What a big mess [Karin

Recuerdo del primer mensaje :

Planeaba quedarme toda la noche viendo películas en mi departamento, en pijama, comiendo las hamburguesas que preparé para cenar y tomando un poco de cerveza. Los fines de semana salgo con Sora al cine u otros sitios, es muy tranquilizador para mí pasar tiempo con ella, pero esta semana estuvo muy ocupada y tenía que asistir a un evento de dos días. Así es su trabajo, pero al ser dos adultos conscientes de sus responsabilidades, nos hemos adaptado muy bien a la rutina del otro. No esperaba que nuestra relación funcionara, todo empezó muy acelerado y creí que no encontraríamos algo bueno más allá del sexo. Aunque si lo pienso, mis relaciones siempre comenzaron de esa forma. Pero para mi sorpresa me siento increíble estando con ella. Es tranquila, linda, y además una mujer independiente. Y lo mejor es que tampoco dependo de ella ni emocionalmente. Entre la terapia, ella y mi trabajo, mi cabeza se siente poco a poco más estable.

-¿Ahora qué? -miro el celular y me estiro para alcanzar el control de la tv y pausar la película, es algo tarde para una llamada- ¿qué sucede? -Leigh y yo no somos mucho de llamarnos, es por mensajes que nos comunicamos y algunas salidas a tomar, a menos, claro, que surja alguna emergencia- ¿ahora? -me enderecé con pereza e hice una mueca, escuchando al otro lado las excusas bobas de mi amigo- bien, pero me debes una -no es que no pueda negarme- mándame la dirección por mensaje, no tengo donde anotar ahora -pero lo escucho feliz, y él también tuvo que soportar mis charlas de felicidad. Es un alivio que su relación vaya mejor, aunque fue bastante raro al principio porque no me esperaba que él se fuera a enamorar tanto de otro hombre, pero bueno, entiendo un poco cómo se siente.

Me levanté para ir a quitarme la pijama. Me puse un pantalón de mezclilla, una sudadera color vino y unos tenis.
-Dinero, llaves… -tomé lo que necesitaba y arrastrando los pies, salí a la banqueta a tomar un taxi. No es un lugar tan lejano, y después le cobraré el par de taxis en los que voy a gastar. No entiendo como esa niña sigue llamándolo después de que él no muestra nada de interés. Ah, bueno, no quiero hacer comparaciones tontas en mi cabeza, mejor la saco a prisa de ahí y la mando a su casa.

Diez años atrás ehh...- me río un poco por eso, ¿que clase de hombre era hace diez años y que fue lo que lo hizo cambiar? me siento un poco curiosa, pero apenas nos conocemos, creo que no puedo ser tan imprudente -lo veo un poco complicado porque entonces yo tendría ocho años así que... creo que lo nuestro no podrá ser ni ahora ni en el pasado- me encojo de hombros como con resignación -aunque seguro te conquistaría mi ternura de ese entonces y haría que me compraras algunos dulces- sonrío por la idea, habría sido agradable tener a un amigo en ese tiempo, una figura paterna que realmente se sintiera, no como la de mi padre.

Al menos acepta lo de compartir la cama, o eso parece. La verdad es que no es la gran cosa, solo dormir con alguien, pero la gente suele siempre implicar lo sexual. Yo realmente no le haré nada, estoy cansada, me duele la cara, y estoy aun demasiado ebria como para importarme demasiado tener sexo con un apuesto hombre que apenas conozco.
-venga solo ponte cómodo- le animo para que se acueste si quiere -duerme donde quieras, y no, nadie entrará, nada solo quitará el seguro para que yo salga cuando despierte- trato de sonar calmada pero no sé si realmente el me cree.
-Ian relájate- digo por su expresión mientras me acomodo en el lado que me toca. Lo miro apretando mis labios por su actitud, pienso en su jalarlo para que caiga en la cama, pero es demasiado grande dudo que pueda tomarlo por sorpresa para poder hacerlo.
-bueno si no quieres dormir no lo hagas, pero al menos apaga la luz- le pido mientras me acomodo.

Cuando estamos en la oscuridad me siento menos obligada a tener una sonrisa en mi rostro, incluso toco mi rostro por primera vez y suelto un pequeño quejido. No puedo conseguir dormir, me siento muy afectada por lo de hace rato, es verdad que soy buena cubriendo con sonrisas mi tristeza, pero la oscuridad me hace bajar las defensas. No se hace cuanto se a apagado la luz, pero imagino que el debe estar dormido.
-Mi papá engañó a su esposa con mi madre, por eso ella me odia, le recuerdo lo que mi padre le hizo ¿pero que derecho podría tener una bastarda? Trato de seguir sonriendo siempre, pero me siento tan cansada- mis ojos de nuevo se llenan de lágrimas y cubre mi rostro con mis manos para tratar de que mi llanto no lo vaya a despertar -ni siquiera mi padre me defiende cuando está presente, ni siquiera lo hago yo...- la única que me defiende es Kajsa, pero hace tiempo me he esforzado porque ella no vea este tipo de cosas, no quiero causar mas pena a esa mujer haciendo que su hija se ponga en su contra solo por mi.

