Nuestro comienzo [Souta]

Quiero llorar y gritar, quiero regresar a casa y golpear a ese hombre, decirle que no la bese, que se aleje de ella, que ella es mía y siempre lo será. Un escalofrío me recorre el cuerpo al saber que eso ya no es algo que creo con ciega fe. Ella lleva saliendo meses con ese hombre y yo no soy más que solo el hijo molesto. Pero al menos tengo ahora dos amigos a quienes incluso veo fuera de clases, algo que no podía hacer antes de que ella consiguiera ese novio. Estoy tan celoso… Es por eso que no dudo en aceptar salir hoy con Souta e Ivan. Con ellos puedo dejar de pensar en mi vida.

Me llevo mucho mejor con Souta, es un chico muy divertido y lleno de energía, me gusta mucho su compañía y a veces hace sentir un poco especial al haberme aceptado como su amigo. Sonrió un poco pensando en el más bajo de mis amigos. Pese a su carácter tan caótico, a mi me gusta mucho su compañía y presencia.

Llego al lugar donde me han dicho que nos veremos, miro la hora y he llegado a tiempo, pero no veo a nadie en el lugar, así que espero un rato antes de llamarles, no quiero parecer desesperado. Miro la hora constantemente y también en todas direcciones para ver si aparecen.
Apenas estoy por llamarles ignorando el sonido de aquellos pasos acelerados, alguien, no es más de una persona, pero corren con mucha fuerza, pues sus pasos resuenan en el cemento, y se acercan cada vez mas, así que levanto la mirada y pienso como esquivar a las personas que vienen en mi dirección. Pero me quedo parado y confundido cuando veo a esas personas.

Los problemas en mi casa continúan, la abuela se enojo porque me suspendieron de nuevo pero ella no entiende que sólo peleo  por defenderme de todos esos chicos que me molestan sólo porque mi madre me abandono, no es mi culpa siempre llegar cubierto de heridas, cuando incluso mi propio padre es el que más cicatrices me ha dejado. Los odio a todos, realmente los detesto y quiero que se mueran, a los únicos que quiero son Ivan e Ilkin, esos dos son geniales, si no fuera por ellos me sentiría solo y eso no me gusta.

Hace un par de semanas mi padre había pasado por la casa y como es su costumbre me había golpeado hasta cansarse, así que ya recuperado de mis heridas no pude evitar meterme en una pelea antes de encontrarme con mis amigos, debó sacar un poco de esa ira que me provoca ese hombre cada que viene. Creo que me he metido en problemas ya que resulta que no sólo era uno, sino que sus amigos llegaron a defenderlo y todos parecen sujetos peligrosos. Me echo a correr y logro perderlos, lo mejor será ir al encuentro de mis amigos, no me gusta involucrarlos en estas cosas pero no puedo dejar que simplemente me den una golpiza por ser más.

Justo cuando logró distinguir a Ilkin a la distancia, me doy cuenta que esos tipos me siguen aún  
– ¡Mierda!- grito y apresuro mi paso, soy bueno para correr también así que logro adelantarme y llegar primero a dónde me espera mi amigo – ¿Dónde está Ivan?- le pregunto sujetándolo por el hombro –corre, esos tipos me están siguiendo y uno de los que viene detrás de ellos parece está armado- le digo apresurado. Le llamaré después a Ivan, simplemente no quiero que lo vean con nosotros, si puedo huir con Ilkin por ahora.

