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Waiting for you [Shinya]
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Moonlight :: Zona residencial :: Ginza
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Waiting for you [Shinya]
Son casi las diez de la noche y el señor Ueda no llega, un bostezo no se hace esperar mientras recuesto mi cabeza sobre la mesa donde, desde hace media hora, está la comida que la ama de llaves preparó para nosotros.
El señor Ueda es un poco raro, no puedo llamarle fácilmente “papá” porque el recuerdo que tengo de la persona que ocupa ese lugar en mi corazón se siente distinto. Su cara, su trato, es muy diferente a la forma en que me ve el señor Ueda, pero no puedo quejarme, al menos tuve la oportunidad de salir de ese infierno.
Me levanto de la mesa y llevo los platos hasta la cocina para meter al horno de microondas, y mientras este empieza a calentar las cosas, regreso a la ventana a ver si hay rastro de él.
-No me dijo que llegaría tarde… -pero él es así, sé a lo que se dedica y no pregunto nada, no tenemos tanta comunicación como él espera. La primera vez que lo vi, al igual que con cualquier persona desde que me tragó ese agujero, tuve mucho miedo. No quería que me tocara, pero sabía que en cualquier momento pasaría lo peor, pero me equivoqué. Juego un poco con mis pies mientras me recargo en la pared cruzada de brazos. Tengo mucho sueño, otro bostezo sale a causa de eso.
Nosotros tenemos una clase de pacto, no importa qué suceda, debemos cenar juntos, “como una familia”. A estas alturas me cuesta digerir la idea, pero no es tan malo, hubiera sido peor terminar con el señor Fukui, esa mirada en su rostro hace sentir toda clase de cosas menos confianza. Pero a Emi le gusta tanto y le veo feliz cuando le llama papá. ¿Yo también debería llamarle así al señor Ueda?, es difícil, pero regresar a mi vida antes de todo esto no creo que sea posible, y ahora, aunque no me considero una niña feliz, al menos mis días son tranquilos.
Escucho el pitido del horno, regreso por los platos y acomodo de nuevo estos sobre la mesa, sirviendo leche en un vaso para llenar el vacío que empiezo a sentir por el hambre.
El señor Ueda es un poco raro, no puedo llamarle fácilmente “papá” porque el recuerdo que tengo de la persona que ocupa ese lugar en mi corazón se siente distinto. Su cara, su trato, es muy diferente a la forma en que me ve el señor Ueda, pero no puedo quejarme, al menos tuve la oportunidad de salir de ese infierno.
Me levanto de la mesa y llevo los platos hasta la cocina para meter al horno de microondas, y mientras este empieza a calentar las cosas, regreso a la ventana a ver si hay rastro de él.
-No me dijo que llegaría tarde… -pero él es así, sé a lo que se dedica y no pregunto nada, no tenemos tanta comunicación como él espera. La primera vez que lo vi, al igual que con cualquier persona desde que me tragó ese agujero, tuve mucho miedo. No quería que me tocara, pero sabía que en cualquier momento pasaría lo peor, pero me equivoqué. Juego un poco con mis pies mientras me recargo en la pared cruzada de brazos. Tengo mucho sueño, otro bostezo sale a causa de eso.
Nosotros tenemos una clase de pacto, no importa qué suceda, debemos cenar juntos, “como una familia”. A estas alturas me cuesta digerir la idea, pero no es tan malo, hubiera sido peor terminar con el señor Fukui, esa mirada en su rostro hace sentir toda clase de cosas menos confianza. Pero a Emi le gusta tanto y le veo feliz cuando le llama papá. ¿Yo también debería llamarle así al señor Ueda?, es difícil, pero regresar a mi vida antes de todo esto no creo que sea posible, y ahora, aunque no me considero una niña feliz, al menos mis días son tranquilos.
Escucho el pitido del horno, regreso por los platos y acomodo de nuevo estos sobre la mesa, sirviendo leche en un vaso para llenar el vacío que empiezo a sentir por el hambre.
Mia Ueda- Puntos : 105
Fecha de inscripción : 25/06/2016
Edad : 24
Re: Waiting for you [Shinya]
Limpie con mi guante aquellas manchas de mi rostro, mi ropa también estaba ahora sucia. Miré con desagrado al hombre que yacía en el suelo al cual apenas le quedaba fuerza para soltar quejidos.
-por eso lo conveniente es que se respeten los negocios que mantienen conmigo- comento girando mi cara para ver a aquel hombre de edad ya avanzada que miraba a su hijo en el suelo -¿entonces es un trato- cuestiono al hombre que solo asiente. Muevo mi mano para que uno de mis hombre, justo el que le apunta con un arma, deje de hacerlo.
No espero más tiempo y solo hago la señal para irnos, aunque le indico a uno de los míos que se encargue de acompañarlos, y claro, de que llame a Takumi para que se encargue de que el hijo no muera y no quede registro en el hospital.
Miro la hora y ya es tarde, tal vez ya hasta se durmio. Muerdo mi labio un poco desanimado porque es posible que hoy no pueda ver su lindo rostro.
Me siento exhausto y la adrenalina por haber golpeado a ese sujeto se a bajado, así que me hago consiente de que él se defendió. Estaba tan absorto moliendo su rostro con mis puños que no me di cuenta que el también me golpeo y hasta rasguño.
Cuando llegamos por fin, bajo del auto y saco mi celular y llamo a mi amigo y mano derecha.
-dame buenas noticias- le digo solo para que me confirme que el tipo no morirá, porque no sería la primera vez que se me pasa la mano -bien, yo tomaré unas pastillas para el dolor, no ha sido nada de importancia- le digo y termino la llamada.
Cuando por fin entro a la casa, paso por el comedor con la esperanza de que ella me haya esperado, solo mirarla me hará sentir mejor.
-¿Mía sigues despierta?- pregunto levantando la voz,pero no demasiado para que si esta dormida no la vaya a despertar.
La veo con un vaso de leche y sonrío de inmediato por solo mirarla, ella es tan hermosa, daría lo que fuera porque ella me recibiera al menos con una sonrisa.
-me esperaste- digo sintiéndome halagado por eso. Desde que ella vive conmigo, trato de mantener mi horario de trabajo de manera mas estricta solo para poder cenar con ella, es la mejor parte de mi día, pero hoy ha sido de las pocas veces que se ha salido un poco de control y he terminado por llegar tarde -lamento haber demorado- me disculpo y solo entonces me doy cuenta de las fachas que tengo. Mi cabello esta desordenado, mis ropas manchadas con la sangre ajena y tal vez un poco con la mía propia.
-por eso lo conveniente es que se respeten los negocios que mantienen conmigo- comento girando mi cara para ver a aquel hombre de edad ya avanzada que miraba a su hijo en el suelo -¿entonces es un trato- cuestiono al hombre que solo asiente. Muevo mi mano para que uno de mis hombre, justo el que le apunta con un arma, deje de hacerlo.
No espero más tiempo y solo hago la señal para irnos, aunque le indico a uno de los míos que se encargue de acompañarlos, y claro, de que llame a Takumi para que se encargue de que el hijo no muera y no quede registro en el hospital.
Miro la hora y ya es tarde, tal vez ya hasta se durmio. Muerdo mi labio un poco desanimado porque es posible que hoy no pueda ver su lindo rostro.
Me siento exhausto y la adrenalina por haber golpeado a ese sujeto se a bajado, así que me hago consiente de que él se defendió. Estaba tan absorto moliendo su rostro con mis puños que no me di cuenta que el también me golpeo y hasta rasguño.
Cuando llegamos por fin, bajo del auto y saco mi celular y llamo a mi amigo y mano derecha.
-dame buenas noticias- le digo solo para que me confirme que el tipo no morirá, porque no sería la primera vez que se me pasa la mano -bien, yo tomaré unas pastillas para el dolor, no ha sido nada de importancia- le digo y termino la llamada.
Cuando por fin entro a la casa, paso por el comedor con la esperanza de que ella me haya esperado, solo mirarla me hará sentir mejor.
-¿Mía sigues despierta?- pregunto levantando la voz,pero no demasiado para que si esta dormida no la vaya a despertar.
La veo con un vaso de leche y sonrío de inmediato por solo mirarla, ella es tan hermosa, daría lo que fuera porque ella me recibiera al menos con una sonrisa.
-me esperaste- digo sintiéndome halagado por eso. Desde que ella vive conmigo, trato de mantener mi horario de trabajo de manera mas estricta solo para poder cenar con ella, es la mejor parte de mi día, pero hoy ha sido de las pocas veces que se ha salido un poco de control y he terminado por llegar tarde -lamento haber demorado- me disculpo y solo entonces me doy cuenta de las fachas que tengo. Mi cabello esta desordenado, mis ropas manchadas con la sangre ajena y tal vez un poco con la mía propia.
Shinya Ueda- Puntos : 164
Fecha de inscripción : 20/06/2016
Edad : 41
Re: Waiting for you [Shinya]
Me recuesto de nuevo en la mesa, el sueño empieza a vencerme pero debo cumplir con nuestra promesa. No es que él me obligue, pero ya que no me gusta pasar tiempo a su lado, lo mínimo que puedo hacer es darle el gusto de la compañía en la cena, además no es tan malo, él es una persona educada y actúa un poco como un padre.
