Suerte o castigo[Kajsa]

Recuerdo del primer mensaje :

Tengo poca ropa masculina comparada con la cantidad de vestidos y blusas hermosas que he comprado. En total, no lo sé, ¿cuatro pantalones? Y ese que compré el día que vi a Sora. No lo he usado de nuevo, tengo esa tonta idea que no quiero utilizarlo para tontear con alguien más. Es una idea suuper estúpida, porque de todas formas estaré coqueteando con alguien, y lo peor, ella tiene novio y cero interés en mí.
Solté un suspiro y salí de mi recámara para ir al cuarto de Ziba. Su ropa es muy rara, pero a veces yo suelo comprarle algunas prendas casuales, y en días como hoy tomo prestadas algunas. Agarré un pantalón azul y una camisa en tono más claro, y salí para cambiarme, se hace tarde.
-No me veo tan mal -no me gusta llevar las piernas cubiertas, creo que es lo que más me gusta de mi cuerpo. Pero a las mujeres le interesan los músculos y esas cosas. La ventaja es que los hombres japoneses son tan delgados como yo en su mayoría.
Tomé mis pertenencias y salí en dirección al karaoke en que acordamos vernos. Tengo un par de amigos que saben mi secretito, y cuando quiero divertirme ellos planean alguna salida con el montón de amigas que tienen. Lo mejor es que son gente muy variada. Desde chicas súper atrevidas, niñas ricas y recatadas. Incluso una vez estuve coqueteando con una chica que parecía muy callada, aunque no pasó nada al final. Pero hoy no tengo ganas de ir solo a socializar, por eso espero que luego de allí pueda irme con alguna niña bonita a algún lugar privado. Parezco un desesperado, pero es la única forma que tengo para poder saciar mis necesidades de hombre, porque vamos, absolutamente ninguna tiene interés en tener intimidad con un tipo que usa vestido.

Salí del subterráneo y caminé un par de cuadras hasta el karaoke. Es un sitio tranquilo y sus cabinas privadas son muy amplias. No tengo idea de quienes irán, la verdad no me importa mucho, no puedo ponerme exigente.
-Hey -saludé a uno de mis amigos que por suerte estaba afuera con una chica, una muy bonita. No perdí la oportunidad y fui especialmente atento con ella. Debería esperarme, pero parece que no le fui indiferente. Muchas veces las chicas piensan, aun cuando estoy vestido con ropa masculina, que soy gay. Por eso trato de ser lo más masculino posible. Es horrible, me pierdo totalmente pero al menos solo debe ser medio día o menos.
Entramos a la cabina donde estaban otras cuatro personas. Sí, la chica de afuera es la más bonita, supongo que ella será.

Ropa:

Kajsa es muy tierna y hermosa, no debería preocuparme por alguien a quien no le intereso teniendo frente a mí a una chica tan linda.
-Vamos, ¿sí? -hago un gesto inocente para intentar convencerla y espero que ella tire. Realmente deseo que atine, y que también cumpla con lo que le he pedido. Usualmente no soy tan caprichoso, pero es obvio que la presencia de Sora tiene poder sobre mis decisiones ahora, y sobretodo sobre mis pensamientos. Me siento mal a la vez por pensar en usar a Kajsa para que ella tenga celos, y además está lejos de suceder eso- ¡bien! -dije contento, y cuando ella se colgó de mí nuevamente la envolví con mis brazos. No esperaba que en verdad me besara, parece que está perdiendo un poco la pena. Sonreí y le di yo otro beso- eso es tu compensación -debe darme igual Sora y su novio, es obvio que yo no soy ni siquiera un amigo para ella. Y no podría, no tengo la intención de desearle felicidad junto a ese tipo, por eso creo que alejarme de ella es lo mejor.
Pero entre lo que pienso que está bien y lo que realmente hago, todavía hay una distancia grande.
-¿Te parece? -pues claro, incluso con ella hoy y aquel día fue así- me gusta conocer gente nueva -aunque ahora lo hubiera ignorado si fuera cualquier persona y no el novio de Sora, porque sí, puedo fácilmente hablar con alguien, pero tampoco voy por la vida saludando a extraños.

Cuando se acercó a mí abrí su botella y se la entregué. Es lindo cómo depende de mí para pequeñas cosas, no es diferente a cuando estoy como su amiga.
Él no contestó más, y yo no pienso volver a hablarle. Fue una tontería pedirle un juego juntos, pero las palabras salieron solas de mi boca. Además están todos cariñosos, qué incómodo, quiero irme.
-Ya casi terminamos el juego -abracé a Kajsa por detrás y le di un beso detrás de su oreja- ¿te estás divirtiendo? -no quiero verlos, me da una sensación muy desagradable en el pecho cada vez que se besan.