Mientras se acercan esas personas logro distinguir que el que viene hasta el frente no es otro más que Souta.
-no lo sé-respondo apresurado a su pregunta por nuestro amigo que aún no llega. Bromearía diciendo algo como que seguro su hermano no lo dejó venir, pero creo que ahora es más importante correr.
Sigo a Souta de cerca mirando de vez en vez hacia atrás esperando a que solo nos dejen en paz.
-¿que hiciste ahora?- le pregunto confundido y un poco asustado.
Se que mi amigo suele meterse en problemas con facilidad, es normal verlo siempre con algún moretón de algún golpe o quejándose de algún dolor. Esa inclinación suya por la violencia siempre me ha preocupado. Pero jamás lo he mirado de primera mano, solo soy el amigo que no aprueba su manera de hacer las cosas pero aún así los acepta. Él e Ivan son unos buscapleitos, sobre todo Souta y el otro aunque aveces parece más sensato siempre se lanza a los golpes cuando Souta lo necesita. Se que también el rubio suele tener sus propias peleas aparte pero son muy pocas en comparación en las que se mete por causa de nuestro amigo de ojos rojos.

La adrenalina por huir altera mi organismo. No soy malo en deportes pero estoy seguro que en otras circunstancias no soportaría correr sin descanso la distancia que llevamos.
-no… - trato de hablar al moreno sintiendo como mi pecho me duele porque comienza a ser difícil que el oxígeno entre a mi sistema. Echo una mirada a mi espalda luego de doblar una esquina, ellos ya van más atrás pero aún escucho sus gritos de que nos pisan los talones. Se que mi amigo no es el más avispado y si fuera por el correriamos un maratón para perderlos. Así que como puedo tomo su muñeca y lo jalo para doblar en un pequeño callejón donde llama mi atención una vieja ventana de una casa que parece estar en desuso.
-entra- le digo casi en un susurro mientras yo me meto. El apenas va a medio camino cuando lo jalo porque escucho las voces de nuestros persecutores. Hago que quedemos en el suelo y de manera instintiva cubro su poca para que no vaya a hablar.

-Ni modo, él se lo pierde- le sonrió divertido. Me siento realmente aliviado de que Ivan no esté cerca, aunque por otro lado hubiera preferido que fuera él y no Ilkin con quien me encontrara, ya que él normalmente evita las peleas y si tenemos que hacerlo tendré que enfrentarme a esos tipos yo solo.
-Nada- niego al inicio pero no soy bueno mintiendo y menos cuando tengo oportunidad de alardear sobre mis peleas –estaba molesto y uno de esos sujetos me había estado fastidiando últimamente, creí que estaba sólo y le rompí un diente, pero sus amigos estaban cerca y ahora me persiguen- explicó a grandes rasgos sin entrar en detalles. Sé perfectamente que me ganaré un buen regaño por parte de mi amigo una vez que estemos fuera de peligro, soy bastante impertinente e incluso el orientador de la escuela me dijo que le preocupaba mi futuro, que terminaría muerto o convirtiéndome en un criminal, ninguna de las dos me importa, nadie espera nada de mí, ni siquiera yo.

La gente que se topa con nosotros sólo se hace a un lado para esquivarnos sin saber lo que ha pasado, por mi parte río divertido, huir es casi tan emocionante como pelear.
-¿No?- le pregunto intrigado, ya que aún esos tipos nos siguen, sus voces se escuchan tan cerca que comienzo a preocuparme, podrían dispararnos si no tenemos cuidado –oye a dónde…- no terminó de hablar ante el repentino jalón sobre mi muñeca, confío en mi amigo y lo seguiré, sólo porque ya no queda mucho lugar a dónde correr.
-sí- me meto por la ventana con una habilidad casi gatuna y lo espero a que él entre también, hace mucho que no me sentía tan asustado como ahora. Ilkin cubre mi boca y yo me abrazo a él, las voces de esos sujetos se escuchan afuera y tan cerca de nosotros, de pronto se escucha un disparo al aire y yo sólo abrazo más fuerte a mi amigo.

“Los perdimos, ese maldito mocoso lo va a pagar” se escucha afuera y luego los pasos al alejarse. Estoy en serios problemas y todo por algo realmente estúpido.

