Boda -Emi-

Recuerdo del primer mensaje :

Hace un mes me hicieron llegar una invitación en el hospital que estaba dispuesto a declinar, pero ya que he trabajado sin descanso y además proviene de alguien importante, creo que no es mala idea asistir al evento. No me gustan las celebraciones de matrimonio, son hipócritas, sosas y es una pérdida de tiempo, pero el lugar es turístico y unas pequeñas vacaciones no me vendrían mal. Además, la semana pasada le comenté a Emi y se emocionó, ella no ha asistido a un evento similar y creo que la idea que sea cerca de la playa, le gusta. Debería negarme solo por eso, pero cuando lo noté, ya había reservado la habitación del hotel y pedido algunos días en el trabajo. Al menos así ella seguirá con su buen comportamiento, y darle de vez en cuándo lo que quiere no es tan malo…

Alisté mi maleta y bajé para meterla al auto, no tengo ropa para la ocasión, tendremos que ir de compras hoy para mañana no perder tiempo.
-Date prisa, no quiero salir tarde -le hablé fuerte a Emi desde la planta de abajo, revisé que todo estuviera en orden y salí para esperarla en el auto. Una vez que entró me ajusté el cinturón y la miré- tenemos que ir a comprar ropa, no tienes nada adecuado para el evento -encendí el auto y seguí las indicaciones del GPS. No viajo mucho mas que para las cosas que Shinya necesita, y el lugar al que vamos nunca lo había visitado- puedes dormir si quieres, nos llevará un rato llegar -encendí el aire acondicionado y nos encaminamos. Vi algunos artículos en línea sobre el lugar, parece un pasaje agradable. No suelo hacer estas cosas, pude irme mañana y regresar el mismo día, pero como Emi me acompañará, supongo que no está mal revisar el sitio, además conducir de ida y vuelta un día es más pesado.

Después de conducir un rato hicimos una parada para comprar algo de almorzar. He esperado a Emi y pasé mi brazo por sus hombros, pues hay muchas personas y la gente joven suele ser un poco imbécil.

Repite eso de que no le gusta la playa y lo miro pero ya sin decir o intentar replicar algo. A veces puede ser tan necio, la verdad es que conmigo puede llegar a ser muy caprichoso, es algo que he descubierto en los últimos meses.
Podría decirle que yo sugerí venir sola, pero no sé que cosa se inventaría sobre el tema y no tengo ganas de molestarlo a tal grado, lo mejor es callar a veces y solo darle por su lado. Hay veces que se puede jugar un poco con su paciencia, pero creo que este no es uno de esos momentos.

No hemos regresado a donde estaba la sombrilla, pero aun así hemos caminado para alejarnos de la masa de gente que hay a la orilla del agua.
-La verdad no lo sé. Al principio me decía que era porque eres mi dueño, me compraron para ti y me veía como una mascota, ahora no lo sé, me gusta pensar que soy más que una posesión, y hago lo que me pides porque sé que puedo; si estas de buen humor, tener suerte y conseguir un poco más de tu atención, no del juego de padre e hija, sino como hombre- explico soltando un largo suspiro, porque dudo que en realidad a él le importe saber el porque hago o no algunas cosas.

Lo veo sentarse y yo me quedo de pie, me abrazo a mi misma porque tengo un poco de frío, mi cabello está mojado mi ropa también, ya que no me quité el short para meterme al agua.
Sonrío cuando dice que entre nosotros dejará de existir el juego de la familia que hemos usando en estos años.
-Yo te deseo a ti, así que seré una buena hija. ¿Regresamos al hotel?

