Yearning [Shinya Ueda]

Papá me dijo que iríamos juntos a una galería. Le platiqué durante los últimos días que el taller de arte me estaba encantando. Tuve la oportunidad de ingresar aún cuando es el más solicitado, a pesar de que la mayoría de las chicas lo elige por ser una materia fácil, yo pensé que sería interesante aprender un poco más sobre el lenguaje del arte. Se siente raro llamarle papá, primero lo intenté con “padre” y luego, sin darme cuenta, terminaba llamándole papá. Nuestra relación mejoró estos meses, un poco gracias a Souta, pero sobre todo porque él se abrió conmigo y me contó un pedazo de su pasado, y yo pude sacar unas pocas cosas de mí también. Fue entonces que pude sentir una conexión entre nosotros, experiencias iguales en distinto tiempo.


Me puse un sueter de rayas y un pantalón de mezclilla y botines, tal vez caminemos un  poco así que quiero ir cómoda, y hoy hace frío afuera. Estoy un poco emocionada, me siento como Emi cuando habla sobre sus paseos con su padre, aunque obviamente el mío es diferente a ese hombre, pero al menos ella es feliz, y yo también comienzo a serlo.
Agarré mi teléfono y una bolsita de colgar donde metí mis cosas, siempre cargo conmigo una pistola eléctrica, y aunque ahora iré con él yo me siento más segura cargando esa arma. Afortunadamente no he recurrido a ella hasta ahora desde que estoy con él, y además, mis clases de defensa personal van muy bien. Me siento un poco más fuerte y segura que los primeros días que llegué a esta casa.
-Listo -di una palmadita en mi bolso y salí hacia la sala para esperarlo. Estoy nerviosa, aunque platicamos más siempre es sobre cosas de la escuela, creo que debo aburrirle un poco aunque no lo parece. No pensé que fuera a ser un padre tan entregado, debo ser afortunada por haber podido restaurar mi vida, ha sido complicado, aún hay cosas a las que temo, pero al menos no me deja sola y me ha impulsado a seguir adelante.

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Hoy debe ser un día especial, quiero que todo salga perfecto y conservar hermosos recuerdos de Mia.
Takumi suele decir que soy demasiado "bueno" para lo que me dedico, pero la verdad esta es la primera vez que siento que estoy siendo realmente una buena persona.

Me miro en el espejo de mi habitación, y miro el parche de mi ojo, acostumbro a usarlo para ocultar las cicatrices alrededor de este, pero se que llevarlo atrae la mirada de las personas y hoy no quiero llamar la atención, así que pongo especial cuidado en como peino mi cabello para cubrir mi ojo y luego me pongo unos lentes que ayudarán a que el cabello no se mueva demasiado.
He optado por vestir con un atuendo mas casual, es un día que dedicaré por completo a Mia y quiero mostrarle un aspecto mas relajado de mi. No al hombre que siempre ve trajeado. Miro mis guantes, supongo que romperían un poco con el aspecto que quiero dar, pero no quiero que ella vea algo desagradable en mi, así que termino decidiendo usarlos.
La verdad es que me siento raro usando jeans de color gris y esta camisa. Aun así no quiero perder tanto tiempo arreglándome.
Salgo de la habitación y bajo para encontrarme con ella, sonrió solo mirarla, hoy se ve tan linda, siempre se ve linda, aunque quiero pensar que hoy se a arreglado para mi.
-Que bonita te ves hoy- le digo con una sonrisa -¿nos vamos?- comienzo a caminar a la puerta y la abro para dejarla pasar a ella primero y así bajemos al estacionamiento -hoy le he dado el día libre a Touji, así que manejaré yo- le explico cuando llegamos a la cochera -¿en cual te gustaría ir?- no es que tenga mil autos, solo algunos mas que la mayoría, y lo curioso es que suelo ir siempre en el mercedes negro que tiene ese toque tan formal. Los demás creo que solo han sido capricho que apenas y he usado un par de veces.