Se que la mejor persona para estar ahora a su lado sería Ivan, esta clase de ambiente no es para mi. Me siento tan fuera de lugar, claro siento la adrenalina pero el miedo no me deja en paz. ¿Por que tengo que verme envuelto en esta clase de cosas solo por conocer a Souta? No me gusta lo que hace, pero se que es su manera de vivir la vida, yo mismo tengo cosas en mi vida que se que muchos no entenderían y me juzgarán, por eso no me interesa juzgarle, pero al menos esperaba nunca verme metido de esta manera en sus asuntos. Es verdad yo aveces le ayudo para sacarlos de problemas, les sirvo de coartada y ese tipo de cosas, pero no quiero pelear con nadie por un motivo que no se ni siquiera si mi amigo sabe.

¿Como puede explicarme todo eso mientras corremos? Aveces solo creo que el no es humano, yo apenas y estoy logrando respirar y poder seguirle el ritmo y en la escuela soy de los mejores deportistas, pero simplemente bajo esta clase de presión yo solo no puedo sobresalir, más bien solo quiero sobrevivir.
Para el es mucho mas fácil entrar pero para mi mi propia estatura hace que se me complique un poco, aún así logro que terminemos en el suelo. Es tan rápido para lanzar golpes pero tan lento para muchas otras cosas como para esconderse. No me importa hacerlo caer al piso a mi lado y tapar su boca, no se si en otra situación el se enojaría conmigo por hacer esto, pero ahora solo es mi instinto de supervivencia el que me hace reaccionar de esta manera.
Esos tipos eran peligrosos ¿por que no se fija con quien se mete en peleas? Hago que nos quedemos en el suelo por un rato porque temo que esos hombres anden cerca y nos encuentre.
-te golpearia ya mismo si no fuera porque estoy en contra de eso- le digo muy bajito dejando caer mi peso sobre él. La adrenalina se a bajado y mis piernas me tiemblan por el esfuerzo de tanto correr.
-y ahora estoy todo sucio- digo al notar la cantidad de polvo que se esta pegando a mi ropa. Soy demasiado quisquilloso con la mugre y ese tipo de cosas.

Estoy seguro que me irá mal cuando esto termine, seguro que no sólo Ivan va a regañarme si no también el amargado de su hermano, aunque con tal de verlo con el ceño fruncido no me importa, me cae mal pero me gusta y al menos se preocupa por mí y me saca de problemas aunque sólo sea porque su hermano menor se lo pide o porque nos involucra a los dos. Ahora mi máxima preocupación es cómo voy a disculparme con Ilkin por involucrarlo y arriesgarlo de esta manera, él es diferente de mi e Ivan, ni siquiera sé porque se junta con nosotros pero disfruto tanto su compañía, incluso ahora me siento un poco feliz de que las cosas hubieran terminado así, aunque estemos los dos en el suelo tan sucio.

Suelto una suave risita ante su amenaza y me pego a su pecho para que no me escuchen, es que es realmente lindo cuando pretende ser intimidante –No me golpees entonces, señor pacifista- le respondo con una sonrisa y sin darme cuenta que mantengo el abrazo, me siento más relajado ahora que ya no se escuchan pasos afuera –no te quejes, pareces una niña- sé que es un vanidoso pero creo que a veces exagera con su cuidado. Al sentirlo caer sobre mi cuerpo lo abrazo con más fuerza, no quiero que se separé de mi, aunque sea por un poco. Mi corazón no detiene su pulso acelerado, al contrario creo que late más rápido que cuando estábamos corriendo para huir, jamás me he interesado realmente por alguien, pero ahora que estamos así, me siento extraño es como si quisiera que me abrazara más y nunca me soltara, me hace sentir tan tranquilo.

-Lo siento Ilkin, no debí haberte involucrado en esto- no soy de los que se disculpa comúnmente, es sólo que tengo miedo de que si dejo que mi orgullo domine, se alejará como todos –además me ofrezco a lavar tu ropa, princesa- no puedo ser amable todo el tiempo o simplemente no sería yo.

