Definitely [Asb]

Recuerdo del primer mensaje :

No he visto a Asb desde hace un tiempo, solo nos mantenemos en contacto por medio de llamadas y mensajes, porque mis horarios no coinciden con su apretada agenda del trabajo. Y no es simplemente por eso, ya que si de verdad me lo propusiera, podría cambiar algún turno con Ilya para ir a verlo, pero he estado evitando el hablar sobre Hannu y obviamente sobre lo que pasará con Asb y conmigo. Pero creo que si no hago esto pronto, pasará lo mismo de aquella vez, y le prometí a Hannu que esta ocasión haría las cosas bien.
Llegué frente a su casa y me tomé un respiro antes de tocar, tengo una copia de su llave, pero ahora no quiero usarla. Él se encuentra dentro, el auto de la compañía para la que trabaja está estacionado, y una de las ventanas se encuentra abierta.
—Sorpresa —sonreí débilmente en cuanto abrió la puerta y entré luego de él. Empecé a sentir que esto sería imposible, y nuevamente mi cabeza me jugó mal y mi corazón comenzó a hacerse hipotéticamente pequeño— hace tiempo que no nos vemos —le di un beso corto y me senté en uno de los sillones, ni siquiera sé por dónde empezar o cómo sacar el tema— hay algo importante que vine a decirte —lo miré a los ojos y mordí mi labio, si hago esto rápido… no, creo que después de todo lo que hemos pasado, se merece una buena explicación— Hannu fue a verme… hace unos días —No me da igual terminar con Asb, en realidad y aunque he comenzado a hablar, todavía no sé si podré hacerlo. Él y yo hemos pasado por demasiado, y una parte de mí cree que merecemos estar juntos.

Min:

Me siento tan tonta, ¿pero cómo iba a imaginarme que él solo estaba marcando un límite entre nosotros? Antes de hoy también intenté seducirlo infinidad de veces, y él solo se portó amable y ya. Si no fuera porque tuvo una erección ni siquiera me habría dado cuenta.
-Me alegro —cerré los ojos y sonreí. Un gesto que a veces hago de manera fingida hoy salió sin querer. Odio este tipo de cursilerias, lo romántico no va nada conmigo, este tipo realmente me tiene como idiota y ni siquiera se da cuenta. Mejor así, no quiero perder ya más de mi orgullo por su culpa. Él me gusta mucho, y debo cuidarme para no terminar sintiendo tonterías.

Abrí los ojos y lo miré sorprendida, pero ya no pude decirle que se quedara, él salió huyendo.
—Qué tipo tan cobarde -me reí y me agaché para agarrar su camisa. La olí de nuevo y me la puse lentamente, me gusta cómo me queda, hace un momento ni siquiera note que me veo bien en ella.
Llegué a la cocina y fui a lavarme las manos mientras él comienza a sacar cosas para preparar algo.
—Sí, está bien -seque mis manos en la camisa y recorrí su sala mientras terminaba, es muy pequeña su casa- vives en un buen sitio —dije mirando por la ventana, la ubicación está bien, y a pesar de ser pequeña es muy linda. Me acerque de nuevo a él para tomar el emparedado y caminé a la sala- ven, comamos juntos -le hice espacio en el sofá grande y llevé el pan a mi boca. Me siento feliz ahora, y darme cuenta me hace sentir muy mal, pero no se detiene ese cosquilleo en mi pecho, tampoco mi sonrisa se va. Creo que después de hoy ya no es necesario fingir ser la linda e inocente niña que él cree- ¿no es muy pequeño para que duermas aquí? —señale el sofá- puedes dormir conmigo, después de todo esa es tu cama -dejé el plato en la mesa de centro y me levanté hacia la cocina- tomaré una servilleta —busqué una servilleta de papel y luego de tomarla regresé donde él para terminar el emparedado. Lo hice más rápido de lo que pensé, en verdad tenía hambre y espero que él no lo note, qué vergüenza. De nuevo fui hasta su fregadero y dejé mi plato, pero me dispuse a lavarlo. No hago esto ni en casa, Julien ama encargarse de la limpieza, pero pues no quiero que comience a comparar mi comportamiento y el de Julien.

