De nuevo -Luciel-

Decidí tomarme el día libre para ir de compras antes de la reunión con mis amigos. Desde que vivo sola con Ilya, este tipo de cosas ya no las hago por rutina o costumbre, sino cuando siento de ganas de cambiar el guardarropa para lucir más hermosa y libre. Me he sentido bien en mi relación con Nobu, incluso mi relación con los chicos ha mejorado gradualmente. A Mitya lo he visto muy poco desde el divorcio, me preocupa cómo se pueda sentir, pero por lo que dicen algunos de nuestros conocidos en común, parece que le va bien.

Elegí el vestuario de esta noche y conduje a casa para darme una ducha y arreglarme, también compré un regalo para Amalia, pues es a ella a quien le celebraremos. Me preguntaba si no éramos demasiado viejos para hacer un cumpleaños sorpresa, pero el resto se ve emocionado y yo adopté ese humor luego de verlos.
-Ilya, llegaré tarde, ¿te quedarás en casa hoy? -le dejé un beso en la frente al pequeño y cogí mi bolso para subir al coche. Quedamos de vernos en un café bar que yo no he visitado nunca, y aunque me siento un poco nerviosa, también estoy expectante a lo que pueda ocurrir
Al llegar no tardé en localizar a mis amigos, en la mesa también están algunos de sus compañeros de trabajo, y aunque no los conozco, el ambiente se siente cómodo y agradable.
-¿Le harán llegar sola? -tengo entendido que no tiene novio, pero al parecer uno de sus empleados se hará cargo de traerla.
Tomamos una copa mientras esperamos, y cuando recibimos el mensaje de la que persona que viene con ella, nos preparamos para recibirla. Ella entró con los ojos tapados y sonreí al pensar lo tierno que era ese gesto, pero apenas lo vi, mi sonrisa se desmoronó al instante.
-Luciel… -pronuncié su nombre en un susurro. Todos empezaron a felicitar entre bulla y sonrisas, y aunque tardé unos segundos en reponerme, finalmente me acerqué a ella para darle el obsequio- feliz cumpleaños, cariño -la abracé y luego me di la vuelta para acomodarme en la mesa. He desviado la mirada, pretendía ignorar el hecho de que él está aquí, pero Amalia ha decidido presentarlo a cada uno de los que no trabajamos con ella.

Dasha:

Hoy es la fiesta de cumpleaños de mi Amalia, ¿es raro que llame a mi jefa por su nombre? ella ha insistido, la verdad es que cada vez coquetea más conmigo, creo que la gente de la oficina ya se ha dado cuenta porque hasta nos hacen bromas sobre que nos vemos bien juntos y a veces se refieren a nosotros como pareja. Es raro para mi esta clase de cosas, pero más aun que no he evitado que pase, no he puesto un freno, ¿eso me vuelve mala persona? la verdad es que no lo sé, pero se siente bien ser del interés de alguien. Quiero decir al crecer entre Dima y Andy, yo era el cero a la izquierda, creo que tener esta clase de situaciones me siento abrumado y emocionado. Creo que mi adolescente inseguro se siente feliz de ver que esto puede pasarme.

Todos en la oficina se han ido poco a poco, solo quedamos ella y yo, porque la he retrasado con un informe, ella lo tienen que mandar a alguien en las oficinas de la india antes de irse.
-Siento la demora- le digo cuando le he mandado el correo a su mail y me he asomado a su oficina -Oye, se que es algo tarde, pero ¿quieres ir a tomar algo?- ella levanta su mirada como si no pudiera creer que la acabo de invitar.
-Claro- dice ella con una sonrisa, es bastante guapa.
Ahora que vivo como un adulto, he comprado un auto con los ahorros que tenía. Así que como un caballero le abro la puerta del copiloto-
-Hay un lugar que me gusta- digo antes de que a ella se le ocurra sugerir algún lugar.
Llevo la platica a cosas del trabajo, digo la invité a tomar algo pero no quiero que de pie a algo más, así que así me escudo un poco.
Bajamos del auto y me adelanto para abrir la puerta del lugar, ella entra y todos la sorprenden y si ella parece sorprendida, me mira y siento algo de reproche en su mirada.
-Felicidades - le digo haciendo un guiño y me alejo un poco para ir a la mesa de donde están los de la oficina. Hay más gente, entre ellas sus amigas y veo esa cabellera rubia -Dash- digo con sorpresa, aunque solo me escuchan los de la mesa -no nada, lo siento- digo ante un par de miradas en la mesa.
Solo verla y mi corazón dio un vuelco y mi estomago se estrujo de los nervios ¿en serio aun me hace sentir así? Finjo que no la he visto y solo comienzo a convivir con mis compañeros.

