Primera cita {Hana}

Recuerdo del primer mensaje :

Estoy un poco nervioso, que va, muero de los nervios. Me miro en el espejo. Nunca me he preocupado tanto por como lucir para una cita, será porque no voy a citas, pero me siento nervioso. Hoy mi atuendo es un poco más casual, no tan llamativo como suele ser por los colores que suelo usar.

No me he puesto mis lentes de siempre, traigo otros, pero es mas que nada porque aun no me acostumbro a estar sin ellos. No es que mi vista sea tan mala, pero estoy muy acostumbrado a usar lentes y los de contacto me dan un poco de nervios.
-Bien Luciel, hoy la vas a ver. Una chica hermosa aceptó tener una cita contigo. Hermosa y con un carácter bastante fuerte- me río yo solo recordando la manera en que me regañó por mi comportamiento con las mujeres que me gustan.

Salgo de casa, he pedido un taxi. Ahora parecería una buena idea tener un auto y así pasar por ella, pero con el trafico de la ciudad nunca me ha interesado y jamás me preocupaba por sorprender a una chica. Pero ya hemos acordado vernos cerca de la pista.
Subo al auto que he pedido, y miro nervioso la hora, a veces ni un minuto ha pasado y lo vuelvo a checar. No quiero llegar tarde. Al llegar al destino hago el pago al conductor y bajo mirando en todas direcciones. Parece que al menos no la he hecho esperar y camino a un lugar para poder esperar sin estorbar a las personas que pasan. Sigo mirando mi celular a cada rato, pienso que tal vez debí traer mi consola portátil para distraerme, pero no, es mejor así. Solo espero que no me mande un mensaje diciéndome algo para cancelar.
-No canceles por favor…- acerco mi uña a mi labio para comenzar a morderla con nervios, sé que es una muy mala costumbre, pero así como no puedo dejar de golpe los lentes, tampoco puedo evitar morder mis uñas cuando estoy nervioso.

Luciel:

¿De verdad tiene un amigo así? No es porque no me crea que existen los hombres así, porque vaya si abundan. Lo sorprendente es que alguien como Luciel se pueda llevar con una persona así. Bueno, puede que el chico sea un pedante con las mujeres pero un gran amigo, no siempre se tiene la misma actitud con todos.
-Las mujeres a veces somos un poco masoquistas -me quejé. No sonó muy bien mi pensamiento generalizado, pero incluso yo entro  en eso y es bastante chocante.

Caminé despacio hacia la salida con una sonrisa. Puedo moverme ya por mi cuenta, pero aún así, he tomado su mano para salir juntos. Incluso al mirarlo suelto una pequeña risita, porque mi chamarra se le ve un poco graciosa.
Nos sentamos en un café cercano y pedí un chocolate caliente igual que él.
-Wow, eso debió ser complicado para ti -recuerdo que a veces papá hablaba en inglés, pero comparado al ruso es más sencillo- viví ahí durante mi infancia, y luego nos trasladamos a Japón por el trabajo de mi papá. Recuerdo que fue muy difícil aprender el japonés, pero cuando eres niño todo es más fácil -la mesera llegó y le agradecí con una sonrisa- el coreano lo hablaba mi madre todo el tiempo, por eso no lo olvidé. Pero el inglés… bueno, no se puede tener todo en la vida -me reí y di un sorbo a mi chocolate. Saqué la lengua ya que quemaba un poco- ¿tú vives con tus padres? -recuerdo que tiene unos 25 o 26 años, pero también se encuentra estudiando, así que no sería raro si aún vive con ellos- ¿viviste aquí desde pequeño o…? -como nos ofrecieron unas galletas de cortesía, tomé una para acompañar el chocolate. He comenzado a preguntar sobre él, y afortunadamente ya me ha dicho que solo tuvo dos novias, porque no desearía que me regresara la pregunta.

-No creo que sea algo exclusivo de un genero- me encojo de hombros porque realmente creo que a la mayoría le gusta sufrir por amor, podría poner mi ejemplo de intentar ser el amigo de Niki, o la necedad de mis propios amigos de hacerse sus dramas para no estar juntos aun cuando se aman, o a Dasha que está casada con un hombre que ni siquiera cuida de ella. A donde sea que mire, siempre hay personas que parece desean sufrir por amor.

