New friend [Takumi]

No sabía que podría ser una persona exitosa usando mi imagen. Se que soy atractivo, pero no pensé jamás explotar ese aspecto, y ahora me va bastante bien. No soy un modelo famoso aun, pero he conseguido bastantes ofertas de trabajo, es un poco raro, pero parece ser que se me da bien, tal vez mi descaro y seguridad sobre mi cuerpo ayuda bastante.
Mi agente me ha sugerido que me compre un auto, pero realmente creo que solo conseguiría pasar la mitad de mi tiempo atrapado en el trafico. Sigo prefiriendo los transportes públicos, no serán lo mas cómodo pero si que son mas rápidos, sobre todo el subterráneo.

Bajo en la estación que queda cerca de mi casa, y cuido que nadie empuje a una chica de colegio y también que cuidado que algún tipo con mano larga se sobrepase con ella.
Entre el gentio tomo la salida de la estación y camino en dirección a mi casa. Saco mi celular para mandar un mensaje a Tiro, hoy estuve bastante ocupado y no he podido ni llamarle, pero al final solo guardo mi celular. Estoy un poco molesto con él, no se cuanto tiempo más tengo que esperar. Solo quiero ser paciente y no hacerlo sentir presionado, así que hasta ahora he evitado reclamarle. Yo solo me metí en su vida y entiendo que no puedo obligarlo a cambiar todo de golpe. Suelto un pesado suspiro guardando mi celular y entro a esa tienda para comprar unas cervezas. Al salir vuelvo a sacar mi celular.
"Hoy te he echado mucho de menos, espero verte el fin de semana para poder recuperar un poco de energía"
Mando el mensaje, la verdad es que lo extraño mucho y tengo muchas ganas de verlo, pero intento actuar como un adulto y no consumir todo su tiempo.
Es curioso lo mucho que lo amo, al punto de que su sexo que hace algunos años me parecía un obstáculo inmenso, ahora me parece algo insignificante si lo comparo con lo que siento por él. Me había dicho que jamás me volvería a enamorar de manera tan apasionada, y al final no pude evitarlo, de hecho amar a Jiro, fue lo que me hizo superar lo que tenía con Yoko.

Solo faltan unas cuadras para llegar a mi edificio, pero al acercarme a un callejón que hay entre dos edificios escucho algunos ruidos, y mi curiosidad me hace girar la cabeza para mirar aquella escena.

No me sorprende lo que Okanao le hizo a Shinya. De alguna forma lo que no esperaba es que duraran tanto tiempo juntos, porque a simple vista el tipo no tiene la imagen más seria del mundo. Sobre todo también por el historial que se cargaba, es imposible para mí no haber echado un vistazo a cómo llevaba su vida y con quién se involucraba.
Shinya me dio algunas indicaciones para llevar a cabo con la ahora pareja de su novio. Todavía pienso que el plan es algo predecible y simple, pero un encuentro amigable en la calle sería todavía más sospechoso. No tengo especial cariño a mi rostro, por eso recibir unos cuántos golpes de mis tres subordinados no es algo que me preocupe.

