Our Happy Christmas [Sora]

Me planeé esta cena desde hace casi dos mes, incluso me las arregle para rentar esa casa de la filmación, no quiero estar en un restaurante y mi casa está algo desordenada. Pero Sora me dijo que se la pasaría trabajando, fui un tonto por preguntar una semana antes. Sin embargo no me rendiré, no importa si llega a las 3 de la mañana, haré que cenemos juntos aquí.
Ordené la cena para una hora determinada, llegó unos minutos antes de que yo partiera hacia su trabajo y pude acomodar todo correctamente, aunque no serví nada, no quiero que se enfríe. Pero tengo la suerte que la energía eléctrica esté instalada ya, y puse un bonito mantel que compre en la mesa de centro, unas velas y el vino y nuestras copas, el resto lo pondré cuando ella llegue.
Miré mi teléfono y salí corriendo a pedir un taxi, tuve que caminar hasta que tuve cobertura, por fortuna ella planea quedarse ahí toda la noche.
Una vez estuve en el taxi le marqué para saber cómo estaba y si seguía en el trabajo, sentí que la estaba interrumpiendo pero no me importó mucho, estoy demasiado emocionado por esto.

-Disculpe, ¿la señorita Sora? -me coloqué unos lentes y esperé que la señorita de recepción le llamara. Estoy demasiado contento, hasta pensé en la amenaza que le haré si se niega demasiado a ir- hola -levanté la mano para saludarla cuando la vi venir, se ve hermosa esta noche- vine por ti -le susurré cuando estuvo lo suficientemente cerca de mí y sonreí- sé que estás ocupada, pero es navidad, así que... ¿podrías solo hoy? ¿Por favor, por favor, por favor? -junté mis manos e hice un puchero- realmente quiero pasar este día contigo -me empiezo a sentir inseguro, me pondré a llorar si es necesario, de ninguna forma dejaré que se quede aquí.

Al final logré convencerla y esperé que se alistara, mi corazón late muy rápido de pensar en la cara que pondrá, no le diré a dónde vamos.
-Te ves muy linda -tomé su mano, hoy traigo ropa masculina, no debería haber problema. Ella dijo que no viniera a buscarla para no levantar sospechas, pero así nadie me reconocerá- tomemos un taxi -hice la parada y le tapé los oídos a Sora para decir la dirección al chofer- quiero que antes de llegar, cierres tus ojos -metí mi mano en la bolsa de mi chamarra y saqué una tela- bueno, te los cerraré yo -le sonreí travieso y luego tomé su rostro, me acerqué a sus labios y dejé un beso muy corto. Sé que no le gustan las muestras de cariño en público, pero tenía muchas ganas de hacerlo.

Salem:

Casa:

Comida:

Detesto estas fechas, porque todos los días alguien hace una fiesta. Amo mi trabajo, pero esto es demasiado incluso para mi.
Miro los papeles de las fiestas que quedan para los días siguientes y suspiro un poco cansada. Tomo el teléfono para hacer varias llamadas, y asegurarme de que nada pueda fallar. Todo tiene que estar perfecto.

Apenas estoy terminando la llamada, veo la llamada entrante de recepción. La tomo para no perder mucho tiempo en eso, pero me dice que hay alguien preguntando por mi. Le digo que no tardo en bajar.
Espero que no se trate de una fiesta de ultima hora, porque no podré hacer nada por esa persona. Y ya que hoy muchos de mis empleados no han venido, prefiero bajar y que no venga a una oficina tan vacía.
Mis pasos seguros, se vuelven lentos cuando veo a la persona que me espera. ¿Que hace aquí? ¿y por qué viste de esa manera? Rompo el contacto entre nuestras miradas, me ha puesto un poco nerviosa.
-¿Que haces aquí?- pregunto acercándome a él y hablando bajito para que las chicas de recepción no escuche -¿Por mi? pero aun no he terminado, hoy saldré tarde, tengo mucho trabajo- le explico, porque en ningún momento acordamos que nos veríamos hoy.
-¿Qué? no, no puedo- me quejo, tomando sus manos para que dejara de estar en esa posición porque solo hace que nos miren más, pero cuando dice que desea pasar este día conmigo, me siento conmovida -está bien, supongo que puedo hacerlo, ya casi nadie está trabajando- digo como excusa para no parecer que he cedido tan rápido solo porque él lo pidió, pues siento la mirada de mis empleadas sobre mi.

Subí para ordenar unas ultimas cosas y tomar mi bolso para salir.
-Supongo que también pueden irse a casa- digo a los empleados que hoy han venido. Él toma mi mano y me pongo tensa porque siento como si de nuevo todos nos observaran, ni siquiera Ian se apareció por aquí cuando salíamos.
-Gracias, tú te ves muy apuesto- le digo bajito.
Lo miro un poco extrañada por cubre mis oídos para decir la dirección al conductor. Y mi extrañeza crece más cuando dice eso de los ojos. Esto es una tontería… pero no me quejo de lo cursi que parece todo esto, porque se me olvida cuando se acerca a darme ese beso.
-está bien- acepto un poco apenada y cierro los ojos para que me ponga esa cosa.
El camino es un poco largo, y me siento un poco ansiosa cuando ya no puedo ver nada.
-Esto es demasiado extraño- comento por lo nerviosa que me siento, pero es que nunca he salido con nadie que haga esta clase de cosas.
Cuando llegamos, me ayuda a bajar del taxi, y escucho como se va. No escucho más autos a los alrededores. Caminamos un poco más.
-La casa de la grabación- digo cuando me quita la venda de los ojos. Los recuerdos llegan de inmediato y mi rostro se sonroja un poco -dime que el taxi va a regresar, porque sino ¿como vamos a salir de aquí?- pregunto como para tratar de desviar mi reacción ante todo esto -Gracias, esto es lindo- digo por fin evitando su mirada.

