Magic, Sin [Shinya/Leigh]

Pasé por una lata de té a la máquina expendedora antes de salir de la universidad, y a prisa comencé a caminar hasta el parque cercano. Con el maletín en mano, el traje bien arreglado y perfume extra que puse minutos antes en el sanitario. Me siento extrañamente contento, bueno, no es algo que no sepa por qué pasa, realmente Shinya me hace soltar sonrisas de la nada y tener un buen humor en la universidad.

Probablemente estoy en mi mejor momento, no estaba en mis planes tener un trabajo similar al anterior, pero al final he terminado así y tuve la suerte de toparme con gente más agradable, desde alumnos hasta colegas. Y es que el campus es tan grande que la diversidad dentro del trabajo lo hace agradable, a veces termino agotado pero lo disfruto, y ahora que él se va metiendo en mi vida mis días tienen una chispa que hace mucho necesitaba. Esa emoción al recibir sus mensajes, las salidas a comer o paseos por el parque. Me gusta mucho, y sé que puede todo quedar en una relación informal, pero a estas alturas ya no me preocupo por tener “un novio”, solo me limito a disfrutar del buen sexo, la rica comida y esas atenciones que él tan delicadamente me da. Es extraño, no pensé que terminaría en esto.

La primera vez que lo vi quedé prendado de su belleza, porque no es esa peculiar que tiene la gente en este país, sin embargo resalta. Su amabilidad, el coqueteo sutil que no tardando terminó en la cama. Esta cálida sensación en mi pecho que me ha hecho sentir bien de unos días para acá, diablos, debo ser realmente afortunado al tener a ese hombre tan atractivo y atento. A veces pienso que tal vez no soy su única conquista, pero desde mi anterior supuesta relación decidí no ser tan cursi ni dependiente, ni desconfiado de mí mismo. Traté de regresar mis pensamientos a donde no importaba el tipo de relación, siempre y cuando ambas partes lo disfrutaramos.

Tiro la lata vacía en el contenedor de basura y cruzo la calle para llegar al parque,  busco una banca cercana a la acera para esperarlo. Sé que es un encuentro para trabajo, él necesita mi ayuda y en verdad quiero que nuestro encuentro dé los resultados que él espera para su proyecto, pero también quiero besarlo y terminar bien mi día.
Llevo mis dedos a mis labios y sonrío, hace calor hoy, y creo que las cosas saldrán bien, tengo un buen presentimiento.

Los días han sido un poco pesados últimamente, el investigador privado que contraté nos ha informado que la familia de Mia ya no viven en donde ella recuerda, y seguirles el rastro parece que será un poco complicado. Aun así trato de animarla y decirle que los encontraremos no importa donde estén.
Estoy muy metido en mi rol de "padre" aunque el amor en mis ojos es un poco difícil de ocultar, pero Jiro me ayuda mucho en eso. No lo amo, pero me hace creer que puedo tener sentimientos por alguien mas a parte de mi hija. Él es la única persona que ha logrado mantenerme interesado aun después del sexo, así que creo que estamos funcionando, tanto así que estoy pensando en pedirle formalicemos lo nuestro, porque no estoy interesado en solo ser uno mas de su lista, aunque no lo parece, el logra despertar el interés en mas personas de las que él nota. Y no, a mi no me gusta ese jueguito, quiero ser él único al que ve y el único en su vida. Soy una persona egoísta en cuanto a relaciones se trata, quiero mas de lo que ofrezco, aunque con Jiro me estoy esforzando por mantener un nivel razonable de atenciones. Lo llevo a cenar, lo escucho cuando tiene que contarme algo, le hago regalos, le llamó y le escribo. Son cosas que suelo dejar de hacer luego de que he conseguido lo que deseo de una persona, pero con Jiro obtuve lo que quería sin tener que poner esos esfuerzos en marcha, así que ahora solo lo hago porque me nace realmente hacerlo.

Mi chofer detiene el auto en el parque, luego de Takumi, creo que el es de las personas en quien mas confío, porque no dejaría que cualquiera se enterara de mis inclinaciones sexuales, parece absurdo, pero algunos piensa que ser bisexual u homosexual es un signo de debilidad, me parece absurdo, pero estoy seguro somos muchos los que ocultamos estos detalles de los ojos enemigos.
-ve por Jiro- le digo a mi chofer que no tarda en bajar del auto y camina a donde el hombre esta esperando, noto el intercambio de palabras esa mirada involuntaria al auto.
Podríamos ir caminando a la editorial, pero me gustaría primero arreglar las cosas entre nosotros.
Abro la puerta y la empujo para que el entre cuando esta cerca y espero a que se siente a mi lado y la puerta sea cerrada.
-hola- le digo de manera muy casual, pero sin esperar respuesta me hago dueño de sus labios, y no es precisamente que lo extrañe demasiado, es solo que mi adorada y hermosa hija me ha torturado esta mañana cuando salía hacia la escuela. Se veía hermosa en su uniforme, sus labios estaban húmedos por su propia saliva, y su frente, libre por unos instantes de su flequillo me pedía a gritos que le diera un beso. El efecto de mía sobre mi es casi una locura, y los mas absurdo es que pierdo la cabeza incluso por la idea de solo besar su frente, por darle un abrazo, soy tan miserable que incluso en mis fantasías, ahora me conformo con algo como eso. Una caricia inocente a su hombro, un beso en su frente,  su nariz, dios, desearía poder dejar un beso en su afilada nariz, y lo que daría por un abrazo, uno donde pueda sentir su cuerpo pequeño y frágil pegado al mío.
Mis labios besando con desenfreno a Jiro mientras le auto se pone en marcha, por suerte mi auto es espacioso y tiene uno de esos mecanismos donde puedes subir un cristal negro para conseguir cierta privacidad, y mi chofer sabe cuando debe ser usado. Hago que Jiro quede de inmediato recostado en el asiento yo encima de él. Mis manos pasean con necesidad por su cuerpo, tocando deliberadamente cualquier zona que ya conozca como detonante de su placer.
-si te digo que te extrañaba, ¿me creerías?- le pregunto de manera coqueta mordiendo su pezón por encima de su camisa, para luego regresar a sus labios ahora con un poco mas de calma pero no con menos pasión.
Jalo tanto aire como puedo para calmar mis impulsos, mi objetivo era otro, pero el recuerdo de mía no dejó solo ser prudente. Apoyo mi frente en la de Jiro y luego de unos segundos donde consigo por fin calmar mis impulsos, aunque no la obvia reacción en mi pantalón.
-Jiro- digo su nombre esperando que se acomode en el asiento -me gusta lo que tenemos, tenemos una química muy buena, el sexo es genial, y salir contigo nunca es aburrido, pero soy una persona celosa, quiero que todo eso sea solo para mi- el carro se ha detenido hace unos segundos e incluso el motor ahora esta apagado, debo deducir que como lo indiqué ahora estamos en aquel callejón solitario al que pedí nos llevara.

