Normal Day -Shinya-

Dar citas médicas en consultorio general es menos tedioso que estar en el área de pediatría, aunque también debo pasar más tiempo en el hospital, pero al menos soportar las personas con sus diferenciales sacados de internet es más divertido que tener que tratar un montón de niños.
-Abra bien su boca -metí el abatelenguas en la boca del paciente y con la otra mano coloqué la lámpara cerca de su boca, siempre uso guantes y cubreboca a la hora de revisar el mínimo proceso. Las personas piensan que es medida preventiva e incluso se sienten más cómodas al yo tener una buena higiene, pero la verdad me provoca un poco de asco el tocar ciertas partes de su cuerpo directamente- tiene amigdalitis estreptocócica -tiré la palita de manera y los guantes al bote de basura y me acomodé en la silla al otro lado del paciente- presenta inflamación en las amígdalas y la garganta la tiene enrojecida, le daremos antibiótico para disminuir su fiebre y la inflamación. Se sentirá mejor después del tratamiento, y en caso de que sus molestias persistan no dude en regresar -me puse a teclear la receta en la computadora, la persona, una mujer de unos cincuenta años no paraba de decir que le dolía demasiado y no podía ni comer, además de mencionar cómo su sobrino de quince años había investigado y ella podía tener cáncer de esófago- solo es una infección, señora, pero si le hace sentir mejor puedo mandarle a hacer una biometría hemática para su tranquilidad -le regalé mi mejor sonrisa y ella parecía satisfecha, no presté atención a lo demás y me concentré en emitir la orden y su receta- aquí tiene, allí dice el horario, vaya directamente a laboratorio ese día y sin haber consumido alimento o agua doce horas antes.

Me despedí de la paciente y al salir ella me dejé caer en la silla, parece que era la última de hoy, es muy tarde ya y no he comido nada. Quiero regresar a casa y ver a Emi, ¿habrá hecho algo malo hoy?. Además tengo pendiente encargarme de su profesor, pero con el trabajo tan apretado y la investigación que estoy haciendo para Shinya, además de esos trabajos extra no me queda mucho tiempo.
Abrí el cajón del escritorio y saqué un cigarro, allí adentro tengo una paleta de chocolate que me dio una mamá y su hijo en agradecimiento.
-Qué asco -no me gustan las cosas dulces, y no dude en lanzar el dulce al bote de basura mientras jalaba el humo del cigarro, tengo que alistarme pero no quiero salir, la secretaria de turno está siendo una molestia, al menos ya aprendió que no debe entrar a menos que yo la llame. Mujer idiota.

Cuento con muy poco tiempo estos días, entre todos los negocios tanto legales como los que no, mi familia que ha crecido, mi relación de pareja y la inminente desaparición  de Mia ne mi vida, me siento realmente estresado. Así que hoy me he arreglado un poco de tiempo para pasar un rato con la única persona que no me hará sentir el peso de mis obligaciones.

Extraño solo pasar un rato con él sin preocuparme por nada más, y hoy lo necesito. Sonrio un poco por la idea, ya soy un hombre adulto que no debería dejas sus obligaciones de lado, pero por unas horas no creo que mueran demasiadas personas.
Camino por los pasillos del hospital hasta su consultorio pero la secretaria me dice que aun tiene un paciente, así que solo me quedo parado esperando. Me distraigo un poco contando el número de personas que van y vienen. Hasta que por fin sale la que era su ultima paciente.
La mujer me dice que debe avisar que lo estoy buscando pero yo solo la ignoro y voy hasta la puerto y toco dando esos golpes en código morse, que solo él reconocería al instante pues es algo así como una señal que usamos desde pequeños, el me lo enseñó.
Esa mujer me mira con expresión molesta y comienza a decirme que al médico no le gusta que lo molesten así como así, yo solo le sonrío.
-correré el riesgo- digo con coquetería a la mujer.

Me giro en la silla esperando pasen los últimos veinte minutos, tengo mucha hambre, tal vez debería pedir algo pero no vale la pena ya que falta poco para salir, solo debo esperar a cubrir mi horario y estaré fuera.
-Qué aburrido -últimamente todos los días son un fastidio, no tengo mucho tiempo y salir con mujeres no es nada divertido, y ya no estoy en edad para ir a lugares escandalosos. Tal vez debería darme unas vacaciones e ir con Emi al extranjero… sí claro, ahora que esto está en temporada apretada y Shinya tiene muchos asuntos pendientes no creo que sea posible.

Escucho la puerta y se me dibuja una sonrisa, solo hay una persona que puede ser y me siento feliz por verlo. Me levanto despacio y abro la puerta sonriendo para él.
-Qué le trae por aquí, su majestad -hago un ademán muy marcado para que él, a veces exagero un poco ese papel de perro fiel, pero con Shinya hay cosas que simplemente no me importan, es la única persona a la que en verdad le entregaría mi vida. No, en realidad eso ya le pertenece, si no fuera por él no estaría tal vez vivo, y no me entusiasma el ser alguien exitoso o reconocido ni temí nunca por la idea de morir, simplemente ahora que ha pasado decidí que todo de mi se lo daría, porque para mí él es la persona más importante, la única que puedo decir que amo- ¿podrías no molestarnos? si alguien pregunta diles que ya me fui -susurré lo último muy coqueto y acompañado de un guiño para mi horrible secretaria y cerré la puerta tras de mí una vez que me dijo que sí.