sora:

Me alegra que no haya tenido que usar alguna amenaza para hacerla venir, incluso dijo que me veo guapo. No me gusta mucho esta ropa, pero desde que ella me elogia no me parece tan malo usarla, y hoy quiero que parezcamos una pareja. Sé que no somos novios oficialmente, pero a veces nos vemos, nos mandamos mensajes y nos besamos, así que hoy haré la fecha todavía más especial, no creo que me diga que no, ¡es navidad!

-No es extraño, es una sorpresa, así que debe salir perfecto -le dije emocionado. Ella parece nerviosa, le gusta mucho tener el control de las cosas pero esta noche no será así, y me sorprende que esté cediendo más fácil de lo que esperaba.
Al llegar pagué al taxista y caminamos con cuidado hasta la entrada, y justo antes de abrir descubrí sus ojos.
-Ah… no importa, ya no las arreglaremos luego -el taxi es lo de menos, además quiero que nos quedemos aquí pero no le diré ahora, solo haré que pase. Para mi suerte ella reconoció el lugar, sería raro que no pero me emociona- sí sí -contesté sonriendo. Abrí la puerta y luego de que ella entrara, puse llave, es un sitio apartado y no hay seguridad alguna- ¿te gusta de verdad? -pregunté ansioso- agregaron unos muebles a la casa, ya no estaremos incómodos sentados sobre sábanas -dije riendo, y recuerdo el momento en que nos quedamos aquí- bien -tomé sus hombros y le hice caminar hasta el sofá, y luego de que se sentó, me agaché frente a ella- hoy te ves muy hermosa -llevé mi mano a su cuello y me acerqué a besarla. Ahora que tengo un poco más de libertad para hacerlo, busco cada oportunidad. Cuando estamos en público es muy complicado, pero ahora no solo estamos solos, incluso si alguien nos viera, no hay problema. Me separé de ella y me puse de pie- la comida, la comida -me recordé en voz baja- tú te quedarás aquí, yo traeré la comida, ¿de acuerdo? Oh, ¿tienes frío? Puedo encender la chimenea -en este sitio hace más frío, aunque con los muebles se siente más acogedor que ese día, todavía la temperatura es más baja de lo normal.
Después de encender el fuego fui a la cocina para calentar la comida en el horno de microondas, y servi ambas porciones y las llevé a la mesa de centro de la sala. Cerré las cortinas también para evitar que entrara un poco de aire frío.
-Espero que te guste -me senté junto de ella y luego la miré- feliz navidad -le di un beso en los labios muy corto y serví algo de vino en las copas.

Una sorpresa ya entra en algo extraño para mi. Tal vez porque elegía parejas bastante tranquilas, y eso de las sorpresas quedaba descartado con facilidad porque era algo así como un esfuerzo innecesario, pero Salem, es por mucho, muy diferente a los chicos con los que he salido.
-¿Como que nos las arreglaremos, es una broma ¿cierto?- pregunto un poco ansiosa.

La casa se ve tan diferente ahora con esos muebles, casi parece otro lugar. La luz, los muebles, todo eso hace que se sienta muy diferente a lo que hay en mi memoria, aunque estaba tan enferma que no es que pueda recordar con demasiada claridad el lugar.
-Si, me gusta mucho- contesto esperando que mi respuesta le tranquilice, porque parece que se ha esforzado mucho para esto, y claro que me gusta, pero sigue siendo un poco extraño para mi, pero creo que es un gran detalle, haber buscar rentar este lugar, si incluso para mi fue un poco complicado hacer, pero Salem tiene mucho carisma, creo que eso le habría hecho las cosas más sencillas -Se ve lindo- de alguna manera creo que esperaba que permaneciera igual, ahora, aunque es el mismo lugar se ve diferente, y siento como si hubieran arruinado mis memorias sobre el lugar, aunque obviamente solo es una exageración que no voy a externar.
Me senté en el lugar al que él me ha llevado. Me halaga y me besa de nuevo, sino fuera porque ahora estamos en privado, yo evitaría que fuera tan cariñoso -La chimenea parece una buena idea- por la temporada el frío está un poco más fuerte de lo normal, y el calor de la chimenea ayudaría mucho a que estemos a gusto.

Luego de encargarse de la chimenea va a arreglar lo de la comida, se ve delicioso, así que lo pruebo y sonrío aprobando el sabor de la comida.
-está delicioso- acepto luego del primer bocado -Feliz navidad- digo un poco forzada, hace años que no celebro esta fecha, por eso ahora se siente un poco extraño -¿tú cocinaste?- pregunto intentando hacer un poco de platica, pero no se me ocurre nada más para la conversación.

No respondí nada, no quiero que apenas comenzando la noche empiece a preocuparse por pequeñeces como el “¿y cómo saldremos de aquí?”  así que mejor olvidarlo.

