After the heratbreak -Leigh-

Recuerdo del primer mensaje :

No soy muy fan de asistir a fiestas de gala o lugares concurridos, pero Meier me pidió que por favor lo acompañara un rato para después ir a tomar algo en compañía de su hermano, ellos han hablado, y al parecer su hermano quiere saber más sobre cómo ayudarlo. La idea me pareció excelente, me alegra que Meier muestre ese interés por mejorar. Sé que las cosas con Evan van mal y eso lo tiene más deprimido, a eso añadiendo la situación en la que se encuentra hace que todo le sea complicado, por eso accedí a venir incluso si este tipo de ambiente es algo muy desconocido para mí, me interesa que él se sienta mejor y es la única forma en que puedo apoyarlo.
Le llamé al estar fuera y él bajó por mí para entrar al salón en el cuál se llevaba a cabo la celebración. No tengo idea lo que están festejando, Meier más o menos me explicó sobre una nueva campaña de su madre pero no entró en mucho detalle porque sabe que de todas formas no entendería mucho. Al entrar me presentó a su hermano y a su madre, y nos sentamos a platicar un momento mientras la señora se levantaba a saludar a varios presentes. El chico es un poco extraño pero agradable, y creo que podría ayudar mucho que ellos se reconcilien. Sé que hubo una relación entre ellos, no pregunté más allá de lo que Meier dijo, y tampoco me permití juzgarlos, porque ahora lo importante es que Meier encuentre calma en sus relaciones interpersonales.
-Meier, ven, quiero que conozcas a Yoko.
Ese nombre me hizo tensarme rápidamente, y levanté la vista para encontrarme con la imagen de esa persona. Hace mucho tiempo que no la veía, ella ni siquiera me dirige la mirada pero yo inevitablemente me quedé pasmado viéndoola. ¿Qué hace aquí? ¿Por qué...? Agaché la mirada, tengo una copa en mis manos y comencé a moverla lentamente entre mis manos. Solo debo ignorarla, ella no podría... no, claro que no, creo que ni me ha reconocido.
-Oh, qué descortés de mi parte. Él es Aaren, el hijo de mi esposo. Y él es Jiro, amigo de mi hijo.
Sentí que el aire me faltaba, pero me levanté para saludar a esa persona. Esbocé con dificultad una sonrisa, es por el bien de Meier.
-Buenas noches, mucho gusto -extendí mi mano y ella la estrechó con confianza.
-Vaya, pero qué dices si tú y yo ya nos conocemos.
Sentí cómo mi cuerpo se tensó, ellas intercambiaron palabras y Yoko explicó que yo era un viejo conocido de su novio. Usó la palabra novio, y en mi pecho empecé a sentir una presión molesta. Ella habla muy tranquila y pasé a ser un tema irrelevante dentro de su conversación, pero si me alejo de ellas sería descortés.
-Hijo, acompáñame por favor. Los dejaré un minuto, ¿me disculpan?
La madre de Meier se alejó con los chicos y me quedé de pie mirando a un lado. Ella se rió y se colocó a mi lado, y tomé aire para mantenerme sereno, tengo que soportarlo.
-No imaginé que te encontraría por aquí, hace años que no te veo -dejó un silencio entre ambos, yo no respondí, no puedo, no tengo fuerza ni ganas- Leigh regresó -la miré sin pensar, pero seguí sin poder articular nada- vaya, hasta que me miras. En realidad él es la imagen de esta campaña publicitaria, ¿no sabías nada? Oh, claro, como por qué habrías de saberlo si ustedes hace tiempo dejaron de hablarse.
-Cómo sa... ¿Tú cómo sabes eso? -siento nauseas, me quiero ir.
-¿Cómo? Pues volvimos, claro, ¿no te lo dije? Él y yo íbamos a regresar tarde o temprano, lo de ustedes solo fue temporal. ¿Realmente creíste que regresaría por ti? Claro que no. Si le dejaste ir ahora es tarde, él y yo ya estamos juntos -se giró hacia mí y retrocedí un paso- no lo molestes, estamos haciendo las cosas bien ahora.
Me giré y volví a la mesa, me senté porque creí que caería, me tiemblan las manos. Ella me miró con desgano y se marchó, y la seguí con la mirada durante todo el trayecto. Mi pecho duele, pero debo controlar mis sentimientos. No es seguro lo que ella dijo, pero lo contó con tanta calma y confianza que hace que piense que es verdad.
Después de un rato Meier llegó y ambos se sentaron a mi lado, intenté relajarme, solo debo aguantar un poco. Pero toda mi convicción se hizo añicos cuando los vi a lo lejos, ella está sonriendo y tomándolo del brazo, y él le sonríe de vuelta. Sentí un dolor en el estómago y tapé mi boca. No puedo verlos, no, tengo que irme. No sé qué haré si él llega a verme, tengo miedo que me vea con desprecio, tengo miedo de enfrentar la realidad. Oh, dios, soy un estúpido, me odio tanto.
-Meier, amm... sabes, ¿podría esperarlos en otro sitio? No me siento muy bien -inventarme una excusa es en vano, las manos me tiemblan así que supongo que él debe creerme.
Acordamos vernos en un café en una hora, me dijo que fuera a casa pero si lo hago, sé que me sentiré peor, no quiero estar solo. Nos levantamos a buscar a su madre, tardamos más de lo que quería y mis manos comenzaron a sudar, pero me tranquilicé un poco al notar que él no estaba. ¿Acaso se fueron? La idea me provocó mucho desagrado, pero es mejor, no quiero verlos.
Me despedí de su madre y de los chicos, y salí del salón rápidamente. El pasillo se siente eterno, no sé ni dónde se ubican las escaleras, por eso cuando la puerta del ascensor se abrió, no dudé en entrar. Cuando la puerta se cerró solté el aire y llevé la mano a mi cuello,me cuesta respirar y estoy sudando, y este no es el lugar más adecuado para sentirme mejor pero solo son unos pisos.
-Ah -me quedé paralizado al notar que tenía compañía. No puedo moverme, solo lo miré y sentí nuevamente esas nauseas. Desvié la mirada y puse mi palma sobre la pared del elevador para poder sostenerme, tiene que ser una broma, de todas las personas, ¿por qué Leigh está aquí?

