Secreto *Aaren*

Hoy es otra noche de cena familiar, es la manera en que el esposo de mamá vigila cuidadosamente a Aaren. Es algo así como el trato al que llegaron para que Aaren pudiera seguir viviendo en su departamento. Obviamente yo abogué por él, porque no me conviene que viva aquí, los dos bajo el mismo techo, teniéndolo cerca, eso sería muy difícil para mi.
Recuperar la memoria ha sido más una carga desde que Evan lo sabe. No puedo dejar de sentirme mal por lo nuestro, y aun así no tengo el valor de dejarlo, aun cuando a veces siento que lo odio por lo que hizo y por nuestro pasado. La verdad es que, no tengo ni idea de lo que estoy haciendo.

Bajo a la cocina ya que a mi madre le ha dado por ser la cocinera para esta noche, me asomo para ver que es lo que hace.
-Si sabes que eres mala cocinando, ¿por qué lo haces?- pregunto un poco para molestarla mientras abro el refrigerador y saco un refresco de cola.
-Porque quiero sorprender a mi linda familia. Y no tomes eso que se te irá el hambre- dice ella un poco acusadora.
-Yaaaa, no te enojes- me acerco a ella y mi brazo rodea sus hombros mientras me asomo a ver que es lo que cocina -¡Mamá!- me quejo en cuanto veo el guiso que prepara - a Aaren no le gusta el picante, no lo harás comer esto ¿o si? - al ver la reacción de ella me doy cuenta que se le ha olvidado.
-Diablos- dice ella y comienzo a reír.
-Al menos dime que hay un delicioso postre para que lo recompenses por esto- le planto un gran beso en la mejilla y abriendo la lata de mi refresco salgo de la cocina para ir de nuevo a mi habitación.
En el camino me encuentro a mi padrastro que me dice que ya debería bajar, que Aaren hace rato que llegó, que no tarde mucho, que me estarán esperando.

Regreso a mi habitación me acerco a mi cama para tomar mi celular, como siempre tengo mensajes de Evan, me siento mal por lo que le hago pasar, pero no puedo controlarlo, yo hace tiempo que no sé que rumbo tomar. Solo estoy estancado esperando a que el mundo pase, a que Evan se canse de mi, a que Aaren se case y yo solo me pueda ir al extranjero.

Mei:

recamara:

Como algunas veces sucede, hoy es uno de los días que debo quedarme en casa a cenar con la familia y luego pasar la noche. Desde que Karin y yo terminamos, el hacer eso como parte de mi rutina dejó de ser una carga y comencé a hacerlo sin menos excusas o incomodidad. Simplemente debo permanecer como antes y no objetar nada de lo que mi padre diga.  Pero no tengo ánimo de pelear contra esto o sus incomprendibles reglas. Últimamente nada me hace sentir motivado.
Llegué a casa y saludé a mi padre, y me senté en la sala a esperar que me llamaran. Mei me dijo que podía hablar con él de lo que fuera, la vez que sucedió lo de la ceremonia de compromiso se portó muy amable conmigo, pero después volvió a ser la persona indiferente de siempre y a veces me da la impresión que me evita. Extraño hablar con él, verlo reír y compartir cosas. Después de todo lo que dijo Karin, me di cuenta de cuán importantes eran ambos y lo poco que dura  las personas a mi lado.
Mientras esperaba escuché a Mei y su madre hablar, y me giré cuando mencionó lo del postre, ¿cómo es que recuerda  eso? Mi alimentación aquí en casa es diferente a la que llevo mientras permanezco en mi departamento, porque mi padre no es fanático de los carbohidratos.
—Buenas noches—me acerqué a la madre de Mei y le saludé en la cocina, él se ha ido. Dijo que la comida no está lista aún, y sin ánimo miré el platillo con picante y altamente condimentado que iba a servir, pero no puedo decir nada porque sé qué reacción tendrá mi padre.
-No te preocupes, estoy preparando una porción ligera para ti. Sino fuera por Meier ni siquiera lo habría recordado.
Hizo una expresión inocente y solo asentí. Nadie en casa sabe que odio el picante y los sabores fuertes, porque mi padre me enseñó a no quejarme incluso de esas cosas. Nadie excepto Mei.  
De nuevo mi padre me habló solo para llamar a Mei, y subí hasta su habitación para avisarle. Toqué la puerta un par de veces y luego entré.
—Ellos dicen que en un rato estará la cena—me quedé de pie y cuando él pasó junto a mí, tomé su brazo y lo miré. No dije nada por unos segundos, intentaba recordar algún momento en que haya compartido nuevamente esa información, pero como creí es imposible— ¿Cómo sabes que odio el picante? —lo miré fijo sin soltarlo ella dijo que fuiste tú quien lo mencionó, ¿eso es cierto? —solté despacio su mano y continué mirándolo. ¿Sus recuerdos estarán regresando? Sentí una ligera emoción ante la posibilidad, porque no creo en coincidencias cien por ciento exactas.

