sous le ciel [Andy]

Recuerdo del primer mensaje :

Sentía como casi todo mi rostro punzaba, ese maldito me había golpeado junto con sus amigos, ¿acaso es mi culpa ser mas guapo que él? Aunque no entiendo como es que esa chica se hizo novio de un energúmeno como ese. Al menos la boca ya no me sabe tanto sangre pero cada vez que muevo los labios siento como se abre de la parte que me han roto, seguro tengo varios moretones.
-¿Acaso no ven que estoy herido? deberían llevarme al hospital- reclamo indignado pero todos se hacen los que no escuchan y doy un manotazo en uno de los barrotes. Yo soy el que ha salido mal parado de todo esto, pero aun así parece que es a mi al que van a denunciar.
El policía que se interpuso en la pelea y al cual también golpee me mira con mala cara. Ni siquiera le he hecho daño.

Al menos mamá está de viaje, se que suelo meterme en problemas todo el tiempo, pero no me hace feliz que ella tenga que verme en este estado.
El policía se acerca y me dice que al ser mayor de edad tienen que encontrar a mi familia para que pueda salir de aquí. Odio las leyes de este país, debí quedarme en Moscú, pero nooo, tenía que venir porque quería verlo. Quiero llamarlo...
-oye tú- le hablo al policía cuando se aleja -tengo mucho dinero, si me dejas salir puedo darte lo que quieras- le digo con una sonrisa ancha que no dura ni un segundo por el dolor además de que el sujeto mi ignora.
Con mis dedos hago un poco de presión en mi labio porque duele mucho, el párpado sigue con esas punzadas, pero no me duele tanto como el labio.
Al final creo que me tendré que quedar aquí hasta que vean que nadie vendrá, es lo bueno de tener a mis padres de viaje y ese idiota seguro ni está en casa, así que no lo encontrarán. No quiero pasar la noche aquí, pero prefiero eso a tener que ver su cara.

Suelto un suspiro y una pequeña sonrisa aliviado, no me ha rechazado, de nuevo, ni me corrió de su recámara. Está más ebrio de lo que pensé, y no es como si nunca lo hubiera visto en ese estado, pero al contrario de ahora, me rechazaba más agresivamente si intentaba ayudarlo o lo regañaba.
-Estás abochornado por el alcohol. De todas formas no tenías que quitarte toda la ropa.... -aunque sigo nervioso, el hecho que él hable conmigo me hace sentir un poco más relajado. Además no debería sentirme alterado por ver su cuerpo, ambos somos hombres y es mi hermano. Supongo que es normal sentir cierta incomodidad, es como si él tuviera una hermana menor y la viera desnuda, es obvio que sentiría extraño al estar muy consciente de la belleza de su cuerpo.

Me senté en la orilla de la cama y pasé mi mano por su frente, toqué su cabello y sentí cómo estaba escurriendo.
-Ni siquiera te pasaste la toalla por el cabello -fruncí el ceño y me levanté para traer la toalla del baño. Me acerqué a la cama de nuevo para decirle que se acomodara y poder secar su cabello, pero mi sorpresa fue el recibir otro tipo de orden- que-... uhm -eso será bastante incómodo. Agarré la pomada, revisé las instrucciones e ingredientes mientras pensaba en si debía o no hacerlo. ¡Pero claro que debo! Me lo ha pedido personalmente. Está dependiendo de mi como hace mucho no lo hacía- recuéstate boca abajo -jalé la manta y tapé la parte baja de su cuerpo, y destapé la crema para poner un poco sobre cada moretón. Sentí un ligero malestar en mi pecho al sentir su piel- ¿cuándo dejarás de comportarte así? No me gusta verte tan herido -tallé con cuidado cada parte y di pequeños suspiros. Creo que mi cabeza se enfrió por verlo tan lastimado, y que a pesar de siempre tratar de ser fuerte, sigue doliendole. Entonces, ¿por qué lo hace?- listo, ahora, mueve tu cabeza para acá, no quiero que te duermas con el cabello tan mojado -quiero saber porqué se comporta así, y muerdo mi labio tratando de contener mi preocupación. No quiero que se moleste él por estar metiéndome en sus cosas solo porque me dio un poco de confianza. Tampoco quiero que papá se enoje conmigo por presionar a Dima.

Bostezo mientras él me explica algo, pero no le pongo atención, tiene ese tono que mamá usa cuando me reprende y la única persona a quien escucho en esos momentos y puedo ser serio es precisamente a mamá.
-amm si- contesto atinando una respuestas, aunque tal vez ni tenga sentido con lo que ha dicho. Vuelvo a bostezar y mis ojos se humedecen, así que paso mi mano por la cara para limpiar mis ojos.

