Reencuentro [Souta Ueda]

No he dormido mucho los últimos días. Solo recordarla tendida en esa cama me hace tener escalofríos. Ella me lo dijo muchas veces, me dijo que si me perdía su vida ya no tendría sentido. Por mucho tiempo no dejaba de llamarme, de pedir con desesperación que regresara a su lado. Yo solo la seguí ignorando y como resultado ha pasado esto. Le he hecho daño por ser un egoísta. Mi cuerpo se estremece de solo pensar que casi la he matado. Y ahora no dejo de pensar en ¿que haré si la pierdo? no, yo no podría, es verdad que me alejé de ella, pero he aprendido que estamos unidos por algo mucho mas fuerte. Ella es mi madre, es la mujer que mas me ha amado. No, ella es la persona que mas me ha amado.

Miro la maquina que mientras suelta ese liquido oscuro, el vapor comienza a flotar. Mi mano toma el vaso y luego de endulzar mi café, lo cubro con una tapa. Esta demasiado caliente, yo no tolero las cosas tan calientes, así que esperaré a que entibie un poco.
Mis manos envuelve el vaso para sentir el calor del café, de alguna manera es como si ahora mi cuerpo se reusara a conservar calor, no hasta saber que ella está bien.
Aveces me canso de solo esperar fuera de su puerta, porque no me dejan verla, así que me paseo por los pasillos cercanos. Hoy solo me siento en una sesión donde hay bastantes personas, solo para no sentirme tan solo, aunque no hablo con nadie, no tengo interés en eso.

Mi café ya tiene una temperatura mas agradable, así que caminos de regreso a ese pasillo para mirar esa puerta cerrada.
-ojalá puedas perdonarme- digo dando una caricia a la fría superficie de la puerta, esperando ese momento de que pueda verla -o no me perdones, pero no me dejes- luego de un rato esperando y de no poder verla, voy a esa sala de espera que esta cerca, la mas cercana, el médico sabe que siempre me puede encontrar ahí de manera casi segura.

Aquel día después del fracaso de la cena, creí que Shinya no me recibiría de nuevo en su casa, aun cuando le mande el mensaje avisándole que estaba en casa de Ivan, a quien sólo le conté de manera superficial lo de mi nueva familia, no quería decirle nada hasta que no estuviera seguro pero no puedo ocultar lo feliz que me hacer que alguien me reconozca y me quiera dentro de su familia. Afortunadamente todo resultó bien y todo sigue igual, con la diferencia que he empezado a cuidar un poco más de mis palabras, le debo tanto a ese hombre que no puedo seguir atentando contra él, además de se ha convertido en alguien muy valioso para mí, aunque todavía no soy capaz de definir mis sentimientos hacia él.


Se supone que las heridas de la última golpiza que me dio el viejo habían sanado, sin embargo durante los entrenamientos mi costilla se ha resentido un poco y me he desmayado un par de veces a causa de la anemia y  lo duros que a veces resulta el entrenamiento, más en cuestiones de resistencia física. Al inicio me negué a ir al hospital, pero Shinya insistió tanto que no pude negarme, más cuando me mandó en el auto con su chofer directito para que no pusiera más escusas y me atendiera; no me molesta, después de todo sé que se preocupa por mí y se lo agradezco.


Me dejan entrar solo con la condición de que me en verdad me atenderé o suspenderán los entrenamientos, así que no tengo mayor opción. Pasó a la recepción y me registro, para que me den mi turno de espera, por lo mientras buscaré un lugar dónde esperar, y jugar con esa consola portátil que mi nuevo papá me ha regalado, jamás me interesaron esas cosas porque no tenía dinero para comprarlas, pero ahora resulta que son bastante entretenidas.
Camino distraído sin poner mucha atención alrededor por ir con el dichoso jueguito, justo cuando despego la mirada para elegir mi asiento, es que lo reconozco a él….