Luciel:

Por un momento creí que él vendría a saludarme pero fue solo mi imaginación, o tal vez el anhelo de que eso sucediera. Después de todo él se acomodó en la otra mesa donde pienso se sentaron sus compañeros, mientras yo estoy al lado de la gente que conozco.
Ordenamos aperitivos y varias bebidas con alcohol, me propuse no tomar ya que debo conducir de vuelta, pero ahora, como si fuese yo una adolescente, he sentido las ganas de hacerlo.
Uno de nuestros amigos pregunta a la cumpleañera sobre el apuesto chico que lo acompaña, y puedo notar cómo ella sonríe de una manera como si… como si él le gustara. Y vaya, ella sí que ha insinuado eso sin ninguna pena, los demás solo ríen divertidos mientras yo trato de hacer lo mismo.
-En serio no va a hablarme -hablé por lo bajo y luego de que nos llevaron la orden a ambas mesas, comenzamos a convivir. Pero siento como si lo hiciera tan superficialmente, no puedo dejar de sentir que lo tengo cerca, y diablos, esa indiferencia realmente duele- disculpen -tomé un trago y tomé mi copa, me levanté y me acerqué a él para tocar ligeramente su hombro- hola -estoy sonriendo normalmente, ¿cierto?- no esperaba verte aquí, ¿cómo has estado? -saludé al resto de su mesa con el mismo entusiasmo, sigo de pie y siento la mirada de amalia en mí- ¿no sería mejor juntar las mesas? Es algo raro estar… separados -la propuesta la hice para todos, el resto estuvo de acuerdo pero pude notar un par de miradas acusadoras sobre mí.
Me alejé un momento hacia mi amiga, ni siquiera debería aclararlo pero supongo que la culpa me carcome.
-Es un amigo de los chicos, no creí que trabajara para ti -no permanecí mucho tiempo a su lado para no extender el tema, y me senté frente a Luciel.

En la mesa hacemos un poco de escándalo, pero así es como suelo actuar en las reuniones, todos ya están acostumbrados a que soy algo ruidoso y bromista, y ahora hasta me siguen el juego, lo cual es bueno para que no me le quede viendo a Dash.
Siento un toque en mi hombro y me giro solo para dar con ella. Diablos ¿por que tiene que verse tan bien?
-Ey, Dash Dash, yo bien ¿y tú?- me levanto y le doy un abrazo. ¡Demonios! huele tan bien.
Ella dice lo de juntar las mesas y Amelia dice que está bien, que le agrada la idea, así que las juntamos y Amalia me llama.
-Ven siéntate con la cumpleañera- dice y mis compañeros me empujan entre burlas y juegos diciendo que deberíamos estar sentados juntos.
-Bien, bien, ya voy- digo caminando y sentándome junto a ella. Me siento un poco raro cuando ella comienza a darme de comer en la boca y los del trabajo molestan para que bebamos una bebida entrelazando nuestros brazos. Yo sigo el juego, no quiero parecer nervioso o incomodo por la mirada de Dasha.
Al final me han obligado un poco a tomar, saben que no me gusta, pero hoy Amelia parece algo insistente, luego de un rato me siento mareado, creo que necesito un poco de aire y espacio. Voy al baño y mojo un poco mi cara, al regresar todo parece se volvió un poco un caos, veo dos lugares, junto a Amalia y otro junto a Dash. Evitar a Dash significa que me harán seguir tomando, estar junto a Amaría no va a terminar bien si seguimos así.
-Me sentaré un rato aquí- digo a Dasha cuando me siento a su lado -te ves bien- ¿en serio eso es lo primero que se me ocurre decir? con Amalia no me pongo nervioso, puedo controlar bastante bien la situación pero con Dash me convierto en el adolescente de hace años.