Jiro:

Así que en mi instagram, no pensaba que el fuera a estar viendo mis publicaciones, y sonrío un poco de imaginarlo. ¿Tal vez era por que me extrañaba? no, basta, no te hagas ilusiones solo por una acción que tuvo, no de hecho, es algo que yo jamás sabría, solo ha sido una casualidad que me enterara.
-No debería quejarme, gracias a eso tengo empleo- comento solo por decir algo.

Solo menciona su trabajo, pero tal vez solo está evitando decirme la parte donde aparece su novio, el tuerto, ¿que le habrá pasado en este tiempo? tal vez se le murió su pez dorado, o se le enterró una astilla en el dedo.
-Unas semanas, la verdad no sé bien- me encojo de hombros, porque no recuerdo la fecha exacta -Mas de un mes me parece- digo algo pensativo.
Me río cuando dice que Yoko le contó de nosotros, es irónico como resultan las cosas ahora, porque que ella haya hecho eso me confirma que se siente insegura, y de alguna manera me gusta saber que ya no me ve como algo que siempre tiene a su disposición.
-Bueno, se está separando, lo cual es una ventaja- no niego lo de nosotros, de hecho me encuentro bastante cómodo con la forma en que se está dando ahora lo nuestro -Ella fue a buscarme, y al final las cosas se dieron así- ¿soy feliz con ella? no veo para que quiere saber eso -Si, lo soy- no puedo decir que no, porque incluso aun le tengo cariño y tenemos una conexión muy fuerte y no solo hablo de lo sexual, por sobre todas las personas, creo que ella es quien mejor me conoce, y yo a ella -¿A ti como te va con tu novio?- ya que tiene tanto interés por Yoko, supongo que yo debería preguntar como le va con ese imbécil.