No fue mucho tiempo el que esperé, en cuanto escuché la voz de su chofer, que si bien no reconozco al instante, su aspecto físico resulta inconfundible. Miré en dirección al auto con una sonrisa y caminé hasta él, y en cuanto abrió la puerta para mi entré cerrando de inmediato.
dados me hacen sentir eso es lo de menos. Ni siquiera me percato de que nos ha dado un poco de privacidad o que el auto ya va andando, pues mi espalda cae sobre el asiento y hago que mis brazos se pasen por su cuello para seguir disfrutando de sus besos.

Él ya sabe las zonas que me dan debilidad, perfectamente se ha adaptado a mi cuerpo y yo al suyo, incluso esas cicatrices que al principio me intrigaban, ahora creo le dan un aspecto más varonil y hace que me sienta intimidado, pero me gusta.
-Ngh- ahogo un gemido y dejo que mi mirada vaya al techo, luego sonrío- te creo -respondo contento- yo también te extrañé -y esa sonrisa de felicidad se ve más inundada por placer, pues sus manos empiezan a tocar por esas zonas. Me gusta la tersa tela de sus guantes, era extraño Recibí su saludo con una sonrisa y antes de poder responder me vi preso de sus labios. Como siempre, me dejé llevar con facilidad y accedí ante su demandante beso. Al principio me era un poco incómodo besarlo frente al chofer, quien no es para nada curioso pero de igual forma me era complicado hacer como si no estuviera. Pero ahora eso no me preocupa, es obvio que está acostumbrado a esto y no sé si es solo por mi, pero en medio del calor que sus besos tan bien al principio pero ningún hombre tiene esa suavidad en sus manos, tampoco él, posiblemente, pero aún así la disfruto.

Al hacer contacto ahora con su mirada, estando tan cerca y sintiendo su aliento luego de unos besos, me pone nervioso y mi corazón y mi cuerpo reaccionan. Me quedo un rato en silencio viendo su rostro, también me he acostumbrado al parche que, aunque cubre una parte de su cara, no hace que su belleza disminuya.
Hay tantas cosas que desconozco de él pero aun así me encanta.
-Yo… -yo no sé, inevitablemente, de nuevo, tengo miedo. Quiero intentarlo, sin importar lo que pase después. Pero al ya conocer las consecuencias soy un poco más precavido, ¿por qué no solo dejarlo así?. No, yo debería estar feliz- me siento a gusto con lo que tenemos. No contemplaba formalizar porque no me gustaría presionarte -hago una pausa y desvío un poco la mirada para también tomar un poco de aire, estoy tan nervioso ahora- pero si tú lo quieres, yo estaré encantado de entregarme solo a ti. Eso sonó tan cursi -digo entre risas, y siento como me arde la cara. No sé si es por lo cerca que estoy de su rostro, por cómo giró nuestra relación o por tener ahora una pareja formal. Es extraño, no lo quería, estaba feliz con simplemente tener alguien con quien charlar, pasear. Pero no puede ser tan malo, él no teme mostrar aunque sea a pocas personas que yo le importo, no le da repulsión mi cuerpo, no duda.

Esbozo con mis labios una sonrisa cuando dice que también me extrañó. Es una situación un poco cursi, mas tratándose de alguien de mi edad y posición. Pero necesito un poco de esto para olvidar la frustración que vivo día a día. De extrañar con desesperación a alguien y que ese alguien jamás me dirá que me ha extrañado como lo ha hecho este hombre. A ella ni siquiera puedo tocar. Seguro parece raro que busque alivio en un hombre y no en una mujer, una mujer con la cual fingir que estoy con ella. Pero es que nadie puede ser ella, por eso prefiero a alguien completamente diferente.
Es verdad, descargo mis deseos contra él, mi frustración, pero no imagino que estoy con ella. Ella despierta mi deseo y yo lo descargo en alguien mas. Este hombre atractivo que me mira emocionado, que no puede mentir en sus ojos, y esos ojos dicen que le gusto y me desea.

Observo con detenimiento en espera de su respuesta ¿por qué parece dudar? ¿es acaso que no me considera lo suficientemente bueno como para ser su único amante? aprieto mi mandíbula y mis músculos se tensan poco a poco. Pero regreso a mi estado de relajación cuando el solo termina aceptando. Incluso es un poco tierno el ver su reacción, como si realmente fuera una persona tan pura que se sonroja por aceptar tener algo conmigo.
-demasiado cursi- declaro con una sonrisa llena de satisfacción.  Mi codo se acomoda en el respaldo y acaricio un poco su rostro con mi mano ligeramente empuñada -solo mío- repito con voz un poco áspera y baja -pero hay algo que no te he contado de mi- ay muchas cosas que no le he contado, obviamente no he contado casi nada de mi -tengo una hija de quince años, ella es mi vida, ser padre es mi trabajo de 24hrs y espero que lo entiendas, tu eres mi novio, pero ella es mi hija- confieso dejando que mis dedos se acomoden en su nuca. No se me da tan mal esa fachada de padre abnegado y solo espero que Jiro no vaya a pensar que algún día podría estar por encima de mi adorada Mia -¿puedes aceptarme aun así?- le cuestiono buscando sus labios de los cuales robo un beso para no dejarlo responder -te quiero conmigo Jiro, te quiero completamente para mi - repito volviendo a besarlo, mis dedos se enredan en los cabellos de su nuca. Succiono un poco sus labios buscando robar así un jadeo de su boca y comienzo a bajar por su cuello el cual muerdo también y succiono un poco, pero con cuidado de no dejar mas que una pequeña marca rojiza que brilla por mi saliva.