Shinya:

Comencé a mover mis piernas un poco emocionada por la espera, creo que es la primera vez que salimos juntos sin que se trate algo escolar o compromiso de él. Aunque pasamos la tarde en casa, a veces vemos una película o platicamos, esto se siente diferente.
-Tú también -cuando me llamó me quedé un poco impactada por cómo se ve. Él siempre usa esa ropa formal, da un poco de miedo pero también se ve como una persona muy seria con el trabajo, eso dice la señora Tanaka. Pero hoy incluso se ha quitado el parche del ojo y se pone esa ropa que lo hace ver más joven- no linda, me refiero… es que te ves diferente -agaché la vista avergonzada y luego asentí con la cabeza. Me puse de pie y salimos hasta el auto- ¿no irá? eso es raro… -susurré, y comencé a sentirme nerviosa. Pero no está tan mal así, iremos a ver una exposición así que supongo sería un poco aburrido para Touji, y él también necesita tiempo personal. Me quedé pensando un rato, a mi me da un poco igual, pero el auto blanco es más bonito- ¿ese? -señalé con duda, la verdad papá siempre usa el mismo coche, y me sentí un poco tonta por querer montar los otros, pues nunca lo he hecho.


Subimos al auto y me puse el cinturón de seguridad, él siempre me recuerda eso.
-¿Puedo abrir la ventana? -me siento más tranquila si me llega un poco de aire y ruido de la calle, y puse mi bolsa entre mis piernas para recargar mis brazos sobre la ventana y sentir el viento en mi cara. Esto es agradable, además el auto huele bonito- Touji siempre pone estas cosas ¿verdad? el otro día le vi cambiando las del auto negro -toqué el colgante con olor a fresa que estaba en el espejo del frente. Touji es un poco serio, pero no me desagrada como el papá de Emi, ese hombre… no lo sé, creo que no le gusto mucho y a mi me molesta cómo trata a Emi. El camino fue agradable, el aire que de repente buscaba se sentía bien, y hoy papá se siente diferente. Me gusta esa ropa que trae, no parece que vaya a golpear a alguien. Sé en lo que trabaja, aunque no detalladamente, pero no soy ninguna tonta. Y supongo que esa es razón para que él decidiera que yo tomara clases de defensa personal. He tratado de no pensar mucho en eso, porque entonces termino recordando aquellos días horribles. Estiré mis manos al frente y solté un suspiro. Quiero llegar ya, perderme en esas pinturas para no pensar mucho sobre cómo me siento, porque estoy feliz pero siempre termino dudando de mi determinación, y eso no es bueno para nadie, él me lo ha dicho y yo no quiero ser más la hija mal agradecida.

Sonrío muy complacido de escucharla decir eso, y luego me siento conmovido por como parece avergonzarse. Ella es realmente muy linda. Podría tomar todo de ella, pero se que solo lograría que me odiara y me temiera, en cambio aunque no puedo tocarla, verla sonreír cada día un poco más, con eso me basta.
-Descuida, entiendo lo que querías decir, gracias. La verdad es que me siento un poco raro, pero es cómodo- digo mirándome por los hombros como si tratara de encontrar verme como luzco.
-¿raro? supongo que soy un jefe demasiado demandante, tal vez debo darle mas tiempo libre- comento, pero se que no lo puedo hacer, supongo que en el fondo soy un poco dependiente de él.

