Primera cita {Hana}

Estoy un poco nervioso, que va, muero de los nervios. Me miro en el espejo. Nunca me he preocupado tanto por como lucir para una cita, será porque no voy a citas, pero me siento nervioso. Hoy mi atuendo es un poco más casual, no tan llamativo como suele ser por los colores que suelo usar.

No me he puesto mis lentes de siempre, traigo otros, pero es mas que nada porque aun no me acostumbro a estar sin ellos. No es que mi vista sea tan mala, pero estoy muy acostumbrado a usar lentes y los de contacto me dan un poco de nervios.
-Bien Luciel, hoy la vas a ver. Una chica hermosa aceptó tener una cita contigo. Hermosa y con un carácter bastante fuerte- me río yo solo recordando la manera en que me regañó por mi comportamiento con las mujeres que me gustan.

Salgo de casa, he pedido un taxi. Ahora parecería una buena idea tener un auto y así pasar por ella, pero con el trafico de la ciudad nunca me ha interesado y jamás me preocupaba por sorprender a una chica. Pero ya hemos acordado vernos cerca de la pista.
Subo al auto que he pedido, y miro nervioso la hora, a veces ni un minuto ha pasado y lo vuelvo a checar. No quiero llegar tarde. Al llegar al destino hago el pago al conductor y bajo mirando en todas direcciones. Parece que al menos no la he hecho esperar y camino a un lugar para poder esperar sin estorbar a las personas que pasan. Sigo mirando mi celular a cada rato, pienso que tal vez debí traer mi consola portátil para distraerme, pero no, es mejor así. Solo espero que no me mande un mensaje diciéndome algo para cancelar.
-No canceles por favor…- acerco mi uña a mi labio para comenzar a morderla con nervios, sé que es una muy mala costumbre, pero así como no puedo dejar de golpe los lentes, tampoco puedo evitar morder mis uñas cuando estoy nervioso.

Luciel:

Me levanté muy temprano hoy. A pesar de que mi compromiso no era por la mañana, no pude evitar estar ansiosa por eso. Hace mucho tiempo que no tengo una cita. Asi, formalmente, que un chico me pidiera que saliera con él, ¿cuánto ha sido desde entonces? Estoy muerta de nervios. Sobretodo porque me porté como una grandísima imbécil esa noche. Dios, no sé con qué cara voy a verlo, pero, aún con lo que pasó, Luciel me contactó luego de ese dia. Ya no llamé a Ziba, y por supuesto él tampoco a mi. Su hermano me reprocho un poco ese día, pero como yo tenía más cosas por decirle, el tema murió fácilmente. Ni siquiera tuve el valor de preguntar si Ziba había dicho algo de mí. Pero ¿qué va a decir? La respuesta es clara.
Saqué un montón de ropa porque no decio que ponerme. Generalmente soy muy simple, ¿por qué ahora no puedo elgir algo? Un vestido, un top y un pantalón, short… no, no, ¿cómo llevaré vestido a una pista de patinaje? Debí decirle que al cine, pero, ese día no pensaba con claridad.
-Bien, esto. Dios, se me hará tarde -puse mucho cuidado en mi cabello e intenté maquillarme de manera natural. Los recuerdos de esa noche vienen a mi cabeza, y la manera tan horrible y confianzuda con que lo traté, no entiendo cómo es que aún así me invitó a salir.

Tomé un taxi porque se hacía tarde. Estoy nerviosa, y miro mi teléfono por si él manda algún mensaje cambiando la hora o cancelando.
-Hace un poco de frío -al menos me alegro de no haber traído el vestido, pero diablos, no me veo nada femenina y sey ahora. Hana, eres una grandísima idiota, se supone que estás harta que solo te vean por eso y estás aquí preocupándote por insignificancias.

Al bajar lo busqué con la mirada. Él es un tanto peculiar, así que resalta.
-No está -no ha llegado aún, pero no es demasiado tarde todavía, ¿no?- oh -lo vi desde lejos. Es él, ¿cierto? Mi pulso se ha acelerado apenas lo vi. Y conforme me voy acercando, noto que se ve un poco diferente. El otro día me puse a mirar sus fotografías en instagram, así que pensé que vendría con un look parecido, pero no.
Me paré frente a él. Es más atractivo de lo que recuerdo.
-Luciel -le llamé y me agaché un poco para que me mirara- hola, lamento si te hice esperar -sus lentes son diferentes. Pero le quedan bien, se ve lindo, guapo. Oh dios, tengo que permanecer calmada. Es porque hace mucho que no tengo una cita, sí sí, es eso.