Mia, Mia, Mia... ¿podrás pensar mejor de mi, si te demuestro que estoy con alguien mas? ¿confiarías en mi? ¿me dejarías tocar tu pequeña carita con mis horrendas manos? ¿dejarías que este monstruo pueda quererte un poco antes de que me dejes?
Me abrazo a Jiro un poco asustado de las respuestas a mis preguntas y sigo besando su cuello esperando extraer de sus poros la calma a mis dudas. Dejo un camino húmedo por su cuello y barbilla para meter mi lengua con descaro en su boca. Pero mi celular no tarda en comenzar a sonar, eso es una constante en mi vida, mi celular casi nunca deja de sonar. Me separo de él para mirar la pantalla, es un mensaje del molesto hombre que trabaja en la editorial que pregunta si ha surgido un contratiempo.
-nos están esperando- explico sin muchas ganas dando un par de suaves golpes en el cristal para indicar que nos movamos. Me dejo caer recostado en sus piernas, la verdad todo el show de besos y caricias era para distraerlo un poco y que no preguntara demasiado o dudara en aceptarme o no, no quiero andar perdiendo demasiado tiempo en trivialidades que puedan llegar a su cabeza.
Le miro con ese embeleso y una sonrisa cándida y estiro mi mano para acariciar de nuevo su rostro.
-el trabajo se trata sobre cosas de psicología, unas entrevistas y artículos, tenemos buenos traductores, pero ya sabes que aveces las traducciones pierden el sentido original de las cosas, quiero que ayudes con eso, prometo ser un jefe muy consentidor contigo, serás mi favorito en toda la editorial- comento con tono juguetón mientras mis dedos peinan un poco el cabello de su nuca que he dejado alborotado.

Suelto otra sonrisa al escuchar su inocente burla, y sigo viendo su expresión contenta. Suyo, eso me parece un poco… ¿demasiado?, pero no debería tomarlo de manera literal. Nunca he pensado en pertenecer a alguien pero si él se refiere a la fidelidad, estoy dispuesto a entregarsela. No tengo otros amantes, desde que estoy con él no frecuento a nadie más, no lo necesitaba y ahora mucho menos. Porque me siento a gusto es y el sexo es bueno, no tengo esa curiosidad por intimar con diferentes compañeros.
-Dime -respondo feliz, no conozco mucho de él, y el que quiera mencionar algo sobre su persona quiere decir que de verdad va enserio, y yo estoy muy curioso, lo que sea lo llevaré con calma. Pero como siempre las personas están llenas de sorpresas, y el tema de su hija no me cae precisamente bien, pero procuro sonreír. Honestamente, hasta ahora no tenía problema con tener alguna aventura con divorciados, aunque las relaciones formales quedaban fuera de discusión, los niños son algo que nunca he deseado pero tampoco los odio. Sin embargo es imposible el no relacionarlo con ese suceso en mi pasado, y aunque no quiero comparar y dudar inmediatamente de él, tengo miedo. Además ella es un poco grande, ¿no tiene problema con que su padre salga con otro hombre?. Tengo curiosidad por conocerla y a la vez, retractarme y salir corriendo. Pero no es sencillo.

Mis pensamientos llenan mi cabeza y me quedo callado hasta sumergirme de nuevo en sus besos, por una parte los disfruto, por otra no dejo de pensar en el tema. Y me duele, recordarlo me duele porque fue la persona que más quise, pero ¿por qué iba yo a ser más importante que su hijo?, si ni siquiera se atrevía a tocarme totalmente. Fui un imbécil.
Me quiere con él, no necesito dudar más. Si mis pensamientos se atoran en mi experiencia pasada nunca voy a avanzar, y si soy una persona feliz ahora, no debería dudar más sobre esta relación.

Suelto un quejido por el placer que solo sus besos me traen, sus labios me saben tan bien, pero de nuevo, recuerdo esos otros besos. Soy un asco, debería concentrarme en la reciente felicidad que está llegando sin aviso.
-Ah… -Leigh, ¿qué estará haciendo?, ¿por qué me acuerdo de él justo ahora que estoy en esta situación con él?. Tengo que dispersar mis ideas y disfrutar a la persona que tengo enfrente.
cierro mis ojos llevado por ese placer de sus labios en mi cuello, y sus besos, metiendo mi lengua en su boca y saboreando cada parte de esta, pero él corta nuestros besos para hacer caso a su teléfono.

-Será divertido tenerte de jefe por un rato -respondo viendole desde arriba, dejando que su mano me calme un poco y yo jugando con las puntas de su cabello sin llegar a despeinarlo- ¿cuándo tienen planeado lanzar el artículo?, parece que andaré por aquí varios días a la semana -sí, por ahora seré competente con el trabajo, el tiempo va a decidir si lo de nosotros va a funcionar. Quiero creer en él y no dudar de mi.

Me acomodo muy bien en sus piernas, tanto que me relajo tal vez mas de lo que debería y comienzo a sentir como mis ojos ya no quieren abrirse. Giro mi cabeza y mi nariz roza con la tela de la camisa de Jiro, su aroma es agradable, realmente huele rico. Sonrío por aspirar esa fragancia suya que es agradable y fresca, es una mezcla entre el suavizante de ropa que usa y el aroma de él.
-mmm hueles muy rico- emito ese sonido que demuestra el placer que siento al aspirar su aroma -no seré tu jefe- digo con la voz un poco dañada por el cansancio que me embarga -seré el novio al que le estas haciendo un gran gran favor y para no verme como un abusador te pagaré por eso- declaro girando mi cuerpo un poco de lado y rodeo su cintura con mis brazos en un gesto meloso e infantil.
-la verdad no tengo idea, eso lo tienes que ver con el editor, y todo el equipo, yo soy el jefe, pero realmente no estoy tan metido en todos los aspectos de la editorial, ya sabes que también tengo que cuidar todos los demás negocios que tengo- un hombre de negocios, eso es lo que soy a grandes rasgos.