-¡Comida!, tú siempre sabes lo que necesito -me colgué de su cuello por detrás, oliendo lo que tenía en las manos por encima de su hombro, eso realmente huele bien, qué oportuno ha sido- ¿ya terminaste hoy?, es algo temprano - me alejo y miro en mi muñeca la hora, y después me quito la bata, la dejo sobre la camilla y de un salto me siento en ella, esperando que él me acerque la comida.

Sonrío en cuanto la puerta se abre y escucho esas palabras suyas, el realmente es un exagerado.
-servicio de comida para mi mas leal subdito- digo siguiendo su juego mientras levanto la bolsa en la que traigo la comida que pedí a la señora Tanaka que preparará para nosotros.

Entro al consultorio mientras el da indicaciones de no ser molestado, aveces envidio su carisma. Claro que yo tengo lo mío, después de todo he conseguido que personas antepongan mis deseos a los de ellos. Pero siento que si Takumi estuviera en mi lugar, el podría alcanzar una grandeza que yo no podría.
Todo sus brazos con mi mano como en un gesto protector para que no se vaya a caer, aunque en realidad no corre peligro a que somos casi de la misma estatura, solo ha sido un reflejo involuntario de protección para con la persona que quiero cuidar.
-eres mi responsabilidad, claro que se lo que necesitas- siento como el me suelta y mis ojos le siguen a cada movimiento, es agradable poder pasar un rato con él -necesitaba un respiro, así que ajusté mi agenda para poder pasar un rato contigo- dejo la bolsa de la comida a un lado de donde se ha sentado y yo me acomodo a su lado. Muevo mi cabeza de un lado a otro para relajarme y estiro un poco mi espalda.
-la señora Tanaka preparó curry- una sonrisa afable esta en mis labios.
Nuestra relación podría parecer absurda, yo necesito de Takumi en mi vida, se que podría vivir sin él, lo hice algunos años cando me adoptaron, pero en cuanto la oportunidad se dio, yo no dejé oportunidad para que se volviera a alejar de mi. Es mi mejor amigo, la persona en quien más confío y alguien por quien tengo un grado de dependencia. Tal vez un poco de esa adoración que se me profesa en el clan yo la tengo por él -¿oye y no podías conseguir una mejor secretaria?- comento con un poco de burla tomando mi porción de comida.
Se que estoy siendo un poco infantil, pero con él puedo serlo, con el no tengo que mantener mi fachada de lider perfecto que no muestra debilidades.

Como un poco de la comida, esa mujer si que sabe cocinar delicioso, por su culpa tengo que hacer mas ejercicio, porque no quiero terminar como esos otros lideres de clanes que son gordos y tienen ese rictus de amargura en sus caras. Claro que sus rostros dan miedo, pero su miden apenas 1.60 y tiene un cuerpo que te deja claro que estarán perdidos a menos que sean demasiado rápidos para disparar. Y hasta ahora no he conocido muchos de esos. Realmente no entiendo como alguien puede seguir a un lider que no demuestra fortaleza.
-¿recuerdas lo mucho que me costó aprender el código? - comento riendo un poco por uno de nuestros recuerdos del pasado. Mi vida en ese lugar era un infierno salvo por él. Creo que le debo mi vida, porque fue la única persona que no me dio la espalda, si lo hubiera hecho, creo que yo mismo habría acabado con mi vida -deberíamos tener un refugio como en aquellos días, solo para nosotros dos- comento dejando notar lo cansado que me siento.

Me gusta cuando él se da un tiempo para mí, sé lo ocupado que está, tiene una responsabilidad grande bajo su mando y a eso añadir esas pequeñas empresas que sirven para limpiar su nombre, todo eso debe traerlo estresado y sin embargo siempre procura a los suyos. Tal vez por eso todos le aman tanto, es la clase de persona que quieres a tu lado, y no me averguenzo de aceptar que yo también me siento bien por tenerle en mi vida.
-Gracias, la verdad extrañaba verte -nos vemos seguido, y si no, hablamos por teléfono casi a diario. Pero todo el tiempo es arreglar asuntos con esas personas que piensan pueden abusar de su gentileza o quieren estafarle, o alguna otra investigación que necesita, hace mucho que no pasábamos tiempo juntos de esta manera tan simple.

Tomo la comida y empiezo a llevarla a mi boca, es tan deliciosa, por cosas así me la pasaba en casa de Shinya en cuanto tenía tiempo. Estar con él y disfrutar de buena comida era suficiente para mantenerme calmado, la única forma en que mis impulsos se mantenían calmados.
-Está delicioso, es una pena que no se quiera casar conmigo, la haría muy feliz y solo le pediría comida -recuerdo también esas veces en que bromeaba con ella, es una buena mujer. No siento lo mismo que por Shinya pero me agrada, de esas pocas personas que realmente me da gusto ver, aunque no puedo decir lo mismo de su hijo, nuestros intereses chocan un poco, eso y que me gusta fastidiarle un poquito.