Asiento cuando dice cual le gusta, solo me acerco a donde están las llaves y las tomo para que nos vayamos. No me molesto en abrirle la puerta, podría hacerlo pero creo que esos gestos son algo que me salen tal vez con un toque demasiado romántico que no puedo ocultar y no quiero incomodarla.
sabes que si- le digo estirando mi mano para apagar el clima.
Mientras conduzco la miro de reojo, me gusta sentir que está un poco mas relajada conmigo, al menos no parece estar a punto de saltar su me acerco un poco.
Miro el aromatizante que toca Mia y sonrío.
-si, siempre los anda poniendo, le he dicho que puede comprar de esos que son en frasco, pero no se porque él siempre prefiere estos. Yo siento que son mas de taxista, pero a él le gustan así que ya no le digo nada- comento riendo un poco por ese hecho. Touji es un hombre inteligente, el mejor en cuanto a peleas se trata, solemos entrenar juntos, no se como es que sigue conmigo, el podría hacer lo que deseara, es de los pocos a los que el viejo jefe apoyo para ponerlo a estudiar como lo hizo conmigo y algunos otros.
-él y yo crecimos juntos, aunque ahora parezca que el me cuida todo el tiempo, cuando eramos jóvenes yo cuidaba de él, ahora lo ves todo serio, pero no siempre fue así- comento riendo un poco ante los recuerdos, aun cuando en ese momento ya era parte de esta mafia, fueron mis años mas normales. En ese tiempo solo nos teníamos que preocupar por estudiar, tanto en lo académico como en otras disciplinas, nada de preocuparse por los negocios, eso ya lo veríamos después.

¿Está mal si pienso que esto es bueno y ojalá dure para siempre? El Señor Ueda me ha ayudado a salir adelante. Es ya un tiempo desde que él me ofreció educación, ropa, comida, una cama calientita y una familia. Pienso a veces en lo mucho que mis padres debieron sufrir, y tal vez ellos todavía me busquen incluso hoy. Entonces me siento un poco culpable por ser un poco feliz y no pensar en las dificultades que ellos pueden estar pasando, pero también deseo seguir adelante. Ya no soy una niña, estoy creciendo y quiero retomar mi vida como se me ha ofrecido. Al menos el aire me hace ahogar ese sentimiento de querer llorar, y la manera amable en que mi ahora padre me habla. Me siento querida de una forma especial, y recuerdo entonces su mirada triste y las cosas que me contó, él más que nadie me entiende.


-¿Taxista? -me reí un poco, es cierto que Touji es como un chofer para mi papá, pero también sé que es algo más, tal vez como un hijo o un hermano- pero se ven lindos -doy otro golpesito para que se mueva y luego me quedo quieta, él no me regaña mucho pero tampoco quiero abusar de esta libertad.
Me quedo atenta viendo mientras él relata ese pequeño pedazo de ellos. Me gusta cuando papá habla sobre su pasado, no solo por esa parte dolorosa, también las anécdotas de cuando tenía mi edad o cuando salió de su carrera. Creo que los padres a veces comparten de su vida, me hace sentir más cercana a él- ¿cómo eras tú, papá? ¿Tú eras el serio, entonces? -pregunté curiosa mientras esperaba atenta su respuesta. Me gusta cómo se portan ellos dos, o él y el señor Takumi, que aunque no me agrada, al menos a papá parece que lo quiere mucho, hasta pensé que estaba enamorado de él. También me gustaría tener una larga amistad como ellos, con Emi, obviamente.


Estacionamos el auto y bajé emocionada, caminé un poco a prisa delante de él, y cada tanto tenía que detenerme para que me alcanzara.
-¡Es muy grande! -apenas estábamos fuera yo ya me sentía emocionada, el edificio es muy antiguo y elegante.

Me gusta escuchar su risa y mas aun si es causada por algo que he dicho. Me río también un poco.por mis propias palabras y asiento con mi cabeza levemente.
-si, porque ellos ponen de estas cosas y a muchos les gusta colgar otras cosas en el espejo- explico, aunque creo que no hace falta pero aun así lo hago -¿te gustan? yo nunca lo había pensado, tampoco entendía porque él pone siempre en todos los autos si siempre usamos los mismos, son detalles que aveces ignoro, debería ser mas observador- comienzo a girar el volante para dar vuelta en una esquina.
-¿yo? bueno, es una pregunta complicada- pensar en mi yo del pasado realmente no es complicado, era tal vez demasiado parecido a Souta -bueno, depende. Creo que era un poco salvaje al comienzo, muy desconfiado. Pero la familia me cuido, y comencé a cambiar, no era serio, me gustaba tener amistades, pero era muy responsable. Siempre era el número uno en mis clases- explico con orgullo.
Ya que solo puedo ver con uno de mis ojos, pongo mucho cuidado a la hora de conducir, así que vamos un poco mas lento de lo que llegaríamos si Touji nos trajera, pero hoy no tengo prisa para nada.