Mi vaso se queda a la mitad y cierro los ojos un poco para descansar, no quiero ir al colegio mañana, no me gusta la escuela. Las chicas son muy groseras, menos Emi, ella es a la única que me gusta ver siempre, pero las otras siempre se la pasan presumiendo, insultando. Odio cuando empiezan a llamarnos de mala forma a Emi y a mi, y que por eso ella termine regañada.
Escucho mi nombre y levanto la cabeza rápido, estoy adormilada y tardo en reaccionar, luego de un rato me levanto y saludo.
-Buenas noches –digo seria con la cabeza agachada- sí –si me iba a dormir seguramente se asomaría en mi cuarto y eso me incomoda, prefiero que estemos los dos en este espacio amplio.
Levanto la vista para verlo, luce cansado, y además… sus ropas están manchadas de sangre. Nunca hablamos sobre mucho pero sé que él es diferente conmigo a como es afuera, igual que el señor Fukui, y todas las personas que trabajan con él- descuide –respondo mirando su aspecto. Creo que debería darse un baño, pero sugerir eso no es algo que yo pueda- ¿quiere café? –ofrezco y rápido voy a la cocina a prender la cafetera dando por sentado que así lo quiere y dando espacio a que él vaya a bañarse.
He esperado que salga el café mientras voy al refrigerador para sacar el flan que he hecho con la señora Tanaka. Es una persona amable pero muy dura, aunque no conmigo. Además siempre me dice que conozca mejor al señor Ueda, que es bueno pero… él es como esas personas que me alejaron de casa, y si fuera bueno ¿por qué no me deja ir con mi familia?. Todas esas ideas las sacudo junto a mi cabeza y llevo entre mis manos el recipiente con el flan, colocándolo en el centro de la mesa. Luego me regreso a la cocina para ir por la taza de café para él.
Mi vaso se queda a la mitad y cierro los ojos un poco para descansar, no quiero ir al colegio mañana, no me gusta la escuela. Las chicas son muy groseras, menos Emi, ella es a la única que me gusta ver siempre, pero las otras siempre se la pasan presumiendo, insultando. Odio cuando empiezan a llamarnos de mala forma a Emi y a mi, y que por eso ella termine regañada.
Escucho mi nombre y levanto la cabeza rápido, estoy adormilada y tardo en reaccionar, luego de un rato me levanto y saludo.
-Buenas noches –digo seria con la cabeza agachada- sí –si me iba a dormir seguramente se asomaría en mi cuarto y eso me incomoda, prefiero que estemos los dos en este espacio amplio.
Levanto la vista para verlo, luce cansado, y además… sus ropas están manchadas de sangre. Nunca hablamos sobre mucho pero sé que él es diferente conmigo a como es afuera, igual que el señor Fukui, y todas las personas que trabajan con él- descuide –respondo mirando su aspecto. Creo que debería darse un baño, pero sugerir eso no es algo que yo pueda- ¿quiere café? –ofrezco y rápido voy a la cocina a prender la cafetera dando por sentado que así lo quiere y dando espacio a que él vaya a bañarse.
He esperado que salga el café mientras voy al refrigerador para sacar el flan que he hecho con la señora Tanaka. Es una persona amable pero muy dura, aunque no conmigo. Además siempre me dice que conozca mejor al señor Ueda, que es bueno pero… él es como esas personas que me alejaron de casa, y si fuera bueno ¿por qué no me deja ir con mi familia?. Todas esas ideas las sacudo junto a mi cabeza y llevo entre mis manos el recipiente con el flan, colocándolo en el centro de la mesa. Luego me regreso a la cocina para ir por la taza de café para él.
Mia Ueda- Puntos : 105
Fecha de inscripción : 25/06/2016
Edad : 24
Re: Waiting for you [Shinya]
Ella me ofrece un café y yo solo asiento mientras me encamino a mi habitación.
-me daré un baño rápido, no tardo- le aviso y en cuanto cierro la puerta me saco toda la ropa que deje en el suelo hasta llegar al baño, lo último que me quito son mis guantes y obviamente mi parche. No me espero ni a que el agua salga tibia, me meto de inmediato y me enjuago muy rápido. Siento la piel irregular de mis manos pasar por mi cuerpo y luego como pasa también por la piel de mi torso que tiene la misma condición.
El jabón al pasar por mi cuerpo me arde un poco en algunas zonas, pero no importa, es un dolor insignificante si lo comparo con otras experiencias.
Aun así miro un par de segundos mis manos, en el pasado no me importaba ni un poco todas las cicatrices que mi cuerpo a acumulado al paso de los años, pero aveces pienso que si no tuviera este aspecto al menos le daría menos miedo, porque ¿quien confiaría en un tipo que tiene un parche y siempre usa guantes? nadie lo hace. En el trabajo esta bien, pero con ella aveces me gustaría solo ser otra persona.
-seguro a ella le gustaría aun menos si me ve así- me digo un tanto desanimado. Tal vez solo debería dejar de lado todo el amor que por ella tengo y solo preocuparme por hacerla feliz, como el padre que se supone que soy.
Salgo del baño, me seco el cuerpo y un poco el cabello. Me pongo mi parche de inmediato y luego mis guantes. Busco entre mi ropa y me pongo una camisa blanca sin ninguna arruga dejando de nuevo ocultas las cicatrices de mi cuerpo, me pongo un boxer y un pantalón negro. Simplemente luzco como casi todo el tiempo, porque no suelo vestir de manera informal, mucho menos frente a ella.
Cuando regreso voy peinando mi cabello con mis dedos y me siento en el lugar que me corresponde en la mesa.
-¿como te ha ido en la escuela?- pregunto mirando la comida. Tengo mucha hambre, pero decido tomar primero un trago del café que ella preparó para mi. Se que solo lo hizo en la cafetera, pero para mi lo que ella toca se vuelve simplemente especial para mi.
-me daré un baño rápido, no tardo- le aviso y en cuanto cierro la puerta me saco toda la ropa que deje en el suelo hasta llegar al baño, lo último que me quito son mis guantes y obviamente mi parche. No me espero ni a que el agua salga tibia, me meto de inmediato y me enjuago muy rápido. Siento la piel irregular de mis manos pasar por mi cuerpo y luego como pasa también por la piel de mi torso que tiene la misma condición.
El jabón al pasar por mi cuerpo me arde un poco en algunas zonas, pero no importa, es un dolor insignificante si lo comparo con otras experiencias.
Aun así miro un par de segundos mis manos, en el pasado no me importaba ni un poco todas las cicatrices que mi cuerpo a acumulado al paso de los años, pero aveces pienso que si no tuviera este aspecto al menos le daría menos miedo, porque ¿quien confiaría en un tipo que tiene un parche y siempre usa guantes? nadie lo hace. En el trabajo esta bien, pero con ella aveces me gustaría solo ser otra persona.
-seguro a ella le gustaría aun menos si me ve así- me digo un tanto desanimado. Tal vez solo debería dejar de lado todo el amor que por ella tengo y solo preocuparme por hacerla feliz, como el padre que se supone que soy.
Salgo del baño, me seco el cuerpo y un poco el cabello. Me pongo mi parche de inmediato y luego mis guantes. Busco entre mi ropa y me pongo una camisa blanca sin ninguna arruga dejando de nuevo ocultas las cicatrices de mi cuerpo, me pongo un boxer y un pantalón negro. Simplemente luzco como casi todo el tiempo, porque no suelo vestir de manera informal, mucho menos frente a ella.
Cuando regreso voy peinando mi cabello con mis dedos y me siento en el lugar que me corresponde en la mesa.
-¿como te ha ido en la escuela?- pregunto mirando la comida. Tengo mucha hambre, pero decido tomar primero un trago del café que ella preparó para mi. Se que solo lo hizo en la cafetera, pero para mi lo que ella toca se vuelve simplemente especial para mi.
Shinya Ueda- Puntos : 164
Fecha de inscripción : 20/06/2016
Edad : 41
Re: Waiting for you [Shinya]
Creo que a veces entiende lo que intento decir y no puedo, o ¿es que yo entiendo lo que él quiere?. Esto fue tan fácil que ni siquiera se puede considerar una conexión, supongo que con el tiempo que llevamos juntos, aunque no es tanto, hemos aprendido las cosas que podemos y no decir. Sobre todo yo, aunque pudiera hacerlo, nunca le digo nada. No encuentro la forma en que podamos conversar con normalidad, que yo pueda llegar y abrazarlo, el solo pensar en tocarlo me da escalofríos, no me gusta el contacto, mucho menos con hombres. Y él, sé la forma en la que me ve, aquel día en que nos compró a Emi y a mi, no dejaba de mirarme de la misma forma que todos esos hombres que usaron mi cuerpo, pero tal vez más intenso.
Siento el escalofrío recorrer mi cuerpo y me abrazo.
-Es una buena persona –me repito mientras cierro los ojos, no me queda más que creer esa frase, aunque es más difícil de lo que esperaba.
Regreso con el café y lo pongo en su sitio, y me siento a esperarlo otro poco. Juego con mis pies y tomo otro trago a mi vaso de leche. La comida que prepararon para nosotros huele bien a pesar del tiempo que ha esperado. Él llega con esa sonrisa amable que me hace desviar la vista, él también huele rico.
-Bien –respondo mirando mi plato y tomo el arroz- mmm, ¿cómo te fue en el trabajo? –mis palabras tiemblan por la falta de costumbre de hablar con él. La señora Tanaka siempre me insiste en que lo trate mejor, que sea amable con él, que me porte como la hija que soy. Porque ahora soy una pertenencia para él, ellos me lo dijeron poco antes de deshacerse de nosotras. Pero es muy difícil, todo en él me intimida, su mirada, su aspecto cuando llega en ese estado tan temeroso, y también la forma en la que me trata. ¿Por qué me compró?, tengo curiosidad por saber pero es algo que nunca voy a preguntar.