Él luce conforme con lo que he dicho, y sobretodo no lo ha negado, ellos realmente están juntos. Sabía que ella no me mentiría porque sí, y cuando los vi me lo confirmaron. Aún así, ¿por qué se lo dije? Tal vez esperaba que lo negara, o que me se mostrara apenado o... qué tontería, él la ama, ella también, de nuevo soy el único que sobra. Pero esta vez no puedo protegerme culpándolos a ellos, tuve una oportunidad y la dejé ir, duele mucho más que antes, duele porque ahora sé cuánto lo amo y extraño y que es imposible volver.
Tomé aire y devié la mirada, fue un sí muy seguro y frío, y ni siquiera sé qué decirle ahora. Soy el idiota más grande, no debería estarme torturando de esta forma. Y lo peor de todo es que no siento que con esto pueda por fin dejarlo ir, me siento enojado, frustrado y celoso, porque ella, ¡ella de todas las personas! Tragué saliva y mordí mi labio, no puedo llorar de nuevo, llorar solo hará que me mire con lástima.
-Terminamos hace mucho -ahora menciona a Shinya, ¿para qué? Me siento terrible- después de lo que le dijiste nosotros terminamos -no me importa haberme quedado sin él, lo quería pero sabía que nunca iba a amarlo como a Leigh, y esa relación comenzaba a ser cansada- te busqué después de eso pero te habías mudado. Cambiaste de número, me bloqueaste de tu correo.... te desvaneciste -miré la botella, y me reí- fue muy tarde -y cada día vivo con eso, con el arrepentimiento de no haber hablado ese día, de no ser inseguro, de rogarle cuando aún tenía oportunidad, de muchas cosas que ahora parecen soluciones fáciles pero en ese entonces fue tan complicado.
Me quedé callado, estoy juntando fuerza para poder irme, es poco probable que volvamos a coincidir porque ahora pertenecemos a mundos diferentes. Tomé mi saco y antes de levantarme lo miré.
-¿Por qué me besaste? -tal vez solo por el momento, es un beso y puede no tener un significado profundo- sabes, quiero rendirme, quiero dejarte ser feliz con ella y me dije que si tú me afirmabas eso, entonces yo intentaría alejarme de ti, pero... ¿cómo hago? -no quiero llorar más, ya no puedo, tengo que parar de ser tan miserable- todos los días pienso en lo que hice y me siento tan estúpido por haberlo dicho, y entonces paso el día pensando en lo que pude haber hecho para evitarlo, o en cómo arreglarlo, y quiero... te quiero -tomé la botella de agua y llevé una gran cantidad a mi boca, siento que con ello podría pasar ese nudo en la garganta, pero la dejé en la mesa y comencé a toser muy leve.

Escuchar que terminaron y no puedo evitar una risa por la ironía. Yo estuve esperando a que llegara el momento en que terminaran, soportar el que estuvieran juntos, saber que lo besaba y tocaba, pero pensaba que no importaba, porque al final, estaríamos juntos. Pero no pasó, el me dejó por un pequeño momento de debilidad que tuve, y entonces me deja y luego deja al otro.
-Que gracioso, tenía la idea de que jamás lo podrías dejar y ahora resulta que terminaron y fue gracias a mi. Supongo que debo disculparme por arruinar tu relación- aunque río la verdad es que duele saber que nunca lo pudo dejar por mi, tal vez si yo no hubiera cometido esa imprudencia, seguirían juntos -Oh, mira, de haber sabido…- digo con sarcasmo por lo que ha dicho que me desvanecí, porque yo le prometí que si terminábamos, esta vez sería en serio. ¿Que clase de hombre sería si regresara cuando el ya está dispuesto?
Parece que ha decidido irse y yo solo me quedo sentado, no lo voy a detener, debo al menos conservar un poco de mi dignidad.
-¿Y por que no?- no contesto a su pregunta, solo evado, no quiero decirle que estaba preocupado por él que me afectaba verlo en tal mal estado, y que al tenerlo cerca me di cuenta de que no puedo estar lejos de sus labios.
-Jiro- digo su nombre para que deje de hablar, hasta ha comenzado a toser, él es todo un desastre -tú te rendiste cuando me dijiste que termináramos, ¿por que iba a regresar contigo? si me dejarás cuando las cosas se pongan complicadas- ahora mi voz no oculta ese enojo que conservo por como pasaron las cosas -Te besé, porque obviamente deseaba hacerlo, porque te extraño, porque aun te amo- decir la verdad no parece buena idea, pero no puedo solo actuar de esa manera y ocultar lo que tal vez es demasiado obvio, incluso parece que Yoko lo sabe -yo habría soportado hasta que te casaras con ese tipo, pero no que prefirieras dejarme. Dices que me buscaste, pero solo hasta que terminaron por culpa de lo que hice, dices que ves mi instagram, bien tengo muchas fans que también lo hacen. Tú solo quieres que todo te llegue fácil y te encierras en tu mundo donde te dices que haces las cosas de manera correcta. ¿No te cansas de solo quedarte a esperar? por eso estoy con ella, ella sabe lo que quiere, ella está dispuesta a ir por mi a donde sea que yo vaya. Así que deja de preocuparte, te amo, si, pero ya no quiero estar contigo- suspiro cansado, pensar en todo eso me cansa.

