I'll let you know [Jiro]

Recuerdo del primer mensaje :

Recuerdo que de pequeño, mis padres se desesperaban mucho porque era un niño algo travieso, y parece que eso ya era muestra de mi impulsivo temperamento. Esa manera de llevar mi vida, me hizo casarme con una mujer a unos meses de conocerla, entrar a un trabajo que me desagradaba y luego enamorarme de un hombre. Debo aceptar que hasta ahora eso es lo que mas me tiene sorprendido. Pero dejando eso de lado, lo más reciente que he hecho solo por dejarme llevar por mi temperamento, fue renunciar a un trabajo que me gustaba solo porque estaba celoso. Si, soy ese tipo de persona estúpida, así que de nuevo mi vida a dado un giro bastante inesperado.

Al parecer mi pequeño romance con una persona famosa, me ayudó a conseguir un nuevo trabajo. No es algo que disfruto, pero, no tengo que trabajar todos los días, y resulta que venderse resulta muy lucrativo. Pero al menos sigo conservando mi vida normal, no he conseguido fama como para ser reconocido, así que puedo salir y hacer lo que quiera. Aunque tampoco es muy agradable tener tanto tiempo libre. Me la he pasado entrenando, yendo a practicas de tiro, y leyendo algunos libros en diferentes idiomas solo para no perder practica.
Le pediría a Ian que saliéramos, pero parece que está dando un respiro a su vida, y por fin sale con alguien. La única persona con quien podría salir por ahora, me haría ir a la cárcel porque es una niña. Aunque puedo jurar que a mi edad las chicas no se veían como las de ahora.
-¿Demasiadas hormonas en la comida?- pienso en voz alta mientras avanzo para formarme en la fila del banco. Tengo que depositar el cheque de mi ultimo trabajo.

Leigh:

El recuerdo de las palabras de esa mujer me retumban en la cabeza. La odiaba, porque ella tenía lo que tanto anhelaba. Sin embargo sé que fui un idiota por dejarme influenciar a tal grado que escapé de él, pero, ¿qué iba a hacer? La idea de encarar su paternidad me aterraba, y no es como si yo fuera su novio o su amante. No tenía nada a mi favor, era solo alguien con quien le gustaba desahogarse de vez en cuando sin cruzar límites. O eso pensaba.

Suelto una risita por sus reacciones. Es muy natural, y por una parte esa sinceridad me hace sentir mal, pero al menos sé que no estará conmigo por lástima ni de broma.
-Realmente no me lo había pensado así…usualmente yo soy el pasivo -y cuando digo usualmente es el 90 por ciento de las veces que he tenido sexo- descuida, no voy a profanar tu lindo trasero -me reí de nuevo. Nunca pensé en sus preocupaciones y conflictos, y por ese lado me siento muy culpable. Me centré tanto en lo mucho que dolía amarlo pero no intenté hablar sobre sus inseguridades- tengo lo mismo que tú, ¿sabes? -bromeo, porque obviamente mi cuerpo no está tan firme y grande como el suyo- ¿eso… te molesta? -mordí mi labio. Pensé que era una ventaja ya que no le gustan los chicos… ¿tal vez debería hacer ejercicio?

Me giré al lado contrario para quedar mi espalda frente a la suya. Siento que tendré un impulso por abrazarlo y no quiero incomodarlo más.
-Tomaré tu shampoo prestado -tomé la botella y puse un poco en mis manos, huele delicioso, me hace sentir raro el hacer esto- creo que debo disculparme contigo -comencé a esparcir el jabón en mis brazos- nunca pensé en preguntar cómo te sentías, y obviamente no comprendí el gran cambio que estabas pasando. Lo siento -dejé que el agua mojara mi cabello y mi cara, creo que de esta forma puedo ahuyentar mis ganas de llorar. Me siento feliz, y también temeroso. No solo por él, también por Shinya. Pero realmente me di cuenta que no puedo enamorarme de alguien mientras lo tenga a él en mi vida, sobre todo ahora que por fin me ha correspondido- creo que saldré primero para que puedas ducharte bien, ¿me prestas una toalla y una muda? -intenté sonar lo más casual posible, y ahora que lo pienso, ¿qué ropa iba a ponerme después?

-¿Usualmente?- espero que no quiera que yo... esto de tener una pareja de mi mismo sexo parece algo demasiado complejo -je je... gracias por decirlo- digo algo nervioso e incómodo.

-Claro que lo sé, pero es diferente... nunca me había sentido excitado por ver a un hombre desnudo, porque he visto hombres desnudos y nunca me había sentido así- explico, porque no quiero que sse sienta mal -no, claro que no me molesta, solo quería decir algo, porque sino hablo me pongo más nervioso- nunca me han gustado los silencios, para mi siempre terminan siendo incomodos, no puedo manejar ese tipo de situaciones, no sé porqué, es como si mi cabeza trabajara muchisimo más cuando estoy en silencio.