-Hicimos flan –levanto la vista después de un rato solo para señalar el refractario con mis manos y ver su reacción, es algo muy fácil pero para mi que no se cocinar, pero es un logro. Esto e ir bien en la escuela es lo único que sé hacer, ya que no puedo actuar como su hija, o como otra cosa.
Siento el escalofrío recorrer mi cuerpo y me abrazo.
-Es una buena persona –me repito mientras cierro los ojos, no me queda más que creer esa frase, aunque es más difícil de lo que esperaba.
Regreso con el café y lo pongo en su sitio, y me siento a esperarlo otro poco. Juego con mis pies y tomo otro trago a mi vaso de leche. La comida que prepararon para nosotros huele bien a pesar del tiempo que ha esperado. Él llega con esa sonrisa amable que me hace desviar la vista, él también huele rico.
-Bien –respondo mirando mi plato y tomo el arroz- mmm, ¿cómo te fue en el trabajo? –mis palabras tiemblan por la falta de costumbre de hablar con él. La señora Tanaka siempre me insiste en que lo trate mejor, que sea amable con él, que me porte como la hija que soy. Porque ahora soy una pertenencia para él, ellos me lo dijeron poco antes de deshacerse de nosotras. Pero es muy difícil, todo en él me intimida, su mirada, su aspecto cuando llega en ese estado tan temeroso, y también la forma en la que me trata. ¿Por qué me compró?, tengo curiosidad por saber pero es algo que nunca voy a preguntar.
-Hicimos flan –levanto la vista después de un rato solo para señalar el refractario con mis manos y ver su reacción, es algo muy fácil pero para mi que no se cocinar, pero es un logro. Esto e ir bien en la escuela es lo único que sé hacer, ya que no puedo actuar como su hija, o como otra cosa.
Mia Ueda- Puntos : 105
Fecha de inscripción : 25/06/2016
Edad : 24
Re: Waiting for you [Shinya]
Luego de tomar un poco de café, me dispongo a comer pero me detengo casi de inmediato cuando ella hace aquella pregunta y sonrío.
-acabas de tutearme- digo como si para mi eso fuera un gran avance y algo para sentirme halagado, es tan fácil para mi que ella me haga sentir feliz, incluso si es con estos pequeños detalles que para otros serían simplemente nada relevantes. Incluso algunos se molestarían en que alguien les hable con tal libertad, pero a mi no. Quiero que ella sea de las pocas personas que tenga tal confianza conmigo.
-el trabajo- retomo el tema de su pregunta - hoy fue un día complicado -explico porque no veo otra manera de contar sobre mi trabajo, ella es tan pura, que solo mencionarlo me hace sentir mal. Así que me dedico a comer un poco mas de la cena, para mantener mi boca ocupado en algo que no sea hablar de mi trabajo. Creo que solo ella es la que me hace sentir avergonzado de la persona que soy. Porque en general jamás me lo había cuestionado, ser yakuza, llegar a ser oyabun, es algo de lo que siempre me siento orgulloso. Pero a su lado me puedo sentir feliz porque ella me preparé un café, y miserable cuando siento esa brecha tan grande entre nosotros.
Veo el flan en la mesa y muestro una cara de sorpresa y una sonrisa más.
-¿la señora Tanaka te esta distrayendo de la escuela?- pregunto, porque aunque la idea de comer algo que ella haya preparado me hace sentir feliz, se que tal vez es solo porque la señora Tanaka ha sido muy insistente con ella -si no quieres ayudarla no tienes que hacerlo, ¿de acuerdo?- le explico. Estiro mi mano para acercar el flan y servirme un poco -recuerdo que los mejores días en el orfanato era cuando nos dejaban comer flan- comento sin pensar demasiado. No suelo hablar sobre mi pasado, al menos no el pasado antes de haber sido adoptado.
Como un poco del flan olvidando por completo terminar la cena, y solo me dedico a comer de las cosas que ella ha preparado para mi. La quiero tanto y quiero verla ser feliz, ¿será que no puedo hacerlo? supongo que solo debo comenzar a comportarme como el padre que ella necesita, ¿pero como lo hago? al menos luego de un tiempo, por fin hay alguien que me ha interesado, es un sujeto peculiar. No tiene una belleza deslumbrante, pero despierta en mi ternura. Tal vez debo depositar en él todos mis deseo y dejar para ella solo mis buenas intenciones.
-acabas de tutearme- digo como si para mi eso fuera un gran avance y algo para sentirme halagado, es tan fácil para mi que ella me haga sentir feliz, incluso si es con estos pequeños detalles que para otros serían simplemente nada relevantes. Incluso algunos se molestarían en que alguien les hable con tal libertad, pero a mi no. Quiero que ella sea de las pocas personas que tenga tal confianza conmigo.
-el trabajo- retomo el tema de su pregunta - hoy fue un día complicado -explico porque no veo otra manera de contar sobre mi trabajo, ella es tan pura, que solo mencionarlo me hace sentir mal. Así que me dedico a comer un poco mas de la cena, para mantener mi boca ocupado en algo que no sea hablar de mi trabajo. Creo que solo ella es la que me hace sentir avergonzado de la persona que soy. Porque en general jamás me lo había cuestionado, ser yakuza, llegar a ser oyabun, es algo de lo que siempre me siento orgulloso. Pero a su lado me puedo sentir feliz porque ella me preparé un café, y miserable cuando siento esa brecha tan grande entre nosotros.
Veo el flan en la mesa y muestro una cara de sorpresa y una sonrisa más.
-¿la señora Tanaka te esta distrayendo de la escuela?- pregunto, porque aunque la idea de comer algo que ella haya preparado me hace sentir feliz, se que tal vez es solo porque la señora Tanaka ha sido muy insistente con ella -si no quieres ayudarla no tienes que hacerlo, ¿de acuerdo?- le explico. Estiro mi mano para acercar el flan y servirme un poco -recuerdo que los mejores días en el orfanato era cuando nos dejaban comer flan- comento sin pensar demasiado. No suelo hablar sobre mi pasado, al menos no el pasado antes de haber sido adoptado.
Como un poco del flan olvidando por completo terminar la cena, y solo me dedico a comer de las cosas que ella ha preparado para mi. La quiero tanto y quiero verla ser feliz, ¿será que no puedo hacerlo? supongo que solo debo comenzar a comportarme como el padre que ella necesita, ¿pero como lo hago? al menos luego de un tiempo, por fin hay alguien que me ha interesado, es un sujeto peculiar. No tiene una belleza deslumbrante, pero despierta en mi ternura. Tal vez debo depositar en él todos mis deseo y dejar para ella solo mis buenas intenciones.
Shinya Ueda- Puntos : 164
Fecha de inscripción : 20/06/2016
Edad : 41
Re: Waiting for you [Shinya]
Me tenso un poco al darme cuenta, o que él hiciera que me diera cuenta de lo que hice. Simplemente trato de hacer plática, y salió una frase nerviosa pero normal que perdí esa costumbre de hablarle con respeto.
-Lo siento –respondo bajito, aunque no parece molestarle, él nunca me exige nada que no pueda hacer, es muy comprensivo. Por eso me sorprendo por algunas cosas, no es que lo vea como el hombre perfecto, pero conmigo es amable, intenta ser un buen padre. Se preocupa por cómo voy en la escuela, cómo me traten, mi alimentación y otras cosas, realmente puede actuar como un padre o al menos como un tutor. De igual forma yo no lo veo así, me intento mentalizar pero no parece que tenga yo una voluntad muy fuerte.
-Ya veo… -y no fue el mejor tema elegido, porque él tiene un trabajo normal y esa otra cosa con gente de la mafia. A veces viene de buen humor y casi a la misma hora, y otros días son como hoy, las cosas parecen difícil. Incluso si pregunto la verdad no quiero saber lo que hizo realmente o de quién era esa sangre salpicada en su ropa.
Me quedé distraída pensando y es hasta que él habla de nuevo que reacciono.
-¿Eh?... oh, no –respondo moviendo la cabeza- ella es muy amable, yo quise hacer algo esta vez –es cierto que al principio me obligaba sin llegar a ser violenta, pero ahora me hace feliz hacer estas cosas. Si no las hago termino encerrada en mi cuarto todo el día, a veces haciendo mi tarea, pero otras veces solo me la paso llorando. Tal vez ella se dio cuenta y por eso me obliga a salir y ayudarla, y aunque es un secreto que tengo del Señor Ueda, no me molesta- ¿Le gustó? Es la primera vez que hago uno -¿sabrá mal?. Pongo un poco en mi plato y me llevo un pedazo a la boca, no es la gran cosa pero sabe un poco rico.
Escuchar su recuerdo me hace conectar con los míos, y es raro que él hable mucho de su persona, pero por alguna razón me siento en confianza- mi mamá hacía gelatinas de limón para nosotros, era un postre cuando era el cumpleaños de alguien –he soltado una sonrisa que viene acompañada de una punzada en mi pecho, recordar esos días me traen felicidad y dolor al mismo tiempo, porque nunca más podré comer de eso que ella preparaba ni ver la cara de mis hermanos. Suelto un suspiro, el silencio me incomoda pero no sé qué más decir
-Lo siento –respondo bajito, aunque no parece molestarle, él nunca me exige nada que no pueda hacer, es muy comprensivo. Por eso me sorprendo por algunas cosas, no es que lo vea como el hombre perfecto, pero conmigo es amable, intenta ser un buen padre. Se preocupa por cómo voy en la escuela, cómo me traten, mi alimentación y otras cosas, realmente puede actuar como un padre o al menos como un tutor. De igual forma yo no lo veo así, me intento mentalizar pero no parece que tenga yo una voluntad muy fuerte.