Noto como el automóvil se detiene, mi cuerpo se ha tambaleado un poco y dando un beso en el estomago de Jiro refunfuño un par de palabras que apenas se entienden como protestas a no querer levantarme.
Me levanto aun con ese mal humor por no poder descansar y para callar mis reclamos hundo mi rostro en el cuello de Jiro. Aspiro su aroma de nuevo y mi nariz acaricio su cuello y mentón mientras intento llenar mis pulmones de él.
-agg no quiero bajar- vuelvo a quejarme ahora buscando sus labios los cuales adorno con un casto beso, pero por otro lado mi mano se pasea con descaro en su entrepierna -me encantas- digo en voz dulzona tomando su cintura para pegarlo a mi de nuevo -me has hecho muy feliz, gracias por aceptarme- dejo un beso en su mejilla rozando apenas la comisura de sus labios. Jiro tiene algo que me gusta mucho, no entiendo bien que es, pero mis manos siempre quieren tocarlo, quiero besarlo y morderlo, me hace sentir como chico que no puede controlar sus hormonas, de alguna manera el me vuelve un poco loco con todo lo que despierta en mi. Tal vez su Mia no hubiera aparecido en mi vida yo ahora estaría perdidamente enamorado de este hombre, pero la vida pocas veces dejará que las cosas sean así de simples. Pero Mia, mi amada Mia llego a mi vida, tal vez cuando llegue el día que ella me deje, tal vez entonces pueda entregarme por completo a Jiro.
Me separo de él luego de otro beso fugaz y espero a que le salga también. Mi camisa se a arrugado un poco por estar acostado, pero no me pongo el saco.
Cuando entramos solo camino por el lugar, recibiendo las miradas acostumbras.

editorial:

El lugar es amplio y no cuenta con oficinas, sino que todos los empleados están en cubículos, los únicos lugares privados, son algunas salas para juntas que están repartidas alrededor de los cubículos.
-ven nos esperan en una sala- le dijo a Jiro para que apresure un poco el paso.
La verdad es que yo no entiendo ni siquiera porque hay tanta gente trabajando aquí, este es uno de los negocios que menos ingresos me presenta, pero sirve para ir limpiando algo de dinero de vez en cuando.
Subo las escaleras y abro una puerta para dejar que Jiro pase primero y luego entro yo.
El tipo que se encargar de llevar mi negocio se desvive en halagos molestos y solo hago una presentación entre Jiro y el hombre.
-como se retrasaron un poco, el equipo salió a comer, pero no deben tardar- explicó el regordete hombre de mejillas prominentes.
-que inconveniente, el retraso fue por causa de fuerza mayor, y aunque acepto toda la culpa, no puedo quedarme mucho tiempo- miro la hora en mi reloj de muñeca - tengo algo más que atender- me Jiro para mirar a mi nuevo novio -¿te molesta si me retiro por un rato? regresaré tan pronto como pueda- digo esperando que el solo acepte mi oferta mientras vuelvo a ver mi reloj.

Sus halagos logran tranquilizarme y dan ánimos a mi decisión, seguramente después dudaré, pero ahora me siento tan bien como hace mucho no pasaba. Mi sonrisa tonta en mi cara lo demuestra, y sigo juganddo con su cabello, luego delineo con mi dedo su nariz. Me gusta mucho su cara, sus labios, es impresionante cómo este hombre tan atractivo fue a fijarse en mi. Estaba seguro que todo terminaria en algo de una noche pero no fue así. Además este lado tan cursi suyo me encanta, soy la clase de persona que le gusta ser mimado y ser cariñoso con su pareja, así que me viene perfecto.
-¿Eso no te convierte en mi jefe?, será excitante el saber que tengo una relación peligrosa contigo -soy un poco descarado con él, tal vez porque lo nuestro comenzó como algo físico, dejamos que la tensión acumulada explotara una noche, y no siento mucha pena con lanzarle coqueteos. Puedo decir que su actitud me da un poco de confianza, como solía ser al salir con tipos desconocidos- no te preocupes, si tienes un equipo ellos deben ocuparse. En el peor de los casos investigaré por mi cuenta, pero no creo que sea necesario -no sé mucho sobre él, tengo mis teorías y aunque siento un poco su aura peligrosa, mi lujurioso cuerpo cedió ante sus encantos. Y cada vez me siento más sumergido en ello, por eso trato de evadir ideas sobre esa parte que desconozco, y me mentalizo en que este y sus otras empresas son su trabajo.

Nos detenemos y me quedo quieto esperando que él se levante.
-Te llamarán sin parar si no bajas -comento desganado, porque no puedo portarme caprichoso y pedirle que perdamos aquí el tiempo, la intención no es retrasar su trabajo, si no ayudarlo.
Mi cuerpo tiene una pequeña descarga al sentir ese gesto tan tosco, pero no me desagrada, y busco recargarme un poco en su hombro para susurrarle al oído.
-Shinya… -pero de nuevo corta el tacto con el beso, aunque es tan dulce que no me importa, después de todo debemos bajar.

Bajo del vehículo y acomodo un poco mi cabello y mi ropa, también paso mi dedo por mis labios que se sienten húmedos, la sensación de su boca y sus manos aún sigue en mi cuerpo, y ese palpitar acelerado por dar una imagen de lo que hacíamos a los demás no se hace esperar. Ya sé que nadie lo notará, pero de igual forma me siento un poco nervioso.
entramos a la editorial donde pasamos por un área con muchisima gente, hay tantos que mejor vuelvo la vista al frente, siguiendo a Shinya hasta la sala donde estaremos trabajando y donde seguramente pasaré los días de aquí al día de la entrevista.
-Buenas tardes -saludo educado a la persona, y observo la sala como si hubiera algo interesante, pero tal como dijo el hombre, no hay nadie- claro, tómate tu tiempo -y ahora ellos dos salen y yo quedo solo en este ampli espacio.

Siento esos nervios salir en un suspiro ruidoso y camino hasta la mesa para recargar mi cuerpo, estoy nervioso, pero esa sonrisa estúpida sale y por vergüenza conmigo mismo tapo mi boca.
-Oh dios -sigo repitiendo en mi cabeza lo afortunado y feliz que me siento. No sé cómo es que mantuve la calma, pues ahora mismo perdí un poco el control y comienzo a reír como idiota, girándome hasta la puerta y recargadome en la mesa sin sentarme por completo- ese hombre me va a volver loco -suelto un suspiro ahora más suave y dejo que mi pecho empiece a calmarse, debo estar tranquilo para cuando él vuelva.

-bueno si, pero en un jefe con una gran debilidad por su empleado. Y solo puedo decir que eres un pervertido- comento como si lo reprendiera pero la sonrisa en mi rostro deja en claro que no hablo en serio al respecto -pero será excitante- termino por dar la razón a mi pareja.

Creo que solo quiero usar de pretexto a él para no bajar del auto y olvidar por un rato mi estilo de vida. Pero el dice aquella verdad molesta, no dejaran de llamar, y no será solamente las personas de la editorial. Pero aun así dedico un poco mas de tiempo, solo unos segundos a acariciar y besar a Jiro. Que diga mi nombre de esa manera me hace estremecer, pero aun así ya no puedo perder mas el tiempo en sugerentes mimos para Jiro, el trabajo... el maldito trabajo es algo que no puedo ignorar.
-vamos- le hablo bajito como intentando romper con cuidado este perfecto mundo en el que estoy ahora. Al bajar del auto me comporto como si nada pasara, como si la alteración dentro del vehículo solo se esfumara, pero no es falta de interés, sino que tengo una imagen que cuidar, aun si Jiro fuera una mujer, yo tomaría la misma actitud de ahora.

Aveces me pregunto cuantas personas de mis pequeñas empresas, imaginan realmente a lo que me dedico. La verdad yo supongo que todos lo saben pero prefieren ignorar eso. Muchas veces e mejor solo ignorar algo tan obvio, ¿de que sirve saber que tu jefe pertenece a la mafia? de nada, ¿chantajearlo? cualquiera que intente eso seguramente no vivirá para decir nada ¿decirle a la policía? pero si hasta ellos saben quien soy yo, pero no pueden hacer nada porque nunca encuentra nada para acusarme, y por suposiciones no puedo ir a prisión. Y aunque esa persona lograra que yo entrara a prisión, el se quedaría sin empleo y obviamente su vida se volvería la recompensa de todos mis fieles empleados, pero por suerte esas fieles personas estás mas que dispuestas a tomar mi lugar en prisión.

Jiro no parece objetar demasiado el que yo requiera irme por un rato. No puedo despedirme de él como desearía por la obvia mirada insistente de ese tipo.
-entonces me retiro- el hombre no duda en acompañarme mientras me hace un reporte del estado de la editorial y de proyectos que ni siquiera me molesto en conocer -El señor Okanao es un amigo personal, me esta haciendo el favor de ayudarnos con esto, así que trátenlo bien, si el se muestra incómodo, si algo le molesta, lo que sea, tomaré cartas en el asunto- mi voz demuestra ese acostumbrado tono de amenaza -espero buenos resultados- es lo ultimo que digo dando unas palmadas en la espalda de regordete hombre que solo asiente con un gesto de obvio recato y un poco de miedo.
Subo a mi auto, y peino mi cabello dejando al descubierto mi parche, y busco entre mi saco el arma que he decidido no cargar cada vez que estoy con Jiro.

Termino el último bocado de la comida, y los demás del equipo también están por terminar. Mi relación con la mayoría de ellos es solo por trabajo, pero me llevo bien con uno de ellos.
-tengo mucha flojera de regresar- le comento al hombre chino que esta a mi lado -si, si Leigh, pero tenemos que empezar ya con ese trabajo- me replicó dando un sorbo más a su cucharada de sopa la cual estaba comiendo con tremenda solemnidad -no debe ser tan importante si el señor jefe llega tarde- me muestro obviamente molesto por eso. No es que yo sea el tipo mas profesional del mundo, pero llevamos días preparando una presentación para que ese tuerto la vea y el solo decide llegar tarde.

Hemos ido a un lugar cercano, un pequeño restaurante de comida típica... adoran comer ahí, y son reacios a ir a restaurantes de comida de otros lados, lo cual me parece un desperdicio de tiempo, yo aveces quiero simplemente ir a comer otras cosas, comida griega, india, aveces mexicana, no sé lo que sea, probar algo diferente. Así que suelo hacerlo los días que tengo libre en el trabajo.
-¿Estas saliendo con Midori?- me pregunta el chino a mi lado, su cabeza apenas pasa la altura de mi hombro, es realmente bajito este hombre.
-no-le digo sin poner interés en ello, se que a él le gusta esa mujer, y a mi simplemente no me interesa, quiero decir, es bonita, nada sobresaliente en ella, solo una chica promedio con el cuerpo de una asiática y yo las sigo prefiriendo un poco mas dotadas de curvas. El problema es que ella parece interesada en mi, lo cual no es mi culpa, yo solo no le doy pie a que piense que pasará algo, solo he sido amable con ella por mi amigo, pero creo que ella lo ha mal interpretado.

Cuando estamos llegando al trabajo vemos el auto del dueño de nuestras almas, y el editor en jefe y luego vemos como el tuerto sube a su lujoso auto negro. Lo he visto pocas veces y he escuchado un par de rumores de él. Todos parecen incómodos y sugieren cosas como que es un criminal y cuentan historias fantasiosas sobre como perdió su ojo, yo prefiero decir que solo tiene estrabismo en su ojo y para ocultarlo es que usa ese parche.
El editor nos mira como si lo que acaba de ocurrir fuera nuestra culpa, pero yo solo decido ignorarlo y solo camino detrás del pequeño grupo de personas que sigue al gordito que parece desesperado por regresar a la sala de juntas donde nos dice -el psicólogo nos espera, tienen que tratarlo bien o serán despedidos- nos dice, lo cual parece una afirmación digna para levantar una denuncia lavoral, pero aquí todos lo ignoran. El hombre esta bastante agitado cuando llega a la puerta y la abre, yo me espero a que dejen de amontonarse como bichos que siguen una luz asesina que los quemará en cuanto la toquen.
Camino detrás de Lee mientras le suelto una sutil broma sobre nuestro jefe directo y su estado lamentable por dar solo una caminata rápida de algunos metros, porque aunque seguro el juraba corría a la velocidad del viento, para mi solo era ir caminando un poco rápido.
Me siento con una sonrisa divertida en una de las sillas de la mesa, Midori se sienta a mi lado y gano una mirada molesta de mi amigo y yo solo le miro como diciendo "no es mi culpa".
El editor comienza a hablar y presto atención, o ese era mi propósito, pero reparo en aquel hombre que me hace tragar saliva. ¿Que hace el aquí? "el psicólogo" esa palabra retumba en mi cabeza. Han pasado años, y mi estado es solo por la sorpresa de volver a verlo, no significa nada mas, me repito mientras me acomodo en la silla que de repente se ha vuelto casi como una atadura que quiero romper; solo levantarme e irme. Pero me quedo sentado mirando directo a Jiro, lo han presentado ya y ahora nos presentan a nosotros pero yo solo lo miro muy fijamente sin hacer nada mas, ni siquiera cuando escucho mi nombre -El es el señor Leigh Darcy, el traductor- lo sigo mirando...

Estando nervioso soy más consciente del tiempo, pues se me hace eterno el ver que ni él o ellos vuelven. Y por estar tan emocionado ni me tome la molestia en preguntar a dónde iba, pero ¿no sería imprudente?, y también me cae de repente el tema de su hija, y mis hombros caen por la preocupación.
-No pasa nada Jiro -me digo en voz alta. No es un bebé, lo cual puede ser una ventaja. Y si es una chica educada tendré mayor oportunidad de que nos llevemos bien. Claro, esto puede funcionar, no sé si él tiene la intención de presentarmela pero ha sido honesto conmigo desde el inicio, eso debería sumar unos puntos, ¿no?. Aun así sigo pensando en cómo va a cambiar nuestra relación ese detalle. Y dioooos, lo pienso demasiado, llevamos media hora saliendo y yo ya estoy pintando horribles escenarios, ¿qué pasó con esa idea de ser positivo?. Suspiro despacio y camino hasta una de las sillas, supongo que allí se sentará él y allá el encargado del proyecto, creo que puedo tomar este asiento.
Me acomodo en la silla cruzando los brazos, ¿y ahora qué?. Estoy contento, no venía preparado para este cambio, tenía una idea de tener sexo con él después de esto, porque nuestros encuentros siempre terminaban en eso pero, no en algo formal. Pero soy feliz, puedo experimentar ahora el tener una relación romántica, él es un poco salvaje pero también alguien cursi, es tan perfecto.

Subo mis manos a mi cara para sentir el calor de mis mejillas, debo verme estúpido pero no importa, estoy solo y actuar así me pone menos tenso que el retomar el tema de los hijos, eso simplemente lo voy a evadir hasta donde pueda.
-Tardan mucho… -empiezo a mover mi pierna que está cruzada sobre la otra, ¿con qué clase de gente voy a trabajar?, bueno, no importa. Hace unos años me habría ganado el pánico pero después de dar clase a chicos más grandes me he acostumbrado, y los adultos no actúan estúpidos como los niños. Bueno, no la mayoría, hay otros que lo hacen.
Escucho el bullicio de la gente y me pongo de pie para saludar nuevamente a ese tipo, sí que es algo de gente la que va a trabajar en esto, así que, por indicación de lo que parece el jefe, me siento de nuevo en mi silla que está cercana a él.

-Mucho gusto -hablo en general y a cada uno regalo una sonrisa cuando el jefe decide presentarlos. Como él ha dicho mi nombre solo me dedico a visualizar a cada uno de los presentes.
Y todo se vuelve pesado, se detiene, ¿estoy soñando?, claro que no idiota, simplemente tienes tan mala suerte que la repentina felicidad que me ayudaba a llevar esta junta con mucho valor se viene abajo, y siento ese latido en mi pecho, seguro mi cara se muestra extraña y espero que el calor no se proyecte en mis mejillas.
Pero el tipo junto a mi repite su nombre y me hace reaccionar, él me ve tan fijamente, y luego los demás a él y a mi, lo mejor que pude hacer es enfocar mi vista en el hombre de junto, como diciendo “¿qué le pasa a ese subordinado suyo?”.

¿Por qué tenía que toparme a Leigh aquí?. Si le digo a Shinya que no puedo hacerlo después de todo será sospechoso, y él es muy perspicaz, tampoco espero perjudicar a Leigh con su trabajo… ¿por qué debe preocuparme lo que a ese imbécil le pase?. No, no, estoy bien, vamos, han sido dos años, ahora solo somos colegas… de nuevo… sí, todo normal. Además yo tengo a Shinya ahora, recientemente pero somos una pareja y estoy convencido de que puedo obtener auténtica felicidad y buen sexo con él, a quién le afecta ese idiota, pff.
Hice uso de mis pensamientos para evadir su mirada y concentrarme en los demás, y al terminar miro ese folder que me han entregado como si tuviera la información más interesante, pero dios, su mirada es tan intensa.

Mucho gusto, el solo dice eso, y pasa de mi. Me miró se que me miró como yo a él, pero luego el solo ha pasado por completo de mi. Solo abro un poco mi boca por la sorpresa y Lee me da un codazo y me pregunta que es lo que pasa.
-nada, solo es un antiguo compañero de trabajo, me he sorprendido de verlo aquí- explico a Lee, pero la chismosa de Midori ha parado bien la oreja para saber que pasaba y luego cuchichea con la persona que tiene a su otro lado.

La junta comienza y yo sigo mirando a Okanao mas que a aquella carpeta. Escucho como le dicen que se entrevistará a un psicologo mundialmente reconocido, pero que necesitamos hacer preguntas mas especializadas, y también sobre los artículos que manejaremos. Mientras explican todo eso, yo me doy cuenta de todo el tiempo que pasaremos juntos. Porque de ahí lo que Okanao y yo trabajemos juntos lo pasaremos al equipo de redacción y diseño en el cal trabaja Lee con Midori y otro par mas, también esta uno de los fotógrafos de la editorial y su pequeño equipo formado por unos chicos de universidad a los cuales se les paga poco porque estan haciendo sus practicas.
Nos informan la fecha para la entrevista, en la cual ya deberemos tener las preguntas que se harán detalle en el que debemos trabajar juntos para que yo pueda hacer la traducción mas precisa. Ese corto episodio lo considero un momento de inflexión que no duró demasiado. Claro aun lo recordaba durante este tiempo y su piel creo que se quedó grabada en mi memoria, esa suavidad... un escalofrío me recorre el recuerdo.