Dejo el traste y me bajo de la camilla para traer algo de papel para limpiarme, y le ofrezco de esas servitoallas café a él también.
-No puedo, el Doctor Sutori se la está tirando, y aunque se supone soy su jefe él no ha aceptado mi solicitud de transferencia para ella, sospechosoo -esa perra me tiene cansado, un día amanecerá muerta. De nuevo me regreso a su lado y tapo el traste de la comida y saco la botella de agua, me gusta comer de poco en poco, es un mal hábito que nunca pude quitarme del orfanato- mmm -rápido retiro la botella de mi boca y la tapo, una sonrisa regresa a mi cara por a nostalgia- casi llorabas de frustración, eras tan lindo -llevo mi mano a su mejilla y la pellizco muy leve- recuerdo que me hacías enojar mucho, aunque la verdad me emocionaba porque nadie más le interesaban esas cosas -siempre fui un niño solitario, cuando era más pequeño los grandes abusaban de mí quitándome la poca comida que me daban y golpeándome, pero después aprendí a defenderme y optaba por aislarme, pues cuando golpeaba o cortaba a los niños el reverendo me castigaba tocándome por todas partes, era asqueroso- ¿quieres que tengamos nuestro nidito de amor? -bromeo- pues ¿recuerdas la tienda textil que dejaron como garantía?, prácticamente está en nuestro territorio, y no creo que ese tipo de negocio dure mucho, además el anciano dijo que no puede pagar y ya está cansado, no la está dando de pago -seguido tomamos pequeñas propiedades que después revendemos, o si nos son de utilidad, las usamos como oficinas o pequeños negocios.

-sabes que yo también a ti- sonrío un poco por sus palabras, me gusta escuchar que el me diga ese tipo de cosas, porque se que realmente hay sinceridad en él. Se que él es la persona mas cruel y sádica que he conocido, pero también la mas sincera en cuanto a sus sentimientos, nunca me dirá algo que no siente, por eso sus palabras me hacen sentir tan especial.

Niego con la cabeza cuando empieza a decir esas cosas de la señora Tanaka.
-jamás permitiría que me la robaras- digo un poco burlón, pero realmente aprecio que la mujer sea tan entregada al clan, porque aunque muchos no lo puedan creer esa señora era miembro mucho antes que yo, y me cuidó y educó cuando mi padre adoptivo no tenía tiempo para mi. Realmente era muy estricta, pero también era cariñosa conmigo -tendríamos que pelear a muerte por ella- se que ninguna mujer nos haría hacer algo tan absurdo, pero es divertido bromear con algo así -aunque sería gracioso que fueras el padre de Touji- comento riendo un poco por esa imagen mental que me he trazado en la cabeza.

Tomo el papel que me ofrece para limpiarme.
-Sutori, ese viejo si que debe tener un estomago fuerte como para poder follarse a alguien así- no es que yo sea muy selectivo con mis parejas, pero al menos tengo cierto estándar que me gusta mantener. Jiro no es un adonis, pero me parece encantador.
-es porque tu elegiste una contraseña demasiado complicada para un niño como lo era yo- me digo como quejándome pero no me importa que el pellizque mi mejilla.
Soy inteligente, eso no lo negaré, tengo mis habilidades, pero Takumi siempre estará un paso mas adelante de mi, ¿que niño de en un orfelinato sabe código morse? Solo él -fue un gusto adquirido- comento dejando de comer por un momento.
-¿he sido tan obvio?- pregunto sonriendo de medio lado -¿el anciano no la necesita? -no lo puedo evitar aveces tengo un corazón demasiado blando para el negocio -tal vez si le pagamos la diferencia por el lugar- no quiero dejar a un anciano sin nada, ese hombre parece decente, una de esas personas que solo tomó demasiadas malas decisiones que terminó recurriendo a nosotros. Sería mas fácil si solo fuera de esos viejos desagradables que tanto me desesperan, podría solo matarlo para tomar la propiedad. Pero en esté caso me siento un poco mal porque el nos la esté dando como pago, aunque claro, ya le hemos dado dinero y su problema es que no sabe invertir y solo gastar, pero de ahí en fuera no es tan malo -sabes que tengo un corazón de pollo-comento ante mi obvia muestra de debilidad, cosa que se me podría costar caro frente a otras personas.

Es divertido bromear sobre una disputa por alguien, creo que la última vez que peleamos fue en el orfanato pero realmente era más un reproche por mi parte, pues al principio era realmente duro con él. Como al resto de los niños yo lo odiaba, y más su afán por pegarse a mí e intentar ser fuerte, me molestaba esa valentía que sacaba de la nada, quería hacerle ver que era uno más de esos niños que nadie quería y que mejor se fuera a morir a alguna parte lejos de mi, pero con el tiempo descubrí que su compañía era lo único que necesitaba, no solamente lo quería, tenía la necesidad de estar con él en esos recreos largos donde los encargados del lugar no se preocupaban por nosotros.
-Olvídalo, ya no la quiero -respondí haciendo referencia a ese servidor suyo, es tan fanático de Shinya, como el resto del clan le tiene una adoración inexplicable. Yo también, y por eso a veces me gusta molestarlo, es un tipo fácil de fastidiar.