Aaren :

Aunque veo los mensajes de Evan, no los leo. Me dejo caer hacia atrás para recostarme y suspiro. Cada día es peor, ya no solo me siento atormentado y perseguido por el recuerdo de Khaled, sino que ahora cargo con más cosas y no sé que hacer. Tal vez el poco equilibrio que he podido conseguir es gracias a Jiro, el me escucha y de alguna manera siento que me ayuda a cargar con todo el peso que tengo ahora. Al menos he encontrado un buen amigo, creo que desde que Khaled se fue, no solo me cerré a la idea de un final feliz en el romance, sino que también he evitado crear lazo de amistad. Claro que tengo amigos, pero esos con los que iba a fiestas o los del club de ajedrez, pero realmente nunca se vuelven personas indispensables para mi.

Tocan a la puerta y me levanto para quedar sentado y ver quien es. Verlo a él, es de lo que más me cuesta. No puedo decir que lo olvidé del todo, porque recuerdo que cuando todo pasó; al igual que Evan, yo sentía ciertas cosas al estar cerca de Aaren, pero era mi hermano y por eso evité pensar en ello. Supongo que mis sentimientos por él no se pudieron dormir como mi memoria, fui yo quien los contuvo porque… somos hermanos. Era muy idiota cuando perdí la memoria.
-Hola- dije al verlo, y me avisa lo de la cena, no es algo que no sepa, pero supongo que es su padre quien lo ha mandado y espera que tengamos una platica sobre negocios y esas cosas. Realmente es un hombre aburrido, no sé que vio mi madre en él -Si, ya voy- comento con una sonrisa mientras me pongo de pie. Tomo mi lata de refresco y camino para ir a donde su padre está, pero el me toma del brazo. Lo miro confundido.
-¿Qué?- su pregunta, claro que la he entendido, pero me ha tomado por sorpresa, ¿me escuchó con mamá? comienza a soltarme y mi mano cubre la zona que él ha tocado en mi brazo, me siento atrapado. Este sería un buen momento para tener uno de esos malditos e inoportunos ataques que me dan, pero no, estoy tan lúcido como puedo estarlo.
-Si, yo le dije- me he puesto tenso que mi presión sobre la lata se hace un poco mayor y se sume un poco en la parte donde presionan mis dedos y el sonido del aluminio hace que me de cuenta de eso y trato de relajar mi mano.

No sé qué debería hacer, me siento feliz porque recordó algo que la mayoría ni siquiera sabe, pero también estoy demasiado confundido, porque de ser el caso, ¿no debería haberme dicho antes? Dejé hace mucho la idea que él recordara, pero ahora siento la necesidad de comenzar a preguntar más cosas y así ver qué tanto sabe sobre mí.
—¿Cómo… Cómo sabes? —tal vez solo fue una cosa que pasó por su cabeza repentinamente y sin analizar, o puede que lo haya notado las veces que vine a cenar con ellos, el Mei que conozco es muy observador— ¿has recordado algo? —pero mi deseo por averiguar exactamente el significado de eso se vuelve mayor. Es una tontería, ni siquiera yo menciono algo como eso a la mayoría de las personas. Pero no es que ese dato sea sumamente importante, sino el hecho de que sus recuerdos están volviendo. Pero… ¿y qué pasará si es cierto? Él y yo hemos estado distantes desde hace tiempo, decidí darle su espacio porque era insoportable ser un desconocido para él.
Escuché a mi padre venir por el pasillo y me giré cuando nos llamó, apenas terminó de hablar cuando yo estaba respondiendo.
—Estamos hablando algo importante —me di cuenta de la manera inapropiada en que le respondí y agaché la cabeza. Afortunadamente él dijo que estaba bien. Seguro prefiere que permanezca con Mei y no a solas donde no puede ver lo que hago, todavía cuestiona dónde estoy y pide que me reporte cada determinado tiempo— Mei… ah —otra vez lo estoy haciendo. Desde que terminé con Karin me di cuenta que ella tenía razón. Soy alguien egoísta que no piensa en las consecuencias de sus acciones con otros, pero es complicado cuando me dejo llevar por mis emociones, no conozco el límite donde comienzo a ser egoísta, es demasiado complejo.