-mmm, ya se secará- hago un pequeño puchero y sonrío como si fuera una travesura insignificante, aunque lo es, solo es un poco de agua en mi cama y tendré que lavarlo bien mañana con acondicionador. Por lo general cuido mucho mi cabello, excepto días como hoy.
Me giro para quedar boca abajo y siento un poco de cosquillas por culpa de la sabana.
Doy un pequeño sobresalto al sentir la pomada en mi piel, pero no es porque duela ni mucho menos.
-¡que fría!- digo mirando mis brazos como los poros de mi piel se han erizado.
Estoy tan borracho que no me duele el cuerpo cuando pone la pomada, mi piel se siente ligeramente entumida, el dolor que siento realmente es mínimo. Estoy mas consciente de la temperatura de la pomada y de la mano de Andy que del malestar.
-pues no las veas, cierra los ojos y así ya no lo verás- rio por mis tontas palabras, pero siempre pienso que a nadie le importa realmente lo que me pasa. No ven mas que solo una persona problemática y ya. Creo que solo mamá no se ha rendido conmigo, pero no se cuanto tiempo más podrá soportarme.
Me retuerzo en la cama protestando por lo de mi cabello.
-así déjalo- pido girando y como puedo me estiro para hacerlo caer en la cama y comienzo a jugar dejando que mi cabello le mojar un poco la cara -se siente muy fresco así- digo como excusa rodeándolo en un abrazo fuerte para que no se escape. He soltado un par de quejidos, aunque estoy muy entumido, ciertos dolores logro percibirlos más.
-deja de ser tan pesado o te mojaré mucho más- digo como amenaza apoyando mi frente en la suya. Uno de mis brazos deja de abrazarlo con fuerza, paso mi mano por mi cabello que ya está algo enredado pero aun así solo busco humedecer mi palma un poco y la meto rápidamente  la camisa de Andy para que sienta el frío de mi mano en su tibia piel y comienzo a reírme -esta es mi venganza- declaro con orgullo pero sin dejar de reir y me tumbo sobre él esperando a que mi risa se apague -aun así la pomada era mas fría- hablo como si eso fuera un consuelo para él.

Solté un bufido y apreté los labios intentando no reírme. Es un idiota infantil, de verdad me preocupa su estado pero a él no parece importarle cómo termine su cuerpo. Pero igualmente me termina dando gracia su respuesta, y me siento igual de tonto por eso.
-Es inevitable, te has quitado hasta los calzones -mi dedo se deslizó por su espalda y sonreí, esto es tan nostálgico. Cuando era pequeño a veces era muy torpe, y siempre era yo con quien corría cuando se sentía triste, o se las timaba. Honestamente, dependía demasiado de mí, ¿qué fue lo que le hizo cambiar?- está mojada la cama, ¿acaso no te incomoda? -me molesta un poco el hecho que duerma sin bañar y con el cabello así, ya se le ha hecho un desastre. A pesar que lo tiene tan cuidado y hermoso, ahora parece un vago.

Me rendí con su cabello y me iba a levantar a acomodar cuando él me hizo caer en la cama, solté la toalla en algún momento y supongo que fue a dar al suelo.
-Dima, basta -trato de cubrir mi cara con mi mano, pero aunque él está ebrio parece que le da una especie de fuerza ahora, además de esta forma es más incómodo que antes, con tanto ajetreo la manta no le cubre ya nada y mi cuerpo está muy pegado al suyo- déjalo, tengo frío -es mentira, simplemente me incomoda un poco pero su cabello también hace cosquillas y suelto un par de carcajadas- basta -comencé a reírme como tonto, y luego abrí mis ojos para verlo pegado a mi cara. Dmtri tiene ojos hermosos, siempre me gustó la inocencia en ellos y además ese color tan extraño. Sonreí y me quedé un poco embobado, pero al sentir su mano fría en mi piel me retuerzo e la cama- ¡hey! -intenté retirar su mano, mi cara se puso roja y mi piel se erizó. El lugar donde tocó se siente frío y mi cara caliente. Esto es un poco vergonzoso, dos tipos mayores jugando cosquillas en la cama. Pero es mi hermano pequeño, se siente bien a pesar de eso y me gusta mucho más el mojarme un poco y despeinarme que el estar gritándonos- es tu culpa por meterte en problemas -lo abracé con ambos brazos y cerré los ojos un rato. Me gustaría quedarme así toda la noche. Pasé la mano por su cabello, está tan mojado, y no se siente tan suave como aparenta comúnmente. No sé cómo se sentirá estando seco, pues hace mucho no me permite tocarlo- tienes un corte en tu labio, o más... -toqué su labio inferior con mi dedo y fijé la vista en sus labios, tal vez tenga algún ungüento en mi cuarto para que sane más rápido.

