Good Morning[Luciel]

Me levanté temprano como de costumbre para hacer un poco de ejercicio. Cuando él no está en casa, lo único que me queda es atenderme a mí misma y un poco a los chicos. Aunque Andy se ha ido ya al trabajo seguramente, y Dima debe estar dormido. Ni siquiera sé cómo llegó ayer, pero escuché cuando entró a su recámara y preferí no molestarlo más. Me preocupa la forma tan terrible en que está actuando, últimamente sale con más frecuencia y mis palabras no son suficientes. Su padre solo le da sermones vacíos y a mí no me respeta tanto después de todo. A pesar de todo es un niño muy cariñoso, y no sé si es chantaje pero eso me complica el castigarlo, porque más que molesta o decepcionanada, estoy preocupada de que termine en una condición irremediable.

Salí un rato a correr por los alrededores, me siento decaída estos días y al no tener tanto trabajo, mi mente solo está llena de todas esas cosas que oasan en mi familia. Dima está ocupado con la escuela, Andy en el trabajo y Mitya apenas si lo veo unos días al mes. ¿Cuánto ha pasado desde que volvió a Rusia? Creo que ya va una semana. De nuevo pasa demasiado tiempo fuera, y pensar en la posibilidad que tenga alguien nuevo me hace sentir deprimida y miserable.

Volví caminando a casa con el animo decaído y al llegar entré directamente a la cocina. Necesito pensar en otra cosa, además Dima se despertará hambriento y seguramente crudo, pero el que podamos desayunar juntos aún, me pone de mejor humor. Pese a ser un niño irresponsable, siempre tiene tiempo para mí. Debo ser positiva, él me necesita fuerte. No sé qué pasa entre ellos pero últimamente se puso peor. Y debe saber que no importa qué o quién más le haga daño, yo siempre estaré a su lado.

Giro en la cama y comienzo a abrir mis ojos, ya está claro por el sol. Tallo mis ojos y busco mis lentes debajo de la almohada. Me siento en el colchón y me estiro un poco y escucho mi espalda tronar. Me levanto para ir al baño. Luego de orinar me lavo la cara para despertar un poco, pues me siento muy somnoliento. No he descansa bien, porque he dormido con toda la ropa y hasta con los zapatos puestos.

Al salir miro a Dima en la cama, como de costumbre ha terminado sin ropa, ¿en que momento se la quito? pareciera que cada vez que toma mucho de alguna manera termina desnudo. Estiro mi mano para ponerle la sabana encima.
-por eso mando tanto a Andy a cuidarte - le digo a mi amigo dormido que ni se entera de nada. Mi estomago comienza a chillar por la necesidad de comida. Salgo para ir a la cocina. Hoy parece estar la casa un poco vacia, creo que la ultima pelea de los hermanos ha sido algo fuerte, porque Dime en lugar de quejarse y solo parece querer evitar mencionarlo, por eso creo que esta vez si se han peleado un poco fuerte.

Al entrar en la cocina, la veo a ella, sonreiría por verla pero de inmediato noto que hoy parece desanimada. Debe ser porque su esposo no está. Me siento envidioso de ese amor que ella siente por su marido. Pongo una gran sonrisa en mi rostro.
-¡Señora! buenos días- la saludo muy animado para que no te mi presencia -Dima me pidió que me quedara, aunque creo que dormirá hasta tarde- comento para que sepa porque estoy aquí, aunque supongo que ya lo sabe, pues paso más tiempo en esta casa que en la mía, pero con ella terminado siempre dando explicaciones que ni me ha pedido.
Camino para acercarme al refrigerador y saco una lata de refresco.
-¿hay papitas?- pregunto asomándome en la alacena esperando encontrar alguna bolsa de frituras olvidada por ahí.

Preparo un poco de fruta picada en un refractario, malteada de vainilla y unos hot cakes para Dima. Cocinar ha mejorado mi humor, pero todavía siento esas horribles ganas de encerrarme en mi habitación y no salir en todo el día.
-Buenos días -di un saltito y luego sonreí, y sentí un alivio cuando supe que se había encargado de cuidar a Dima- ¿en serio? Oh, de cualquier forma le dejaré listo el desayuno -aunque seré yo quien se lo sirva seguramente, así tendré tiempo de regañarlo un poco. No puedo mas que agradecer porque siempre está al cuidado de él, sino hace caso a nadie al menos no está solo. Además él es como un tercer hijo para mí, se preocupa tanto por ellos que agarrarle cariño fue inevitable, y siempre me mantiene al tanto de dónde y con quién está mi hijo el menor.