La junta termina y yo no me levanto.
-Okanao, deberíamos comenzar a ponernos de acuerdo en algunas cosas- mi manera de decir su apello suena tan familiar, y no demuestra esa forzada amabilidad de cuando acabas de conocer a alguien.
Una vez que las personas salen solo comienzo a reir.
-¿por que juegas a que somos extraños?- le cuestiono de repente jugando a levantar la tapa de la carpeta y dejarla caer para que se cierre o se abra segun lo dicte la suerte... o mas bien las leyes de la física -¿como has estado?- pregunto un poco serio. El solo desapareció de mi vida, se que fue mi culpa y encontrarlo parecía una misión imposible. Nunca supe lo que hubo entre nosotros, aun ahora no entiendo lo que él me hacía sentir. Curioso por creer que mi sexualidad estaba volviéndose inestable, trate de abrir mi mente a la idea de que era bisexual, pero en estos dos años, no he logrado sentir deseo por algún otro hombre, ni siquiera el mínimo interés.

Su mirada es persistente, y trato de leer el contenido del proyecto pero es muy vago lo que llega a mi cabeza. No puedo ignorarlo, siempre fui inútil cuando se trata de él. Ya sea de sus pedidos irracionales, nuestro juego de ser amigos o la relación que nunca supe a dónde iba, y aunque sabía que todo empeoraba para mi, aun así me mantuve cerca de él. Fui tan estúpido, era mi culpa que él se aprovechara, si yo hubiera sido más fuerte, si me negaba, si replicaba o pedía una explicación tal vez las cosas hubieran cambiado. O tal vez no, pero al menos conservaría un poco de mi dignidad ahora, después de literalmente huír de él no tengo cara para enfrentarlo.
Para mi mala suerte en algún punto tendré que trabajar directamente con él, obviamente el equipo de redacción estará conmigo la mayor part, pero pensar que podemos pasar tiempo juntos otra vez, es vivir de nuevo esos años en los que nos comportamos como idiotas.
-He informado al señor Ueda sobre mis horarios para ajustar los de su equipo, y poder comenzar cuanto antes -Shinya no parece muy interesado en el asunto, pero el colaborador externo se hizo cargo de ponerme al tanto sobre la idea, él es un tipo meticuloso y espera haga bien mi trabajo.

La junta termina con un intercambio de saludos con algunos presentes, junto los documentos que debo revisar en casa lo más rápido que puedo, pero él dice mi nombre y detengo el movimiento de mis manos.
-Me parece bien, supongo que usted va a esperar al señor Ueda, podría aprovechar el tiempo para que el señor Darcy explique los detalles de traducción a grandes rasgos.

¡Viejo estúpido!.
Mi mirada va hacia él con desagrado pero de inmediato cambia a una sonrisa, y dejo los documentos restantes sobre la mesa.
-Claro -qué impertinente el mencionar que debo esperarlo, ¿no es sospechoso?. Claro que no, es solo mi complejo de persecución por estar a solas con Leigh y mi falsa esperanza de que él note cada pequeña cosa. Solo quería huir cuanto antes, podría decirle a Shinya que me surgió otro percance y verlo fuera de aquí pero… ahora tengo que esperar.

Mis ojos se niegan a hacer contacto aun cuando todos se han ido, y él comienza a reír. ¿Por qué?, pues.. porque sí, porque  si no era eso yo iba a soltar alguna excusa tonta que me iba a delatar.
-Por nada en particular -gracias a él me hice un poquito más fuerte, aunque por el tono en mi voz se notan mis nervios, y esa mirada insistente en los documentos que de nuevo salen de esa carpeta- bien -¿cómo estoy?, bueno, él sí que supera rápido las cosas, seguro solo fue su tonto orgullo el que le hace molestarse porque lo traté como a nada frente a todos. ¿Qué esperaba?, ¿que saludar casual?- ¿y tú? -no quiero que hable más, o que pregunte algo, solo debo mantener esta plática casual hasta que llegue Shinya, aunque no sé si pueda hacerlo.

El gordito comenta algo del célebre señor Ueda, si no fuera porque el tipo esta casa pesaría que quiere lanzarse a los brazos de su jefe, aunque dudo que solo por ser bizco acepte a cualquiera como pareja, quiero decir, tiene dinero, supongo que cualquier mujer aceptaría estar con él mas si tiene mucho dinero y su mayor defecto físico es tener un parche en la cara. Pero lo que mas me consterna es que Jiro y ese tipo al parecer son amigos, ¿sino porque iba a esperarlo?

-por nada en particular- repito lo que dice y solo me río un poco burlón -¿no crees que fue algo demasiado infantil? ¿que te costaba solo dar un saludo cordial? al menos para saber que no has olvidado mi nombre- no debería importar no es como que esté herido... bueno si, mi ego lo resiente un poco, tal vez por eso es que cuando lo vi quería escapar, pero luego de su reacción yo ahora lo estoy reteniendo. Espera un momento, mis palabras de reclamo ¿no han sonado algo heridas? no, no creo...
Solo obtengo un "bien" y su mirada ni siquiera se posa en mi.
-bien- contesto igual que él, el ambiente entre nosotros se siente un poco raro, supongo que es así como se siente cuando te encuentras con tu ex, pero nunca fuimos nada, diablos solo fueron unos besos. Muuy buenos besos. Suelto de golpe el aire en mis pulmones.
Quiero preguntarle porque se fue de mi vida, quiero saber si me ha extrañado, pero al final solo no pregunto, me siento inseguro porque no se que es lo que espero o lo que quiero escuchar. También quiero saber si me odia, pero estoy seguro que la respuesta es un si, siempre lo traté mal, me burlé de él e incluso lo usé porque me gustaban sus besos, no puedo ser mas que despreciable ante sus ojos, peor aun, lo engañé... aunque no teníamos nada serio... no, no teníamos nada, así que no lo engañé.
Me levanto de donde estoy y voy a la silla que esta junto a él, no quiero tener que hablar tan alto por estar separados.
-si eres amigo del jefe podrías pedir que otro de los traductores tome mi lugar -ser amable no es mi fuerte, lo normal sería decirle "tendrás que soportarme por un rato", pero me siento culpable por nuestro pasado, como si le debiera al menos este favor -obviamente te sientes incómodo, asi que si tu quieres está bien- sigue siendo demasiado transparente en lo que siente, aunque me ignoré, su cuerpo grita que no se siente cómodo.
Ahora que me he acercado lo miro con un poco mas de detenimiento, sus cejas, sus pestañas esos cabellos que caen en su frente, su nariz, sus labios y ahí me detengo y solo giro la cabeza como mirando la pared, ¿es posible que vuelva a sentir algo por este hombre? obviamente lo que me pasa con él va mas allá de su sexo, simplemente por ser él es que siento esto, si fuera mujer me sentiría igual, porque simplemente se trata de él. Sus expresiones me atraparon apenas conocerlo, su voz... o el movimiento de sus labios al hablar, ¿alguien pone tanta atención en eso? me refiero, todos ven los labios de la persona que les gusta, pero yo me pierdo en ellos de manera casi imposible, como tratando de recordar cada pequeña grita en ellos, la curva que hacen con cada sonido, el el movimiento de sus comisuras y tratar de ver el grado de alegría o sinceridad en el gesto. Jiro me atrapó de una manera absurda y salvaje, pero yo nunca lo he podido aceptar.