-mmm si, lo hice- mi cerebro va un poco lento así que tontamente solo contesto dándole la razón -ya se secará- seguro que otro día, sin tanto alcohol en mi cuerpo, no me gustaría que mi cama se mojara de esta manera, pero tampoco es para tanto y seguro mañana ya estará como si nada hubiera pasado.
Escucharlo reír me hace no querer detenerme, su risa es muy muy agradable, me gusta la idea de que él pueda reír así por causa mía.
Por un instante le quiero reclamar, decirle que si me meto en problemas es todo su culpa, que siempre es por él, por la manera en que destruye a mi familia lentamente como un veneno que nadie parece notar. Pero eso se me olvida en cuanto siento que toca mi labio.  No quiero pelear con él, en realidad nunca quiero hacerlo, pero no se de que otra manera reaccionar.
muevo mi cabeza para atrapar su dedo con mis dientes, no hago demasiada presión, solo la que creo necesaria y comienzo a llenar de saliva su dedo intentando que sienta asco. Pero luego de unos segundos lo suelto con gesto de desagrado.
-¡que asco! sabes a pomada- exclamo sacando mi lengua y comenzando a usar su ropa para quitarme aquel sabor. Pasa mi lengua constantemente en su hombro, le he dejado lleno de saliva, al menos ya no es tanto el sabor.
Me dejo caer encima de él, buscando la mejor manera de limitar su movimiento, en este momento me siento muy bien, me gusta este momento, es como las cosas deberían ser. Cierro mis ojos y dejo que mi respiración pesada sea lo único que suena. Mi mano se estira para jugar con su cabello, y baja un poquito para jugar con el cabello de su nuca, es mucho mas cómodo. Ahora que estoy mas tranquilo me doy cuenta de mi corazón latiendo con mas energía de la normal.
Muevo mi cabeza que descansa en su pecho y siento humedad y me separo rápido de él.
-Asco- digo mirando el lugar que su ropa que he dejado ensalivado y me acomodo al otro lado de su pecho. Me acuerdo que cuando era pequeño me encantaba dormir con él, era casi como una sanguijuela siempre aferrado a él en un fuerte abrazo -es mejor de lo que recuerdo- mis palabras no son exactamente para él, solo exteriorizo mi pensamiento. No comprendo ni porque mi respiración se acelera un poquito más, debe ser por el alcohol y siento un poco de tensión en mi entrepierna -te extraño tanto Andy- mi voz en un poco jadeante, mi cuerpo se siente bien abrazándole y acariciando un poco su cuello -mi persona más favorita- digo soltando una risita, porque así solía decirle cuando era pequeño y comencé a dar varios besitos en su entrecejo, luego de varios besos me detengo y suelto una risa porque la idea de recordar lo cursi y cariñoso que era cuando pequeño me hace sentir algo de vergüenza.
Me dejo caer de lado en la cama pero no le suelto, le abrazo con piernas y brazos pegándome a él tanto como puedo. Tanto contacto entre nosotros se siente bien, mi respiración sigue siendo profunda y algo irregular y la presión a la altura de mis caderas me hace soltar un par de jadeos.

Puse una cara extraña al sentir cómo lame mi dedo. Su cara es algo graciosa, pero por la distancia a la que me encuentro resulta incómodo. Hoy he sentido incomodidad al tocarlo, peor no esa desagradable que me provocan algunas personas. Tal vez porque de verdad ha pasado tiempo y fuimos por años unos extraños que comparten el apellido.
-Estás loco -dije riendo, y limpié mi dedo en la parte baja de mi camisa. A mi no me da asco su boca, aunque tampoco es que me encante jugar con mis dedos dentro de ella, eso es un poco sugerente para la clase de pensamientos que suelo tener- oyee, deja de lamer lo que se te da la gana -esta vez si hice una cara desagradable, pues ahora soy yo quien tiene toda su baba por la ropa, pero aun así me termino riendo- ¿qué esperabas? Acabo de curar tu espalda, tonto -he mirado parte de mi hombro mojado, tendré que ducharme de nuevo, aunque lo haré mañana temprano.

Las caricias se sienten bien, y yo también he comenzado a tocar su cabello con una de mis manos. Ya lo tiene tan largo, pero se ve tan lindo con ese corte. Cerré mis ojos disfrutando del momento, siento como si fuera un sueño de lo irreal que parece, pero estoy muy consciente que no es así. Entonces debe ser cierto que las personas ebrias son un poco más honestas.
Abrí los ojos de repente y lo busqué con la mirada. Sentí algo en mi pecho y un nudo en mi garganta. Yo también extraño mucho el tener su compañía, me encantaba pasar tiempo con él. Al principio pensaba que no nos llevaríamos bien por cómo habían sido las cosas antes para mí, pero Dima siempre me trató amablemente, de inmediato se ganó mi cariño y mimarlo formaba parte de mis pasatiempos.
-Yo también te extraño... demasiado -nuestra pose es similar a cuando eramos pequeños, solo que ahora él es casi de mi tamaño. Sus labios en mi cara hicieron cosquillas, y sonreí quedándome quieto para que hiciera lo que quisiera. Tengo vagos recuerdos de la primera vez que hizo eso, estaba tan impactado por la forma cariñosa con que me trataba. Pero con el tiempo yo también fui pegándome a él y dándole muestras de afecto.
Me gusta sentir su calor cerca, también ver que en realidad no me odia tanto como siempre dice. Estoy tan feliz ahora, y tengo miedo de preguntarle sobre el porqué y que vuelva ese rechazo con el que he lidiado tanto tiempo.
Me reí y dejé salir un sonido de mi boca, siento mi pecho todavía más agitado.
-Tú eres mi conejito -cuando se movió pude hacer una pose con mis manos, pero me sentí totalmente avergonzado y deje salir un quejido- ugh, eso se sintió muy raro -me reí de mí mismo, hace tantos años que no le bromeaba así. Me giré hacia él para estar un poco más cómodo, aunque tuve que hacerlo despacio, su cuerpo es pesado y tampoco quiero lastimarlo. Y de nuevo me percato de su cuerpo, por eso dirijo la mirada hacia su cara. Le di un beso en la nariz y me quedé mirando fijamente sus ojos- ¿recuerdas cómo movías la nariz cuando eras niño? ¡Te veías tan dulce! -traté de imitar la forma en que él lo hacía y terminé soltando una carcajada. De solo pensar cómo se vería ahora haciéndolo me causa demasiada ternura.