-Ya veo… -y no fue el mejor tema elegido, porque él tiene un trabajo normal y esa otra cosa con gente de la mafia. A veces viene de buen humor y casi a la misma hora, y otros días son como hoy, las cosas parecen difícil. Incluso si pregunto la verdad no quiero saber lo que hizo realmente o de quién era esa sangre salpicada en su ropa.
Me quedé distraída pensando y es hasta que él habla de nuevo que reacciono.
-¿Eh?... oh, no –respondo moviendo la cabeza- ella es muy amable, yo quise hacer algo esta vez –es cierto que al principio me obligaba sin llegar a ser violenta, pero ahora me hace feliz hacer estas cosas. Si no las hago termino encerrada en mi cuarto todo el día, a veces haciendo mi tarea, pero otras veces solo me la paso llorando. Tal vez ella se dio cuenta y por eso me obliga a salir y ayudarla, y aunque es un secreto que tengo del Señor Ueda, no me molesta- ¿Le gustó? Es la primera vez que hago uno -¿sabrá mal?. Pongo un poco en mi plato y me llevo un pedazo a la boca, no es la gran cosa pero sabe un poco rico.
Escuchar su recuerdo me hace conectar con los míos, y es raro que él hable mucho de su persona, pero por alguna razón me siento en confianza- mi mamá hacía gelatinas de limón para nosotros, era un postre cuando era el cumpleaños de alguien –he soltado una sonrisa que viene acompañada de una punzada en mi pecho, recordar esos días me traen felicidad y dolor al mismo tiempo, porque nunca más podré comer de eso que ella preparaba ni ver la cara de mis hermanos. Suelto un suspiro, el silencio me incomoda pero no sé qué más decir
Mia Ueda- Puntos : 105
Fecha de inscripción : 25/06/2016
Edad : 24
Re: Waiting for you [Shinya]
-¿que? pero no, no- me siento un tonto por haber expuesto la forma en que me hablo -no me enojé para nada Mia, no tienes porque disculparte- digo un tanto desanimado porque al parecer por mi emoción solo he hecho que las cosas entre nosotros estén tensas de nuevo.
Sonrío débilmente por el tema de mi trabajo, se que podría contarle sobre aquellos trabajos en los que soy jefe, esas inversiones, sobre esa editorial que compré, o sobre alguno de los bares y restaurantes, pero todo eso es solo para "limpiar" el dinero que gano de mi verdadero trabajo.
Sonrío mas tranquilo cuando dice que esa mujer no le ha obligado a nada.
-entonces si tu quieres hacerlo esta bien- digo con una sonrisa, porque al menos así ya no se la pasa todo el tiempo encerrada en su habitación. Tal vez debería pedirle a Takumi que deje a Emi venir a casa para que juegue ellas estén juntas. Después de todo yo solo compré a Emi por la felicidad de Mia.
-me gustó- declaro llevando otro bocado a mi boca.
La miro cuando habla de su mamá, ella es tan transparente, que ahora me siento mal por haber expuesto un poco de mi pasado, porque ella ha recordado el suyo.
-Mia- dejo de comer y solo me pongo serio, yo la quiero tanto y sufro de solo ver la tristeza en su rostro [color#=990000]-¿quieres que busque a tu familia?-[/color] solo pensar en perderla me hace sentir tan solo, pero creo que después de este tiempo me esta quedando claro que ella no puede ser feliz conmigo, sin importar mis esfuerzos. No puedo ser su padre porque ella no quiere que sea su padre y no puedo ser su amante porque ella no tolera ni siquiera una mirada de ese tipo.
Un escalofrío me recorre ante la duda de su respuesta, pero supongo que lo que dirá es una respuesta obvia.
Sonrío débilmente por el tema de mi trabajo, se que podría contarle sobre aquellos trabajos en los que soy jefe, esas inversiones, sobre esa editorial que compré, o sobre alguno de los bares y restaurantes, pero todo eso es solo para "limpiar" el dinero que gano de mi verdadero trabajo.
Sonrío mas tranquilo cuando dice que esa mujer no le ha obligado a nada.
-entonces si tu quieres hacerlo esta bien- digo con una sonrisa, porque al menos así ya no se la pasa todo el tiempo encerrada en su habitación. Tal vez debería pedirle a Takumi que deje a Emi venir a casa para que juegue ellas estén juntas. Después de todo yo solo compré a Emi por la felicidad de Mia.
-me gustó- declaro llevando otro bocado a mi boca.
La miro cuando habla de su mamá, ella es tan transparente, que ahora me siento mal por haber expuesto un poco de mi pasado, porque ella ha recordado el suyo.
-Mia- dejo de comer y solo me pongo serio, yo la quiero tanto y sufro de solo ver la tristeza en su rostro [color#=990000]-¿quieres que busque a tu familia?-[/color] solo pensar en perderla me hace sentir tan solo, pero creo que después de este tiempo me esta quedando claro que ella no puede ser feliz conmigo, sin importar mis esfuerzos. No puedo ser su padre porque ella no quiere que sea su padre y no puedo ser su amante porque ella no tolera ni siquiera una mirada de ese tipo.
Un escalofrío me recorre ante la duda de su respuesta, pero supongo que lo que dirá es una respuesta obvia.
Shinya Ueda- Puntos : 164
Fecha de inscripción : 20/06/2016
Edad : 41
Re: Waiting for you [Shinya]
No se porqué pero me apena cuando él se disculpa. Hasta siento ganas de sonreír y me llevo la mano a la boca, porque eso podría mal interpretarse; si sonrío un poco puede pensar que le estoy insinuando algo, ¿no?. Eso me decían esas personas apenas me mostraba un poco feliz, que yo pedía eso, que yo provocaba a los hombres con esta cara y por eso estaba en ese lugar. algo en mi siente que eso es mentira, pero aún así no puedo evitar pensar que realmente me he vuelto asquerosa.
-Sí… -respondo ahogando la palabra entre mi mano y mi boca. Bajo la mano lentamente para continuar con la comida. A pesar de que soy una niña, he aprendido a ser un poco más fuerte.
Me cuesta demasiado, no soy como Emi que puede sonreír con honestidad para mi o su padre, admiro lo fuerte que puede ser o la manera tan inocente con que piensa, el cómo, a pesar de todas las cosas horribles que nos hacían, siempre se mantuvo con ese carácter fuerte.
Suelto un suspiro y regreso la vista a él que ha dicho que le gustó el flan. Me siento un poco feliz, extrañamente. Aun tengo pensamientos con esos días por cada pequeña cosa. La comida, mi habitación. Aunque nada sea igual, mi cabeza parece empeñada en encontrar similitudes y comienza a atormentarme. Pero el querer ser tan fuerte como Emi me hace ser también un poco orgullosa, y aunque sigo llorando algunas veces, también he buscado otras formas de salir de esos horribles pensamientos.
-Gracias -respondo sonriendo, la he soltado ahora sin querer y ya solo me queda meterme comida a la boca.
Después de un rato levanto la vista cuando me llama, me pone nerviosa verlo tan serio.
Siento algo invadirme desde adentro, mi boca empieza a temblar ligeramente y siento muchas ganas de llorar. ¿Por qué dice eso?, no creo que esté bromeando, él no haría eso pero ¿por qué?, se supone que me compró y ahora le pertenezco, aunque se comporte como un padre conozco el propósito de esa venta. Y él, me dice eso, ¿por qué?.
-Sí quiero -digo soltando unas lágrimas inevitablemente, hasta mi voz suena más fuerte- quiero ver a mi familia -el llanto no se detiene, y quiero no ser tan débil pero eso no importa ahora, yo quiero regresar a esos días donde me sentía feliz, donde no conocía este lado tan podrido de la vida. Quiero pensar que estando con ellos mis pesadillas van a cesar.
Me quedo un rato en silencio y llevo mis manos a mi cara para limpiar las lágrimas, no parece agradarle la idea de que me vaya, pero si me lo ofrece obviamente voy a aceptar.
-Perdón -digo bajito agachando la vista y apretando mis puños sobre mis piernas.
-Sí… -respondo ahogando la palabra entre mi mano y mi boca. Bajo la mano lentamente para continuar con la comida. A pesar de que soy una niña, he aprendido a ser un poco más fuerte.
Me cuesta demasiado, no soy como Emi que puede sonreír con honestidad para mi o su padre, admiro lo fuerte que puede ser o la manera tan inocente con que piensa, el cómo, a pesar de todas las cosas horribles que nos hacían, siempre se mantuvo con ese carácter fuerte.
Suelto un suspiro y regreso la vista a él que ha dicho que le gustó el flan. Me siento un poco feliz, extrañamente. Aun tengo pensamientos con esos días por cada pequeña cosa. La comida, mi habitación. Aunque nada sea igual, mi cabeza parece empeñada en encontrar similitudes y comienza a atormentarme. Pero el querer ser tan fuerte como Emi me hace ser también un poco orgullosa, y aunque sigo llorando algunas veces, también he buscado otras formas de salir de esos horribles pensamientos.