El se burla de esa manera de mi porque sabe que es imposible que yo solo le vaya a poner un dedo encima como intento de agresión. Solo suspiro resignado porque creo que el acarrea tanta violencia en su aura que aveces hasta yo mismo me contamino con ese tipo de sentimientos agresivos, más ahora que me ha hecho entrar en este asunto tan delicado.
-Eres malvado Souta, te aprovechas de mi bondad- comento resignado a aceptar que no le haré ni siquiera un poco de daño físico.

Giro los ojos cuando el me lanza esas palabras. Somos tan diferentes que no entiendo muy bien como es que somos amigos. Deben ser nuestras diferencias las que nos ayudan a seguir así.
-odiar la suciedad no me vuelve una niña, solo una persona que disfruta de las cosas limpias- comento tratando de defenderme, aunque no se ni de que. Suelto otro suspiro resignado, el me hace ponerme a la defensiva con sus ataques infantiles.

Me separo de él cuando lo escucho soltar esas palabras, creo que mis ojos se han abierto ante la sorpresa de escucharlo.
-pues claro que no debiste, podías haber seguido fingiendo que no me conocías- declaro un poco molesto pero se que mi amigo no es de los que piensa tanto las cosas… no es tonto, para nada, pero solo que no suele pensar en más de una posibilidad en situaciones como la que ha pasado hoy -¿que voy a hacer contigo?- digo ahora más preocupado que enojado -no digas eso, yo esta ropa no la volveré a usar- declaro sentandome para separarnos pero aún escucho algunos pasos afuera por lo cual regreso al suelo -¿serán ellos?- pregunto preocupado.

Por un momento he olvidado que nos siguen y que se supone le llamaría a Ivan para decirle que tuviera cuidado, que me siguen y más vale que se esconda o podrían tomarla contra él. Ahora mi interés se ha volcado por completo en Ilkin, tenemos poco tiempo juntos a comparación de con Ivan  pero me hace sentir cosas diferentes cuando estoy a solas con él.
-No me culpes, tú me sigues por voluntad propia- sin darme cuenta le sonrió de manera coqueta –aunque tal vez si me aprovecho un poco- acepto orgulloso, y feliz de que él esté dispuesto a tanto por mí.

Si no río a carcajadas es sólo porque no estoy seguro de que estemos a salvo, pero es que Ilkin a veces parece tan delicado que no encaja para nada con nosotros –es que eres demasiado delicado. No está tan sucio- argumentó sin estar seguro de que así fuera, ya que la oscuridad del lugar ni siquiera lo dejaba ver sobre que estaban acostados –además así podrás presumir que aprendiste a vivir como un verdadero hombre cuando vuelvas tu palacio, mi apuesto príncipe- sé que él viene del extranjero y que vive con su madre, y por lo que escuche su padre es un hombre poderoso, aunque no conozco a detalle mucho sobre su vida personal.

Entrecierro mis ojos e infló un poco mis mejillas, alcanzó a notar su expresión, por eso es que no me gusta disculparme, la gente jamás lo toma enserio.  
-Lo haré para la próxima vez. Después de todo tú no eres de mucha utilidad en estos casos y no pienso obligarte a maltratar tus hermosas manos- me hago el ofendido como si en verdad lo fuera, aunque mi amigo tiene razón, es injusto que lo involucre en asuntos que no le corresponden –no lo sé, puedes dejar de hablarme cuando quieras- le respondo molesto y dolido, después de todo nadie lo obliga a estar conmigo –delicado- me levanto y evito mirarlo, seguro que no volverá a acercarse a mí después de que salgamos de está.

Las voces de afuera parecen discutir sobre algo, después uno de ellos indica que parece ser que vio a los chicos seguir en dirección hacia el puerto y luego los pasos de nuevo se perdieron a la distancia

–Creo que ya se fueron- murmuro en el suelo, por primera vez en mi vida me siento triste al imaginar que podría perder a alguien –deberíamos salir de aquí y averiguar- mi tono de voz se ha vuelto bajo.