-Nooo- solo le llevo la contraria y sigo pasando mi lengua por su ropa hasta que no me queda saliva que limpiar -ya me había olvidado que me curaste- explico por mi torpeza al dejar su dedo entrar en mi boca. El sabor desagradable aun no se va del todo, pero al menos ya no me la paso haciendo gestos.

Me gustaría que ahora el tiempo dejara de correr, y que este mundo de fantasía permaneciera para siempre. Nosotros abrazados y solo disfrutando de nuestra compañía. Creo que mi mayor maldición es no poder dejar de quererlo tanto aun cuando quiero odiarlo con toda mi alma. ¿Pero como odiarlo si su sonrisa me hace tan feliz? Algo como esto que no compartíamos en tantos años, es algo que no me he dado el lujo de compartir con nadie más. No quiero querer a alguien tanto como lo que querido a él y que el dolor de la verdad me obligue a derrumbarme cada vez que quisiera buscar su compañía y escuchar su sonrisa. No puedo olvidar lo que vi, aun cuando lo desee, eso ya es irremediable y por eso no puedo tener esta clase de vida con él. ¿Como puedo considerar como mi amado hermano al amante de mi padre? desearía poder creer que el me extraña, que el me quiere al menos un poco de lo que yo lo quiero a él.
-los conejos apestan- reclamo como si fuera una ofensa, la verdad es que de pequeño me gustaba que me dijera cosas de ese estilo, pero ya no, yo no quiero estar al nivel de un animal, yo quiero ser para él su persona mas favorita en el mundo. Pero se que no puedo ser esa persona.
El fluctuante sentimiento que tengo por él, el rechazo que quiero darle. Lo olvido cuando lo escucho reir de aquella manera, y yo lo hago igual. Su sonrisa me hace olvidar del mundo real y me aleja de él. No puedo olvidar lo que ha pasado, todos los años de esta vida, pero ahora esto es tan perfecto.
Sonrío la sentir ese beso suyo en mi nariz y evito mirar fijamente sus ojos, solo dejo que mis ojos se giren un poco hacia el colchón y me siento un poco mas feliz y un tanto apenado.
-yo no soy dulce y nunca lo fui- trato de decir como un niño que juega a ser ya un hombre, y esta vez ya no puedo reírme con él. Pero realmente se que fui esa clase de niño, que le gustaba hacer cosas como esa para mirar la sonrisa de otros, sobre todo la de Andy -y no lo hago desde entonces, seguro ya no puedo- pensar en el pasado es inevitable, es lo único que tenemos para compartir, pero eso me hace recordar todo lo que deseo ignorar -ya no puedo hacer tantas cosas de esos días- mis brazos rodean su cintura. Su cuerpo ya se siente tan diferente a hace tantos años -no puedo abrazarte así o llenarte de besos para desearte buenas noches -vuelvo a dejar otro beso en su entrecejo y luego varios mas regados por toda su cara.

Sentí una punzada muy fuerte por la forma en que respondió, y mi sonrisa se borró al instante mientras desviaba la mirada. Tuve miedo de tener de nuevo el rechazo, así que simplemente me quedé callado. Creo que por un momento me olvidé de todas las veces que me ofendió o se burló de mi, o que simplemente hacía como si yo no existiera. Y a pesar de que con el tiempo podría ya no dolerme o incluso tenerle rencor por repentinamente ser tan grosero conmigo, la verdad es que lo extraño mucho, y tomé aunque sea estos momentos que él quiso volver a darme.
Pero su risa rompió nuevamente la tensión que empezaba a sentir, y me reí también. Ni siquiera sé porqué, simplemente soy feliz porque puedo ser yo la razón por la cuál se ría.

-Siempre lo serás para mí, aunque seas un niño muy rebelde -en el pasado él era tan tierno en todos los aspectos, y ahora tal vez no lo es conmigo, pero la manera en que trata a mamá es muy dulce. El cómo sonríe, o la forma en la que a veces duerme descuidadamente en la sala. Es difícil olvidar la imagen de ese niño tan inocente y lindo. No insistí más, solo me quedé ahí pegado y le di otro beso en la punta de la nariz. Y pensar que quería aprovechar para preguntar la razón pero temo que eso va a desatar su mal humor de nuevo, y quiero tener su atención y cariño aunque sea por ahora.
-Hemos crecido -cerré los ojos y al sentir su beso fruncí el ceño por las cosquillas. Y luego en el resto de mi cara me hizo reír un poco- aún puedes darme besos de buenas noches, y también de buenos días -digo aún con los ojos cerrados- eres u niño muy afectivo -me costó demasiado adaptarme a eso. No estaba acostumbrado a las caricias de nadie más que de mi padre, pues con quienes viví antes siempre me trataron con indiferencia. Tenía miedo de darle mi cariño y atención a alguien más, aunque se tratara de un niño. Pero con Dima conocí el significado del cariño puro, y mamá y papá me dieron esa familia que tanto anhelaba. Sé que mi padre se enojaría si me viera en esta situación, y nunca suelo desobedecerlo, pero por ahora quiero estar así. Además el volver a ser lo que solíamos no puede ser tan malo.