Puse el plato de hot cakes sobre la barra  y un vaso con malteada para él y otro para mí, lo bueno de tenerlo por aquí es que puedo arrastrarlo a desayunar conmigo.
-Papitas nada -me coloque tras de él y estire mi mano para cerrar la alacena. Él tiene libertad de tomar lo que  le plazca, pero no me gusta que tenga tan mala alimentación, mucho menos por la mañana- primero debes desayunar, ¿cuántas veces debo repetirte que cambies esos hábitos tuyos? -solte un suspiro y lo tomé de la mano  para caminar hasta donde serví el desayuno. Y espere que se sentara para luego hacerlo yo- ¿quieres un poco de fruta? -no espere respuesta y le di el plato que había preparado para Dima- además hoy hice malteada, y eso que no sabía que vendrías -generalmente tomo cosas a base fruta y verduras, la única forma de tomar algo dulce es si él o Dima lo piden. No es que las odie, al contrario, pero soy algo estricta con mi dieta.

A veces me da un poco de pena con ella que Dime sea tan irresponsable, pero al menos esta vez logré que no se metiera en problemas, pero a veces es tan difícil controlarlo. Parece ser adicto a los problemas. Y su actitud de niño rico y superior y galan no ayuda a que gane muchos amigos.
-seguro tendrá mucha hambre cuando despierte - aunque seguro yo terminaré llevándole unas pastillas que le ayuden un poco con la resaca.

Hago un gesto de decepción cuando ella cierra la alacena.
-pero solo iba a ser por hoy- miento con voz afligida, es como costumbre contestar de esta manera. Pero no replico más, solo me dejo guiar por ella hasta donde ya hay algunas cosas servidas. Ella ni me deja contestar sobre la fruta y ya ha puesto un plato frente a mi.
Con una sonrisa agradecida, comienzo a comer la fruta. Ella es sin duda una mujer increíble. Desde la primera vez que estuve en su casa hace ya varias años, ella ha cuidado de mi de manera tan amable. Es la persona mas cálida que conozco.
-¿De vainilla?- pregunto con el antojo en mis ojos, pues es mi sabor favorito -entonces comeré todo lo que me diga que coma- comento llenando mi boca de un hot cakes y fruta al mismo tiempo. Mi cachetes están inflados por toda la comida, creo que ahora parezco un hámster, y como puedo trato de tragar todo eso y aun así trato de sonreír. Cuando mi boca ya esta un poco libre la miro.
-delicioso- digo pero mi voz suena chistosa, pues aun tengo demasiada comida como para hablar con normalidad.
-¿ya hizo ejercicio?- le pregunto solo por platicar de algo --como dime dormirá hasta tarde, creo que hoy me libre de hacer ejercicio- hablo como su acabara de ganar algo. No me gusta nada hacer ejercicio, pero Dima siempre me obliga. No puedo negar que hace tiempo he sentido los cambios que hacer ejercicio han causado en mi, y mi ayuda un poco a sentirme mas seguro conmigo mismo, pero aun así... no es como que me sirva de mucho. Yo no me la paso quitándome la ropa como él. De hecho siempre ando con mi chamarra encima, y creo que solo sigo luciendo como el tipo friki de siempre.

-Espero que sí -mientras no pierda el apetito ni deje de ir a la universidad, con eso me conformo. No debería, soy su madre y debe respetarme, pero sé que tengo parte de culpa por su manera de ser, lo mime demasiado, su padre le cumplía cada capricho y Andy siempre lo trato como prioridad. Hicimos de ese niño un joven irresponsable. Pero pese a todo es mi adorado hijo, y tengo la dicha, a diferencia de esas mujeres que suelo ver en esas fiestas, de tener el amor auténtico de mi hijo.