-Gracias -respondo sonriendo, la he soltado ahora sin querer y ya solo me queda meterme comida a la boca.
Después de un rato levanto la vista cuando me llama, me pone nerviosa verlo tan serio.
Siento algo invadirme desde adentro, mi boca empieza a temblar ligeramente y siento muchas ganas de llorar. ¿Por qué dice eso?, no creo que esté bromeando, él no haría eso pero ¿por qué?, se supone que me compró y ahora le pertenezco, aunque se comporte como un padre conozco el propósito de esa venta. Y él, me dice eso, ¿por qué?.
-Sí quiero -digo soltando unas lágrimas inevitablemente, hasta mi voz suena más fuerte- quiero ver a mi familia -el llanto no se detiene, y quiero no ser tan débil pero eso no importa ahora, yo quiero regresar a esos días donde me sentía feliz, donde no conocía este lado tan podrido de la vida. Quiero pensar que estando con ellos mis pesadillas van a cesar.
Me quedo un rato en silencio y llevo mis manos a mi cara para limpiar las lágrimas, no parece agradarle la idea de que me vaya, pero si me lo ofrece obviamente voy a aceptar.
-Perdón -digo bajito agachando la vista y apretando mis puños sobre mis piernas.
Mia Ueda- Puntos : 105
Fecha de inscripción : 25/06/2016
Edad : 24
Re: Waiting for you [Shinya]
Su sonrisa no pasa desapercibida para mi, y no es porque yo sea un hombre tremendamente observador, sino que ver una sonrisa en su rostro es algo que no pasa todos los días.
Ella no duda en decir que eso quiere hacer, y sus lágrimas no esperan nada para hacerse presentes en su rostro. Es doloroso verla así, escucharla no vacilar ni un poco. He sido demasiado ambicioso al pensar que ella podría preferirme por sobre su familia.
Siento un nudo en mi garganta, y me duele mi pecho, así que me tomo un momento mas para continuar hablando.
-Ya te he dicho que no debes disculparte- digo luego de dar un trago al café, para tratar de que mi voz salga lo mas normal posible -si es los que quieres lo buscaré, los encontraré para ti- digo con mi mirada en el flan porque ahora no puedo mirarla, me siento herido pero se que ella no tiene la culpa de nada.
El café, ni el flan, ni nada ahora me sabe bien, así que dejo de comer y me doy un masaje en la sien.
-contrataré a un investigador privado mañana mismo- digo peinando mi cabello húmedo mientras empujo con la otra mano la comida y el café -hoy llegué muy tarde, deberías ir a dormir- apoyo mi mano en la mesa para ponerme de pie -buenas noches Mia- le digo con voz suave y con una débil sonrisa.
De repente siento un cansancio asombro, como si todo el cansancio de mi trabajo me golpeara de repente. Cierro la puerta de mi habitación y camino a mi cama desabotonando mi camisa y me dejo caer en el colchón. Saco mi celular y marco aquel número, pero de inmediato cancelo la llamada y abro la aplicación para mandar mensajes.
"Consigue un investigador privado para mañana" es el mensaje que mando a Takumi y luego busco otro contacto "Hola Jiro ¿Te gustaría ir a cenar el próximo sábado?"
Dejo que el celular se deslice de mi mano hasta el colchón y suelto el aire en mis pulmones. Creo que no siquiera me quitaré la ropa, solo me dormiré y ya, solo quiero dormir y olvidar por un rato lo que acaba de pasar.
Ella no duda en decir que eso quiere hacer, y sus lágrimas no esperan nada para hacerse presentes en su rostro. Es doloroso verla así, escucharla no vacilar ni un poco. He sido demasiado ambicioso al pensar que ella podría preferirme por sobre su familia.
Siento un nudo en mi garganta, y me duele mi pecho, así que me tomo un momento mas para continuar hablando.
-Ya te he dicho que no debes disculparte- digo luego de dar un trago al café, para tratar de que mi voz salga lo mas normal posible -si es los que quieres lo buscaré, los encontraré para ti- digo con mi mirada en el flan porque ahora no puedo mirarla, me siento herido pero se que ella no tiene la culpa de nada.
El café, ni el flan, ni nada ahora me sabe bien, así que dejo de comer y me doy un masaje en la sien.
-contrataré a un investigador privado mañana mismo- digo peinando mi cabello húmedo mientras empujo con la otra mano la comida y el café -hoy llegué muy tarde, deberías ir a dormir- apoyo mi mano en la mesa para ponerme de pie -buenas noches Mia- le digo con voz suave y con una débil sonrisa.
De repente siento un cansancio asombro, como si todo el cansancio de mi trabajo me golpeara de repente. Cierro la puerta de mi habitación y camino a mi cama desabotonando mi camisa y me dejo caer en el colchón. Saco mi celular y marco aquel número, pero de inmediato cancelo la llamada y abro la aplicación para mandar mensajes.
"Consigue un investigador privado para mañana" es el mensaje que mando a Takumi y luego busco otro contacto "Hola Jiro ¿Te gustaría ir a cenar el próximo sábado?"
Dejo que el celular se deslice de mi mano hasta el colchón y suelto el aire en mis pulmones. Creo que no siquiera me quitaré la ropa, solo me dormiré y ya, solo quiero dormir y olvidar por un rato lo que acaba de pasar.
Shinya Ueda- Puntos : 164
Fecha de inscripción : 20/06/2016
Edad : 41
Re: Waiting for you [Shinya]
Mi corazón palpita rápido por los nervios, la esperanza y a la vez el miedo. Solté una respuesta sin meditar, pero no creo que haya algo que deba pensar. Mis padres seguro estarán felices de verme como yo lo deseo, mis recuerdos felices son sobre ellos, nunca quise alejarme de mi familia y si tengo una oportunidad de regresar, por pequeña que sea, la quiero.
-Gracias -suelto con la cabeza agachada. No parece convencido, tengo miedo que cambie de parecer pero debo aprender a confiar en él, es lo último que me queda.
-Mañana… -es muy pronto, y mis ojos tratan de encontrarlo para ver si puedo convencerme de que esto es real, pero su mirada me esquiva. Esto se siente raro, generalmente soy yo quien no quiere hacer contacto pero… ahora es él quien busca irse.
No entiendo porqué se siente mal, no tendrá que lidiar conmigo. ¿Se sentirá solo?. No pensé ni una vez en sus sentimientos, solo ahora que él demuestra que es realmente una buena persona.
Cuando él se despide solo me quedo siguiéndole con la mirada, son tantas cosas las que siento que lo único que se me cruzó por la cabeza es ir y darle un abrazo en agradecimiento, pero mi cuerpo queda quieto por ese miedo.
Después de recoger la mesa y dejar los platos limpios, corro al baño para poder dormir. Es muy tarde, y como siempre me pongo ese pijama de short con camiseta que es a juego con el de Emi.
-Buenas noches -Bajo la manta y me meto en la cama sin dejar el cuarto a oscuras, pues la lámpara sobre el buró se ha quedado encendida.
No tardo en conciliar el sueño, es realmente tarde y el señor Ueda me ha acostumbrado a dormir temprano, son raras las veces que me hace esperar tanto.
Por alguna razón extraña me siento en paz, estoy sentada en el pasto, me pican las piernas por el roce pero el viento es muy agradable, no hago esfuerzo por moverme y sigo jugando con esa florecita blanca entre mis dedos.
-Mamá -me levanto a prisa y corro hasta ella, dejando que el peso de mi cuerpo golpeé descuidadamente sobre su estómago y pecho, y ella ríe con esa voz suavesita que suele contarme historias algunas veces.
“Eres una zorra ofrecida, hasta te lanzaste sobre mí”
Mis manos se impulsan hacia delante para tomar distancia de aquel hombre desagradable. Giro mi cabeza buscando a mi madre, a alguien, pero solo están esas mujeres que tienen el mismo destino que yo.
El hombre me toma del cabello y yo solo grito, luego me arrastra hasta uno de esos cuartos en estado deplorable. Huele a tabaco, alcohol y pipí.
-¡Suéltame! -él me avienta sobre el colchón y antes de que pueda apoyar mis manos para levantarme, su peso cae sobre mi. Sus dientes chuecos se hacen notar y luego se relame los labios, posando una mano sobre mi muñeca que intenta golpearlo y la otra en mi pecho que no tiene prenda alguna para impedir que sus manos ásperas comiencen a lastimarme- ¡Por favor! -el llanto se hace más fuerte y el sonido de su cinturón me hace soltar un quejido, sus manos sobre mi pecho se sienten asquerosas, y aunque cierro los ojos con fuerza puedo ver todavía su sonrisa.
El ardor entre mis piernas, el dolor de mi cabeza por el cabello siendo jalado, las cachetadas, las patadas. Todo pasa tan rápido que empieza a ser difícil respirar, incluso llorar se vuelve imposible porque mi boca no hace mas que soltar gritos que parece ahogarse, pues nadie me ayuda.
-¡No! ¡No! ¡No!
-Gracias -suelto con la cabeza agachada. No parece convencido, tengo miedo que cambie de parecer pero debo aprender a confiar en él, es lo último que me queda.
-Mañana… -es muy pronto, y mis ojos tratan de encontrarlo para ver si puedo convencerme de que esto es real, pero su mirada me esquiva. Esto se siente raro, generalmente soy yo quien no quiere hacer contacto pero… ahora es él quien busca irse.