Mi expresión cambió al notar ese tono molesto en Sora. Ella es muy honesta conmigo cuando algo le enoja, pero ahora no pensé que fuera para tanto.
-Oh… no lo sabía, lo siento -tengo parte de responsabilidad por comenzar a interactuar con él. Supongo que fue incómodo para ella por el hecho de ser conocidos pero no cercanos. Tampoco imaginé que un simple comentario terminaría por ponerle de mal humor. Pero si lo dejo pasar y simplemente no le hago caso al chico será suficiente- ¿no? -me siento confundido, pero después, cuando menciona que esa persona solía gustarle, las cosas comienzan a tener sentido- ah… -sin embargo no sé qué pensar. ¿Cómo debería interpretar su enojo? Estoy celoso, por supuesto- claro que no -respondí algo molesto. ¿Cómo podría querer interactuar ahora? O más importante, dejar que ellos lo hagan. Soy bastante posesivo, pero con Sora todo ha sido muy tranquilo desde que comenzamos. La única vez que hablamos sobre él fue cuando nos conocimos, y después fue muy irrelevante, porque pensé que era un gustito que mi presencia había podido borrar. Y ahora no sé, mis pensamientos comienzan a ir en esa dirección inevitablemente. Y él, tan desagradable y cínico. No veo porqué molestar a Sora si viene con su chica, ¿o disfrutaba pasearle las chicas frente? Me molesta demasiado, y solo me giré a hacia la mesa para hacer mi tiro. Debo calmarme. A veces olvido que Sora es una mujer atractiva y ella no puede controlar las acciones de los demás. Si lo pienso detenidamente, ella no ha intentado hacer plática entre ellos o seguirle el juego.

-Perdón -de nuevo fui hacia ella y tomé su carita con mis manos- no me lo esperaba -sonreí intentando parecer tranquilo. Ella conoce esa parte de mí que es estable, maduro, y que difícilmente muestra demasiadas emociones negativas. Y comienzo a sentirme inseguro, porque vamos, ¿realmente puede aceptar mis malos ratos?- si lo hubiera sabido desde el inicio ten por seguro que ni la mirada le devolvía -me reí de nuevo, y le di un beso en los labios- pero tampoco había una razón para decirlo. Lamento que te haya incomodado -pero ahora he podido controlar mis impulsos. Solo me enfoco en sus ojos mientras le hablo y eso me ha ayudado a tranquilizarme. Tal vez sí he cambiado, o tal vez tengo demasiado miedo de perderla y por eso puedo actuar así- ¿quienes irte? Aunque no quiero darle el placer de vernos huir, pero hoy es nuestro día, hace mucho que no nos vemos y no quiero que alguien intente arruinarlo, por eso dejaré que decidas -esta vez le di un beso más prolongado. Quiero que esos sentimientos negativos se apaguen, dejar de pensar en el porqué de su molestia y darle el significado más sencillo- por ahora terminemos el juego, porque ya casi voy a la par contigo -le guiñé el ojo y suspiré, no puedo dejarme manipular por un niño, no de nuevo.

He sonreído y asentido débilmente, ni siquiera se si él lo ha notado. Cuando llegue a casa, definitivamente llamaré a Aine para contarle todo esto y obligaré a Karin a dormir conmigo. Ya la imagino haciendo todo un alboroto cuando le cuente todo esto.
-entonces me esforzaré por seguir haciéndolo bien- digo un poco bajito, pero la verdad es que esto me gusta. Me gusta como él me hace sentir y creo que por eso no me estoy metiendo a pensar en nada y solo me estoy dejando llevar.
-si, yo no tengo esa facilidad- en parte porque soy una persona demasiado selectiva, y en segunda porque estoy acostumbrada a que todo sea solamente superficial y suele ser todo aburrido.