Es la primera vez que tenemos una charla honesta ella y yo. A veces Emi me decía lo que pensaba o quería, pero no era un intercambio de más de dos frases. Me siento extraño con este giro, pero cada día era más pesado continuar fingiendo que las cosas pasaban por nada. Sé que siento algo por ella, no tengo muy claro lo que es, tampoco quiero apresurarme a conclusiones típicas. Puede que para otros sea fácil y les guste etiquetar sus sentimientos, pero para mí es más un problema que algo más. Yo no desarrollo sentimientos por otros solo por pasar un poco de tiempo juntos, o por acostarme con alguien o salir algunas veces. Quiero saber cómo es que llegué a este punto, pero creo que ella tampoco ayudará a que lo entienda si parece que ni siquiera comprende sus razones. O tal vez solo me lo oculta, honestamente ya no sé qué es verdad y qué no.
-Tus palabras no me dicen nada -cerré los ojos un par de segundos. Venir no fue buena idea, no tengo tiempo para estar jugando a esto. Emi es menor aún, nuestra diferencia es mayor a diez años y ni decir de nuestros intereses. ¿Y cuándo comencé a pensar sobre ello? Es increíble que las preguntas más comunes empiecen a ser un problema.

Me quedé callado unos segundos, ni siquiera estuvimos tanto tiempo aquí, y como siempre haremos lo que a mí me haga sentir mejor.
-Emi, ¿te gustan las películas románticas? -me levanté y sacudí la arena de mi ropa, es una molestia venir a la playa- ¿las cosas románticas? -yo detesto esas cosas, pero tengo curiosidad por si ella, al igual que la mayoría, gusta de ese tipo de situaciones. Me quité la camisa y se la extendí, tiene frío, solo tenemos que legar a nuestras cosas para que se cubra, pero de todas formas, como capricho, quise hacerlo- vamos -de nuevo agarré su mano para ir a  recoger nuestras cosas. No traemos mucho, nos tomamos más molestias para colocar la sombrilla que la diversión que tuvo.

De camino al hotel no dije nada, todavía no doy respuesta a lo que ella dijo, aún cuando fui quien preguntó primero.
-Date una ducha, iré a buscar de comer -salí de la habitación y solté el aire que tenía retenido. No debo avergonzarme de nada, no debo contenerme por nada, pero a pesar de cómo he vivido hasta ahora, de las cosas que he hecho o lo que pensaba de otros, esto me pesa más de lo que debería. Empiezo a tener ideas ideales que no son de mi tipo.
Ordené la cena y dije que la subieran a nuestra recámara, pude hacerlo por teléfono pero quería un poco de espacio.

Me río cuando parece que mi respuesta no le satisface, yo en realidad pienso que es demasiado simple, y que es solo él que piensa demasiado las cosas, creo que es al hombre que más me ha costado entender en mi vida, entiendo cosas básicas, como que es necio y orgulloso, que le gusta manipular, que de hecho eso le divierte, pero en algún punto parece que hay cosas más profundas dentro de su mente que no logro comprender.

Su pregunta es algo confusa para mi ¿por que de repente pregunta sobre películas románticas? parece algo fuera de lugar.
-Pues no las odio, y si me gustan las cosas románticas- Mitya no era él único hombre que llegaba a tener esa clase de detalles conmigo y era agradable, siempre eran mucho mejor que los otros que solo podría calificar como pervertidos -Siempre preferí que alguien llegara con unos chocolates para mi a que me golpearan- digo haciendo comparación entre lo que conozco como romance y lo que no.
Me puse su camisa para cubrirme un poco y regresamos de la mano al hotel.

Asiento cuando me indica que me meta al baño. Me meto y me quito la ropa, quieras un poco quitarme porque está mojada y se pega, y la dejo toda tirada en el piso del baño. El agua cae fría al principio y luego poco a poco sale tibia hasta que se vuelve muy caliente, tanto que el lugar se llena de vapor y se siente algo difícil respirar, la sensación en mi piel es de ardor y noto que se ha puesto roja, y así me doy la ducha. Me quito toda la arena que ha quedado en mi cuerpo y cabello y uso los frasquitos de champú del hotel y me pongo el acondicionador porque mi cabello no se siente suave como de costumbre.
Salgo del baño envuelta en una de esas grandes toallas del hotel, pero como de costumbre no me seco perfectamente, solo me la pongo para cubrir y salir a tirarme en la cama.