Ahora ya no se limita a ser hiriente, pero por estar enojado comprendo que se exprese de esa forma y me quedo callado. Sí, fui un tonto que esperó hasta que las cosas se complicaron y no tuvieran arreglo, eso lo sé, me lo repito cada día, y que venga él y me lo diga me hace sentir peor. Pienso que esto ya no tiene arreglo, evidentemente él está muy enojado conmigo y también tiene a otra, no tengo porqué seguir aquí, ya fue suficiente.

-Por qué... dices... -me he quedado ya sin nada, ya no quiero escucharlo, ya entendí, ya no puedo con esto y seguramente él tampoco. Pero en lugar de irme, cuando me llama lo miro de nuevo- ¡no! -negué con la cabeza, alcé un poco la voz pero como siguió hablando, me callé. No huiría, no de nuevo, pero ¿eso importa ahora?
Sentí el estómago revuelto y llevé una mano a mi pecho, ¿por qué...? Él me ama, pero no me perdonará por todo lo que hice, para él soy la peor persona que pudo conocer y creo que eso es mucho más grande que cualquier cosa que podamos sentir.
¿Entonces qué debo hacer? ¿Crees que no me culpo cada día por lo que te hice? ¿Crees que es fácil para mí? ¿Que vivo bien y feliz? ¡Me odio! No tienes idea de cuánto me odio desde lo que pasó. Me la paso pensando sobre lo malo que hice, me siento la persona más miserable. No sé qué hacer, no sé si seguirte y arrebatarte la felicidad que tienes ahora o dejarte ser feliz, porque ¿no son ambas cosas un acto egoísta? De todos modos te hago daño, pero aún así yo te amo, y es tan difícil... -solté unos jadeos, hace mucho que no gritaba y siento mi pecho muy agitado- y siempre me comparas con ella, todo el tiempo, siempre debo vivir a la maldita par de esa mujer, yo no quiero competir con ella, ¿por qué debo hacerlo? ¿Por qué debo ser como ella? Tú no competías con Shinya, yo a Shinya no lo amé ni lo amo, nunca dudé de lo que sentía por ti, nunca esperé que fueras como él o que hicieras por mí lo mismo que él hizo, yo solo quería estar contigo -de nuevo mis manos empezaron a temblar, odio ser tan cobarde, odio no poder controlar mi enojo o tristeza, ni siquiera en este momento puedo verme un poco decente.
Me levanté y tomé aire, y caminé de un lado a otro llevando la mano a mi cabeza.
-Quiero estar contigo, siempre, desde que te conocí lo quise -me detuve frente a él- pero me siento perdido. No quiero lastimarte, pero tampoco quiero dejarte, ¡no quiero darte a nadie! -soy muy indeciso. Y él, ¿qué quiere? Lo miré tratando de descifrarlo pero es inútil. ¿Quiere que lo persiga? ¿Ahora se trata de cambiar de papeles? Respiré hondo e intenté calmarme, algo que se ve sin remedio ni debería pensarlo, pero él me ama, yo lo amo, con eso es suficiente, ¿no? ¿No lo es?- te amo, ¿puedo... puedo intentarlo? Odio competir con ella, lo odio, pero... tú me amas -me sentí muy avergonzado por decirlo, casi siento que me escucho como ella y eso me desagrada- yo te amo, así que... es mi turno de perseguirte -miré al suelo, me quedé sin energía, me duele la cabeza por gritar y mis ojos arden. Me acerqué al sofá y tomé mi saco, eso es lo que él quiere, es lo que me ha dado a entender ahora con todo lo que dijo. Tal vez después vaya a arrepentirse y definitivamente me eche de su vida, pero me ama, y con eso es suficiente para mí, es más de lo que tuve al inicio y aún así logramos encontrarnos.

Él comienza a gritar, creo que lo hace para que no lo interrumpa, porque seguro lo interrumpiría de tener oportunidad. En mi pecho nace cierta emoción cuando dice que me ama. Pero debo ser fuerte, no puedo caer solo porque él ahora está dispuesto a estar conmigo, yo ya me cansé de ser ese idiota.
-Entonces solo llegas y decides si me quedo con Yoko o me haces dejarla, ¿así de fácil resulto para ti?- bueno si, se que soy un fácil, sobre todo cuando se trata de alguien a quien amo. Pero poder besarlo, incluso tener sexo con él, no significa que yo solo lo acepte, porque para mi, lo físico y lo emocional, tanto pueden ir de la mano como estar completamente separados.
-¡Si! ¡excato!- exclamo cuando dice lo de las comparaciones -tú no amabas a ese imbécil, pero yo a Yoko si. Y no, yo no dudo de mis sentimientos, dudo de ti- me he puesto de pie y lo he señalado -Oh, si, tanto querías estar conmigo, que siempre buscabas pretextos para dejarme, y yo tenía que busca la forma de hacer que dejaras esas ideas- porque no solo me dejó, sino que lo intentó en varias ocasiones.