Recibo mi botella con una sonrisa y doy un par de tragos para luego dejarla en su lugar. Me toma por sorpresa su abrazo y más aun ese beso que me hace estremecer. Desconozco tanto mi propio cuerpo que no sabía que esa zona pudiera hacerme sentir tanto.
-si, aunque yo nunca había hecho nada de esto, literalmente todo todo lo que hemos hecho hoy, yo jamás lo había hecho- él me sigue abrazando así que pongo mis manos sobre las suyas, observo a aquella pareja frente a nosotros, ella no parece importarle demostrar su afecto por su novio, aunque Salem no es mi novio, quiero poder ser un poco mas libre -me gustas mucho Salem- admito ahora que no estoy viendo su rostro, porque de frente se que moriría de la pena -y eso me asusta un poco, pero hoy no importa mucho- me giro entre sus brazos. Ya nos hemos besado varias veces, y solo quiero ser una persona mas segura en ese aspecto, así que rodeo su cuello y busco besarlo rápidamente y luego oculto mi rostro en su pecho mientras lo abrazo, su aroma es muy agradable, y familiar, ¿por que todo de él se siente tan familiar? no lo entiendo realmente pero me gusta sentirme tan a gusto con él.

Ian parece mas tenso de repente, siento como si decirle la verdad hubiera sido mala idea, no quiero que peleemos por culpa de Salem, pues él se ve de lo mas entretenido con esa chica que no sabe ni como abrir una botella, ¿en serio le gustas esa clase de chicas tan inútiles? está bien que es atractiva, pero realmente parece un poco… da igual.

Ian regresa con esa disculpa en sus labios, y solamente sonrío cuando toma mi rostro en sus manos. Las cosas que me dicen me hacen sentir bien, él es realmente la clase de persona que deseo a mi lado.
-Oye a mi me da igual si estamos en el mismo lugar que él, lo que me molesta es su actitud, por eso te dije la verdad. Por que no quiero que solo caigamos en un juego infantil, irnos o no irnos quiero que lo hagamos por nosotros y no por no darla él el placer de vernos huir o que nos afecte y por eso nos vamos- acepté su beso, y aun que suelo ser prudente con las demostraciones de afecto en público, pero creo que esta vez solo lo dejaré pasar, no es como que alguien de aquí vaya a ir a contar a mi abuela que me han visto.
-que engreído eres, así que te haré perder para luego poder consolarte- di un rápido beso a sus labios y baje para hacer mi tiro y ahora que estoy mas relajada y determinada a ignorar a ese par. Estoy tan decidida a ignorarlos que solo no me percato de lo cerca que estoy de ellos cuando me acomodo para hacer mi tiro, me siento más tranquila y relajada y hago un tiro perfecto -tienes que admitir que soy genial- digo con orgullo a mi novio -voy por más botana- le aviso a Ian cuando es su turno, le he dejado las cosas un poco complicadas, así que creo que se tomará un momento para pensar en como hará su tiro y yo me alejo para ir a ordenar.

-¿Eh? Pero si conmigo has hablado con facilidad -no realmente, pero fue más sencillo terminar juntos de lo que pensé. Kajsa es clase de persona que tiene mucha gente tras ella pero muy pocos amigos, por eso me siento afortunado porque hoy se haya abierto tan fácil conmigo. Me permite cosas que normalmente no hace, y eso me hace sentir también muy culpable.

Me quedé un rato abrazándola por la espalda esperando a que tirara, pero ha comenzado a decir algunas cosas que me pusieron un poco incómodo. Por una parte me alegra escuchar que está experimentando cosas por primera vez conmigo, pero estoy mintiéndole, eso no es nada bueno.
-Kajsa… -le quería decir algo, pero de nuevo ella dijo otra cosa que me puso todavía más preocupado. No fue una confesión, probablemente solo sea un gusto superficial al que se refiere, pero no quita el hecho de que me aprovecho de su inocente forma de pensar.
Me quedé por un momento sin palabras luego de que me besó y se pegó a mí, pero luego sonreí y la envolví en mis brazos.
-También me gustas mucho -dije bajito, y tomé su cara con mis manos para besarla- eres muy dulce, Kajsa -me gustan sus ojos, su cabello, su forma de ver tan simple las cosas y sus gestos al emberrincharse. Me gusta mucho, eso fue desde que la conocí, y me gustaría que fuera más de lo que me gusta Sora. Quiero disfrutar de esto sin preocuparme por la presencia de Sora, suficiente tengo con lo que le estoy ocultando, ¿entonces por qué aún así?- ¿quieres ir a otro lugar? -no sé qué pienso, en realidad mis ideas están tan mezcladas que solo abro la boca y luego me percato del tono que usé y lo que dije- podemos ir por un café o tal vez a caminar juntos -sí, esto puede que no se repita, no voy a perder mi tiempo pensando en ellos para luego arrepentirme.
Pude notar que Sora se alejó hacia la recepción, y abracé más fuerte a Kajsa para detener ese impulso por seguirla.