Saco la cajetilla de la bolsa de mi pantalón y enciendo un cigarro, olvidé que dejé el mío consumirse en el cenicero cuando me levanté a abrir la puerta, peor es que estaba feliz de verlo, y no es como si valorara un simple tabaco.
-Vamos, tampoco está en plan de ponerse exigente -me encojo de hombros y me llevo el cigarro a la boca- es porque era divertido verte intentarlo tan arduamente, no, la verdad es que me frustrabas demasiado - me giro hacia él y cruzo la pierna- siempre fuiste tan persistente cuando querías algo -aspiro de nuevo el humo con mi boca y lo suelto sin quitarle los ojos de encima- pero eras lindo. Me gustaba tener alguien que me siguiera, quién iba a pensar que en el futuro sería al revez… mi yo del pasado seguro se mataría si se entera, y a ti también -termino riendo por mi comentario, realmente lo hubiera hecho, me sentía un poco intimidado por sus ojos siendo tan determinado, para mi, un niño que no le importaba nada viendo alguien tan emocionado por algo tan simple que yo inventé sin interés, era fascinante.

Suelto un bufido y de nuevo me volteo al frente.
-¿También quieres adoptarlo? -hago una pausa para apagar el tabaco con la suela de mi zapato, no se supone que deba fumar adentro, y nunca los termino, siempre los tiro a la mitad- pero hablando en serio, Shinya, esa amabilidad tuya terminará por matarte -la gente suele pensar que puede aprovecharse de él, y como consecuencia le hacen sacar ese lado suyo que él piensa tan malo. Yo no tengo problema en que sea así, pero sé que a él le atormenta, que preferiría llevar las cosas con más calma y no recurrir a esas medidas. A diferencia de Emi a la cual presiono para que saque ese lado suyo, a Shinya lo reprimo. Desde que lo volví a ver ha sabido que podría mancharme las manos por él cuantas veces quiera, lo disfruto y además él no tiene por qué rebajarse a esas basuras, sin embargo no puedo estar todo el tiempo a su lado y a veces pierde el control con más facilidad- creo que es suficiente con que le dejemos ir sin amenazas, le dimos un 20% más del préstamo normal, además dijo que iba a casa de su hija o algo así, solo déjale marchar tranquilo, no te involucres -yo no tendría problema con matar al viejo, incluso si fuera una mujer con hijos para mí sería lo mismo, si alguien incumple o a la mínima oportunidad acabaría con ellos. Pero tengo en consideración sus deseos. Diablos, me vuelvo tan blando cuando se trata de él.

Es imposible no soltar una carcajada cuando el se retracta de lo de la señora Tanaka sólo por haber mencionado al hijo de esta. Mis dos tenientes no tienen la mejor relación, aunque al menos se soporta por mi causa.
- seguro que serías un padre maravilloso. Por cierto cómo está Emi?- no puedo solo no preguntar por ella. Le tengo mucho aprecio porque es una persona importante para Mia, y bueno de alguna manera me parece muy tierna, pero no se si Takumi tendrá la paciencia para soportarla, aunque debo decir que lleva viva más de lo que esperaba.

- tiene dinero suficiente como para ponerse exigente- hay mujeres y hombres que se fijan más en la cuenta bancaria que en algo más y ese hombre puede pagar por una mejor amante -aunque, tal vez es muy buena en la cama, eso lo explicaría todo- me encojo de hombros porque no es que me interese realmente ese asunto, sólo me gustaría ver una persona grata a mis ojos cuando vengo a visitar a Takumi.

Supongo que es verdad, yo fui realmente terco pero tuve mi recompensa.
Bajo la mirada cuando vuelve a decir que era lindo, me gusta escuchar cuando me dice ese tipo de cosas.
-ese siempre fue mi plan, entrar en tu vida para nunca dejarte salir de ella- en mis labios se plasma una sonrisa victoriosa por la explicación a nuestra situación actual - tengo mucha suerte de que no existan los viajes en el tiempo, me gusta estar vivo- no dudo que el aún siendo el niño de aquellos días, me mataría, de hecho tengo suerte de no haberme convertido en uno más de sus distractores, era una presa fácil y dispuesta, pero por suerte me gané su aprobación y amistad.

Suelto una risita cuando dice aquello de adoptar, se que soy una persona a débil, tal vez demasiado emocional para tratarse del jefe de una mafia, pero creo que hasta ahora está debilidad mía me ha traído suerte, personas que he aceptado en el clan me han entregado por completo su lealtad.
-no sería una mala idea- obviamente estoy bromeando, pero si me siento un poco dubitativo con hacer algo así a un viejo.
-lo sé, pero de todas formas algún día tendré que morir - sólo espero no sea en manos de un traidor aprovechado...
El me dice las cosas obvias sobre ese negocio con el viejo, por eso Takumi es mi mano derecha, porque se atreve a hacerme frente y decirme cuando debo frenar mi lado bondadoso, aunque también aveces tiene que terminar controlando ese otro lado mío en momentos que pierdo el control. Soy un buen administrador pero se que el clan estaría en quiebra si Takumi no me pusiera un freno.
-lo sé, sólo dejalo ir- dejo las cosas a un lado y me bajo de la camilla para acercarme a Takumi y lo envuelvo en un abrazo - si alguna vez alguien se aprovecha demasiado de mi ¿lo matarias verdad?- hundo no rostro en su cuello -tuve que matar a Ren- digo desanimado porque matar a una persona del clan es algo que me afecta, pero no debió iniciar ese plan para tomar mi lugar - detesto cuando alguien me traiciona- hablo herido por lo que ha pasado, su madre y hermana, miembros del clan, ellas fueron las que me dijeron lo que pasaba, me siento halago de que ellas me prefirieron a mi, y herido por lo que él pensaba hacer. Recordar que tuve que tortutarlo para que me dijera la verdad antes de matarlo, eso me entristece un poco.