Pongo mucho interés en hacer los emparedados, porque bueno, ¿tiene caso dar explicaciones? la vi en ropa interior, no puedo sacar de mi cabeza su figura, y ahora hay un toque algo pervertido en el hecho de que use mi ropa, es algo que me parece muy sensual. Estoy como adolescente que no puede controlar sus hormonas. Fueron unos años muy incomodos, pero ahora soy un adulto, y me vuelvo a sentir como esas veces.
-Si, y no es tan caro. La empresa me ayudó a entrar lugar- fue un poco complicado, Evan estaba en el hospital cuando yo tuve que dejar el departamento donde vivíamos juntos y en recursos humanos una de las chicas me ayudó con este lugar.
-Ya está listo- antes de que yo se lo pueda llevar, ella se acerca y lo toma.
Tomo mi parte de la cena y camino al sofá para sentar junto a ella en el sofá, aunque obvio con una distancia razonable.
-Lo es, pero… tal vez duerma en el suelo- o tal vez no duerma, y me la pase haciendo lagartijas y abdominales para gastar algo de energía -¿Eh?- ¿en serio sugiere eso luego de lo que pasó?
La sigo con la mirada cuando va por la servilleta, no dormir juntos no es una buena idea… nada buena.
-No creo que eso sea buena idea. No digo de la servilleta, si no a lo de dormir juntos- le explico porque creo que parece que le he dicho eso por lo de la servilleta.

Ella se pone a lavar y yo solo llevo la mitad de mi emparedado, pero no tanto tanto apetito. Así que solo me levanto para llevar el plato al refrigerador.
-Iré por mi ropa y por mis cosas para dormir- estoy actuando como un idiota, realmente como un adolescente. Como ella sigue en la sala, yo aprovecho para cambiarme. Me desabotono la camisa y me quito el pantalón, primero me pongo uno de esos pantalones que uso para ir a correr, suelo dormir solo en boxer, pero hoy es obvio que no lo haré.

Nada le parece, ¿es que no le gusto? Hace rato casi se me echa encima y ahora resulta que quiere respetarme, ¿qué diablos le pasa? Es obvio lo que le estoy insinuando, ¿para qué más dormiria con él? Traigo su camisa puesta, casi me vio desnuda y le dije que no había problema con lo sucedido. Pero él insiste en tomar distancia.
—Ah, ya —me enoja mucho que no me tome en serio, pensé que al casi confesarle que me gusta iba a hacer un movimiento, pero no, vino y me ofreció la cena.

Mientras terminaba de lavar él se fue por su ropa. Solté un suspiro y me crucé de brazos, no entiendo el problema de dormir conmigo.
—Él dijo… no me digas que es porque piensa en mi novo —ay no, eso es ridículo. Ni siquiera es una relación seria, ¿debería confesarle eso? Pero tendría que explicar porqué, y no, qué humillante que sepa que él… No, no, que por molestar a mi hermano lo hice.
Caminé a la recámara y toqué un par de veces antes de entrar. Tiene la camisa desabotonada y ya se ha cambiado los pantalones. Mordí mi labio y cerré la puerta cuando entré.
-Gracias por la cena, y por la camisa —a propósito la levanté un poco y la dejé caer. Caminé a la cama y comencé a bajar las sábanas— en serio, no sé qué te da tanto miedo de dormir juntos—regrese a su lado y me colgué de su brazo- en fin, gracias por todo lo que hiciste por mí —me solté de él y me puse al frente de puntitas para besar su mejilla- buenas noches.


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Ella entra en la habitación mientras me estoy cambiando, así que me detengo y la miro. Ella debe estar actuando así porque ha tomado, aunque luego de su enojo, parece que ya no está tan borracha como antes, si hasta la tenía que ayudar a caminar, ¿me estaba engañando?
No dejo de mirarla mientras prepara la cama, soy un completo idiota, pero creo que eso ya lo dejé muy claro.
-No es miedo- claro que sabe, tiene que saberlo, creo que fui demasiado claro y obvio. Ella juega conmigo ¿cierto? ¡si, definitivamente lo hace!
Ella se va a la cama luego de ese beso que me ha dado.
-Bien, la cama es grande- digo de repente, salgo a apagar las luces de la sala y para ir al baño y regreso a la recamara, aunque no cierro la puerta, tengo tal vez la mala costumbre de dejar siempre las puertas abiertas.
Me quito la camisa y la dejo en la ropa sucia. Me meto a la cama y me estiro para apagar la luz.
-Buenas noches- bueno, supongo que mi noche terminó mas o menos como lo esperaba, con una mujer en mi cama.
Julia es una persona curiosa, a veces parece dulce y tierna, pero tiene gestos y actitudes que demuestran algo más. Lo he notado desde que nos conocimos, pero no le he dado tanta importancia porque nadie se muestra completamente honesto ante el mundo. Yo soy un claro ejemplo, supongo que casi nadie llega a notar el lado pervertido que puedo tener y lo demasiado estúpido que a veces puedo ser cuando alguien me gusta.