No me sorprende que comience a hacer preguntas, de hecho lo que me preocuparía sería que no preguntara, pero veo que aun es la persona que recuerdo, pero aun así yo estoy sin palabras, ¿cómo le explico? seguro me va a odiar, primero por haberlo olvidado, después porque ocultar esto, no quiero que me odie.

Escucho la voz del padre de Aaren y casi siento alivio, pero no ocurre lo que se supone debería. Aaren solo debería poner un gesto molesto y resignado y contestar que ya vamos, o al menos algo así. Pero lo miro confundido, él esta contestando, y otra sorpresa más es que su padre solo acepte.
-Mande- contesto cuando parece que me está hablado. ¡Demonios! pareciera que aun no me libero de esa personalidad que tuve mientras no recordaba, odio tener estos tontos gesto de inseguridad e ingenuidad -Aaren digo su nombre luego de que él me ha hablado.

Apoyo mis manos en mis caderas y suelto un gran suspiro, pero la verdad solo estoy juntando un poco de valor, creo que es imposible seguir con esta mentira. Levanto la mirada y solo dejo de lado esa actitud sumisa y tímida.
-Se lo dije a mi madre, porque lo recordé y ya que te obligan a venir a cenar, sería justo que te ofrecieran algo que te gusta- doy la explicación y creo que mi actitud es la que acostumbraría a tener antes del accidente.
-No me odies por favor- le pido con gesto arrepentido y bajando la mirada. Hago un movimiento con mi cabeza para pedirle que entre a la habitación -si quieres hablar- complemento mi gesto con esas palabras. Yo entro a mi habitación dejando la puerta abierta para que él pase.

Me ha dicho directamente que recordó y no tengo idea de cómo reaccionar. Su actitud cambió un poco, como antes, como la época en que estuvimos juntos. Pareciera que fue hace mucho, y ciertamente han pasado varios meses desde el accidente.
—¿Odiarte? ¿Por qué? —entonces él ya recuerda. ¿Desde cuándo? ¿Y cuándo planeaba decirme? Todo esto es una gran noticia que por un momento me cuesta procesar, parece uno de esos sueños que tenía al principio donde anhelaba que él regresara conmigo, que me recordara, pero es real, Mei por fin ha recordado todo— sí —entré tras de él a la habitación y cerré la puerta.
Tengo demasiadas preguntas en mi cabeza que no sé cuál debería hacer primero. Miré unos segundos al suelo intentando tranquilizar mis pensamientos, estas semanas han sido horribles, pero ahora todo pasó a ser menos relevante y lo único que me preocupa es saber todo lo que él piensa.
—¿Qué es exactamente lo que recordaste? —si medito bien, él no dijo recordar todo, aunque también se disculpó conmigo — ¿desde cuándo de eso? —en mi mirada se refleja parte de mi desesperación. Pasó tanto tiempo desde que hablamos, sentía como si estuviera aquí, pero a la vez no era él mismo. Me acerqué más y lo miré. Llevé mi mano a mi pecho y arrugue el entrecejo, mi corazón palpita muy rápido y siento un nudo, pero no ganas de llorar, es algo más fuerte que no tiene que ver con el llanto— quiero abrazarte —dejé apenas un paso de diferencia entre nosotros. Me siento confundido y todo el pesar de los días pasados parece no existir. Pero apenas un poco, porque Karin de nuevo aparece en mi cabeza. Sus palabras, su mirada y sus gestos. Lo último que vi en ella fue una expresión triste y decepcionada, una cara que me mostró solo al final de todo. Ahora con Mei no sé qué hacer, ¿qué pasará? ¿Qué siente por mí? Ha pasado mucho tiempo, sé que hizo amigos nuevos y sale con otras personas, ya no soy el más cercano en su vida y eso se siente demasiado desagradable.

Me parece ingenuo que el no entienda porque podría odiarme, para mi es bastante claro, pero no lo sé, supongo que en este tiempo ambos hemos cambiado. Simplemente decido no contestar a esa pregunta, él ya sabrá cuando le diga las cosas.

