Infralove (Takumi)

Recuerdo del primer mensaje :

La pequeña rubia se miraba frente al espejo, cepillaba su melena con una sonrisa que parecía imborrable en su rostro. Se sentía realmente feliz, había cumplido lo que le dijo a su amado padre, había mejorado en la escuela, ya no se estaba metiendo en peleas así que tampoco lo llamaban tanto, aunque aveces le costaba mucho resistir ese impulso agresivo ante ciertas personas.

Por fin arreglada se miró en el espejo, deseaba no parecer tan niña como de costumbre, porque al parecer a los hombres les gustan mas las mujeres que las niñas. Incluso su padre siempre prefería mujeres a ella. Era molesto sentir que seguí sin ser de utilidad para él. Había visto a algunas compañeras con sus novios y otras cosas en televisión. Para su mente muchas cosas eran absurdas, no entendía porque las personas reaccionaban de cierta manera. Pero poco le interesaba encajar en la sociedad, todas sus compañeras la consideraban una "soñadora" que siempre anda en las nubes, que por ser hija de un médico importante no le importaba demasiado la escuela, y que era tan rara aveces por la ausencia de una madre que le enseñara la manera correcta de las cosas. Pero ella solo aspiraba a una cosa, complacer a su padre, él era su mundo, su dueño absoluto.

Bajó la escaleras, se había arreglado tal vez demasiado pronto, pero no quería que su padre la estuviera esperando, poco a poco quería lograr ser la mejor hija que pudiera existir, aun si el termino aun le resultara complicado de entender.
-Emi ha sido buena niña y saldrá con papi- se dijo bajito y muy feliz esperando a que su padre llegara por ella. No le interesaba a donde iban, ella solo quería estar con él. Ese hombre trabajaba tanto que aveces era complicado poder verlo y ella se sentía tan vacía cuando él no estaba.

atuendo:

Mika puso una expresión disgustada y me miró esperando que yo dijera algo a Emi, pero obviamente no lo haré.
-Es porque tú luces más joven -miré ahora a Mika de arriba hacia abajo- sí, es verdad, se ve más grande -no creo que le moleste, al contrario, supongo está orgullosa de que su cuerpo se vea maduro. Le guiñé el ojo y solté por fin su mano, el contacto de este tipo me desagrada si es por tiempo prolongado, solamente me he acostumbrado a tomar la mano de Emi, es pequeña y suave. Y ella tiene las manos más grandes, sus uñas gruesas llenas de adornos y ese montón de pulseras hacen que el contacto sea todavía más repulsivo- bien, entonces vayamos a ver los animales -tomé el hombro de Emi y me acerqué a darle un beso en la mejilla- gracias, Kitty -y luego le indiqué caminara por delante de nosotros.


La otra chica se me colgó inmediatamente del brazo y yo metí mis manos en los bolsillos del pantalón y caminé normalmente, aunque la posición es algo incómoda. Y entonces empezó a hablar sobre nosotros. Que me extrañaba, que había amado esa cita tan romántica en el café, y mencionó con un tono travieso la vez que fuimos al hotel, para luego disculparse hipócritamente con Emi por hablar sobre “la privacidad de su padre”.
-No te disculpes, Emi sabe que me acuesto con otras mujeres -me quedé viendo los animales esperando que alguna decidiera ir a ver otra de las aburridas atracciones de aquí- oh, pero tú eres muy linda en la cama -le tomé de la cintura y le arrebaté un beso muy suave, y la abracé para poder mirar a Emi por sobre sus hombros- aunque debes saber -me separé de Mika y me alejé un par de pasos, no quiero que se vuelva a colgar de mi brazo- que Emi es más importante para mí, después de todo ella es mi hija -saqué mi celular para ver la hora, no recordaba que con ella tengo el record en aburrimiento- debo ir al sanitario, por favor no se muevan de aquí ¿de acuerdo? no tardaré -caminé en dirección al sanitario con paso calmado, espero que Emi haga algo para que se vaya, así tendré que dejar de soportar ese olor a perfume barato.

Emi no estaba feliz, pero aun asi ese beso le robó una sonrisa, el le agradecía, entonces ella había hecho las cosas bien. Aunque detestaba la presencia de esa mujer podía soportarlo si tenía una recompensa como esa.

No se sorprendió o se escandalizo por escuchar las palabras de aquella mujer, para Emi el sexo era lo mas natural del mundo. Así que no le dio importancia a ninguna de esas palabras, y solo dedicó a aburrirse mirando aquellas criaturas echadas. Ese lugar si que era aburrido, había animales bonitos, pero sin duda le cansaba lo aburridos que eran
Para ella todo iba bien, era tolerable todo hasta que notó como su padre comenzaba a besar de aquella manera a esa mujer. Sus ojos no se despegaron de ellos. Las manos de la rubia se apretaron en puños, eso era lo que ella deseaba para si y él se lo daba a otra.

Le gustó ver la cara de la chica cuando el le dijo que ella era mas importante y Emi sentía que no era falso, porque él siempre cambiaba de mujeres, pero ella seguía estando en su vida. El se alejó y ella se quedo con esa desagradable persona.
-¿eres tan buena en el sexo?- preguntó Emi con una sonrisa maliciosa -tienes que ser realmente buena si quieres que él te soporte por mas tiempo- declaró ladeando la cabeza, sus ojos miraba intensamente a la chica. La mirada de Emi denotaba un toque de locura que eran despertados por los sentamientos de celos que despertaban en ella. Se acercó tanto a ella y se le colgó de cuello tomando con una de sus manos el cabello de la nuca de la chica y cerró su puño con fuerza para hacerle daño -Nadie lo puede amar como yo, así que aléjate de él o me encargaré de alejarte- se separó de la chica al con una sonrisa inocente cuando escuchó que su padre estaba regresando.

Me quedé recargado en el lavabo dando la espalda al espejo y revisando mi teléfono. Respondí unos mensajes a Shinya y otras personas, dándole a Emi el tiempo suficiente para ahuyentar a la chica. No es la primera vez que lo hace, es un poco cruel que la use para eso pero no se me ocurre algo más. Cuando les das un rechazo directo a veces siguen insistiendo, y no soy muy tolerante en ese aspecto. Además es divertido.
-Supongo que ya terminó -guardé mi celular, me vi en el espejo para arreglarme el cabello y regresé a donde ellas estaban. Alcancé a ver a Emi alejarse de Mika, parece perturbada y muy, muy enojada- regresé, siento la espera -la otra chica se quedó viendo al suelo y después de un rato en silencio me pidió hablar en privado- danos un minuto, Kitty -nos alejamos un poco y ella comenzó a acusar a Emi y decir que “era una hija extraña”, inmediatamente dejó salir su madurez acorde a su edad y la poca paciencia que tiene. Me reí, y luego solo le di un beso en los labios para regresar al lado de Emi.


-Kitty, creo que deberíamos irnos, este lugar es un poco aburrido. ¿Quieres que compre pizza para comer en casa? -la chica seguía de pie esperando algo, y de inmediato comenzó a hacer sonidos de disgusto- lo siento Mika -dije colocándome tras de Emi y abrazándola por los hombros- pero si no puedes llevarte bien con Emi, no se puede hacer nada. Ella es mi hija, es obvio que tengo que ponerla sobre las chicas con quienes me acuesto. Oh, pero ha sido divertido, aunque sea un poco pude saber qué es tener un paseo en familia, gracias -la gente normalmente piensa que tengo esa obsesión por darle una madre a Emi, pero realmente nunca tomaría con seriedad eso. ¿Vivir con dos mujeres en casa? no, diablos, me da asco de solo pensarlo. Me sorprende siquiera que llegue yo a tolerar a Emi, pero aparte de ella y Shinya no soporto estar demasiado tiempo con una persona o compartir mi espacio personal.


Tomé la mano de Emi y caminamos hacia la salida, no me interesa qué pueda decir la otra niña más allá de sus insusltos de adolescente. Ella obtuvo “su deseada experiencia” y yo tuve mi juguete para molestar un poquito a Emi.

Miró con satisfacción la expresión en el rostro de la amiga de su padre. Emi consideraba que si ninguna de ellas se interesaba por correr el riesgo de estar junto a él, entonces realmente no merecían tenerlo.
Se alejó para mirar a cualquier cosa mientras ellos hablaban, ni siquiera le interesaba saber que platicaban, la cara de la chica era lo único que le bastaba, aunque de reojo noto como ella era besada de nuevo.

-¿Papá quiere pizza? entonces comamos pizza- dijo con una sonrisa radiante.
Emi sonrió satisfecha al mirar como era puesta por encima de esa mujer desagradable.
Mientras caminaban al auto Emi se detuvo y apretó un poco la mano de Takumi.
-¿aun puedo pedir algo?- preguntó temiendo que el tiempo ya se hubiera acabado -quiero un beso, quiero dejar de ser tu hija por un ratito y recibir un beso- pidió bajando la mirada. No sería el primer beso entre ellos, pero Emi sabía que su padre pocas veces parecía interesado cruzar esa linea que tanto le marcaba de padre e hija.
Antes solía sentirse extraña por no ser usada de esa manera, pero nunca pedía que pasaran esas cosas, solo no comprendía porque no ocurrían. Con el tiempo comenzaba a entender lo que era vivir en sociedad, lo que era correcto ante las normas de moral, y comenzaba a desear aquello que antes le era indiferente y que sabía nadie vería con buenos ojos, pero solo lo desea con él, con la persona que despertaba esa emoción en su pecho, con el hombre a quien decía padre y a quien quería mas que cualquier otra cosa en el mundo.

Nos despedimos de la chica y caminamos al auto platicando de temas sin importancia, porque a ninguno de los dos nos interesa cómo se sientan los demás con nuestras acciones.
-¿Te divertiste, Emi? -yo no lo hice, hubiera preferido quedarme en casa. Espero la próxima vez pensar un poco más sobre a dónde vamos. Al cine sería menos aburrido, a comer. Cualquier cosa que no implique animales o niños. Detuve mi paso poco antes de llegar al auto- claro, todavía no termina nuestro paseo -sonreí demasiado porque espero un poco esa petición por su parte, y además ella siempre desea algo de mi que no he querido darle solo por molestarla.
Solté un suspiro, le miré un poco preocupado y me agaché un poco hacia ella- ¿te refieres a un beso en los labios? -toqué su boca con la punta de mi dedo y cuando tuve respuesta, solté otro suspiro y le sonreí- solo por hoy, ¿de acuerdo? Porque fuiste tan buena niña -tomé su mentón y le di un beso muy corto- eres muy hermosa, Emi, más que todas esas mujeres -me acerqué de nuevo a besarla, esta vez me deshice un poco de ese juego y me sentí atraído por ese deseo que tengo por ella.


No sé cuántos besos fueron, ni el tiempo que duramos allí parados. Incluso tomé su cintura y deslicé mis manos hasta su cadera.
-Deberíamos irnos, tengo hambre -me limpié bajo los labios y abrí la puerta del coche para ella, este día no fue tan malo, tal vez empiece a dejar que tenga al menos esas muestras de afecto.