-Me alegra -ella no es tan entusiasta como la mayoría de las mujeres, pero no importa, si dice que le gusta así es, tampoco es de la que pueda ocultar cuando algo le desagrada- ¿quieres que vaya por alguna frazada? Me encanta tu vestido, pero debes tener frío? -Sora llamó mi atención por muchas cosas, pero una de ellas es la manera en que viste. Es como una muñeca elegante y hermosa, pero dentro de esa imagen fina e inocente, también emana mucha sensualidad. Hoy no es la excepción, se ve preciosa, y muchas cosas pasan en mi cabeza que quisiera hacer con ese vestido, aunque no creo que me deje llegar tan lejos.
Ella da el visto bueno a la comida, y luego la llevo a mi boca y me doy cuenta que en serio es riquísima. Le pedí a Kajsa consejo sobre dónde comprarla, porque su gusto es mucho más refinado que el mío.
-Uhm… -le sonreí apenado, yo no sé hacer ni lo básico- no, lo siento -me disculpé por si se sentía decepcionada, tal vez esperaba que la comida la hiciera yo- soy malo en la cocina -me justifique. Pero no importa, lo demás sí lo planee, incluso compré algo para ella.
Di otro par de bocados y llevé vino a mi boca, parece que no está tan feliz aquí, ¿la habré hecho enojar?
-¿Tenías mucho trabajo? Lo siento si te forcé a venir -pero igual no me habría conformado con un no- pero bueno, lo que menos deberíamos hacer es hablar de trabajo, hoy es un día especial. ¿En serio tu familia no celebra nada? -nosotros tampoco lo hacemos, aunque a veces forzaba a Ziba a salir de compras y a cenar o estábamos juntos viendo alguna película- recuerdo que mi familia siempre celebraba, era todo un rito lo de ellos -puse una expresión rara, porque no extraño para nada esos agradecimientos excesivos y lo exigente que se ponían con la comida y la etiqueta- oh, es verdad, ya arreglé mis asuntos pendientes -emití una sonrisita. Ella dijo que debía aclarar todas las cosas antes de que comenzáramos algo, y ella haría lo mismo con su ex novio. Sé que terminaron hace tiempo, aunque no me dio detalles- así que -me levanté y fui hasta una de las esquinas donde había dejado una pequeña maleta donde traje algunas cosas. Comencé a buscar, y buscar, y entonces abrí todo y aún así esa bolsita seguía sin aparecer- no puede ser -me quedé sentado en el suelo y recordé… ¡maldición, la dejé en la barra de la cocina!
Me levanté y me senté junto a ella, ¿cómo pude olvidar su obsequio? ¿Ahora cómo le pediré que seamos novios?
-Pues te había comprado algo -dije desanimado- pero por las prisas lo olvidé en casa -tomé su mano y la volteé a ver- hay algo que quiero decirte -me siento nervioso, un poco decaído porque esto debía ser perfecto, pero aún así no puedo evitar sentirme feliz. Pero espera, ¿y si dice que no?... ¡Qué va! Si nosotros casi estamos saliendo ya- ha pasado un tiempo desde que empezamos a frecuentarnos -la miré nervioso, esto es tan vergonzoso.

Acepto con un movimiento de mi cabeza esa frazada. Cuando regresa con ella la pongo sobre mis piernas.
-Entiendo- seguro yo habría hecho algo similar, porque la cocina no es para nada mi fuerte, claro que se hacer cosas, pero sencillas, más que nada cosas para desayunar, pero cosas más elaboradas prefiero dejarlas a los expertos.

Dejo los cubiertos a un lado cuando se disculpa y lo miro un tanto escéptica, dice eso, pero no creo que le importe realmente demasiado.
-Si, pero lo puedo terminar desde casa- le contesto dado un sorbo al vino.
Dejo la copa con cuidado, porque ha me he puesto un poco tensa cuando menciona a mi familia. Con Ian no pasaba por estas cosas, ninguno de los dos preguntaba mucho sobre el pasado del otro.
-si, lo hacen, pero hace un par de años dejé de ir- ni siquiera sé para que le digo, seguro va a querer saber más, solo debí mentir y decir que no, pero tuve que ser sincera.
-¿Todo salió bien?- pregunto tratando de parecer indiferente, pero claro que me interesa saber que por fin ha dejado las cosas con esa otra chica.

Se levanta y lo sigo con la mirada y luego se queja de algo.
-¿Que ocurre?- le pregunto confundida. Se acerca y se sienta junto a mi -¿en serio? pero yo no te compré nada, debiste avisarme que preparabas esto- se que quería sorprenderme, pero por estas cosas no me gustan mucho las sorpresas. Si el me iba a dar algo, me gustaría también corresponder de la misma manera -Oh, está bien, así me da tiempo de también comprarte algo- digo para que no se preocupe por lo del regalo, de hecho me hace sentir un poco más tranquila.
-Amm si, desde septiembre- me pongo a pensar un poco más para recordar la fecha de la grabación del comercial -lo del comercial fue el cuatro de septiembre, así que si - confirmo con una sonrisa ahora que estoy segura de la respuesta -oh- digo al darme cuenta de que se trata esto. La cena, el regalo, me ha dicho que ya arregló las cosas con esa chica -quieres formalizar- le interrumpo antes de que él pueda decirlo -Si, supongo que es lo que sigue. ¿Pero como funcionaría algo así? tu tienes una imagen, supongo que tendría que ser algo discreto. Tienes que tener mucho cuidado, a veces eres un poco imprudente, podría arruinar tu carrera- bajo la mirada un poco pensativa -creo que acabo de interrumpir tu declaración- bajo la mirada un poco apenada -Lo siento- pareciera que no puedo sumergirme en la atmósfera romántica que el intenta crear -Lo siento, pero es que nunca hice nada de estas cosas en mis anteriores relaciones- le explico, aunque seguro que ni le sorprender. A veces no entiendo como es que si somos tan diferentes nos hemos fijado el uno en el otro.