Aceptó, en serio lo hizo. Yo ya me había acomodado en la cama, pero me senté cuando él salió y miré a la puerta muy sorprendida. Cuando escuché sus pasos me acosté de nuevo y le sonreí, mi corazón va muy rápido. Los movimientos de la cama se sienten muy lentos, y él me dice buenas noches y apaga la luz.
—Descansa —me quedé acostada boca arriba, miré de reojo hacia él, me cuesta enfocarlo porque todo está muy oscuro. Ahora no tengo nada de sueño, ¿él ya se durmió? ¿En serio lo hará? Vienen muchísimas preguntas a mi cabeza, y de tanto pensar el sueño se me ha espantado. No puedo controlar mis latidos, incluso siento que comienzan a sudarme las manos. No, no, tengo que ignorarlo, simplemente dormir.

Me giré dándole la espalda, él no hará nada conmigo, ya lo dejó más que claro, y yo tengo que dejar de desear que pase la mínima cosa porque sin darme cuenta termino rogando. Asb es tan idiota, no, qué va, es un maldito calculador, seguramente está esperando que yo haga el primer movimiento para después no sentir culpa con Julien o mi novio.
—¿Ya duermes? —no obtuve respuesta, y me di la vuelta para quedar frente a él. Ya que ha pasado un rato y mis ojos se acostumbraron, puedo enfocarlo— eres un hombre astuto —hablé muy bajito. Me levanté un poco para mirar su cara, cómo puede ignorarme así, imbécil. Me acerqué a su cara y dejé un beso en su boca. Fueron dos segundos, pero sentí, incluso antes de tocar sus labios, que mi corazón iba a pararse. ¿Qué pasa conmigo? Es solo un maldito beso, para variar uno tan corto que cae en lo ridículo, ni siquiera es correspondido— te odio —detesto esto, estoy aquí sin poder dormir, con demasiadas ganas de besarlo, que me abrace o tan solo que me mire. Pero odio en lo que me convierte, que me haga ser como esas mujeres tontas que hacen hasta lo imposible por estar con un hombre en especial, me siento como una acosadora.
Me recoste y otra vez le di la espalda. Debo dormir, tengo que alejarme de él.

Cierro mis ojos y respiro con calma, es mi manera de mantener mi mente despejada. Y no dejo de pensar que, solamente estoy en la cama con una persona, no tiene nada de malo compartir la cama, lo hacen los amigos, la familia, compartir cama no es un acto que deba tener un mayor significado.
Somos dos adultos, bueno un adulto y una casi adulta… solo vamos a dormir. No soy un animal que no pueda controlar sus impulsos. Creo que debo buscarme un mantra para que pueda estar cerca de ella y mantener la cabeza fría, porque luego de hoy me he vuelto demasiado consciente de ella. Antes podía ignorar todos esos detalles, soy bueno para omitir cosas, pero aunque puedo pasar de no ser consciente a serlo, no hay forma de regresar a no ser consciente.

Ella habla y yo no contesto, porque prefiero que piense que duermo.
¿Astuto? no entiendo a que viene su comentario, ¿es por que si me acosté aquí?
Siento como se mueve un poco el colchón por sus movimientos y entonces se acerca y me besa. La sorpresa de lo que ha hecho no me deja reaccionar, y luego la escucho decir que me odia.
Ella me da la espalda y yo me acerco ahora.
-¿Que tanto me odias?- le pregunto pasando mi mano por su cintura para abrazarla -porque tienes una manera extraña de demostrarlo- -pego mi pecho a su espalda y dejo un beso en su nuca.

Mañana debería irme temprano, debo comenzar a evitarlo o siquiera escribirle, porque al parecer, aunque ya es consciente de que le atraigo y que obviamente a mí también, no tiene la intención de acercarse. En serio no lo entiendo, ¿qué hay de malo con tener algo? No es como si le pidiera que saliéramos, no lo sé, ¿ni siquiera algo casual? Ylo peor es que estoy aquí dándole vueltas a cosas que no pasarán, ya imagino la clase de reacción que tendrá por la mañana, una linda sonrisa y una oferta amable para desayunar.