Hanna:

Pienso que si no estuviera peleado con Dima, le habría pedido algún consejo, pero estoy tratando de mantenerme un poco al margen de lo que ocurre con ellos. No porque ya no me interese, solamente quiero esperar a que ambos se calmen, y no estén tan sensibles y así yo pueda hacer mi magia de cupido y pueda hacerlos superar todas esas tonterías que ellos no dejan de poner. Además no puedo solo ir a su casa y verlo, no podría ver a Dasha como si nada hubiera pasado, necesito más tiempo para superar ese rechazo que siempre he sabido que tenía, pero era más fácil cuando solo era algo que podría pasar y no algo que ya pasó.

Miro de nuevo la hora, no hay ningún mensaje, así que yo comienzo a escribir uno para avisarle que ya la estoy esperando, pero a medio texto, lo comienzo a borrar.
-Ay no, ¿y si piensa que la estoy apurando? mejor no- miro como la pantalla queda en blanco y exhalo con fuerza.
Cuando escucho mi nombre levanto la mirada, y sonrío, ¡ella llegó! siento un peso menos sobre mis hombros, al menos no me ha dejado plantado.
-Hola- me levanto para acercar a ella -No, descuida, no tiene mucho que llegué- me río un poco nervioso.
-Te ves muy linda- bajo la mirada, me siento como un tonto porque lo avergonzado que me siento, no es que nunca haya tratado con una mujer, pero me comporto como si así fuera -Bien, ammm, ¿quieres comer algo primero o prefieres ir directo a la pista?

La miro de reojo mientras caminamos, estoy bastante nervioso, no puedo creer que ella esté en una cita conmigo, pero debo dejar a un lado todas estos dramas mentales y disfrutar de este momento. Si, es una mujer guapa y pero puedo con eso. Solo debo relajarme.
-¿Y como has estado?- es la pregunta típica que se puede hacer para iniciar una conversación, pero también para acabarla si ella contesta solo con un “bien”.

Él no parece enojado. Es obvio, digo, sino ni siquiera me habría invitado a salir. Pero recuerdo las cosas que le dije justo en este momento, como para recordarme una vez más que soy una idiota.
-Gracias -agaché un poco la mirada. Tal vez no esta tan mal este atuendo, dijo que estoy linda- tú también -se ve diferente que ese día, luce muy apuesto- no linda, o sea, te ves muy bien -¿qué tonterías digo? Cerré los ojos y suspiré, ni siquiera puedo mirarlo. Tal vez por todo lo que sucedió es que me siento apenada, por ser imprudente, y también porque él es un poco irreal. Es muy guapo, pero también muy sencillo. No siento como si tuviera que cuidar cada cosa que digo o hago por miedo al rechazo, ya comprobé que es bastante tolerante. Y no planeo ser una imbécil esta vez, pero mis nervios son por cómo actué y no tanto por arruinarlo- no tengo mucha hambre, pero ¿tú quieres comer algo? -por fin lo miré. Siento mis mejillas un poco calientes, puedo echarle la culpa al frío- aunque podríamos comprar algo y comerlo mientras caminamos -no tengo muchas ganas de ir y sentarme en algún lado.

Mientras caminamos voy pensando en qué decir. ¿Cómo es que ese día platicamos tanto? Creo que porque no imaginaba que terminaríamos en esta situación.
-Muy bien, gracias -¿debería preguntar por él? Por educación, sí, pero ahí se acaba todo. Solo tengo que relajarme. Dije que no me hacía sentir presionada, pero tampoco estoy tranquila- ¿a ti cómo te ha ido? -lo miré esperando su respuesta. Se siente bien caminar juntos, tenía mucho tiempo que no experimentaba esta sensación. Es diferente a lo que sentí con Ziba… No, no, debo dejar de pensar en él.
Por irle mirando y tambien perderme en mis pensamientos, terminé tropezando y me sostuve de su brazo con una de mis manos.
-Lo siento -me reí avergonzada. Pero no solté su brazo. Creo que tengo una muy mala maña de quedarme viendo a la gente y reaccionar mucho después.