Sonreí por ver su manera de comer. Creo que lo único que ha cambiado a lo largo de estos años es su cuerpo. Pero por esa personalidad es que ambos se sienten tan seguros a su lado. Incluso yo, me siento más contenta si él ronda pir aquí.
-No dejaré que sigas comiendo tan mal, así tenga que sentarte conmigo cada mañana -le hice una mueca amenazadora y luego lleve un pedazo de fruta a mi boca. Es increíble que sus padres no aprovechen la amabilidad y buena personalidad de su hijo. Esas personas, priorizando otras cosas antes que el amor por él, ¿qué diablos estarán pensando? Aunque me recuerda mucho a mi yo de joven. Siempre fuera de casa, siendo responsable por mí misma y luego dependiendo de todos menos de mi familia. Otra de las cosas que me hizo aceptarlo tan fácilmente. Y bueno, viéndolo ahora es imposible hacerle el feo, aunque no dejo de ser estricta con él. Creo que me hace más caso que esos dos tontos.
Sonreí amplio y lleve mis manos a mi mejilla.
-¿Verdad que sí? Y tú que prefieres llenar tu estómago con porquerías -me gusta esto. Tal vez porque hace mucho Mitya dejó de tomar el desayuno conmigo y halagar mi bien sazón.  Tomé un trago de malteada y quedó un bigote de espuma que quité con una servilleta después.
-Ya -comí otro pedazo de fruta y lo trague un poco rápido- oh, puedo hacerlo de nuevo, ¿sabes? Además, ¿no es bueno que Dima te haya obligado a eso? Gracias a eso has crecido otro poquito. Aunque ya no estás en edad de crecer, ¿verdad?... -ahora que lo veo, él realmente se ha convertido en un hombre. Aunque su actitud no creo que cambie nunca -te has vuelto más guapo gracias al ejercicio, ni se te ocurra dejarlo -señale con el tenedor, pues parece que eso les motiva, más que su propia salud.[/color][/color]

Dima podrá ser un tipo desobligado en muchas cosas, pero cuando se trata de ella, el deja un poco de lado sus tonterías. Ya lo imagino devorando todo lo que ella le de, solo para no hacerla sentir mal.

-No como tan mal... solo los días que no estoy aquí- la verdad es que ya no paso tanto tiempo como antes, entre mi trabajo y la carrera, ya no puedo venir tanto.
-es porque esas porquerías también saben ricas- con tanto saborizante artificial, es de ley que tiene que saber bien.

Desde que entré he notado sus ropas de deporte, ya me he acostumbrado un poco, pero cuando era más joven, verla en este tipo de ropa era una tortura para mi. La madre de Dima es hermosa, y su cuerpo es... bueno bueno, el caso es que al menos ya puedo evitar que mis ojos no se vayan por donde no deben. A veces me pregunto si ella notó mi mirada cuando era mas joven, me era imposible no dejar que mi mirada recorriera sus curvas.
-no, no, pero si hacer mucho ejercicio es malo... yo puedo esperar a mañana- trato de armar una excusa para evitar hacer ejercicio. No tanto porque lo odio, sino porque hacerlo con ella creo que sería complicado para mi, no podría concentrarme y seguro me lastimo -siempre se puede crecer hacia los lados- creo que por como soy, la gente suele olvidar la edad que tengo, e incluso que soy mayor que los dos hermanos de esta casa.
Me atraganto cuando ella dice que me he vuelto más guapo, comienzo a tocar y a dar golpecitos en mi pecho.
-no, no lo haré- se que solo lo dice como un cumplido amable, pero ella es mi ideal de mujer, así que ese tipo de palabras me afecta viniendo de ella. Realmente creo que por ella es que no he tenido muchas relaciones. Yo aspiro a encontrar a alguien tan buena como ella, pero la verdad es difícil. Las dos novias que he tenido en mi vida han sido maravillosas, y en su momento me he enamorado de ellas, fueron relaciones largas, pero al final ellas decidieron que yo no era lo que necesitaban. El padre de Dima ha tenido una suerte sorprenden de encontrar una mujer que lo pueda amar tanto.
Tomo un poco de malteada, mis ojos están rojos y cristalinos a causa de la tos por atragantarme, y mi cara roja aunque creo que eso es más por la pena, pero tengo el pretexto de la tos.
-haré ejercicio hoy, lo prometo- digo con seguridad, pero sin mencionar que lo hagamos juntos, la verdad no quiero, la sola idea me hace sentir como un pervertido -pero solo si al final puedo comer papas- comienzo a negociar para hacer ejercicio, pero tengo que comportarme como siempre, sonrisas y juegos por todos lados -incluso la dejaré supervisar a este guapote que tiene en frente- le digo guiñando un ojo, pero es como un acto que no puedo realizar bien, y siempre termino cerrando los dos ojos, así que con mi mano detengo uno de mis párpados y repito el guiño -algún día me saldrá- digo señalando mis ojos, porque es algo que llevo años "intentado" la verdad es que no es que no pueda, es solo que con ella no me sale.