Puse ambas manos sobre su pecho y abrí los ojos, y moví una de mis piernas hacia delante entre las suyas.
A veces me odio a mí mismo por tener pensamientos raros, pero ahora noté que la piel de su pecho se siente bien, y comencé a moverlas u poco.
-Tus brazos son más anchos, pero tu pecho sigue siendo pequeño -toqué su pezón con la punta de mi dedo y me reí- hay partes de ti que no crecieron mucho -sonreí y le mostré la lengua, obviamente mis palabras tienen la intención de molestarlo.

-Ya no soy un niño- reclamo, porque odio ser visto de esa manera. Odio que piense algo así de mi. No quiero que me vea como un niño porque no lo soy, quiero... no sé lo que quiero -No soy ni conejo ni un niño- repito caprichoso -soy un  hombre- digo con una voz que ni siquiera yo mismo se interpretar, pero se que ya no ha sido con el capricho de mis palabras anteiores

Suelto una risita cuando dice que he crecido, creo que eso es mas que obvio, pero aun así se siente bien escucharlo.
-si, lo he hecho- digo con orgullo de ya no ser ese niño de antes.
Beso sus ojos, su nariz, sus mejillas, frente, barbilla, trato no dejar ni una parte de su cara libre de mis besos, incluso algunos quedan un poco sobre sus en sus labios. Pero hacer esto se siente tan nostálgico, y es muy agradable revivir algo como esto.
-aham- emito el sonido cuando dice que puedo seguir haciendo esto todos los días, seríamaravilloso poder hacerlo, abrazarlo siempre que lo deseo, pasar tiempo juntos, besarlo tanto como me sea posible hasta quedar dormidos. Sentir su calor tan cerquita de mi y olvidar la soledad.
-No soy un niño -le vuelvo a decir bajito, luego de dejar un beso cerca de su oreja

Pienso en reclamar por lo que dice de mi pecho, pero el cosquilleo que me causa cuando toca mi pezón me detiene.
-no hagas eso, da cosquillas- digo soltando su cuerpo con un brazo y cubriendo mi pezón con mi mano -además mi pecho no es pequeño. Trabajo mucho en el gimnasio como para que digas eso- reclamo porque debe estar ciego al no notar algo tan obvio -seguro necesitas lentes porque debes estar ciego- me cruzaría de brazos para demostrar mi indignación, pero como uno de ellos esta por debajo de él solo hago el ademán con el que tengo libre, pero aun así una de mis pierna sigue encima de su cuerpo -soy un hombre grande y fuerte, ¿por que no lo ves?- pregunto confundido porque no entiendo como él puede ser tan ciego -¿solo estás molestando verdad? eres taaaan infantil- digo captando apenas la manera en que me molesta.
Hago girar nuestros cuerpos para quedar de nuevo encima de él. Me siento mareado por el alcohol, pero aun así rápido tomo sus manos por las muñecas y las acomodo por encima de su cabeza y las aprisiono con una de mis manos.
-Ahora dilo, "Dima eres un hombre grande y fuerte"- le miro de manera amenazadora, pero solo jugando y comienzo a hacerle cosquillas con mi mano libre -Dilo o no me detendré- le advierto.

-Pff -ladeé mi cabeza mientras sonrío, es tan tierna su reacción. Pero seguro que si lo vuelvo a mencionar se molestará porque es precisamente lo que le desagrada, ¿no? Sin embargo es inevitable, a mí siempre me parecerán tiernas muchas de sus reacciones y comportamientos. Sobre todo ahora que nuevamente lo es directamente conmigo, que sonría por tonterías y que quiera parecer todo un hombre, eso es muy cómico. No es que no lo vea de esa forma, soy muy consciente de su cuerpo, pero ahora me siento nostálgico, el que dejara de ser tan rudo y comience a tener detalles tiernos, hace que yo también quiera devolverlos y me da esa imagen de hace muchos años.

Me dejé llevar un poco e incluso cerré los ojos esperando que terminara esa repentina y exagerada muestra de cariño, y disfrutando cada roce de sus labios con mi cara. Tanto tiempo desde que siquiera se acercó a mí que ahora verlo tan efusivo me emociona y no me dan ganas de frenarlo.
-Bien, bien, no eres más un niño -ojalá se hubiera quedado pequeño por siempre. Ahora lo desconozco por completo. Antes sabía las cosas que le gustaban, lo que le hacía enojar e incluso sus temores. Las cosas que no le gustaba comer, sus juegos favoritos o las materias escolares en las que no le iba tan bien. Pero ahora no sé nada. Hay cosas que seguramente no cambiaron, pero otras son ta distintas que siento cada vez más ajeno el chico que tengo en mis memorias. Quisiera reconstruir nuestro lazo, pero en el fondo tengo mucho miedo por la razón tras su rechazo.

Intenté quitar su mano para volver a tocar su pezón, pero fallé totalmente.
-La verdad es que tienes un cuerpo muy trabajado -bajé mi mano hasta su abdomen, me siento un poco intimidado, yo no estoy tan marcado y eso hiere un poco mi orgullo de hombre- pero hay cosas que el gimnasio no te hará crecer -me reí está vez un poco más duro, es demasiado divertido porque reacciona como un chiquillo ante mis comentarios.
El movimiento me hace quitar las manos de su pecho, y no sé en qué momento terminaron arriba de mi cabeza.
-¿Qué? No -me retuerzo al sentir sus cosquillas- no, Dima, detente por favor -no puedo evitar reírme y moverme. Y aunque intento zafarme de su agarre, me sentí muy raro cuando me miro tan fijo y en esa posición. Creo que me comporto muy raro, y él otro poco. Pero mi anhelo por continuar este juego me hace ceder- está bien, está bien, pero… detente -soy muy sensible con esa clase de toques, fácilmente comienzo a reírme fuerte si saben dónde soy sensible, y no sé si él lo recuerde o lo haga al azar- okey… -tomé un poco de aire para calmarme, a pesar de que me estoy riendo las cosquillas no son algo que me guste- eres un hombre grande… y fuerte… ¿contento? -desvié la mirada porque sentí la cara roja, esto es muy vergonzoso, sobre todo porque se trata de mi hermano menor y realmente creo que se convirtió en un hombre como se describe.