-No, claro que no, tú me odiabas por haberte humillado, no me digas que desde el primer momento porque son mentiras- reclamo por eso que dice, parece que él ahora solo ve las cosas a su antojo -No Jiro, tu ya me lastimaste, pero fue mi culpa también- retrocedo cuando dice que me ama, creo que solo me pongo a la defensiva para no caer tan bajo como lo hice en el elevador -¿Qué?- pregunto incrédulo de escuchar lo que dice, ¿ahora quiere luchar? -Eres un idiota- digo apenas en un suspiro.
Cuando se acerca al sofá lo empujo para que se siente, Apoyo mi rodilla a un lado de él, lo tomo del cuello de su camina y me inclino para unir nuestras bocas. Comienzo a besarlo, con desesperación, con enojo y con frustración. Mi otra mano va hasta su rostro y mis dedos hace algo de presión en su piel y muerdo su labio. Me separo de él a penas un poco para respirar. La presión que hacen mis dedos en su piel se suaviza y vuelvo a besarlo, ahora con más cuidado, pero con la misma profundidad.
Soy tan débil a mi deseo por él, pero hacía tanto que no lo veía, que no lo tocaba, que es casi una necesidad hacerlo, al tenerlo cerca. Ahora entiendo un poco más porque era tan fácil que Yoko se aprovechara de mi.

Esto se convirtió en una discusión, odio las peleas, no importa de qué tipo yo prefiero evitar eso. Pero en este momento mi boca suelta una cosa tras otra, mi pecho duele pero aún así no dejo de decir esto y aquello, y también de reprochar y sacar todo lo que he guardado.
-¿Entonces qué hago? ¡Dime! Si me quieres lejos, ¡dímelo! ¿O quieres que ahora cambiemos de papeles? ¿Quieres que ahora sea yo el que espere por ti? ¡Bien, hagámoslo! -mi voz está temblando, ni siquiera medito lo que digo y he lanzado la peor de las propuestas. Pero era lo que él hacía por mí, y recordarlo me hace sentir, como si fuese posible, todavía peor. Me convertí en una persona horrible por mis indecisiones, y ese sentimiento es cada vez más insoportable. El constante “si yo hubiera....” me está desgastando.
Escucharle decir que duda de mí duele, pero no puedo reprocharle nada al respecto, aunque ahora estamos peleando él se esforzó muchísimo, y yo me confié que él estaría esperando pero al final fui quien lo empujó fuera.
¡Porque...! -hice un sonido con la boca y pasé mis dedos por mi cabello. Estaba inseguro, y tenía miedo que él estuviera sufriendo en una relación así, y qué estúpido porque de cualquier forma lo herí. Estaba cansado y estresado, estaba harto pero aún así mi estúpida forma de ser no me permitió dejar a Shinya, tenía miedo de confrontar la culpa.

-¿Odiarte? ¿Realmente crees que si te hubiera odiado habría vuelto contigo apenas me hablaste bonito un par de veces? Te tenía miedo, justamente volviste cuando pensé que lo había superado y no. ¿O por qué crees que fui de nuevo a ti? ¿Por el sexo? ¿Por interés? ¿Crees que soy así de superficial? Al inicio nunca me diste nada para sentirme seguro, solo era el escape a tus frustraciones por ella -al final volví a gritar, y respiré hondo para recuperar el aliento y hablar con más calma, o la poca que puedo tener ahora- pero eso... yo te amé desde hace mucho -salí huyendo de él porque pensé que no terminaría nunca, y además pensar que... no importa, no tiene caso ya, solo le doy vueltas al problema porque sé que no tiene remedio.