Sentí curiosidad por qué dejó de ir a su casa, puede que sea por el trabajo, conmigo se negó al preguntarle y no me extrañaría que hiciera lo mismo en casa de sus padres. Pero no preguntaré, porque eso daría pie a que ella lo hiciera también. Sora no es muy curiosa o entrometida, pero no quiero hablar de eso aún, no quiero arruinar mi noche con recuerdos malos.
-Ya veo, ya veo -continué comiendo, ahora que lo pienso, no sé mucho sobre Sora. Pero dejé eso un poco de lado y asentí cuando preguntó si las cosas salieron bien- salió mejor de lo que pensé -dije feliz, no quería perder la amistad de Kajsa- ella se enteró de mi secreto -es un poco vergonzoso contarlo, porque me hace sentir como alguien mentiroso- se enojó mucho conmigo, pero después hablamos y lo solucionamos. Por un momento pensé que no me perdonaría, pero le dije exactamente cómo me sentía y algunas de las cosas que conlleva ser así, al final lo comprendió, incluso le conté de ti y ella me contó de su novio, fue como una auténtica plática entre amigas -me reí, con ello me di cuenta de lo importante que es Kajsa para mí, es realmente mi mejor amiga. Puede sonar estúpido para algunos, pero para mí es muy importante. Una amiga capaz de aceptarme como soy, y una pareja que también lo sepa… son cosas que nunca pensé tener.

Ella no parece importarle, y hago un puchero por eso.
-No lo hice por eso -le dije un poco triste- tampoco me tienes que comprar algo solo porque yo lo hice -suspiré desilusionado, me llevó un buen rato escoger su regalo y terminé olvidándolo. Pero eso no impedirá que le diga hoy lo que siento, solo faltó ese detalle, pero el resto de la cena va bien, sigue siendo un momento especial. Me hace feliz que recuerde la fecha exacta, y sonrío asintiendo. Yo soy malo para esas cosas pero con ella he contado los meses, esa fecha es muy especial para mí- bueno, sí… -sonreí de nuevo y agaché la mirada, no puedo ocultar mi emoción. Pero levanté la mirada cuando volvió a hablar, y poco a poco mi sonrisa se fue borrando y desvié la mirada- está bien -dije alegre, no tengo que dejar que eso me desanime, pero yo no había pensado mucho en los detalles- eres la voz de la razón en nuestra relación -le dije un poco feliz. Para ella no parece ser igual que para mí, me pregunto si la estoy obligando a algo, y de nuevo se va mi sonrisa- amm, sí, entonces -tomé un poco de aire y la miré- tendría que ser algo discreto, justo como lo dices -ella dice que soy imprudente, generalmente no me importa, todo mundo me lo dice, mi manager, Ziba, incluso Hana me dijo que soy descuidado, pero ahora se siente un poco más incómodo- voy a trabajar en ser más calmado, lo prometo -busqué su mano y la tomé- pero realmente quiero esto. Eres la primera persona de la que me enamoro -la miré un poco serio, aunque más bien luzco preocupado- pero quiero que tú también desees lo mismo, así que, si necesitas más tiempo, está bien. Puedo esperar -en realidad estoy en mi límite, pero si ella me pide más tiempo, claro que se lo daré. Nosotros ya casi parecemos una pareja… ¿realmente? Si lo pienso, solo soy yo presionando mis deseos contra ella, mis caprichos, mis planes, siempre la estoy persiguiendo y haciendo que cumpla lo que yo quiero.

Él me cuenta como se arreglaron las cosas con esa chica, y la verdad es que no estoy feliz con lo que escucho. Siguen en contacto, ella ya sabe que él es el chico con el que salió, ¿como pueden ser amigos? sería como si yo siguiera siendo amiga de Ian, aunque lo que siento por Salem es fuerte, le tengo aun mucho cariño a Ian, es un hombre apuesto e inteligente, sin duda que si lo tengo cerca de mi, podría dudar muchas veces de lo que realmente quiero.
-Que bien- aunque no sea feliz com lo que escucho no lo puedo obligar a dejar a su amiga, no quiero ser esa clase de persona.