Hago una mueca porque no siento que sea sincero cuando dice que no soy un niño.
- No eres sincero - le miro fijamente como si con eso pudiera percibir la mentira que dice.
Hago fuerza para que no pueda tocar mi pezón, pero aun así me río un poco nervioso tan solo porque su mano se acerca mucho a esa zona. Ni siquiera sabía que era una parte de mi cuerpo donde sentía cosquillas.
-No, no, no- repito moviéndome un poco para intentar alejar su mano de mi pecho.
Alejo mi mano de mi pecho rápido para tratar de hacer lo mismo con su pezón, pero creo que por culpa de su ropa no consigo ningún efecto -no es justo, la ropa te ayuda- reclamo por lo injusto que me parece mi obvia desventaja, mientras muevo mis dedos con insistencia en su pezón y le pellizco un poco.

Su mano ahora baja otro poco y vuelvo a sentir un poco de cosquillas pero solo me muevo un poco pero no intento alejar su mano, de hecho tampoco lo hice cuanto tocaba mi pecho, solo me protegí, pero no lo alejé.
- Claro que si, nadie se enamorará de solo por mi cara bonita- la verdad es que creo que tendría suerte solo con mi belleza natural, pero no me interesa ser solo un chico lindo.
-¿como qué?- pregunto bastante serio casi refunfuñando, porque siento que el insinúa que hay algo en mi que no he trabajado lo suficiente, ¿pero que es eso que no puedo conseguir con hacer ejercicio?
-No me detendré hasta que lo digas- declaro riendo un poco porque como parece una constante, su risa me resulta contagiosa.
Detengo el movimiento de mis dedos cuando parece que el por fin se da por vencido, pero mi mano se apoyo en abdomen.
-Bien, escucho- lo observo tomar aire, y por fin lo dice, y si no estuviera tan perdido por el alcohol tal vez podría haber notado como el evitaba mirar cuando dijo eso. Pero no lo noté, solo sonreí victorioso por obtener de sus labios lo que quería -ammmm si- mi voz suena entusiasmada y me vuelvo a recostar a su lado pero boca arriba, apoyo mi antebrazo en mi frente y suspiro, como si haberle hecho cosquillas me dejara sin aliento, pero en parte es porque yo también estaba riendo.
-amo tu risa- le digo cerrando mis ojos como deseando guardar con mucho cuidado en mi memoria, el sonido de su risa.

Me muevo en cuanto veo que intenta tocarme también. No importa si me toca la cara pero preferiría que el resto de mi cuerpo lo dejara en paz.
-No, no, fui serio -le contesté entre risas y con las palabras cortadas por tratar que no me tocara tanto- es tu culpa por sacarte la ropa, ya te dije. Eres un poco descarado, ¿no crees? -le di un manotazo pequeño pero aún así él logra tocarme y suelto un gemido acompañado de una risa- no hagas eso -le digo intentando parecer serio.

Yo creo que cualquier chica quisiera tener el amor de Dima, incluso con ese carácter tan fuerte, muchas morirían por siquiera compartir un momento como este. Aunque yo no quiero, no me gustaría que él jugueteara de esta forma con nadie más, aunque ya tampoco lo haga conmigo, me siento aún un poco especial por recibir sus inocentes mimos.
-Pero tu cara bonita te ayudará a atrapar a la chica que quieras, ya después te las podrás arreglar para enamorarla -no tengo idea si ahora le gusta alguien o si está interesado en enamorarse. A menudo huele a perfume de chica, y mamá siempre lo regaña de su vida descuidada. Y me da un poco de celos preguntar, al menos espero que si algún día decide casarse pueda ser con alguien que lo ame tanto como yo o mamá lo hace.

Bajo mis manos cuando él se acuesta a un lado y tallo mi muñeca con la otra. Puedo sentir su fuerte agarre, y mi corazón acelerado por haber reído tanto.
-¿En serio? -me acosté de lado recargando mi cabeza en uno de mis brazos- ¿solo mi risa? -hablé más bajito, quisiera que me diga que me quiere. Sé que esto no es fingido, y probablemente mañana regresemos a nuestra habitual rutina. No quiero, quiero tener a mi hermano cariñoso de regreso, me encanta sentirme querido por él. No me gusta cuando las personas me dicen que me aman, no tengo la capacidad de regresar esos intensos sentimientos y me frustra mucho el pensar en el porqué llegaron a desarrollarlos. Pero Dima es mi familia, al igual que a mamá, lo amo. No, lo amo más, con él forcé un lazo muy fuerte y aún no he querido romperlo. Y tal vez ahora me cueste mucho más el dejarlo ir. Papá me ha dicho que deje de insistir, pues de repente hablo de cómo me gustaría tener una relación normal con él nuevamente pero él dice que no es necesario- yo también amo cuando ríes conmigo, y a ti -me siento solo. Papá no parece tener el mismo interés ya en mí, y Dima cada día se distancia más. Me pegué un poquito más a él y dejé mi mano descansar en su abdomen, no quiero que sea mañana.