Mi corazón se había calmado pero sentí cómo se movía, y luego su mano alrededor de mi cuerpo puso a mi corazón de nuevo a latir como loco. Este tipo... ¡estaba despierto! Un escalofrío me recorrió al sentir ese beso en mi nuca y cerré fuerte los ojos Debo calmarme, por dios, Julia, no seas ridícula, te han besado en lugares impensables, ¿y te pones así por un simple roce en el cuello? Pero es complicado calmarme, seguramente ya se dio cuenta lo nerviosa que me pone Además esa forma de hablar no es la de siempre, y yo no tengo una respuesta inteligente en mente.
-Estabas despierto -cuando abrí los ojos, traté de hacer respiraciones disimuladas, pero ya que lo tengo pegado a mi cuerpo creo que es un trabajo imposible- tengo formas extrañas de demostrar lo que siento -intenté reír, pero como pensé, su cercanía me pone muy nerviosa- ¿qué hay de ti? -me giré para quedar frente a él. Mi cara... no, mi cuerpo entero se siente caliente, es una sensación embriagadora, siento que me hormiguean los dedos y el estómago- ¿me odias? -tengo que comportarme como siempre, no como si él fuera especial. Ya sé que lo es pero es mejor que piense que solo quiero acostarme con él, a que se le meta una idea equivocada sobre mí y esta forma rara de comportarme.
Toqué su cara con mi mano y la otra fue a su pecho, están temblando, ¿es en serio? ¿Desde cuándo perdí el control de mi propio cuerpo?

Sonrío porque la he sorprendido, no debería, pero creo que no puedo evitar esa sensación de estar jugando un poco. No me hice el dormido para molestarla, pero ha sido divertido el resultado. Cada vez me comporto menos como el Asb serio y responsable que es el amigo de su hermano y me comporto como el idiota que no quiero que ella conozca.
-Si- doy la respuesta que ella ya sabía que iba a dar  -ya me doy cuenta- ¿importa si soy un poco idiota? es obvio que ella no está rechazándome, pero sigue siendo la hermana de Julien, debería calmarme, pero creo que al aceptar entrar en la cama esperaba que algo así pasara. Estoy tratando de decirme que soy un buen hombre que no haré nada, pero en realidad estoy esperando a que algo pase. Creo que cada día caigo más bajo.

Levanto un poco mi brazo para dejar que se gire. Es bueno que estemos en la oscuridad, así es más fácil para mi, soy un hombre demasiado visual, por eso todo era tan complicado hacer, aunque ahora con esta situación, no es como que ya todo sea sencillo, pero al menos creo que puedo actuar de manera más natural.
-¿De mi?- ella pregunta si la odio, ¿alguna vez la he hecho creer eso?
La camisa se le ha subido por los movimientos, puedo sentir con mis dedos la linea de su ropa interior, subo un poco más y siento la tela de mi playera. Dejo que mi mano se deslice hasta su cintura, haciendo que la playera suba un poco más. Su piel se siente cálida en este momento y tiene una suavidad realmente agradable.
-¿Por que iba a odiarte?- no tengo razones para ello, al menos creo que no me ha hecho nada que pueda justificar eso -¿puedo saber por que me odias?- mi mano se mueve un poco para tocar su vientre y comienzo a hacer unos movimientos circulares con mi pulgar.