A la segunda indicación por mensaje, ellos comenzaron a golpear mi cara y forcejear por mi maletin. Hace muchos años ya desde la última vez que me asaltaron, creo que todavía trabajaba en las calles cuando eso pasó, y tuve que permanecer unas horas en el hospital público.
Una pequeña abertura en mi labio hizo que la sangre comenzara a correr hacia dentro de mi boca y un poco sobre mi barbilla. Esto es un poco agradable.
-Espera -dije asustado y llevé mis manos detrás de mi espalda con el malentin en una de ellas. La gente que pasa cerca solo acelera el paso en cuanto escuchan los golpes y mis quejidos. Son en verdad cobardes- ten, mi celular -saqué mi teléfono del bolsillo y lo dejé sobre el suelo, y lo empujé ligeramente con el pie- pero por favor, necesito mi maleta -mi voz suena asustada pero decidida. Porque perder la información que traigo dentro sería más problemático que perder un teléfono o algo de dinero. De nuevo intentaron jalonearme y me aferré a ella abrazándola por el frente. Cerré los ojos y dejé que golpearan mi cabeza- por favor, suéltame -un manotazo y algo de fuerza me hicieron alejarme unos pasos de ellos, pero todavía luce como una situación desfavorable- solo tengo información de mis pacientes. Ni siquiera puede servirte de algo, mira -mis manos temblorosas comenzaron a abrir el maletin y medio saqué un folder y dentro dejé otras cosas más pequeñas.  Ellos exigían a gritos y luego empuñaron un cuchillo acompañado de una advertencia. Yo solo miraba asustado y me desplomé al suelo mirando confundido- también te daré mi dinero -mis manos son lentas, y como pude me levanté para entregarles el dinero y en ese instante ellos tomaron mi maleta y me hicieron golpear de frente contra la pared- por favor, necesito esa información, llevate lo que quieras pero déjame eso, ya te dije qué -un golpe en mi cara interrumpió mis palabras. Es mucha conmoción la de ahora, la suficiente para hacer que ese tipo se acerque . Como esperaba, parece una buena persona, y bastante idiota.
Mis ojos lo buscaron pidiendo ayuda con urgencia. Y mi cuerpo se movía intentando deshacerse del agarre del hombre más alto.

La unica manera de describir lo que veo, es desagrado. Dos abusivos, sacando provecho de un hombre indefenso. Dicen que la solución mas sensata es entregar todo, y escucho como ese hombre lo hace solo pidiendo que le dejen unos papeles. Se aferra tanto a ellos que parece hacer enojar a los hombres que lo asaltan.
No he pensado demasiado, mis piernas me han llevado al callejón.
-Deberían detenerse ya- una persona sensata tal vez habría llamado a la policía, pero yo no, lo único que he pensando es en actuar para que dejen de atacar a ese hombre.
Al estar ya mas cerca, noto apenas que uno de ellos tiene un cuchillo, pero aun así no me muestro asustado, tal vez hace tiempo que no me meto en esta clase de problemas, pero estaba muy habituado a tener que pasar por peleas... supongo que la terapia ayudo a final de cuentas.
Las amenazas para que me vaya no tardan en sonar, pero al menos su atención ahora está en mi y no en el pobre hombre. Esta oscuro pero aun así se le ve maltrecho por los golpes.
Las amenazas al ver que no me voy, se convierten en agresión, no soy demasiado ágiles, y solo trato de evitar los ataques, no porque ser una buena persona, sino porque, aunque la terapia me ayude, se que si empiezo a golpear mi enojo crecerá y me costará detenerme. El de la navaja termina cortando en mi hombro derecho, la tela de mi ropa se ha abierto y siento el dolor en mi piel, pero evito mirar para no ver la sangre. Luego patean mi bolsa con cerveza que cae al suelo y escucho que una de las latas se ha roto y el liquido comienza a salir.
-demonios- me quejo molesto, y simplemente no puedo más. Me olvido de defenderme y solo pienso en golpearlos, apenas veo la primera gota de sangre de uno de ellos y me siento exaltado. No siento los golpes o los cortes que puedan causarme, solo estoy demasiado excitado y deseoso por acabar con ellos mientras les reclamo por romper la lata de mis cervezas.
Soy una persona demasiado agresiva, por eso intento ya no meterme en cosas como esta, porque es casi una adicción. La única persona a quien no he podido golpear es a Jiro, solo con él pude contenerme. He tomado a uno de ellos por los costados de su cabeza para llevarlo hasta mi rodilla. Miro al otro sujeto que ya no se acerca para seguir peleando, yo avanzo hacia él unos pasos, pero al menos los segundos me permiten recobrar un poco de raciocinio y me detengo.
-Largo- amenazo y me acerco al hombre en el suelo, una vez que mi adrenalina comienza a bajar comienzo a sentir los daños en mi cuerpo y el cansancio.
-¿está bien? ¿lo llevo a un hospital?- pregunto al desconocido mientras comienzo a recoger sus cosas que están tiradas.