-¿No? pero así sería más justo- no me gusta recibir cosas sin dar nada a cambio, creo que las cosas deben estar niveladas, por eso no me gustan las sorpresas.
Parece que él no había pensado en las consecuencias de tener algo formal. Pero cuando dice que se ha enamorado de mi, siento esas mariposas en el estomago y respiro un poco más profundo para tratar de controlar esas sensaciones.
Él deja la responsabilidad sobre mi, y por primera vez en mucho tiempo, creo que no me gustaría ser la persona que decide cuando ni como. Me siento un poco presionada. Suelto su mano y me pongo de pie, dejo la frazada en donde estaba sentada y me pongo a caminar.
Una relación sería complicada, mi familia tiene tantas cosas para rechazarlo, es extranjero, es menor que yo, no terminó sus estudios, se dedica al modelaje, usa ropa de mujer casi todo el tiempo…
¿Pero entonces que espero para nosotros? yo terminé mi anterior relación para estar con él, ¿no debería solo arriesgarme? porque aun con las cosas que podría enumerar para decir lo complicado que sería una relación, es la única persona que me ha hecho sentir toda clase de cosas.
-Bien, hagámoslo. Pero te advierto que mi familia te va a odiar- suspiro, nunca he presentado a nadie, pero claro que han pedido conocer a las personas con las que salgo, incluso quería conocer a Ian. Solo espero que no se enteren que he iniciado otra relación tan rápido luego de la anterior, la abuela seguro tendrá muchas cosas ofensivas para decirme cuando la vea.
¿Acabo de hablarle de mi familia?
-No digo que ya te los vaya a presentar, solo digo que si en algún momento llegamos a eso, pero no me refiero a que sea obligatorio- comienzo a ponerme nerviosa por lo que he dicho -solo olvida eso por favor- le pido resignada porque creo que no hay manera de arreglar lo que dije.

Honestamente, si tengo que recibir algo de ella solo por ser “justos”, preferiría no tener nada. Pero para ella la lógica es diferente, sé que no le gusta deber nada a nadie, y tal vez por eso le alivia que yo no tenga que darle nada.
-Eso no es lo importante -pero si no se lo digo, ella no cambiará su forma de pensar. No quiero hacer que cambie totalmente, simplemente que entienda este pequeño detalle- solo dame algo cuando verdaderamente lo desees, no necesitas compensar algún obsequio o muestra de cariño que yo te dé -le sonreí, porque tampoco quiero que piense que estoy molesto- si lo haces solo por no estar en deuda conmigo, no me hará feliz, así que no te preocupes por regresarlo o estar a la par -por supuesto que me encantaría que llegara con un obsequio, pero sé que ella no es tan afectiva como yo, y por eso tendrá mucho más valor si algún día llega a hacerlo de manera espontánea.

Me quedé mirándola con sorpresa cuando se alejó, me siento asustado, tal vez sí fui demasiado rápido. La miré cómo caminaba de un lado a otro, eso no debe ser señal de algo bueno, ¿verdad?
-¿Tu familia? -por unos segundos no supe cómo tomar eso, pero luego sonreí. Ella dijo que su familia me va a odiar, ¿o sea que está tomando en cuenta la idea de presentarme a ellos? Okey, esto es más de lo que esperé. No sé qué pase por su cabeza, pero me siento feliz, porque lo dijo muy decidida- no lo voy a olvidar -le sonreí, ella me dijo que sí, a su particular manera, pero lo hizo, incluso tomó en cuenta cosas que yo ni siquiera pensé. Ella lo ha meditado mucho más que yo, eso solo puede significar que le importo. Soy tan bobo, me pongo triste o feliz dependiendo de lo que ella haga, pero es inevitable- no me importa si me odian -me puse de pie- estoy acostumbrado al rechazo, sabes -dije en un tono divertido- pero prometo tener cuidado de ahora en adelante -comencé a caminar hacia ella, y cuando llegué a su lado, de nuevo tomé sus manos. Mi propia familia me despreció, así que no importa si la de ella lo hace. Lo ideal sería agradarles mucho, pero sé que las personas no comprenden fácilmente mi tipo de personalidad, así que está bien, soy bastante conformista- mientras tú me quieras, no importa lo demás -suena muy típico, pero es la verdad, tanto que a veces me olvido de quién soy y que podría causarle problemas a ella- ¿entonces eso es un sí? -ladee mi cabeza y con una mano tomé su mentón- dime que sí.

Nuestras manera de pensar son muy distintas, hasta me hace sentir un poco mal mi manera de pensar.  No quiero ser injusta, o hacerlo sentir mal, pero es complicado desprenderme de mi manera de ser y acoplarme a su estilo romántico de relación. Siempre tuve parejas de cierto tipo de personalidad, que se acoplaran bien a mi ritmo y a mi manera de ser, por eso ahora siento tan complicado adaptarme a Salem.
-Bien, si así lo prefieres-no lo digo muy conforme, porque no es que me guste mucho ceder en ningún aspecto, pero entiendo que esto no es algo en lo que tengo que ganar, aunque claro que me gustaría, pero creo que solo haría sentir mal a Salem.

Lo miro con algo de reproche, pareciera que le gusta molestarme cuando digo o hago cosas un poco tontas.
-¡Saaleem!- me quejo un poco porque dice que no lo va a olvidar.
Mi expresión cambia cuando dice lo del rechazo, me siento un poco mal por escuchar eso.
Toma mi cara para hacer que lo mire y no me resisto. Me gustan mirarlo de esta manera, no me importa el tipo de ropa que use, solo basta ver sus ojos para saber de quien se trata, no importa nada más. Mi mano va hasta su rostro para acariciar su mejilla.
-Si, ya sabes que si- estiro mis brazos para rodear su cuello y abrazarlo. Lo abrazo un rato apoyando mi frente en su pecho. Quiero que sienta lo mucho que me importa, que yo no lo rechazo de ninguna manera.
-Yo te quiero- le digo, me cuesta decir ese tipo de palabras, pero está bien, esta vez no tengo problemas con eso.
Me separo un poco de él y mis dedos juegan con las puntas de su cabello.
-Es tan raro verte con el cabello corto- comento solo por decir algo, él se ve muy apuesto cuando viste de esta manera, y es también con ropa de mujer. De ambas formas me gusta. Me siento tan rara de aceptar algo como eso, pero es tanto lo que me gusta y lo quiero, que eso parece tan insignificante.
-¡Oye!- me quejo de repente -Siempre ganas tú- me quejo un poco de manera caprichosa. Pero es verdad, no importa que tanto quiera resistir, al final siempre gana él. Terminé mi relación por él, me salí de mi trabajo por él y ahora he aceptado que seamos pareja -¿Como haces para ganarme siempre?- pregunto como si reclamara, pero lo vuelvo a abrazar.