Creo que está disfrutando esto, es un completo idiota. Siempre fui quien le gustaba divertirse con las personas, no lo contrario, y ahora estoy sin saber qué decir porque este tipo me acaba de descubrir haciendo algo totalmente humillante. Y ha cambiado su forma de comportarse, ahora se escucha seguro, es horrible no poder ver su cara porque en serio que quiero saber cómo luce su verdadero yo. Así que a esto se refería, ¿se vive la vida reprimiento o qué?
Pero por culpa de sus manos moviéndose es imposible pensar con claridad. Sentí de nuevo ese escalofrío, el cosquilleo ya es constante pero se hace más intenso al sentir su mano sobre mi piel desnuda.
-¿Por qué...? -de nuevo quise sonar coqueta, pero no, mi voz delata mi nerviosismo. Mi corazón a ese ritmo me puso demasiado idiota, y tuve que bajar mi mano hasta su hombro pra no ser tan obvia con el temblor de mis manos. No sé qué decir o hacer. Quisiera solo irme encima de él como lo hago siempre o continuar este tonto juego de coqueteo para ya pasar a lo que evidentemente viene... espera, espera, ¿es en serio? Pues claro, ¿qué más iba a pasar luego de esto? Él ya ha perdido la vergüenza, ya no hay rastro de ese Asb que finge demencia ni se comporta como el idiota y respetuoso amigo de mi hermano- es un secreto -tampoco tengo que decirle lo que siento, no voy a caer más en su juego.
Respiré hondo, no me importó si él escuchó pero gracias a eso tuve el valor de pasar ambas manos por su cuello y acercarlo más a mí. Mi pierna se deslizó sobre las suyas, y por ceder al deseo la pena se fue desvaneciendo, aunque mis movimientos no se sienten dominantes como siempre, más bien me estoy dejando llevar por la emoción y el anhelo, esto es horrible.
-Si no me odias, ¿qué piensas de mí? -dejé un beso corto en sus labios y solo eso fue suficiente para que comenzara esa desesperación dentro de mí. Me pegué más a él y di un segundo beso, esta vez más prolongado. Ya no me importa lo que piense o pase, porque al tener contacto con su lengua todo lo que había en mi cabeza se sustituyó por deseo. Siento calor en todo el cuerpo, y he comenzado a introducir mi lengua en su boca con cierta desesperación, rasguñando despacio detrás de su cuello y presionándome hacia él con insistencia.
Me gusta, me gusta. Su sonrisa, su cara, sus ojos, su voz, todo de él me gusta. Y solo eso pienso mientras lo beso acaricio de arriba a abajo su torso desnudo.
-Me gustas -entre jadeos lo solté sin más, mis mejillas seguro están rojas pero no pensé, solo lo dije y me separé de él para tomar aire. ¿Cómo puede ponerme así con simples besos? Este tipo es peligroso, pero no puedo poner distancia, me siento muy atraída.

Ella está nerviosa, es hasta más linda ahora que cuando actúa que lo es. Su voz la delata, incluso sus manos, ¿Tan nerviosa la pongo? ¿acaso le gusto tanto? odio lo mucho que me gusta saber esto, lo mucho que esto hace sentir satisfecho a mi ego, pero no lo puedo evitar, soy un humano después de todo, y saber que le gusto a alguien como ella sin duda no lo puedo ignorar.
Río un poco por la manera en que ella evita contestar, ella no me odia. O al menos en este momento, para nada parece que lo haga. Aunque no estoy seguro si odio no puede ir ligado con deseo. No me ha pasado, pero tal vez algunas personas puedan odiar a alguien y aun así sentir atracción.

Ella se acerca más, me rodea con sus brazos y mueve su pierna. Es un poco más de lo que esperaba que fuera a hacer, pero mi mano que estaba tan cómoda en su cintura no se puede resistir a recorrer su torneada pierna.
-La verdad, en este momento, creo que sabes lo que pienso- ella me da otro beso, y negarme no me parece una posibilidad, y luego uno más, uno más intenso.
La vocecita que dice que eso está mal ya se escucha muy poco, de todas maneras, ya es muy tarde, si he actuado mal, ya nada podrá borrar eso. Ella me besa y toca con pasión, y deja en claro que no es una niña inocente. Ya lo imaginaba, pero es excitante descubrirlo de esta manera.
Nuestras lenguas comienzan a jugar y jadeo con placer al sentir como rasguña mi cuello.
-¿ah si?-pregunto un poco divertido por esa confesión -¿desde cuando?- me acerco a su oido para dejar una pequeña mordida y regreso a sus labios. Se podría decir que es el primer beso que yo le doy a ella, y lleva la misma cantidad de deseo que ella ha demostrado, tanto que cae en la desesperación.
Con una mano en su espalda baja busco hacerla pegar su cadera a mi y vuelvo a jadear al sentir esa presión contra mi erección.
-¿Me odiarás más?- seguro que lo merezco, soy un maldito, realmente merezco todo lo malo que ella quiera sentir por mi, y con esto también estoy sentenciando la final de mi amistad con Julien.
-Julia, esto no está bien- digo tratando de entrar en razón, pero creo que no suena muy serio si se lo digo mientras la beso y muerdo su labio.