Dejo el auto en el estacionamiento, y camino prácticamente todo el tiempo detrás de Mia. Ella parece emocionada y entusiasmada, me gusta verla tan animada.
-Si que lo es- la sigo de nuevo para llegar a la taquilla, ya tengo las entradas, así que no tenemos que hacer esa larga fila y pasamos derecho.
-¿a que sala quieres ir primero?- pregunto para que ella decida que camino tomar.
Mas que admirar las obras, prefiero notar como ella se pierde observando lo que hay en este lugar. No quiero pensar en que se irá. Pero es lo que ella desea, y yo no puedo negarle algo a ella. Hoy me siento feliz por compartir estos momentos pero abatido por esa terrible promesa que le hice.

Me quedé mirando atenta y sorprendida, ahora entiendo porqué insiste tanto en que estudie y saque buenas notas. Él siempre me recalca leer libros, repasar, practicar mi caligrafía y otras cosas que tienen que ver con la escuela. A mi no me molesta, ya que tengo bastante tiempo libre, disfruto de aprender cosas nuevas. Al principio me costó muchisimo escribir, pero poco a poco me voy adaptando y es en gran parte gracias a él.
-Suena a que eras un buen hijo -hubiera sido bonito conocer a papá de joven. Así como lo pinta, parecía un chico agradable. No conozco muchos hombres de mi edad, pero todos parecen ser unos toscos e irresponsables, incluso Souta es un poco así- tendré que estudiar duro -me sentí de alguna manera presionada, es la única cosa que yo debo hacerla y tiene que salir bien.


Entramos a la galería y mi cara se mostró muy feliz, hace mucho que no me sentía tan emocionada por algo, demasiado tiempo en realidad.
-¡Esculturas! -alcé un poco la voz y me tapé inmediatamente al ver que las personas me volteaban a ver, debo guardar silencio- lo siento -dije bajito, y agaché la cabeza avergonzada. Tome un poco de aire y comencé a caminar, pero yo nunca he venido a una galería, así que me giré a donde papá para preguntarle- umh… no sé por dónde ir… -sabía que debía consultar a mi profesor antes de venir, pude haber preguntado un poco sobre cómo es una galería en la realidad, y dónde podría encontrar eso que tanto le gusta y nos ha mostrado.


Llegamos a un pasillo donde había muchos cuadros y un par de esculturas en el centro.
-Takashi Murakami -señalé con el dedo una escultura y me acerqué a observar- mi profesor lo mencionó en una de sus clases, por eso es que dije que quería venir acá. Nos enseñó fotos y quería verla en persona -caminé alrededor de la escultura viendo de abajo hacia arriba- pensé que era más grande -no sé nada sobre arte, pero me gustaría aprender mucho porque al estar en clase me quedo embobada viendo todo ese material que mi maestro ha investigado y recolectado por su parte- ¡mira esa! -hablé muy bajito pero se pudo notar la emoción en mi voz, aunque papá estaba mirando para otro lado y por eso tuve que tomar su mano para acercarnos a esa pintura- me recuerda a Massimo Listri, mi profesor también habla mucho sobre el arte del vaticano -volteé a verlo nuevamente para ver si es que le gustaba tanto como a mí, y noté que lo estaba sosteniendo de la mano- lo- lo siento -llevé ambas manos a mi pecho y sentí mi cara caliente. Traté de ver las demás pinturas aún con las manos en esa posición y mis mejilas rojas, incluso mi corazón se puso muy alterado.