-Tómalo- digo aunque me siento un poco raro, estamos espalda a espalda en el baño... ¿no es un poco absurdo? -oye, ni siquiera ya comprendo del todo lo que estoy pasando - nunca había pensando que el tenía que entender mis problemas. Siempre consideré que si lo amaba, todo lo demás no debería importarme y que por eso merecía que él me dejara y me rechazara. Pero realmente es algo complicado enamorarte de una persona del genero que nunca te había atraido antes -¿no me ibas a frotar la espalda?- pregunto cuando dice que el saldrá primero. Esto sin duda está siendo incomodoo para mi, pero de alguna manera me gusta. Por fin estamos juntos. Pero entonces recuerdo la manera en que él me dijo como era que su novio si lo tocaba...  Yo no puedo perder ante ese imbecil.
Me giro y miro su espalda, y mi mirada le recorre por completo, lo amo y lo deseo, ¿entonces por que me comporto como un crio? es una completa tontería. Me acerco para abrazarlo pegando su espalda a mi pecho.
-Ninguna mujer, jamás me puso tan nervioso como tu lo haces, y definitivamente ningún otro hombre. Por donde sea que lo piense, no puedo decir que soy gay o que me gustan tanto hombres y mujeres. Pero te amo y sé que jamás, y entiendelo bien, jamas, sentiré esto por otro hombre- ¿eso tiene sentido? tal vez no, pero realmente no he sentido el minimo interés por otro hombre, ni un poco.

-Entiendo -sonreí. Creo que ambos nos comportamos un poco bobos, pero es lindo hasta cierto punto. Este tipo de emociones no las experimenté cuando era joven, yo estaba más concentrado en conocer el placer que podía darme otro cuerpo. No me ponía nervioso por algo tan simple como tomar la mano de alguien, o un beso. No me sentía excitado con solo rozarnos la piel, o al estar desnudos sin tocarnos. Las emociones son nuevas para mí. Aunque siempre estaba nervioso y ansioso cuando nos besábamos o las pocas veces que nos tocamos, ahora es totalmente diferente. No tengo arrepentimiento, tal vez culpa pero aún así quiero permanecer con él.

Creo que nos tomará tiempo dar un paso, ambos por distintas razones que terminan en miedo. Sin embargo y después de todo lo que ha pasado, no tengo prisa.
-Es verdad -me reí nervioso, pareciera que huyo de él. Pero si solo es lavar su espalda está bien, aunque mi cuerpo seguro reacciona. Si está de espalda entonces no tendré tanto problema, porque no hay forma de controlar mis reacciones. Tomo la esponja y rocío un poco de jabón encima, pero aún no agarro el valor de girarme. Es que... él es tan hermoso, me pone nervioso todo. Aún cuando no veo su imagen, el tono de su voz me hace sentir caliente. Y las cosas que dice por muy torpes que suenen, para mí son importantes.
He sentido como mi corazón comienza a acelerarse más. Ese abrazo me hace sentir débil y suelto un suspiro. Me mordí el labio, ¿por qué soy tan sentimental? Pero más importante mi cuerpo está reaccionando, y suelto la esponja para llevar ambas manos a mi entrepierna. Él dijo que está bien pero aún así…
-Yo.. yo tampoco -sé que suena estúpido porque yo sí soy homosexual. Pero me hice a la idea que una persona como yo no podría tener una relación estable, que los hombres nunca queremos algo serio y me dediqué a disfrutar de otro modo- te amo -hablé bajito, y siento un espasmo por todo el cuerpo. Solo es un abrazo, pero aún así el contacto de nuestra piel desnuda es más de lo que puedo soportar. Lo quiero, lo deseo tanto. Esto es una tortura.
Retiré sus manos para poder girarme. Al principio no pude verlo a los ojos, e inevitablemente mi vista termina en su parte baja. Me colgué de su cuello, y dejé un beso en su pecho.
-¿Por qué no vamos a la cama? -es obvio lo que quiero, pero también permanecer con él sin hacer nada está bien para mí.

