan difícil elegir, y siempre habrá una vendedora que me dirá “se te ve hermoso” a cualquier cosa que me ponga, porque solo desean vender, pero al menos puede que me den consejo sobre que ponerme. La verdad es que no me importa mucho, lo que yo quiero es ir a la playa y jugar un poco.

El dice que no nos quedaremos a comer, pero como yo no manejo creo que no tendré demasiado inconveniente para pedir lo que sea, miro un poco de lo que hay.
-Yo quiero un poco de fruta- digo con una sonrisa, pues al final nada más se me antojaba.
Sonrío cuando me dice lo del hotel y la playa, pero mi sonrisa se apaga en cuanto dice que tal vez no dará tiempo, y eso era lo que yo más quería hacer.
-¿en serio? ¿ni cinco minutos?- pregunto con cara triste esperando que al menos me deje tener unos minutos en el agua.
En cuento lo pide yo le tomo la mano y sonrío mientras caminamos de regreso al auto.

Tomé mi fruta, le han puesto un poco de miel lo cual hace que tenga un sabor más dulce y la comienzo a comer.
-Por la ropa, si terminamos rápido puede ser que de tiempo de ir a la playa- ahora ese es mi objetivo, yo no voy a tardar nada de tiempo en comprar lo primero que me sugieran y me quede, eso voy a pedir, y con suerte conseguiré el tiempo que él dice que no tenemos.

Miré a Emi y me quedé en silencio, normalmente aceptaría lo que digo sin objetar, pero últimamente se ha vuelto más caprichosa.
-No lo sé -miré de nuevo mi ensalada, puedo hacerla sentir culpable con casi cualquier cosa solo para ganar esta vez, simplemente porque quiero. No odio la playa pero tampoco me emociona la idea, ni siquiera debería haber aceptado la invitación. Y por eso es que busco un montón de excusas para justificar el hecho de que al final, haré lo que ella quiere. Lo interesante es que no me manipula, ella no tiene ese poder en mí- además, ¿no te  ha cansado el viaje? -soy bueno poniendo excusas, pero de qué sirve si al final voy a ceder.

Ella está muy empeñada en ir a la playa y suspire para hacerle notar que su idea no me agrada.
Conduje un rato y estacione cerca de unas tiendas de ropa, según leí es lo mejor que podemos encontrar aquí.

-Asegúrate de elegir algo lindo -entramos a la tienda y pregunté por un traje para mí, di mi talla y le dije a Emi que podría ir a ver los vestidos mientras esperaba sentado. Las personas son amables, pero también noto que nos ven de mala manera. No es solo por cómo lucimos por separado, sino juntos. No nos parecemos, es imposible que alguien piense que somos familiares- también elige zapatos, unos que no sean tan incómodos -acaricie su cabello y le sonreí, porque es divertido incomodar a las personas que sin conocerte ya ejercen un juicio. No me importa si piensan que ella es demasiado joven par mí, sería más raro no tener ningún tipo de reacción- me mediré el traje, ya vuelvo -me alejé para probarme el traje, me queda bien, obviamente no tan justo pero esos detalles no me interesan, no estaré perdiendo el tiempo eligiendo ropa que luce casi igual- lo llevaré. Ah, y por favor, ¿puede elegir unos aretes para su vestido? Pero que sea nuestro secreto -sonreí y volví a donde Emi. Ella no se emociona con joyas, pero cualquier cosa que le dé le gustará, ¿entonces para qué tomarme la molestia?

Lo miro cuando pregunta si el viaje me ha cansado y solo niego con mi cabeza, ¿como me voy a cansar si he venido dormida?
-¿Tú lo estás verdad?- comento con el animo un poco bajo, si él esta cansado no iré a la playa, prefiero que él descanse -Entonces podemos no ir a la playa- digo aquello con voz apagada y solo mirando mi fruta para comer un poco pero con las mismas ganas con las que he hablado.

Llegamos a una tienda y me separó de él, me acerco a la mujer que atiende el lugar.
-Hola, me gustaría un vestido para una fiesta en la playa- ella me dice que me ayudará y comienza a agarrar varias opciones y como no quiero perder mucho tiempo en esto, solo me mido uno y creo que me gusta, así que salgo del probador para que Takumi me vea y me diga si lo aprueba.
-¿Qué tal este?- digo para que me escuché y voltee a verme.
Obviamente la chica de la tienda me dice que me queda perfecto todo el conjunto, pero su opinión no me interesa por eso espero a que él me diga su lo aprueba o no. Por lo general suelo usar otro estilo de ropa, lo que podría decirse que le gustaba a Mitya pero ya no quiero tener ese estilo tan infantil, porque ya no quiero parecer una niña.

vestido:

Y ahí está esa a expresión suya tan obviamente apagada. No sé si es consciente o de verdad tenía muchas ganas de ir a la playa, sería mejor si le pide a alguien más que la acompañe, conmigo no tendrá la diversión que seguramente espera.
-Sí, estoy cansado -la miré fijamente. La verdad este viaje no es pesado en comparación a otros que he hecho, estoy acostumbrado a trabajar demasiado, algunas horas manejando no son nada- ya veremos, supongo que no hay diferencia si nos damos una vuelta -al rato podría decirle que no, que mejor regresemos al hotel y ver qué cara de decepción pone.

Me giré a verla cuando le escuché llamarme, el vestido se le ve lindo, creo que cualquiera le quedaría bien a ella.
-Vaya -me acerqué y crucé mis brazos, ese estilo es diferente al que usa- si a ti te gusta, llévalo -miré detenidamente los detalles, como el escote, el largo y el color principalmente. Emi se ve mayor con él, incluyendo esos zapatos. Sin querer le sonreí mientras pensaba que cada día está más lejos de ser esa niña molesta que llegó a mi casa- ¿segura que no deseas ver más opciones? Parece que quieres irte pronto -al final decidió llevar ese y pasamos a pagar a la caja. La señorita me entregó una bolsa más pequeña con discreción, y la metí a una de las bolsas grandes- gracias -tomé la mano de Emi y salimos. A veces tengo estos gestos de manera impredecible, y no siempre me detengo a verla reaccionar. Pero cada día son mas frecuentes y eso la hace acostumbrarse, creo que entonces no tiene caso hacerlo. Sin embargo, continuó.

Después de dejar la tienda de ropa conduje directamente al hotel, y no es casualidad que esté junto a la playa, porque además de ser cercano a la ubicación de la fiesta de mañana, también sabía que Emi venía con el propósito en mente de visitar el mar.
-Alístate, iremos un rato -ni siquiera acomodamos nuestras cosas, solo pasaré al baño mientras ella se pone lo que va a usar.

Dice que está cansado, no lo había pensado así que eso hace que ir a la playa juntos se vuelva algo prácticamente imposible, y no me queda más que aceptar, obviamente prefiero que él descanse, y es en ese momento que se me ocurre algo, tan obvio que no puedo creer que no pensé en ello antes.
-Tú puedes descansar mientras yo doy un paseo, prometo hacerlo rápido- sugiero aunque mi voz es algo suplicante, la verdad es que la vez que conocí la playa con Mitya, yo quedé fascinada y quiero volver a ver el mar, caminar por la orilla sintiendo la arena mojada.

Él me recorre con su mirada, no veo alguna expresión de aprobación, pero dice que si me gusta me lo lleve, así que solo acepto llevarlo, porque si a él no le gustara simplemente me diría que no, creo que lo mejor que puedo conseguir de él es justamente eso “si a ti te gusta, llévatelo”, pero algo ocurre y veo una sonrisa que me dedica.
-Me lo llevo- digo ahora más convencida -No, este es el que quiero- digo con una sonrisa porque creo que a él si le ha gustado.
Salimos luego de pagar, vamos de la mano, creo que eso ocurre cada vez más seguido y a mi me encanta que pase.

Llegamos al hotel y llegamos a la habitación, por la ventana se ve el mar, es tan hermoso. Mi rostro se ilumina cuando dice que iremos, y no digo nada para que no se vaya a arrepentir, solo camino a donde esta mi maleta para sacar lo que me pondré para ir.
-Estoy lista- digo al salir cambiada casi un par de minutos después.

Emi:

No esperaba que me dijera eso, imagino que sus ganas de ir a la playa son muchas, y Emi suele aferrarse a las pocas cosas que realmente quiere.
-De acuerdo, si así lo prefieres -la idea no suena tan mal, podría tomarme ese tiempo para leer, descansar o salir a distraerme, ya que estamos fuera no es malo si busco alguna alternativa para divertirme, no tengo que estar con ella todo el tiempo, sé que Emi sabe cuidarse sola y también ha dejado de ser tan descuidada con quienes le rodean. Pero si lo hago estaré pensando en ella, y será molesto al final terminar yendo a buscarla con alguna excusa que seguramente no va a creer.

Apenas pude cambiarme la camisa cuando ella ya estaba lista para ir a la playa, parece que la habitación es de su gusto pero ni el lujoso hotel logró nublar su vista y plantearse si ir o no.
-Bien, vamos -parece una niña pequeña, ellos deben reaccionar así en alguna situación similar. Pero el comentario está de más porque tanto Emi como yo no experimentamos ese tipo de situaciones, y si bien ella no será susceptible a mis palabras, no quisiera que comenzara a preguntar sobre mi infancia o esas cosas, me anticipo siempre y por eso termino pensando de más al no poder expresarme- ¿traes bloqueador? ¿Hay algo que necesites comprar? -he sido atento sin pensarlo, aunque si lo medito, no se vería bien su piel mañana, es… por ser práctico.

Llegamos a la playa y le dije que rentaramos alguna sombrilla para no tener que estar expuestos al sol todo el tiempo. Este tipo de lugares no son muy de mi gusto, y realmente no es que algo lo sea. Pero ella se ve más que feliz, es muy simple y aún así esa cara la he visto pocas veces. Sonreí aunque sigo sin comprender lo maravilloso de visitar el mar.
-¿Qué harás? No sabes nadar, ¿no es así? -espero que no se le ocurra proponerme eso, es de las cosas que nunca creí necesitar y por tanto, no lo sé hacer- solo no vayas tan profundo -me puse a colocar la sombrilla, pero debido a la fuerza del viento es más complicado de lo que esperaba. Esto… es odioso, ¿por qué las personas deciden hacer tanto esfuerzo para esto? Pero es tarde para retractarme.

Sonrío cuando dice que puedo ir sola, al menos podré dar un paseo rápido mientras él descansa, eso me emociona mucho, porque la playa me gusta, desde que Mitya me hizo ir a una siempre había pensando en que me gustaría volver, es un lugar hermoso.

Mi sorpresa llega cuando el dice que iremos juntos, eso es incluso mejor, así que por eso me cambio de inmediato no quiero perder ni un segundo de la experiencia, ir acompañada de Takumi debe ser lo mejor, la persona que más me importa y el lugar que más me ha gustado, eso solo puede ser maravilloso.
-Mmm no… - digo sin darle importancia a eso, a mi no me importa mucho eso de usar bloqueador -Nop, tengo todo lo que podría necesitar- digo con una sonrisa.

Fuimos a rentar una sombrilla y sonreí cuando elegimos el lugar. La playa se ve hermosa.
-No sé nadar pero quiero meterme al agua- que caso tiene ir a la playa si no me meteré en el agua, solo sería aburrido. Asiento cuando me dice que no vaya muy profundo.
Camino hacia el agua y siento como moja mis pies, él agua está fría pero poco a poco me voy a acostumbrando y entro un poco más. El agua me llega a las pantorrillas y decido sentarme para que el agua me moje un poco más, incluso me inclino un poco para que mi cabello se moje.
-No es divertido si solo te quedas en la orilla- me dice alguien, y cuando abro mis ojos veo a un chico alto y cabello oscuro, bastante atractivo ¿desde cuando me doy cuenta de lo que es atractivo y de lo que no?
-Es que no sé nadar, por eso me quedo aquí- él sonríe y me ofrece su mano -vamos, yo te cuidaré- es un completo extraño, pero no parece mala persona, tengo experiencia conociendo hombres así. Tomo su mano y me levanto para seguirlo más hondo pero una ola me golpea y siento que me arrastra, aunque por suerte el me toma de la cintura y prácticamente me carga y por reflejo mis piernas le rodean. Él es muy alto y ahora nuestros rostros están a la misma altura.
-Te dije que te iba a cuidar- me dice con una sonrisa.
-Gracias- digo y por alguna razón me siento un poco tímida con él. Por suerte hace que bajamos a una zona un poco más baja, donde el agua me llega abajo de los pechos. Él me baja hasta entonces pero no suelta mi mano y cada vez que se acerca una ola por alguna razón brincamos y río por este juego que no entiendo pero simplemente es divertido.

Solo compraré el bloqueador solar porque después seguramente se quejará, y no quiero que use eso para obtener más atención de la que ya demanda.
-Tienes que cuidar tu piel, sino, en la noche no podrás dormir y mañana no lucirás tu vestido -utilicé el evento como excusa, una más no hace la diferencia. Me resulta incómodo estar en esta situación, seguro para ella es irrelevante si soy atento o no, parece que su actitud es cada día la de una chica común. Emi ya dejó de ser esa niña extraña que llegó hace años.

Al estar en la playa, compré el bloqueador solar y le indiqué se quitara la chamarra para poder aplicarlo.
-Toma un poco y ponte en el rostro -apliqué en mis manos y las pasé por sus hombros con cuidado, después su espalda y bajé hasta su cadera. Hoy hay muchas personas aquí, no me agrada por varias razones y estoy seguro que ella llamará la atención estando sola. Pero, ¿qué hago? No estaré cada vez cuidando que nadie se acerque a ella, y aunque sé lo que siente por mí, todavía no tiene claro que deseo exclusividad de su parte. Ella lo hará si yo se lo pido, pero ese no es el punto- ah… listo -quité mis manos de su espalda y miré a un lado. Me reí de mí mismo y esos pensamientos estúpidos, definitivamente debo tomar distancia- puedes irte.
No pasaron ni quince minutos cuando noté que ya era abordada por un tipo, me reí por lo predecible de la situación y tomé mi celular para comenzar a leer algo que tenía pendiente. De repente miro de reojo sin controlarlo, y noto que se ponen demasiado cariñosos para mi gusto.
Me levanté para acercarme, pero no lo hice al final, solo di dos pasos y me quedé de pie mirando alrededor. Hay mujeres lindas, podría aprovechar… vamos, basta con eso. Llevar a alguien a la cama ahora solo me hará sentir patético.
-Debes estar molesto porque coquetea con tu hermanita.
Una mujer se acercó y la miré. ¿Hermanita? Ah, claro, porque qué tipo dejaría que su novia jugueteara con otro, y evidentemente no deducirá que es mi hija. Pero ¿“hermanita”?Por favor…
-En realidad es mi hija -le sonreí apenado, porque los padres solteros hacen eso, se sienten intimidados de ser cortejados por mujeres hermosas.
Ella continuó la plática de la manera más cliché posible. Primero la expresión de sorpresa, después preguntar por la edad de ella y la mía, seguido por los halagos a ella, y claro, de manera nada discreta a mí también. Este tipo de mujeres tiene un patrón tan establecido que se vuelve aburrido.
-Lo siento, tengo que ir… -señalé a Emi y me despedí con una sonrisa. Entre quedarme parado bajo el sol con una desconocida, e intervenir en su coqueteo… creo que es obvio cuál elegiré- Emi -metí mis piernas al agua, está fría y la arena es desagradable, pero era necesario por la distancia a la que están. Incluso he mojado mi pantalón. Hice un movimiento con mi mano para indicar que viniera, y después le sonreí- te dije que no entraras a lo profundo -acomode su cabello cuando se acercó. Trato de ignorar lo que siento y me concentro en mantener la cabeza fría, pero supongo que mis manos no se controlan tanto, supongo que la estoy tocando demasiado; sus brazos, su cuello y su cara.

Suspiro y asiento cuando dice aquello sobre el bloqueador, su por mi fuera ya habría corrido al agua, no me importaría quemarme con el sol, pero ya que él lo dice, me aguanto un poco, puedo esperar algunos minutos más, si con eso él se siente mejor.
Puse mis manos para que me diera del bloqueador que acaba de comprar y me comienzo a poner en la cara, cuidando de que no me entre en los ojos, porque a sé que a veces soy algo descuidad y termino metiendo crema en mis ojos al tratar de ponerla rápidamente.
Takumi me ayuda a poner lo que resta en mi cuerpo, y yo pongo más en mis piernas, me veo un poco pálida ya una ves terminamos.
-Bien, voy al agua- digo y no salgo corriendo porque la arena está caliente, así que camino con cuidado hasta llegar a donde está la arena mojada.

Una ola me sacude un poco y de nuevo él me toma de la cintura para levantar, mientras yo con mis manos trato de quitar el agua de mi cara.
-¿Quieres ir a la orilla?- me pregunta y yo niego.
-No, es que la ola fue muy grande- le digo cuando me vuelve a bajar.
-Soy Drake, ¿Y tú?
-Emi- seguimos un poco más hasta que escucho mi nombre a lo lejos -Tengo que irme- digo al moreno que ve en la dirección a la que acabo de ver yo.
-¿Novio?- pregunto un poco confundido.
-No, jaja, es mi padre- agrego riendo un poco porque me ha gustado lo que ha dicho.
-Pero es muy joven ¿no?
-Soy adoptada- me comienzo a alejar moviendo mi mano en señal de despedida. Cuando estoy cerca, el me reclama por haber ido profundo -Pero no era tan profundo- trato de justificarme un poco -Estoy bien, ¿que pasa- digo porque no deja de tocarme, no sé si es que busca alguna misteriosa herida o que.

Retiro mis manos de ella y suelto un suspiro, el chico que estaba con ella está mirando en nuestra dirección, imagino que esperará a que ella vuelva para continuar con su coqueto juego.
-Emi, eres muy tonta -digo mirándola ahora- parece que aún no se te da leer a las personas -tomo su muñeca y comienzo a caminar por la orilla. Odio el sol, debería dejarle que haga lo que quiera e irme, ¿por qué debo permanecer en un sitio que me disgusta?- Emi, ¿quieres que me vaya para que vuelvas allá? -me vuelvo a detener, me giro a mirarla y suelto su muñeca- si prefieres eso, entonces está bien, ve a jugar con tu nuevo amigo y yo regresaré al hotel -puedo ordenarle que no regrese, o que vuelva allá pero que no le hable, puedo decirle incluso que le rechace directamente, pero… eso no lo hará porque lo desea, eso solo lo hará porque yo lo digo. Es cansado tener que decirle que haga lo que yo quiero, es cansado esperar que lo piense por sí misma. Pero Emi no es como las demás personas, incluso si ha cambiado, conmigo parece seguir de la misma manera, sigue haciendo lo que yo quiero y eso puede ser porque se siente comprometida conmigo- sabes, nunca me gustaron las personas que no piensan por sí mismas -miré el océano, no veo qué de fabuloso es meterte en el agua con el inmenso calor que hace- estoy harto de jugar a la familia contigo -me quité los lentes y la miré- ¿qué harás? -estoy dándole libertad a una persona que no tiene dónde ir, aunque tiene personas que podrían hacerse cargo de ella además de mí, soy consciente de lo injusto que me estoy portando. ¿Pero alguna vez me ha preocupado eso?- para empezar nunca me gustaron los niños, cosas como tener una familia, salir de vacaciones con los pequeños… siempre me parecieron muy sosas y aburridas -sacudí un poco mi camisa, mi piel se siente pegajosa- y siendo sincero nunca te he visto como mi hija -al mirarla siento cosas extrañas, no es fastidio, porque no soy alguien que siente culpa por abandonar a una persona independientemente las condiciones. El pensamiento anterior fue más unas excusa para mí mismo, últimamente son más frecuentes por las cosas que debo hacer por ella- ¿qué es lo que quieres? De mí o hacer de tu vida, ¿qué deseas? -nunca, ni una sola vez desde que estamos juntos le había preguntado algo así. No me interesaba, y ya estaba predispuesto a darle la vida promedio de cualquier persona. Pero con el tiempo esa idea se fue, ahora no me siento tranquilo estando a su lado, no quiero seguir este patético juego. Yo no soy como Shinya, yo no le buscaré una madre y le daré el cálido hogar que nunca tuvo- ¿qué esperas de mí? -¿qué haré si ella decide irse? Supongo que nada, podría darle dinero hasta que sea mayor de edad y después que se las vea por su cuenta, después de todo soy su tutor legal y al menos por el tiempo que vivimos juntos, debería ayudarla si decide dejarme.
Sentí un ligero ardor en la palma de mi mano, he presionado con demasiada fuerza las uñas sobre mi piel y ni siquiera me percaté de en qué momento comencé a hacerlo.

Sonrío pese a que me llama tonta, porque claro que se leer y ver lo que los hombres quieren de mi, lo sé hacer desde que tengo memoria, nunca me pasaría inadvertido algo con lo que crecí, pero me gusta actuar como tonta y que parezca que no entiendo de eso. Y parece que él realmente siempre ha pensando que soy algo boba para esas cosas. Porque nunca le he mostrado alguna otra faceta. Además la mayoría de hombres siempre preferían de mi una imagen ingenua e inocente, supongo que solo estoy demasiado acostumbrada a actuar de esa manera.
-¿No sé? pero si solo me estaba ayudando- contesto con una expresión de confusión de no saber a lo que se refiere ¿Te quieres ir? yo no quiero que te vayas- contesto desanimada, pero es aburrido solo estas sentados a la sombra de la sombrillas -Pero no es divertido venir a la playa y ni siquiera mojarse… pero tu no quieres entrar al agua- digo desanimada porque diga que se irá para que yo vuelva a jugar con mi amigo.

De repente el comienza a decir que se ha cansado de jugar, yo solo lo miro detenidamente. Solo permanezco seria y pese a que ya dejó de hablar me tomo un momento aun mirándole.
-¿Que espero? - repito esa pregunta que me acaba de hacer -¿Que estás dispuesto a ofrecer?- sonrío de medio lado --Eres demasiado orgulloso para darme lo que yo pida, siempre tienes que entrar en juegos raros para hacerme creer que me haces un favor cada vez que me besas o nos acostamos. ¿En realidad crees que soy tan tonta? - río un poco dejando de lado mi actitud de niña -solo entro a tu juego, y acepto lo que sea que me des, pero la verdadera pregunta es ¿que quieres tú de mi?- sonrío divertida, tal vez se vaya a enojar y me deje sola en este lugar, pero supongo que puedo dejar de actuar tan tonta como suelo hacerlo.

Suelto un suspiro, ¿realmente no lo nota? Evidentemente disfruta la atención de otros, no sé cómo sea con su círculo de amigas, pero con los chicos no le falta atención donde quiera que vaya. Es evidente que su belleza está por encima del promedio, y si es una chica accesible, tiene mayor probabilidad de rodearse de tipos indeseables donde quiera que vaya, no importa si va sola o acompañada.
-No, no me gusta la playa para nada -he expresado algo honesto, no hay duda en mi afirmación. No temo decir que algo no me guste, pero lo evitaba para no obtener de vuelta un “¿y por qué estás aquí en primer lugar?” Porque cualquier persona en mi lugar evitaría ir a sitios que no le gustan, a menos que quisiera complacer los caprichos de su acompañante…

La miro serio, honestamente quiero reírme de mí mismo, porque he pensado que este tiempo ella hacía esas cosas ilógicas solo porque yo las deseo, pero no es así, ella solo disfruta este juego impuesto desde el inicio, o tal vez se acostumbró. Emi parece no importarle darle a otros lo que quieran siempre que ella también lo quiera, y cuando se cansa lo deja, en ese sentido somos similares. Pareciera que quien ha estado a expensas soy yo y no ella.
-No sé -he mirado en otra dirección, y es que en verdad no sé qué quiero de ella o de esto, o qué estoy dispuesto a dar y hasta cuándo. Siempre pienso que en algún momento me cansará, y aunque han pasado algunos años eso no ocurre, pero aún puede pasar- ¿por qué lo haces? ¿Te has puesto a pensar en por qué haces lo que yo quiero? ¿Es que es parte de tu personalidad? -tomo su mano para caminar a la sombra, no hemos vuelto bajo la sombrilla, pero sí donde no podamos ser interrumpidos y tampoco deba soportar la espantosa luz del sol.
Suelto su mano y me siento en la arena. No tengo más que una relación larga en mi vida, las demás son una consecuencia de esta o de mi trabajo, pero algún vínculo que valore… ¿valorar? Yo no siento una relación con esa palabra, con Shinya es inexplicable y di por sentado que era la excepción a la regla, ¿pero ella?
-Supongo que después de todo no podemos romper esa formalidad de padre e hija, es tedioso lidiar con las opiniones de los demás -en el trabajo y demás no puedo deshacerme de esto y ya, no tengo ánimos de inventar excusa tras otra, es más sencillo seguir el juego en apariencia- pero entre nosotros dejará de ser así. Solo no quiero dar explicaciones a quienes nos rodean, y seguirás dependiendo económicamente de mí hasta que seas mayor. Así que, una vez más, ¿qué deseas? -sí, tal como ella dijo soy alguien orgulloso, yo no puedo decirle sobre esta sensación que ni siquiera comprendo, mucho menos darle un nombre tan soso y común. No me dejaré llevar por la emoción del momento y diré palabras irresponsables, no más de lo que ya he hecho hoy.