Al entrar a la habitación, nos quedamos en silencio por un momento. No sé como empezar y creo que él tiene tantas dudas que no sabe que decir primero.
-Bueno, exactamente, no recuerdo todo. Hay muchas cosas que no recuerdo hasta que algo pasa y me hace recordar y a veces pueden volver a ser borrosas- y es verdad, no es como que todo regresara a mi de golpe, es como saber y sentir que todo está ahí y solo se vuelve claro hasta algo ayuda a limpiar ese recuerdo, pero a veces solo se vuelven a ir, es más como tener un contexto de quien soy y lo que he vivido, pero sin claridad -Fue en uno de los viajes de club de ajedrez- no digo fecha exacta, solo algo ambiguo porque ni siquiera aclaro que viaje fue.
Ver como está reaccionando me hace sentir mal, creo que ahora preferiría que se enojara conmigo y no verlo así.
Muerdo mi labio con algo de inseguridad, pero extiendo mis brazos cuando dice que quiere abrazarme y me acerco a él, siendo yo el que lo abraza.
-Pues hazlo - cierro los ojos y disfruto de este reencuentro -lo siento mucho- realmente quiero que me perdone, aunque si soy sincero, yo también estoy un poco enojado por la manera en que se alejó de mi.
Permanecemos un momento abrazados, pero poco a poco también comienza a sentirse extraño, tal vez por prolongar demasiado el abrazo o por alguna cosa mal en mi cabeza, la verdad es que ahora confío mucho menos en mi sanidad mental.
-Sientate- le indico para que se pueda acomodar en donde prefiera.
-No sé que decirte ahora, sé que te he hecho mucho daño. Realmente me odio por ser tan débil y haber olvidado todo- me cruzo de brazos y me encorvo un poco, me siento mal de solo repetir lo que me ha pasado.

Puse mucha atención cuando decidió hablar, no lo interrumpí a pesar de tener muchas preguntas en mi cabeza, simplemente dejé que me contara porque para mí es importante que él hable. Hace mucho que nuestra comunicación se volvió casi nula, por ello es que deseo, además de saber exactamente qué sucede, oírlo decir por sí mismo.
—¿Sucedió algo en ese viaje? -desde antes practicaba el ajedrez, un pequeño recuerdo pudo alterar su estado y hacer que otros más llegaran uno tras otro. Pero no era algo tan importante comparado con otros aspectos de su vida.

Me quedé inmóvil y cuando me tocó, mi cuerpo perdió un poco de su fuerza y me entregué al abrazo. Cerré los ojos y sentí que mi pecho se oprimía. Es Mei, tal cuál lo recuerdo y como solía tocarme. Siento como si fuera a llorar, no pensé que podría abrazarlo de esta forma de nuevo y ahora no quiero separarme de él otra vez, tengo mucho miedo que vuelva a suceder algo y sea definitivo.
—¿Por qué lo sientes? —no entiendo sus disculpas, no es como si él hubiera disfrutado de perder sus recuerdos, o si el accidente fuera su responsabilidad.
Me despegué de él con dificultad y me senté en su cama. Tengo muchas preguntas pero ahora no sé si debería buscar la respuesta. Todavía pienso en Karin y lo que me dijo, y aunque Mei recuperó la memoria, no quiere decir que nosotros seremos como antes. ¿Qué va a ocurrir?
—Yo no te odio —lo miré— no lo olvidaste porque quisieras, no directamente. El médico nos explicó tu condición y las causas posibles luego del accidente, no es tu culpa -pedir perdón por haber olvidado es hacerlo responsable de consecuencias fuera de su alcance— ¿Qué harás a partir de ahora? ¿Alguien más sabe? —¿él se lo contó a alguien? Tal vez a sus nuevos amigos, u otra persona, porque no parece que su madre lo sepa. Además su ella mencionó que últimamente salía con más frecuencia, creo que se ha hecho cercano a personas que no conozco— Mei… ¿recuerdas a Evan? -hice una pausa considerable antes de lanzar mi siguiente pregunta, porque tengo una necesidad por descartar ese nombre de su vida—¿Por qué estabas con él aquel día? —una de las ocasiones en que lo visité él dijo su nombre entre sueños. Me molesta la idea de ellos dos juntos, quisiera saber la verdad y por qué estaba con él. Si tengo que culpar a alguien, definitivamente es a esa persona.

Solo sonrío, no quiero entrar en detalles sobre como ocurrió que recuperé mi memoria. Pero es obvio que algo pasó.

-No, claro que no tuve control de eso, pero no me hace sentir menos culpable- está mas allá de la responsabilidad que puedo tener, es algo que solo siento, esa culpa aun si no podía controlar nada de lo que ocurría.
-un psicólogo - bueno eso es Jiro -y supongo que les diré que he recobrado la memoria- me encojo de hombros porque realmente no tengo idea de que hacer.

Su pregunta, no la esperaba.
-Si- suspiro, supongo que esto era algo que debía decirle -Tu estabas en clase, y no quería estar solo en el cementerio- muerdo mis labios, porque estoy seguro de que haría lo mismo, si volviera a pasar. Aaren sabe que no puedo soportar enfrentar el recuerdo de la muerte de Khaled.
Me alejo para sentarme en el sillón que hay a un lado de mi cama. No me gusta hablar de Evan, ni siquiera con Jiro lo hago.
-Evan me estuvo mintiendo. Lo conocí en el hospital- me río porque decir que lo conocí es tan raro, pero en ese momento era así -No habló sobre que nos conocíamos y me… me enamoré de él, era la única persona que no me hacía sentir mal por haber perdido la memoria, la única persona que no pertenecía a mi pasado, y todo fue una mentira- dejo caer mi cabeza hacia atrás y veo la luz de la lampara del techo -Aaren, realmente, ahora, mas que nunca, me encuentro mal. Antes sentía que había algo que había dejado de funcionar bien en mi cabeza, pero ahora es un tormento constante. A veces soy yo, otras veces soy el estúpido Meier que despertó luego del accidente. No sé quien soy, ni lo que quiero, ni lo que siento- siento como de mis ojos comienzan a escuchar algunas lágrimas, pero sigo viendo la luz de la lampara -Los recuerdos vienen y se van, todo es tan frágil- deseo acabar con todo esto, ahora más que nunca pienso en que esa bala debía ser para mi, que no debí salir con vida de ese accidente. Desearía que alguna de esas dos cosas hubiera terminado conmigo.

Un psicólogo, no lo sabía. Me alejé tanto de él desde hace meses que he perdido pista de su vida, probablemente pude darme cuenta antes de que recuperó la memoria, pero estaba tan lejos que era imposible. Y nunca noté que estaba mal, siempre fue bueno fingiendo e incluso actualmente parece que lo hacía, nadie de nosotros se dio cuenta que Mei nos recordaba.

Mi pulso se fue acelerando conforme hablaba, y fije mi vista en él, sintiendo un nudo en el estómago y comprendiendo sus disculpas de antes. ¿Eran por eso? Y además, Mei prefirió estar con él en lugar de confiar en mí, ¿acaso se veían a escondidas?
Abrí la boca para reclamar pero no pude, siento como si mis palabras no fueran a salir como deseo, estoy demasiado molesto y no tengo claro por dónde comenzar. Y como si eso no fuera suficiente, me dice que se enamoró de él. Mi vista fue al suelo y apreté la mandíbula. No puedo ni siquiera hablar, mis reproches no salen y… De nuevo ella y lo que dijo. Inconscientemente relajé mi cara y note que estaba pensando en mí, probablemente también ayudó que él habló más sobre cómo se siente, y levanté la cara para mirarlo, aunque no alcanzo a ver su expresión en este momento.
-No sé… No sé qué decir —me levanté y comencé a caminar de un lado a otro con pasos lentos— no confiaste en mí. Y luego fuiste y te enamoraste de él, ¡se aprovechó de ti y aún así volviste con él! ¿Por qué lo seguías frecuentando si estabas conmigo? —he gritado y rápido llevé mi mano a mi boca. No quiero saber, por primera vez ya no deseo saber nada. Ahora no sé qué hacer para ayudarlo. ¿Y qué pasa si lo hago y regresa con él? No, no lo hará, tal vez por eso está demasiado triste. Si luego de recuperar la memoria averiguó su engaño, la separación debió dolerle mucho. Mordí mi labio frustrado, dejé de dar vueltas y caminé hasta él— quiero ayudarte, siempre quise que te sintieras mejor —me agaché frente al sofá- pero no tengo idea de cómo hacerlo. ¿Qué debo decirte? ¿O cómo hago para que superes ese dolor? Soy una persona egoísta y torpe, ni siquiera sé cómo apreciar adecuadamente los sentimientos de otros. Pero tú… yo solo quería que dejaras de sufrir, pensé que al estar contigo algo cambiaría pero nada pasó, no fui lo suficientemente inteligente para lidiar con ello -siempre me culpe, porque si hubiera sabido tratarlo, si tan solo me hubiera involucrado más en lugar de mantener nuestra relación en los límites, sería diferente. Me levanté de nuevo y acerqué mis manos a su rostro, quiero que me mire— tengo miedo de perderte definitivamente —a veces parecía tan tranquilo, recuerdo que me despedía con una sonrisa y me daba una sensación desagradable, era miedo. Temía que él desapareciera, no solo después del accidente, en el tiempo que pasamos juntos había días que se sentía distante.