Levanto una ceja un poco incrédulo de lo que dice.
-claro que te seguí, sino ellos la tomarían conmigo, soy pacifista pero no idiota- refunfuño un poco molesto por sus palabras.
¡Un momento! ¿el acaba de coquetearme? Le miro un poco confuso. Yo nunca he sido de esos chicos que ponen sus ojos en una y luego en otra persona, llevo con la misma persona desde que tengo deseos sexuales y nunca me he puesto a pensar en si alguien más me podría gustar. Se que soy raro, pero hay algo que no puedo negar y es que Souta tiene algo distinto que cualquier otra persona que haya conocido. Y ahora que estamos tan cerca, me percato de que no me es indiferente. Siento un poco de cosquilleo en mi estomago, un poco de nervios al verlo con esa sonrisa coqueta que creo que me he sonrojado. ¿Es que acaso puedo gustar de alguien más a parte de ella?

-claro que lo está, este lugar es asqueroso- replico un poco cansado de que el se burle de esa manera de mi “refinada” manera de ser -no veo como la mugre de un lugar pueda determinar que tan hombre soy- giro los ojos cansado de la discusión, pero es mi culpa porque le estoy dando pie para que me siga molestando con lo mismo.

¡Dios! El se enoja con tanta facilidad, ha pues mi vida en peligro y me hace sentir como si yo fuera el malo en todo esto. Pero no puedo negarlo, el ver esa cara enojada en su rostro es algo lindo, no sé, pero realmente su expresión no es de esas que hagan temblar a las personas, más bien acelera un poco mi corazón.
-y tu eres un enojón- le digo sin pena a que se enoje aún más -tendrás que dejarme de hablar tu a mi- de alguna manera es una amenaza a mi estilo…

El dice que debemos salir de aquí, ¿es que acaso no tiene sentido común? Salir significa que ellos podrían vernos… le tomo con fuerza para que no se mueva.
-estoy seguro de que eso no es lo más sensato, esperemos un poco más- digo abrazandole con fuerza como si eso fuera a lograr que el no quiera hacer algo tan impulsivo e idiota como las personas de las películas de acción y de terror. Lo mejor es solo esperar, seguro que ellos se cansarán antes que nosotros.

Me encojo de hombros como si estuviera recibiendo un regaño, sé perfectamente que esa no era la intensión de Ilkin, aun así no pudo evitar sentirse mal, era demasiado sensible con las personas que le importaban y sus sentimientos resultaban fácilmente heridos aunque no lo demostrara.
-Ya, como sea ya estamos aquí. No te sigas quejando o nos escucharán esos sujetos- a pesar de todo no externo mi sentir, sólo sigo el hilo de la conversación.
Mi corazón late con fuerza, no puedo dejar de mirarlo, aunque no logro descifrar la expresión en su rostro, tiene unos ojos muy bonitos y unos labios bastante carnosos, me pregunto qué se sentirá besarlo.

Definitivamente es un exagerado, sino fuera por la situación en la que estamos ya lo habría revolcado en el piso –ya deja de quejarte, tu elegiste ese lugar y gracias ello logramos perder a esos tipos, hime-sama- que sea tan delicado me fastidia un poco –no me refiero a que la mugre determine que tan hombre eres, a lo que voy es que eres demasiado exagerado por un poco de mugre, pareces una chica- le vuelvo a echar en cara.

No soy de los que saben cómo controlar su temperamento, de hecho eso es lo que nos ha metido en ese problema y me ha metido en muchos otros, la única forma en que se vivir es la violencia, desde que tengo memoria es la única constante en mi vida.
-No soy enojón, es sólo que todos se empeñan en hacerme enojar- refunfuño de nuevo, es que este tipo me está comenzando a fastidiar, le daría una patada pero seguro que esos sujetos nos descubren, con lo delicado que es seguro arma un escándalo. Pero entonces me dice aquello, que en vez de enojarme me hace sentir realmente feliz –No te dejaría de hablar nunca- respondo seguro, mi corazón ha dado un salto, al saber que él no me dejaría.