Me reí un poco más fuerte cuando dijo mi nombre. Es un poco tierno el cómo se avergüenza por decir cosas cursis, sé que no es su estilo, pero me encanta cuando se le salen, aunque ella lo tome como algo malo o que no debería decir.
Mi corazón comenzó a latir rápido y la abracé un poquito más fuerte. Me gustaría haber grabado este momento y verlo una y otra vez. Ella siempre dice las cosas más bonitas cuando bajo mi guardia.
-Yo también te quiero -sentí un cosquilleo en el pecho al decirlo, casi podría gritar de felicidad pero no quiero arruinar nuestro momento- ¿en serio? -toqué la punta de mi cabello- es un poco raro así -supongo que a ella le gusta más cuando luzco así, como debería- ¿te gusto aún cuando uso vestido? -okey, eso me hizo sentir demasiado avergonzado, creo que mi cara está un poco roja. Pero quiero saberlo, es muy importante saber que esa parte de mí no le desagrada. No me molestaría hacer un esfuerzo y lucir así cuando estemos juntos, pero preferiría no contenerme tanto, aunque al declararnos yo lucía como una chica.
Me volví a reír y le di un beso en su cabeza, es tan pequeña y bonita.
-Porque me quieres -dije sonriendo mientras correspondía su abrazo- y porque soy un encanto por naturaleza -me burlé de mí mismo, y luego me separé de ella, la tomé entre mis brazos y a cargué- oh, eres muy liviana -no acostumbro a cargar, y tampoco es como si fuera nada el cargarla, pero pensé que pesaría más, tal vez porque nunca había hecho esto.

Caminé al sofa con ella en brazos y la dejé allí, y luego me hinque en el suelo para quedar a la altura de su rostro y besarla.
-Gracias -le di un beso más largo esta vez., tenía tanto tiempo sin compartir este pequeño gesto de intimidad. Casi siempre son besos cortos porque nos encontramos en la calle o algún café, de saludo y despedida. Aproveché para besarla hasta quedarme sin aliento, y acaricie con mis manos su cara y su cuello. Diablos, quiero hacerlo, sería perfecto que justo ahora pasara. Pero me separé de ella para observar su expresión. Sí, ella me tolera, pero no quiero llegar a chocarla. Y le agradezco porque debe ser complicado estar conmigo. No solo por ser un tipo que usa vestidos, o por ser un poco famosa, o caprichoso, y también muy molesto e insistente. Vaya, tengo demasiados defectos.
-Me doy cuenta que realmente me quieres -quisiera saber cada cosa que a ella le gusta de mí, pero seguro se enoja conmigo aunque sea de mentira- Sora, te amo -comencé a reír nervioso y llevé mi mano a mi pecho- mira mira -mis mejillas están muy rojas y tomé su mano para que tocara mi pecho. No puedo mirarla, no puedo creer que lo dijera y con una expresión tan decidida, aunque a los dos segundos ya parecía un tomate.

Él parece tan feliz por algo tan simple, lo entiendo, yo también me siento feliz cuando estoy con él, pero no suelo demostrarlo tan abiertamente como él, es tan sincero como si no pudiera contener ni una sola de sus reacciones. Al principio era de lo que más me molestaba de él, pero ahora es algo que me gusta mucho, porque sé que incluso yo puedo hacerlo sonreír de esa manera.
No sé porque nunca pensé que llegaría un momento donde preguntaría algo como eso, creo que era obvio que pasaría, porque creo que es un tema que se debe abordar y hablar con claridad, pero no sé que hay que hablar. Le gusta usar ropa de mujer, actuar como mujer, y eso no cambia la manera en que me mira.
-Siempre eres tú, no importa la ropa que uses- si, al comienzo yo misma me cuestionaba como un hombre que viste de mujer podría parecerme atractivo o atraerme, porque las mujeres no son parte de mis gustos, pero que vista de esa manera no lo vuelve una mujer, y ante mis ojos solo se trata de Salem y ni siquiera sé en que momento dejó de tener importancia su ropa.