- no te creo - le digo poniendo algo más de esfuerzo para tocarlo al ver como se mueve para evotarlo.
-no lo creo - dormir sin ropa es algo que a veces me resulta mucho más cómodo, me gusta sentir la suavidad de las sábanas acariciando mi cuerpo, es realmente muy cómodo y si duermo con ropa, lo más que uso es mi ropa interior - además estoy en mi cuarto - comento sacando mi lengua como si eso me diera en automático la victoria.

Me río porque eso de enamorar a una chica no va para nada conmigo, son molesta, exigen tiempo y se creen con derecho a darme órdenes sólo porque hay sentimientos de por medio. Las chicas enamoradas son demasiado molestas, por eso prefiero a las que saben divertirse.

Sonrió por esa pregunta suya, bien podría decirle que amo su voz, lonsuave de su cabello esa arriguita que se hace en si frente cuando está concentrado en algo, su loción, el ritmo de sus pasos al caminar, sus ojos, el tono de su piel y lo bien que se siente bajo mis ásperas manos, la forma de sus suaves labios, la perfecta distancia de sus hombros, ese sonrojo luego de reír mucho.
- Es un secreto - mi voz es un poco traviesa pero creo que si le digo todo lo que amo de el podría nunca terminar. Mi mano sube a mi abdomen para entrelazar mis dedos con los suyos. Mi corazón se ha vuelto un poco loco con lo que dice. Me hace dichoso escuchar eso de él.
Detesto quererlo tanto aún cuando debería sólo odiarlo. Pensar eso me pone algo triste. Me giro para tenerlo de frente de nuevo. He soltado si mano para rodearlo por la cintura y pegarlo a mi. Mi otro brazo se acomoda por debajo de su cuello.
Cuando alguien dice que me ama suele resultar molesto, casi como una broma de muy mal gusto. La verdad es que no soy una persona fácil de querer por eso cuando dicen amarme considero falsos esos sentimientos.
Le miro, me siento herido porque no puedo creer en sus palabras.
Mi mano en su cintura sobre hasta su cabeza y con los dedos peino su flequillo hacia atrás para dejar su frente despejada y le besó.
-seria maravilloso - mis palabras no van dirigidas a él, sino más bien al universo o algo así. Vuelvo a rodearlo en un abrazo por la cintura. Creo que ya le he dejado la ropa hecha un desastre por tanto ajetreo.
-no te pongas serio- pido y le pierdo la mejilla paso mi lengua por su carne atrapada en mi boca y le suelto para lamer ahora toda su mejilla. Me río travieso.
Prefiero estar jugueteando que dejar que mis pensamientos me hagan sentir mal tenerlo cerca y demostrar de forma tan sincera mis sentimientos.

Solté un suspiro triste. La manera en que responde es linda, pero me gustaría escuchar todo lo que le gusta de mí, y también quiero saber por qué parece que me odia tanto. ¿Por qué me rechaza tan fríamente? Si es capaz de demostrar que me quiere, ¿por qué no solo regresar a lo que solíamos ser? Me siento triste, lo quiero en mi vida por completo otra vez, justo como es ahora. Si él estuviera conmigo la soledad que siento sería más fácil de soportar. A veces me siento celoso de su mejor amigo, incluso de mamá. Yo también quiero que me sonría honestamente y no solo usando el alcohol como un calmante o una excusa.

-Eres un tramposo -empezaba a sentirme decaído pero el tener su mano entrelazada a la mía no solo me hizo sonreír, también sentir algo extraño en mi pecho- me gusta cuando eres cariñoso -sentir ahora ese beso y la delicadeza con que me sostiene hace de este momento algo maravilloso. Y viene de nuevo esa sensación extraña, inconscientemente siento que estoy haciendo algo malo- ¿por qué no? -mi pregunta sonó a una súplica. Me reí e hice un ruido raro por cómo jugueteo con mi mejilla, pero mi curiosidad me hizo querer presionarlo un poquito- ¿por qué no me dejas tenerte así más seguido? Me gusta estar contigo de esta forma, como hace muchos años acostumbrábamos -llevé mi mano a su mejilla y la acaricié- te extraño -percibo el aroma del alcohol por lo cerca que estamos, me siento caliente por completo. Mi pecho, mi cara y mi estómago sienten un calor raro. Pero me perdí en sus ojos y me acerqué a dejar un beso en su nariz, y luego en sus labios. Fue algo tan corto que no me percaté del sitio en que lo había hecho hasta haberme separado, y bajé la mirada tomando un poco de distancia, realmente poca- hueles a alcohol -lamí su mejilla con la punta de mi lengua, traté de bromear sobre ello, pero toda esa atmósfera confusa sigue abrumando mi cabeza.
Algo está mal conmigo, debe ser el hecho de que extraño demasiado a papá y ninguna persona puede hacerme sentir como él. Pero ahora que estoy tan cerca de Dima me siento extrañamente cómodo. Es otro tipo de amor, lo sé, simplemente me dejé llevar un poquito. No es tan malo, él es mi hermano y lo amo.