Cuando me agarra, mis mejillas se tiñen de rojo y esquivo su mirada tratando de evitarlo –no me gustan los lugares pequeños y oscuros- le digo bajito, aunque la verdad es que me empiezo a sentir nervioso de estar tan cerca, y no me gusta sentir lo que estoy sintiendo. Sin embargo me aferro a él mientras me abraza, extrañamente me gusta la sensación de ser protegido –Ilkin- le llamó sin saber porqué, sólo quiero que me miré, es verdad que le tengo un poco de miedo a la oscuridad.

El es tan pesado con lo que me dice, pero ya no le respondo nada, porque sería solo seguir en una pelea sin final. Creo que por eso es bueno que Ivan esté con nosotros. Yo los aprecio mucho a ambos, aunque Souta es un poco más especial porque fue con el primero que hable, pero la verdad es que nuestras personalidades chocan demasiado, así que el rubio hace que nosotros nos mantengamos calmados.
-aja- digo aún molesto pero sin ánimos de seguir la absurda discusión.

Suelto un suspiro resignado a no seguir peleando, para ser un pacifista el me hace no parecerlo tanto. Aunque no entiendo su afán de compararme con una chica, he conocido mujeres que no tienen problema alguno con la suciedad. Realmente es una persona muy sexista lo cual es algo molesto en momentos como este. Solo giro mis ojos pero no digo nada y gracias a la oscuridad se que no ha podido ver mi gesto.

No se si mi corazón se ha acelerado por lo lindo que es Souta o por lo enojado que estoy, pero me calmo cuando el dice que no me dejará de hablar. Me molesta un poco ese orgullo suyo y su poco cuidado en sus palabras, a mi me hace enojar pero a otros los hiere sin pensar demasiado en las consecuencias.
“Y la chica soy yo” pienso y lo guardo para mi, porque no quiero que peleemos más.
-no es tan pequeño, esto debe ser un salón -comento tratando de que se sienta mejor -y la oscuridad, solo cierra los ojos y no pienses tanto en ella- sugiero amablemente.
Escucho un auto que esta pasando afuera y las luces de sus faros iluminan un poco el lugar donde estamos. Me quejaría de lo sucio y horrible del lugar pero mis ojos solo estan clavados en Souta y lo bello que luce en este momento, incluso con su cabello lleno de polvo. Mi corazón se emociona de una manera que solo otra persona ha logrado en mi. ¿Desde cuando este chico me acelera el corazón? No lo recuerdo, pero creo que no es la primera vez, solo que antes prefería ignorarlo. Trago un poco de saliva por lo nervioso que me siento. El auto se a alejado con su luz pero yo sigo nervioso y emocionado, y con mi nombre pronunciado solo termino rompiendo con la distancia entre nosotros y le beso por un segundos… Me va a matar, eso es lo que pienso en cuanto nuestros labios chocan y me separo de él cerrando mis ojos con fuerza en espera de ese golpe que seguro me dará.

Mi peor defecto es no saber cuándo quedarme callado, a pesar de que he notado que Ilkin está enojado y que mis comentarios están fuera de lugar, sigo insistiendo con lo mismo, necesito estar seguro que gane la discusión y no sólo eso, que he logrado mantener su atención en mí.
-¿Ya no dirás nada?- me hace enojar más el que me dé por mi lado a que me responda, incluso si me golpeara no estaría tan molesto.

La discusión ha terminado, y ya no tenernos más de que hablar. Trato de escuchar los ruidos de afuera y distinguir si los sujetos de antes siguen afuera, quiero salir de aquí, estoy enojado, asustado, nervioso. Ya no me entiendo a mí mismo, desde hace un rato que no puedo dejar de ser consciente de lo cerca que está Ilkin de mí.