-Pues no tanto, como desde pequeño siempre escuchaba los tres idiomas fue aprenderlos desde pequeño- aunque claro, en casa también mis padres adoran presumir el tener hijos “genio”. Aunque de los tres siempre fui el de peor puntaje en las pruebas de coeficiente intelectual.
El chocolate llega y nos dan unas galletas que se ven bastante apetecibles. Me río un poco por su gesto luego de tomar.
-¿Está muy caliente?- pregunto aun con una sonrisa y comienzo a soplar a mi chocolate -si, bueno mas o menos, ¿a veces? - me río por mi respuesta tan vaga -Por negocios viajan mucho, así que pueden pasar meses sin que nos veamos y luego solo un día ya están en la casa- por eso es cómodo vivir acá, es el lugar que menos suelen frecuentar.
-No, yo vivía en Moscú- creo que mi chocolate ya no está tan caliente, así que doy por fin el primer trago y se siente tan reconfortante. A cada trago el calor se extiende por mi cuerpo, y en algún punto me quito la chamarra de ella porque me siento un poquito acalorado ahora -Luego mis mejores amigos se tuvieron que mudar a Tokyo, y yo pues busqué un trabajo, y decidí venir a estudiar la universidad acá. Aprendí el idioma en la escuela, así que no fue tan difícil, aunque como ya habrás notado cuando estoy tomado se me olvida y termino hablando en cualquier otro. La primera vez que caimos, te dije que eras muy bonita- le cuento recordando que ese día tuve varios momentos donde no ponía cuidado en que idioma hablaba.

Su familia es un poco parecida a la mía, me refiero en ese aspecto. No te encuentras muchas familias que se la pasen mezclando idiomas. Pero debo agradecerlo, porque no sé si actualmente me interesaría por aprenderlo. Y gracias a ese pequeño detalle estoy aquí con él, es un poco romántico si lo pienso.
-Sí, bastante -me sentí apenada, nadie toma de una bebida caliente inmediatamente te la sirven- ¿a veces? -estoy confundida. ¿Eso quiere decir que también vive solo? Pero entonces él comienza a explicar el porqué. Su familia parece adinerada. En la fiesta la mayoría era así, pero me olvidé de ese detalle porque Luciel es muy fácil de tratar, además había gente “normal”, yo estaba ahí y no soy para nada como ellos- ah, ya entiendo -no sé si eso es algo malo para él, por eso no pregunté más por el tema- ¿así de fácil lo aprendiste? -comenté con asombro, pero mi rostro se puso ahora colorado. ¿Por qué diablos soy así? Hice un movimiento con mi camisa simulando que tengo calor- así que fue eso -sonreí- pensé que solo eran palabras sin sentido de un borracho -me reí apenada- tus amigos, ¿te refieres a los que buscabas aquel día? -cambié rápido el tema para controlar mi vergüenza- deben ser muy unidos si decidiste mudarte -tomé otro trago al chocolate, su temperatura ahora está agradable.
Es extraño cómo aquel día y ahora comenzamos a conocernos más y más. Usualmente no es así en las citas, las personas no se sienten cómodas hablando tanto de sí mismas.
Tomé una galleta y la llevé a mi boca, y luego limpié mis labios con una servilleta.
-Así que… -mordí mi labio- ¿estudias con la chica que te gustaba?  -dije gustaba, pero no creo que ella deje de ser importante para él de un día a otro- ¿por qué terminaron? -le miré dudosa- si no quieres responder, está bien. Solo me preguntaba, siendo tú tan agradable, ¿qué le haría dejarte? -no lo entiendo. Yo dejé a mi pareja por sus constantes celos e inseguridades, y nuestra relación era demasiado tóxica. Pero si hubiese sido así de amable y comprensivo, si hubiera confiado en mí y en lo que sentía por él, definitivamente no nos habríamos separado.

-Bueno no fue de un día para otro, pero supongo que al ya saber tres idiomas, no me fue tan complicado adaptarme a otro- no quiero sonar presumido o decir cosas como “es que soy un prodigio” porque esa etiqueta siento que nunca me ha quedado, aun si soy bueno aprendiendo cosas, mis padres siempre me dejan muy en claro que solo he desperdiciado mi tiempo y eso me vuelve una persona promedio.
-jeje, si supongo que eso parecían- río pues seguro que yo en su lugar pensaría exactamente lo mismo -Si, ellos son como mis hermanos. Crecimos juntos, así que son como mi familia, más que mi familia- me río, no me acompleja decir que no tengo la mejor relación familiar, todos tiene problemas, aunque obvio no entraré en detalles.