Tan cruel es el destino que justo tenía que hacer que nos encontráramos en este lugar. Bajo lentamente el aparato, mi garganta se seca y no me permite hablar hasta pasados algunos segundos –Ilkin…- sólo atino a decir su nombre bajito -¿Dónde has estado todo este tiempo?- quiero abrazarlo, pero algo me detiene, así que mantengo mi distancia –tu desapareciste y yo… yo…- mis ojos se han puesto llorosos y mi voz se ha vuelto quebrada. No quiero reprocharle nada, es sólo que no sé cómo reaccionar al verlo de nuevo, mi corazón se ha acelerado y todos mis sentimientos han revivido con sólo mirarlo.

Aunque me alejé de Fatma, la verdad es que vivir lejos no ha sido fácil, tuve que dedicar todo mi tiempo a los estudios, porque sino los pensamientos me atormentaban. Pero al final he regresado, porque ella tiene razón, nuestro lazo es mucho mas fuerte, ella dice que no puede vivir sin mi, y ahora que ante mi esta la posibilidad de que ella me deje yo no se como manejarlo.
Doy unos tragos a mi café, no he dormido bien desde que me enteré de su estado. El viaje en el avión fue eterno  y una gran tortura para mi, y no me he alejado de este lugar mas que para ir al hotel a darme un baño y regresar. Aveces el cansancio me gana y duerno un poco, pero realmente no puedo solo estar tranquilo, y el café me ayuda a no quedarme sin energía.

Mientras estoy sentando parpadeo un par de veces, mis ojos se sienten tan pesados y me apresuro a dar otros tragos mas a mi café deseando que su efecto sea mas rápido.
Sacudo mi cabeza un par de veces para espantar ese sueño que me a comenzado a seguir desde hace un par de horas, creo que el cansancio comienza a ganarme.
Escucho mi nombre, y levanto la mirada, ¿es el médico? no suena como lo recuerdo, pero al verlo mi sueño se evapora un poco. Mi expresión se endurece de solo verlo, de solo escucharlo.

¿Es que ahora debo darle explicaciones? no, nosotros ya no somos nada, ni siquiera amigos como para tener que explicar nada.
-fuera del país- es lo único que digo y por mera educación.
Me acomodo en mi lugar y doy otros sorbos a mi café. No tengo interés en mantener una platica con él, de hecho solo quiero que se aleje de mi.

Es bastante extraño, ni siquiera yo mismo lo puedo entender, pero recientemente me siento de mejor humor, ya no tengo esa necesidad de estar peleando constantemente, toda mi energía la reservo para las prácticas, mis calificaciones han aumentado, e incluso mis compañeros y maestros comienzan a tenerme en mejor estima. Creo que mi vida ha comenzado a cambiar hacia algo positivo. Y ahora encontrarme con Ilkin sólo ruego porque él aún sienta lo mismo por mí, no antes de que se marchará si no cuando estábamos juntos.

Finalmente sonrió en espera de su respuesta, me da tanto gusto verlo de nuevo, que ni siquiera puedo pensar de manera negativa como antes solía hacer, pero su respuesta, esa respuesta tan fría destrozó de una vez todas mis ilusiones
-Eso escuche- me siento a su lado, completamente desanimado, que me hable de esa manera me duele de una manera que no había sentido antes –Me has hecho mucha falta- le digo aunque seguro no es lo que él quiere escuchar – Creí que no volvería a verte nunca- le digo bajito y mirando al piso, estoy nervioso y preocupado por lo que podría decirme – ¿Qué haces aquí en el hospital?- de pronto reacciono y me doy cuenta que Ilkin podría estar enfermo y por eso está aquí -¿te sientes mal?- estoy hablando demasiado, pero es sólo que creo que si no lo hago, el encontrará la forma para dejarme de nuevo.