Él seguro que escuchó y a estas alturas ya no me importa mucho ocultarlo, además  sus besos no me dejan pensar, creí que por su personalidad sosa sería un tipo con inocentes movimientos, aunque luego de cómo fue hoy en el club y la manera en que se acercó, debí saber que no es para nada así.
-Ah...  eso -no pude callar ese gemido de mi boca. ¿Para qué quiere saber? Aunque ya que estamos siendo honestos creo que cualquier mentira me hará quedar en ridículo- desde el primer día -entre besos y jadeos mi respuesta salió de mi boca con dificultad, soy tan tonta.
Él ya ha perdido la vergüenza y eso me hace ser más descarada. Puedo sentir que está muy erecto y eso hace que mi cuerpo sienta un espasmo, nuestro deseo es similar y eso me gusta.
-Solo si te detienes -reí coqueta y con mis manos jugué con su cabello, él besa mejor que cualquier tipo que he conocido, o tal vez es porque me gusta mucho que mi cuerpo lo siente tanto- ¿por qué? -otro jadeo salió de mi boca, pero me detuve lentamente hasta que logre despegarme de su boca. ¿Por qué dice eso? ¿Por qué insiste en ser políticamente correcto? ¿Por qué si está así solo piensa en que hacemos algo mal? ¿No es algo tarde para fingir hacer lo correcto? ¡Qué demonios sucede con este tipo!
Respiré con dificultad y poco a poco fui alejando sus manos de mi cuerpo, y bajé mi pierna de él para poder sentarme sobre la cama.
-Lo arruinaste -estoy molesta, porque sé qué viene después de esto-ahora lo haces y mañana seguramente me pedirás una disculpa y me mirarás con lástima. Oh dios, claaro -me reí y me levanté de la cama-y después no querrás ver a Julien porque te sentirás culpable, ¿no? -¿y qué si eso pasa? Es solo sexo, así que si él se arrepiente y luego no puede mirar a mi hermano, es problema suyo, yo no tengo que preocuparme porque él y yo... no somos nada, ni siquiera amigos- ¡eso! Eso odio de ti, tú y tu maldita... -me giré porque me di cuenta que estaba a punto de llorar. No, no, no, ¿por qué? Debí ignorar eso. Quería tener sexo con él, ¿no? ¿Cuál es el problema si se arrepiente? No lloraré solo porque mi orgullo esté herido.
-No te preocupes, no voy a rogarte porque me hagas caso -caminé a la puerta de la habitación y abrí- ¡y no me sigas! cerré con fuerza y al entrar al baño puse el seguro. Puse las manos sobre mi boca, no puedo detener este sentimiento de frustración.
Me deslicé hasta el suelo y allí me quedé sentada. Soy tan idiota, le estuve pidiendo atención, de todas las formas yo pedía esto y al final dije que no le rogaría, pero es todo lo que he estado haciendo esta noche.
-Te odio -mi ropa se quedó en su recámara, también mi bolso, todo... no puedo ni irme, me siento tan patética.

Sonrío complacido por su respuesta, eso da sentido a tantas actitudes suyas. Es una suerte que yo sea tan idiota como para no notar esas cosas, porque sino, no se que habría hecho. Bueno en este momento creo que ya es obvio la clase de cosas que hago cuando alguien dice que le gusto y ella me gusta.