Debería decirme que no lo haga, que deje de molestarlo, pero no, él solo me confunde y creo más en el hecho de que esto es lo que debo hacer.
-Eso ya lo sabías -miré al suelo y cuando estaba por caminar, caí al sofá. Apenas me dio tiempo reaccionar cuando sentí cómo tomaba mi camisa, abrí la boca para decir algo pero sentí sus labios presionar con fuerza. No dudé en corresponderlo, aunque su beso es bastante tosco y siento esa presión en mi piel, aún así cedí. Mi pecho comenzó a doler más que antes, con mis manos estrujé su ropa y sentí un ligero ardor cuando mordió mi labio, pero no por ello dejé de besarlo. Nos separamos un par de segundos, lo miré ansioso y me acerqué nuevamente a sus boca. Mis manos subieron a su cuello para atraerlo más a mí, el único pensamiento que tengo ahora es que no deseo separarme de él. Estaba inseguro, pero si todavía sentimos lo mismo entonces no debo rendirme. Tal vez sea la última oportunidad que tenga de recuperarlo, tal vez sea egoísta y vuelva a herirlo, tal vez se dé cuenta que en realidad ya me ha olvidado y al final sea él quien me deje. Ya no me importa, no quiero estar sin él, ya no sé cómo.
No separamos y volvimos a besarnos en reiteradas veces, siento mis labios entumidos y mi pecho está demasiado agitado. Mis manos siguen alrededor de su cuello y lo miré a los ojos.
-No quiero dejarte ir, lo siento -volví a besarlo más lento, mordí su labio despacio y me separé para mirarlo. Quiero más, quiero sentirlo y estar seguro que esto es real. Mi cuerpo ha reaccionado no solo por besos, pero era obvio que me sintiera así de desesperado y ansioso luego de meses de no verlo- ¿qué quieres? Dime qué quieres y lo haré, yo haré lo que tú me pidas, pero por favor no te alejes de mí de nuevo -le estoy rogando con lo último que me queda, ya no sé cómo hacer para que volvamos, así que si debo conformarme, aprenderé. No sería la primera vez, y al menos sé que esta ocasión él tiene sentimientos por mí.

N puedo creerlo, ahora me pregunta que hacer, ¿es que quiere que yo le de todas las respuestas?
-Bueno, pues deja de ser un idiota ¿puedes?- digo molesto, porque realmente se comporta como un idiota. Yo soy malo para discutir, por eso recurro casi siempre a los golpes, pero con él nunca he podido solucionar las cosas de esa manera. De hecho creo que Jiro me hizo desarrollar cierta tolerancia que no sabía que podía tener -no te estoy pidiendo que esperes por mi, ni nada de lo que sea que se te metió en la cabeza- revuelvo mi cabello, porque no sé que diablos piensa. No quiero cambiar de roles, no quiero que haga algo solo porque yo dije “oye has esto y te perdono”, yo solo estoy cansado.

Suelto un sonido gutural con mi garganta, y cierro mis puños con fuerza.
-Es que realmente eres… - hago una pausa tratando de contenerme, porque ahora solo está sacando cosas que ni al caso, o cambiando lo que digo, no sé que diablos piensa, o mas bien parece que no lo hace - yo no hablaba de eso. Es que ni siquiera me escuchas- relajo la fuerza en mis manos y tallo mi cara por la frustración -¿Tú que sabes desde cuando yo te amaba? ¿crees que fue porque nos volvimos a encontrar? no sé si lo sabes, pero no me gustan los hombres, no me interesa cogerme a un hombre, así que si, yo también te amaba desde hace mucho. ¡Pero te fuiste! ni siquiera me dejaste poder decírtelo… te fuiste, y me aferré a ti cuando te volví a encontrar, ¿y para que? - ¿tiene caso hablar? él parece que no me entiende, me frustra y si, deseo hacer que se callé, que deje de suponer cosas y cambiar otras.

Bueno al menos por fin ha dejado de hablar. Yo al ser una persona que habla muchos idiomas, realmente llego a detestar la comunicación verbal, más cuando es con alguien necio. El lenguaje debería ser claro, pero no, la gente adora sobre interpretar hasta las cosas mas simples.
No sé cuanto tiempo llevamos besándonos, y poco a poco va perdiendo importancia, el lugar, el tiempo, todo. Pero como siempre, Jiro, él tiene que hacer algo, o mas bien decir algo. ¿Por qué no puede quedarse callado por un rato?
Mi corazón golpea con fuerza en mi pecho, cuando me muerde, pero de nuevo se separa de mi.
-Carajo Jiro, quiero que dejes de hablar. Es lo único de lo que estoy seguro en este momento- lo deseo, y no puedo evitarlo, aunque me gustaría tener mas fuerza de voluntad en ese aspecto, pero soy demasiado impulsivo en ese aspecto. Pero él ha preferido decir esas cosas y romper el ambiente sexual entre nosotros.
Me alejo de él y limpio mi boca con mis mano, porque tengo algo de saliva.
-Entiende esto, yo te amo, y te deseo, creo que eso está jodidamente claro- me alejo unos pasos de él y coloco mis manos en mis caderas y suelto el aire por mi boca -pero no quiero estar contigo, porque sinceramente, una parte de mi te odia por lo que pasó. Estoy tan enojado contigo que no te quiero volver a ver. Cuando pienso en nuestro pasado, me hierve la sangre- a este punto de mis emociones por él, no sé que es lo que pasará primero. Si lo pueda perdonar o lo deje de amar.
Acabo de engañar a mi exesposa con mi exnovio, así de patético soy, aunque sé que ella me lo perdonará, porque la fidelidad absoluta no es algo que marque nuestra relación.