Solté un suspiro y lleve el vaso de malteada a mi boca. A pesar de las pocas atenciones de sus padres se convirtió en un chico responsable. No parece que lo sea, es bastante infantil y da una imagen de chico inmaduro, pero después de tanto conocerlo puedo ver lo mucho que se esfuerza para sí mismo. Es un chico tan libre, lo envidio un poco. Y también olvido muchas de mis preocupaciones cuando estoy con él. Tal vez por eso ellos lo adoran, es una persona con la que no te cansas de estar.

-No hacerlo es peor -refunfuñe. Se me pega un poco su modo de hablar, incluso a Dima a veces le contagia ese humor raro. Pero lo bueno de platicar con él, a diferencia de los demás amigos de ellos o de Mitya, es que no tengo que fingir o dejar mi personalidad de lado. Y puedo relajarme tanto como quiera- oh no... No no, no, eso no Lu -soy algo estricta en ese aspecto, y no debería importarme ya que ni siquiera se trata de mi hijo, y aunque fuera gordo lo querría mucho. Pero mejor si no lo es, es fundamental para su salud biena alimentación y ejercicio.

Me levanté de mi asiento y di unas palmaditas en su esoalda.
-¿Estás bien? No debes hablar cuando comes -le ofreci una servilleta y volví a mi lugar. Sonreí ampliamente y asentí con la cabeza. Ya sé que solo le gusta molestarme porque sabe de mi obsesión por un cuerpo sano, y creo que mi hijo ha heredado esa exigencia consigo mismo.

Solté una risa y tomé un poco más de fruta. Es un bobo, pero mis hombros dejaron de tensarse y no puedo parar de reirme, sobre todo por lo que hace después.
-No no, eres malisimo en eso -tome sus lentes y los coloque sobre la mesa- con ponerte contactos sería suficiente, además estos, ¿no te molestan al correr? -los tomé y me los puse, y luego mire hacia los lados- seguro me veo graciosa con esto -tomé mi celular y me vi en el reflejo de la pantalla. Parezco un comediante con esto puesto- no, definitivamente no es lo mío -me los quite y se los coloque a él- mucho mejor. Aunque insisto en los de contacto.

-a veces creo que esta familia tiene una adicción con el ejercicio- refunfuño un poco por ello. Soy demasiado perezoso, y aunque Dima me obliga a hacer ejercicio desde que comenzó a notar cambios en su cuerpo, yo nunca le pongo muchas ganas. ¿Si me esfuerzo más ella podría..? que va, deja de soñar como un tonto iluso -no pasará, creo que tengo buena genética- digo con una sonrisa muy grande, pues creo que realmente es cierto. Hago ejercicio, pero mi alimentación es pésima, y aun así creo que tengo un cuerpo bastante decente.

Muevo mi cabeza con energía para que sepa que estoy bien, pero no hablo, porque estoy tomando un poco de mi malteada.
Al menos mi torpeza la hace reír, tiene una risa muy bonita, creo que por eso me gusta ser tan payaso, la risa de las personas me gusta, más si es de las personas que quiero.
-no corro tanto como para que sean una molesta, y puedo no usarlos cuando hago ejercicios, aunque por lo general Dima me pone a hacer pesas- le explico porque la verdad es que era un tipo muy flacucho, así que Dima puso mucho esfuerzo en eso.
Sonreí cuando se pone mis lentes -no diga eso, se le ven geniales- le digo levantando mi pulgar en señal de aprobación. Ella me los vuelve a poner y yo me los quito para mirarlos, la verdad es que incluso para escoger mis lentes he sido extravagante, pero me gusta que todo esté lleno de color -creo que me sentiría raro, la gente que usa contactos siempre tienen los ojos rojos, y tienen que usar gotas, y lo peor de todo, ¡tienen que tocas sus ojos!- exagero un movimiento de escalofríos como si aquello me aterrara, y la verdad es que si me da un poco de cosa -de hecho pueden operarme, pero nunca he querido, creo que mis lentes son casi una extensión de mi- me los vuelvo a poner. Como un poco más pero ya con mas calma, cuando llene mi boca de comida comí casi la mitad de lo que tenía.
-estuvo delicioso- comento cuando dejo el vaso de mi malteada completamente vacío --¿quiere ver una película? porque hacer ejercicio ahora sería malo- le sonrío y espero de alguna manera conseguir evadir el hacer ejercicio, tal vez luego de la película se le olvide, o tenga trabajo que hacer.

-No es un problema -digo mostrando reacción a cómo ha exagerado. Somos un poco superficiales tal vez. Y debe ser mi culpa que Dima cuide tanto de sí mismo. Andy es un poco más tranquilo, solo hace lo necesario. Parecía que no quería dejar a su cuerpo crecer más de lo necesario, y al final terminó siendo más alto que Dima. Sentí esa incomodidad por recordar. De todas las cosas que Mitya ha hecho, esa siempre será la más dura de llevar.
Intenté no mostrarme decaída, no es justo contagiar mi humor por lo que hasta ahora no he podido resolver.
-Mmm -supongo que su encanto no es solo el físico, y de no ser así yo no le tendría confianza y probablemente Dima no lo querría tanto- bien bien, tampoco pueden ser tan malos -digo riendo. Este chico es muy fácil de tratar, y tiene la bonita maña de contagiar su felicidad. Y hablando de su físico, no sé cómo me sentiría si consigue una novia, sería como ver a tu hijo emparejado. Solo espero que esa chica sea alguien capaz de valorarlo- son completamente tu estilo, no sé ni porqué intento convencerte de lo contrario -es raro que lo conozca casi tanto como a mis chicos, pero ha sido tanto tiempo de convivir que resulta imposible no tratarlo como uno de ellos.

Me levanté y estire mis brazos con un poco de pereza y soltando un bostezo.
-Por supuesto que lo estuvo -digo segura. La cocina es otra de las cosas que hago bien- de nada -tal vez me doy demasiadas confianzas, pero se siente natural hablar con este chico. No debo preocuparme por el vocabulario, mi ropa o cómo me comporte. Puedo ser la yo malhumorada o perezosa, no necesariamente esa mujer sumisa a la que todos los que me conocen están acostumbrados- ¿tan temprano? -acomodo el banco y comienzo a caminar hacia la sala que tenemos en casa especialmente para eso-  bien, mientras Dima despierta podremos verla, no creas que me olvidaré de eso -me giro solo para hacerle una mueca amenazadora y abro la puerta de aquella sala. Encendí las luces y cerré la puerta luego de que él entró. Me acomodé en el sofá y di unas palmaditas en el asiento contiguo para que se sentara.
-¿Terror? ¿Comedia? ¿Romance? -prendí la pantalla y tomé el aparato para controlarla y escoger alguna película de la galería-  te ofrecería palomitas pero acabamos de desayunar -mi vista estaba fija en la pantalla. No tengo un gusto en especial- toma, fue tu idea, tú decides -le pasé la tableta y recline el asiento para estar más cómoda.

Hago un pequeño puchero cuando dice que no es un problema. Se que yo exagero un poco, y tal vez me hace un poco de falta algo de vanidad, pues no me preocupo demasiado por mi imagen. Mi cabello siempre esta alborotado, y tampoco cuido mucho lo que uso de ropa. A veces Dima se molesta un poco de las ropas que uso.

-Tal vez no, pero estoy seguro de que si me viera de repente sin lentes, no se sentiría igual conmigo- sonrío con una ancha sonrisa que deja mis dientes al descubierto. La verdad es que yo nunca dejaría mis lentes, ni siquiera porque ella lo pida. Bien podría no usarlos todo el tiempo, mi vista no es para nada mala, mas bien solo es como algo preventivo. Pero me gustan, y mi vanidad es casi nula, al ser amigo de Dima y Andy, sentía que era una perdida de tiempo cuidar de mi imagen.
-El mundo no está listo para mi belleza- bromeo al respecto, aunque creo que todo el mundo en esta casa sabe para nada me siento para nada un hombre atractivo, de hecho ella siempre me hace sentir como un niño, mas allá de mi personalidad algo escandalosa e infantil, ella realmente me hace sentir como un niño, creo que siempre me verá de esta manera. Soy un tipo con suerte ¿no? Al menos puedo ser consentido por mi primer amor.

La seguí por la casa y me acomodé donde me indicó. Me sigo emocionando mucho de compartir estas cosas con ella.
Hago una mueca de asco cuando dice lo de romance.
-¡terror!- digo con el entusiasmo brillando en mis ojos.
Todas las películas en la lista las he visto, pero aun así escojo una de las que considero mejores, tiene mucho suspenso y la música siempre hace que uno se sienta muy tenso.
-esta es muy buena- le comento mientras pongo la pélicula.

El comienzo me parece un poco más aburrido que la primera vez que la vi, pero poco a poco comienza a ponerse buena. Aunque desvío la mirada cuando pasan una escena tal vez demasiado erótica para el genero. No es que me espanten esas cosas, pero no quiero que ella vea como veo ese tipo de escenas.
Mientras los minutos y escenas pasan, yo he terminado por dormir. Tengo una habilidad sorprendente para quedarme dormido en casi cualquier lugar.

Comencé a reír como de costumbre, para mí no hay diferencia si tiene o no los lentes puestos, o incluso si un día decide arreglarse. Probablemente le diría alo como “mira esa belleza que llevas ahí guardada”, y lo molestaria un rato. Creo que incluso a él lo mismo más de lo que debería, seguro que su madre, al verme tan familiar con él se molestaría, pero es la clase de persona que le permite a los demás tratarlo con confianza, o tal vez es un privilegio de esta familia.

Puse atención a los títulos que él pasaba. Aunque me gusta ver películas también, no lo hago con tanta frecuencia. A menos que los chicos me lo digan, y bueno, con Mitya los momentos juntos y simples ya son muy escasos.
-Más te vale, eh, no soy alguien fácil de asustar -probablemente me dé más nervios que miedo. Espero que no tenga muchas de esas escenas de sangre, no le tengo fobia pero me da un poco de asco.
La película empieza y se ve interesante, y pongo especial atención para después no tener que preguntar por alguna cosa que no entendí. A veces me quedaba dormida a la mitad y Dima se molestaba, aunque nunca fue en serio. Di un par de brincos en esas escenas repentinas, pero al final he disfrutado la película. Y tanto fue que ni siquiera me percate que Lu se quedó dormido.
-Mira, y yo al pendiente todo el rato -solté un suspiro y me puse de pie hacia el cajon donde guardamos unas frazadas especialmente para esto, y regresé para ponerle una encima. Debería despertarlo y decirle que vaya a dormir, seguramente Dima lo desveló de nuevo. Estiré mi mano y le quité sus gafas, y las puse en el asiento junto a él- supongo que veré algo mientras él duerme -agarré la tableta y comencé a revisar las series, y puse una que llamó mi atención. No lo dejaré aquí solo, y tampoco es que tenga demasiadas cosas que hacer.

Sonrío por su declaración, por lo general las chicas son muy asustadizas, a veces no se si realmente es sincero el miedo que sienten, o solo exageran con el fin de parecer mas frágiles y que uno deba protegerlas. Bueno, tampoco es que yo tenga que pasar mucho por eso, mas bien lo veo cuando Dima y alguna chica están presentes. Creo que se mucho de mujeres gracias a lo que he observado con mi amigo, es realmente demasiado mujeriego. Yo en cambio extraño a mi ultima novia. De verdad pensaba que íbamos a durar más, ni siquiera tuve oportunidad de presentarse la a nadie de esta casa.
Es curioso como pienso más en presentarla a ellos que a mi propia familia, pero mis padres ya están deslumbrados son las perfectas parejas de mis hermanos. No quiero entrar en el juego de comparaciones.

Soy un dormilón, supongo que es por mi pésimo horario, puedo dormir a las 4 de la mañana, y levantarme a las 8 y volver a dormir en cualquier momento que pueda. No es solo por causa de mi amigo, si no salgo de fiesta con él, entonces me desvelo jugando videojuegos. Aunque ahora estoy descansando un poco porque acabo de terminar las pruebas que tenía que hacer para un videojuego, y ya mande el reporte. Tengo el mejor trabajo del mundo, aunque obviamente mis padres no piensan eso.

Me muevo un poco en mi lugar, de repente me siento un poco incomodo, creo que no estoy en una cama. Abro poquito mis ojos y veo esa silueta borrosa pero la reconozco de inmediato, yo podría reconocerla con los ojos cerrados… bueno sino habla obvio no podría…
-Que bonita- digo con una sonrisa feliz y poco a poco voy despertando -que bonita siesta he tomado- me corrijo cuando ya estoy más despierto -oh no me diga que ha terminado la peli, ¿le gustó?- pregunto estirándome en mi asiento y la frazada termina en el suelo. Mi espalda baja queda apoyada en el borde y todo lo demás esta estirado en el aire con mis talones bien apoyados en el piso. Tiemblo un poco mientras me estiro, y miro como mi ombligo se asoma cuando mi camisa se ha levantado -¿me dormí mucho?- pregunto rascando perezosamente mi panza mientras me armo de valor para volver a sentarme como se debe. Aunque para mi "sentarme bien" es estar con los pies arriba.
Me inclino para tomar la frazada y vuelvo a taparme.
-¿ahora que estamos viendo?- pregunto entre bostezos mientras comienzo a tallar mis ojos.

Luego de un rato viendo, me levanté a tomar algo del frigobar. No me di cuenta y pasaron unos dos episodios de cuarenta minutos, el tiempo pasa realmente rápido, y lo mejor sería ir a despertar a Dima pero creo que le daré el privilegio de dormir todo el día ya que hoy no debe ir a la universidad.
Tome un té frío y una barra de cereal de la barra de golosinas, y regresé a mi sitio. El chico parece cansado, insisto en que sería mejor si descansa en una de las habitaciones pero… bueno, supongo que tiene todo el día libre también.

-¿Uhm? -no escuché lo que dijo y me giré a verlo, ¿no le dolerá el cuello por la posición en que se encuentra?- tiene bastante que terminó -digo un poquito molesta, aunque en realidad no me importa el haberla terminado por mi cuenta- sí, fue muy entretenida-no entre en detalles porque tampoco me pareció espectacular, pero al menos me hizo sorprenderme un par de veces y no quedé dormido como él- más o menos -digo viendo cómo se estira de manera tan desaliñada. Supongo que al estar rodeado de chicas se comporta diferente, ¿verdad? o tal vez no y por eso no he sabido de alguna novia. Bueno, además y soy algo así como su mamá, supongo que por eso se comporta tan descuidado y natural- una serie pero... ¿seguro que no quieres seguir durmiendo? -llevo a mi boca la barra de cereal y mastico un poco rápido- no me refiero a que me moleste que la veas conmigo, pero parece que te levantaste muy temprano, ¿no estás muy cansado? -tomo un trago de té y le ofrezco de mi barrita de cereal, aunque no sé si es el tipo de golosina que le gusta.

Regreso mi vista a la pantalla y suelto algunas risas por los comentarios del programa.
-Dime, Lu, ¿Dima discutió muy feo con Andy esta vez? -él sabe la situación que hay entre ellos, aunque no sé qué tanto, pero al menos la parte en que Dima es un poco cruel con su hermano .No, probablemente él sepa la razón que a mí no quiere decirme, y sin embargo, ¿por qué no he intentado averiguarla? Tal vez tengo miedo que él sepa todo lo que pasa con su padre, no sabría cómo ayudarlo a entender, porque ni siquiera yo comprendo muchas cosas de Mitya- sabes, antes Dima era muy grosero con Andy, y siempre ponía su cara de mal humor frente a él. Me convencí que era su forma de quererlo o mantener una relación con él pero… últimamente ellos no se hablan para nada. Ahora Andy también hace como si Dima no estuviera frente a él -solté un suspiro desganada, la situación entre ellos era tan tensa siempre que nos fuimos acostumbrando pero… ahora no se miran para nada. No entiendo qué debería hacer para que resuelvan sus asuntos. ¿De verdad debo yo hacer algo?

-No, ya dormí suficiente- digo terminando mis palabras con un enorme bostezo.