Su saludo es cariñoso como siempre, pero en cuanto yo marco distancia él no hace nada para volver a estar cerca. No pude estar junto a él, porque… ¿para qué? Obviamente le soy indiferente ahora. Y la noche no podría tornarse más incómoa para mí, aunque intento platicar con uno de mis amigos, es inevitable notar el ajetreo que hacen por ellos dos y lo que parece ser una broma sobre ellos teniendo un romance. ¿Acaso terminó con su novia? Estoy molesta ahora por algo que no deería, ¿en verdad es que ahora sale con ella? De repente es inevitable mirarlos y el cómo se comportan cariñosos el uno con el otro, incluso le hacen tomar cuando él ni siquiera es tolerante al alcohol. Pero no puedo meterme, no tengo una excusa de peso para hacerlo.

Lo miro levantarse y por un momento mi mirada se cruza con Amalia. ¿Qué haré si ellos de verdad salen o se gustan? ¿Ella sabe que Luciel antes sentía algo por mí? Desvío la mirada y continuo charlando como si nada, pero en mi cabeza las dudas están dando vueltas.
-Ah, sí, adelante -sonreí a pesar de estar confundida- gracias, tú también -mi corazón late muy rápido, siento que el poco alcohol ha subido a mi cabeza. Afortunadamente no tomé más de dos copas, pero parece que él sí lo ha hecho- ¿te encuentras bien? No deberías tomar tan rápido, no eres muy bueno con ello -lo miré preocupada, pero luego sonreí- ha sido un tiempo, me alegra verte -trato de ser discreta al interactuar con él, ¿pero por qué? No es nada malo, nos conocemos hace años y… qué tontería, es obvio por qué me siento culpable- me ignoraste a propósito hace un rato, ¿cierto? -mi cara arde por haber preguntado algo estúpido, ¿qué pasa si dice que sí?

Que incómoodooooo, tal vez no debí sentarme con ella, es raro ¿no? si, creo que es raro, no debería. Es la madre de mis amigos… o ex amigos, no lo sé, debería tratarla solo como eso, aunque nunca la he tratado de esa manera ¿cierto?
Recuerdo que cuando era amigo de Dima y Andy pensaba que tenía que comportarme porque bueno son mis amigos, pero ahora que no lo somos, que si me llegan a odiar no creo que vaya a morir… ay no ¿pero que estoy pensando?
-Lo sé, pero a ellos les encanta molestarme de esa manera. Y he mejorado un poco, tolero como una cerveza más que antes- comentó con orgullo, pero sigue siendo muy poco lo que realmente aguanto -cierto, cierto, ha sido algo de tiempo. A mi también- contesto con una sonrisa, aunque creo que siento la mirada de Amalia sobre mi, pero no quiero encontrarme con su mirada de reproche, no, no quiero.
-¿Qué? ¿yo? nooo- comienzo a decir pero creo como siempre, con ella, con lo nervioso que me pone, fracaso en mi intento -Vaaaale, si, lo hice- confieso de inmediato al sentirme atrapado -No sabía como saludarte, la ultima vez que nos vimos fue en ya sabes, aquella fiesta fatal- si donde me di cuenta la poca importancia que tenía para esa familia, a tal grado que ni siquiera han intentando buscarme.
¡Si si, se que estaban pasando un momento difícil! que estoy siendo egoísta, pero es lo que necesito para poder estar lejos de ellos, porque sino, regresaré a ser el idiota que usando y tiran a su antojo.
-lo siento… me disculpo por haberla ignorado -Me enteré de tu divorcio, ¿todo bien?- seguro sigue con el hombre maravilla… diablos ahora siento que preferiría la impertinencia de Amalia a lo raro que se siente todo esto -¡Deberíamos jugar algo! aunque no sé que- digo de repente atrayendo la atención de la gente en la mesa.

La conversación se siente forzada, pensé que no quería hablar más conmigo ya que al llegar ni siquiera me saludó, y desde lo que ocurrió ese día no ha contactado más con nadie de la familia. ¿Entonces para qué se movió aquí? Puede ser por la clase de bromas que le hicieron respecto a ese supuesto romance, debe ser incómodo para él ya que difícilmente se negará…
-Es bueno que se lleven bien -más que bien, diría yo. ¿Es que estoy celosa? Ha sido muy incómodo todo este rato, y no tiene caso mentirme excusando con algo más- sí, bastante -no sé cómo me siento con esto, es obvio que a mi amiga no le agrada que se sentara conmigo, probablemente piense que estoy siendo demasiado… ¿Qué estoy pensando? De nuevo comienzo a comportarme como la vieja yo.