-Ay gracias, que amable- digo en tono afeminado y luego río cuando ella dice que no me veo linda, sino que me veo bien -Jeje, gracias- espero que no le moleste lo bobo que puedo ser… pero bueno, no voy a actuar como una persona que no soy.
-Pues no, la verdad es que tampoco tengo hambre- le sonrío cuando me mira -Ah, pues no lo sé. Tal vez mejor compramos algo en la pista, seguro que luego de un rato yo voy a estar deseando un chocolate caliente- ya que ninguno de los dos tiene hambre, creo que mejor no perdemos el tiempo en esas cosas.

-Bien- ay que idiota soy, esta platica se ve que tiene futuro… tengo que pensar en algo. Siempre puedo hablar, de hecho lo difícil es hacerme callar, pero ahora me estoy comportando raro por esto de la cita. Como idiota me pierdo en mis reprimendas internas que solo las olvido cuando ella tropieza y se agarra de mi brazo.
-¿estás bien?- pregunto tocando la mano que ha puesto en mi brazo, pero al darme cuenta la retiré -¿entonces como te ha ido en el trabajo?- ¡dios otra pregunta cliché! no puedo -pareciera que los dos éramos más platicadores cuando estábamos borrachos- y ahora salgo con una joyita como esa… ¡Por esto es que no tengo novia!
-Ok, mejor soy sincero de una vez- me detengo y la tomo de los hombros para que me mire -Estoy así de nervioso- estiro mi brazo hacia arriba como para indicar la altura de una persona, aunque solo hablo de lo nervioso que me siento -O tal vez hasta un poco más. Pero es que nunca he hecho algo como esto. Solo he tenido dos novias, y primero eran mis amigas, y luego de alguna manera se dieron las cosas. Así que esta es la primera vez que tengo una cita de este tipo y no tengo ni idea de como actuar-suelto todo eso de golpe que la miro esperando que ella me haya logrado entender porque creo que ni yo me entendí.

Río por la forma en que acepta mi cumplido. Creo que no es muy diferente a como lo recuerdo, y me siento aliviada. No me gustaría estar frente a un chico pedante que solo es agradable cuando está borracho.
-Por nada -comenté entre risas. Él tampoco tiene hambre y me parece buena idea lo sugerido. Sería más cómodo ir a tomar algo luego del esfuerzo físico- entonces haremos eso -sonreí aprobando su idea- además, sería incómodo comer antes de andar patinando -creo que será fácil ponernos de acuerdo, y él me dice lo que quiere sin titubeos, eso me gusta. No es tan agradable que te dejen todo a elección.

Su respuesta fue un poco cortante, y de allí no supe qué más decir. Pero bueno, eso no importa, porque ahora la atención se centra en mi pequeña tontera, aunque al menos así hemos roto el silencio.
-Sí, sí, solo tropecé, nada grave -solo el hecho de que me muero de la vergüenza- ¿eh? Ah, pues bien, como siempre -quité mi mano de su brazo. Fue un cambio radical de tema, pero mejor que haga un poco de plática- es verdad -reí nerviosa, porque hay una parte de aquel día que me avergüenza demasiado recordar. Al principio fue muy bien, pero es que digamos que no lo veía como hombre, no porque no sea guapo, sino por lo triste que estaba. Pero ahora estoy tensa, porque es claro que hay un interés más allá de una amistad.
Detengo mi paso y lo miro sorprendida cuando me toma de los hombros, y pongo atención a lo que dice y el extraño movimiento que hace.  Creo que es muy lindo, pero no puedo sonreír porque todo lo que sale de su boca me hace sentir igual que él.
-Oh… okey -contesté antes de haber ordenado sus palabras en mi cabeza- yo también estoy nerviosa -sus ojos son lindos, pero ser consciente de que lo estoy mirando demasiado, me hace apartar la mirada- no he tenido una cita hace años, así que estoy igual que tú -me reí y lo miré de nuevo. Es inseguro tal como lo recuerdo, pero obviamente ahora no diré alguna estupidez sobre eso- no tienes que esforzarte demasiado, es suficiente si te diviertes. Así también me sentiré menos nerviosa, tal vez -llevé la mano a mi cabeza y acomodé mi cabello. Estamos muy cerca, y sí, he pensado las cosas que me gustaría, pero… no no, llevamos como diez minutos juntos.
Continuamos caminando hasta llegar a la pista. Hay más gente de la que quisiera, y hace años que no vengo a una, ojalá no termine en el suelo.
-¿Sabes patinar bien? Yo soy algo torpe para eso -antes que vaya a pasar otra vergüenza, mejor le advierto.

-Si, me parece bien- al menos no es complicado ponerse de a cuerdo, será mejor comer después. Si comemos ahora hay tantas cosas que pueden salir mal, como que a alguno de los dos le caiga mal la comida y enferme, o tener una reacción alérgica que se haya despertado de repente… mancharse la ropa, tirar las bebidas. Si, me estoy visualizando siendo la persona más torpe del mundo y cometiendo un error tras otro.

Si esto fuera uno de esos videojuegos de citas sería más sencillo, al menos podría saber que estoy haciendo algo mal, pero esto es la vida real y no hay manera de que pueda saber a ciencia cierta que tan mal o bien voy, aunque estoy casi seguro que no voy de lo mejor.
Creo que no debí ser tan sincero, si lo pienso un poquito mejor, la ultima vez que hice algo como esto fue con Niki y vaya que no resultó bien.
-¡genial- digo emocionado cuando dice que también está nerviosa -¡No, no! o sea, no quiero decir que sea genial que estés nerviosa, lo que pasa es que, al menos no solo soy yo…- cierro mis ojos con gesto apenado por lo idiota que debo parecer ahora.
-Quiero hacer, se supone que soy una persona muy relajada, pero ahora me siento raro… suspiro un poco resignado por mi comportamiento -Si claro, tiene un par de años que no lo hago, pero dicen que lo que bien se aprende nunca se olvida- digo con una sonrisa seguro de mi talento en el hielo.
Rentamos unos patines para cada uno y nos sentamos para ponernos los patines.
-Yo cuidaré de ti, así que no te preocupes- digo cuando he terminado de atar mis patines y me levanto para caminar a la pista. Doy el primer paso y luego otro para poner las dos cuchillas sobre el hielo, y al hacerlo me voy por completo de espaldas. El golpe me duele, el hielo, obviamente está frío, pero yo comienzo a reir -Ves, soy genial en esto- le digo a Hana mientras me comienzo a levantar, me apoyo en la orilla de la pista para poder ponerme de pie. Me muevo un poco apoyado en la orilla, y poco a poco mi cuerpo comienza a recordar como se hace esto y me comienzo a soltar para y ya con mas habilidad me muevo sobre el hielo. Doy una rápida vuelta a la pista y regreso a donde está ella -¿quieres dar una vuelta juntos?- le pregunto ofreciéndole mi mano para que se pueda sentir más segura.

Terminé riendo al verlo tan nervioso. Sé que su intención no era mala, siento que sus palabras son honestas y no simplemente un papel que desea jugar para engatusarme, su explicación no era necesaria pero lo hace ver lindo.
-No te preocupes tanto -le sonreí, y luego di un suspiro. Agaché la mirada y mordí mi labio- sé que me porté muy dura contigo esa noche, no he tenido el valor pero… en serio, lamento haberte dicho todas esas cosas -me incliné hacia él para disculparme- no tienes que estar a la defensiva, no te diré nada malo. Es solo que ese día… estaba muy irritada y me desquité contigo. Lo siento mucho -levanté la vista. Él es amable, y no me importa si actúa torpe. No espero que sea el chico cool, solo que sea él mismo.
Así que él sabe bien, eso me hace sentir más nerviosa, porque de verdad soy torpe para esas cosas, los deportes no son lo mío.
-Entonces estoy a tu cuidado -pero bueno, no venimos a competir, sino a divertirnos. Y creo que hasta podría ser favorable… qué cursilerías pasan por mi cabeza.