-Con… no, no, no, ella estudia medicina y yo estudio ingeniería de software- río un poco apenado, no creo que sea de las mejores idea platicar sobre Niki, se supone que es una cita y no una salida de amigos que platican sus penas, pero ella sigue preguntando -ella me dejó porque a su familia no le agradaba que fuera mi novia. Creo que fue eso- sonrío tomando mi taza para tomar unos sorbos de chocolate -¿y tú? digo, tampoco entiendo porque el chico con el que estabas te rechazaría- no es que me importe mucho, la verdad mejor para mi, pero siento un poco de curiosidad por saber que tanta oportunidad tengo.
-Eres una belleza, y no quiero sonar superficial, pero es una de las primeras cosas en las que uno se fija, y luego de eso, eres amable, linda, inteligente, una excelente patinadora - comento lo último para restar un poco de lo cursi que pueda estar sonando -¿él te gusta mucho cierto?- esa noche ella no habló tanto del tema como yo, pero era obvio lo afectada que estaba -se sincera, ¿tengo una oportunidad contigo? yo no quiero solo tontear y ya, ese no es mi estilo- creo que por eso es que he tenido tan pocas relaciones en mi vida.

Debe ser lindo llevarte tan bien con alguien al grado de considerarlos tu familia. A veces así sucede, no es mi caso, afortunadamente mi familia es muy cálida y mi mejor amiga es mi hermana, pero  sé que algunos encuentran una mayor conexión y consuelo en ajenos.
-Eso debe ser lindo -sonreí. Pensé que sería lindo conocerlos algún día, pero eso sería dar un paso muy formal a la relación, y ni siquiera sé si tendremos una.

No sé pero me siento aliviada de que no estudien juntos. Es porque quiero que él deje de perseguirla, un poco por mí, pero sobretodo por él. Todavía pienso lo de aquella noche, que él no debería ofrecerle su amistad si lo que deseaba era algo más.
-¿En serio? -no me lo creo, ¿hay gente que actualmente termina por esas cosas?- ¿yo? Ah, bueno -me quedé pensando, sí, se suponía que era la pregunta a evitar- él no parecía querer algo formal en su vida, literalmente la palabra novia le espantó -me reí. Aunque me siento mal por eso. Tonta, ingenua, ¿qué esperaba? Lo primero que él hizo fue comenzar a besarme, no se medía mucho al tocarme. Y no me quejo, pero yo creí que había una especie de conexión especial. Pues al parecer solo era de un lado.
Comencé a reír nerviosa. Aquel día también dijo que era bonita, pero no me lo tomé tan en serio como ahora.
-En realidad mi torpeza del inicio era actuada -dije riendo, obviamente no es verdad. Me puse más tensa, él se pone tan directo repentinamente- sí, me gusta -dije honesta. Él es sincero conmigo, merece lo mismo de mi parte- no estoy segura -solté un suspiro- me gustas, eres agradable, guapo, honesto. Y más que ese chico... -solté un suspiro todavía más grande- hace seis meses terminé una relación muy complicada, y digamos que tengo un poco de miedo, sabes. Pero tú me das una sensación diferente. Generalmente los hombres se acercan a mí queriendo algo de una noche, ni siquiera sé por qué doy esa clase de impresión -miré a un lado con más seriedad, tal vez es porque soy muy sociable y hablo a cualquiera con familiaridad- pero tú eres diferente. Así que, ¿eso resumiría un sí?  Vaya, al final fue un sí -me reí y lo miré- pero me gustaría llevar las cosas con calma. Podría decirte sí ahora, pero creo que tú también tienes cosas pendientes aquí -señalé mi pecho- y no quiero que seamos un consuelo del otro -tomé el último trago de mi chocolate. Tal vez piense que soy muy densa, y con Ziba no me sentí así, pero él y Luciel son diferentes. No quiero apresurarme y decirle sí a este chico solo porque me rechazaron. Él me gusta, y sí, también me atrae sexualmente, pero tengo miedo que luego no pueda olvidar el pasado, que su exnovia regrese o esas cosas- tal vez me puse demasiado seria al respecto -me reí nerviosa. Vaya, pareciera que me está proponiendo algo muy formal y puede que no sea así, pero dijo que no le gusta tontear.

-A veces- me río porque seguro no es lo que se espera escuchar -Ya sabes, la familia a veces pelea, así que nosotros a veces tenemos nuestros problemas- me pongo un poco serio, a mi mente regresa Andy, me siento mal por lo que está pasando, y también creo que he sido un poco duro con Dima, creo que hice mal en tomar bandos, pero no lo pude evitar al ver a Andy como estaba.

Parece sorprendida por la respuesta que le he dado.
-Si, es que no encajaba mucho con lo que su familia quería para ella- no le doy importancia, lo que su familia pensara la verdad es que no me importaba, aunque si dolió que ella les hiciera caso -oh, así que es de esos chicos- parece que ya todo el mundo prefiere ese tipo de vida, nada sin compromiso. Tal vez soy demasiado anticuado y ni tengo idea de porque.
-¡Lo sabía! no querías hacerme sentir mal. Gracias por eso- de nuevo río, es una broma tonta, pero es divertido.
No parece una buena señal su respuesta, fue demasiado clara, ¿Pero que estoy haciendo? tal vez he tenido suerte en conseguir una cita, pero ¿no es obvio que aquí también voy a fracasar? tal vez debería ser un idiota que solo busca divertirse. No importa lo lindo o amable que pueda ser, es obvio que no tengo el papel del protagonista nunca -Oh- y acaba de salir de una relación complicada, no pues… tengo una habilidad para fijarme en chicas con quien no llegaré a nada -Entiendo- y yo la besé, ¡la besé en la primera cita! seguro va a pensar que soy como esos hombres -¿en serio?- me sorprendo cuando dice que si, la verdad ya me estaba preparando para el rechazo -pues tu le das más importancia a lo mío, de la que le doy yo. Nunca buscaría consuelo. Hace años que terminé con Niki. La sufrí cuando eso pasó y hace unos meses nos volvimos a encontrar, ella dijo que me iba a recuperar, platicamos algunas veces, y al final no hizo nada y se consiguió a otro. Claro que estoy dolido, pero, en serio no estoy buscando unir las piezas de mi corazón roto, porque eso no ha pasado. Pero entiendo que tu necesitas tiempo y por mi está bien ir a tu ritmo- claro que quiero a Niki, hay un cariño especial hacia ella por la persona que fue en mi vida, pero no pasó nada entre nosotros como para despertar los sentimientos más profundos por ella.
-Si, esto se puso muy serio… ¿quieres regresar a la pista o quieres hacer algo más?- pregunto porque no quiero que nos pongamos demasiados serios con los temas de los ex y esas cosas, no quiero que eso arruine la cita. Creo que hasta ahora iba bastante bien.

¿Qué de Luciel no podría encajar? ¿Su carácter? Tal vez su porte. La chica luce como alguien proveniente de una familia muy conservadora, o tal vez muy superficial. Pero no me pondré a juzgarla más, puede que a él le moleste y no sería justo tampoco.
-Sí, tal vez… o puede que yo sea demasiado seria -me reí, no me gustó lo que dijo. Aunque yo lo pensé pero, que alguien más lo reafirme es algo molesto. Pero Luciel no tiene la culpa, solo se hizo un juicio basado en mi opinión.

Su extensa explicación me hace reafirmar lo densa que me puse. Tal vez no le gusta tontear, pero no por ello llevará algo tan complicado como yo lo hice parecer. Y no sé porqué, pero cuando dice que el problema de su exnovia es menos grave de lo que pienso, le creo. Todo lo que dice, en realidad, o es muy bueno mintiendo, o realmente este chico es demasiado honesto.
-Oh… ohh... es así -miré apenada a la taza vacía. Me siento como tonta, y asentí cuando dijo que esperaría que yo estuviera lista, pero lo sentí más como algo obligado- eres muy amable, Luciel -sonreí y lo miré. Tal vez debería dejar de darle tanta importancia al pasado. a él, y a Ziba, al final puede que mi felicidad esté aquí. No creo que solo se base en el romance, obviamente, pero sí, también formo parte de esas personas que quieren compartir sus alegrías con alguien más, por mucho que lo niegue- sí, lo siento -me disculpé por mis inapropiadas preguntas- ¿qué te parece caminar un poco? -se me ha quitado el frío, pero no tengo muchas ganas de volver ahí, aunque fue divertido.