Lo miré cuando dijo que no, tal vez hable en serio y fue mi imaginación, pero… no, él lo hacía, como pensé realmente le hicimos pasar un mal rato.
-Ah… sí, está bien, no te culpo -una persona incluso hubiese comenzado a esparcir rumores, pero él no, Luciel solo se alejó sin la intención de dañarnos; creo que fue una decisión muy madura- ¿cómo? No, si quien debería disculparse soy yo -suspiré- todo eso debió ser un shock para ti, lamento que vieras ese lado tan horrible de nuestra familia -de por sí nosotros no fuimos una familia ejemplar, pero incluso con él tratamos de mantener todo al marge, pero ese día todo explotó- bueno… sí, no va tan mal como imaginé -sonreí, aunque ha sido un proceso complicado, creo que lo he hecho mejor gracias a Nobu, de no ser por él me habría arrepentido a mitad del proceso simplemente por sentirme culpable.
Me sorprendió ver que de nuevo desviaba la conversación a algo más y miré al resto que parecía entusiasmado, ¿está tan ebrio o está fingiendo? En verdad tiene que estar incómodo conmigo, tal vez debería irme, pero… no puedo, si lo dejo aquí no terminará bien. No es mi responsabilidad y creo que él no espera que lo cuide, de hecho podría hasta molestarlo. Solo son mis deseos egoístas de permanecer aquí.
-Creo que estás ebrio -me incliné a él para tomarlo del brazo, fue un movimiento involuntario. Pero escuchar el ruidoso sonido de una silla y luego ver a Amalia acercarse, me hizo soltarlo. Esto se está poniendo cada vez más tenso- ah, él no es muy tolerante al alcohol, no es buena idea hacerlo beber tanto -ella se le pegó tan pronto como se acercó a nosotros, traía el alcohol en la mano así que me anticipé a que le ofreciera más de beber.

Solo me encojo de hombros cuando dice lo de su familia.
-No es como que realmente me sorprendiera, los conozco casi desde que tengo memoria, ¿crees que soy tan ciego? - comento insinuando que en realidad no me sorprendió realmente lo que pasaba. Dima y Andy no son las personas más discretas del mundo, sus comportamientos en familia delataban tantas cosas que no es como si realmente me sorprendiera de sus oscuros secretos, supongo que en el fondo sabía lo que pasaba -me alegro por ti- en realidad lo hago, por fin se ha liberado de ese hombre. La verdad yo solo podía pensar que estaba demasiado enamorada de él, porque él realmente no era muy demostrativo en cuanto afecto se trataba, menos con ella, a veces parecía que solo la ignoraba en la casa, como dos desconocidos en la misma casa.

Mi sugerencia de jugar algo parece que gusta, Amalia se ha levantado y se acerca a nosotros, con una botella en la mano. Pero Dash no parece muy a favor de ello.
-Tranquila Dash, aunque no lo creas ya no soy un niño- le comento para que no se tenga que preocupar de si tomo mucho o no.
El juego, consiste en que amalia deja caer la bebida en nuestras bocas, quien más segundos aguante gana, y el perdedor tiene que beber el doble de lo que el ganador aguantó.
Así que empezamos, me esfuerzo para tomar lo más que puedo, y aguanto el conteo hasta seis, y por fortuna no soy el perdedor quien, aguanta menos es una chica del trabajo.

El lugar se siente muy ruidoso, todos ya estamos algo tomados, y platicamos con la voz algo elevada. Amalia ha conseguido sentarse junto a mi y ahora estoy entre ella y Dash. Amala prácticamente está colgada de mi brazo. Yo ya estoy bastante mareado como para preocuparme en hacer que me suelte. Bromeamos bastante sobre cosas del trabajo y sobre algunas tonterías.
Amalia se levanta para ir al baño pero al hacerlo se acerca a mi cuelo y deja un beso en él que me pone la piel de gallina y yo solo río nervioso.
Miro de reojo a Dash, no parece muy cómoda. Me acercó a ella para hablarle al oido
-No pongas esa cara o voy a pensar que estas celosa- le digo con voz baja aunque tal vez un poco provocativa.