Entonces ella también es ese tipo de persona que prefiere las cosas cursis, no pensé que viniendo de Emi escucharía algo como eso. Ha crecido y también madurado, y esos cambios que la han humanizado más todavía no sé qué tanto me gustan.
-Cualquiera en tu situación… no, olvídalo -me reí, porque en circunstancias similares yo no aceptaba esa clase de gestos, los detestaba. Para mí era preferible soportar el dolor que los falsos sentimientos de otros. Sin embargo ella era una niña, yo ya era un adolescente con suficiente fuerza si es que mi vida estaba en peligro- ya veo. Tal vez mañana podamos venir por la noche -estará bien, ¿no es así? No es que deba compensarla, este pequeño rato ya contó como visita, pero algo en mí quiere hacer que este recuerdo sea más importante que el primero que tuvo. Por orgullo, amabilidad… no sé qué me mueve a hacerlo, pero ya lo mencioné, mejor dejo de pensar en lo que hay detrás.

Al abrir la puerta la encontré tirada sobre la cama. Ella no está preocupada por nada de lo que dije hoy, pero entiendo que mis cambios de planes no sean novedad para ella, y siempre hará lo que yo diga al parecer.
-La comida vendrá en un rato -terminé de quitarme la ropa para darme una ducha, bajé sin camisa pero en un hotel cercano a la playa no es un problema.
No duré tanto bajo la regadera, ya que no entré al agua solo tuve que quitarme el sudor de encima. Al salir me recosté junto a Emi, ambos llevamos la bata de baño del hotel, pero como ella es descuidada, tomé una toalla más pequeña para secar bien su cabello.
-A veces eres un desastre -me recargué en la cabecera para que ella se colocara delante de mí y poder secar su cabello- creo que siento algo por ti -continué secando su cabello, después puse la toalla a un lado y tomé el cepillo para desenredarlo. No dije nada, mi rostro tal vez luce igual. Pero dentro de mí hay un enredo muy grande. Siento las típicas reacciones de una persona alterada por esta clase de situaciones.

Busco el control de la televisión para poner algo, me gusta que haya ruido, así que solo la enciendo y la dejo en el canal que está, no me interesa buscar nada más, solo el ruido y ya. Parece que es una serie, pero no le pongo atención.
-Bueno- digo cuando regresa y menciona lo de la comida y luego se mete al baño, escucho el agua y un poco aburrida vuelvo a tomar el control y comienzo a pasar canales, y no termino eligiendo nada aun cuando él sale del baño y ya le he dado varias vueltas a todos los canales.
Él se acerca para secar mi cabello y me acomodo para que lo pueda secar de manera cómoda.
-Solo un poquito- me río cuando me dice que soy un desastre - Y yo por ti- comento con una sonrisa y dejo el control, me giro para mirarlo y me cuelgo de su cuello, tal vez me empuje o me diga que no haga esta clase de cosas, pero saber que soy más que una simple posesión, eso se siente bien.
-te quiero besar, ¿puedo?- el dijo que eso de padre e hija ya no será algo cuando estemos nosotros, pero no sé si aun así debo pedir permiso. Me separó de el esperando su respuesta, y la verdad tengo muchas ganas de que acepte, porque hace mucho que no lo he podido besar.

No sé qué esperaba al expresarle eso, no solo ahora, a futuro no sé qué espero de nuestra relación. Ha dado un giro que no me molestaré en negar, porque ya he quedado como idiota por esto, sería mucho peor si lo niego o finjo que bromeaba o alguna cosa similar. Es complicado el admitir que tengo sentimientos por ella, y que esto va creciendo cada día y me hace sentir inseguro en ocasiones. El amor es problemático, y ya al llamarlo de esa manera me pondrá las cosas peor.
-Siempre haces lo que quieres, ¿me seguirás pidiendo permiso? -aunque ella siempre respeta mis deseos, también es buena presionando cuando se decide a conseguir algo.
Le sonreí, la abracé y esperé que ella se acercara a mis labios. Cerré los ojos y me sentí raro al ser consciente del simple gesto. Nos hemos besado antes, incluso tenido sexo, pero es diferente una vez que doy el paso a admitir lo que siento y tratar de catalogarlo como algo que supuestamente no era capaz de sentir- Emi -no rompí el contacto inmediatamente, pues al intercambiar un beso, tuve la necesidad de otros más- no quiero que vuelvas a coquetear con nadie como lo hiciste hoy -al no querer saber su respuesta, busqué de nuevo sus labios.