Ella tiene razón, a cualquiera le molestaría esa actitud de ahora. Y si ella sintiera algo por él creo que ni siquiera lo habría mencionado, y podría haber aceptado estar cerca suyo, pero en su lugar fue sincera conmigo. Me siento más tranquilo al escucharla hablar con franqueza y más relajada que hace un momento, yo también debería calmarme.
-Tienes razón -solté un suspiro- nada ganaremos al entrar en su juego. Bien, entonces continuemos, porque esa recompensa no vendrá por sí sola -acepté su beso y la vi tirar. Tiene esa postura segura y su tiro es perfecto. Pero me perdí viéndola a ella, su cuerpo inclinado y su mirada llena de seguridad. Es bastante sexy, me siento afortunado por haber ido a esa aburrida reunión aquel día- ¿y el engreído soy yo? -bromeé y me reí- claro, eres magnífica, por eso me sentiré mejor al ganarte -asentí con la cabeza cuando dijo que iría a ordenar. No quiero girarme a ver si el mocoso la sigue con su mirada, porque es casi imposible no fijarse en Sora, es muy hermosa. Mejor debería ver cómo le haré para salir de esta jugada sin arriesgar mis puntos- complicado -luego de un rato tomé mi taco y tiré, no salió fatal pero no obtuve nada, y solo dejé caer mis hombros mientras esperaba que ella regresara.
No pude evitar mirar a la mesa de junto ahora que me había sentado, tomando mi bebida y viendo discretamente. Si tiene una linda novia, ¿por qué tener esa actitud? Ah, tal vez es esa clase de chico que se siente dueño del mundo, yendo por chicas, saltando de sitio en sitio sin tomar responsabilidad de los sentimientos de otros.

Oh, no, estoy comenzando a juzgarlo. Bueno, no es como si fuera a decirle a alguien lo que pienso, simplemente me desagradó la idea de ellos juntos y le busco cualquier defecto al niño este.
Mi mirada dejó de ser discreta y me di cuenta cuando la chica me vio también, y no sé porqué en lugar de apartar la vista, le sonreí. Y sí, luego la aparté.

-si, y eso no es normal conmigo, pero no lo sé, me siento cómoda contigo- no se como explicar la manera tan diferente de como me he sentido con él y que por eso solo no me he cerrado de golpe para repelerlo como suelo hacer con los hombres que se me acercan.

Sonrío con esos nervios por la emoción cuando dice que soy muy dulce. Él es muy amable y cariñoso, y dice cosas que hacen que me sienta muy emocionada.
Cuando pregunta sobre ir a otro lugar regreso un poco a la realidad, y saco mi celular mientras el dice algo de un café o caminar. Yo noto un mensaje de mi madre que el chofer ya va de regreso por mi, que le dijo al lugar al que he ido y que debería regresar. Sé que para ella esa clase de lugares no son los que yo debería frecuentar.
-lo siento, pero no tardo en irme- digo bastante desanimada, Salem me abraza, supongo que no quiere que me vaya y con una gran sonrisa correspondo a su cariñoso gesto.
-¿me darías tu número?- no quiero sonar tan tímida pero parece que no he podido evitarlo. Mientras me lo dice, por algún raro impulso giro mi cabeza y veo a ese hombre de la otra mesa y me sonríe, así que correspondo amablemente. Es muy apuesto, seguro que luciría muy bien en una pasarela luciendo alguno de mis diseños -me distraje, ¿lo repites?- le pregunto a Salem.

Luego de pagar hago un pequeño gesto de despedida a las personas de la otra mensa y salimos, yo misma busco su mano para que caminemos, cuando veo el auto de mi chofer solo detengo mi paso.
-gracias por todo- me estiro un poco para dejar un beso en sus labios, ha sido un beso inocente de despedida y solo me alejo para ir al auto. Lo miro a través del cristal que al ser polarizado evita que alguien pueda ver el interior del auto, pero yo aun lo puedo ver a él. Aprieto el celular en mis manos y solo espero que él me escriba pronto.

Ian es un hombre bastante maduro y me alegra que mis palabras alejen esos celos que pudo tener. Aunque debo aceptar que eso me ha gustado un poco, me ha hecho sentir un poco más especial para él. La verdad es que y no se como reaccionaría si esa persona que era importante para él apareciera frente a nosotros, la idea me asusta un poco, tal vez pierda mi fría cabeza pero solo espero que en ese momento Ian me haga sentir tranquila como hoy lo he hecho yo con él.

Mientras ordeno la botana miro a esa mesa de nuevo, ellos no dejan de besarse y abrazarse. Sé que Salem no es una mala persona, él fue el único que se preocupó por mi esa noche, y estoy agradecida con él, pero obviamente es esa clase de persona que toma todo como un juego.
-No estoy celosa- y repito eso en mi cabeza como si de un mantra se tratara.
Regreso con Ian con lo que he ordenado y seguimos jugando, he terminado ganando el juego y miro a Ian orgullosa.
-soy tan buena que te ayudaré con el desayuno- la apuesta realmente solo es una tontería, porque al final siempre terminamos haciendo las cosas juntos.
Noto como Salem y su chica parece que se van, ella hace un pequeño gesto, no parece demasiado sociable, pero aun así correspondo de manera educada y miro a Ian.
Ian y yo tenemos otro juego donde hacemos otra apuesta de nuestro estilo, y al final con un puntaje muy cerrado él ha terminado ganando.
Luego de eso vamos a su casa, no hemos vuelto a mencionar a Salem ni siquiera, aunque yo algunas veces recuerdo la manera en que tomaba a esa chica entre sus brazos o como se le acercaba.

No puedo sentirme totalmente tranquilo aunque Kajsa se exprese tan bien de mí. Si tan solo la hubiera conocido antes en estas circunstancias, si tan solo yo no fuera “así”. Hay días que me cuestiono si realmente la manera en que vivo es la correcta o la que me traerá felicidad. No tengo un propósito en específico, simplemente sigo existiendo. Pero en verdad amo todas esas cosas, en verdad quiero una persona que ame todo eso de mí y no tema aceptarlo. Tal vez me apegué extrañamente a la presencia de Sora porque es de las pocas mujeres que conocen ambos aspectos de mi vida, y con quien no me siento un hipócrita mentiroso.

Esperaba que mi propuesta le gustara pero olvidé que es una chica de casa que tiene un toque de queda.
-Oh, ya veo -hice un puchero y mi voz sonó un poquito apagada. Hoy me iré a casa más temprano, porque obviamente no regresaré donde estaba- ¿mí…? claro -oh, no. ¿Y ahora qué? No puedo darle otro número, menos decirle que no tengo móvil. Comencé a dictar el número de Ziba, va a matarme pero él y mi manager son los únicos que me sé de memoria. De nuevo lo repetí ya un poco menos nervioso, tendré que avisarle a Ziba en cuanto salga, y luego veré la forma de comprar otro teléfono y…. ¿No sería más fácil decirle la verdad? No esperaba que pidiera mi teléfono.

Ni siquiera los vi cuando nos íbamos, y luego de pagar caminamos a donde su chofer la esperaba.
-Ve con cuidado, te escribiré cuando llegue a casa -dios, a veces digo cosas por costumbre, no debería. Pero si ella me escribe no podré ignorarla nada más. Recibí su beso y le sonreí, no ha sido malo este día, solo muy extraño- espero verte de nuevo -lo peor es que sigo dando esperanzas de un próximo encuentro, pero es que no puedo dejarlo en una sola vez. Debería, pero la verdad soy muy necio.

Cuando Sora volvió yo ya estaba tranquilo, y aunque me esforcé en mis siguientes tiros, las cosas no salieron bien para mí pero al menos el ambiente está relajado.
-Qué acomedida -reí mientras acomodaba las bolas para el siguiente juego. La chica de la mesa de junto se despidió amable y le devolvimos el gesto. No quise pensar más en su ex, bueno, ni siquiera fueron amantes hasta donde sé, pero para ella era un poco importante. Dije que no pensaría eso, mejor me concentro para no dañar el ambiente, es una ventaja que ellos decidieran irse.

El siguiente juego fue mejor para mí, y luego de un rato apostando cosas que realmente no cumpliremos, nos fuimos directo a casa. Me gusta tener días así, puede que no sean muchos por cuestión de tiempo y responsabilidades, pero eso no ha dañado nuestra relación hasta ahora y eso me da más confianza. Confío en Sora y ella tiene un poder impresionante para que yo no explote en celos como en el pasado. Me gusta saber que he cambiado, me alegra sentirme satisfecho con esto, con ella y conmigo. Y ya no temo tanto al cariño que gradualmente va creciendo por ella.