Sonrió por su comentario, pues se muy bien que al comienzo fue realmente un desastre, mal educado, grosero y agresivo. Pero el jefe en ese entonces era realmente bueno conmigo, pero claro, también tenía mano dura. Creo que gracias al clan es que ahora soy lo que soy.No se como habría terminado si ellos no me hubieran rescatado, tal vez estaría preso o muerto, pero seguro no sería una buena vida.
-al comienzo no lo era mucho, pero me esforcé por serlo- aun cuando se trate de una mafia, yo recuerdo con mucho cariño todos esos años -pero si eres una excelente estudiante, no te presiones demasiado, eso tampoco es bueno- comento porque yo era asi porque era la condición impuesta a mi persona, pero con Mia no es así, yo quiero que ella solo disfrute de la vida.

Ella a empezado a ser más expresiva, creo que el cambió inicio desde que le hice esa promesa. Solo me río por la manera en que nos miran cuando ella habla fuerte.
-pues no hay un camino determinado, solo vayamos a cualquier sala, podremos ver todo lo que quieras, así que no te preocupes- no quiero que se sienta presionada por el tiempo o esas cosas, yo incluso haría que dejaran la galería abierta toda la noche solo para nosotros si ella así lo quiere.

La sigo, yo realmente no soy una persona muy interesada en el arte, ni siquiera mantengo vigente esa costumbre de marcar los cuerpos de las personas del clan.
-interesante... creo que me siento un poco viejo- comento porque simplemente no entiendo el arte... me gustan mas las cosas de estilo tradicional.
Miré un cuadro que estaba aun lado tratando de encontrar que era, pero creo que es eso de arte abstracto o algo así, para mi solo no tienen sentido, lo miro y me parece que hasta yo podría hacerlo. Ni siquiera me percato de que Mia me habla. Así que rápidamente giro mi cabeza para mirar quien toma mi mano. Me parece que estoy en un sueño.
Le sigo completamente embelesado por ese tacto y ni siquiera miro lo que me muestra, no puedo mas que mirar nuestras manos, porque aunque esta pasando, aunque siento su piel, y estoy mirando nuestras manos juntas, no me lo puedo creer.
Cierro en puño mi mano cuando ella me suelta y lo llevo frente a mi boca porque para mi sorpresa siento como mis mejillas arden un poco, me siento apenado por algo tan simple como esto. Ella me vuelve incluso un poco inocente.
-descuida, no pasa nada- digo sin mirarla esperando que mi corazón se calme
-¿que me decías? no te escuché- trato de decir para que no se note mi tonto estado...

Papá es muy comprensible conmigo, soy lenta para muchas cosas, miedosa. Y no me presiona para mejorar, me da tiempo y es cuidadoso con sus palabras. Creo que es un muy buen padre, seguramente su padre también era alguien que supo educarlo. Tengo entendido que él es quien crió a él y a Touji, y ambos son personas muy educadas y pacientes. Y además la señora Tanaka es también muy buena persona.


-¿Eh? oh.. no… nada -ni siquiera sé qué le dije antes de tomar su mano. Y aunque empecé a caminar despacio, mi cabeza no se concentra ya en las pinturas. Mi corazón sigue latiendo muy fuerte, mi cara sigue caliente. Me da incluso vergüenza mirarlo. Es mi padre ¿por qué me pongo así? Debe ser porque hace mucho no tenía contacto con un hombre. Pero por extraño que parezca no me desagradó. Si lo hubiera intentado hace tiempo yo incluso estaría llorando, pero ahora me siento muy nerviosa.
Respiro profundo un par de veces, no sé cuánto tiempo estuve caminando lento en la galería, ni siquiera he prestado mucha atención a las pinturas. Pero aún así se siente agradable el ambiente calmado.
-Este pasillo es especialmente colorido -caminé frente a un cuadro y lo señalé- mira, papá, es muy bonito -intenté hablar normal, no pensar demasiado en esa pequeña cosa. Es un progreso, me siento feliz. Este paseo es un gran paso para mí, y nuevamente es todo gracias a él.