Me quedé callada, obviamente él no es ningún tonto, pero si no le sorprende, ¿por qué se alejó? Me da miedo preguntarlo, creo que mejor me quedo con las dudas para mí y dejo de pensar en ello, no es como si las cosas fueran  a cambiar por hablarlo. Él era tan apegado a todos y de repente desapareció, así que supongo su decisión no cambiará.
-Sí, es verdad -me siento avergonzada, pero él no habla como si nos juzgara, o eso quiero creer yo.

No sé si el que no comprenda por qué no deseo que tome es bueno o malo, es obvio que no es un niño, así como también las intenciones de ella al hacerle beber tanto.
-Eso es obvio -estoy un poco molesta porque al final ha hecho lo que ella quiere, me siento estúpida por tener celos y trato de relajarme. ¡Pero es imposible! Ella se ha sentado a su lado y no para de coquetear y repegarse, y aunque procuro fingir sonrisas y bromas entre los demás, en cuanto ella hace cosas tan íntimas con él es inevitable mirarlos con cierto rechazo.
El juego tampoco es mucho de mi agrado, creo que si no fuera por la situación estaría entusiasmada por hacer cosas que antes no me atrevería, pero esta ocasión no es la vergüenza lo que me detiene, y pienso lo desagradable que debo parecer ya que ella es mi amiga y prácticamente estoy interfiriendo con su ligue. Además al ser mi turno ella ha sido descuidada y terminó manchando mi ropa con la excusa de su estado de ebriedad, pero al menos no fui la perdedora.
Me siento mareada y pienso en cómo le haré para salir de aquí, tal vez debería llamar a uno de los chicos, pero… no, podría ponerse peor si ellos me ven así y además encuentran a Luciel.
-¿Qué? -sentí un escalofrío al sentir su aliento cerca de mí, pero no puse distancia- tal vez lo esté -no lo estoy mirando, y siento la cara arder- conmigo siempre fuiste tímido y cuidadoso, pero con ella incluso te dejas besar, eh -solté una risita nerviosa, debe ser el alcohol el que me da valor de soltar todas esas cosas.

¿QUÉ?.. Ok yo no esperaba que ella fuera a decir que tal vez lo está, pensé que se reiría y diría algo como que solo intenta cuidar de mi, con ese comportamiento de madre que pues suele usar conmigo, pero no.
He sentido un ligero calor recorrer mi cuerpo, y no, no se trata del alcohol, sino de pensar que ella pueda estar celosa. ¿En realidad me ve como un hombre y no solo como el tonto amigo de sus hijos? debo admitirlo, la idea me entusiasma de una manera poco prudente.
-Bueno, tú nunca intentaste besarme - le contesto en un tono que suena a complicidad.
Si, sé que estoy algo tomado, pero tengo la certeza de que lo que digo no solo se trata de que esté tomado. Bueno tal vez eso me ha dado algo de valor, pero solo deseo seguir con esto.
Tal vez solo soy una mala persona pero ella es Dash, mi primer amor, la mujer que siempre he tenido en un pedestal, la persona más inalcanzable por tantas cosas. Pero ahora solo deseo llegar a ella. ¿Que me odiaran sus hijos? bueno, he aprendido a vivir sin ellos. ¿Que es una mujer divorciada? tampoco me importa, aun si mi familia lo viera como algo malo. ¿Qué es mayor que yo? es un prejuicio a mi jamás me ha importado.
Amelia ha regresado y se vuelve a sentar junto a mi, vuelve a rodear mi brazo con el suyo y con su otra mano libre comienza a jugar con mi cabello. Yo me inclino un poco hacia Dash para volver a hablarle cerca del oído.
-Te besaría ahora mismo, si tuviera la oportunidad- le confieso ignorando un poco de lo que Amalia hace para intentar ¿seducirme?