Parece raro, la forma en que me ha hablado al verme, y ahora sentándose a mi lado, o diciendo eso de que le he hecho falta. Pensé que con mi respuesta el solo saltaría con alguna tontería característica de su personalidad agresiva, pero no, el solo se sienta junto a mi y sin pensarlo me muevo un poco en mi lugar alejándome apenas un par de centímetros de él. No lo quiero cerca de mi. Me tomó mucho tiempo, pero comprendí que yo fui un idiota.
Ni siquiera se que decir ante sus palabras. Simplemente no tiene sentido.
-Fatma está enferma- contesto ya no tan serio como al comienzo, pero con ciertas reservas y desconfianza. No me molesto en decir "mi madre", creo que con él no tiene caso, sabe lo que ha pasado, así que no tengo porque mantener el juego del buen hijo -yo estoy bien- aclaro tal vez sin ser muy convincente, porque no lo estoy, el cansancio cada vez es mas fuerte, y mi estado mental es tan delicado por el estado de ella. Dependo tanto de ella, mientras crecía pensaba que yo no era así, pero solo me engañaba.

Aun recuerdo la manera en que rechacé a Souta la ultima vez, de inmediato la fui a buscar, le reclamé por arruinar mi relación, la increpé hasta el cansancio, llorando porque por su culpa había perdido a la persona que amaba. ¿Que hizo ella? Fatma solo me escuchó, me dejó hablar y desahogarme, luego, me abrazó. Me dijo que lo único que hizo fue decir la verdad sobre mi, no hizo nada más -si alguien te ama ¿no debería amarte aun con tu pasado?- eso me dijo ella con tanta dulzura y me desarmó por completo. Souta me dejó por mi pasado, no confió en mi. Ella no hizo nada malo realmente, ella solo quería probar que Souta era la persona para mi, pero no lo fue. Esa verdad me destrozó y aunque en mi, sentía que ella tenía toda la razón, yo me negué y solo huí, escapé lejos, donde no pudiera pensar en lo roto de mi corazón y alma, lejos de ella para conocer la libertad por primera vez. Pero yo no puedo ser libre, la única oportunidad que tuve se arruinó y ya no tengo interés en esa libertad.
-¿necesitas algo más?- pregunto porque tenerlo cerca no me gusta, me hace recordar demasiado ese pasado que tanto dolor me ha hecho pasar.

No me había dado cuenta de cuanto ha cambiado mi personalidad desde que estoy con Shinya, antes no hubiera duda ni siquiera un segundo en soltarle un buen golpe, ya le habría reclamado el haberme dejado ese día, si no fuera también por lo que me dijo Ivan después; seguro ya habrían llegado los encargados de la seguridad y nos habrían echado a ambos del hospital. En cambio por increíble que parece, aquí estoy tranquilo intentando hablar calmadamente con él, sé que lo herí sin pensarlo, y que no es su culpa lo que haya pasado, al final él era un niño que no tuvo elección, así como yo aunque en diferentes situaciones.

-Te refieres a tu mamá…- me molesta que la llame por su nombre, no era consciente hasta hace poco que esto que siento son celos y que mi peor error ha sido dejarme llevar por ellos, celarlo sin escucharlo o comprenderlo, fue lo que terminó nuestra relación –Estás seguro, no te vez nada bien- esas ojeras y ese rostro cansado me dicen todo lo contrario, no sé si está enfermo o es por ella que está así, prefiero pensar que es la primera, después de todo aunque sea su madre, después de hacerle algo como lo que le hizo, se merece lo que sea que le haya pasado.

Hay tantas cosas que quisiera decirle, pero aun soy malo para expresarme con palabras, apenas estoy aprendiendo a mantener el control de mis acciones violentas. Ni siquiera sé que es lo que realmente quiero decirle, en el fondo de mi corazón sé que aún lo amo con todas mis fuerzas y que quiero que estemos juntos de nuevo, pero también deseo que me perdone por haberle dado la espalda cuando seguro más me necesitaba, él debe saber que eso no está bien, pero vuelve a ella porque no tiene a nadie más, incluso yo lo abandone. Después de conocer a Shinya lo comprendí, es la misma razón por la que yo no salía de casa, después de todo no tenía otro lugar a dónde ir y así es con él.
-Necesito hablar contigo- ahora si le respondo en un tono un poco más enfurruñado -La última vez te aprovechaste de que me desmaye para dejarme. No te volveré a dejar ir, te lo advierto- me levantó de la silla y lo señalo amenazante, logrando con ello que las personas alrededor nos miren extrañadas.