Me puse los patines mucho más lento que él, y lo observé avanzar a la pista.
-¡Luciel! ¿Estás bien? -lo miré preocupada y avancé lento hasta la pista. Dios, ¿cómo puede reír así? Se ha dado un golpe muy fuerte- ¿te encuentras bien? -pregunté de nuevo más relajada. Este chico está un poco loco, lo presiento. Pero al final sonreí, me parece divertido. Y me quedé de pie mirándolo mientras andaba, tal vez solo le faltaba recordar su ritmo. Yo en cambio sigo agarrada de la orilla de la pista, si él que sabe moverse se ha caído de ese modo, no quiero imaginar cómo terminaré yo- claro -tomé su mano y sentí mi corazón acelerarse. No sé si fue por miedo a caerme y traerlo conmigo, o por pensar demasiado en el simple contacto- esto es más complicado de lo que recuerdo -dije riendo y dando pasos lentos hacia delante.
En el momento en que me sentí con un poco más de confianza, hice mis pasos más ligeros, pero creo que me apresure, porque sentí cómo me tambaleaba y me giré a él para no tropezar. Grité no tan fuerte y mi otra mano terminó estrujando su suéter.
-Lo siento -hice mi agarre más suave- sentí que iba a caer al suelo -me reí avergonzada. La próxima vez escogeré algo que sepa manejar. Espera, espera… ¿la próxima vez? Ni siquiera sé si hoy va a funcionar y ya he pensado en la siguiente donde no me vea tan tonta.

-Descuida, la verdad es que a mi nadie me dice ese tipo de cosas, creo que lo necesitaba escuchar- ella tiene razón, no tengo porque conformarme con ser el amigo de Niki, yo quería algo más y solo por hacerla sentir cómoda yo tendría que soportar cosas que me hacen sentir mal -De hecho ni siquiera habría tenido el valor de invitarte a salir. Así que no estoy para nada molesto por eso- le sonreí pues no me molesté con lo que pasó, tampoco hizo que me gustara menos.
-Oh, bien, yo cuidaré de ti- le aseguro con una sonrisa grande.

Bueno, ya he hecho el ridículo, así que ahora lo único que puede pasar es que todo esto vaya mejorando.
Al menos no me toma demasiado tiempo acostumbrarme de nuevo a esto, mi cuerpo parece recordar bastante rápido.
Comienzo a avanzar lento para que ella no vaya a caer, pero parece un poco insegura en sus movimientos, tal vez verme caer le ha hecho asustar un poco.
-solo necesitas relajarte un poco- comento por lo rígido de sus movimientos. Poco a poco parece mejorar pero siento como se tambalea y me muevo rápido para quedar frente a ella y tomarla por ambos brazos y darle estabilidad.
-Está bien, además te dije que te iba a cuidar, así que no te preocupes- me comienzo a sentir más tranquilo, y no me apeno por esa cosa vergonzosa que acabo de decir -Bien, vayamos más lento- mis manos se deslizan por sus brazos hasta tomar sus mano -yo te llevaré- le digo comenzando a patinar de espaldas para llevarla a ella, mientras avanzamos yo digo algunas tonterías para que ella se ría y deje de pensar tanto en sus movimientos -ves, no es complicado- le aseguro con una sonrisa luego de haber cruzado toda la pista. En el camino creo que ella se ha relajado un poco -¿lo intentamos de nuevo de la mano? prometo no dejarte caer- digo ofreciendo de nuevo solo una de mis manos.
Comienzo a creer que mis nervios eran mas que nada por la idea de tener una cita y no tanto por estar con ella. La verdad nunca he sido de ponerme nervioso con las mujeres porque nunca ando pensando en ligar o ese tipo de cosas. La situación con Hana es diferente, es la primera vez que soy tan directo con alguien y ella me gusta mucho, apenas nos conocemos, pero siento una química muy buena con ella.

Supongo que sí, de no ser por eso nosotros no estaríamos aquí ahora. Todavía no sé cómo me siento respecto a nuestra cita, o nuestras intenciones, pero me gusta su compañía y él me ha mostrado que es buena persona y un chico respetuoso.
-De todos modos no me correspondía -añadí- pero viendo el lado positivo, entonces está bien. Gracias -le sonreí, al final fue gracias a él que ambos nos dimos una oportunidad.