Hago un gesto inconforme, como si para mi esa no fuera razón suficiente para que él siempre se salga con la victoria. Y luego lo miro algo incrédula con lo que dice después, pero solo por jugar, porque si, para mi, es una persona encantadora.
-¿Qué haces?- pregunto un poco nerviosa cuando me levanta del suelo. Rodeo su cuello para sentirme más segura y me tranquilizo cuando me deja en el sofá. Correspondo a su beso y siento esa agitación en mi pecho y disfruto de sus labios, esta vez no hay razón para preocuparme de nada, estamos es este lugar, solos y sin nadie que pueda molestarnos y que cause problemas a Salem. Abro los ojos lentamente luego de separarnos.
-¿No lo tenías claro aun?- pregunto con curiosidad, porque creo que he hecho muchas cosas que jamás haría, pero por tratarse de él, yo termino aceptando. Siento como me quedo sin aliento cuando dice esas palabras de forma tan directa, me hace tocar su pecho, siento el latir de su corazón.
-Salem- sigo aun bajo la sorpresa de lo que he escuchado. ¿Yo lo amo? todo con él es una locura, y no es para nada la manera en que yo hago las cosas, ¿no demuestra eso lo que siento? ¿pero eso es amor?
Alejo mi mano de él y llevo mis manos a mi rostro, siento como se a comenzado a calentar, es como si tardara en reaccionar, y comienzo a sentir tanta vergüenza.
-¡como puedes decir eso así como así?- cubro mi rostro con mis manos, mi corazón late muy rápido, y tengo bastante calor. Son solo unas palabras y yo estoy reaccionando de manera exagerada -Yo, no puedo decirlo así como tú, es que me muero de la vergüenza- hace uno segundos me preguntaba que era lo que sentía ¿y ahora de manera indirecta le digo que siento lo mismo pero no lo puedo decir porque me da pena?
-Tu me vas a volver loca Salem Hatkam- le reclamo como si estuviera molesta pero solo me acerco para buscar refugio en sus brazos.

Me siento avergonzado al saber que no le importa ese detalle en mí. Siempre ha sido mi mayor inseguridad a la hora de intentar salir con alguien, aunque nunca me atreví a ser muy cercano a nadie de manera tan honesta, es una suerte que con ella se hayan dado las cosas de forma natural.
-Gracias -es muy importante para mí que diga eso, no quiero una relación donde tengamos que mentir, ni donde deba contenerme. Por eso es que cada día la quiero más, con ella no tengo que ser el chico perfecto, y desearía que Sora tuviera la misma confianza en mí. Quiero saber más sobre ella. Su familia, si tiene hermanos o quiénes son sus amigos cercanos, pero debo aprender a ser paciente e ir lento- sí, bueno, es que soy un poco inseguro a veces -me reí nervioso, es algo raro decir eso de mí mismo- pero cada cosa que haces por mí lo demuestra. Creo que a veces te exijo demasiado, lo siento por eso -tomé su mano solo para darle un beso, ella es maravillosa, se necesita mucha paciencia para soportarme.

Ella se aleja y aunque mi cara arde, me atrevo a mirarla otra vez. No es un gesto de rechazo, luce tan avergonzada como yo.
-Yo, pues jeje -me reí y la observé, parece que no se lo esperaba. Siento cosquillitas en mi cuerpo, no me arrepiento para nada el haberle robado a ese tipo el amor de Sora, lo siento, pero creo que ella y yo estamos destinados. Y de nuevo estoy pensando cosas super cursis, pero está bien, ella no luce enojada por mi forma de ser, tal vez a veces le moleste pero creo que rara vez es en serio- ¿no puedes? -pregunté confundido, e inmediatamente sonreí- pero quieres -dije más feliz- está bien así, ahora creo que me quieres máaaaas de lo que piensas -quiero gritar, mi pecho está quemando y respiré profundo para contener mi emoción.
La abracé fuerte, esa frase la dije sin pensar, solo lo sentí y salió de mi boca, y creí que podría ser incómodo para ella, tal vez porque aún no sentía lo mismo, pero creo que hasta en eso estamos conectados.
-Sora -me gusta su nombre- Sora -lo repetí y reí- tienes un nombre precioso -comencé a acariciar su cabello, a pesar de que es muy largo, puedo sentir perfectamente su espalda- y mi nombre, salido de tu boca suena más bonito de lo que recuerdo -nunca me ha gustado ese nombre, creo que un poco por el rencor que tengo con mis padres. No es tanto en realidad, no los odio, pero no me gusta que me llamen así- quiero tocarte -no puedo creer que lo dije, pensará que soy un pervertido, aunque eso lo tiene claro- perdón, es que he pensado mucho en ello, hasta vine imaginando que hoy… -me quedé callado, no, no puedo hacerlo ahora, pensará que todo esto fue porque quería llevarmela a la cama. Y bueno, sí quiero, pero no solamente eso, también quiero su cariño, si solo fuera sexo no me hubiese esforzado tanto- lo siento -me volví a disculpar- mejor subamos a la recámara, podemos ver una película, nos permitieron usar una de las habitaciones -me reí nervioso, creo que debo comenzar a pensar antes de hablar las cosas.

No puedo mentir y decir que me parece exagerado que agradezca que lo acepte como soy. No soy de las personas que se interesa mucho en ponerse en los zapatos de los demás, pero con Salem no he podido evitarlo, desde el comienzo él, ha despertado mucha intriga y dudas para mi. Por eso creo que imagino un poco, lo complicado que debe ser para él poder estar con alguien. ¿Cuantas mujeres pueden aceptar tener un novio que se la pasa usando vestidos?
Sonrío por lo que dice, seguro que inseguro no es una de las palabras con las que lo describiría, pero supongo que es su personalidad lo que no deja que se note tanto ese detalle sobre él.
-Eso es porque eres una persona impulsiva, pero no creo que exijas demasiado- no veo porque piensa eso, ha esperado tiempo a que yo terminara con Ian e incluso no me presionó a iniciar lo nuestro en cuanto esa relación terminó. Sonrío al ver como besa mi mano.