Salimos por las calles, está lleno de gente, debe ser por ser fin de semana que todos se disponen a pasear.
Me moví a su lado hasta quedar hombro con hombro para dar el paso a unas personas. Nuestras manos rozaron por eso, y moví un poco mis dedos.
-Demasiada gente -dije riendo, ni siquiera podemos platicar mucho porque debemos vigilar el camino.

Una excusa, ¿lo está excusando? si eso parece… ¡oh Luciel, Luciel, Luciel! no va a pasar nada de lo que puedas imaginar. Era obvio, ¿una chica como ella conmigo? imposible. Tal vez solo deberíamos ser amigos, ¿pero no estaría haciendo lo mismo que iba a hacer con Niki?
-Si, también eso podría ser- solo le doy la razón, porque no tiene caso decir nada más. Supongo que esto era lo que ella quería, ¿sino para que traer el tema de los ex? todo iba tan bien, ¿por que iba. querer hablar de eso? es como buscar arruinar las cosas de manera voluntaria.

-Mi mayor defecto y virtud… no, no espera, eran otros, pero ya no recuerdo cuales- si, soy amable, malditamente amable. Y aun así sonrío, y bromeo, porque es mi manera de reaccionar.
-De a cuerdo- al final salimos del lugar, le he devuelto su chamarra y yo traigo mi sueter la mano porque está un poco húmedo, pero al menos ya no tengo frío.
-jaja, si- solo estamos caminando, ni siquiera se que quiere hacer. Y la platica es imposible, pero tal vez es mejor esto a seguir con los temas que estábamos. Me siento desanimado y algo fracasado. en serio que todo parecía tan perfecto, pero no se siente que bien. No creo que yo le guste a ella como ella a mi.
-¿Quieres ver si sacamos un premio?- pregunto señalando una de esas maquinas de peluches. Si esto va a terminar, al menos que sea entretenido -Quiero ese-digo señalando un oso verde, no se ve lindo ni nada, es un tono verde que no deberían usar en peluches pero por eso me llama la atención -¿tu cual quieres?- le pregunto para que cuando sea mi turno pueda sacar el que ella quiere.
Cuando me dice cual quiere, lo intento primero, no soy el mejor en estas cosas, pero tampoco soy tan malo, así que luego de unos cinco intentos logro sacar un peluche.
-Bueno tal vez en otros diez intentos logre sacar el que tu querías- bromeo porque si, he fallado y he sacado otro.

Nos apartamos hasta uno de esos lugares con muchas máquinas de peluches y figuras. Poco tiempo me doy para pasear por lugares de este tipo, así que me resulta un poco impresionante y excitante el venir.
-¿Eres bueno en eso? -comenté emocionada. Miré alrededor del lugar, hay bastantes maquinas con muchas cosas diferentes, me gustaría intentarlo, no luce complicado- mmm -me acerqué más al vidrio y vi un peluche de conejo color azul- el azul -no sé porqué me emociono. Estaba nerviosa porque sentí que con mi plática había arruinado todo, pero puede que no, Luciel no es tan intolerante y creo que me lo diría, espero.
Él comenzó a jugar y yo observé. Hacía algunos movimientos con mis manos a pesar de no ser quien estaba intentándolo, y cada vez que falló, solté un suspiro.
-Es lindo -recibí el peluche y sonreí, y luego lo miré a él- ¿puedo intentarlo? -cuando me dijo que sí, le pedí que agarrara mi peluche y deposité las monedas. Fallé una, dos, cinco, siete veces, ¿cómo es que esto es tan complicado?- vaya -dije un poco frustrada- esto es más complicado de lo que pensé -nunca había intentado algo como esto, y ahora me siento un poco tonta- ahora el peluche tiene el triple de valor. Primero, porque es lindo, segundo, porque me lo has obsequiado tú, y tercero, por tu gran esfuerzo -tomé el peluche entre mis manos y miré al interior del lugar- ¿son videojuegos? -pregunté- soy algo mala en eso, ¿pero quieres entrar? -no sé si es porque estaba demasiado emocionada, pero tal vez él no quiera seguir más con esta cita y yo estoy aquí, demandando ir a otro sitio- lo siento, me emocioné de más -me disculpé apenada. Me quedé callada y tomé un poco de aire- ¿quieres continuar acompañándome? Tal vez soy la única que se está divirtiendo -llevé mi mano a sus labios antes que respondiera- y por favor, sé honesto -retiré lentamente mi mano. De nuevo me dieron ganas de besarlo, y eso que me quejé por lo que piensan la mayoría de los hombres sobre mí.