No entiendo porqué se siente mal, no tendrá que lidiar conmigo. ¿Se sentirá solo?. No pensé ni una vez en sus sentimientos, solo ahora que él demuestra que es realmente una buena persona.
Cuando él se despide solo me quedo siguiéndole con la mirada, son tantas cosas las que siento que lo único que se me cruzó por la cabeza es ir y darle un abrazo en agradecimiento, pero mi cuerpo queda quieto por ese miedo.
Después de recoger la mesa y dejar los platos limpios, corro al baño para poder dormir. Es muy tarde, y como siempre me pongo ese pijama de short con camiseta que es a juego con el de Emi.
-Buenas noches -Bajo la manta y me meto en la cama sin dejar el cuarto a oscuras, pues la lámpara sobre el buró se ha quedado encendida.
No tardo en conciliar el sueño, es realmente tarde y el señor Ueda me ha acostumbrado a dormir temprano, son raras las veces que me hace esperar tanto.
Por alguna razón extraña me siento en paz, estoy sentada en el pasto, me pican las piernas por el roce pero el viento es muy agradable, no hago esfuerzo por moverme y sigo jugando con esa florecita blanca entre mis dedos.
-Mamá -me levanto a prisa y corro hasta ella, dejando que el peso de mi cuerpo golpeé descuidadamente sobre su estómago y pecho, y ella ríe con esa voz suavesita que suele contarme historias algunas veces.
“Eres una zorra ofrecida, hasta te lanzaste sobre mí”
Mis manos se impulsan hacia delante para tomar distancia de aquel hombre desagradable. Giro mi cabeza buscando a mi madre, a alguien, pero solo están esas mujeres que tienen el mismo destino que yo.
El hombre me toma del cabello y yo solo grito, luego me arrastra hasta uno de esos cuartos en estado deplorable. Huele a tabaco, alcohol y pipí.
-¡Suéltame! -él me avienta sobre el colchón y antes de que pueda apoyar mis manos para levantarme, su peso cae sobre mi. Sus dientes chuecos se hacen notar y luego se relame los labios, posando una mano sobre mi muñeca que intenta golpearlo y la otra en mi pecho que no tiene prenda alguna para impedir que sus manos ásperas comiencen a lastimarme- ¡Por favor! -el llanto se hace más fuerte y el sonido de su cinturón me hace soltar un quejido, sus manos sobre mi pecho se sienten asquerosas, y aunque cierro los ojos con fuerza puedo ver todavía su sonrisa.
El ardor entre mis piernas, el dolor de mi cabeza por el cabello siendo jalado, las cachetadas, las patadas. Todo pasa tan rápido que empieza a ser difícil respirar, incluso llorar se vuelve imposible porque mi boca no hace mas que soltar gritos que parece ahogarse, pues nadie me ayuda.
-¡No! ¡No! ¡No!
Mia Ueda- Puntos : 105
Fecha de inscripción : 25/06/2016
Edad : 24
Re: Waiting for you [Shinya]
Un gracias de su parte, tal vez el mas sincero que he tenido desde que vive conmigo. Pero ahora no es el momento para sentirme hipnotizado por cualquier gesto que ella tenga. Aunque al menos es hace que el pesar en mi corazón no se sienta tan pesado, después de todo, esto es para hacerla feliz.
Asiento para confirmar que empezaremos con esto lo más rápido posible. Creo que si lo medito demasiado solo me arrepentiré.
-si tenemos suerte será cosa de unos días para tener noticias de ellos- será un trabajo tal vez demasiado rápido, ella no esta en la situación de Emi, que sus recuerdos son estando siempre en ese lugar, Mia tuvo una vida normal, una familia, un nombre. Me siento culpable pero desearía un poco que Mia supiera nada como lo hace su amiga.
Retiro el parche de mi ojo para poder dormir y solo me preocupo por dejar mis pies descalzos. Me quedo con la ropa tal y como estaba y solo me acomodo en mi colchón. Hoy se siente mas vacío de lo normal, pero se que solo es causa de lo que estoy sintiendo.
Mi celular suena, imagino que es Takumi, el siempre contesta a mis mensajes, pero no me molesto en leerlo, ahora no creo poder lidiar con las palabras que tenga para mi. Creo que mañana mas que esperar su guia, me refugiaré un rato en sus brazos. Suena patético, pero necesito un buen abrazo reconfortante y eso es algo que solo encuentro en él.
Mi dedo da golpecitos en la pantalla de mi celular pero Jiro sigue sin contestar, ¿estará dormido o solo se hace el difícil? no creo que sea lo segundo, porque eso hombre no tiene mucho de difícil, pero tiene un cierto encanto que me atrae.
-es lindo- me digo como respuesta a mis pensamientos.
La oscuridad me ha invadido en algún momento donde el sueño a comenzado a ganar terreno. Al menos de esta manera estoy dejando de pensar en ella, en que muy pronto podría perderla.
Solo escuchar esa voz que rompe el silencio me hace saltar de la cama, estiro mi mano al buró donde tomo mi arma de salgo corriendo hasta la habitación de Mia. Abro la puerta de manera brusca, no estoy pensando, solo quiero salvarla. Pero ella esta en su cama, agitada -una pesadilla- me digo con mas calma dejando mi arma en su buró, y con mis dedos doy unos toquecitos en su cabeza para despertarla -Mia... Mia- repito su nombre una y otra vez con voz suave hasta que comienza a despertar. Yo doy un par de pasos para alejarme de su cama, se que si despierta y me ve tan cerca se asustará -te traeré agua- anuncio tomando mi arma y saliendo de su habitación.
Voy a la cocina por un vaso con agua, tiempo que aprovecho para calmarme un poco. Mi corazón esta agitado por la preocupación que sentía por ella. No es la primera vez que tiene pesadillas, pero no puedo acostumbrarme, desearía poder salvarla incluso en sus sueños, pero no puedo, soy tan inútil a la hora de cuidarla.
Regreso sobre mis pasos y le entrego el agua y me siento en el suelo recargando mi espalda en el buró.
-me asustaste mucho, pensé que... - me detengo porque no se que decirle -desearía poder salvarte hasta de tus pesadillas, lo siento- saco mi arma de nuevo y la dejo sobre el colchón -tómala- le animo -me quedaré en el suelo para despertarte si vuelves a tener una pesadilla, pero se que no te gustará la idea, así que toma el arma, para que sepas que podrás defenderte- por lo general cuando ella tiene pesadillas, yo simplemente hago guardia fuera de su habitación, pero hoy me siento muy cansado -te juro que no te tocaré- declaro apoyando mi nuca en el filo de aquel mueve, es un poco incomodo, pero realmente no me importa.
Asiento para confirmar que empezaremos con esto lo más rápido posible. Creo que si lo medito demasiado solo me arrepentiré.
-si tenemos suerte será cosa de unos días para tener noticias de ellos- será un trabajo tal vez demasiado rápido, ella no esta en la situación de Emi, que sus recuerdos son estando siempre en ese lugar, Mia tuvo una vida normal, una familia, un nombre. Me siento culpable pero desearía un poco que Mia supiera nada como lo hace su amiga.
Retiro el parche de mi ojo para poder dormir y solo me preocupo por dejar mis pies descalzos. Me quedo con la ropa tal y como estaba y solo me acomodo en mi colchón. Hoy se siente mas vacío de lo normal, pero se que solo es causa de lo que estoy sintiendo.
Mi celular suena, imagino que es Takumi, el siempre contesta a mis mensajes, pero no me molesto en leerlo, ahora no creo poder lidiar con las palabras que tenga para mi. Creo que mañana mas que esperar su guia, me refugiaré un rato en sus brazos. Suena patético, pero necesito un buen abrazo reconfortante y eso es algo que solo encuentro en él.
Mi dedo da golpecitos en la pantalla de mi celular pero Jiro sigue sin contestar, ¿estará dormido o solo se hace el difícil? no creo que sea lo segundo, porque eso hombre no tiene mucho de difícil, pero tiene un cierto encanto que me atrae.
-es lindo- me digo como respuesta a mis pensamientos.
La oscuridad me ha invadido en algún momento donde el sueño a comenzado a ganar terreno. Al menos de esta manera estoy dejando de pensar en ella, en que muy pronto podría perderla.
Solo escuchar esa voz que rompe el silencio me hace saltar de la cama, estiro mi mano al buró donde tomo mi arma de salgo corriendo hasta la habitación de Mia. Abro la puerta de manera brusca, no estoy pensando, solo quiero salvarla. Pero ella esta en su cama, agitada -una pesadilla- me digo con mas calma dejando mi arma en su buró, y con mis dedos doy unos toquecitos en su cabeza para despertarla -Mia... Mia- repito su nombre una y otra vez con voz suave hasta que comienza a despertar. Yo doy un par de pasos para alejarme de su cama, se que si despierta y me ve tan cerca se asustará -te traeré agua- anuncio tomando mi arma y saliendo de su habitación.
Voy a la cocina por un vaso con agua, tiempo que aprovecho para calmarme un poco. Mi corazón esta agitado por la preocupación que sentía por ella. No es la primera vez que tiene pesadillas, pero no puedo acostumbrarme, desearía poder salvarla incluso en sus sueños, pero no puedo, soy tan inútil a la hora de cuidarla.
Regreso sobre mis pasos y le entrego el agua y me siento en el suelo recargando mi espalda en el buró.
-me asustaste mucho, pensé que... - me detengo porque no se que decirle -desearía poder salvarte hasta de tus pesadillas, lo siento- saco mi arma de nuevo y la dejo sobre el colchón -tómala- le animo -me quedaré en el suelo para despertarte si vuelves a tener una pesadilla, pero se que no te gustará la idea, así que toma el arma, para que sepas que podrás defenderte- por lo general cuando ella tiene pesadillas, yo simplemente hago guardia fuera de su habitación, pero hoy me siento muy cansado -te juro que no te tocaré- declaro apoyando mi nuca en el filo de aquel mueve, es un poco incomodo, pero realmente no me importa.
Shinya Ueda- Puntos : 164
Fecha de inscripción : 20/06/2016
Edad : 41
Re: Waiting for you [Shinya]
Al abrir los ojos siento esa taquicardia que proviene de mi pecho, poco a poco logro enfocar al Señor Ueda, porque despertar ha sido complicado y apenas voy entendiendo que eso era nada más una pesadilla. Mis manos tiemblan y despacio me voy sentando en la cama, he tardado un poco en abrir los ojos por completo, me siento aturdida y no digo más cuando él va fuera del cuarto por agua.
Limpio en mi cara las lágrimas y doy un suspiro, el recuerdo es vivo, el olor. Es extraño que incluso esas buenas noticias me inducen a las pesadillas, estoy cansada de pensar en todo eso, de siempre despertar con miedo, ser desconfiada, odiar el contacto, a los hombres. Estoy harta de ni siquiera querer el abrazo de él para conformarme porque la sola idea de tocarlo me aterra. A veces pienso que solo debería morirme.
El llanto amenaza con salir y aprieto fuerte mis labios, exhalo exageradamente para calmarme, no puedo pasarme la vida llorando, y ahora tengo mucho sueño, aunque también temo dormir y regresar a esa pesadilla. Le veo entrar de nuevo y desvio la mirada, y estiro mi mano para recibir el agua para de inmediato tomar un trago, quiero pasar el mal sabor de mi boca.
¿Por qué se disculpa?, él no puede hacer nada, lo que pasó ya no se puede remediar. Y sin embargo yo también desearía que me salvara de este infierno, de mis recuerdos, pero no puede, probablemente mi familia tampoco lo haga y yo seré así siempre.
-No es tu culpa -hablo bajo mientras sostengo el vaso entre mis manos y miro el agua, me apena confrontarlo, porque realmente no sé qué pienso de él. A veces me agrada, y pienso que podría vivir feliz siendo su hija. Pero también me da miedo, de repente me ve extraño, y más probable es que yo lo sienta así por todas las veces en que me vieron como un objeto, y no puedo percibir ya de otra forma la mirada de los hombres.
Cuando veo el arma por fin busco sus ojos, no es algo nuevo para mi el saber que la tiene, pero sí que me la ofrezca, y más el hecho de saber que se quedará aquí, conmigo.
-Yo… -no quiero, quiero que salga. Ya sé que no me hará nada, pudo tomar cualquier otra oportunidad pero me sigue incomodando, y… esto es extraño, ni siquiera entiendo por qué me pone tan nerviosa. Me da miedo, pero él no me da asco como los demás- no podría usar eso- me estiro hasta el buró y dejo el vaso con agua- y se va a enfermar en el suelo -vamos, córrelo, de la manera en que sea que lo diga él me hará caso, ¿por qué no solo le dices que se vaya?. Aprieto la frazada con mis manos y me levanto al ropero, saco una de las cobijas limpias y la dejo junto al arma que él me ha ofrecido.
-Yo no quiero que estés aquí -digo por fin, pero de inmediato me arrepiento- pero tampoco quiero estar sola, tengo miedo -me desplomo lentamente hasta quedar sentada en el suelo y de nuevo empiezo a llorar, si de algo me he dado cuenta es que las noches son el peor momento para mi, cuando duermo sin soñar amanezco bien, pero la mayoría del tiempo no tengo tanta suerte.
Limpio en mi cara las lágrimas y doy un suspiro, el recuerdo es vivo, el olor. Es extraño que incluso esas buenas noticias me inducen a las pesadillas, estoy cansada de pensar en todo eso, de siempre despertar con miedo, ser desconfiada, odiar el contacto, a los hombres. Estoy harta de ni siquiera querer el abrazo de él para conformarme porque la sola idea de tocarlo me aterra. A veces pienso que solo debería morirme.
El llanto amenaza con salir y aprieto fuerte mis labios, exhalo exageradamente para calmarme, no puedo pasarme la vida llorando, y ahora tengo mucho sueño, aunque también temo dormir y regresar a esa pesadilla. Le veo entrar de nuevo y desvio la mirada, y estiro mi mano para recibir el agua para de inmediato tomar un trago, quiero pasar el mal sabor de mi boca.
¿Por qué se disculpa?, él no puede hacer nada, lo que pasó ya no se puede remediar. Y sin embargo yo también desearía que me salvara de este infierno, de mis recuerdos, pero no puede, probablemente mi familia tampoco lo haga y yo seré así siempre.
-No es tu culpa -hablo bajo mientras sostengo el vaso entre mis manos y miro el agua, me apena confrontarlo, porque realmente no sé qué pienso de él. A veces me agrada, y pienso que podría vivir feliz siendo su hija. Pero también me da miedo, de repente me ve extraño, y más probable es que yo lo sienta así por todas las veces en que me vieron como un objeto, y no puedo percibir ya de otra forma la mirada de los hombres.
Cuando veo el arma por fin busco sus ojos, no es algo nuevo para mi el saber que la tiene, pero sí que me la ofrezca, y más el hecho de saber que se quedará aquí, conmigo.
-Yo… -no quiero, quiero que salga. Ya sé que no me hará nada, pudo tomar cualquier otra oportunidad pero me sigue incomodando, y… esto es extraño, ni siquiera entiendo por qué me pone tan nerviosa. Me da miedo, pero él no me da asco como los demás- no podría usar eso- me estiro hasta el buró y dejo el vaso con agua- y se va a enfermar en el suelo -vamos, córrelo, de la manera en que sea que lo diga él me hará caso, ¿por qué no solo le dices que se vaya?. Aprieto la frazada con mis manos y me levanto al ropero, saco una de las cobijas limpias y la dejo junto al arma que él me ha ofrecido.
-Yo no quiero que estés aquí -digo por fin, pero de inmediato me arrepiento- pero tampoco quiero estar sola, tengo miedo -me desplomo lentamente hasta quedar sentada en el suelo y de nuevo empiezo a llorar, si de algo me he dado cuenta es que las noches son el peor momento para mi, cuando duermo sin soñar amanezco bien, pero la mayoría del tiempo no tengo tanta suerte.
Mia Ueda- Puntos : 105
Fecha de inscripción : 25/06/2016
Edad : 24
Re: Waiting for you [Shinya]
No es mi culpa dice ella, y tiene razón, yo no puedo hacer nada para aliviar todo ese peso y dolor que ella tiene. Puedo imaginar un poco de lo que ella vivió, porque yo padecí algo similar. Con la diferencia de que yo no hice mas que entregarme al enojo y rencor, pero en cambio ella sigue conservando un grado de pureza que solo una persona maravillosa podría tener.
Solo bajo la mirada porque no se que decirle, no tengo palabras ni excusas. ¿Que me hace diferente a todos esos hombre que la lastimaron? que yo la amo, la amo con arrebatador deseo y anhelo. Fue verla en aquel lugar, sus ojos, sus labios, su cabello, mas allá del cuerpo deseable que ha desarrollado, solo quería poder cuidar de esa de quien no podía descifrar esa mirada. Haría lo que fuera por ella, hacerla feliz es mi mayor anhelo y mi frustración va en aumento porque solo no consigo nada.
claro que puedes le animo, aunque en el fondo espero que sus nervios no la lleven a eso, porque sería imposible que Takumi contuviera su ira contra ella en caso de que por mala suerte ella llegara a matarme -tal vez sea un poco pesada para ti, pero si la tomas con las dos manos podrás usarla, es semiautomática, así que no debería ser problema que dispares, solo aprietas el gatillo y ya- digo como si le estuviera dando una pequeña clase sobre eso, y es solo apenas que se me ocurre pero antes de poder decir algo ella habla de nuevo -no enfermaría por algo como eso- ¿que persona enferma por algo así? debe ser alguien realmente débil, y ese no es mi caso, mis defensas contra enfermedades son realmente buenas y enfermarme es algo que no ocurre muy seguido.
No, claro que ella no aceptará que me quede, ni siquiera he logrado ganarme su confianza, supongo que dormiré en el pasillo...
La miro como lentamente queda en el suelo. Tengo tantas ganas de acercarme a ella y abrazarla, pero no puedo hacer, solo me acerco un poco dejando una distancia de varios centímetros entre nosotros y la distancia que queda la recorro con mi mano, para colocarla junto a la de ella, solo a un lado con alguno milímetros que hace que no la toque.
-te cuidaré, de quien sea- buscaré a cada uno de los que te daño, de los que te tocó y los haré pagar, cada uno de ellos sufrirá hasta el punto de que pedirán morir, suplicaran por ello. Pero existe algo que me preocupa, ese miedo que ella tiene, esa debilidad que demuestra con tanta claridad, cualquiera podría volver a intentar sacar provecho de eso y aunque yo puedo cuidarla por siempre, aunque esté con sus padres, deseo que ella supere sus miedos. Debe aprender a defenderse -mientras estés conmigo no debes tener miedo, nadie te tocará, ni te lastimaran- lo mas seguro es que mis palabras no importen, porque ella no conseguirá sentirse segura nunca, al menos no hasta que decida afrontar su pasado.
Apenas ella se calma un poco me percato de que no traigo mis guantes, e incluso mi ropa desaliñada que deja también torso lleno de heridas y quemaduras. Retiro mi mano muy rápido para que no la vea y cierro mi ropa con prisa, con mi mano checo que mi ojo este cubierto y oculto mis manos detrás de mi espalda.
-mañana comenzarás a ir a otras clases, aprenderás a defenderte, a usar un arma. A mi eso fue lo que me ayudó- digo bajando la mirada pues aun siento enojo de lo que viví cuando era apenas un niño. Ese trauma me convirtió en el monstruo que soy ahora, pero ella es mas fuerte que yo, seguro no terminará con algo roto en su cabeza como a mi me pasó. Estiro mi manos para tomar las mantas cuidando de que las mismas no dejen mis manos al descubierto y me voy lo mas alejado de ella que puedo y las acomodo en el piso.
Solo bajo la mirada porque no se que decirle, no tengo palabras ni excusas. ¿Que me hace diferente a todos esos hombre que la lastimaron? que yo la amo, la amo con arrebatador deseo y anhelo. Fue verla en aquel lugar, sus ojos, sus labios, su cabello, mas allá del cuerpo deseable que ha desarrollado, solo quería poder cuidar de esa de quien no podía descifrar esa mirada. Haría lo que fuera por ella, hacerla feliz es mi mayor anhelo y mi frustración va en aumento porque solo no consigo nada.
claro que puedes le animo, aunque en el fondo espero que sus nervios no la lleven a eso, porque sería imposible que Takumi contuviera su ira contra ella en caso de que por mala suerte ella llegara a matarme -tal vez sea un poco pesada para ti, pero si la tomas con las dos manos podrás usarla, es semiautomática, así que no debería ser problema que dispares, solo aprietas el gatillo y ya- digo como si le estuviera dando una pequeña clase sobre eso, y es solo apenas que se me ocurre pero antes de poder decir algo ella habla de nuevo -no enfermaría por algo como eso- ¿que persona enferma por algo así? debe ser alguien realmente débil, y ese no es mi caso, mis defensas contra enfermedades son realmente buenas y enfermarme es algo que no ocurre muy seguido.
No, claro que ella no aceptará que me quede, ni siquiera he logrado ganarme su confianza, supongo que dormiré en el pasillo...
La miro como lentamente queda en el suelo. Tengo tantas ganas de acercarme a ella y abrazarla, pero no puedo hacer, solo me acerco un poco dejando una distancia de varios centímetros entre nosotros y la distancia que queda la recorro con mi mano, para colocarla junto a la de ella, solo a un lado con alguno milímetros que hace que no la toque.
-te cuidaré, de quien sea- buscaré a cada uno de los que te daño, de los que te tocó y los haré pagar, cada uno de ellos sufrirá hasta el punto de que pedirán morir, suplicaran por ello. Pero existe algo que me preocupa, ese miedo que ella tiene, esa debilidad que demuestra con tanta claridad, cualquiera podría volver a intentar sacar provecho de eso y aunque yo puedo cuidarla por siempre, aunque esté con sus padres, deseo que ella supere sus miedos. Debe aprender a defenderse -mientras estés conmigo no debes tener miedo, nadie te tocará, ni te lastimaran- lo mas seguro es que mis palabras no importen, porque ella no conseguirá sentirse segura nunca, al menos no hasta que decida afrontar su pasado.
Apenas ella se calma un poco me percato de que no traigo mis guantes, e incluso mi ropa desaliñada que deja también torso lleno de heridas y quemaduras. Retiro mi mano muy rápido para que no la vea y cierro mi ropa con prisa, con mi mano checo que mi ojo este cubierto y oculto mis manos detrás de mi espalda.
-mañana comenzarás a ir a otras clases, aprenderás a defenderte, a usar un arma. A mi eso fue lo que me ayudó- digo bajando la mirada pues aun siento enojo de lo que viví cuando era apenas un niño. Ese trauma me convirtió en el monstruo que soy ahora, pero ella es mas fuerte que yo, seguro no terminará con algo roto en su cabeza como a mi me pasó. Estiro mi manos para tomar las mantas cuidando de que las mismas no dejen mis manos al descubierto y me voy lo mas alejado de ella que puedo y las acomodo en el piso.
Shinya Ueda- Puntos : 164
Fecha de inscripción : 20/06/2016
Edad : 41
Re: Waiting for you [Shinya]
¿Puedo?, siempre me he considerado débil, pero en mis pesadillas y recuerdo desearía haberla tenido y disparar a cada una de las personas que me hizo daño, también a aquellos que abusaban de Emi. Desearía ser más fuerte y tener la voluntad de ir tras esa gente. Pero son solo sueños estúpidos, soy una niña inútil ante la experiencia de ellos, y además, pondría en peligro a él y a Emi sólo por mis pensamientos de niña tonta.
Observo el arma y desvío de nuevo la mirada, si es tan fácil manejarla tal vez me debería dar una, pero seguro termino haciendo mal uso de ella por culpa de mi paranóia.
-Tal vez… aunque no podría dispararle a usted, ha sido… -es difícil admitirlo, porque la manera en que llegué a sus manos es desagradable- ha sido una buena persona conmigo -y sin embargo, bueno, debo admitirlo. Por la señora Tanaka que me ha ayudado a conocer esos lados buenos que presume de él, por Emi que puedo ver diario, gracias a él estoy aquí, en una cama cálida y no bajo la custodia de otro de esos desagradables violadores. Debería estar agradecida, eso ya lo sé, pero no es tan fácil.
¿Realmente puedo creer en eso?, mis pesadillas son algo incontrolable pero la realidad, el miedo de salir a las calles, ¿puedo confiar que él no va a permitir que nadie me toque?. Es probable ya que siempre, en cuanto suelto alguna queja el corre a mi ignorando todo lo demás, es un buen padre si me lo planteo en mi cabeza, solo debo ignorar un poco esa parte donde su mirada se vuelve extraña. Debo intentarlo, si en verdad regresaré a casa, los días que esté aquí debo mostrarme más tranquila, de todos modos, debo superarlo algún día. Ahora que estoy despierta mi determinación es un poco más firme, así que no es tan malo pensar que él me cuidará, que yo trataré de usar el arma, que pronto me iré de este horrible país.
Miro su mano cerca de la mía, no me moví por miedo a su tacto, pero al final él solo la deja ahí y siento mi pecho un poco afligido. Quiero un abrazo, tal vez debería decirle a Emi que duerma aquí el fin de semana, ella es la única persona que puedo tocar.
-Está bien… -respondo confundida. Es cierto, eso me hará sentir segura incluso de él.
Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me percaté de lo desaliñada que estaba su ropa, y al sentirme calmada, con el arma cerca de mi sobre el buró y él en el extremo alejado de mi cama, pude acostarme y cerrar los ojos.
-Buenas noches -digo bajito, no quiero pensar que estamos en la misma pieza, solo haré como si no hubiera soñado nada, como si estuviera bien. Porque el sueño me vence y las preocupaciones se van con el.
Observo el arma y desvío de nuevo la mirada, si es tan fácil manejarla tal vez me debería dar una, pero seguro termino haciendo mal uso de ella por culpa de mi paranóia.
-Tal vez… aunque no podría dispararle a usted, ha sido… -es difícil admitirlo, porque la manera en que llegué a sus manos es desagradable- ha sido una buena persona conmigo -y sin embargo, bueno, debo admitirlo. Por la señora Tanaka que me ha ayudado a conocer esos lados buenos que presume de él, por Emi que puedo ver diario, gracias a él estoy aquí, en una cama cálida y no bajo la custodia de otro de esos desagradables violadores. Debería estar agradecida, eso ya lo sé, pero no es tan fácil.
¿Realmente puedo creer en eso?, mis pesadillas son algo incontrolable pero la realidad, el miedo de salir a las calles, ¿puedo confiar que él no va a permitir que nadie me toque?. Es probable ya que siempre, en cuanto suelto alguna queja el corre a mi ignorando todo lo demás, es un buen padre si me lo planteo en mi cabeza, solo debo ignorar un poco esa parte donde su mirada se vuelve extraña. Debo intentarlo, si en verdad regresaré a casa, los días que esté aquí debo mostrarme más tranquila, de todos modos, debo superarlo algún día. Ahora que estoy despierta mi determinación es un poco más firme, así que no es tan malo pensar que él me cuidará, que yo trataré de usar el arma, que pronto me iré de este horrible país.
Miro su mano cerca de la mía, no me moví por miedo a su tacto, pero al final él solo la deja ahí y siento mi pecho un poco afligido. Quiero un abrazo, tal vez debería decirle a Emi que duerma aquí el fin de semana, ella es la única persona que puedo tocar.
-Está bien… -respondo confundida. Es cierto, eso me hará sentir segura incluso de él.
Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me percaté de lo desaliñada que estaba su ropa, y al sentirme calmada, con el arma cerca de mi sobre el buró y él en el extremo alejado de mi cama, pude acostarme y cerrar los ojos.
-Buenas noches -digo bajito, no quiero pensar que estamos en la misma pieza, solo haré como si no hubiera soñado nada, como si estuviera bien. Porque el sueño me vence y las preocupaciones se van con el.
Mia Ueda- Puntos : 105
Fecha de inscripción : 25/06/2016
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