Seguro que no lo soy, en realidad ser padre es una idea que desde siempre descarté, odio a los niños y no tengo la capacidad emocional para criar a uno, además de que es una verdadera molestia. Pero Emi me fue dada por Shinya, yo sé que él me perdonaría si la mato y la boto en algún lado, pero esa niña suya no, y le haría vivir un infierno emocional por deshacerme de Emi, es por eso que la conservé. Aunque ahora es divertido estar con ella, molestarla, ver cómo sufre por cosas tan pequeñitas y otras más no le hacen efecto.
-Está bien, sigue igual de distraída -respondo con alegría al hablar de ella, es divertido fingir ser buen padre, aunque con él no tengo necesidad ya es como una costumbre- aunque últimamente da menos problemas, creo que Mia le ha ayudado a estudiar. Por cierto, ¿realmente dejarás que se vaya?, puedes mentirle, sabes -la investigación va demasiado lenta, aunque no me importa encontrar a los padres de esa odiosa niña, mi trabajo lo hago bien por Shinya, y no he podido ubicar a un montón de granjeros que decidieron mudarse una vez se robaron a su hija. Creo que ni ellos la querían.

-Con ese dinero debería hacerse una cirugía en la cara, y a ella -me encojo de hombros por la idea, las personas como él se conforman con lo que sea, a diferencia de Shinya o de mi, que a pesar de no ser mejores personas no tomaríamos algo simplemente por lástima o empatía. Bueno, Shinya tal vez sí, pero no una pareja amorosa.

Me quedo viendo con una sonrisa, con esa persistencia empiezo a creer que en verdad era ese su objetivo.
-No te preocupes, te extrañaría un poquito -le he mandado un beso con la mano ridiculizando el momento. Esa clase de comportamiento no lo tengo con nadie más, ni siquiera con las mujeres que coqueteo. Muchas veces aquellos que están en su contra e  intentan crear una ofensa me han llamado homosexual, “maldito marica” y demás adjetivos, y lo único que hago es confirmarles cuánto amo a esta persona. Y no es un amor de pareja, ese sentimiento en que quieres poseer a alguien y no dejar que nadie más lo toque, pasar momentos románticos y entregarle parte de tu vida… todo eso está lejano a lo que yo siento por Shinya. No tengo un hermano de sangre, pero pienso que sería similar nuestra relación, aunque claro está sin esa necesidad por competir. Solamente lo quiero, es necesario en mi vida, no me interesa la manera en que los demás lo ven, solamente su pareja pero no por mi o por él, si no por Shinya.

Me quedé callado ante su broma, yo sé que a pesar de sus métodos y las cosas que ha hecho su corazón es puro. La gente sentimental y altruista me da asco, para mí ese concepto no existe y todo se basa en la autosatisfacción y el verte a ti mismo como un salvador. Pero Shinya no es así, él anhela la compañía de los demás, solamente eso. Si el mundo no tuviera maldad esas personas con las que él es tan bueno podrían recompensarle sin mucho esfuerzo y honestamente, y yo no existiría.
-Ven aquí -le abro los brazos para envolverlo un rato, él necesita un poco de cariño, y no es el que su novio puede ofrecerle porque no está al tanto de todo lo que hace, mucho menos Mia que no quiere acercarse a él- sin dudarlo -llevo mi mano a su cabello y lo acaricio, él no sabe cómo manejar la carga de tomar la vida de una persona, siempre, aunque ese otro merezca todas las horribles cosas que le hizo, él terminará sintiendose mal- Shinya, ¿por qué no esperaste a que yo lo hiciera? -sabe de sobra que yo haría lo que sea por él, además de que lo disfruto es mi manera de expresar mi cariño y gratitud- no fue tu culpa, ya pasó -pasé mi mano de arriba a abajo de su cabello mientras lo tenía cerca, debería acudir a Jiro para que lo entretenga más tiempo, o a ese nuevo hijo suyo, así dependerá más de mi para realizar las cosas que le dejan secuelas. Pero sé que su sentido de la responsabilidad no va a permitir que yo haga todo.