Me he quedado viendo la mesa, no podría mirarlo a los ojos ahora porque de la vergüenza seguramente me disculparía. Y probablemente debería hacerlo, pero no quiero y en pensar si es adecuado o no, él ya ha hablado.
-¿Entonces solo tengo que hacerlo? -mi pecho se siente caliente, esa sensación que pocas veces he sentido y que casualmente con él no es la primera vez. Pero todo este coqueteo extraño se corta gracias a que a Amelia ha llegado a la mesa y no tarda nada en volver con ese jugueteo molesto. Llevé la bebida a mi boca pero no tomé nada, tengo que controlarme y evitar hacer una tontería, estoy pensando solo en mí y actuando estúpido en el cumpleaños de mi amiga, la cuál… evidentemente siente algo por él.

-¿qué? -hablé un poco fuerte y atraje la mirada de más de uno- ¿te sientes mal? Cielos -no sé si mi voz sale con seguridad, pero me he levantado y he tomado su brazo- por eso te dije que controlaras tu consumo -mi cara arde mucho, los presentes nos están mirando y alguien pregunta por qué me preocupo tanto por él, que solo es alcohol y de un mareo no pasará- ah, bueno… es amigo de nuestra familia -no he soltado su brazo y ella tampoco, ¿ni siquiera en esta situación lo hará? Es obvio que él no se siente muy cómodo con lo invasiva que está siendo… ¿pero está bien hacer esto? Pareciera que estoy buscando la manera de estar a solas con él solo porque dijo algo que me hizo poner ansiosa.

Su pregunta me hace sonreír de medio lado, y solo me doy cuenta lo mucho que he cambiado en todos estos meses que me alejé de ella y de sus hijos. Desde que; por decirlo de alguna manera, desde que salí al mundo. Terminar la carrera y comenzar a trabajar, independizarme por completo de mi familia, además de descubrir que mi padre está orgulloso de mi por labrar mi propio camino y no atenerme a el negocio familiar como mis hermanos. Nunca pensé que algo así podría pasar, pero ha ocurrido.
-¿Pero lo harás?- este jugueteo es algo extraño, digo, Amelia lo hace conmigo, pero yo no le correspondo, y con Hana, pues no tenemos este tipo de interacciones.

Muerdo mi labio para evitar reír por la manera en que ella ha reaccionado.
-¿Qué?- cuestiono un poco confundido cuando toma mi brazo, y pregunta si me siento mal y comienza a explicar porque se preocupa tanto por mi. Me levanto al igual que ella -Creo que tienes razón, tal vez solo necesite un poco de aire- cubro mi boca con mi puño como si fuera a vomitar, cosa que hizo que Amelia no decidiera pelear con la idea de llevarme ella a tomar un poco de aire.
Comienzo a caminar con Dash, camino tambaleándome un poco, solo para agregar un poco de dramatismo al asunto, digo, si estoy mareado pero no tanto, realmente he mejorado un poco en mi tolerancia.
-¿Me vas a regañar por lo que te dije?- pregunto cuando nos hemos alejado a penas un par de metros de la mesa.

¿En verdad es el Luciel que conozco? Me sorprende que ahora pueda decirme esas cosas, él siempre fue reservado conmigo y este cambio tan drástico me hace sentir extraña. Pero no soy indiferente a él, no estoy segura de qué tanto cambió y por qué, pero él me sigue atrayendo.
[color:97d4=cc9900]-Bueno… tal vez -no debería estar coqueteando e insinuando que haré esto o aquello con él, y normalmente todo se quedaría en palabras por tratarse de él, pero ya no estoy segura.

Lo miré para que siguiera el juego, si él lo niega entonces me quedaré sin opciones y tendría que salir corriendo por la vergüenza. Pero eso no sucede, aunque un poco lento pero comprendió que quería sacarlo de aquí bajo esa excusa… espera, ¿pero por qué hice eso? Ya no tengo más opción que hacerlo.
¿Regañarte?.. Eso pude hacerlo en la mesa --le ayudé a levantarse y supuestamente a caminar, el resto parece estar convencido de ello y  nos alejamos con éxito hacia la calle- has cambiado -estamos afuera ahora, estoy nerviosa y me cuesta mirarlo a los ojos, prácticamente parece que lo saqué para que tuviese la oportunidad de hacer lo que quiere- ¿lo que me dijiste… eso también es un juego? Porque parecías entretenido coqueteando con ella -está de más pensar en si tengo derecho o no a reclamar porque la respuesta es obvia, pero estando a solas las palabras solo salieron, al menos aquí si hago el ridículo, nadie podrá verlo o escuchar.