Él comienza a caminar por la habitación, yo evito seguirlo con la mirada porque creo que eso solo me pondrá nervioso y ansioso, ahora solo debo intentar estar tranquilo.
Pero él grita y eso no lo esperaba, lo miro extrañado.
-¿Que? ¡No!- digo un poco apresurado sobre lo de que lo frecuentaba -Yo solo me lo encontré ese día, pero no lo estaba viendo. Solo lo había visto una vez antes y- hago una pausa y toco mi cabeza, no porque me duela, sino porque intento recordar que fue lo que pasó -Recuerdo haber sido grosero, aggg- me quejo frustrado por no poder tener los detalles en mi cabeza -las veces que nos encontramos fueron casualidad- digo un poco molesto conmigo, porque odio tener ahora estos problemas, antes me sentía orgulloso de cuantos detalles podía recordar y ahora todo eso se me escapa como si fuera agua entre mis manos.
-Aaren… tampoco es que no confiara en ti. Para mi eras un desconocido, eras distante, pensé que simplemente éramos ese tipo de personas que no son cercanas- hay algo que me está sorprendiendo de esta platica y es como he logrado mantenerme estable.
Él se acerca y dirijo mi mirada hacia él. Sonrío un poco cuando dice que es egoísta y torpe, eso no es una sorpresa, pero siempre fue sencillo tolerar eso, porque yo también soy una persona egoísta.
-Nadie puede ayudarme, estoy demasiado hundido en todo esto. Tal vez solo hoy, en este momento, es el día en que mas he logrado mantener la cordura- Nadie puede ayudar a alguien que no desea ser ayudado.
Aaren nunca vio lo peor de mi, nunca dejé que llegáramos a eso.
¿Por que quien puede amar lo que soy? Creo que solo Evan parece aceptar todo lo malo que hay en mi.
Así como el lo hace, yo tomo su rostro también, y me gustaría decirle que no me va a perder, pero no puedo asegurarlo. Estoy tan cansado, y cada día tengo más ganas de solo rendirme. ¿Por que debo soportar esto?
-Estoy aquí- es lo único que puedo decir con seguridad.

Dice que no es verdad que se frecuentaban, no tiene razón para mentirme así que le creo. Pero no pienso que fuera casualidad, seguramente Evan lo buscó y por ello ese día terminaron juntos. Si ahora le mintió para estar con él, no dudo que lo buscara ese algunas veces.
-De acuerdo, te creo —me tranquiliza saber que Mei no estaba con Evan al mismo tiempo que conmigo. Fue una casualidad que terminó muy mal, pero él siempre fue sincero, no tengo nada que reprocharle ya.