Ya no se escucha nada de ruido afuera, y los de adentro me ponen bastante nervioso, malos recuerdos comienzan a bombardear mi mente y sólo agito mi cabeza en espera de que se disipen.
-Es que está muy oscuro- insisto, aunque diga que el lugar es más grande de lo que parece, ahora que soy consciente de la oscuridad que hay aquí comienzo a sentir un poco de pánico –no te vayas Ilkin- le digo bajito mientras cierro mis ojos y lo abrazo con más fuerza como si fuera dejarme en cualquier momento. Mis ojos se mantienen cerrados y sólo escuchó el ruido del auto que pasó, sin embargo no los abro a pesar de percibir la luz de los faros, de pronto me siento relajado, tranquilo, como si todo lo malo en vida sólo hubiera sido producto de un mal sueño.


¿Qué fue eso?, me preguntó y abro mis ojos de golpe, acaso eso fue un beso, aunque como podría llamarlo “beso” si nuestros labios apenas y se han tocado –ese fue mi primer beso- llevo mis dedos sobre mis labios y lo miró con los ojos llorosos y con el rostro totalmente rojo, me siento estúpido por ser tan emotivo ante algo como eso –eres un idiota- lo insulto y pasó mi brazo por detrás de su cuello y poso mi mano sobre su nuca para pegarlo más a mí y hacer o al menos intentar que nuestros labios se junten de nuevo, esa sensación me ha gustado, así que le doy apenas un pequeño beso, inocente y casto, yo no tengo la menor idea de cómo se hace, pero si de lo mucho que Ilkin me gusta.

Comienzo a negar con mi cabeza y complemento con un “no” susurrado. Claro que desearía solo decir más cosas y tumbar por fin todos sus tontos argumentos, pero el es tan necio que aunque uno tenga la razón el solo seguita negando lo obvio.

El que se comporte de una manera tan delicada y me pida qe no me vaya, eso conmueve mi corazón. Este Souta tan delicado y frágil ante mis ojos es alguien que jamás había visto. No solo es lindo sino que su imagen ahora me conmueve y me hace querer cuidarlo.
-no te dejaría- le digo en un suave susurro esperando que se sienta más tranquilo.

Ese golpe no llega pero si su revelación de su primer beso. Se lo he robado así sin pensar, pero yo no sabía que el nunca… el suelta esa ofensa y creo que por fin me va a golpear pero para mi sorpresa el solo me da otro beso.
Yo ni siquiera sabía que una persona de mi mismo sexo podría gustarme, pero besar a Souta no me ha molestado ni un poquito, al contrario, me ha gustado. Creo que por segunda vez en mi vida siento que una persona me gusta. Y ese segundo beso entre nosotros; que el ha dado, me confirma que no le soy indiferente. Vuelvo a buscar sus labios. El polvo del lugar ha dejado de importarme.
Mis labios acarician los suyos con un poco de ternura. No necesito darle un beso apasionado y ansioso, creo que no es el momento yun beso lleno de ternura es lo único que necesito ahora. Además de que creo es la mejor manera de que el vaya aprendiendo. Luego de algunos segundos o minutos me separo de él y apoyo mi frente en la suya.
-me gustas- quiero ser claro, porque esto no es algo que yo haría con cualquiera, si el acelera mi corazón y aún pese a nuestras peleas yo no quiero alejarme de él, es porque es obvio que siento algo más que una simple amistad. He necesitado de este raro momento para darme cuenta pues he estado tan centrado en la relación de ella que he olvidado poner atención a mi entorno - no se desde cuando me gustas, pero me gustas mucho Souta- admito ocultando mi rostro en su cuello pues me siento avergonzado de mi confesión. Una cosa es un intercambio de besos y otra muy diferente es confesar sentimientos.

No puedo hacer nada contra mi talento natural para hacer enfadar a las personas, y justo ahora he logrado hacer enfadar a Ilkin, pero no es que lo haga apropósito simplemente no sé cuándo detenerme, en ocasiones llego a pensar que estoy tan acostumbrado a ser agredido que necesito de ello para sentirme tranquilo.