Ella no dice que si, pero el que no lo niegue creo que me da algo de expectativas sobre la posibilidad de que este jueguito vaya un poco en serio. Sé que siempre he sido prudente con ella, porque era una mujer casa y yo tengo novia. Y si Hana es maravillosa, pero no sé si ella sienta lo mismo sobre nosotros. A veces pienso que estamos juntos solo porque somos algo así como la zona de confort del otro.

Estaba por decir que no me siento mal, pero su mirada pareciera que mi pidiera que dijera que es verdad que he tomado de más; aunque si que lo he hecho un poco.
Caminamos hasta la calle, y solo me río cuando dice que podría regañarme en la mesa por eso.
-¿Y eso malo?- si, se que he cambiado, alejarme de ellos fue como una catarsis que me hizo comenzar a plantearme las cosas de manera diferente. De dejar de ser el bromista en todos lados para agradar a las personas. Aun soy un poco así, pero ya no intento hacer feliz a todo él mundo antes que a mi mismo.
-Pareces muy interesada en lo que sea que pase entre Amelia y yo- la miro de reojo sigue siendo hermosa y al estar separados del grupo de gente en el que estábamos me siento un poco nervioso -Oye…- me muevo para colocarme frente a ella -¿Recuerdas lo que te dije antes de que me sacaras del lugar?- supongo que en este preciso momento tengo esa oportunidad de besarla como comenté.
Siento todas las emociones en mi estomago, me siento completamente nervioso, pero hace tanto que no la veía que ahora siento como si todo los sentimientos que pensaba estaba superando, solo se desbordaran. Me muevo un poco para que mis labios lleguen a los de ella. No la beso de manera apasionada al comienzo por un pequeño miedo a que ella solo me vaya a empujar y a golpear por lo que acabo de hacer, pero mis labios se comienzan a mover sobre los de ella con algo de necesidad y siento como si mi pecho fuera a explotar.

No sé si es bueno o malo, ahora no tengo cabeza para pensar en lo correcto de todo esto porque definitivamente no es bueno que esté coqueteando si tengo novio.
-No lo sé -me siento nerviosa y confundida, a pesar de que he sido yo la que decidió acercarse, también comencé a decir cosas extrañas e incluso fue mi idea separarlo del resto, no sé qué quiero de él o de esto. O tal vez lo sé pero soy tan cobarde que no quiero admitirlo.
Solté una risa nerviosa y mordí mi labio, increíble que al tener privacidad él pueda decirme las cosas con más descaro. ¿Es el alcohol? Pero en este momento no luce precisamente ebrio, es decir… lo he visto más afectado antes y creo que está lo suficientemente consciente.
-Yo… solo pregunté… -ni siquiera se me ocurre alguna excusa decente para darle- ¿y qué si es el caso?

Fue un pequeño momento de silencio entre ambos antes de que él repitiera esa frase que nos puso en este punto. Todas mis dudas se congelaron en ese instante, no le di una respuesta pero mirarlo acercarse más que nerviosa me puso ansiosa. Cerré los ojos y el cosquilleo que se originó al contacto se extendió por todo mi cuerpo. Correspondí el beso de manera lenta, pero gradualmente cedí a ese ritmo apasionado. Me colgué de su cuello sin poner distancia, mi cuerpo al sentirse caliente buscó la manera de pegarse más a él. Es como si repentinamente todo lo que reprimi explotara, dejé de pensar en el lugar, las personas y todos esos factores que me impedían hacerlo. Desde que lo vi de nuevo mis emociones se descontrolaron y ahora no puedo pensar siquiera en alejarme.
Me separé despacio y lo miré, estoy deseando que las cosas vayan a otro nivel y en mi manera de mirarlo podría notarse.
-¿Es todo? -mi respiración es agitada- no me conformaré con esto. No quiero volver allí… ¿tú lo harás? -yo aún no sé qué pasará después, ni tampoco si sigue con su chica. Pero no me importa, no quiero arrepentirme de nuevo solo por quedar con la conciencia limpia si de igual forma estaré repitiendome lo idiota que soy por contenerme. Mala o no, eso ya no importa.