-Tal vez no tan buena como tu sobre el hielo, pero me defiendo un poco- levanto mi pulgar para demostrar que me siento seguro de mi talento. Aunque al final no le he podido dar el que ella quería, pero seguro que en unos intentos más si lo conseguía.
-Si, claro- me hago a un lado para que ella pueda jugar y cargo el peluche mientras juega-Si, lo es. No tienes ni idea de cuanto dinero he perdido en estas cosas- comento riendo -oh, pues para la próxima voy a conseguirte el conejo azul- ella me sube y me baja de mi nube muy rápido. Creo que estoy tratando tanto de comprender y leer entre lineas que al final no estoy entendiendo nada.

-Am, sip- contesto mirando el establecimiento Ok, si- contesto pero luego ella se disculpa y la miro un poco confundido. Apenas estoy por contestar su pregunta y ella me calla con su mano en mis labios. Dejo un rápido beso en su mano y me río.
-Te preocupas demasiado - no le contesto, pero la tomo de los hombros para empujara un poco y entrar al lugar -¿que te gustaría jugar?- le pregunto inclinándome un poco sobre su hombro, pues el ruido de la gente y las maquinas hace que sea difícil escuchar con normalidad -y me estoy divirtiendo contigo, así que no, no me quiero ir- apoyo mi barbilla a un lado de su rostro haciendo que nuestras mejillas se toque -¿te gustan las de baile? ¿prefieres disparos? ¿carreras?- por un momento pensé en besarla de nuevo, pero ella dijo eso sobre los chicos, no quiero que piense que solo quiero divertirme.
Espero a que escoja algún juego, es complicado porque hay una cantidad sorprendente de ellos.
-Aunque debo advertirte, trabajo probando videojuegos, así que soy muy bueno en estas cosas- digo con exagerada presunción y luego suelto una risa como de Jo jo jo -y me convierto en santa claus…- río ahora normal por lo idiota que seguro he sonado hace un momento.

Me reí al entender su referencia. También me acordé de cuando dijo que las chicas mentimos al decir que nos gustan los hombres graciosos, pero no es verdad, siempre es bueno soltar una sonrisa en medio de la tensión o para amenizar la plática.
-Lo imagino, es un poco adictivo -es más que nada por la sensación de no querer perder. Miré de nuevo el peluche que él saco para mí, es bastante lindo, así que no necesito el otro, pero, podría ser como la promesa a una segunda venida- tal vez en nuestra próxima salida lo logres -comenté sonriendo mientras miraba la extraña expresión del peluche.

Mis mejillas se pusieron rojas al sentir ese beso en mi mano. La diferencia entre el contacto con él y con otros chicos, es que lo suyo es muy sutil, pero no por ello es más insignificante.
-Okey -comenzamos a movernos dentro del local, es muy grande, demasiado diría yo. Miré con un asombro disimulado alrededor ni siquiera sabría por dónde empezar. Un escalofrío recorrió mi cuerpo al sentir su aliento cerca de mi cuello, y de nuevo he empezado a sentirme nerviosa- tal vez -miré en dirección a él, su rostro está muy cerca- ¿carreras? -dije lo primero que recordé. Pero por mi cabeza solo pasa la idea de besarlo. Soy mala en los juegos, y él dice que es bueno, pero eso ahora no me importa. ¿Por qué pienso en eso? Pero no mentiré, me gustaría probar sus labios más allá de ese sencillo beso.
Una carcajada salió de mi boca y me moví hacia delante para despegarme de él, lo empujé despasito por el hombro y luego lo miré. Caminé a él y le besé en la mejilla. ¿Por qué ahí? Bueno, porque dije eso sobre los hombres pero ahora me comporto como uno de ellos.
-Eres el santa más guapo que he visto -dije cerca de su oído. Tuve que ponerme de puntitas y luego volví a mi altura normal- ¿entonces? -lo miré esperando. Estoy nerviosa, de nuevo con la cara roja pero sonriendo como una tonta. Sí, esta soy yo, la que quiere tomarse su tiempo, la que dice que no desea algo casual pero de igual forma no duda en coquetearle a su cita.

-Si, lo es- le doy la razón y me río, pero dejo de hacerlo y solo sonrío ampliamente cuando dice eso de la próxima vez -Claro, lo haré- digo con entusiasmo, tal vez más del que debería demostrar -jeje, lo siento- me disculpo por mi exceso de emoción.

Ella elige las carreras, así que caminamos a esa zona, y si, hay muuuchos juegos de carreras.
-mira ese está vacio- tomo su mano para que avancemos a donde he señalado. Es un juego de motos, es divertido, así que me sonrío entusiasmado por la idea de subir.
-Oh, jaja, y el mas rojo- trato de seguir bromeando pero no he podido evitar sentirme apenado por lo que ha dicho, siento que mi cara arde -Ah si, espera aquí, iré a comprar una tarjeta para jugar- le explico y voy a comprar las tarjetas, una para ella y otra para mi y pongo dinero en ambas. Regreso y se la entrego -Toma- le entrego la tarjeta -ahora la pasamos por aquí y podemos jugar- digo pasando mi tarjeta. Le ofrezco mi mano para ayudarla a subir y yo me subo en la otra motocicleta -Bien, la primera es para que aprendas- le aviso, y comienzo a explicarle, la verdad es que es muy simple -¡muy bien!- digo emocionado cuando termina la primera vuelta. Yo no he avanzado casi nada por estarle explicando, ni siquiera he de levar la mitad de la primera vuelta, pero ella termina la segunda -Bien, te hago una apuesta, si te gano, me concederás un deseo- digo muy seguro de mis aptitudes para esto. Así que de inmediato me pongo a avanzar, esquivo cada obstáculo sin problemas, y no choco con nada, hago cada vuelta a la perfección y no tardo en alcanzarla, e incluso me detengo en la meta para esperarla y avanzar justo antes de que me pueda ganar -Ves, te dije que era bueno- me río bajando de la motocicleta y me coloco frente a la de de ella -Ahora mi deseo es. Pausa dramática- la miro con gesto divertido -quiero que hagas el gwiyomi para mi- pongo una sonrisa grande en mi rostro.

Solo sonreí cuando él confirmó lo de la próxima vez, al menos parece emocionado, esa es buena señal.
Lo miro alejarse y luego observo ese juego que ha elegido para nosotros. Él es bastante tímido y me hace sentir como si estuviera siendo demasiado atrevida. Tal vez lo que le dije afectó, porque cuando me besó no se mostró tan avergonzado o evasivo, pero bueno, no es lo único que importa de nuestra cita.
-Gracias -acepté la tarjeta y puse atención al modo de funcionamiento del juego. Me subí con su ayuda a la moto, me siento avergonzada porque no he hecho antes, pero la gente a nuestro alrededor no presta atención a nosotros.
Hago caso a sus instrucciones y no despego mis ojos de la pantalla, sonrío cuando esquivo algún obstáculo, y hago una mueca cuando parece que no puedo controlar el volante, pero no es tan difícil como pensé.
-Sí -volteo rápidamente a mirarlo- ¿cómo? Bueno... -quise preguntar qué clase de deseo, mi corazón comenzó a latir rápido pero de nuevo tuve que mirar a la pantalla. Me esforcé por ganarle, pero ni siquiera quedé cerca porque además de ser inexperta, mis nervios me hicieron fallar muchísimo más que la primera vez. Al final terminé casi en último lugar, y siento cómo los nervios van creciendo cada vez más. Lo miré esperando que hablara, hasta le divierte hacerla de emoción- ¿qué? -¿qué? ¿Eso? Oh, ¿en serio? ¿Por qué parezco desilusionada? Por mi cabeza pasaron un montón de ideas extrañas y malos pensamientos, ¡soy una idiota! Me siento tan boba, casi estuve a punto de soltar un comentario respecto a eso, pero afortunadamente no dije nada- o… okey -mi cara sigue roja, pero no por lo que él pidió, sino por lo que yo deseaba que quisiera- ¿aquí? -pregunté intentando calmar mis nervios y miré alrededor, ahora sí me da pena pensarme haciendo esa cosa.
Me bajé de la moto, respiré profundo y comencé a cantar bajito y hacer los movimientos. Traté de mirarlo y luego desvié la vista, esto es demasiado vergonzoso.
-Uhm -mi cara está muy roja, y a lo lejos vi a dos tipos reírse mirando hacia nosotros- dios -me escondí en su pecho, ahora quisiera irme, pero solo esperaré que las personas dejen de mirar- pensé que pedirías algo mas -dije aún con mi cara contra su pecho.

Parece sorprendida por lo que le he pedido a cambio de mi victoria.
-Sip, en serio- Muevo mi cabeza para confirmar que aquí mismo es donde debe cumplir lo que le he pedido. Le ayudo con una de mis manos para que baje de la moto.
La miro con una gran sonrisa cuando comienza, se ven tan avergonzada, pero no deja de verse tan linda. Cuando termina se acerca a mi y creo que intenta esconderse por la vergüenza. Me pongo un poco nervioso de nuevo.
-¿Algo más? ah bueno, yo… no quiero que pienses mal de mi- esta cerca de mi pecho, pero no puede escuchar lo acelerado de mi corazón ¿cierto? -Aunque ahora soy la envidia de muchos chicos, ¿si recuerdas lo que acabas de cantar? deben pensar que somos pareja. Lo siento- comento porque aun miran a donde estamos, ella es muy linda y lo que ha hecho ha sido algo tan lindo que más de uno ahora la mira. Mis manos buscan las de ella, y me separo un poco y me inclino para que nuestros rostros queden a la misma altura, no es que yo sea tan alto, creo que tengo una estatura promedio, seguro que si se pone tacones casi estaríamos a la misma altura.
-Juguemos algo más- digo con una sonrisa, pero en realidad solo quiero que nos movamos para salir de la vista de todas las personas. Veo una de esas cabinas de fotografía -¿te gustaría que nos tomáramos unas fotos? pienso que te verías linda con unos bigotes torcidos- con mis dedos dibujo en su rostro las lineas espirales del bigote.
Tomo su mano de nuevo y hago que entremos.
-en el siguiente juego… seguro que te voy a ganar, ¿podría tomar mi premio ahora?- pregunto mientras juego con los botones de la maquina.

Ni siquiera tiene que repetir eso, la letra de esa popular canción es demasiado embarazosa. Pero estaba más preocupada porque no me pidió algo raro, que solo me percaté cuando ya la estaba cantando.
-¿Se te ocurrió algo más? -pregunté aún contra su pecho y con los ojos cerrados, no se me ha pasado nada la vergüenza. Ni debería preguntarle algo que pueda darse a otra interpretación. Y luego se le ocurre decir eso, pero no me ha gustado que se disculpe- no tienes que pedir perdón -abrí mis ojos, pensé que me besaría de nuevo cuando nos separamos, pero susurra algo y luego toma mi mano para movernos del lugar. Ahora la mirada de la gente ya no me preocupa, sino lo que ha dico y cómo estamos actuando.

Asentí a lo de las fotos y sonreí, eso es algo con lo que estoy más familiarizada. No precisamente en estas cabinas, pero amaba tomarme fotografías con mis amigos del instituto.
Entramos y miré la maquina con un poco de desconcierto, parece que tiene muchísimas funciones.
-¿Me pedirás un premio por cada juego en el que ganes? -lo miré como si fuera alguien sospechoso, aunque no me está viendo- eso es algo injusto, sabes que los juegos no son mi fuerte, y yo también quiero pedir algo -oh no, otra vez me está haciendo sentir muy nerviosa, pero solo me ocurrió  seguir el juego para no dejar que note mi estado- ¿quieres que vuelva a cantarte algo vergonzoso? -me reí- prefiero que pidas algo más -comencé a aplastar las opciones en la pantalla. Tiene muchísimas, y al final entré a unas que tenían demasiadas cosas, así que alejé mi mano para que él la manejara.