Profesor y alumno [MinYoo]

Con una sonrisa en mi rostro me caminaba por los pasillos de la facultad, era agradable estar en este lugar de nuevo. Ejercer mi profesión tal y como se debe es grato, me gusta el trabajo que tengo ahora, pero debo admitir que la docencia me gustaba, pensar que podía hacer algo por las jóvenes mentes en quienes caía el peso del futuro. Así que cuando se presentó la oportunidad de impartir un curso extracurricular en la universidad no dude ni un poco en aceptar.
Evan se mostró muy satisfecho por mi decisión, ambos siempre nos apoyamos en ese tipo de cosas sin ponernos trabas el uno al otro, y por eso es que nuestra relación superó aquel bache en el que caímos, por eso pudimos seguir juntos y tanto confío en él que no me preocupé cuando dejé la escuela dejando la oportunidad a que Meier pudiera acercarse y sacar provecho de ello. Yo necesitaba alejarme por mi, para dejar ese insano amor por aquella persona.

Cuando llego por fin al salón comienzo a sentirme un poco ansioso, hace tanto que no estoy frente a tantas personas, pero estos son alumnos universitarios, creo que su madurez es mayor que la de los chicos de un colegio, así que tomo aire y me relajo. Entro y ya hay algunos alumnos. Pongo mis cosas en el lugar dispuesto para mi, saco los papeles de la clase y poco a poco los demás alumnos llegan. Hago una presentación sencilla, doy mi nombre y habló de manera general sobre el curso. Ya que esto no es un curso formal, solo extracurricular para que así puedan subir nota en algunas otras materias, no pensaba que vendría mucha gente, espero que más de uno este presente porque realmente le interesa lo que puede aprender.

Tomo la hoja de asistencia y comienzo a decir los nombres. Todo esto es tan nostálgico que comienzo a emocionarme. Mientras dicen presente yo les miro para familiarizarme con sus rostro, y todo es perfecto hasta que llego a ese hombre.
-Song Min Yoo- digo en el mis tono que los otros nombres, pero es solo por costumbre, levanto mi mirada de inmediato para encontrar a esa persona.

Con la carrera que elegí me mantengo ocupado la mayoría del tiempo, ¿quién iba a decir que sería tan entregado a mis estudios en la universidad?, aunque obviamente estoy lejos de estar en los primeros puestos, pero tampoco es como si mis calificaciones dieran vergüenza.
No tengo mucho tiempo para Hannu, desde que empezamos nuestra relación ha prevalecido y por increíble que parezca, me gusta. Me siento feliz cuando estoy a su lado, confío en él y, aunque era un poco extraño al principio, pronto me acostumbre a su peculiar forma de ser. Las cosas entre nosotros avanzaron lentamente, pero era agradable, compartir tiempo en aquella escuela, y ahora frecuentarnos algunos fines de semana. El es un chico comprensible y maduro, tal vez lo que yo necesitaba. No me presiona para estar siempre con él, podemos estar una semana sin vernos y, a pesar de que lo extraño, no me pongo ansioso.

Salimos del aula luego de tomar nuestras cosas, siempre voy acompañado de dos compañeros, sigo siendo alguien sociable pero no me pego más de lo necesario a las personas, solo a ellos que me agradan.
Hablamos sobre el curso, no pensaba tomarlo porque mi tiempo ya es de por sí reducido, pero tengo ganas de avanzar rápido, mi padre se extrañó cuando elegí esta carrera pero me apoya en lo que necesito. Además, me siento extrañamente motivado, y no me duele aceptar que es gracias a él que yo estoy aquí ahora.

Llegamos a la sala y entramos sin hacer mucho ruido, el profesor que impartirá está de espaldas y por eso no se percata de que casi llegamos tarde. Acomodo mis cosas en la mesilla y cuando alzo la vista mi corazón casi se detiene. Es un pensamiento exagerado, lo sé, pero no pensé encontrarlo ahora. En realidad sí, escogí la misma carrera que él y en algún momento imaginé que me lo toparía, pero que sea nuevamente como alumno-profesor me hace sentir nostálgico, y siento ese latido acelerado que me hace sentir nervioso.

Él comienza a explicar, entre tantas personas es obvio que no me note. Recargo mi codo sobre la mesa y apoyo mi cabeza en mi mano.
-Presente -no he cambiado mi posición para contestar, pero si he sentido como mi corazón va cada vez más rápido al encontrarme con sus ojos. Estoy seguro que mi voz no tembló, sonó tan normal como siempre, es solo que se siente extraño. No sé si agradable, pero es imposible que me concentre ahora, mis ojos no se apartan de él, ni siquiera lo intento, me siento hipnotizado.

Su voz me hace estremecer y mis ojos le buscan hasta encontrarlo. Se ve tan perfecto sentado ahí de esa manera en que demuestra que no le importa mi presencia y aún así yo me quedo completamente perdido, olvidando el tiempo y los demás alumnos presentes. Solo quiero mirarlo más tiempo, por todo esos días que ya no pude apreciar imagen.
Alguien de los que esta enfrente me habla y me pregunta si estoy bien, yo solo me pongo completamente colorado y me dispongo a seguir pasando lista pero al mover mi mano la hoja se escapa de mis dedos, escucho algunas risas y yo mismo me río. Me estoy comportando como el idiota enamorado de hace tanto tiempo. Pero es por esto mismo que yo no podía seguir cerca de él.
Continuo pasando lista una vez que tengo la hoja de nuevo en mis manos, solo espero poder recuperar el respeto de los alumnos, o sino este curso terminará siendo un fracaso, ¿pero como lo haré ante la mirada de Min?