¿Mamá? desde cuando el se refiere a ella así, lo normal sería esa puta o esa maldita perra. ¿Tanto ha cambiado Souta? yo también he cambiado, pero pensaba que el era de esas personas que nunca lo haría.
-aham- emito ese sonido para confirmar que Fatma, mi madre, ella es la razón por la que estoy aquí -estoy bien- reafirmo luego de soltar un suspiro.
No quiero que el se preocupe por mi, lo único que quiero de él es que me deje de atormentar.

Sus palabras, tal vez eran lo único que necesitaba pare regresar a él, un "te he extrañado", ese me "me has hecho falta" o "no te dejaré ir" solo eso necesitaba para correr a su lado de nuevo. Pero no más, aunque tarde lo he comprendido. El me dejó a mi, sin importarle lo que yo sentía, el siempre fue egoísta y así le amaba. Todo siempre era sobre él, sobre si triste vida que nunca quiso compartir conmigo, sobre sus dolores y penas que solo contaba a Ivan, sobre sus eternas peleas con gente solo porque no le gustaba como le miraban. ¿Que era yo en su vida? ¿el que lo llenaba de mi mimos? si, ese era mi papel en su vida. Su egoísmo lo hizo dejarme de lado, porque ni él ni yo confiamos en el otro. Yo tampoco le conté nada sobre mi, pero cuando lo supo no dudo en dejarme.

Su dedo me señala, algunas personas nos miran, tan melodramático como siempre...
-¿no me dejarás ir?- pregunto emotivo e ilusionado luego solo suelto una risita, apoyo mi espalda en mi lugar y me acomodo con cierta altivez -no he regresado a ti como para que tengas derecho a decir algo como eso- solo ella me ama como soy, me acepta con todos mis errores, incluso me dio la oportunidad de amar a alguien más -solo déjame en paz- mi voz es la misma que se usaría para hablar con un extraño, y doy otro trago a mi café.
Yo quería proteger a Souta de ella, yo pensaba que eso era lo que tenía que eso, alejándome de él para que Fatma no tuviera razones para hacerle daño, ¿pero para que iba a proteger a una persona que solo sabe cuidar de si mismo? fue por eso que me dejo, para cuidar de no salir mas herido.

Comienzo a preocuparme, que ha pasado conmigo, simplemente no puedo gritarle a la cara todo lo que le diría antes, incluso debería molestarme que él haya vuelto por esa maldita mujer. Todo es culpa de Shinya y mi estúpida admiración por él, si quiero ser como él debo aprender a respetar a todos incluso a las mujeres por más detestables e innecesarias que me parezcan a mi alrededor. Si ello también sirve para devolver a Ilkin a mi lado puedo ser condescendiente con esa mujer, no seré yo quien se encargue de juzgarla y hacerle pagar lo que ha hecho.
-No lo parece. Debes cuidarte más- no entro en más detalle porque no sé qué decir exactamente, me preocupo por él y quiero que lo sepa, pero es algo que aun no aprendo a expresar.

-No lo haré, no cometeré el mismo error dos veces- le advierto, no quiero arrepentirme toda mi vida por haberlo dejado ir, sin luchar por él; ese tono con el que lo dijo me dio un poco de esperanza, aunque al final parece que sólo está jugando con mis emociones –No eres tu quien me da ese derecho, incluso aunque no hayas regresado por mí, soy yo quien decide hacerlo- le digo regresando un poco a ese tono altanero que durante años me ha caracterizado, no me importa lo que la gente de alrededor opine de nosotros –No te dejaré, no te dejaré hasta que me escuches, hasta que hablemos apropiadamente- esa es una amenaza que estoy dispuesto a cumplir.

Dudo en si sería correcto contarle ahora sobre los cambios que ha habido en mi vida, y lo mucho que me estoy esforzando por ser alguien mejor, hasta hace poco creí que sólo sería por ese hombre que me dio una nueva oportunidad pero ahora me doy cuenta que esto también es por Ilkin, toda mi vida me he quejado de que nadie ha hecho nada por mí, es hora que yo haga algo por alguien y no descansaré hasta recuperar a Ilkin y si decide que ya no me ama, no sea por el rencor que me guarda si no porque el sentimiento realmente ha muerto y no por volver a ella.