Se podría decir que soy un hombre que se enamora demasiado rápido. Solo basta recordar a mi exesposa, solo unos meses me bastaron para terminar pidiendo matrimonio. Y con Jiro, un par de encuentros accidentados, y terminé encandilado por completo. Pero a diferencia de la manera tan rápida a la que me enamoro, desenamorarme es cosa distinta. No superé a Yoko, sino hasta que otra persona apareció y me hizo soltar a ese demonio del que me había enamorado.
Estar, simplemente abrazados, me da una satisfacción que hace mucho tiempo no sentía.
La verdad esque me asusta la idea de que él piense que mis sentimientos no son suficientemente fuertes a causa de mis dificultades por intimar con él. Pero esque me resulta tan raro todo esto. No quiero que dude de nuevo de mi y por eso me estoy obligando un poco más a ir tal vez más allá de lo que puedo manejar.
Cuando el se gira no hace las cosas más sencillas para mi. La verdad es, que yo intentaría separarlo de mi ahora porque me he sentido un poco incomodo de repente. Pero la manera en que hace esa pregunta, me despoja de esa sensación y más aun, ese beso en mi pecho hace a mi piel erizarse.
-vamos- estiro mi mano para cerrar la llave del agua. No me preocupo por buscar toallas, solo lo hago soltarme del cuello y sin soltarlo de una de sus muñecas lo lleco a la cama.
No soy un tipo quisquilloso, que le moleste dejar todo el baño mojado, o ese camino de agua hasta la cama, tampoco humedecer las colchas.
Jalo la colcha para y lo empujo a la cama y me acomodo a su lado cubriendo nuestros cuerpos, en parte para que no nos de frío y un poco obviamente para mi comodidad.
Mis brazos le rodean hasta pegar del todo nuestros cuerpos, y trato de no darle importancia a la sensación de su pene contra mi piel desnuda. Realmente es tan... raro.
El amarlo implica que tengo que aprender a disfrutar de cosas que en mi vida habría pensado. Pero si algo me mantiene determinado hasta ahora, es la idea de que no puedo perder ante el idiota ese que tiene por novio.
-Necesito besarte- le aviso esperando que levante su rostro para poder acercarme a sus labios. Cuando lo beso, es más fácil manejar toda esta nueva experiencia, siempre hace que mi deseo se dispare de inmediato, y todo parece menos complicado.
Sin duda sus labios son perfectos, y no tardo en sentir esa necesidad de tocar su piel. Acaricio su espalda con algo de ansiedad y voy bajando poco a poco.
-Tu trasero también es lindo- comento con tono pícaro.

En un movimiento tosco terminó cediendo a mi capricho. Ni siquiera pensé algo al proponer eso, porque realmente solo esperaba estar un poco más pegado a él, solo que no bajo el agua.
Mi piel comenzó a erizarse y no sé si es el frío, la emoción o el miedo. Me metí en la cama con el cuerpo mojado y rápidamente él buscó cómo envolvernos. Todo pasa tan rápido. Hace un momento lo abrazaba en la ducha y parecía muy seguro de mí mismo, y ahora estamos aquí en la cama y yo estoy temblando.
Todo esto me tiene desconcertado, este encuentro no planeado y el dejarnos llevar por el deseo.
Me abracé a su cuerpo, no me percaté que tal vez mi evidente erección podría molestarlo, pero estoy tan embelesado por sus palabras, su mirada y sus manos tocándome, que ni siquiera me detengo a meditar, simplemente obedezco.
-Entonces bésame -me acerqué a él para besarnos. Mi cuerpo y mi pecho arden, las partes donde sus dedos rozan me hacen sentir aún más excitado. Inconscientemente levanté mi cadera y me sentí avergonzado, pero es imposible que pueda tener control sobre mi cuerpo si lo tengo tan cerca.
Mientras lo besaba recordé algunas de las cosas que hemos pasado, el extraño camino que hemos recorrido y cómo nuestros sentimientos se volvieron tan fuertes. No imaginé, luego de que me confesara lo que sentía, el volverlo a ver. Y ahora tengo la libertad de besarlo, abrazarlo y tocarlo. Puedo incitarlo, o seguir en mi zona de confort. Entre no presionarlo y dar un paso para que avancemos, me enredo en mis miedos. Pero a pesar de eso mi mano se posó en su pecho, y presioné mi cuerpo a él con desesperación. Mis besos se hicieron más intensos, mi lengua se introdujo en su boca recorriendo cada parte. Extraño todo, pero sus besos son lo que más he anhelado desde que lo dejé.

Me separé para tomar aire, y recargué mi frente en su pecho soltando un par de jadeos.
-Quiero tocarte -no pedí permiso, solo di un aviso para lo que estaba a punto de hacer. Deslicé mi mano bajo las sábanas para tocar su miembro, y mordí mi labio mientras comenzaba a tocarlo. Desearía que él hiciera lo mismo, pero sé que por ahora es imposible- ¿recuerdas la primera vez que te toqué? -alcé la vista y le di un beso en su barbilla- pensé que ni aunque estuvieras ebrio podría volver a pasar -le di otro beso ahora en su hombro, y mi mano comenzó a acelerar el movimiento.

He recibido toda clase de besos durante mi vida, unos muy buenos, otros no tantos, y si, muchos pésimos. Pero los besos de Jiro son los mejores. Desde el primer contacto ya no pude sacarlo de mi cabeza. En parte obviamente por haber besado a otro hombre, y más aun por disfrutar tanto de eso al punto de tener que masturbarme pensando en ese incidente.
Pero desde entonces estoy consciente que solo de sus labios puedo obtener besos tan perfectos.