Parece tan varonil ahora, pero a la vez tiene esa aura de príncipe. Es muy diferente a los chicos con los que he salido. Amable, sencillo y paciente. No creo que me hubiese fijado en alguien así, porque soy una idiota que solo mira hombres altaneros y fisicamente guapos. El lo es, pero es hasta ahora que realmente siento ese latir rápido. Bueno, sin contar luego de todo el teatrito que hice esa noche.
-De acuerdo -mis mejillas están coloradas, lo presiento. Siento incluso mis labios tibios, mis manos, todo. Esto es demasiado agradable- me siento como niña pequeña -me reí y sostuve bien sus manos. Son grandes y me dan seguridad. Pero no solo eso, su voz, esos tontos temas de conversación. Ni siquiera me percaté cuándo relajé mis músculos y aceleré un poquito mis pasos- es porque estás conmigo -reí de nuevo. Creo que sonrío demasiado. En general soy así, la clase de chica que se ríe de cualquier cosa. Y ahora no solo soy yo y mi vergüenza, él también lo hace, me gusta.
Tomé ahora una de sus manos. No puedo parar de sonreír y mirar mis pies moverse. Creo que hasta podría soltarlo, pero no quiero que cada uno vaya por su lado. Es una cita después de todo, nosotros no solo queremos divertirnos porque sí.
-Woo -me tambalee y paré de golpe, extendiendo mis manos a los lados, y luego comencé a reír- ¿ves? Lo he dominado -lo miré. Es increíble que sea tan paciente conmigo. Los chicos ahora odian estas cosas, la cursilería no va con ellos, prefieren jugar el papel de rudo. No entiendo porqué, esto es tan divertido. Si lo hubiese tomado en cuenta antes tal vez no hubiera tenido tan mala suerte. Pero está bien- eres como uno de esos príncipes de los doramas -lo miré y reí- ah, pero eso me convierte en la protagonista tonta -hice una mueca, realmente soy mala patinando pero no creo que sea tan tonta como el estereotipo.

Ella tiene una sonrisa muy bonita, pensaba que tal vez sería complicado porque parece que nosotros no tenemos nada en común. Pero tal vez las diferencias hagan que esto sea mucho más interesante, saber de cosas que antes ni me interesaban.
Avanzamos ahora solo tomados de una mano, ella va mucho mejor, y lo mejor es que se está divirtiendo, y yo también. Ella se tambalea de nuevo y me ha tomado un poco desprevenido así que me muevo un poquito para recuperar la postura.
-¡Eres genial!- levanto mi pulgar en aprobación y luego río un poco, porque se ve chistosa con los brazos extendidos -como si estuvieras en la cuerda floja- comento porque que aun no baja los brazos.

Ella hace un comentario que no esperaba, ¿en serio puedo dar esa clase de imagen? me cuesta un poco creerlo.
-Espera un momento, ¿soy como el protagonista o como el otro que siempre se tiene que dar por vencido porque no tiene ni una mínima oportunidad?- pregunto con una mueca de desagrado al pensar en ser ese otro persona -jaja, no eres tonta, tienes un temperamento muy fuerte como para ser una de esas protagonistas- digo más que nada para molestarla un poquito, porque parece que le avergüenza mucho recordar lo de esa noche.
-Bueno, si he visto algunos doramas, creo que lo que funciona para ser el protagonista son cosas como esta- tomo su mano con firmeza y comienzo a avanzar para llevarla conmigo. Voy un poco más rápido que hace rato, y luego me vuelvo a dar la vuelta para quedar frente a frente y freno un poco para que entonces ella por la inercia se comience a pegar a mi, pero mi plan perfecto se ve arruinado por una persona con quien choco. Siento como voy a caer, así que rodeo la cintura de ella y una de mis manos la toma de la espalda para sentir mayor seguridad.
Mi espalda pega en el hielo por segunda vez, pero al menos he logrado que ella caiga sobre mi y no se lastime con el hielo. Mi cuerpo aun se desliza un poco por el hielo y levanto la mano que tengo en su espalda.
-¡Lo siento!- hablo fuerte a la persona que también he hecho caer -Bueno, eso no fue todo lo impresionante que quería que fuera… lo siento. ¿No te lastimaste verdad?- el hielo está muy frío y mi espalda lo resiente, pero no me quejo, solo la miro esperando su respuesta, estamos muy cerca, pero es imposible no estarlo.