Como si el fuera la persona indicada para decirme que me cuide, siempre con algo roto, comiendo de manera pésima. Solo no digo nada, porque no me gusta pelar, aunque cuando se trata de él esa regla mía nunca fusionó, incluso cuando solo eramos amigos, el me sacaba tan fácilmente de mis casillas.

El solo cae tan fácil por unas simples palabras, no puedo creo que sea tan tonto como para pensar que yo estoy dispuesto o emocionado por algo así, aunque parece haber cambiado un poco en el fondo sigue siendo el, eso que tanto me gustaba, su peculiar inocencia, ahora me parece tan... molesta.
-vaya, que autoritario- respondo ante la declaración que hace. Me estoy cansando de su presencia, el nunca se irá, siempre fue así, pero yo ya no estoy interesado en ganarle las batallas, hace mucho me di cuenta que entrar en su juego solo me hacía daño, hacia que mi amor por el se mantuviera vivo, que idiota fui... el mas idiota y esperanzado cuando se trataba de él, pero ya no quiero ser esa persona.
-no me interesa hablar contigo, solo déjame en paz- declaro cansado y un poco afligido por todo el tormento que su sola presencia me causa, y no, ya no es por el amor que podrá sentir, sino por el resentimiento y dolor que solo el sabe causar a mi ser. Ver la realidad me costó, entender las razones de Fatma, pero ahora que comprendo. Todo aquello que antes me causaba fascinación por Souta, ahora me produce desencanto. Podría perder a Fatma y todo fue por un dramático romance de adolescente.

Me pongo de pie para retirarme, no quiero permanecer aquí, mucho menos quiero que las personas siga deduciendo cosas sobre nosotros, siempre he odiado la indiscreción.
Me paro frente al bote de basura y termino mi café para dejar caer el vaso en el bote y comienzo a caminar de regreso al pasillo para seguir siendo solo un observador de la puerta.

Jamás había sentido tanta hostilidad proveniente de alguien, la forma en que me mira y que me habla, tanto desprecio tiene hacia mí, jamás imagine que le hubiera podido hacer tanto daño, pero es que acaso él no se da cuenta que yo también estoy herido. Nunca le conté sobre mí, sobre mi familia, sobre que la mayoría de las veces que llegaba con las peores heridas habían sido causadas por mi padre y que si peleaba era para desquitarme con los demás por los maltratos de los que era víctima en mi propia casa, pero tal vez es tarde para contarle todo eso, no quiero que piense que quiero causarle lastima.

-No te burles de mí. Jamás he estado tan decidido- o más bien desesperado. Amor o culpa, no sé con exactitud qué es lo que me mueve, sólo quiero recuperar al Ilkin que perdí gracias a mi propia obstinación –A mí sí me interesa. Ya te dije que no te dejaré ir hasta que al menos me escuches- No sé qué es lo que le diré exactamente, sólo es un pretexto para estar a su lado, para descubrir si es verdad que sus sentimientos hacía mí han muerto.

-Espera Ilkin, a dónde vas. No vas a escapar como la última vez- levantó la voz, tal vez con más suplica que fiereza. Lo sigo a la distancia, jamás había sido tan prevenido ni siquiera en una pelea, pero en este poco tiempo he aprendido, que la primordial estrategia es estudiar a tu enemigo a la distancia para elegir el mejor primer ataque.

Justo cuando iba a darle alcance una enfermera sale y me llama: “Ueda Souta, el doctor lo espera en el consultorio 7”. Mis pasos se detienen y dudo un momento sobre seguir a Ilkin o atender mi consulta –Ya voy- digo cabizbajo, por hoy he perdido la batalla, pero no la guerra, perder también es una buena estrategia para la victoria. Al menos ya sé que ha vuelto a Japón y que estará en el hospital mientras esa perra este aquí, además no creo que se haya mudado de casa en este tiempo, aún tengo oportunidad de volver a verlo. Me doy media vuelta y camino hacía el consultorio, ya nos veremos otro día Ilkin.