Me gustaría ser una persona más confiable, que al verme él sintiera comodidad para expresarse, pero creo que mi experiencia, incluso a estas alturas no ayuda lo suficiente.
—Yo confié rápidamente en ti, perdón por no darte la misma seguridad —hace mucho que nuestra conversación no se tornaba así de seria. Estoy preocupado por él, pero parece tranquilo por ahora. Quisiera saber cómo ayudarlo, pero él dice que no se puede y ese sentimiento de inseguridad y miedo crece— pero… ¿entonces qué puedo hacer? No hables como si fueras a rendirte —a veces puedo llegar a ser realmente idiota, pero no ahora, porque comprendo el significado de esa frase y me aterra lo que le puede pasar. Es tanto el miedo que mi enojo ha desaparecido.
Cerré los ojos unos segundos cuando me tocó el rostro, una ligera sonrisa se poso en mi cara y abrí los ojos.
—Te extraño —no puedo describir lo que siento en este momento, anhelaba tanto volver a hablar con él, o abrazarlo, incluso besarlo. Acaricié su mejilla y con uno de mis dedos toqué sus labios, y sin pensar comencé a acortar la distancia, pero entonces mi teléfono empezó a sonar— amm —es Ivan, lo sé por el tono de llamada, hace mucho que no nos vemos.
Me paré correctamente y saqué el teléfono del bolsillo trasero de mi pantalón. Sonreí al confirmar su llamada, pero antes de responder miré a Mei.
—Perdón, contestaré —señalé mi teléfono y di un par de pasos lejos de Mei, pude escuchar la alegre voz de Ivan, no me esperaba esto porque desde hace tiempo solo hablamos por mensajes, creo que es la razón por la que siento mucha emoción— ha sido un tiempo —parece que me llamó para contarme que encontró al tipo que me golpeó la otra vez, y aunque se ríe yo no puedo evitar preocuparme— ¿lo golpeaste? —pregunté preocupado— no tenías que hacerlo. Ivan, sabes que no me gusta que te involucres en peleas, no era necesario -miré a Mei, tal vez debería colgar la llamada y continuar con nuestra conversación, pero en cuanto escuché el tono me puse feliz de poder hablar con Ivan. Desvié la mirada de Mei y sonreí, me tomó por sorpresa esa declaración y por supuesto es algo recíproco—yo también quiero verte —lo extraño demasiado, pero me sentía inseguro y tenía miedo de verlo. Estos días no paro de pensar en lo malo que hice, y aunque deseaba mucho estar con él no quería presionarlo- vine a cenar con Mei y mis padres, ¿quieres que nos veamos más tadtde?  —mi padre se enojara, pero necesito verlo. Aunque planeaba pasar la noche con Mei, no sé si él quiera mi compañía, también necesito procesar todo lo que me ha dicho.

Claro que él no me dirá que me rinda, obviamente me dirá que tengo que esforzarme, que puedo mejorar. Pero a veces solo desearía que alguien me diga, “está bien, solo hazlo, si estas cansado puedes hacerlo”, claro que nadie lo hará, ni siquiera en mis fantasías donde busco consuelo en el recuerdo de Khaled, es justamente su recuerdo lo que me ha hecho esforzarme tanto. Pero ya estoy tan cansado de lo que me pasa, de saber que haya algo dañado y que cada día tengo que luchar por que no se rompa más.
-Supongo que aun no me rindo- si fuera así, creo que ya habría hecho algo para poder escapar de todo. Solo lo he pensado, pero aun no tengo el valor de hacerlo.
-Yo también a ti- cuando su mano se mueve y su dedo toca mis labios me pongo un poco tenso, veo como se comienza a acercar, no sé que hacer, no creo tener la fuerza para rechazarlo y luego de eso, no se que pasará. Pero al final no hace falta que encuentre una respuesta, pues él recibe una llamada.
Veo como sonríe cuando ve la pantalla de su celular. Es verdad, él tiene a alguien más ahora. Nosotros no estamos juntos ahora, recuperar la memoria no regresa el tiempo a donde estábamos.
Aunque Aaren pone cierta distancia, no es como que no pueda escuchar, seguimos en la misma habitación.
¿Una pelea? ¿Ivan? parece una persona por quien Aaren se preocupa bastante. No puedo evitar mirar cada uno de sus gestos mientras está en esa llamada. Sonrío débilmente, duele verlo feliz por una simple llamada de una persona. Pero también me alegra ver que ha podido encontrar a alguien.
Hasta hace planes para ir con él en un rato, es extraño, me siento un poco insignificante en este momento. Lo sigo observando mientras está en esa llamada.

-Así que Ivan- digo cuando cuelga, aunque siento algo de celos, no puedo ser egoísta y detener la felicidad de Aaren, volver a estar juntos significaría tener que separarnos de nuevo. Lo mejor dejar las cosas como están, con cada uno tomando el camino que ha comenzado a labrar, además, mi camino muy seguramente será mas corto, lo mejor es dejar de hacerle daño -¿Que tan guapo es?- estoy seguro que debe ser atractivo, Aaren no pone sus ojos en cualquier persona. Y no digo que no le interese los sentimientos y como son las personas, claro que le interesa, pero Aaren es demasiado visual, tiene debilidad... am, ¿como decirlo? ¿rarezas?