En el pasado me acostumbre un poco a todo esto y podía fingir que todo era normal en su presencia, pero ahora estoy tan fuera de practica que me siento sonrojar cada vez que mis ojos pasan por donde él esta.
Como puedo logro que avancemos hasta ponde dejo un ejercicio para ellos, mientras me disculpo para salir un momento del salón. En el pasillo desierto me recargo en la pared y llevo mis manos a mi pecho, mi corazón esta acelerado y yo no quiero que se calme, quiero sentir todo esto.
-estoy por enloquecer -digo jadeante girandome para se ahora mi frente la que se apoya en la fría pared en busca de sentir ese choque de temperatura que haga que yo me controle un poco.

Evan, debería llamar a Evan, pero si lo hago el sabrá que aún me siento de esta forma por Min. No tengo que ser fuerte y soportar esto, es solo un curso, no tendremos que estar juntos ni a solas, puedo tolerar algo como esto.
Regreso al aula y tomo asiento esperando que uno por uno me entreguen lo que les he pedido que haga. Lo califico mientras los demás platican un rato, y si, yo sigo buscándolo, no puedo evitarlo, quiero mirarlo. He podido estar lejos de él, he estado bien, pero ahora que lo vuelvo a ver, solo quiero caer de nuevo. Quiero que juegue conmigo, quiero que me use, quiero que haga lo que quiera, no me importa, lo que sea esta bien para mi. Muerdo mi labio con fuerza para tratar de concentrarme.

Esperaba que él actuara tan indiferente como lo hacía antes de desaparecer, pero se queda mirando hacia donde yo estoy hasta un poco embobado. Yo sostengo la mirada, por un momento me perdí también y, con ese sencillo intercambio  me sentí tan contento.
Y luego él solo deja caer esa hoja en sus manos, mi risa ha sido una de las tantas en la sala, porque ¿no es tierno?, me lo parece así, tan nervioso. Y sé que no es porque yo sea vanidoso, sé que es por tratarse de mí que él actúa tan sospechoso. ¿Dónde quedó esa perfecta actuación e indiferencia?, no me importa, ahora que lo veo después de tanto tiempo siento mi corazón latir de esa manera única. Quiero a Hannu, estoy seguro de eso, pero Asb siempre me volvió loco, lo nuestro era algo tan intenso y desenfrenado que vuelven a mi esos pensamientos por correr hasta él y besarlo, tirarme encima suyo, acosarlo. Obviamente no soy tan estúpido como para hacerlo, Hannu y yo hemos respetado aquello que empezó como un trato, pero se trata de Asb, él ni siquiera cuenta como “un engaño”, él es lo que más pienso, siempre, desde esos días hasta ahora siempre se quedó en mi memoria. Tantos recuerdos juntos, desplantes, cosas que no pudimos decir.

La clase continúa y hago el esfuerzo por poner atención a lo que explica, y después de que deja ese encargo lo veo caminar a la salida. Espero un par de minutos y pongo mi lápiz sobre mi cuaderno, ya sabía que esto pasaría. Salgo y apenas llego a la puerta lo busco, no está muy lejos del aula.
-Profesor -una sonrisa se dibuja en mi cara después de llamarlo, él tiene la cara pegada a la pared, ¿qué está haciendo?. Y la sonrisa estúpida se mantiene en mí, mi pecho quema, y camino un par de pasos para quedar más cerca de él- Ha sido un tiempo, Asbjörn -hace mucho no pronunciaba su nombre, me siento mareado, feliz, y para evitar hacer algo innecesario me recargo en la pared muy cerca de él.
Ya no soy un niño, solo han pasado dos años pero he madurado desde entonces, no tengo ganas de humillarlo pero sí de molestarlo un poco, pero sobre todo quiero besarlo, quiero abrazarlo. No debería ni acercarme, yo tengo novio pero se trata de Asb, él me hace ignorar todo y a todos.
Aunque claro, no haré nada, todo se quedará en pensamientos impuros.

Salí porque necesitaba liberarme de la presión de sus ojos, porque no puedo dejar de recordar lo nuestro. ¿Es que no se supone que yo le tenía rencor? No nunca lo tuve, solo conseguí un poco de dignidad, pero jamás le odie por lo que pasamos. Agradezco cada momento juntos, añoro cada beso y rememoro cada caricia. Nadie es como Min, se que Evan se sentiría dolido por esto y no lo merece, pero Min es mi más grande anhelo y perdición.
-Yoo- digo su nombre al escucharlo, he girado mi cabeza, necesito mirarle, sus ojos oscuros, su sonrisa, quiero tocar sus labios.
Mi nombre nunca se ha escuchado mejor que en este momento, suelto un suspiro por lo bajo y siento como me sonrojo de nuevo, solo porque he escuchado mi nombre de sus labios.
-si mucho… tiempo- no puedo más que darle la razón, el esta tan cerca, pero no es como en aquellos encuentros donde el me acorralaba y me humillaba demostrando que yo seguía estando a su disposición. ¿Por que no lo hace? Quiero que lo haga, no me importa que pisotee mi orgullo.

Sigo con la frente en la pared y mis manos estan en mi pecho como si protegieran mi corazón, o tal vez solo intenta que mis latidos no puedan ser descubiertos.
-Min Yoo- digo su nombre con necesidad de pronunciarlo, como si con ello pudiera controlar un poco todo lo que ahora estoy experimentando -tu sigues… yo… la-ni siquiera puedo hablar, tanto tiempo lejos me ha hecho dejar mi armadura contra él en el olvido -estoy feliz de verte- digo cerrando mis ojos y moviendo un poco alejándome de él, pero solo lo hago porque necesito sentir el frío de la pared y donde estoy ya está tibio.

El se escucha tan tranquilo, tan normal... y en cambio yo estoy a su lado como si estuviera derritiéndome, completamente sonrojado por recuerdos, pensando cosas que quiero hacer ahora, aquí, sin importar que es un pasillo.
¿Si le ruego por un beso? solo uno, pequeño, solo... solo un roce. Realmente soy una persona asquerosa.
-deberías volver al salón- sigo cerrando mis ojos con fuerza y tratando de controlar mi respiración, para que mi cuerpo deje de reaccionar a los pensamientos que me están alterando.

Cuando me enteré que él no seguía en el colegio es que me di cuenta que lo había perdido, a pesar de ya no hablar con él, de evitarnos y pretender que no existíamos, aún así el verlo de reojo me calmaba un poco. Pero ese día fue muy malo para mi, sentía algo atorado en la garganta, estaba de mal humor y no mejoro mi humor hasta unos días después. No tenía su número, no sabía dónde vivía, nada, y es allí que me di cuenta lo poco que lo conocía, estaba muy herido. La única esperanza para encontrarlo era su estúpido novio, pero mi orgullo fue mas fuerte y afortunadamente no caí tan bajo, además ya estaba con Hannu, hice uso de toda mi fuerza para guardarlo muy dentro de mi.

Y ahora sale tan natural ese sentimiento que siento por él, el escuchar mi nombre de sus labios, ver sus mejillas en tono carmesí y esa voz nerviosa. Puedo sentir de nuevo esa presión en mi pecho por estar tan cerca, y quiero lanzarme hacia él, pero no estamos en el mejor de los sitios y yo estoy con Hannu.
Estaba por resignarme y volver a clase, pero su titubeo y luego escucharle decir eso, feliz… él huyó de mí, me ignoró y ahora está feliz. Le dije que lo amaba y él prefirió irse con Evan, tiene ya mucho tiempo desde eso y sin embargo…
-Yo también estoy feliz de verte -me ladeo y me agacho un poco para buscar su mirada, está tan cerca, podría besarlo si me inclino un poco más, pero si lo hago no seré capaz de detenerme.

¿Desde cuándo me ha importado eso?, el tener pareja, el respetar el lugar en el que estamos. Todo se va al diablo en cuanto lo veo, si he avanzado un poco o he respetado a Hannu, no importa, porque él siempre va a ser mi debilidad y volveré a ser ese tipo despreciable e inmaduro, de esa forma en que él se enamoró de mi.
-Tú eres el profesor, creo que haces falta allí más que yo -mi mano se mueve hasta su mejilla y baja despacio hasta sus labios, remarcando el corto recorrido con la yema de mi dedo, delineando su boca despacio.
-Te… extrañé. Te fuiste sin despedirte, estaba sorprendido -me sentí desesperado aquella vez, pero mi orgullo era más grande, mis únicas opciones eran dos tipos que detestaba, y preguntar al colegio… bueno, ni yo soy tan estúpido.

Tomo su hombro y despacio voy girando su cuerpo para pegar su espalda a la pared, me paro enfrente acorralando sin presionar, es más bajo que yo, y estos años crecí un poco más.

El corazón me da un vuelco cuando dice que también está feliz y sonrío de forma inevitable y más aún por la manera en que se acerca, ¿podría el hacer lo que tanto espero? Se que de alguna manera yo era importante para él, se que aunque no fuera en la misma medida, pero el tenía necesidad de mi. ¿También lo siente ahora?

Asiento cuando dice que yo hago más falta, pero ahora me es imposible regresar, no quiero seguir exponiendo más frente a todos ellos.
-solo necesito unos minutos más- confieso con mi respiración pesada por el contacto de su mano. Mi cuerpo lo extraña tanto.
Estoy a nada de perder el poco control que me queda, escucharlo decir que me ha extrañado hace que mi cuerpo se estremezca por completo.
-no podía estar ahí, verte con alguien más- entonces lo recuerdo, como el se hizo de un novio, como él empezó a hacer esas cosas con alguien más -podía verte jugar con otras personas, pero que fueras en serio con alguien, no pude- tuve que huir porque no sabía lo que haría.

Mi cuerpo no se puede negar, y dejo que me mueva con facilidad y termino con mi espalda de nuevo en la pared.
-te extraño- digo al mirarle con todo ese amor y deseo que no estoy logrando ocultar. Llevo mi mano hasta sus labios y los acaricio y simplemente ya no puedo más. Evan se ha escapado de mis pensamientos, la culpa llegará después, y será muy fuerte, pero ahora estoy cegado por mi amor por Min. Mis brazos rodean su cuello, no puedo esperar más a besarlo. Mis labios le buscan con necesidad, siento como si el tiempo se detuviera. Pueden vernos, puedo perder mi empleo por todo esto, puedo perder a Evan y a mi solo me importa besarlo, tal es mi amor por él que no me importaría arruinar mi vida de nuevo la clase- digo un poco exaltado porque escucho como empiezan a hacer ruido.

Entonces se dio cuenta, cuando empecé a salir con Hannu no era tan indiscreto como al jugar con otros chicos, simplemente actuaba normal, evitando hacer un teatro frente a él y su novio. Nosotros no éramos tan melosos, sí nos besábamos pero no todo el tiempo, nos tomabamos la mano en lugares más privados y nuestra intimidad empezó mucho después. Sin embargo él lo notó, me siento tan feliz, es cruel de mi parte pero sus celos son los que le hicieron huír. Y me tomó dos años alcanzarlo, ordenar mis ideas, dejar atrás mis actos inmaduros y poder aceptar que lo anhelaba.
-Tú estabas con Evan, ¿cómo crees que me sentía?, ya era tarde para que yo te recuperara -inimaginable la manera en que me expreso, antes me hubiera burlado y ahora lo he dicho sin titubear. Gracias a Hannu yo he cambiado muchas de mis actitudes, y no debería acercarme a Asb con segundas intenciones, pero es inevitable, yo estoy a nada de caer de nuevo.

Nuestros sentimientos siguen igual, y su dedo sobre mis labios queman la piel que toca, todo se vuelve lento, sus brazos en mi cuello conducen mis manos a su cintura, entre los dos cortamos la distancia, sin desesperarnos aunque lo estemos. Es apenas un roce lo que tenemos porque él presta atención al ajetreo que se escucha en el aula. Suelto su cintura y dos pasos hacia atrás, haciendo una seña con mi mano para que camine y entre, yo necesito un par de minutos antes de regresar.

Después de que él se va yo me quedo de pie en ese espacio vacío, con el corazón acelerado, un poco de culpa por traicionar a Hannu y emocionado porque a partir de ahora podré verlo, será un curso corto, pero es suficiente tiempo para que yo lo tenga.
Entro en la clase, todos están entregando el ejercicio que yo no hice, no me interesa, yo solo quiero que esto termine para ir hacia él. Me siento en el pupitre y lo observo con insistencia, seguramente notaron la tensión entre nosotros, fuimos muy obvios.

Sigo prestando atención a su charla, lo intento de verdad pero mi cabeza no se llena de conocimientos, solamente es él y su dulce voz expuesta a todos, la quiero solo para mi, todo él. ¿Seguirá con Evan?, espero que no, pero si es el caso no importa, él sigue tan absorto por mi, ni siquiera ese tipo que pudo darle una relación estable me sacará de su cabeza, ni siquiera Hannu que es lo que se aproxima a una pareja ideal va a lograr que yo desista de amarlo.
Giro mi lápiz con los dedos con desesperación, el reloj avanza lento, quiero que la clase termine, quiero acorralarlo, besarlo, quiero hacerle el amor tan desquiciadamente como antes.

Nunca era tarde, yo solo quería ver que el demostrara que yo le importaba más allá de su egoísta mentalidad. Me volví ambicioso y deseaba que el me buscara, que me insistiera al menos solo un poco pero no lo hizo.
Pero yo jamás pude dejar de mirarle, por eso noté cuando comenzó aquella relación, me fue imposible no notarlo. El ya no jugueteaba ni hacía el tonto con otras personas, pasaba más tiempo con Hannu, y aunque no se les veía apasionados, pude notarlo, pude saber que ellos tenían algo. Dolio pensar que ese niño no me dejó una oportunidad para intentar tener a Aaren, y al final solo tomó a mi Min Yoo.
-nunca lo fue, yo esperaba por ti, esperaba que desearas tenerme a tu lado- admito avergonzado, porque se que a él no le gustaba que yo pensara de esa manera sobre nosotros.

Asiento obediente a la señal que me hace, se siente un poco como aquel tiempo en que nos escondiamos en el colegio. Camino de regreso y trato de dedicar mi atención a los alumnos. Me siento observado por ellos, tal vez juzgado, pero ellos no lo saben… ellos no…
Rebiso uno a uno pero varios alumnos no lo entregan, así que levanto a explicar a detalle lo que tiene que hacer. Ese sencillo contacto ha hecho que yo pueda dar la clase con calma, y cuando doy la espalda a los alumnos no puedo evitar sonreir. Me siento tan enamorado, pero también siento esa culpa que se asoma, pero no le hago caso, por ahora solo la ignoraré.