¡Ja?, es más infantil retenerme en esta sala para esa estupida pregunta. Al menos este tipo no ha cambiado mucho, y sin darme cuenta sonrío por el pensamiento. Soy tan idiota, ni en mis pesadillas más absurdas pensé encontrarlo, no tengo una idea de qué podemos hablar, porque siempre termino diciendo tantas tonterías cuando se trata de él. Pude controlar mis emociones cuando estaba con Shinya, las buenas y las malas. Pude concluir la junta sin percances, pero ¿no puedo responder sus tontas preguntas?.

-Un saludo solo levantaría más sospechas de las que ya lo hizo tu comportamiento. No era necesario -he dejado salir mis palabras con una reprenda en ella, tal vez pude hacerlo porque me niego a hacer contacto con sus ojos y me hago el tonto con estas hojas.
Lo único que me mantenía más o menos tranquilo era la distancia entre nosotros, porque con él no sé qué esperar, nunca supe cómo es que funcionabamos, lo que él quería aparte de esos roces físicos. Era tan infantil la idea de solo compartir besos, y a pesar de siempre esperar más me gustaba compartir ese sencillo contacto.

-Qu… -escucho el ruido de la silla al levantarse y veo como viene hacia mi, fueron apenas unos segundos los que le busqué, porque después miro al lado contrario de donde él está sentado.
Sentirlo tan cerca no es bueno para mi, mi estado ha empeorado y mi corazón empieza con sus tontas emociones, con esa taquicardia y el deseo por él se pasea por mi cabeza.
-Ja, por favor… -por fin suelto en esa pequeña frase la frustración que siento- no puedo ser tan infantil, además Shinya pedirá una razón, y no quiero dar explicaciones falsas, mucho menos… -mucho menos puedo decirle que tuve algo que ver con él. Demonios Leigh, ¿por qué ahora?, ¿no pudiste aparecer tiempo después?. Es una burla el que te presentes después de tanto tiempo justo el día que he comenzado mi relación con Shinya.

Cierro los ojos un poco y tomo aire, luego me giro a él por primera vez pensando que podría manejarlo. Pero cuando veo sus ojos, ese color tan encantador y poco común en este país, el brillo de ellos. Sus labios tan perfectos, su cabello alborotado ¿sigue sin arreglarse adecuadamente?. Y parezco embobado, incluso creo que he sonreído. Dios no.
-Por eso te ignoré al entrar -me hago hacia atrás para levantarme, si seguía sentado iba a terminar haciendo una tontería- y tú deberías hacer lo mismo. Solo hablemos lo necesario para el trabajo -entre mis frases que no sé de dónde sacaron valor para ser lanzadas he caminado hacia la pared. Mi voz ya no tiembla pero he entrelazado mis manos intentando calmarme, le doy la espalda para no fundirme más en él, en su perfecto físico, en mis recuerdos que parecen necios por presentarse justo ahora.
-Deberías irte -por favor, solo vete, necesito tiempo para calmarme antes de que llegue Shinya.

-¿sospechas de que?- si se que todos me miraron un poco confundidos por mi reacción, pero es porque estaba sorprendidos, todos saben que mis reacciones son exageradas y que mi humor es pesado, tengo la ventaja de ser extranjero y por eso mis reacciones son tomadas como solo raras, pero no por motivos raros -estaba sorprendido de verte, y mas al ver como me ignoraste, ¿es eso una reacción rara?- porque solo por mirarlo fijamente no significa que pensarán que tuvimos algo, todos saben que soy heterosexual y nadie sabe que el es gay, ¿como podrían solo armar tal escenario tan imposible entre nosotros? es solo egocéntrico pensar que las personas descubrirán relaciones por doquier solo por unas miradas.

-decir que no quieres trabajar conmigo es infantil, pero ignorarme no lo es- comento con exasperación porque no puedo seguir el ritmo de sus pensamientos. Lo que para él es infantil, para mi no lo es y viceversa, tan absurdo y molesto que ni siquiera en eso podemos estar de acuerdo ¿tan grande es nuestra brecha cultural acaso? -¿Shinya?- cuestiono reparando en que ha usado el nombre del tipo ese y no su apellido simplón -¿son tan amigos que le llamas por su nombre?- yo jamás le llamé por su nombre, aun con lo que pasó nunca pudimos tener esa confianza, aunque yo adoraba escuchar mi apellido de su voz -ok, pues si no quieres decirle esta bien, yo te he dado la opción, pero si para ti es infantil, tendrás entonces que soportarme- el sabe como soy, no he cambiado tanto desde entonces, y molestarlo era algo que adoraba hacer, y no creo que eso haya cambiado.

El se aleja de mi, ¿y me da la espalda? no veo porque tiene que comportarse tan indiferente conmigo, ¿es tanto el odio que tiene por mi?
-¿y ahora debo irme?- cuestiono incrédulo, intenté se amable y condescendiente, pero el solo me da la espalda y rechaza mi oferta --trabajaremos juntos, así que aprende a soportarme, si eres tan maduro que las actitudes infantiles no caben en tu pensamiento, entonces soporta mi maldita presencia-- declaro molesto cruzándome de brazos -si tanto te desagrado puedes irte tu, pero... ¿pero que pensaran todos al verte salir con esa expresión? no sabes mentir Okanao y si alguien va a levantar sospechas en mis compañeros ese serás tu, no yo mi pantorrilla de la pierna izquierda se apoya en mi rodilla de la pierna derecha como para tomar una posición mas cómoda -¿por que te pones tan pesado Okanao? ¿me odias?- pregunto por fin para al menos tener respuesta a esa duda que no me deja de atormentar y lo único que me parece dará sentido a su comportamiento.