Sonrío cuando me ice eso de pedir pidiendo permiso, es como tener libertad de hacer lo que deseo y no tener que andar consultándolo todo el tiempo. Así que mi sonrisa crece, no puedo evitarlo, creo que en este momento me siento tan llena de felicidad que mi cara no puede contener esa expresión, creo que ni aunque me lo propusiera podría quitar esa expresión.
No tardo nada en acercarme a sus la labios, y como siempre lo besó con esa necesidad por ese contacto entre nosotros, siempre quiero más de esto pero debía controlarme y esperar a que él accediera, pero ahora tengo la libertad de hacerlo todas las veces que quiera y cuando quiera… en casa.

Nos separamos un poco y dice mi nombre, así que me separo un poco más para poder ver si cara con claridad.
-No lo haré, pero tú tampoco ¿verdad?- el a veces lo hace, antes jugaba con eso de conseguirme una madre, o dejar que viera como le mandan mensajes, o las mujeres del hospital, cuando voy a verlo, notó esa “amabilidad” que no me deja muy claro si han tenido algo o no -Yo solo lo hago para molestarte, por lo general tengo que hacerlo para que me pongas más atención y dejes de actuar como si no te importara- admito la razón por la cual dejó que los hombre tengan atenciones conmigo cuando salimos.

Estoy seguro que luego de hoy me arrepentiré en algún momento. No soy de tomar decisiones impulsivas, pero hoy sencillamente me cansé y actué. Y ella parece muy conforme con esto, así que, aunque sé que saldré afectado, sonrío al ver su expresión para nada disimulada.

-¿Me condicionarás? -sonreí, no pensé que ella también lo pediría. Sé que e un poco celosa a veces y que no le gusta cómo me comporto con las mujeres, pero no me pasó por la cabeza que también pediría que me detuviera. Para mí da lo mismo, las mujeres en mi vida nunca tuvieron un papel importante, todo se basaba en apariencias y placer físico- vaya -levanté una ceja, eso no me ha gustado mucho, porque soy tan idiota que caí completamente. No, yo ya lo sabía, y aún así accedía a mostrar un poco de mis celos- está bien, no saldré con mujeres de ahora en adelante -no lo necesito, además, no soy como la mayoría desesperado por sexo.

La puerta sonó y la hice a un lado con cuidado para poder abrir, nuestra comida llegó pronto y dejé el carrito cerca de una mesita que está pegada al balcón. La vista es bella, basándome en los estándares el hotel cumple bien con las expectativas.
-Así qué… ¿qué te decía ese chico? -me senté en una de las sillas y tomé mi plato, es una porción pequeña. Me he dado cuenta que como menos de lo que debería, tal vez tenga que comenzar una dieta para mantenerme saludable- el paseo de hoy no fue muy largo, mañana si eso termina pronto, podremos pasar un rato -ahora que las cosas están más claras entre nosotros tengo menos ánimo de asistir a ese evento, pero es tarde para retirarme, incluso yo sé que hay ciertas cosas con las que debo ser más flexible.

Asiento cuando pregunta si lo condicionaré y sonrío mordiendo mi labio inferior en espera de su respuesta porque se ha reído, pensé que se podría enojar o decirme que no tengo que pedir eso, que él seguirá haciendo lo que quiera y al final yo aceptaría, pero su reacción me ha hecho sonreír y más cuando dice de manera directa que no saldrá con mujeres.
-Bien- digo con ilusión y me doy cuenta que hay algo más -¿Y podemos dormir juntos todas mas noches?- pido con algo de inseguridad porque se que no le gusta compartir cama-

Me acomodo en la cama para comer un poco y sonrío por su pregunta.
-Ammm, que me cuidaría de las olas, que soy muy linda y muy valiente- resumo lo que me decía el chico de hace un rato -y veía mucho mis pechos- comento recordando ese otro detalle, pues no era el más discreto de los hombres.
Como un poco mientras lo esucho decir lo de mañana.
-¿Y entrarás al agua conmigo?- pregunto, aunque ya imagino que eso si no va a aceptarlo, así que solo río en espera de su negativa.
La noche comienza a caer y la fiesta es dentro de poco, así que comienzo a arreglarme para el evento.
-¿Y no puedo dejar de ser tu hija? podría adoptarme el señor Ueda y así ya no sería tu hija- comento mientras termino de ponerme un poco de labial.

Le he dado el control que seguro deseaba, y que ni me extrañe si comienza a pedir más y más cosas de mí.
-Eso dependerá de mi humor -aseguré, pues me gusta dormir solo y tener mi espacio- hoy está bien -es un viaje y por eso podría considerarse especial, pero también quiero que sepa que las cosas no es que cambien demasiado, pues no me convertiré en el tipo dulce y amoroso.

-Mmm -no pregunté más sobre sus coqueteos con ese tipo, no se diferencian de lo que ha hecho con otros más incluso sin que yo esté presente, creo que tener celos cuando ni siquiera lo volverá a ver, es estúpido- no, no me gusta el agua salada -es desagradable la sensación fuera de ella, dentro será peor.

Terminamos la comida y dejé todo en el carrito para que lo llevaran de vuelta. Lavé mis dientes y comencé a vestirme para la boda, realmente no tengo humor pero son cosas que debo hacer de vez en cuando.
-¿Qué dices? -empecé a reír mientras buscaba la bolsa pequeña donde habían metido el collar y los aretes que le compré- seguro ustedes estarían feliz con eso, pero Shinya ya tiene suficientes preocupaciones. Además es mejor si te mantengo en el registro a mi nombre -me acerqué a ella por detrás y luego de sacar el collar, comencé a colocarlo en su cuello- [color:7c8b=0000cc]los accesorios son importantes -tomé su mano y puse sobre ella la caja con los aretes.

No acepta por completo eso de dormir juntos, pero espero que luego de un tiempo al menos aumente la cantidad de noches que podamos compartir, pero lo haré lento, no lo presionaré, creo que con él estoy aprendiendo a ser un poco paciente.
-Bien, hoy está bien- digo con una sonrisa, pues me hace feliz todo esto. He leído un par de novelas románticas y visto películas y series, muchas veces veo a los personas y pienso que son realmente estúpidos, pero luego pienso que seguramente yo haría toda clase de cosas si Takumi me lo pidiera.

-¿entonces la alberca?- pregunto un poco desanimada, porque a mi me gusta jugar en el agua, pero sin él no será especial. El hotel tiene alberca, y tal vez ahí si le gustaría que pasáramos un rato.

Aprieto un poco mis labios cuando se ríe de mi sugerencia, a mi no me parece tan loca, y si se lo pido seguro acepta, pero Takumi no me perdonará si se lo pido sin su permiso, con el tiempo he descubierto que hay solo una cosa que realmente le importa a Takumi y eso es el señor Ueda. Por eso no seré imprudente, pero estoy segura de que él aceptaría si se lo pido.
-¿Por qué es mejor?- el me pone un collar en el cuello y luego de ma una cajita con unos aretes -Bien- me los puse y me gusta como se ve todo con el vestido.

Al llegar a la fiesta hay mucha gente, el clima es agradable, como ya es tarde, no hace ese calor horrendo, está fresco pero agradable.
-Ey Emi- una voz dice mi nombre y me giro para ver al chico de la playa que parece también es un invitado -buenas noches señor- saludo a Takumi también.
-Hola- el chico mira a Takumi y parece que se pone nervioso -bueno tengo que ir con mi familia, te veo luego- dice alejándose con una sonrisa.

Creo que no se rendirá con la idea de meternos a nadar, y pensando en eso, ni siquiera sé hacerlo.
-De acuerdo, iremos a la piscina -al menos así se irá con un buen recuerdo y no tendré que mirar su cara decepcionada. No importa si ella está triste, pero por alguna razón no me agrada ver esa expresión de decepción- ¿pero sabes nadar, Emi? -si lo sabe obviamente no es por mí- yo no sé hacerlo, así que no esperes mucho de mí -no me hace sentir avergonzado decirlo, no es algo de mi interés ni de utilidad para mi estilo de vida.

No hubo reacción de su parte como la que he visto en otras mujeres. No se puso a mirar la calidad del collar o señalar lo lindo que es, simplemente aceptó. Para ella va más allá de los regalos materiales y eso la hace tan extraña y agradable para mí. Pero es algo que me quedaré, si le digo seguro cambiará y no deseo que lo haga.
-Te hace ver más elegante. Es una boda después de todo, tienes que verte presentable -cuando ella pregunta cosas tan simples que se supone aprendemos por sentido común, hace que todo se vea tan innecesario.

En la fiesta el ambiente es lo de siempre, pero llegué sonriendo y saludando a algunos de mis colegas y sus parejas. Emi también tuvo que saludar a algunos que la conocen por los menos de vista, y tuve que sonreír ante los comentarios típicos e inncesarios de que ella ya es toda una mujer. Vaya, pero qué descaro de esos hombres al comentar semejante cosa mientras la miran de arriba a abajo, tan desagradables.
Pero lo inesperado fue ver al pequeño ligue de la playa acercarse a nosotros, no me imaginé que estaría aquí también, y obviamente mi sonrisa se borró mientras él le hablaba.
-¿Qué tal? -le sonreí, pero no hubo más por decir porque al parecer se cohibió. Me reí y desvié la mirada, supongo que es solo un niño rico después de todo- ven, vamos por una copa -tomé de la mano a Emi y nos dirigimos donde algún mesero. Llevarla de la mano puede parecer raro debido a nuestras circunstancias, pero levantar cuchicheos es algo así como un gusto culposo que tengo- la boda comenzará pronto, deberíamos tomar asiento -busqué la mesa que nos reservaron y estaba cercana a la del chico lindo, parece algo así como una mala broma para mí, pero seguro que él lo verá como un sin fin de coincidencias que pueden convertirse en oportunidades.

Por fin no rechaza algo que tiene que ver con el agua, así que sonrío satisfecha por conseguir al menos un poco de lo que deseaba ara este viaje. Me gusta mucho la playa, desde que Mitya me trajo yo deseaba poder hacer todo estas cosas con Takumi.
-No, no sé- las dos veces que he estado dentro del agua, he tenido a un hombre que se encargue de mi cuidado, antes fue Mitya y ahora lo fue este otro chico, así que no me preocupo por esas cosas -Podemos intentar aprender- digo con entusiasmo, eso no me molesta, soy buena con las tareas físicas, tal vez soy pésima para cocinar pero creo que aprender a nadar no puede ser tan complicado.

Él me dice que tengo que verme elegante para la boda, aunque siento que ya me veía bien, pero si él quiere que use accesorios, pues no tengo problema en hacerlo, además es algo que él ha preparado para mi, sin duda que no lo voy a rechazar, aunque no entiendo del todo porque a las mujeres les gustan tanto las piedras y joyas. Si, son lindas, pero no dejan de ser piedras.

Saludo a algunos personas que he conocido durante este tiempo que llevo siendo la hija de Takumi, además siento las miradas de varios, tan molestos y desagradables pueden ser. -Si- caminamos de la mano para ir por la copa, he notado que con el tiempo, él toma más mi mano, no estoy segura de si lo hace por alguno de sus juegos o solo se a acostumbrado a hacerlo, quiero pensar que es lo segundo, pero viniendo de él, seguro solo me estoy ilusionando e interpretando a mi antojo en lugar de manera realista.
Nos sentamos en la mesa que nos toca, veo a las personas de mi edad, la mayoría están en sus celulares, será que yo he crecido de manera diferente que no me enajena tanto ese aparato, me parece más interesante mirar alas personas en la fiesta, ver como interactúan, sobre todo a los novios, se ven felices. Tal vez es como la felicidad que he sentido hace rato que Takumi me dijo que siente algo por mi, parece posible.
-Hola de nuevo, ¿quieres bailar?- pregunta el chico de antes, le dirijo la mirada.
-No, ¿puedes dejarme en paz? eres molesto- le digo con expresión apática y el se molesta, bastante al parecer y se aleja, pero le dije a Takumi que ya no le prestaría atención de ese tipo a los hombres -¿Tú no me invitarás a bailar cierto?- pregunto a Takumi mientras miro la pista puesta sobre la arena en donde algunas personas se divierten.

No me veo aprendiendo a nadar a mi edad, me parece incluso ridículo imaginarnos en esa situación en la piscina del hotel. Pero supongo que, como en el caso del agua, ella insistirá después; es mejor darle una respuesta positiva y al final negarme.
-Ya veremos -no sé si es por lo que acabo de confesar que presiento accederé a más de una cosa que no quiero solo por ella.

Tomé una copa y comencé a platicar con dos de mis colegas, aunque parece más una plática de dos, pues me limito a dedicar sonrisas y asentir.
De reojo pude observar que el chico no tardó en acercarse a Emi, pero mantuve mi vista en la persona con la que estoy charlando. Lo inesperado fue la respuesta fría y directa de Emi, e inevitablemente dejé de prestar atención a la plática y miré donde el chico; luce ofendido, debe ser porque pocas mujeres se atreven a rechazar al estereotipo de adolescente perfecto. Mordí mi labio y me reí sin discreción, y después miré a Emi.
-No soy bueno bailando -bailar, nadar… todas esas cosas no son importantes para mí. Aunque años atrás tal vez llegué a hacerlo, no era con la intención de divertirme, lo necesitaba para obtener ganancias mayores y poder llevarme algo a la boca- pero podemos intentarlo -cualquier cosa es más entretenida que quedarnos sentados a escuchar anécdotas pretenciosas, o de ello busco convencerme; qué estúpido.
Tomé su mano, se ha vuelto un reflejo natural cuando la tengo cerca.
-¿Alguna vez has bailado? -ella no es del tipo de chica que sale con amigos a los club nocturnos- hay demasiado que no sé sobre ti -eso último lo dije sin pensar, pero no cambié mi expresión pese a estar sorprendido de mis palabras.
Puse mi mano en su cintura, la música es un poco rápida y a diferencia de los adultos alrededor, no me pondré a hacer el ridículo para intentar imitar a los más jóvenes.
-Solo puedo ofrecerte un baile lento -ambas manos se colocaron ahora unos centímetros arriba de su cadera, de manera muy sutil. Comencé con movimientos lentos para poder sincronizarnos.
Puedo desenvolverme en este tipo de ambiente sin problema, pero hacerlo por voluntad y no para encajar y obtener algo… eso sí que es extraño.

Le he prometido a Takumi que dejaría de hacer cosas con otros hombres, y no es que sea un sacrificio para mi, si o he hecho es porque bueno, parecía que él me hacía más caso siempre que me veía con otro hombre y porque era divertido ver como las tontas chicas de la escuela se enojaban porque sus intereses románticos las pasaban a ignorar para ponerme atención a mi, pero si puedo tener a Takumi, puedo prescindir de esos juegos.
Aunque debo admitir que Takumi es un poco más complejo que los demás hombres, él se resiste más a hacer lo que quiero, aunque con el tiempo ha comenzado a ceder un poco más, supongo que me dedicaré a intentar ver como puedo convencerlo de manera más rápida.

Aunque él platica con sus conocidos, yo lo interrumpo para decir lo de bailar.
-No importa, la mayoría aquí no lo hacen bien- digo dando una rápida pasada por las personas que bailan.
Me lleva de la mano hasta la pista con las demás personas.
-Si- contesto a su pregunta y sonrío un poco por su comentario, no es que hablemos mucho de mi vida antes de llegar con él, y como eso ha sido lo que más he pasado, pues es normal que no sepa realmente mucho de mi -el lugar donde estaba, yo era por así decirlo de lo top, así que invertían mucho dinero en mi- comento aunque no estoy segura de si el realmente quiere saber eso. Pero me enseñaron muchas cosas, tal vez no me enseñaron a leer y mucho menos de alguna otra materia de educación básica, pero tenía que saber moverme, bailar, actuar para ser lo que el cliente solicitara -Un baile lento es perfecto- digo sin ocultar mi emoción y mis brazos rodean su cuello y comienzo a seguirlo a su ritmo, no vamos con la música, pero aun así me parece perfecto, incluso mi corazón se acelera por esto. Me separo un poco de él para buscar su mirada -Realmente odio ser tu hija en estos momentos- digo mirando sus labios por un segundo y volviendo a acercarme para apoyar mi frente en su pecho.