Por la emoción me olvido momentáneamente de lo frágil que es nuestra relación. No debería comportarme de manera tan obvia sobre un contacto entre nosotros, aunque al menos ahora no ha reaccionado de forma tan tensa o dramática, pero creo que es obvio que no está cómoda.
-De acuerdo, entonces sigamos- digo tratando de sonar como el padre cariñoso que trato de ser, ese tono en el que he aprendido a ocultar mis sentimientos impuros por ella.

Seguimos nuestro camino, me concentro en las pinturas, hay algunas que resultan gratas a la vista y otras que simplemente no entiendo como le pueden considerar arte.
-Si, lo es- al menos parece un poco mas tranquila y eso hace que me vuelva a relajar de verdad. Es agradable pensar que tal vez ya no le doy tanto asco. En el fondo me gustaría no tener puestos mis guantes para poder conocer la sensación suave de sus manos. Pero creo que mis manos sin los guantes podrían resultar desagradables para ella.
-Tienes razón es muy bonito ¿lo quieres?- pregunto sin molestarme en mirar el precio de la pieza, la verdad es que el precio me da igual, solo quiero complacerla en todo lo que me sea posible.
-¿te gustaría ir a comer en especial al rato? - no le daré la noticia ahora, creo que sería mejor decírselo sentados y en calma. Aunque mas que nada es porque quiero postergar el decirle sobre su familia, porque no puedo evitar ponerme celoso. Se que ella no me amará, por eso me esfuerzo en ser su padre, pero cuando le de la noticia, lo poco que tenemos comenzaría a desaparecer en ese momento y no seremos mas que solo un par de conocidos.

Mi corazón se ha calmado. Me siento un poco tonta por haberme puesto tan nerviosa por algo tan pequeño, pero creo que desde que nos conocimos hasta el día de hoy, nunca nos habíamos tocado para nada. Es raro ya que es mi padre, ya sea la mano o el cabello no debería ser anormal si lo hace porque él se comporta verdaderamente como un papá lo haría, pero para mi ha sido un proceso difícil. Sin embargo con esto que pasó ya no lo veo imposible y eso me hace sentir bien conmigo y gran resultado de todo lo que he hecho desde ese día hasta hoy.
-No no -negué con la cabeza muy apenada- es muy caro -ni siquiera había visto el precio, y giré mi vista y abrí mis ojos acompañada de una mueca, es realmente caro- no, mejor otra cosa… -él no duda en comprarme lo que sea, aunque la mayoría de las cosas que pido son para la escuela, y todavía no tengo plena confianza para pedir algo así. Asentí con la cabeza y continuamos viendo los cuadros de ese pasillo, lástima que no puedo sacar fotografías.

Tardamos un buen rato viendo las pinturas y esculturas, incluso papá me compró un llaverito para mi teléfono.
-Gracias, fue tan emocionante -todavía me siento impactada por la variedad de arte y técnicas, las esculturas y el valor que le ponen a cada uno. No entiendo mucho pero definitivamente es fascinante- ¿a dónde vamos ahora? -él dijo que quería ir a comer, y la verdad tengo un poco de hambre- ¿podemos ir caminando o está muy lejos? Creo que esta avenida es muy bonita, y el día está fresco y agradable -al menos hoy no llueve, aunque froté mis manos un par de veces por el frío, pero caminar me hará entrar en calor.

Aun cuando llevamos todo este tiempo juntos, sigue sin importarle el dinero y esas cosas. Nunca me pide nada que no sea para la escuela. Me gusta que a pesar de todo ella solo no se convierta en una chica materialista, pero me gustaría mucho que cuando desea realmente algo, ella me lo pidiera.