Suelto una risa divertida y no me molesto en negarlo, soy tramposo de muchas maneras, me gusta ser quien gana y de alguna manera no decirle todo lo que amo de él, me ayuda a salir victorioso, al menos así lo siento yo.
A mi me encanta ser cariñoso con él, abrazarlo y poder sentirlo cerca como ahora, no puede ser mas que maravilloso, porque él no es malo ¿cierto? aun con la desagradable verdad, no quiero creer en este momento que no es malo.
No soy idiota, se que todo esto es real, muy real, pues aunque a veces pueda desear momentos como este o imaginarlos. Todo esto es real y debe ser por el alcohol, pero no quiero que termine, no quiero pensar en la traición a la familia, ni en el sufrimiento de mamá, por una vez solo quiero estar con Andy sin pensar en nada mas que nosotros.

-Porque tu cara parece triste- no me gusta ver que esté triste, pero nunca he podido decírselo y ayudarlo, ¿como podría hacer algo? si día a día tengo que intentar odiarlo -porque no puedo regresar el tiempo- mi respuesta no es muy clara, pero ¿que puedo decirle? No puedo hacerlo porque eres el amante de mi padre.
-no digas tonterías, ahora estoy aquí, no puedes extrañarme- comento juguetón, pero creo que en el fondo entiende a lo que se refiere.
Iba a imitar el gesto de besar su nariz pero mis ojos se abrieron con sorpresa ante ese beso que me da en los labios. Es como si algo explotara en mi pecho y luego lame mi cara, pero yo ahora solo quiero volver a sentir sus labios. No puedo comprenderlo, pero quiero volver a sentir ese beso.
Con mi respiración pesada quiero romper esa mínima distancia entre nosotros, pero mi mano es la que llega a su rostro, acaricio su mejilla y con mi dedo pulgar su labio inferior.
-tengo su saliva en mi cara- mi voz no suena para nada como un reproche aunque se supone que eso debería ser. Pero solo termino con la distancia y uno nuestros labios, solo le doy un pequeño beso, como todos los que le he dado esta noche. Es un beso lleno de todo el amor que le tengo, y aunque deseo solo seguir besándole todo el tiempo, mi siguiente beso es en la punta de su nariz, temo que no podré volver a hacer algo así nunca más. Acariciar lo prohibido puede no ser tan peligroso, pero probarlo traerá a mi vida una maldición. Repito el gesto que él tuvo luego de besarme, pasó mi lengua por su mejilla, solo porque tengo que hacer algo para no buscar sus labios.
-solo lo diré una vez, ¿de acuerdo?- le anuncio obligándonos a girar. Yo boca arriba y el ligeramente sobre mi -te amo- le digo muy muy bajito y sintiendo de nuevo ese alboroto en mi pecho.

Estoy confundido. Él sabe cómo me siento por su manera de tratarme, a pesar de que la mayoría del tiempo intento mantenerme en calma, al final yo sigo esperando que él se abra de nuevo conmigo. Y sí, estoy triste, y también me siento feliz pero solo por ahora. Y pensé una cosa extraña de repente, como que no me importaría detener el tiempo y quedarme solo con él. Esto es raro, demasiado, me da miedo la forma en que me estoy sintiendo.
-No tienes que regresar el tiempo, solo ser honesto conmigo -es imposible que no me ponga serio sobre esto, poco a poco voy empujando la idea de que se sincere conmigo- es un castigo -no pude decirle que en realidad era mi manera de hacer que el beso pareciera una broma o un gesto sin cuidado.

Me aferré a él y en un giro lento terminé casi encima de su cuerpo. Por un momento me centré tanto en querer una respuesta que ignoré el hecho de que él está desnudo. Pero él actúa como si nada, yo también debería no pensar.
-Me estás avergonzando -dije bajito. Pero sonreí y me coloqué encima de él por completo con las rodillas a sus costados, y puse ambos brazos a la altura de su pecho para levantar un poco mi cuerpo- no lo olvides. Siempre que me veas, recuerda esto que acabas de decir -sonreí de nuevo como si hubiera recibido un gran regalo. Y eso ha sido, mi pecho se siente agitado, mi cabeza tiene un montón de ideas raras pero la felicidad me hace ser un poquito inconsciente. Me senté sobre su estómago con cuidado para no lastimarlo, y tomé un cojín para lanzarlo sin mucha fuerza a su cara- si lo olvidas te asaltaré por la noche con un montón de cosquillas -como si pudiera hacerlo, mi confianza hoy es tal vez toda la que tendré en mi vida frente a él. Me agaché y le di un beso en su frente, me quedé mirando sus ojos y mordí mi labio inferior- y esto -cerré los ojos y me acerqué a darle otro beso en los labios- es por ser un niño honesto. ¡Hoy Dima fue un niño honesto! -inmediatamente lo besé me senté de nuevo sobre su estómago y dije esa frase tonta con voz chillona, después comencé a reír al mismo tiempo que me quitaba de encima y me acosté junto a él- tu cama es muy cómoda, ahora entiendo porqué duermes taaaanto -mi voz suena nerviosa, he comenzado a hablar demasiado a causa de los nervios. Llevo mi mano a mi garganta dando un masaje en la zona donde siento un nudo, y luego pongo mi mano en mi pecho, late muy rápido.