Pocas veces me puedo dar el lujo de mostrar mi lado más vulnerable, ni siquiera Ivan con quien tengo la relación más cercana me ha visto de esta manera, creo que al contrario es con quien quiero aparentar ser más fuerte, quiero protegerlo porque sé que guarda mucho dolor, así que tengo que ser fuerte por los dos. En cambio con Ilkin, no sé porque pero ahora que estoy entre sus brazos siento que puedo quebrarme y dejar salir al niño asustado que en verdad soy.
-Gracias- me siento cada vez más extraño, mi cuerpo se siente tan caliente y mis manos están sudando, jamás había sentido esto por alguien, no hasta ahora.

Si no fuera por lo mucho que lo quiero, ya le habría dado una buena patada en los testículos por hacer algo como eso, aunque si sólo lo hizo para burlarse de mí, juro que lo dejaré sin descendencia, para mi significa mucho lo que acaba de hacer. Siempre he sentido aprecio por Ivan e Ilkin pero en qué momento empecé a sentir algo diferente por él, yo sólo sabía que detesto a las mujeres y que no me gustan pero jamás imagine que me pudiera gustar un hombre tampoco. Desde que entramos en este lugar y me sostuvo entre sus brazos no he podido dejar de pensar en querer estar así por siempre, en que me gustaría que nunca me suelte.
No tengo idea de cómo se debe dar un beso, odio las películas románticas y cuando veo a mis compañeros de la escuela o gente en la calle besándose siempre los esquivo, se me hacía tan detestable, pero ahora que lo he experimentado, me tiene fascinado, aunque sean apenas caricias sobre mis labios.

Lo miro fijo y con los ojos bien abiertos, sin creer lo que él ha dicho –A mí también me gustas- respondo sincero y directo, tal vez tanto que podría parecer que no entiendo la magnitud de lo que estoy diciendo, pero lo sé, mi corazón late más fuerte, mi estómago duele y mi cabeza da vueltas y todo por él. Cuando él se esconde entre mi cuello, yo levanto mi mano para alcanzar su cabeza y acariciar su cabello –yo no creí que me pudiera gustar alguien, pero tú me gustas y no quiero que te vayas, quiero que me abraces y me beses muchas veces más- confieso avergonzado y sin dejar ese tono agresivo que me caracteriza, pero es que en verdad me cuesta mucho trabajo decir todo lo que le he dicho.

Todo esto es tan raro, no creía que podría sentir esto por alguna otra persona. En parte me siento culpable de sentir esto pro Souta, pero él es tan lindo que mi corazón no quiere detenerse y calmarse un poco, solo está ansioso de explotar con toda esta emoción. ¿Pero esto no esta mal? No, claro que no lo está, ella ya esta con alguien más, hace ya tiempo que hemos comenzado a tener la relación común entre madre he hijo y por primera vez siento que ese vacío que ella ha dejado en mi alma está siendo llenado con creces. Souta me gusta tanto que incluso no me importa besarlo en este lugar, no me importa mi ropa, solo me interesa mirar sus tan lindos ojos.

Me sorprendo aún más de que el solo acepte mis palabras, solo escucharlo siento como mi corazón se inflama aún más por la emoción. Aunque no puedo evitar sonreír por la manera en que me da esa respuesta.
-He encontrado a mi princesa- le digo coqueto aunque seguro que se enoja con lo que acabo de decir, así que de inmediato le vuelvo a besar, un beso ya no tan inocente. Mis labios son un poco más determinados y mi lengua se abre paso por primera vez hasta tu boca.
-¿Serías mi novio?- le pregunto sin separarme de sus labios para no tardar en continuar con ese beso.
¿Estoy yendo muy a prisa? Tal vez si, pero yo no quiero cosas a medias, quiero saberlo mío por completo. No estoy pensando demasiado en si podemos funcionar. Nosotros peleamos tanto y tan fácilmente que tal vez terminemos muy pronto, pero no quiero pensar en eso. Él es la segunda persona que me hace sentir de esta manera y al menos quiero saber lo que es querer a otra persona. Tener citas como alguien normal, ir la cine, hacerle regalos cada mes juntos, conocer y amar otro cuerpo.