La clase solo sigue y yo deseo que termine, deseo ir a él, deseo escucharlo decir de nuevo esas cosas que dijo en el pasillo, esas palabras que tanto deseaba oir de él pero que jamás podría tener. Soy una mala persona, no tengo duda de esto. De nuevo estoy arruinando una hermosa y estable relación solo por el torrencial amor que tengo por Min.
Miro el reloj de vez en cuando y mientras más se acerca el fin de la clase yo más emocionado me siento. Dejo un par de cosas de tarea, solo leer unos artículos para comentarlos en la siguiente clase.
Me quedo parado al frente de la clase mientras espero que de uno a uno salgan del salón, ¿Min se irá? De repente tengo miedo de que todo lo que ha pasado en esos cortos minutos solo sean una mentira. Solo cierro mis puños con miedo y con una sonrisa sigo despidiendo a los alumnos.

Sus palabras se pasan una y otra vez por mi cabeza, Ilkin tenía razón, si yo hubiera presionado solo un poco más Asb sería mío desde entonces. Pero no, tomé la decisión de sacarlo de mi cabeza, o más bien intentarlo porque es más que obvio que no lo logré. Me alegré tanto al verlo hoy parado al frente, regresar a cuando apenas y nos hablábamos, cuando deseábamos por primera vez tocar nuestros labios. Dejo que mis ojos se posen en el cuaderno para no pensar tanto en el tiempo, su voz lejana y el grafito del lápiz, los murmullos de mis compañeros, el sonido de la pizarra, todo, soy consciente de todo porque tengo una ansiedad porque la clase se termine rápido.
Sé que él no va a huír, no creí que siquiera me hablara y por unos segundos pensé en solo hablarle de manera normal, dejar de meterme con él y permitirle vivir en paz. Pero se mostró tan vulnerable ante mi, tan nervioso, como si deseara que yo lo notara de esa forma en que solo puedo verlo. Lo lamento, Hannu, no puedo seguir mintiéndome, no sé qué es lo que Asb hará, o si aún sale con Evan o alguien más, la verdad no me importa, mi necesidad por él es tan grande que podría olvidarme del compromiso que yo tengo e ignorar si él tiene a alguien más.

La clase por fin termina y lentamente guardo mi cuaderno en la carpeta, me hago un poco el tonto y me despido de ese par diciendo que tengo una duda. Creo que se han dado cuenta, ellos conocen a Hannu y saben la clase de relación que llevamos, pero no me interesa, no hay forma de que ellos entiendan cuánto tiempo esperé reunirme con este hombre.
Al final solo he quedado yo, y por supuesto Asb. Me pongo de pie caminando a la salida.

-¿Te irás? -me giro hacia él cerrando la puerta del aula por dentro con las manos tras mi espalda- ¿o te vas a quedar? -no dejaré que se vaya por supuesto, y después de poner el seguro camino despacio hasta él. Atravesar el aula lentamente pone mis músculos tensos, tengo una desesperación por besarlo pero mi paso no se apresura.
Al llegar frente a Asb mi mano va hasta su cuello y sin cuidado lo atraigo hacia mi boca, introduzco mi lengua a prisa, saboreo su saliva y juego un poco con mi lengua. Sus besos son lo que más me llena, tan diferentes de cualquier persona. Debe ser por los sentimientos involucrados, por el tiempo que nos separamos que ahora me saben tan deliciosos y no quiero despegarme de él aun cuando me falta el aire. Mi mano se enreda en su cabello jaloneando un poco, lo amo pero no puedo ser tan delicado, menos ahora que estoy tan ansioso por sentirlo. No espero profundizar demasiado, pero solo un poco más, solo hasta donde él me permita llegar ya sea mucho o poco, me da igual, yo solo quiero tener algo de él. ¿Desde cuándo soy conformista?, en nuestra relación quien aceptaba los pedazos era él, no yo, pero gradualmente nos volvimos como el otro.

Todos van saliendo pero el sigue aquí, es el último y lo veo caminar a la puerta lo cual me hace sentir como un idiota, el se irá, y yo solo me he expuesto de nuevo, me he humillado.
Pero mientras camina el habla y lo veo cerrar la puerta, sonrió como un idiota por eso, sigo siendo tan sumiso ante él.
-me quedo- lo he dicho pero aún así, no es como que el realmente me esté dando una opción.
El camina tan lento que es casi una tortura, pero yo solo sigo esperando a que el llegue a mi, estoy ansioso por recibirlo con mis labios. La forma en que me hace terminar besandole me emociona, me encanta la manera en que me toca y me besa. Mis labios se abren sin dudar y dejo que su lengua invada ese espacio y sigo ese ritmo que el ha marcado.
Mis manos se posan en su cintura y se cierran en un puño atrapando la tela de su camisa entre mis puños.