-Que bueno que te ha gustado tanto- yo me he aburrido un poco con todo eso del arte, pero verla a ella tan linda y con ese entusiasmo poco normal en ella me hace feliz. Podría pasar el día ahí dentro solo por ella.
-Caminar no nos hará daño- supongo que ya debería estar pensando en como voy a decírselo, seguro que algo como eso haría su día mucho mas feliz -Y no se a que lugar vamos, caminemos y el que te guste ahí entramos ¿te parece bien?- ¿soy una persona muy mala si considero esto como una cita? algo como eso no debería importarme, porque no tengo que preguntar, se la respuesta, yo soy una mala persona, pero con ella solo quisiera ser diferente.
-me gusta mucho ver que te sientes mejor- obviamente hago referencia a el contacto que hemos tenido, y aunque me hace feliz por muchas razones, me alegra que ella esté mejorando.
Mientras caminamos noto como un niño la mira, creo que deben ser de la misma edad. No me gusta que la miren de esa manera, así que me cambio de lado para interponerme entre ella y ese tipo. Ella es muy hermosa, es imposible que no robe las miradas. Por estar con ella no puedo hacer nada más que solo estar a su lado, pero si pudiera me encargaría de que ese insolente no volviera a mirar a nadie de esa manera -Mia, hay algo que quiero decirte- comienzo a hablar, porque ya no puedo, si no se lo digo ahora creo que no se lo diré jamás -he estado trabajando mucho, pero la promesa que te hice, estoy cumpliéndola.

Caminamos despacito, yo estaba atenta a mi alrededor porque no suelo salir de casa más que el camino a la escuela. Me he perdido de esta ciudad tan grande, muy diferente a donde yo crecí. Es tan bonito casi todo, la gente camina muy rápido y hay demasiada a pesar del frío.
-Me gustaría… tal vez algo dulce -aparté la vista apenada, él siempre me dice que pida lo que quiera pero me sigue apenando ser tan caprichosa. Pero él no ha dado algún lugar como opción, creo que su idea es realmente buena, porque podremos probar una comida nueva los dos, así no seré la única que desconozca el lugar como hace un rato.
Me siento extrañamente feliz, y cada que me percato que voy sonriendo vuelvo nuevamente mi cara seria, pero es tan complicado. Antes me era difícil sonreír o sentirme bien, ahora no puedo parar de hacerlo.


-¿Eh?... oh… sí -sentí mis mejillas rojas y acaricie una mano con la otra, sus manos se sentían un poco cálidas a pesar de traer los guantes puestos- es… es gracias a ti que puedo sentirme… más cómoda -creo que he tartamudeado, y la cara empieza a sentirse caliente. Dios, que vergüenza, pero quería agradecer un poco lo mucho que ha hecho por mi. Sin su apoyo yo seguiría encerrada en ese lugar, incluso muerta. Me ha dado una hermosa segunda oportunidad, estoy muy agradecida. Detuve mi paso, pero lo retomé inmediato y a ritmo lento. Esperé que él hablara, me dio un poco de miedo el pensar qué podría decir con ese tono desganado- eso -lo había olvidado. No es que no deseara ya regresar con mi familia, simplemente pensé que serían palabras que me ayudaran a tener un poco de esperanza y calma. Y funcionó, por ese detalle comencé a confiar poquito en él, y luego más, y más. Y debería sentirme muy feliz ahora- gracias -mi voz no sonó agradecida para nada y me odio un poco por eso. Las cosas regresarán a su curso, ¿está bien eso?- ¿podemos entrar allí? hace frío -me sentí cansada de repente, quería ser feliz, no podía ir mejor el día con esa noticia. Pero había algo que me inquietaba, y pensé que era mejor si comíamos tranquilos y yo dejaba que las cosas corrieran por su cuenta.

-¿un pay o pastel?- pregunto porque no tengo mucha idea, creo que a mi edad ese gusto por cosas dulces se ha extinguido un poco, aunque realmente nunca tuve mucha oportunidad de gustar de esas cosas. Cuando era pequeño y que sería normal que los dulces me gustaran. Yo vivía en el orfanato y esas cosas eran un lujo que no podíamos tener. Robar para conseguirlo era lo más fácil, pero tampoco ocurría muy seguido, era mejor comprar unas pizzas del pan mas barato, ya que el hambre podía mas que el antojo de un dulce.