Cuando escuché su voz más cerca, dejé la vista fija en él para evitar que se retractara. Parece uno de esos tipos varoniles que llegan a rescatar a la pobre persona en desgracia. ¿No es demasiado predecible su personalidad? Aunque la gente se impresiona con ese tipo de personas. Dos de ellos comenzaron a lanzar amenazas mientras el otro me soltó de golpe, me hizo tambalear y caí de inmediato al suelo.
-Por favor, basta -un reclamo salió de nuevo y uno de los supuestos atacantes me lanzó otro golpe. Oye, oye, ¿no crees que se están pasando un poco? Empiezo a pensar que no les agrado.

Me quedé tirado un rato e intentando inútilmente detenerlos con palabras. El tipo es bastante agresivo, no dudó en lanzarse a ellos ni porque uno portaba un arma y eso lo ponía en obvia desventaja. Sin embargo la intensidad de sus golpes fue aumentando y se quitó a los tipos de encima. ¿Okanao sabrá que es así de violento? Gracioso que se busque tipos que podrían tumbarlo de un golpe, porque he de admitir que este hombre tiene bastante fuerza en los puños.
Cuando por fin se detuvieron yo solté un suspiro aliviado al notar cómo se alejaban, y de nuevo le miré preocupado por ver el estado en el que estaban él y sus pertenencias.
-Sí, sí, lo estoy. Muchas gracias -me levanté y solté un quejido por los golpes en mi cara. Esos imbéciles sí que aprovecharon- no, yo estoy bien. Es decir… no es nada grave, creo. Pero tú… tienes un corte en el hombro -recibí mis cosas de su parte y le agradecí, y luego con una mano descubrí el área afectada- no es muy profunda, pero de todos modos necesita sutura -guardé mis cosas en el maletin y luego miré mi teléfono. Está roto- creo que debería acompañarte a un hospital -sus heridas no son tan graves, hubiera sido interesante meterlo en un rollo más grande- en verdad lo lamento, te hirieron por mi culpa. Y tus cosas… en serio siento haberte involucrado -me incliné en modo de disculpa y luego busqué entre mis cosas unas gasas. Usualmente no llevo estas cosas, pero venía un poco preparado- por ahora te pondré esta gasa para que dejes de sangrar -abrí el sobre y saqué la pequeña tela y le indiqué donde ponerla- lo siento, soy doctor -dije para aclarar el porqué de las cosas- de verdad agradezco tu ayuda, el haber perdido los papeles de mi paciente hubiera sido fatal -le regalé una sonrisa y de nuevo mi expresión cambió a preocupación.

Para ser un hombre parece bastante cobarde, pero supongo que así reacciona la mayoría de las personas prudentes.
-Seguro tengo mas que ese corte pero aun no los siento- trato de bromear para restar importancia a eso.
Miro mi hombro cuando menciona que necesitare puntos y solo niego, no me parece que sea para tanto.
-no es nada, cerrará sola. ¿hospital? en serio que no hace falta- supongo que esta muy agradecido, pero si termino yendo al hospital habrá que levantar una denuncia y declarar y perder horas de mi vida en todo eso.
Miro la bolsa donde están las latas, no puedo creer que eso haya sido lo que me llevó al limite de mi enojo, supongo que mi terapeuta se molestará conmigo cuando le cuente esto.
-pues alguien tenía que hacer algo- no soy de los que puede ignorar esas cosas, tampoco soy de los que graban para "denunciar" todas esas personas son demasiado cobardes para hacer algo, entiendo que muchos no se creen con la capacidad para evitar algo así, pero yo creo que me siento un poco seguro de mi en ese aspecto.

Me parece raro cuando saca aquella gasa, nunca he conocido a nadie que ande con esas cosas a la mano, pero cuando explica que es doctor pues dejo de cuestionar lo peculiar que parecía.
Me acomode para que le fuera mas fácil poner la gasa.
-pues podrías pagarme con otras cervezas- comento en broma por su agradecimiento, no es que cobre por hacer buenas obras, solo trato de bromear para relajarme un poco, aun siento mi cuerpo tenso por lo que acabo de hacer.

En lugar de reírme solo puse una expresión extraña. ¿Qué clase de broma tan mala es esa? Bueno, tal vez trata de contrarrestar su miedo o el dolor con su pésimo sentido del humor, porque esa herida seguro que le duele.
-Yo creo que sí -comenté un poco preocupado- si se infecta tendrás más problemas -rasqué mi cabeza pensativo fingiendo que quería encontrar una solución. La verdad yo tampoco quiero ir al hospital, aunque sería muy fácil excusar mi estado y el suyo, prefiero evitar que nos vean juntos por ahora- aún así. Fuiste la única persona que se acercó. Gracias -esbocé una pequeña sonrisa y llevé una de mis manos a mi cara soltando un quejido. Seguramente tengo moretones que me durarán un buen rato, Emi y la gente en el hospital se pondrán pesadas por esto. Esos imbéciles me dieron con fuerza, vaya realismo que le pusieron a la situación- oh, es cierto, tus bebidas… claro, claro, puedo pagar por ellas -¿pensaba tomarse todo eso? Bueno, leí que era un adicto al alcohol, pero según el informe ya había bajado un poco el consumo. Con esto no lo parece. ¿Qué tiene este tipo más atractivo que Shinya? Definitivamente nada, no es más que el estereotipo de macho.

Luego de colocar la gasa, comencé a caminar en dirección a la avenida principal esperando que él me siguiera.
-Si quieres yo puedo coser tu herida -me puse a la par para así hablarle de frente- es lo menos que puedo hacer por tu ayuda. Como dije antes, soy médico. Solo necesito un teléfono para llamar a la farmacia -volteé a los lados buscando alguna caseta telefónica, pero no hay nada parecido- yo también necesito tratarme esto. Si mi hija me ve en este estado no reaccionará bien -puse una expresión entre sonriendo y desanimado- así qué… ¿de casualidad sabes dónde hay una caseta telefónica? Mi celular quedó inservible, pero al menos me dejaron mi dinero -le mostré mi mejor sonrisa demostrando que puedo ver el lado positivo de la situación, aunque duele ligeramente cuando muevo mucho la boca y eso me hizo poner un pequeño gesto de dolor.

El sujeto parece mas preocupado por mi que yo mismo. Se que debe sentirse agradecido, pero su estado no está por encima del mío.
-si, supongo que debo cuidar que no pase- digo para que se relaje un poco con el tema.
Sonrío por sus palabras, no puedo justificar a todas las demás personas que pasaron ignorando lo que veían, y tampoco es que yo me sienta orgulloso de lo que hice, se que hice algo bueno, pero fue demasiado imprudente. Debo controlarme un poco más, aprender a preocuparme mas por mi que por otros, pero obviamente aun me queda mucho camino que recorrer.
Ser valiente muchas veces es mas cosa de estúpidos como yo, y los estúpidos/valientes no viven mucho.

El insiste con lo de mi hombro, así que miro con mas cuidado, ha salido bastante sangre que ha escurrido por mi brazo, y la gasa comienza a mancharse.
-tal vez seria bueno- digo ya un poco mas consiente de mi estado.
Con mi brazo mas sano, saco mi celular y se lo ofrezco luego de desbloquearlo.
-vivo en ese edificio, vamos- no espero a que acepte, creo que ambos ya hemos pactado no ir al hospital.

Cuando llegamos a mi puerta saco la llave para abrir. En mi casa soy tan occidental como puedo, pero me he acostumbrado un poco a eso de quitarme los zapatos, así me ahorro un poco de trabajo a la hora de limpiar, pagar una persona que limpie es muy caro y pese a que me va bien en el trabajo, sigue siendo un lujo que no puedo darme.
La gasa sigue manchándose de sangre, y como puedo me hago un improvisado torniquete rompiendo la manga de mi ropa. Abro el refrigerador, y saco un par de botellas de agua y ofrezco una al hombre.
-es lo único frío que tengo, úsalo para tu cara- me dejo caer en el sofá, comienzo a sentirme un poco mareado, creo que he perdido un poco de practica en esto de las peleas. Por el torniquete mi brazo esta entumido, así que no puedo usarlo bien, así que uso mis dientes para abrir la botella y dar unos tragos.
Miro los nudillos de mi mano derecha, se han reventado por los golpes que di.
-también puedes llamar a tu hija, debe estar preocupada- no puedo evitar mirar al hombre, no se ve tan débil, pero tal vez es de esos que tienen músculos y no saben usarlos.

Tomé su teléfono y asentí con la cabeza. Vaya, qué hombre más confiado.
-Entonces lo tomaré. ¿Cuál es la dirección?  -marqué a una de las personas encargadas de proveernos el medicamento que necesito en caso de emergencia. Aunque a diferencia de siempre, mi voz ahora suena calmada y lo más amable posible, además ellos ya sabían qué tenían que hacer el día de hoy. No suelo ser déspota con las personas del clan, pero tampoco soy tan amable como Shinya- muchas gracias -colgué la llamada y le entregué el teléfono al tipo.
Caminé tras él hasta el edificio donde vive. Parece un lugar cómodo, pega con la imagen de modelo europeo. Pero dudo que tenga más dinero que Shinya.
Estúpidamente me la he pasado comparándolos, pero es inevitable, sigo sin entender lo que pasa por la cabeza de ese idiota y cómo es que pudo haber preferido a él, sobre todo después del numerito que le montaron a Shinya.

-Con permiso -al llegar a su casa me quité los zapatos y me senté en el sofá pequeño mientras él se dirigió a la cocina. Eché un vistazo alrededor y cuando llegó le agradecí con una sonrisa por la bebida fría- gracias -la puse sobre la parte más adolorida de mi cara. Es una sensación refrescante y un poco placentera- no hace falta, por el trabajo, ella está acostumbrada a que llegue un poco tarde. No tengo un horario fijo -después de un par de minutos dejé la lata a un lado y me levanté- ¿puedo usar tu lavabo? Necesitamos lavar tu herida cuanto antes, estás sangrando más de lo que pensé -me lavé las manos en el fregadero de la cocina y me tomé la libertad de sacar un recipiente y poner agua limpia en el. Luego regresé a donde él y puse el agua sobre la mesa del centro, y saqué otro par de gasas de mi maleta- no deberías usar cualquier trapo para detener el sangrado -mientras rebuscaba entre mis cosas su timbre sonó, supongo que es el la persona que llamé- debe ser el medicamento -me puse de nuevo los zapatos y bajé lo más rápido que pude. Al llegar solo recibí la bolsa con las cosas sin decir nada y me di la vuelta para volver dentro. Como dejé la puerta emparejada, entré rápido y puse las cosas en el comedor.
-Creo que será mejor que lo hagamos aquí -moví el traste con agua y cuando él se sentó, me coloqué los guantes y comencé a lavar su herida con la gasa y el agua, quitando el trapo que había amarrado a su brazo- no es tan profunda, pero aun así te pondré una anestesia local, ¿de acuerdo? -sequé bien la zona lastimada y desinfecte. Preparé la pequeña jeringa con la anestesia, creo que no debo advertirle sobre lo que haré a continuación, así que le di el piquete cerca de la herida para adormecer y luego poder comenzar la sutura.

No tardé mucho en cerrar su herida, tuve que poner  seis puntos y luego cubrirla para evitar la entrada de bacterias.
-Listo -todas las cosas que utilicé las metí de nuevo en la bolsa de plástico- ¿dónde puedo tirar esto? Y también, ¿puedo utilizar tu baño? -tomé unas gasas, la pomada y el antiséptico para poder curarme las heridas de la cara. Al entrar aseguré la puerta y de inmediato me lavé con agua y miré mi reflejo en el espejo- esos hijos de puta… -sonreí y comencé a limpiar. Mis heridas no son algo grave, pero tendré estos moretones por algunos días.
Una vez que terminé tiré todas las cosas juntas donde él me indicó.

Le doy la dirección para que pueda decirla a los de la farmacia y luego de eso recibí mi celular de regreso.

No parece necesitar avisar a su hija, supongo que no quiere preocuparla. ¿Que haría yo si fuera padre? ¿Si ese bebé hubiera sido mío? no voy a negarlo, en aquel tiempo la idea me ilusionó, no tanto lo de tener un hijo fuera del matrimonio, soy bastante conservador con eso... ¿o lo era? bueno eso... pero al final no pudo ser, creo que fue lo mejor porque yo de padre, seguro no seria muy bueno.
-Adelante- a veces los formalismos me cansan, pero se que mucha gente es delicada con las visitas, a mi no me importa demasiado lo que la gente hace en mi casa cuando viene. Mientras no me roben o hagan cosas por el estilo, pueden hacer lo que quieran como si fuera su casa. Es curioso como soy a pesar de que crecí en una cultura demasiado educada como suelen ser los ingleses y ahora vivir en Japón. Pero tal vez solo soy poco convencional para cualquier cultura.
-Es mejor usar cualquier trapo que no usar nada- se que es porque es médico y sabe de estas cosas, pero la gasa sigue cubriendo la herida así que no pensaba que un torniquete con mi ropa fuera un problema.

El baja por el medicamento y yo me entretengo moviendo mis adormecidos dedos. No tarda demasiado. Supongo que es una ventaja haber ayudado a un doctor o de otra manera tal vez habría terminado yendo a un hospital.
-mmm ok- un piquete de aguja no debería importarme ahora, pero la anestesia no me gusta, odio esa sensación de entumecimiento extremo.
No me quejo mucho, en parte porque estoy algo acostumbrado y también porque mi orgullo de hombre no me dejaría quejarme frente a alguien.
Le indico donde puede tirar las cosas y solo le señale la puerta que es del baño.
Mientras el se hace cargo de sus heridas yo vuelvo a ir a la cocina para abrir el refrigerador en busca de alguna cerveza olvidada que pueda haber y para mi suerte si la hay.
Saco mi celular para mirar la respuesta de Jiro de hace rato, creo que mejor no le cuento sobre lo que ha pasado o es capaz de aparecer en la puerta de la preocupación, seguro me va a regañar por ser tan imprudente. Pensar en eso me hace sonreír porque siento lo mucho que se preocupa por mi. En eso la pantalla se queda en negro, y suspiro. No pude contestarle.
-Me acabo de quedar sin batería, pondré a cargar el celular unos minutos para que puedas llamar a un taxi- le digo mientras con mi brazo sano abro la lata de cerveza y doy unos tragos antes de salir a buscar el cargador.

No me extraña que no haya alguna reacción de su parte al dolor, sobre todo si es propenso a esta clase de situaciones. Seguramente no es la primera ni la última vez que pasará por un percance similar.
-Muchas gracias -pero tratarlo es más fácil de lo que pensé, es la clase de persona que fácilmente agarra confianza con alguien, aunque me parece que ser una víctima de algo influyó mucho. Es como si tuviera empatía con la gente débil, tal vez por eso le gusta Okanao, porque es un tipo inútil. Pero todavía no termino de entender cómo un hombre como él pudo dejar las mujeres de lado y adentrarse en una relación con otro hombre, y en las circunstancias en las que están. ¿O es que Okanao le mintió sobre Shinya? Aunque después de lo que sucedió lo dudo mucho.

Tomé mi cartera para sacar una de las tarjetas de presentación que cargo.
-Por cierto, soy Takumi Fukui, ni siquiera tuve tiempo de presentarme -me acerqué y le ofrecí la tarjeta de presentación- ve a que te retire los puntos de la herida. Además me gustaría compensarte. Conozco un bar cerca de mi trabajo con buen ambiente, ya que no pude comparte las bebidas que perdiste -invitarle a cenar y algunos tragos puede funcionar ya que tiene debilidad por el alcohol- allí está la dirección del hospital y el número de teléfono. También trae mi contacto personal pero… bueno, me llevará un rato recuperar el número. Pero puedes preguntar por mí el día que vayas -me reí de mi desgracia y luego comencé a guardar mis cosas, no quiero quedarme mucho tiempo, sería sospechoso.

Después de la llamada pasaron algunos minutos y me dispuse a bajar, luego me eché la maleta al hombro.
-De nuevo muchas gracias, espero que podamos vernos otra vez -estiré una de mis manos para despedirme y salí en dirección a la calle. Al ingresar al taxi le di mi dirección. Se supone que un auto me espera a unas cinco cuadras, pero me da lo mismo si son ellos o este desconocido quien me lleva a casa. Solo quiero quitarme esta maldita ropa y darme un baño. Mañana debo trabajar temprano, tengo que empezar a mentalizarme por las malditas preguntas que harán todos.