-Lo sé, sé lo difícil que fue para ti, no me enamoré más por el simple hecho de que volvieras, después pude entender tu esfuerzo -entre más hablamos todo empeora, y no tengo ya nada más que decir. Claro que entiendo cómo se sentía, lo supe cuando regresó y hablamos, lo complicado que fue para él aceptarme siendo un hombre. Y también entiendo que no tiene sentido hablarlo más, no sé siquiera porqué saqué el tema. Pero me duele que piense que mi amor por él no fue nada, que crea que solo estoy con él por alguna clase de conveniencia. Creo que cada uno solo piensa en sí mismo, y me planteo, ¿realmente vamos a funcionar? Él está enojado, las cosas que hice no se borrarán con un perdón y no sé si está dispuesto a aceptarme de nuevo, ya dejó en claro que no. Y me frustra demasiado no poder dejarlo. Sé con claridad qué debo hacer, creo que lo peor de todo esto es que sé la opción más racional y sana para ambos, pero soy tan terco que sigo aferrándome a él aún después de todo lo que hemos pasado.

Lo miré atónito y me sentí estúpido, lo deseo demasiado y estaría dispuesto a ser lo que sea que quiera, pero parece que no, que ya es tarde. Y se alejó tan fácil como se acercó a mí, sus palabras son hirientes de nuevo y siento cada vez más ganas de salir corriendo. Sí, soy lo peor, me odia, eso quedó muy muy claro, y aún así sigo aquí esperando algún milagro. Ya no hay más amabilidad, solo tengo su rechazo y reproche y bueno, creo que lo merezco. Pero eso me hace sentir tan vacío, y las memorias de nosotros se hacen pequeñas ahora.
-Ah -no pude dejar de mirarlo, y nuevamente mis lágrimas comenzaron a brotar, cómo me odio por eso. Aparté la vista y solté una risa, aunque obviamente estoy tratando de guardar el llanto pero no pude, soy una persona muy cobarde. Apreté mi boca con ambas manos y me encorvé hacia delante. Quiero seguirlo aunque duela, pero tampoco quiero lastimarlo más, y también deseo intentarlo, pero recibir cosa mala una tras otra es más complicada de lo que pensé. Al final creo que quiero castigarme para sentirme mejor, y me obligo a soportar esto porque puede que así él deje de odiarme y me perdone, y porque lo amo. Pero también podría ser que simplemente se aburra y termine por... bueno, ya lo hizo, él no quiere verme más, me odia- entiendo -dejé caer mis manos a los lados y miré el pastel que trajo, y luego levanté la vista para mirarlo- te lastimé, lo siento -mis sollozos duraron solo un momento y para cuando lo dije, ya no estaba llorando. La cabeza me duele mucho, tenía ganas de decirle mucho más, pero... me dijo que me callara.
Me levanté y tomé mi saco, limpié mi cara y acomodé mi cabello. Caminé a la puerta y la abrí, si paso de aquí todo terminó, ¿cierto?
-No puedo -hablé muy bajo y me reí. Me giré a él sin dejar de agarrar el pomo de la puerta y respiré hondo- lo siento, no puedo. Ya huí una vez, me rendí también, ya no tengo nada que perder -le sonreí triste, esto solodestruirá lo poco que nos quedaá pero ya no importa, es él o nada, eso lo supe desde hace mucho. De todos modos él ya me detesta, ¿qué puede ser peor que eso?- te amo, no sé si pueda contenerme al verte de nuevo. Tal vez me vuelva un acosador -le di la espalda y al salir cerré despacio la puerta tras de mí. Apenas di dos pasos y sentí que la fuerza me abandonó, me sostuve de la pared y solté el aire, me duele el estómago y el nudo en mi garganta se hizo más pesado, quiero llegar a casa ya.

He dicho todas esas cosas y ahora al ver su reacción me siento mal, debí callarme, ¡por eso odio hablar! nunca he sido bueno para solucionar las cosas, hablo tantos idiomas y aun así, no sé como arreglar las cosas, como expresarme bien.
No digo nada porque verlo mal me deja en blanco, puede que esté enojado con él, pero aun así me siento fatal de saber que lo que he dicho le hace daño, ¿pero como le puedo decir las cosas sin lastimarlo? creo que no hay manera.
-Carajo- digo cuando ha salido de la habitación y he tirado las cosas que hay en la mesa. He hecho un desastre, pero ya alguien vendrá a limpiarlo.
A prisa voy a la puerta, la abro y avanzo un par de metros, pero no veo a Jiro, se fue. Cierro mis puños, y me giro para regresar, entonces lo veo apoyado de la pared.
-Idiota- le digo -no puedo descuidarme porque te pones mal- suspiro, y me acerco a él.
Suspiro aliviado, mientras me acerco, no puedo no estar preocupado, más si se van en mal estado por mi culpa. Pero de nuevo no sé que decir.
-Leigh- dice una voz, me giro y veo a la amiga de Yoko, técnicamente es mi jefa, luego mira a Jiro -¿todo bien?- pregunta porque obviamente Jiro no se ve bien.
-Amm, si, solo se siente un poco mal- trato de decir para que nos deje, pero no lo consigo. Incluso manda a llamar a sus hijos… ¿para que los llama? en cuanto aparecen los reconozco, eran alumnos de la escuela y parece que lo conocen.
-bueno, parece que ya no hago falta aquí, cuidate- camino de regreso a la fiesta, Yoko no tarda en alcanzarme, me mira, y noto en su mirada que sabe. incluso acaricia mis labios.
-Están un poco hinchados- me dice mientras me entrega el baso donde tenía sus wiski con hielos.
-Yoko… yo- intento disculparme, pero ella solo me sonríe.
-sabía que no sería fácil.
Está herida, puedo notarlo en su expresión, y para mi sorpresa, me siento mal por eso. Supongo que en el tiempo que hemos compartido, estoy dejando que viejos sentimientos crezcan de nuevo.

Me toma más de lo que pensé recuperarme, no puedo pasar por la fiesta con la cara echa un desastre y no conozco un atajo. Detesto encontrarme en un sitio tan ajeno, y de este modo... pero no me arrepiento por venir. Duele mucho, no dejo de pensar en sus últimas palabras pero aún así, también quiero atesorar esos pocos y lindos momentos de hoy.
Levanté la vista y abrí mis ojos sorprendido, él vino a buscarme, así no hay modo que pueda ignorarlo.
-Estoy bien, lo siento -mi corazón empezó a palpitar rápido y me quedé mirándolo, estoy feliz, ¿cómo puede traer mis emociones de arriba a abajo solo con unas pocas palabras? Pero el ambiente se rompe y busco a la dueña de esa voz, es la madre de Meier. Él dice que sí y me siento avergonzado, al menos he logrado mantenerme en pie pero seguramente luzco fatal. Pasan un par de minutos y Meier y Aaren vienen, y entonces Leigh se aparta de mí- ah, gra... cias -lo miré alejarse y apreté los labios, quería estar más tiempo con él pero no puedo rechazar la ayuda de ellos, además él ya se ha marchado.
Me trajeron una silla y me senté un momento, la madre de Meier se va y ellos preguntan qué sucedió, y les cuento lo del elevador sin entrar en mucho detalle. Técnicamente no dije mentiras, y me ofrecen una pastilla para tranquilizarme y un poco de agua.
-Me siento bien ahora, gracias, pero creo que debería ir a descansar -me levanté y me acompañaron a la entrada a tomar un taxi- lo lamento, pospondremos nuestra cita para después -el taxi llegó pero antes de subir me giré a Meier- podrías... ¿podrías decirle a tu madre que agradezca a Leigh de mi parte? Por favor, es importante -me incliné hacia ellos y abordé el taxi. Supongo que no preguntaron sobre porqué estábamos juntos debido a la pequeña explicación, o simplemente me vieron tan mal que lo dejaron para después.
Al llegar a casa fui directo a mi cama y me tumbé en ella, al estar solo es inevitable que no rompa en llanto cuando los recuerdos vienen a mi cabeza, y por ello es que al final me quedé dormido.