Cuando se separa de mi, me hace sentir un poco abandonado, mas aun porque no regresa a continuar con lo que estábamos. La sensación placentera que me provocan sus labios, me han hecho ignorar todo lo que suele acomplejarme cuando se trata de él.
Soltaría unas palabras sobre lo que acaba de decir, pero no me da tiempo a ello. De mis boca solo salen algunos suaves gemidos al sentir su mano envolviéndome. Mis manos toman su cintura con firmeza y mis dedos se entierran un poco en su piel.
Su pregunta me saca un poco del trance de placer en el que me encuentro.
-¿eh?- emito el sonido un poco confundido, aunque creo que es opacado por los jadeos que le acompañan, pero creo que debí escuchar mal. Nosotros nunca hemos tenido nada más que besos, en la mi habitación, en las aguas termales, en cualquier lugar de la escuela donde me lo topaba y así fue hasta que desapareció.
Quisiera decirle algo pero la manera en que acelera el ritmo me desconecta un poco. De por si soy un idiota, cuando supuestamente puedo concentrarme, ahora que su mano está sobre mi pene, creo que mi cerebro funciona en un porcentaje mucho menor. Así que me siento de golpe pasa hacer que deje de mover su mano y así pueda pensar.
-¿me prometes que no te enojarás?- le pregunto ya un poco más calmado -tengo en mi cabeza, muuuuchas, pero muuuuuuuchas fantasías de nosotros, pero, nada más- admito, pero repaso en mi cabeza de que podría hablar, la única vez que me parece podría ser la primera, cuando se quedó en mi habitación, o en las aguas termales, pero yo me emborraché tanto... -¿en las termales? ¿no fue un sueño?- cuestiono más para mi mismo que para él -¿en serio pasó? - pregunto ahora si a él -hasta ahora era solo una de mis fantasías favoritas, me estás diciendo que ¿si pasó?- yo mismo estoy sorprendido -genial- digo emocionado por saber que pasó algo así entre nosotros, la verdad es que no recuerdo mucho, creo que mucho de eso lo he llenado con mucha de mi imaginación, pero aun así me emociono al saber que es real. De alguna manera siento que entonces el primer paso entre nosotros ya se ha dado, lo envuelvo entre mis brazos y llevo mis labios a su oído -me encantas- luego de mis palabras mi legua se mueve con descaro en su oreja, y baja a su cuello, succiono suavemente su piel.

Su respuesta no fue lo que esperaba. Pero ahora que lo recuerdo, él siempre fingió que eso nunca pasó. Y yo con tal de complacerlo, nunca lo mencioné. Aquel día tuve un montón de emociones por primera vez. Supe que me estaba enamorando de él, y que dolería cada día si no me alejaba. Las cosas fueron tan ambiguas en aquel tiempo pero aún así me quedé con la esperanza que tal vez él me aceptaría.
No dije nada más y continué acariciándolo, porque ahora me siento tan apenado. Eso solo vive en mi cabeza, porque él no es consciente no porque lo niegue, realmente parece que lo sucedido ese día se esfumó.

Mis ojos que permanecían cerrados se abrieron de golpe, y me quedé mirándolo desde abajo totalmente desconcertado.
-¿A qué te refieres? -sentí ese miedo invadir mi pecho. Si ahora se arrepiente no sé qué voy a hacer. Dije que sería paciente y que no me fijaría demasiado si las cosas no se tornaban tan bien. Pero duele, cuando me rechaza me siento tan miserable que la única solución que encuentro es huír. Me senté en la cama a su lado esperando que me explicara qué estaba mal- ¿fantaseabas sobre nosotros? -he sonado como un niño curioso, pero la verdad su declaración me regresa la felicidad y siento cómo mis mejillas se ponen coloradas. Wow, él de verdad… ¿de verdad no se acordaba?- pensaste… ¿en serio pensaste que fue un sueño? -pero qué diablos. Yo he estado tan ebrio hasta vomitar, pero nunca me olvido de lo que hago, solo finjo que no pasó para mi conveniencia. Asentí con la cabeza, ¿de verdad esto está bien? Él me confunde mucho, pero su expresión parece relajada, y sentí un cosquilleo en el estómago- eres un tonto -me recosté de nuevo y acepté su abrazo. Su lengua jugueteando me hace soltar un gemido, y me aferré a su espalda.
-Leigh… -susurre su nombre. Es extraño como los besos o caricias tan sutiles me hacen estremecer. Las cosas que yo imaginaba siempre parecían tan irreales y drásticas, pero con tan poco yo me estoy derritiendo. Sin embargo cada caricia es importante para mí, todo lo que él hace es tan inesperado. Pero ahora es mágico. No es perfecto como lo imagine, ni siquiera es continuo. Y aún así, con esas interrupciones, bromas y dudas, yo me siento demasiado feliz- nunca sé qué esperar de ti, ¿sabes? Pero siempre me gustaron nuestros encuentros -me pegué un poco más, y busqué sus labios para un beso corto- cuando te volví a encontrar me sentía triste y afortunado. Eres la única persona capaz de volver mi mundo tan caótico -me hice adicto a sus labios, y en este instante es lo que más deseo me entregue. Acaricio su espalda de arriba a abajo, y delineo el contorno de su cadera de atrás hacia adelante- te amo -bajé de nuevo mi mano, y no solo intenté acariciarlo a él, también a mí. No sé si se atreverá tan pronto, pero es suficiente por ahora.

-Pues a que no te enojes- repito, ligeramente incomodo, porque, bueno, se que en algunas ocasiones termino siendo algo insensible en mis relaciones, aunque yo prefiero pensar que soy un poquito despistado.
-¿tú no?- sería muy raro que solo yo sea el que fantaseara con lo nuestro. Dicen que los hombres somos visuales cuando se trata del sexo, pero con Jiro he tomado cierta inclinación por lo simplemente erótico -pues si, ¿como ibas a aceptar hacer algo así con un idiota como yo?- no puedo evitar la sinceridad en mis palabras -tú me odiabas por lo imbécil que podía ser,  así que pensé que era solo una de mis fantasías...- confesar esto deja en claro que yo dejaba libre mi imaginación pensando en él, aunque tal vez el no se de cuenta de ese detalle -dime algo que no sepa- bien podría usar muchos otros adjetivos mucho peores que "tonto", pero hasta creo que se escucha algo lindo.

Terminamos de nuevo sobre la cama, y el dice mi nombre, tiene una pésima pronunciación, pero al igual que ese "tonto" de antes mi nombre mal pronunciado también se escucha bien.
-Yo a ti- mi boca busca la suya, para juntarnos en un beso que acompaño con apenas perceptibles sonidos que no puedo controlar a causa de si mano bajando.
Pienso que tal vez yo debería hacer lo mismo que él, pero nunca he tocado un pene que no sea el mío, así que me como de costumbre, fuera de mi zona de confort, y puedo decir que sentir su erección contra mi cuerpo ya causa demasiada confusión para mi. Pero tarde o temprano tendré que hacerlo, así que mejor de una vez, no quiero pensar demasiado o esperar a que llegue el momento para hacerlo. Porque no tengo idea de cuando será o si alguna vez me sentiré del todo cómodo si solo sigo evitándolo.  
Así que como casi todo lo que hago en mi vida, me dejo llevar por una idea que no analizo demasiado, así que mi mano baja entre nuestros cuerpos y tomo con mi mano su erección.
Busco hacer nuestro beso más apasionado para así, sentir como la excitación tomo mayor control de mi, y comienzo a mover un poco mi mano.

Por supuesto que lo hacía, al grado de sentirme patético porque pensé que era algo demasiado irreal. Y esas fantasías solo pararon con el tiempo luego de dejarlo, y cuando comencé a conocer a Shinya su recuerdo ya no parecía tan importante. Pero bastó verlo una vez para que mi corazón y mente retrocedieran dos años. Y no solo fantasías, también mis sentimientos y el anhelo por él comenzó a brotar de nuevo.
-Bastante  - me gustaría saber de qué manera nos imaginó, porque yo tuve una infinidad de opciones y escenas en mi cabeza, pero nada comparado a lo real. Sin embargo no quiero que él me pida una explicación también, me sentiría muy apenado- ¿de verdad te sorprende que podría haber cedido? Incluso si lo hubieras pedido después, lo hubiera hecho... Además, ¿odiarte?  Idiota, nunca deje de amarte -aunque al final no cedí más, pero la verdad, al volver a vernos, él no me presionó como antes. Y creo que solo un poco lo necesitaba para regresar a lo que éramos.

Me separé de sus besos para tomar aire, y luego solté un gemido a causa de su mano. Sentí un espasmo, y aparte la mía de mi cuerpo. Tuve miedo, pero el placer me impidió impresionarme demasiado y me dejé llevar un poco. Aún dudaba por si en algún momento se detendría, pero mi respiración se aceleró y al mismo tiempo el movimiento de mi mano. Su boca ahogó otro de mis gemidos, y moví un poco mi cadera disfrutando del toque de su mano. Es apenas eso y yo ya me siento débil del placer, y me separo a ratos para regular mi respiración y luego entregarme a sus besos de nuevo- te amo  - quería decirle todas esas frases que me reservé por miedo, ahora solo existimos nosotros, y si esto es otro más de esos sueños que nuevamente comenzaban a aparecer, no quisiera despertar. Aunque se siente real. Sus besos, sus palabras y el poco tacto que siempre tiene para hacer las cosas. Pero lo amo, y me siento culpable por haber dudado y dejar que las cosas se desbordaran. Sé que ambos tenemos culpa, tal vez yo más por estar con alguien más por no haberle tenido a él. Pero repetiría mil veces nuestro encuentro de hoy.

Sus palabras logran hacerme sentir aun más feliz. Yo no pensaba que fuera posible que el me amara así, siempre tuve dudas al comienzo sobre mi, pero cuando él se fue, cualquier seguridad que pudiera tener se fue con él.
-me siento un poco idiota por no haberme esforzado más- le di demasiada libertad, fue amable, y reprimí mi manera caprichosa y egoísta de ser, solo porque quería que él fuera feliz. Pensé que debía ser maduro y todo eso, pero ahora solo me gustaría no haberlo respetado tanto desde que nos volvimos a ver.
Si no fuera por la mano de él, creo que mi excitación ya no sería la misma, tocar a otro hombre... si, es raro, no puedo decir que lo disfruto, pero escucharlo, eso si me gusta.
No puedo explicar lo que siento por él, yo lo amo por sobre todas las cosas, incluso sin importar su sexo, siento deseo por él, pero, el cuerpo de un hombre, realmente no me excita. Tocar un pene que no es el mío, no me resulta gratificante, pero eso se compensa con mirar que disfruta por lo que hago, escucharlo es algo que despierta mi deseo. Supongo que con el tiempo podré aprender a apreciar lo que es disfrutar de su cuerpo.
Me concentro en sus labios, su respiración, en su mano, eso me basta para poder mantener mi deseo encendido.
-Y según decían que los japoneses dicen muy poco esas palabras- yo estaba acostumbrado a esa realidad Yoko no decía que me amaba, tal vez algún par de veces me lo dijo, pero a su manera me lo demostraba. Yo sabía que ella me amaba, aunque para alguien como ella, el amor no era indispensable. Por eso mismo creo que yo tampoco soy mucho de decir esas palabras. Aunque con Jiro yo lo he dicho suficiente por hoy, ¿no? digo, estamos en mi casa, en la cama, lo estoy tocando y besando, ¿eso no prueba lo mucho que lo amo? ¿tengo que decirlo? él seguro espera que yo lo diga también, pero lo acabo de decir también.
Para ahorrarme tener que pensar más en que hacer, solo tomo sus labios para seguir besándolo.
Ya me siento un poco más acostumbrado a tocarlo, y debo admitirlo, es un alivio que él no lo tenga más grande que yo.
Poco a poco, siento que no requiero de tanto esfuerzo para aceptar su cuerpo, pero es solo porque se trata de él y porque estoy demasiado excitado, el es realmente bueno, ¿ha tenido demasiados amantes? digo, yo también soy bueno, porque lo he practicado mucho en mi, pero nunca en alguien más, creo que eso me vuelve un poco torpe, pero él simplemente me hace gemir con tanta facilidad, y me siento un poco celoso de pensar que ha estado con otros.
-Ya no tengo idea de que más hacer- me separo de él para confesar el porque no sigo avanzando, no se como se avanza con un hombre.

Es inútil pensar en lo que pudimos hacer o no. Y me da miedo el imaginar que, de haber sido claros y valientes en aquel tiempo, nosotros podríamos ya no estar juntos. Tal vez el tiempo fortaleció el amor. Es un poco ingenuo pensar en algo como el destino, pero tal vez la forma en que volvimos a hablar y actuar sin pensar en las consecuencias es que hace de nosotros algo tan hermoso. Creo que soy muy idiota por pensar en eso como algo mágico o algo así.

Sentí mi cara caliente. Y caigo en cuenta que no solo le he dicho muchas veces hoy que lo amo, ni que es la primera vez después de tantos años. También es la primera persona.
-Déjame en paz -refunfuñe avergonzado. En una situación así nunca me sentí vulnerable, siempre fui caprichoso y provocativo. Y ahora lo intentaba, pero creo que el intimar con una persona por la que siento cosas tan intensas y nuevas me dan un placer diferente y una faceta mía que desconocía.

Sus besos y sus caricias a las que me acostumbré muy rápido me hacen gemir. Me sorprende como solo esto me hace sentir bien. Y creo que podría llegar al climax con un poco más, pero él se separo de mí y rompió un poco el ambiente. Tomé un poco de aire, aún siento mi corazón palpitar con fuerza, pero mis nervios se van calmando de a poco. Me sente en la cama pegando mi espalda en la cabecera.
-Eres un poco rudo -solté una risita. Su sinceridad no me ha molestado esta vez. Debo reconocer que hizo más de lo que yo esperaba, y es una ventaja que no haya terminado como la primera vez- no tienes lubricante, ¿o sí? -me rei de nuevo. Es cierto que lo deseo demasiado, pero no soy tan idiota como para tener sexo con él sin prepararme considerando que es más grande de lo que yo estoy acostumbrado. Además que dudo que quiera... bueno, tomarse el tiempo- esto es un poco raro. Diría que es como un sueño pero en mis sueños no eras tan... tú -me deslice de nuevo junto a él y me metí dentro de las sábanas abrazandolo- está bien, no debes apresurarte -tengo miedo. Obviamente la confianza en él no se forjara inmediatamente, o en mí, o en esta nueva relación. Y realmente debería primero aclarar todo a Shinya. No pude enamorarme, pero no merece nada de esto. Al menos debería primero ser honesto. Absurdo luego de que cadi me acuesto con Leigh pero...

Tantas cosas comenzaron a invadir mi cabeza de nuevo y me quedé abrazandolo con fuerza. Me sorprende cómo es que siempre nos complicamos todo. Pero creo que me acostumbré a nuestra relación sin nombre, a las provocaciones y el hacer todo a escondidas.
-Voy a dejarlo -no quiero hacer las cosas más complicadas, y tal vez él lo entienda. O cargar con su odio será mi castigo, pero no quiero esconderme ya de nadie, no más de lo necesario.

Le dedico una sonrisa burlona, porque aunque he tratado de ser lo mas amable y respetar su espacio desde que nos encontramos, molestarlo es algo que disfruto desde el primer momento en que lo conocí.
-Como si eso me fuera posible- digo un tanto burlón.

Levanto una ceja cuando dice lo de que soy algo rudo, se que lo soy, pero no suelen decírmelo mucho.
- lo siento- ni bien sé porque me disculpo pero lo hago aun así. Supongo que es en automático, era algo que también hacía con mis anteriores parejas, solo disculparme para evitar que se molesten por algo que no se ni que es.
Niego con la cabeza a su pregunta, ¿como voy a tener lubricante? con las mujeres nunca me hace falta, soy bastante bueno en hacer que no haga falta, y nunca pensaba que iba a estar con un hombre porque estar con Jiro parecía algo solo de mis fantasías. Estar con un hombre parece algo demasiado complicado para mi.
- no soy tan yo, ¿que quieres decir con eso?- le cuestiono un tanto confundido, pero aun así me acomodo para que estemos en la cama - ¿yo ser paciente? claro... se me da muy bien- digo con sarcasmo - me siento un poco idiota con esto de ir lento, creo que es la primera vez que lo hago y lo peor es que es por mi y no por mi pareja- comento sin ocultar mi frustración.

Desde el momento en que nos besamos, se me olvidó por completo que el tiene ese novio. Pero claro, Jiro no puede solo fingir que no existe y ya. El es mejor persona que yo, yo por ejemplo fue el amante de mi ex varias veces, y nunca me he interesado en preguntar a las mujeres con las que tengo algo, si tiene pareja o no.
- me gustaría ver eso, digo para estar a mano, el vio como me rechazaste...- su novio no me agrada, aunque creo que el factor más importante para que no me agrade es que es el novio de Jiro - lo malo de no tener sexo aun, es que no puedo preguntar si soy mejor- comento con una sonrisa porque de alguna manera me siento seguro de que seré mejor, con solo tocarlo Jiro reacciona demasiado - tengo mejor cuerpo ¿no? - pregunto con fingida inocencia.

-No debes discuparte -me rei, pero me sienta un poco mal que ponga esa cara cuando lo dice. Soy un tipo muy inseguro cuando se trata de él. Tal vez a lo nuestro le hace falta esa actitud mía que no le importa el rechazo, y que fácilmente puede cambiar de objetivo si se complica demasiado. Pero no, no hay manera que eso suceda. El amor que le tengo creció sin yo darme por enterado, y mi actitud se transformó en algo vergonzoso frente a él. Y ahora, a pesar de los nervios, una vez más me conformo con esos besos, y eso es lo que me da un poco de tranquilidad.

Me acurruque otro poco y pasé mi mano por su pecho. No sé qué podría hacer para avanzar, aunque considerando que apenas decidimos dejar de jugar al coqueteo, no parece tan malo.
-No seas tan desesperado, me gusta abrazarte también. ¿O es que te mueres de ganas por tomarme? -no sé porqué dije algo tan ridículo, pero al menos ya no me siento tan avergonzado por ser un poco cursi. Podría pasar todo un día entero así. Hablando, o bromeando sobre cualquier estupidez. Pero la realidad es otra, y aun tengo asuntos que resolver- por supuesto que no -dije algo serio. Sé que bromea, eso espero. No es como si odiara a Shinya. Es ridículo que en esta situación y luego de lo que hice y pienso yo afirme que lo quiero, pero él es una buena persona. Es atento, cariñoso y respetuoso. Definitivamente me hubiera enamorado de él si Leigh no hubiera regresado. Pero es en vano lamentarme o pensar en, que si yo hubiera esperado un poco más, él no saldría afectado- cómo puedes pensar eso -es un idiota, pero me saca de esa tensión y sonrió. Me gustaría saberlo, aunque seguro no tendría cabeza para compararlo- ¿de verdad quieres saber?  -¿debería provocarlo un poco? El saber que tiene celos se siente agradable, soy un bruto inmaduro- ambos tienen un buen cuerpo, además Shinya se ejercita -pero inmediatamente me sentí mal por mencionar su nombre. Mierda, no tengo vergüenza-  tú... lo tienes más grande -no se me ocurrió algo más inteligente para quitar esa atmósfera que pudo provocar mi comentario anterior, y ahora me siento un pervertido invecil.
Me separé de él y me sente en la cama. Esto no está bien, pero si empiezo a dudar me arrepentire el triple después.
-Tengo hambre, ¿tienes ingredientes para cocinar? Puedo hacer algo para ti -no soy experto en la cocina, pero vivir solo me ha obligado a aprender platillos básicos.

-Si, un poco... mucho, quiero que seas mío- admito sin pena, creo que es obvio que lo deseo, entre nosotros siempre ha existido esta energía cargada de deseo -Me asusta un poco la idea de hacerlo mal... - es casi irreal escuchar mi voz diciendo algo como eso, yo he sido un buen amante, al menos desde que aprendí a no preocuparme solo por mi, pero el detalle de estar con un hombre sigue siendo un poco complicado.

Escuchar que dice que tiene buen cuerpo no me agrada y resoplo un poco inconforme por esa respuesta.
-Yo también me ejercito- digo porque no quiero ser menos que su novio. Pero luego sonrío con satisfacción -lo imaginaba.
El se levanta de pronto y habla sobre comer.
-Seguro, hay cosas en la cocina- contesto sentándome igual que él -¿quieres algo de ropa?- me levanto para buscar entre mi ropa, seguro que lo que le de le va a quedar grande, pero aun así saco un par de pans, le ofrezco uno y me pongo el otro -¿también quieres playera?- pregunto un poco sin saber que hacer, por lo general a una chica solo le doy una de mis camisas y ya. Le observo vestirse, quiero acostumbrarme a su cuerpo. Solo termino sonriendo como un idiota, porque más allá de su cuerpo el saber que él corresponde a mis sentimientos, eso me hace feliz.
-¿entonces te gustaron mis fotos?- pregunto regresando al tema de mi nuevo trabajo, quiero saber que es lo que realmente pensó cuando me miró en esa revista.

Bajamos yo voy al sofá para encender la televisión, mientras el va a la cocina.
-Sabes que eres la primera persona que traigo a mi casa- creo que tengo un poco esta necesidad de que entienda cuan especial realmente es.

No pienso que él sea perfecto, pero el que revele sus dudas y temores en voz alta, me hace sentir un poco más tranquilo. Siempre pensé que tenía algo así como buena suerte por haber captado su atención,  y aunque no éramos formalmente nada,  el hecho de que nos besaramos o tener un poco de su tienpo, me hacía sentir afortunado. No es un tipo que pueda envidiarle nada a otro, y en ese aspecto me siento un poco celoso. Y su actitud no es completamente mala, solo basta conocerlo para notar ese lado suyo tan dulce.
-A mí  me asusta que te arrepientas  -si, es principalmente el miedo lo que nos detiene. Pero no dejaré que esos pensamientos me arruinen el momento, he obtenido más de lo que se me hubiera ocurrido que en verdad pasara. Soy un tipo conformista después de todo.

Al final su torpeza ayudó a no tensar las cosas por mi imprudente comentario, y me rei en respuesta a su actitud usual.
-Tienes un cuerpo envidiable, a decir verdad me molesta a veces  - le mostré la lengua- sí, por favor - me sente de nuevo en la orilla de la cama cubriendo mi parte baja con la colcha, y espere a que él pudiera encontrar algo pero... creo que cualquier cosa me quedará grande. Tomé el pantalón y negué con la cabeza, y sin mucha prisa me coloqué el pants. Es muy grande para mí... tal vez debería hacer un poco de ejercicio. Me acerqué a él y le di un beso corto- no me esperaba que tú hicieras eso -a pesar de tener un físico perfecto, es algo tosco para esas cosas, no lo sé, así lo veía yo-  me sentí un poco avergonzado por lo bien que te veías. Hasta compré alguna revista...  -seguro me veo patético confesando eso. La primera vez que lo vi en la revista me sorprendió tanto que terminé comprando la revista. Me hice miles de teorías de cómo había llegado a eso. Luego sin querer, buscaba su nombre en las revistas, y terminé comprando un par más. Me sentía como adolescente enamorado de algún famoso, con la diferencia de que no era nada platónico y ya soy un adulto.

Cuando bajamos fui directo a la cocina y revisé el refrigerador, creo que preparare algo rápido.
-No te creo  -dije distraído, y saqué las cosas que necesitaba para cocinar. Pero deje eso de lado para caminar hasta él, y me recargue en el respaldo del sofa- ¿de verdad soy la primera persona?   -me siento especial, y mi cara está  un poco caliente- ¿puedo tomar lo que sea de tu alacena? Disculpa por no preguntarte hace un momento. También me preguntaba si podría enjuagar mi ropa  -no puedo decir que yo también lo he metido solo a él, aunque tampoco es como si llevara gente a mi casa. Pero Shinya iba algunos fines de semana, nosotros después de todo tenenos una relación formal.