Muevo mis pupilas para mirarla de reojo cuando pregunta por esos dos, no he aceptado lo que me ofreció para morder por el tema que ha iniciado. Me pone en una posición un poco complicada, porque a ella le diría hasta que ahora me baño, pero esos dos, son mis amigos, y hay cierto código de honor entre amigos. O al menos eso creo. Así que siempre tengo que hablar sin realmente hablar mucho de ello, y para mi eso es algo complicado, soy muy hablador. Aunque al menos esta vez tengo algo de ventaja, porque realmente no se que ha pasado, solo he notado que el comportamiento de ellos ha cambiado.
-Creo que si- comento algo serio, son mis amigos y me preocupan, sobre todo por la manera en que Dima lo evita. Antes, era como obligatorio contestar con agresión, ¿pero que ambos se ignoren de esa manera? creo que nos desconcierta a todos.
-No se que ha pasado, aunque me preocupa un poco. Me desconcierta, que Dima en lugar de seguir agrediendo a Andy solo lo ignore. Y bueno... por lo general el siempre llega a quejarse conmigo luego de una pelea, pero esta vez no me ha dicho nada, no se ha quejado de nada y no se que pasa. Andy no suele contarme sobre esas cosas, es mas reservado, y no se si sea bueno preguntarles. Dima podría golpearme y Andy pues tal vez no me dirá nada- me estiré hacia ella, para morder un poco de la barrita que me ofreció antes, nuestras caras están tan cerca y yo solo sonrío ampliamente mientras mastico -esto no es tan rico como las papitas, pero no esta mal- regreso de golpe a mi lugar, comportarme normal con ella es un poco complicado, hago cosas que haría con cualquiera, pero cuando me doy cuenta no puedo evitar ponerme nervioso, mi corazón ha golpeado fuerte en mi pecho, pero al menos estoy acostumbrado a actuar con naturalidad frente a ella, sería muy incomodo no hacerlo porque entonces hasta mis amigos notarían me pequeño enamoramiento con su madre, eso si que sería incomodo para todos. Aprecio a todos demasiado como para arruinarlo por algo que sé imposible.
-tal vez solo necesitan tiempo y regresaran a la rutina- recreo al tema anterior, tratando de que se sienta mas tranquila sobre el tema, pero es la madre de esos dos, así que creo que siempre estará preocupada por ellos.

Solté un largo suspiro por su respuesta incompleta, supongo que no podría venir y decirme lo que Dima piensa realmente, aunque siento que él, siendo un chico tan honesto, tal vez me daría algunas pistas.
Pero para mi sorpresa él realmente no sabe nada. Y es que muy mal el que nos hayamos acostumbrado a sus peleas y berrinches de ellos, pero de alguna forma manteníamos la paz en esta casa. Si salíamos los cuatro, Dima se comportaba y Andy incluso le hablaba de vez en cuando. Pero ahora no hay nada. No se mira, mucho menos se saludan. Eso me está preocupando, son demasiados años ya los que ellos tienen esa actitud áspera y ninguno de los dos quiere decirme qué sucede.
-Es extraño, a mi no me ha querido decir nada tampoco, “es como siempre” fue lo único que me respondió. Y tienes razón, Andy siempre es de los que dicen que todo está bien cuando realmente no es así. Creo que soy un poco inútil como su madre, ni siquiera puedo hacer que se lleven bien -deje que mordiera la barra de cereal y desvié la mirada cuando sonrió. Se ha convertido en un adulto, a veces olvido que él es mayor que mis dos chicos. Pero es que se comporta casi siempre como un niño que lo siento como si fuera el más pequeño.

Eché la espalda hacia atrás y la vista al techo, el sonido de la serie sigue de fondo pero ya no tengo mucho ánimo de seguir viéndola.
-Tiempo… ¿sabes cuánto tiempo ha pasado ya? -las cosas van en retroceso, y Mitya ni siquiera se involucra en el problema, él cada vez está más lejos también- no quiero que regresen a esa rutina donde se la pasan peleando, quiero que vuelvan a llevarse bien como antes… ¿qué fue lo que pasó, Lu? -me enderezo para verlo y esperar que me dé una respuesta, pero comprendo que de ser tan sencillo, Dima lo hubiera hablado conmigo- no, olvídalo, supongo que ellos no te dicen nada tampoco -y de saberlo, de ser eso que tanto temo, no quiero escucharlo de él. Que sepa la clase de cosas que suceden en esta casa, me aterra- ya no sé qué hacer. Simplemente quiero que vivan felices y tranquilos, pero se niegan a hacerlo. Soy su madre, es imposible no notar que aunque se llevan tan mal, aún se quieren… estos niños idiotas -mi único consuelo es que ambos confían en él, y él es un apoyo importante para ellos. Aunque a veces siento que debe cargar demasiado.