Suelto un jadeo por la manera en que el ha jalado de mi cabello. El solo me vuelve loco de una manera tan simple. Ya que considero que he dejado que explore entre mi boca, yo decido hacer lo mismo, acariciando su lengua con la mía y buscando entrar sintiendo el filo de sus dientes.
Estrañaba tanto todo esto, porque un beso ya me tiene completamente en éxtasis. Quiero a Evan, y la intimidad con él es agradable, pero yo necesito más que solo eso. Me he acoplado a su ritmo y he dejado de lado mis pequeños gustos sobre el sexo un poco más agresivo. Pero es innegable que me gustan este tipo de cosas, y no a un extremo exagerado, solo que cuando la pasión es tan fuerte, creo que no se puede ser todo el tiempo tan dulce y romántico.
-te amo- le digo luego de lamer su lengua con la mía, mis manos se han buscado abrir paso por debajo de la tela que hace un rato estrujaba y ahora acarician su abdomen y espalda baja -quiero ser tuyo de nuevo- le digo con un tono de súplica y muerdo su labio -Yoo, no se si alguien usará el salón- no dudaría en entregarme ahora mismo a él, lo deseo tanto, sentir como posee mi cuerpo de esa manera que solo él lo ha hecho, pero mi poco sentido común aún grita para que no haga una locura que arruine mi trabajo y su estadía en la universidad.

La falta de aire me hace separarme a pausas, y entre una de ellas él me dice esa frase tan clara, siento esas ganas de abrazarlo y lo hago, estrujándolo con añoro y luego deslizando mis manos por su cadera, me estoy volviendo loco, necesito tenerlo, no me importa si alguien llega, mi cabeza deja de discernir lo correcto y me dejo llevar por ese deseo que se ha venido acumuando durante estos años.
-Te amo -antes de aprisionar nuevamente su boca he expresado cómo me siento, no es una frase por compromiso, no la necesito para que él me entregue su cuerpo y sin embargo, la digo.

Sí él me pide que le haga el amor ¿cómo se supone que yo me contenga?.
-Lo sé, solo un poco -estoy desesperado, mis manos se introducen en su espalda y mientras una sostiene su cadera pegándola a mi cuerpo, la otra sube hasta la mitad para deslizar mis uñas por esta. Su piel se siente caliente, sus labios que se acoplan perfectamente a los míos, que aún con el pasar de los años saben perfectamente cómo complacerme. Jugueteo un rato con ellos y mis manos van de arriba a abajo por su espalda delineando su columna. Quiero desnudarlo, morderlo, besar todo su cuerpo, recorrerlo con mi lengua. Quiero hacer tantas cosas que se nota como mi ánimo va cambiando, y marco un poco de distancia solo para empujarlo hacia el escritorio. Tomo sus caderas con ambas manos y le hago sentarse sobre éste, el golpe hace un ruido un poco fuerte por el metal de la mesa, pero eso es lo que menos me importa ahora.
-¿Qué quieres que haga? -me gusta jugar con él, ver su cara rogando por algo, masajeando con mis dedos sobre su pantalón por su parte delantera mientras mis ojos lo ven insistente y con una sonrisa llena de malicia.

Jalo su camisa y uno de los botones se desprende, los otros dos los desabrocho con mis dedos y luego acerco mi lengua para saborear su pecho. Mi lengua baja de la clavícula a sus pezones, y al subir nuevamente, muerdo a manera de dejar una marca. ¿Estás con alguien, Asb?, de ser así espero que esa persona vea que me perteneces de nuevo. Succiono nuevamente el área y subo a su cuello para besarlo, mis manos juguetean con su trasero, diablos, no sé cómo pararé ahora, no puedo, necesito hacerle de todo, empujarlo sobre la mesa, tocar su entrepierna, meter mis dedos hasta el fondo y escuchar sus gemidos tan fuertes para que queden grabados en mi cabeza.

Mi celular comienza a sonar despacio, ni siquiera me tomo la molestia de ver quién es y lo pongo boca abajo sobre el escritorio, me incomoda en mi pantalón.
-Ignoralo -digo en un tono autoritario, sigo besando sus labios, yendo después a su lóbulo donde lo aprieto entre mis labios con fuerza- ¿sabes qué extraño? ver cómo te tocas, te veías tan lascivo al hacerlo -me he acercado a su oído para susurrarle. Tomo una de sus manos y la coloco tras su espalda mientras mi mano desocupada empieza a desabrochar su pantalón. Su cinturón sale y luego el botón, y empiezo a meter mi mano junto a la suya por debajo de su pantalón, llegando a la espalda baja y esperando que él baje su propia ropa interior. Relamo mis labios y sonrío, pero el celular vuelve a sonar un par de veces más.
-¡Demonios! -mi mano que estaba a punto de tocar su erección toma el celular para contestar, es ese idiota amigo mío- ¿qué pasa? estoy ocupado -mi mano intenta jugar con él mientras hago la llamada, pero las palabras del chico me detienen en seco.

-¿Dónde estás?, te llame hace un rato, Hannu te está buscando. Como sea, le dije que te quedaste en el aula, va para allá…

No dejo que termine de hablar cuando he colgado y a prisa saco mi mano de su pantalón.
-Lo siento -digo un poco alterado- Hannu viene hacia acá.

El me abraza como si le hiciera feliz escuchar ese te amo que no he podido reprimir y yo solo me siento tan feliz de que el sea de esta forma, que no se burle de mi, de que después de todo este tiempo, de mis intentos de alejarme, yo aun sigo prendado de él como desde tanto tiempo.
Nunca creía que podría escuchar de él esas mismas palabras. Estoy tan sorprendido que apenas y logro seguir el movimoiento de sus labios. Soy tan feliz como que creo que podría llorar ahora mismo. Lo amo tanto y él a mi, él realmente lo ha dicho, me lo confirmado.

Este no ha sido el mejor lugar para dejar que el arrebato de la pasión nos gane, pero ¿de que otra manera podría ser? Perder mi trabajo, perder mi relación, eso doleria mucho pero si Min Yoo me ama, todo lo demás ya no importa.
Un jadeo nuevo se escapa cuando siento sus uñas en mi. Estoy completamente exitado y se que el puede sentirlo.
Yo dejo que el me maneje a su antojo, porque nadie como él sabe a la perfección lo que me gusta.
He terminado sobre el escritorio y  el ruido me ha despertado un poco de mi trance de lujuria.
-yo quiero..- me siento tan tímido de repente, aun cuando en el sexo yo siempre he sido descarado, ahora me siento avergonzado, hace tanto que no hago este tipo de cosas. Me siento observado por él pero creo que al final de cuentas Evan me ha cambiado un poco. Respiro agitado como si las palabras estuvieran ahí, pero no pudieran salir -quiero que me hagas sufrir- digo muy muy bajo y bajando la mirada avergonzado, ahora siento como si ese tipo de cosas fueran algo de lo que sentirme avergonzado.

El es tan poco delicado, me enloquece con ello, este momento es como si fuera un sueño, un sueño que tanto había anhelado. Su lengua en mi, su saliva, mis pezones se erectan por completo y un jadeo mas por esa mordida. Duele, causa una sensación punzante que se siente aun después de que el deja de morder, pero me gusta me gusta tanto como se siente. Cuando el succiona mi piel, mis uñas se entierran en su torso; a la altura de su cintura. Mi respiración se agita mas y dejo que mi cabeza caiga a un lado por reflejo del placer que esperimento. Quiero que Min siga y no se detenga hasta que sienta el sabor metalico de mi sangre. Mi cuello esta completamente estirado por como he dejado caer mi cabeza y disfruto mucho de como el besa ahora mi cuello. Sus labios y sus manos en mi cuerpo. Quiero que él se adueñe de mi, lo deseo ya.

Apenas y noto el sonido del celular, no es tan fuerte como el ruido que hicimos con el escritorio, así que solo sigo sumergido en el deseo, cada momento mas lejos de la razón y lógica.
Escuahar como me susurra me enloquece y solo asiento obediente por lo que dice, dejo que el lleve mi mano a mi espalda. Deseo hacerlo, pero mas que nada lo quiero hacer para ver esa mirada que tenía cuando yo me tocaba. Soy tan sumiso, y entregado a él. Se que ahora solo estoy siendo un hombre sin iniciativa, pero tengo miedo de hacer cualquier cosa que a él pueda no gustarle, solo quiero hacer lo que él quiere, quiero complacer todos sus antojos mas allá de los míos. Mi mano comienza a deshacerse  mi pantalón y ropa interior solo son estorbo, y solo quiero deshacerme de esas prendas, o al menos lo hago tanto como me lo permite la posición en la que estoy, pero su telefono no deja de sonar.
Le miro con suplica cuando el contesta aquella llamada, este momento de interrupción me hace sentir tan ansioso y quiero solo tocarlo quero tenerlo en mi boca, no se enojará si lo hago ¿verdad? Pero todo pasa tan rápido, antes de que yo siquiera pueda hacer algo, el retira su mano y se disculpa, pero lo peor son las palabras que le sigue.
Quedo congelado por aquellas palabras, su novio, es aun su novio. Yo sigo sentado en el escritorio, con mi ropa completamente desaliñada, mi trasero asomando por mi ropa y mi respiración agitada pero ya no por la excitación.
-soy un diota- me reprendo mentalmente, mientras me pongo de pie, comienzo a intentar arreglar mi ropa y camino a la puerta, me asomo por la ventana y veo aquella cabellera blanca -está en el pasillo- digo alejandome de la ventana de inmediato, me siento culpable y como si fuera a ser descubierto. Regreso al escritorio y como puedo lanzo mis cosas bajo el mueble, tomo la mano de Min y con la otra detengo mi pantalón y corró a aquella zona donde los alumnos se sienta.
-hay que escondernos- no quiero que esto pase, no quiero que por mi culpa ese chico sufra, se lo que se siente ver a Min justo con la imagen de ahora, de haber estado con alguien mas. Termino recostado en el suelo cubriendo mi cara con mis manos por ser tan idiota.

Mis impulsos con él son más salvajes que con cualquier otra persona. No tengo problema con el sexo casual, me gusta adaptarme a mi pareja y lo disfruto, con Hannu las cosas son tranquilas, excitantes pero sin salir de lo rutinario. Sin embargo él es la única persona que ha aceptado esos arrebatos que tengo por hacer un poco de daño. No lo golpeo, pero tan excitado me siento cuando intimamos que he pensado en ahorcarlo mientras le hago el amor. Por eso y más cosas lo extraño tanto, por eso actúo de la peor forma y me vuelvo esa basura que siempre he sido.

Estoy inmóvil, no logro procesar lo que está pasando y mucho menos idear algo para decirle a Hannu. La manera en la que luce mi ropa y mi cara, que Asb esté conmigo en las mismas condiciones. Reacciono apenas cuando él me dice que Hannu viene por el pasillo, aunque en el pasado no me importaban situaciones así más que por lo molesto que resultaban, ahora es lo contrario. No pensé verme en este problema, pero sobre todo no quiero lastimar a Hannu, aunque es demasiado tarde para eso.
Asb toma mi mano y yo lo sigo a prisa hasta los asientos del alumnado. Me recuesto junto a él con la vista fija en el techo, esto no es nada emocionante y mucho menos excitante, tengo miedo que me vea, de la estúpida manera en que huí y que lo nuestro termine. Pero él llama mi nombre un par de veces, creo que se ha quedado muy poco tiempo y después dejo de escucharlo.

Mi corazón late con fuerza, trago saliva y suspiro muy bajo por el alivio de no ser descubierto. No quiero mirar a Asb, sé lo que piensa en este momento, estoy avergonzado, arrepentido pero solo un poco, porque todo lo que dije es verdad.

-Seguro piensas que no he cambiado nada -evito mirarlo a los ojos, el suelo está frío y mi cuerpo ahora está templado- lo he hecho ¿sabes?, pero ¿qué iba a hacer?, cuando te vi dejé de pensar en los demás, esperé tanto tiempo para encontrarte, incluso entré aquí con esa idea de verte aunque sea una vez -me duele el pecho, con Hannu aprendí a ser honesto con mis sentimientos, que no importaba qué sentía era mejor expresarlo y ser rechazado a nunca decir nada, me mostró la mejor forma de llevar una relación y aún así yo prefiero dejarlo de lado por la persona por la que tanto sufrí.
Apoyo mis manos para sentarme, luego busco su rostro, ¿me reclamará?, debería estar acostumbrado, pero no quiero que lo acepte, ¿qué hará?.
-Cuando te fuiste de verdad me dolió, no sabía dónde buscarte, qué habías hecho o si estabas bien, la única persona a la que podía preguntarle era a ese engreído, obviamente no lo hice -suelto una risa molesta, Evan sabía todo, se veía tranquilo a diferencia de mi que me llegó todo por sorpresa- Te amo -llevo mi mano a mi cara, no sé qué hacer, no considero volver a verlo malo pero sé que lo es, Hannu no merece esto, todo nuestro progreso de dos años, el cariño, la confianza, todo se rompió en un instante.

Tengo ganas de llorar, quiero dejar en el olvido esto se lleve todo este penoso encuentro, porque esto no es mas que un error. El esta aun con ese chico y yo con Evan, ambos estamos en una relación estable y solo por la lujuria hemos hecho esto. No digo que no haya amor en todo lo que ha pasado, lo hay, todo lo que involucre a Min, va de la mano con el amor que le tengo. Pero ya he lastimado a muchas personas a causa de este egoista sentimiento, y estoy repitiendo la historia, Emi no merecía lo que le hice, y Evan tampoco, e incluso ese chico no lo merece.

Yo solo permanezco en el suelo, no tengo fuerza para hacer nada, ni siquiera estoy logrando llorar, porque no tengo derecho ni de eso.
Solo niego con la cebeza, siento que la fuerza me ha avandonado, y que mi voz ahora es tan debil.
-cambiaste, lo has hecho- solo lo digo, el Min de antes no habría dicho que me amaba, incluso ni en bromas podía decirlo, pero mas aun, ese Min nunca estaba tanto tiempo con alguien, en una relación seria -yo también dejé de pensar- no lo culpo de todo esto, yo practicamente me lance a sus brazos rogando porque esto pasara, yo mismo decidí ignorar a mi pareja por solo un poco de Min Yoo.

¿Que caso habría tenido irme si dejaba abierta la posibilidad de que me encontrara? No, eso no era una posibilidad. Tenía que dar final a esa relación, a ese dolor que era inevitable entre nosotros.
-yo a ti, pero esto no esta bien. No quiero ser esta clase de persona- admito con toda la culpa golpeandome de manera salvaje.

Aun sobre el suelo comienzo a acomodar mi pantalón, lo abotono y me ajusto el cinturón. Mi camisa esta hecha un desastre,  incluso un botón a desaparecido, pero aun así intento que todo quede lo mas presentable posible, esot no puede seguir, yo no puedo dejarme llevar de esta manera. Me cuesta mucho, siempre me ha costado tener voluntad cuando se trata de este hombre, pero… no quiero seguir lastimando personas. Esta bien si yo sufro, pero nadie tiene que sufrir de nuevo por mi culpa.
-no puedo volver a hacer algo como esto- recuerdo aquellas veces en las que el se burlaba de mi por haberlo dejado todo, mi prometida, mi familia, y solo por él, por amarlo a él, pero no puedo volver a hacerlo. Emi me odia y mis padres ni siquiera pueden mirarme. No quiero tener el odio de Evan, no podría soportar hacerle daño de nuevo.