La idea me pareció pues… bastante repugnante, ella sí que piensa en todas las posibilidades, pero aún así me estoy riendo.
-Okey… no, definitivamente no -sigo riendo por alguna razón, estoy más relajado que hace un momento y parece que ella también. Pero luego por su comentario vino a mi cabeza una imagen paterna. Prefería ese chiste malisimo, porque la paternidad es un tema que prefiero ni siquiera pensar, y siento ese desagrado por mi persona como cada vez que recuerdo- no me gustan los niños pequeños -intenté sonreír con la misma naturalidad de antes, hay cosas que a pesar del tiempo siguen causando el mismo efecto.

Me resigné y me quité los zapatos para poder meterme a la cama. Pero no es tan sencillo, además hace muchísimo que no duermo con alguien. He tenido sexo con Sora, pero nunca pasamos la noche entera juntos.
-De acuerdo -es casi estúpido como yo estoy más alterado por esto que ella. Es muy relajada, en verdad admiro que pueda tomar las cosas tan a la ligera, y eso no podría decir que es especialmente malo, pero no creo que sea bueno en todos los casos- eso hago, ¿ves? -me acomode en la cama y me sentí avergonzado, no puedo creer que con casi treinta años una chiquilla me esté intimidando, aunque no es tanto ella sino la situación, y también el miedo por lo que me pasó hace tiempo- dormiré, dormiré, no necesitas regañarme -sonreí y estiré mi mano para apagar la luz- buenas noches -me recosté con la vista hacia el techo. Cerré mis ojos intentando dormir pero los abrí poco después porque no es tan sencillo conciliar el sueño en una casa ajena. Es bastante amplia la cama, pero aún soy consciente de su presencia.
En mi cabeza pasaban un montón de pensamientos al azar que se despejaron cuando la escuché hablar. Desvié la mirada hacia donde ella está, pero no me he movido de mi sitio, y aunque quisiera no podría ver su expresión en esta oscuridad.
Ella solo fingía estar bien entonces, porque con el silencio de la habitación persivo ese tonot triste en su voz.

Me giré hacia su lado y me acurruque bajo las sábanas. Todavía hay una distancia considerable entre nosotros.
-No es tu culpa -no sé si lo que ahora siento por ella es lástima, pero comprendo esa sensación de soledad y no poder expresar lo que sientes por más que lo anheles, aunque obviamente yo no podía fingir sonrisas todo el tiempo. Ella es una chica mucho más fuerte- pero tienes que defenderte. Nadie lo hará por ti, las personas nos confiamos del bienestar que refleja el exterior -no soy cercano a ella, y no puedo prometerle que las cosas cambiarán porque seguramente todo va a permanecer igual. No soy un salvador, nadie allá afuera lo es- lo único que puedo hacer por ti ahora es escucharte -me senté en la cama y me moví más cerca de ella, y me volví a meter dentro de las sábanas- ven aquí -me acerque un poco más para poder abrazarla. Se siente tan pequeña ahora- llorar en compañía de alguien es mucho más confortante que la soledad. Puede que no cambie tu vida. No, no lo haré, pero ahora puedes decir esas cosas que callas con sonrisas -tal vez un poco me veo a mí mismo en ella, o tal vez yo hubiera deseado que alguien me cogiera en sus brazos y me dijera que todo estaría bien, que nada era mi culpa. Realmente lo es, ese pensamiento no cambiará porque los años lo han enterrado mucho más dentro de mí. Pero ella es solo una niña que su único error fue nacer en medio de un problema. Me siento triste, con facilidad viene a mí ese sentimiento de no querer saber nada y sumergirme de nuevo en la culpa y la soledad. Pero tengo un orgullo también muy grande y es el que ahora me permite darle consuelo- hoy no estás sola -un día, no importa mucha o poca diferencia que haga, es suficiente a veces para hacerte sentir un poquito más fuerte.

—Pues entonces no habrá dulces para Karin- comento solo para dejar de lado el tema, realmente no deben gustarle los niños como para que tenga que decírmelo solo por una broma que hice.

Molestarlo de esta manera es un poquito divertido, se que no solo es él. La mayoría de las personas reaccionarían de la manera en que el lo hace. Compartir cama se ve como un gesto muy intimo, pero para mi no es realmente importante, es como tener a alguien a tu lado en el subterráneo. ¿Por que la gente no se espanta cuando se duerme en algún transporte con alguien junto?
-Buenas noches- intento acomodarme de alguna manera en la cama, quisiera solo dormirme rápido, pero la verdad siempre me cuesta conciliar el sueño, más en días como este.

Los sollozos y mis palabras se detienen en cuanto lo escucho hablar.
-Lo siento pensé que estabas dormido- me siento tan apenada por esto. He intentando jugar a desahogarme al tenerlo aquí, pero realmente no quería que escuchara esto, no quiero que nadie lo escuche.
Muerdo mi labio para no decir nada, se que tengo que defenderme, pero no puedo ser tan egoísta, se lo mucho que ha sufrido cada una de las personas de esta familia. Aun si no tengo la culpa, no puedo ignorar lo que las otras personas sienten, yo no soy de esa manera.
-No, no hace falta- saber que me ha escuchado me hace sentir bastante incomoda y solo quiero fingir que no hace falta, pero de nuevo el me esta abrazando. Sus palabras no son esperanzadoras y aun así me siento reconfortada, no se si por lo queme ha dicho o solo por su abrazo. Aun así yo intento ser fuerte, pongo mi mano en su pecho para establecer un espacio entre nosotros, pero cuando dice que no estoy sola, al menos hoy no lo estoy, eso me hace sentir todo el cansancio. No me refiero a un cansancio físico, sino a uno mental.
Mi mano que estaba en su pecho para separarnos, se cierra estrujando su camisa y pego mi rostro a su pecho para ahogar mi llanto.
Tengo ganas de gritarle a ella que no tengo la culpa, que yo no pedí que las cosas fueran así que solo era una niña, gritar a papá, reclamarle por ser como es, tan débil y sumiso, ¿si amaba a mamá? Porque no la prefirió a ella. Si me ama a mi, ¿por que no me defiende aunque sea un poquito. Pero al final como todas las veces no puedo ni decirle frente a una persona ajena, solo se quedan en mi cabeza.
No me percato el momento en que me quedo dormida entre sus brazos, son bastante acogedores, ni siquiera quiero despertar cuando siento esa luz que golpea en mi rostro, solo quiero acurrucarme.

¿Cómo podría haber dormido tan rápido? Pero da igual ahora, decidí darle un poco de apoyo desde el momento en que hablé.
-No te preocupes -mi voz no tiene esa sensación de compromiso. Soy un adulto que a veces prefiere dar la razón con tal de no tener que estar discutiendo con los demás, pese a que vaya en contra de lo que creo, hay personas que simplemente no me interesa entrar en razón o apoyar. Pero hoy es diferente. No sé si por escuchar un fragmento de su historia, el ambiente o cómo me siento de repente. Y aunque ella intentó de nuevo no dar más problemas, hice caso omiso de sus palabras. No me siento especial para ella, sé que de haber actuado igual cualquiera hubiera servido, pero es importante que al menos una vez sepa que puede contar con alguien, aunque sea un momento muy corto.

La abracé un poco más fuerte cuando comenzó a llorar y mi mano continuó acariciando su cabello. No dije ninguna palabra más, no hace falta. Y me sentí triste por ella, pero también supe que, aunque en mi cabeza da vueltas con un montón de pensamientos sobre que esto no es correcto o que no servirá, me quedé allí quieto intentando darle un poco del alivio que tal vez necesita. No de mí, pero en esta habitación solo estamos nosotros dos.
En algún momento sus sollozos se hicieron más tenues hasta callar por completo, y yo me quedé allí pensando tantas cosas. No retire mis brazos, porque la sensación de abrazar a alguien mientras duermes es bastante acogedora, y aunque era yo quien trataba de transmitirle ese sentimiento de seguridad, me he robado un poco de la esencia y poco a poco me quedé dormido.

La luz comenzó a molestarme y de golpe abrí mis ojos para darme cuenta que seguía cómodamente durmiendo en una cama que no es la mía. Me senté en la cama poco después al notar que ella ya no estaba acostada a mi lado.
-Es muy tarde -le dije una vez que la vi de pie en la habitación. A prisa salí de la cama y me puse los zapatos, revisé mi celular y efectivamente era demasiado tarde, más de lo que planeaba quedarme- buenos días, ¿puedo usar tu baño? -me metí a prisa a lavarme la cara y enjuagarme la boca y arregle un poco mi cabello. Los recuerdos vienen a mi mente y tapé mi cara un poco avergonzado. Solté un largo suspiro y salí de nuevo donde ella, no tiene caso mencionar algo, porque no es como si la tuviera que ver nuevamente- gracias -me dijo que podía salir ahora, así que tomé las pocas cosas que tenía y le agradecí por lo que hizo por mí, aunque básicamente fui yo quien se vio arrastrado a esto, pero no lo pensé demasiado, yo solo quería irme antes de que alguien notara mi presencia- cuídate, Karin -le sonreí y alborote un poco su cabello, y salí de la habitación muy nervioso. Al dar unos pasos me topé con una señora, y ella solo me miró y suspiró, supongo que no es la misma de anoche. Bajé rápido y al llegar a la calle aceleré el paso hasta conseguir un taxi.