No ha negado odiarme, pero creo que estoy dispuesto a esforzarme porque no me odie más. Pero al final parece que no puedo hacer algo así. Ella se mueve y yo miro con frustración como se sienta.
Lo arruiné, claro que si, y lo peor es que dejé que esto iniciara. Podría ser odiado por no hacer nada, pero al menos habría sido consistente con lo que había hecho hasta ahora, pero no, tuve que cruzar la linea y luego volver a retroceder.
Todas esas cosas que dice, no las puedo negar del todo, lo que dice. Me siento sobre el colchón al igual que ella.
Oh… así que eso es lo que odia.
-Julia, no- intento hablarle, pero ella ha salido y me ha dicho que no la siga.
Me siento en la orilla de la cama y miro mis pies tocar el piso. Soy realmente el mejor arruinando todo, y lo peor es que hasta lo que hago para arruinar algo, también lo arruino.
Me levanto, la he escuchado entrar al baño hace rato, pero no ha salido.
Me acerco a la puerta.
-Julia, abre por favor- digo dando unos golpesitos.
-Sino abres abriré yo- le amenazo un poco esperando a que responda.
Con frustración golpeo un poco mi frente contra la puerta.
-Demonios Julia, deja de ignorarme- digo frustrado golpeando con la palma la puerta.
Camino a la cocina para buscar ene se cajón donde tengo las llaves de todas las puertas de la casa, en cuanto la encuentro regreso a la puerta.
-Tengo la llave, o me abres o abriré yo- pero es que no puedo con esto, necesito que me diga las cosas de frente, necesito que deje de evitarme.
Comienzo a meter la llave, escucho como el seguro se quita al girarla, pero no abro, me doy cuenta de lo idiota que estoy siendo.
-Lo siento, pero sabes, ni siquiera entiendo que fue lo que te hizo enojar tanto. ¡Si dije que estaba mal! ¿Pero te pareció que lo estaba evitando? En serio Julia, soy un completo idiota ¿No puedes perdonarme?- digo dando más golpecitos con mi frente.

Me quedé tirada en el piso, mi cara debe lucir horrible, puedo sentir ese ardor en los ojos por haberlos tallado. No soy alguien que llore mucho, por eso cuando lo hago mi cabeza comienza a doler y mi cara se pone muy roja. Y al final terminé llorando por un tipo, ¿qué tan patética soy? Lo llevé excelente hasta hoy, esas cosas le suceden a la gente débil y al parecer me volví una.
Lo escuché hablar y me levanté para alejarme de la puerta. No tardó mucho en venir tras de mí, pero ¿para qué quiere hablar? Seguramente se va a disculpar. No quiero escucharlo, eso es un rechazo amable y es el triple de humillante que si simplemente me dijera que no. Pero sus golpes se vuelven más fuertes, he sentido un poco de miedo porque no es la reacción que esperaba, además no sé qué decirle si lo veo a la cara. Estoy llorando, le grité, obviamente pensará que estoy super desesperada por su culpa. De nuevo lanza un golpe fuerte y lo que dice hace que pegue un pequeño saltito.
-Qué demonios... -hablé bajito y llevé la mano a mi pecho. Se calmó, ¿acabo regresó a dormir? No puedo entenderlo ni imaginar lo que está haciendo- ¿qué? - rápido fui a la puerta y tomé la perilla al escuchar el sonido de la llave, sé que no evitaré que entre pero no tengo nada mejor. Sin embargo él se detuvo y comenzó a hablar de nuevo. No sé qué quiere, no sé si le gusto o solo correspondió por instinto, o si está disculpándose porque le importo o porque no desea arruinar las cosas con su amigo, o si en general no quiere ser una mala persona.
Él no comprende nada, ¿qué hago acá encerrada entonces? Solo saldré, le diré que está todo bien, me vestiré y me iré.
Pero mi mano sigue pegada a la perilla, y mi cara creo que hasta está hinchada.
-Muévete, Julia, ¿qué más da si piensa que eres patética? Solo mándalo al diablo y no le verás la cara nunca más -tomé aire repetidas veces. Fui al lavabo, eché agua en mi cara y me sequé, y de nuevo inicié mi batalla con la perilla de la puerta- maldita sea, solo hazlo -mordí mi labio y quité el seguro, y luego abrí.
No lo miré a los ojos, solo puse mi mano delante para que se apartara y poder salir.
-Ya, no tienes que hacer escándalo -me crucé de brazos y me recargué en la pared. Comencé a jugar con mis uñas, aún sin mirarlo- ya olvídalo, yo también lo haré y podrás volver a lo tuyo con Julien -caminé hasta su cuarto y entré. Busqué con la mirada mi vestido y comencé a ponérmelo. Siento un nudo en la garganta, mejor llamo a alguien para que venga por mí, tal vez a Ziba.

Doy un pequeño paso hacia atrás cuando escucho que abre la puerta, la miro esperanzado, pero lo primero que veo es su mano, retrocedo otro par de pasos para dejarla pasar. Mis ojos no dejan de seguirla. Tengo una ligera esperanza de que diga que no importa y como hace rato cambie su humor de golpe y solo sonría.
-Perdón- caí un poco en la desesperación, ¿hace cuanto que no me ponía así? realmente tiene mucho tiempo, años pensando un poco más a detalle. ¿Por qué me importa tanto? yo no soy de perder los estribos de esta manera. Quiero decir, puede ser que me deje llevar de vez en cuando por mis deseos, que no pueda evitar cierta conducta lasciva, pero ¿esto? esto no es algo que entre en mis típicas reacciones, suelo tener mucho autocontrol de mi, pero casi abro la puerta a la fuerza... ¿Por qué?