Los últimos meses creo que han sido el tiempo en que ella y yo nos hemos acercado más. Desde el día de esa promesa que le hice. Debe desearlo demasiado porque desde entonces comenzó a cambiar un poco. Si se tratara de otra persona, yo solo le consideraría egoísta, estaría cansado de todo el esfuerzo que pongo por ella y de la manera en que simplemente me ignora o rechaza. No habría soportado la frialdad con la que ella me trataba si viniera de otra persona. Pero solo por ser ella, eso lo cambia todo.
-Me alegra escucharlo- con una sonrisa pienso que tal vez pueda ganar un abrazo de ella antes de que se vaya de mi vida. Soy patético y me conformo con tan poco.
Esperaba ver un poco mas de emoción en cuanto le comenzara a decir eso, pero ella no ha reaccionado con el entusiasmo que esperaba, ni siquiera con la emoción que demostraba cuando entramos a la galería.
-Entremos- la miro confundido porque no comprendo que ha ocurrido.
El lugar al que entramos es una cafetería o al menos a mi me lo parece, pero realmente ya no entiendo mucho los conceptos de estos nuevos establecimientos.
Caminamos a una de las mesas y tomo el menú que nos entrega la mesera, pero no veo lo que hay, porque pido un café para tomar por ahora, mientras Mia elije que quiere.
-¿pasa algo?- no puedo solo ignorar su ánimo decaído de repente, yo solo quería hacerla feliz, pero creo que he fallado en algo, estiro mi mano pero solo la dejo en la mesa, que ella me tocara hace rato no significa que yo pueda tocarla ahora como si nada. Cierro mi puño conteniendo mi impulso -Estabas tan feliz hace rato, ¿hice algo mal?- me siento preocupado y no lo oculto, a ella no puedo ocultarle nada.

La cafetería es muy bonita. Trato de sonreír para seguir con la tarde amena, pero lo que me ha dicho me dejó inquieta. Aunque tampoco habla de una fecha próxima, pero pensar que dejaré esta vida a la que ya me estaba acostumbrando, duele un poco. Extrañaré a Emi, a mis profesores e incluso a Souta y la señora Tanaka. Extrañaré a papá también, y me siento un poco triste de repente. Aunque lo mejor es imaginar que ese día no llegará todavía, pero el hecho que lo mencione quiere decir que realmente cumplirá con su promesa. Y no es como si no lo quisiera, ahora me siento muy confundida por lo que quiero y lo que no.
-Un banana split y té oolong -pedí mi orden y me quedé viendo a la mesa, no recuerdo cómo es que pude estar en la galería sin preocuparme por qué hablar o cómo actuar- ¿eh? oh, nada -sonreí ligeramente y volví mi vista a la mesa luego de responder. Creo que sí se nota mi cambio de humor.


Papá hizo todo por darme un paseo tranquilo y agradable, debería de ser más agradecida y no dejarme llevar por las dudas y desperdiciar su tiempo.
-No, no, para nada -levanté la vista y negué con ambas manos- solo, umm -las apoyé sobre la mesa y comencé a dar golpesitos con mis dedos- estaba pensando en lo que dijiste, no… la verdad no lo recordaba -mi voz se hizo más tenue, seguramente pensará que soy una caprichosa indecisa, y que ahora que veo que puedo tener una buena vida, ya quiero quedarme. Es un poco así, pero es más bien porque les he cogido cariño a todos ellos, me convertí en una persona nueva y empiezo a gustarme- oh, pero estoy agradecida porque hayas recordado lo que prometiste -le sonreí tratando de parecer feliz- solo que los extrañaré a todos, pero les escribiré muy seguido -intento buscar el lado bueno de las cosas. Si lo pienso así, no solo podré ver a mi familia de nuevo, si no también me llevaré conmigo el recuerdo de buenas personas, y no sé, tal vez pueda verlos en alguna ocasión. Le eché un vistazo a la cafetería mientras llegaba nuestro pedido, no quiero que piense que estoy triste porque no es así, o no lo sé realmente pero quiero disfrutar un poco más a su lado.