No me siento satisfecho con esa respuesta, pero al menos ahora tengo la oportunidad de acercarnos y darle el apoyo que en el pasado no pude. No sé si él quiera que yo lo ayude, pero no está rechazando mi compañía, eso es más de lo que teníamos hasta el día de ayer.

–Listo –colgué la llamada y guardé nuevamente mi teléfono– sí, es un amigo –sonreí ligeramente, pero entonces él preguntó por su aspecto y me quedó una rara sensación. Cuando sucedió lo de Karin también recibí su apoyo, me pregunto si en ese tiempo él ya recordaba algo y si no le incomodó ya que nosotros solíamos estar juntos. Yo no reaccioné del mejor modo cuando mencionó a Evan, pensé que él sentiría algo similar – mucho, aunque al principio me desagradaba y no quise verlo –de nuevo tomé mi teléfono y busqué una foto de Ivan en su cuenta  de instagram– es tan rudo como lo parece –de nuevo sonreí– pero es una buena persona –aunque no me gusta que se meta en peleas, los aspectos de su personalidad hacen un juego interesante con su físico.
Mientras Mei miraba la fotografía de Ivan, yo lo observaba a él.
–¿Ustedes están juntos? –no debería preguntar, pero si estamos siendo honestos es mejor saberlo todo. Me di cuenta que no importa qué suceda o cuán enojado esté con Mei, no puedo odiarlo– ¿como es que volviste a caer por él –no sé por qué o lo grandioso de esa persona, pero parece que logró con él lo que no pudo conmigo. Tal vez es culpa de los límites que establecimos desde el inicio.

-¿En serio? sonríes mucho como para que sea solo un amigo- es obvio que le gusta, aun si solo es un amigo. Aaren es demasiado obvio cuando alguien le interesa de esa manera.
El busca algo en su celular y me lo acerca para que pueda ver aquella foto.
-Oh- definitivamente es alguien que está lejos de ser catalogado como una persona normal, no es para nada de mi gusto, pero debo aceptar que feo no es… ok, tal vez mi orgullo no me deja decir abiertamente que es guapo -Así que te gustan los chicos rudos- comento regresándole el celular.
Siempre pensé que el gusto de Aaren era más por los hombres, amm lindos. Porque Hannu y yo no somos para nada del tipo rudo. Tal vez yo soy medio imbécil en cuanto a mi personalidad, pero en imagen sin duda que voy más hacia lo delicado y grácil.
-Espera, ¿No salías con una chica?- pregunto un poco confundido.
En automático bloquee su celular cuando preguntó aquello.
-Si- obviamente no contesto emocionado, aunque tampoco con arrepentimiento o pena. Más bien con algo de decepción, y cansancio.
-Bueno, cuando perdí la memoria, olvidé la muerte de Khaled. Es curioso, antes de su muerte yo realmente era una persona amable y amm positiva. Khaled me enseñó a ser así. Sin recordar su muerte, yo regresé a ser esa persona. Así que tenía la mentalidad de un adolescente de 16 años, me sentía solo y cansado de que todos me trataran con cuidado porque perdí la memoria. Él fue la única persona que me hizo sentir bien, porque no parecía exigirme que recordara- resoplo y río porque ahora es obvio que era mejor para él si no recordaba -Sabes, quisiera arrancarlo de mi vida, que solo desapareciera, odio sus mentiras, odio nuestro pasado y aun así, a veces en un descuido me olvido de eso. Si no me aferro a los recuerdos que he recuperado, se vuelven a ir y entonces deseo verlo, escucharlo, que me abrace y me haga sentir seguro- estiro mi brazo para entregarle su celular -Por ahora solo lo evito, porque si lo veo no se que parte de mi es la que va a ganar- miro hacia mi cama, donde esta mi celular -Por eso he ocultado que recuperé la memoria, si es que se le puede llamar así. Pero es que soy tan lamentable, detesto como puedo ser y lo que puedo sentir. Si digo que recordé, todos esperarán a que sea de nuevo la persona que era y la verdad es que no consigo regresar a eso- tallo mi cara con frustración y lo miro de nuevo, ha cambiado mucho en este tiempo, aprecio su atractivo y aun así, escucho esa voz que me dice “es tu hermano”. ¿Por qué no puedo liberarme de esa parte que me controló por unos meses?