Espero que ella me mire mientras habla, pero no lo hace y eso me hiere un poco.
Ella de nuevo suelta lo de Julien, ¿En serio sigue con eso? ¿Qué no le quedó claro? obviamente no, y eso solo me hace pensar que tal vez es lo mejor.
Entro a la recamara y la veo cambiando su ropa de nuevo, pero esta vez no me altero, solo suspiro resignado. Tal vez es lo mejor; me vuelvo a decir.
Poner fin a esto. Dejar que no pase nada, que me odie si quiere, pero al menos no seré algo importante en su vida, solo un idiota que debe ser olvidado.
-¿Entonces te vas? - suspiro de nuevo. Me siento en la cama y me dejo caer hacia atrás mientras tallo mi frente -¿Le contarás a Julien?- creo que sería lo normal, pero al menos quiero estar seguro -Yo entiendo si le dices, supongo que ya no nos veremos más- creo que puedo pedir cambio en el trabajo, o pedir alguna otra universidad con la que trabajar.
Ella me gusta y yo le gusto, pero aun así no estoy haciendo nada, porque ella tiene novio, ella tiene una vida, ¿que derecho tengo a meterme? ninguno, si ahora me odia por esto, luego me odiará de una peor manera.
-te llamaré un taxi- mi voz suena apagada, pero aun así me levanto para buscar mi teléfono.

Él no dice nada, y entre más silencio hay entre nosotros, más ganas tengo de abrir la boca. ¿Por qué no me dice algo? Solo pide disculpas, y claro, esto es conveniente para él. Así está bien, con ello me dejará de importar su opinión tanto y podré tomarlo como el imbécil cobarde que es.
-¿Se supone que me quede? Naa, iré a casa, no es tan tarde -a esta hora Julien ni se dará cuenta que llegaré, y mañana le diré... al diablo, ni siquiera tengo ganas de excusarme. En este momento me siento tan enojada con él también. ¿Por qué se hizo su amigo tan cercano? Todo mundo pareciera más interesado en él que en mí. Y eso nunca me molestó, o al menos no por Julien, siempre pensé que los desagradables eran los demás. Es la primera vez que me siento así por mi hermano, y por una parte me siento mal. Él y yo éramos todo lo que el otro necesitaba, pero eso ha cambiado radicalmente en los últimos meses. Ahora tiene a Iskra, y ya ni siquiera se preocupa por mí. Y bueno, yo estoy aquí de idiota al pendiente de este tipo, así de bajo caí.
Apreté la mandíbula cuando lo mencionó. Es todo lo que le preocupa, su amistad con él. Porque obviamente una calentura no es tan valiosa como su estúpida, ridícula y sosa amistad.
-Estás muy preocupado por eso -respondí riendo- no, no le contaré, puedes estar tranquilo. ¿No te dije? Aquí no pasó nada -qué convente, supongo que sí, le haré ese favor de no tener que verme y sentirse moralmente incorrecto frente a mi hermano- ¿tanto así te desagradó? Wow -por fin lo miré y reí, pero al final mi voz se quebró. Me repito que es mi orgullo, pero sé que no es así y me frustra.

Busqué mi bolso, él está llamando un taxi, debí decirle que mi novio iba a recogerme pero ese idiota seguramente no traerá su trasero hasta aquí a las dos de la mañana. Esperé que terminara y lo miré. Si será la última vez al menos le dejaré la peor sensación. ¿Qué hay de un poco de culpa? Sí, tal vez eso.
-Esperaré afuera, no necesitas salir -pero al final no me atreví. Mi vestido está roto del cierre, pero dudo que me pase algo- [color=ff6666[ perdón por molestar [/color]-me quedé parada frente a él y agaché la mirada-   qué mierda que seas la primera persona que me gusta -me reí, no sé porqué dije eso, creo que estoy desesperada.
Me di la vuelta y me apresuré a salir. Ni siquiera me puse los zapatos, solo los tomé y una vez fuera de la casa, los lancé al suelo para acomodarmenlos.