¡Ay! odio que se ría cuando me avergüenzo por algo, me siento como una tonta que ha hecho algo que le causa gracia a él.
Jalo mucho aire cuando dice que quiero decirlo, siempre termino delatándome de esta manera con él.
-¡Salem!- me quejo de nuevo -lo estás haciendo de nuevo- le reprocho cubriendo mi rostro por la vergüenza. Él parece disfrutar mucho mis pequeños errores y yo me siento tan apenada por actuar de manera tan tonta, soy una mujer adulta, pero actúo como de esas tontas adolescentes que tanto me desagradaban en la escuela. Suspiro resignada cuando me abraza, al menos gracias a eso me controlo un poco más.
Lo miro cuando dice mi nombre y luego lo repite, ¿está jugando de nuevo?
-Que dices, si es un nombre muy normal- digo un poquito apenada, él, es tan cursi y no logro acostumbrar aun -Salem- digo su nombre solo porque dice que le gusta, ¡él me contagia con sus cursilerías!

Sonrío un poco divertida por sus palabras, sus cosas cursis suelen ponerme nerviosa pero esto no, solo sonrío porque ahora es él, quien está nervioso.
-Salem- tomo su rostro entre mis manos para hacer que me mire a los ojos -no somos unos niños en su primera relación, yo también lo he pensado- admito sin pena al respecto. Acomodo un poco de su cabello detrás de su oreja -¿Quieres subir?- no actuaré como que me espanto por algo como esto, yo lo deseo y de hecho es algo que me preocupa, lo nuestro es muy intenso, pero podría ser que no seamos tan compatibles en la cama, y no tiene nada que ver con lo que él use de ropa, sino que simplemente a veces hay personas con quienes no puedes tener esa compatibilidad.

Yo si creo que exijo mucho, puede que no tanto como otros hombres, pero me gusta presionar y soy caprichoso. Pero ella lo acepta, tal vez comparado a cómo se exige ella misma no parezca demasiado.

Me vuelvo a reír indiscreto, es tan bonita cuando se avergüenza. Sora es una caja llena de sorpresas. Puede llegar a ser una mujer fría y determinada, y también alguien muy apenada y tierna, eso pega más con su imagen aunque la mayor parte del tiempo sea la mujer exigente.
-Es que amo tus reacciones -confesé sin mucho esfuerzo, porque me encanta todo de ella. La admiro mucho, es una mujer muy eficiente y sabe cómo resolver las cosas e imprevistos de una manera impresionante. Aún recuerdo la sensación que tuve al verla solucionar las cosas en nuestro primer encuentro. No solo la amo, la respeto muchísimo.
Un nombre común, sí, he conocido como tres personas con ese nombre, aunque nadie tan importante como ella o que valga la pena recordar.
-Tal vez, pero a ti te queda de maravilla. Sora… así eras para mí al inicio, sabes. Te sentía inalcanzable como el cielo -sigo soltando cosas vergonzosas. De por sí soy alguien que ama lo romántico, pero con ella se dispara esa parte de mí, y tampoco pongo mucho esfuerzo en contener mis palabras y acciones. Además no es algo que medite mucho, simplemente lo digo, y como ella no parece molesta por eso, entonces no me detendré. Creo que al inicio la incomodaba, pero ya no, ella misma dice cómo va aceptando esas partes de mí- jeje, se escucha tan bonito -no creí llegar a decir eso alguna vez.

La miré fijamente y con los ojos bien abiertos, ella luce tan madura y genial en este momento. Y sexy, demasiado sexy. Y me hace sentir como un niño tonto, pero solo porque es ella, si fuera cualquier otra mujer no dudaría en atacar. Es que ella me importa tanto.
-Sí -me separé de ella y la tomé de la mano para subir las escaleras. Siento mi pulso acelerado, creo que ni mi primera vez me sentía así de excitado, solo estaba muy curioso pero realmente no tiene comparación. La recámara es sencilla comparada con el resto de la casa, pero sigue teniendo ese toque elegante.
Apenas entramos la abracé por detrás y la pegué a mi cuerpo, tomé su cabello para hacerlo a un lado y besé a un lado de su cuello.
-Hueles bien -aspiré su aroma y dejé otro beso un poco más abajo- vamos a la cama, hace frío -mi voz no suena tan nerviosa como hace un rato, tampoco me tiemblan las manos, y caminé lento con ella por delante hacia la cama. En medio de mi estúpida emoción por el día de hoy, compré unas sábanas justo por mis pervertidos planes, soy tan simple. Pero ni siquiera lo recordé, y creo que eso hubiese arruinado el momento. Está bien, le compraré nuevas sábanas al dueño, una nueva cama si lo prefiere. Ahora no importa eso, yo solo quiero devorarla.
Me senté en la cama y tomé ambas manos de ella para que se acercara a mí. La miré y sonreí, se ve hermosa como siempre. Llevé mi mano a su mejilla y la bajé lentamente hasta su hombro, delineando hasta su clavícula lentamente, y luego un poco más abajo.
-Tienes una piel muy bonita -mi otra mano la tomó por la cintura y subí hasta sentir donde iniciaba su cierre.

Recámara: