sous le ciel [Andy]

Recuerdo del primer mensaje :

Sentía como casi todo mi rostro punzaba, ese maldito me había golpeado junto con sus amigos, ¿acaso es mi culpa ser mas guapo que él? Aunque no entiendo como es que esa chica se hizo novio de un energúmeno como ese. Al menos la boca ya no me sabe tanto sangre pero cada vez que muevo los labios siento como se abre de la parte que me han roto, seguro tengo varios moretones.
-¿Acaso no ven que estoy herido? deberían llevarme al hospital- reclamo indignado pero todos se hacen los que no escuchan y doy un manotazo en uno de los barrotes. Yo soy el que ha salido mal parado de todo esto, pero aun así parece que es a mi al que van a denunciar.
El policía que se interpuso en la pelea y al cual también golpee me mira con mala cara. Ni siquiera le he hecho daño.

Al menos mamá está de viaje, se que suelo meterme en problemas todo el tiempo, pero no me hace feliz que ella tenga que verme en este estado.
El policía se acerca y me dice que al ser mayor de edad tienen que encontrar a mi familia para que pueda salir de aquí. Odio las leyes de este país, debí quedarme en Moscú, pero nooo, tenía que venir porque quería verlo. Quiero llamarlo...
-oye tú- le hablo al policía cuando se aleja -tengo mucho dinero, si me dejas salir puedo darte lo que quieras- le digo con una sonrisa ancha que no dura ni un segundo por el dolor además de que el sujeto mi ignora.
Con mis dedos hago un poco de presión en mi labio porque duele mucho, el párpado sigue con esas punzadas, pero no me duele tanto como el labio.
Al final creo que me tendré que quedar aquí hasta que vean que nadie vendrá, es lo bueno de tener a mis padres de viaje y ese idiota seguro ni está en casa, así que no lo encontrarán. No quiero pasar la noche aquí, pero prefiero eso a tener que ver su cara.

¿Ser honesto realmente es una buena idea? no sabría como manejarlo, ahora solo estoy ignorando las cosas que sé. Tal vez soy honesto con lo que siento, pero no con lo que sé. No creo que yo pueda fingir que todo es perfecto. Hoy es un día particular, el alcohol, mi cuerpo maltrecho, todos los años que han pasado, y el hecho de que nuestros padres no están. Si alguno de los dos estuviera con nosotros, yo no podría ignorar las cosas de esta manera.
-¿un castigo?- pregunto indignado, ¿yo castigado? eso es imposible -¿por que soy castigado?- mi voz sigue siendo de indignación.

Niego con la cabeza ante lo que me pide. ¿Olvidarlo? no me parece que eso sea posible, pero una cosa es olvidarlo y otra ignorarlo, y lo segundo es lo que suelo hacer día a día.
-oye me estás maltratando mucho- tomo el cojín con mis manos y lo lanzo a algún lugar de la habitación y lo miro con gesto de disgusto -incluso me amenazas- suelto un bufido pero al final sonrío un poquito.
Lo veo acercarse a mi cara, creo que se lo que pasará y mientras mas se acerca mas seguro me siento al respecto. Debo evitarlo, no quiero que pase porque entonces no se que será de mi. Pero lo único que hago es cerrar mis ojos y aceptar ese beso.
-niño...- repito mientras se aleja de mi. Creo que ante sus ojos siempre seré ese niño que conoció, él no puede ver al hombre en quien me he convertido. Podría indignarme como hace rato, pero solo me doy cuenta de lo que siempre seré para él y eso me hace sentir desanimado.
-si, es cómoda- respondo por inercia, al momento en que se acomodó encima de mi, yo dejé de abrazarlo, así que aunque ahora regresó a estar junto a mi en la cama, mis brazos ya no le envuelven. Así que me giro para darle la espalda. Tomo una de mis almohadas y la abrazo.
-es tarde- de hecho no creo que falte mucho para que el sol salga y la vida me golpee con la cruel realidad.

Me reí un poco fuerte por cómo se quejó. Creo que ni siquiera cuando él me trata mal yo le maltrato. No siempre fue fácil para mí el detener el impulso por devolverle alguno de sus malos tratos. Cuando era más joven, había días en que su actitud me molestaba tanto que yo solo quería desquitarme y discutir como cualquier par de hermanos. Pero sabía que mi padre no quería eso, y que el tratar mal a Dima era la peor idea que podría tener, además, al final solo me quedaba el desánimo por su actitud. Quería enojarme, pero al final me quedaba con la tristeza por no entenderlo y haber roto nuestra relación. De alguna forma siempre asumí una culpa que desconozco.

Me quedé en silencio y cuando me dio la espalda supe que nuestro juego había terminado. Y no soy un tipo conformista, pero ahora no tengo otro remedio. Me quedaré con esta noche como algo especial pero, ¿y luego qué? Seguramente las cosas regresarán a lo de antes. Quiero creer que no, pero si le hago prometer eso seguro se enoja conmigo.
-Es verdad -me senté sobre la cama y solté un suspiro. Tomé un poco de valor y aire y me agaché de nuevo hacia él para dejar un beso en su mejilla- descansa, te amo -me levanté y tomé la taza con el té frío, y salé de la habitación cerrando tras de mí la puerta. Mientras caminaba hacia la cocina sentí esa felicidad repentina, y luego una tristeza aún más grande que la ya acostumbrada. No quiero que llegue la mañana, porque en el fondo siento que todo se trata de un sueño agradable. Lleve mis dedos a mis labios. Es imposible que esto sea un sueño, la sensación suave y cálida sigue impregnada aquí.