Él me contagia su humor un poco infantil, me di cuenta que en lugar de avergonzarme por su comentario, hice una pose graciosa, y luego bajé los brazos y me reí. Seguro parecemos una pareja un tanto cómica y llamativa, pero es lo de menos.
-Mmm -llevé mi mano a mi barbilla mientras andaba a paso lento- basándome en tu personalidad, definitivamente eres el otro chico -dije sonriendo- ese chico que siempre piensas… “hey, ¿estás ciega? ¿Por qué te gusta el patán que te trata mal? ¡Mira nada más ese bombón que tienes tras de ti!" -yo siempre suelo molestarme por lo sumisas que son las protagonistas, pero creo que mi enojo es porque también, siempre termino fijándome en tipos así. Ziba no era un patán, pero bueno, dista mucho de ser el tipo bueno que rechazarían, él definitivamente sería del tipo popular. Pero Luciel es más parecido al segundo protagonista, y de hecho uno no se cree que realmente existan hombres así. Es decir, obvio los hay, pero guapo, educado, divertido y amable… vamos, él es increíble- jeje, sí, a veces soy un poco así -olvidaba eso, diablos. Pero no tengo ganas de actuar linda. No soy poco femenina para nada, solo soy normal, y me gusta que él esté cómodo conmigo tal cual .
Lo miré  sin saber a qué se refería, pero igual me dejé guiar por él con una sonrisa en mi cara.
-Ohh… okey -dije cuando sentí que avanzamos rápido, y de un momento a otro, ya estábamos en el suelo. Aunque de mi cuerpo solo pegó una de mis palmas en el hielo, la otra quedó sobre su pecho. El grito que pegué fue corto, y abrí mis ojos cuando sentí que no había golpeado- ¿estás bien? -pregunté rápidamente- ¿qué? -lo miré asustada- estás un poco loco -le dije, pero luego sonreí. Me recuerda a cómo nos conocimos- tal vez estamos destinados a caernos encima del otro -me quedé mirándolo. Sus ojos son realmente lindos, también sus labios. Pero noté que mi comentario había sido muuy incómodo, y mi cara entera comenzó a arder- no, me refiero… ah, hay que levantarnos -use mi rodilla y mano a un lado sobre el hielo para poder levantarme. Está demasiado frío, obviamente, pero él, ¿en serio está bien? Le extendí una de mis manos para que se levantara, y luego yo me levanté con torpeza- ¿no te dolió? -mi cara sigue colorada, pero también estoy preocupada.
Comencé a quitarme mi chamarra y se la extendí.
-Dame tu suéter, está húmedo, ¿cierto? -le ofrecí mi chamarra de nuevo, él hizo contacto directo y dos veces, debe tener frío- ¿quieres que vayamos a tomar algo caliente? ¿En serio estás bien?  -pasé mi mano por detrás de su cabeza, metiendo mis dedos entre su cabello- ¿no te golepaste la cabe…? -oh dios, de repente soy demasiado torpe con lo que hago y digo, pareciera que lo voy a besar por lo cerca que estamos.

-Debe ser por lo pasivos que son, ¿somos?- digo agregándome al segundo grupo de chicos de los doramas, pero es obvio que yo sería ese personaje, solo basta ver como historial amoroso para saberlo. Me río por su respuesta, parece que se ha apenado de nuevo por ese momento.

-Claro, soy de material resistente- digo riendo para que no se preocupe -No, yo prefiero pensar que soy algo hiperactivo - trato de excusar mi comportamiento, tal vez me he dejado llevar demasiado -oh… jeje, pues entonces caer parece más divertido ahora- comento con una sonrisa. Río por su repentino golpe de vergüenza, es bastante linda -si, porque toda mi ropa se está mojando- digo bromeando, aunque hay mucha verdad en mis palabras.
Nos levantamos, ella me ayuda, aunque trato de no apoyarme mucho porque seguro la hago caer.
-jeje, si- la verdad es que dolió bastante, pero soy una persona algo tosca, no soy torpe realmente, pero muchas veces no tengo el cuidado suficiente y por eso termino en situaciones como esta, así que estoy un poquito acostumbrado.
Ella se quita su chamarra para darmela.
-Ok, en las películas siempre es el hombre quien da su chamarra, pero como como creo en la equidad de genero, la acepto- comento comenzando a quitarme el sueter y tomé su chamarra porque si tengo algo de frío, por suerte es grande y me queda un poco justa pero me queda -No, no, estoy bien, solo necesito dejar de caerme- comento pero su mano y la manera en que se acercan me hacen quedar en silencio.
-Hana, me gustas mucho- quedo atrapado por sus ojos, no sé si esto funcionará, no sé si estoy cometiendo un error, pero con ella parece que arriesgarme siempre es lo mejor.
Mi mano toca su mejilla, se que está fría por la reciente caída, así que la deslizo hacia su cabello y me acerco a sus labios, pensaba hacerlo un poco lento para ver si me rechazaba, pero al final no he hecho ninguna pausa. Solo un pequeño toque y comienzo a separarme.
-Mis labios están un poco fríos- quería romper el silencio entre nosotros, pero creo que no he dicho la frase más inteligente.

-Ellos cumplen un patrón. Es extraño que el chico amable, atento y comprensivo sea el protagonista, porque entonces, el segundo y su arrogancia no tendrían oportunidad -no sé por qué comencé a explicar esto.

El que pueda reír en semejante situación hace que crea que no se lastimó tanto. La primera vez también fue así, pero hoy ambos estamos conscientes de lo que ocurre, no lo percibo como algo sin importancia.
-Lo eres, mucho -dije todavía apenada, y asentí para luego quitarme de encima. Está tan tranquilo y yo aquí muriendo de nervios y vergüenza, es un poco raro este chico. Pero cada que habla me hace sentir en confianza. Incluso si es para apenarme, no tengo miedo de decir algo equivocado.
Me reí un poco más fuerte mientras le daba la chamarra. Ni siquiera se me ocurrió eso, y a veces lo pienso, pero es que él no luce como ese tipo de hombre promedio. Sí, creo que en mi cabeza ya quedó claro que él es diferente, y no de esa manera intentando hacerle quedar como cool o único, o que ahora realmente encontré al “chico ideal”, de verdad es distinto gracias a su personalidad es espontánea y fresca.
-Además el otro día yo llevé tu abrigo puesto -no era precisamente eso, pero me entenderá.
Sentí esa emoción en mi pecho, y no importa cuán avergonzada me hagan sentir sus palabras, no tuve la fuerza para dejar de mirarlo, no esperaba que me dijera eso tan directamente. Sentí un escalofrío cuando tocó mi mejilla, no es por la temperatura del hielo en su mano, sino por el contexto de esto. Oh dios, él lo hará.
-Sí -respondí muy bajito y sin dejar de mirarlo. Fue apenas un roce, creo que es el beso más dulce que he dado a alguien, también el más corto. Pero eso marca una gran diferencia este día- los míos están cálidos, tal vez ayuden -me acerqué y cerré los ojos antes de volver a besarlo. Fue algo corto también, pero creo que duró unos segundos más, y me quedé mirando sus ojos cuando me separé de él. Tiene una mirada cálida, no es para nada lo que me gusta en un chico, no porque me parezca malo, simplemente nunca me lo plantee. Me gusta, tal vez esto ocurrió para bien.
Agaché la vista y me reí apenada. Ahora estaré el triple de apenada, no debería ponerme así por dos besos.
-¿Quieres salir de la pista -le pregunté sonriendo mientras levantaba lentamente la mirada.

-Pues en la vida real no es tan diferente, tengo un amigo que es la persona más arrogante que puedas conocer y tiene mucha suerte con las mujeres- Dima siempre es esa clase de tipo, claro que no ha habido una chica que lo pueda cambiar. Creo que yo conozco de sus lados más amables y Andy es la única persona que consigue domarlo de cierta manera, pero Andy ni siquiera lo sabe o no lo cree posible.
Unos escalofríos me recorren y me ponen la piel chinita por causa de la humedad que siento empieza a traspasar por la tela de mi ropa.
-Al menos es una chamarra grande, si trajeras de otro tipo creo que me vería un poco ridículo, porque no podría usar una linda chamarra sin mi maquillaje- bromeo haciendo referencia a la foto que le mostré el otro día.

Ella no me ha rechazado, no dice nada malo, de hecho… ella ahora es quien me besa.
-Sip, ayudan mucho- comento algo atontado cuando se separa de mi. Diría que esto tiene que ser un sueño, yo no puedo creer que yo tenga la suerte de que una chica tan linda como ella me esté correspondiendo. Lo mejor es que mientras más la conozco más me gusta, es dulce y amable, y aunque al comienzo era un poco complicado, siento que ahora cuesta menos platicar.
-si, si, vayamos por algo caliente de tomar- digo saliendo de mi embeleso por ese beso.

Salimos de la pista, para ir a tomar algo caliente. Yo tengo algo de frío pues en la segunda caída tardamos un poco en levantarnos y me mojé un poco.
Pido un chocolate caliente, porque el café no me agrada tanto.
-¿has vivido en Corea? yo no, solo iba de pequeño con mi familia por vacaciones o cosas así, pero aprendí el idioma porque mi padre se la pasa hablando en Coreano, mamá en Ruso y se comunican en inglés- me río recordando esas veces que mis padres se quejan uno del otro en el idioma que no entienden.