Me parece curiosa la manera en que esa niña aún sigue con vida, es muy linda, y sé que si me hubiera quedado con ella en lugar de Mia, podría solo disfrutar de ese lindo rostro y delicado cuerpo, ¿pero de que serviría eso? Esa chiquilla aunque muy hermosa como una muñeca de colección, parece una niña. Pese a ser mayor que Mia, tiene un cuerpo infantil que no me resulta atractivo, en cambio Mia, ella es hermosa, con un cuerpo delicado y bien formado.
-ten cuidado porque sueles encariñarte con las personas que se aferran a ti, digo un poco en burla, porque ese fue exactamente nuestro caso.
-no tiene caso ni que le mienta. Ella no estará conmigo por elección, si tu sueltas a la calle a Emi ella se quedará para donde la dejes hasta que regreses, si yo lo hago con Mia, ella seguro sale corriendo- duele aceptarlo peor es la verdad, una sonrisa herida se posa en mis labios -al menos así sabrá que la quiero más allá de solo un deseo físico y que lo que más me importa es su felicidad, tal vez por fin ella podría sonreírme una vez- aceptar que no tengo ni una mínima oportunidad con ella me ha costado tanto tiempo.

Me río por ese beso que me lanza, él se ve tan antinatural haciendo ese tipo de cosas, al menos ante mis ojos lo parece.
-¿solo un poco? Está bien, no lo digas para que no se hiera tu orgullo de macho, yo sé que no sabrías cómo vivir sin mí- le digo regalándole un quemo coqueto, aunque creo que la verdad es que yo soy el que más lo necesita a él. Siempre es mi soporte, la verdad que soy un hombre bastante débil como para sobrellevar el peso de la posición que ostentó.

Justo su apoyo es lo que he venido a buscar, matar a alguien que consideraba uno de los míos me afecta. Ya no sé a cuantas personas he matado.  Unos por error porque de repente me hicieron enojar tanto que disparé explotando de enojo, otros porque se meten donde no deben, otros negocios que salen de lo planeado, pero matar a alguien del clan sigue siendo difícil para mí.
-él era del clan, era mi responsabilidad, por eso no podía esperarte- explicó desanimado.
Disfruto de la sensación de su abrazo, de su mano en mi cabello, él me regala tanta calma de inmediato.
-aunque supongo que han quedado algunos de sus partidarios dentro del clan, rangos menores, ¿crees que puedas hacerte cargo de ellos- sé que con ellos aún no tengo una relación, aunque en su mayoría son chicos a los que les estoy dando una oportunidad de estudiar, porque yo no quiero gente estúpida en mi clan, realmente gasto mucho dinero en las personas del clan...

¿Encariñarme con Emi?, puede ser, pero no creo que sea “cariño”, será más costumbre por tener alguien que satisfaga algunos de mis deseos. Además que sus reacciones son únicas, ¿cada cuánto encuentras una niña que esté dispuesta a matar una mujer por ti?, pero sobre todo que sea obediente, porque tampoco quiero una novia que me haga un numerito en el trabajo y afecte mi vida laboral, y ella no lo hará.
-Puede ser, pero no te preocupes, tu siempre serás el número uno -bromeo- además ¿no es por eso que me la regalaste?, deberías sorprenderte que aun la conserve, dame algo de crédito.

Realmente ¿qué le gusta tanto de ella?, sí, puede ser bonita pero Shinya puede tener la mujer que quiera sin mucho esfuerzo, y no una niña que parece ratón asustado, eso le hace perder el encanto.
-Supongo que sí -ciertamente Emi es bastante fiel, y yo en su lugar la re vendería, nadie vale tanto esfuerzo, sobre todo porque no recibirá ningún tipo de recompensa- en efecto, te terminará matando -y no sé si su amabilidad o su obsesión, solo espero que una vez desaparecida deje de pensar tanto en ella- aunque sabes, está siendo más complicado de lo que pensé, creí que por ser un lugar pequeño no tardaría nada en dar con ellos pero… se esfumaron, ¿qué harás si están muertos?, no pensaste en eso o en la posibilidad de que ellos mismos la hayan vendido ¿cierto? -sé que sus intenciones son las mejores, complacer a esa niña para tener un poco de su empatía, pero con ello no sólo se lastima él, también puede hacerlo con ella- de todos modos seguiré buscando para ti.

Las personas son muy crueles, no les importa el afecto que alguien les tenga, a la primera oportunidad pueden traicionarle por cosas tan banales como el dinero. Son ambiciosas, egoístas, y sobre todo estúpidos. Arriesgan su posición, la confianza e incluso su vida por una cantidad que probablemente no les llenará el vacío, ¿no tienen sentido común?. Además no puedo entender por qué las personas se atan a quienes saben les darán la espalda algún día, tal vez situaciones desesperadas, circunstancias. O es que yo no sé querer y no tengo interés en ser fiel a alguien aparte de Shinya, porque probablemente si él muriera, yo terminaría fuera del negocio. No soy parte de la gran familia, tampoco me duele matar a alguno de ellos que no se piensa antes de traicionarlo. Creo que la mayoría se siente de la misma forma respecto a Shinya, aún así hay quien pierde el sentido por una suma alta.
-Por supuesto, no debes pensar más en él -lo acurruco más en mi pecho y agacho mi cabeza para pegar con la suya- ya no importa, yo me encargaré de lo que sigue -no es que piense que la vida de Shinya vale mucho más que cualquier cosa, en realidad, la vida de Shinya es la única que tiene valor. No demasiado, o un poco más que el resto, simplemente lo tiene y las demás no, ni siquiera esa señor que cocina rico, o ese chofer suyo, incluso Emi. Yo podría matar a cualquiera si él me lo pide sin tener remordimiento. Me agradan pero no puedo tener un lazo con ellos.

Takumi

Sonrío con complacencia cuando dice que yo siempre seré el número uno en su vida, realmente me gusta saberme especial para él, ya que es un lugar que hasta ahora solo yo he logrado ganar.
-eso ya lo sé- digo muy seguro de mi y con una sonrisa de medio lado.
La verdad me sorprende que esa chiquilla siga viva, y se que aunque yo se la regalé, eso no lo detendría para deshacerse de ella. Ahora que lo recuerdo, ella era una de las favoritas en ese lugar donde las tenían. Supongo que debe ser realmente buena en lo que hace, mucho más que solo una chiquilla medio tonta. Es una lástima que su cuerpo siga siendo tan de niña.
-pues si no la quieres, yo podría recibirla en mi casa- comento socarrón, pues se que el sentido de propiedad para Takumi es algo mucho más fuerte que el de la mayoría, aún si es por cosas o personas que el no quiere o necesita, por el simple hecho de ser suyas no pueden ser de nadie más.

-si están muertos sería mejor, o si la vendieron- comento bastante serio, pues obviamente he pensado en esas posibilidades -así ella no tendría a donde ir y se vería obligada a estar conmigo, y además sabría que yo he intentado darle lo que quiere, supongo que ganaría puntos con ella aún si la verdad la hace sufrir- ese panorama no suena tan mal, después de todo ¿que tan peor se puede poner? Al menos sus esperanzas morirían por fin y se resignaría a estar conmigo -pero solo buscalos, intentaré hacer las cosas bien- aclaro porque no quiero que Takumi decida hacerme uno de esos favores que luego le nace hacer por mi. No me molestaría, pero realmente quiero intentar hacer bien las cosas con ella -aunque deseo con desesperación que no se vaya, también es frustrante vivir con ella sin siquiera poder acercarme, creo que sería más fácil llevar a mi cama a la señora Tanaka que poder tocar la mano de Mia- vivir con ella me hace tener una frustración sexual demasiado fuerte. Y no es que solo desee poseerla, pero el que ella ponga tanta distancia entre nosotros hace que yo me vuelva un completo pervertido por algo tan simple como per como su falda del uniforme se le sube un poco a la hora de sentarse.

Me dejo proteger por su abrazo, realmente soy demasiado debil, ¿que clase de mafioso soy? Uno que necesita el consuelo de los brazos de su amigo. El es una parte primordial de mi vida, casi una necesidad que no puedo abandonar. Con él sigo siendo ese niño pequeño y asustado que necesita aferrarse de la persona que se lo permita, y me he aferrado a él con tal fuerza que he conseguido que él me acepte y me quiera.
Mis dedos se entierran un poco en su espalda cuando hago mi abrazo más fuerte por la necesidad que tengo de su consuelo.
Se que el se encargará de lo que le he pedido, que lo hará sin dudar y sin tener estos conflictos que yo presento a veces.
-quiero que sufran mucho, que los hagas rogar por su muerte- le pido como favor aunque seguro que no hacía falta.
Me dedico a aspirar su agradable fragancia mientras siento que vuelvo a recuperar un poco más mi ánimo.
-algún día dejaré de depender de ti- digo como una advertencia, pero se que él ya sabe que no son más que palabras que digo porque me siento un poco debil y vulnerable.
Yo lo necesito conmigo, mucho más de lo que él puede necesitarme a mi, yo le amo de manera ciega. Pero nunca he permitido que mis deseos pasen de algo más allá de lo platónico, porque se que entonces podría perderlo.

Muerdo mi labio mientras sonrío porque sé que él es la única persona que sabe cómo molestarme, y sí, Emi no es mi tesoro preciado, pero aún así es mía. Soy como cualquier persona que es egoísta con sus cosas, aún cuando se trate de Shinya, además que él no habla en serio.
-Sabes que no me gusta prestar mis cosas -comento juguetón- además ya tienes muchos niños en casa, otro poco y terminas teniendo un kinder, y ahí definitivamente nunca más te voy a visitar -es una exageración, hasta ahora no daba señales de querer un hijo realmente, pues el clan aunque no es tan grande tiene suficientes miembros, y ya que él los considera una importante familia jamás pensé que se le ocurriría adoptar a alguien, no de una forma fraternal, porque siempre se inclinaba por meterlos en nuestro grupo y encaminarlos en el negocio, pero parece que para ellos dos tiene otros planes, bueno, para el chico.

Eso sería un desenlace fantástico, ver a la niñita odiosa más chillona que de costumbre porque su amada familia la vendió al mercado negro. Y si no fuera para Shinya el favor estaría dispuesto a montar esa excusa solamente para ver cómo sufre, seguro Emi me contaría los secretitos de ella si se lo pido.
-Qué cruel eres -he sonado como una persona dolida, pero la verdad me divierte la idea que todo salga como él quiere. Aunque sea una persona muy buena, también me gusta su lado posesivo- sí, lo seguiré haciendo, Señor Ueda -imito una voz chillona- oye, cálmate, ya tienes a tu sexy novio -digo entre risas- pero Shinya, deberías ser un poco más agresivo, la atesoras de una forma que no comprendo, y creo que solo le basta con un empujosito. ¿Por qué no tratas de darle un abrazo? es algo simple, no sé, usa al otro chiquillo como excusa, algo como… vamos a tomarnos una foto familiar… y entonces ella empezará a acostumbrarse a tu contacto. Si nunca rompes la distancia entonces ella nunca va a avanzar por su cuenta -admiro la paciencia que le tiene no solo por no llevarsela a la cama, si no por complacerla en todo.

Me gusta jugar con su cabello, generalmente la sensación de tener a alguien a mi merced me hace sentir poderoso, egocéntrico, pero con Shinya es distinto. Yo soy un calmante para él y viceversa, con distinto método pero al final nuestra existencia está atada y es dependiente de la otra.
-Ni dudarlo, cada minuto que te han hecho pensar y  sufrir por hacer lo correcto, lo van a pagar -no suelo perder el control cuando tengo pedidos de su parte, me llevo todo con calma, discreción y procuro ser limpio para así no causar problemas para ninguno de los dos. Pero si yo le veo en este estado, empiezo a sentirme desesperado y anticipo un trabajo que más que eso parece un desquite. Y es de esas pocas veces en que mis frustraciones se intensifican- nunca pasará, Shinya, ya ríndete -suelto una risita y tomo sus mejillas para mover su cabeza y hacer que me mire- ya deja eso atrás -le doy un beso en la cabeza- mejor deberías darte unas vacaciones,  ¿por qué no haces un estúpido viaje familiar?, y aléjate de toda esta mierda, yo estaré para encargarme, y me tendrás que dejar al querido Touji para que me haga compañía -le muestro la lengua en un gesto infantil, creo que se entrega demasiado al trabajo, pareciera un jefe demasiado sentimental pero en realidad, es eso lo que le da el éxito en los negocios, porque la gente confía en él.

-lo sé, por eso he tenido que venir yo a visitarte- tampoco es que mi casa ahora sea un caos. Aunque yo no paso mucho tiempo en ella más que para cenar y esta vez ya no es tanto por falta de tiempo, sino porque realmente no quiero estar en casa. Mirarla sabiendo que pronto me dejará sin ningun pesar me lastima.

Me encojo de hombros cuando dice que soy cruel, pero es algo que no puedo negar, que sea bueno con las personas del clan no elimina el hecho de que soy un mafioso, y aunque tengo valores muy establecidos para con mi familia, las personas externas suelen darme igual. Puedo ser cruel y muchas veces manipulador para conseguir lo que es mejor para mi.
-No lo sé, últimamente creo que está un poco raro, tal vez con eso de ir enserio en la relación le está asustando- comento pensando en Jiro, aunque tal vez el problema soy yo y mi constante tormento llamado Mia -no quiero asustarla, y esque ella es tan… ni siquiera por casualidad ella toleraría que la toque, creo que le doy asco- explico herido mirando mi mano enguantada que oculta aquellas quemaduras -además no tiene caso intentarlo, si lo hago podría ya no querer dejarla ir. Tu sabes que esa niña me hace daño, ahora es mi mayor debilidad, si alguien se entera estoy acabado. Lo mejor es que se vaya- mi cuerpo se estremece con la sola idea de pensarla lejos. Pero debo ser sensato, ella solo es un problema en mi vida, un problema que amaría tener por siempre, pero ya no puedo seguir esperando a que ella se de cuenta de cuánto la amo y atesoro y tengo muchas más personas que dependen de mi, no puedo abandonar a todos por un amor así. Soy un delincuente no un estúpido protagonista de una novela romántica.

Sonrío complacido de que el hará lo que le he pedido, me hace sentir especial que el pueda hacer esa clase de cosas por mi, aunque se que también lo haría aún sino se lo pido, pero me gusta alimentar un poco mi ego.
-¡oye!- reclamo por la manera en que me toma de las mejillas, pero me calmo en cuanto siento su beso -¿es acaso que te quieres quedar con mi lindo Touji- pregunto solo para molestar mientras con mis dedos doy un golpecito en sus labios luego de que ha metido su lengua -no podría permitirlo, no quiero que perviertas esa alma tan pura- ¿un asesino con alma pura? Seguro que suena a broma, pero realmente Touji es una persona única, aunque claro, las personas que me rodean, los más allegados a mi en el clan, tienen características únicas, no son solo asesinos ambiciosos, son personas especiales -además no creo poder tolerar un viaje familiar, ¿que haría en ese caso? No tengo tanta fuerza de voluntad…- se que el comprende de lo que hablo, de mis más bajos deseos que no podría contener si paso demasiado tiempo con Mia.

Regreso a sentarme en la camilla y luego me acomodo para recostarme en ella mirando el techo del lugar.
-¿sabes si todos los que trabajaban en el orfanato siguen con vida?- pregunto cambiando de tema dramáticamente y poniéndome muy serio y sombrío.

-Ese hombre es muy fácil de leer, es más, ¿por qué no le preguntas si pasa algo malo? seguro termina soltando toda la sopa -además de Shinya ser muy perspicaz, no puede venir alguien y mentirle con facilidad. Y ese novio suyo seguro hace lo que Shinya quiere, porque ¿qué clase de persona acepta dos hijos nada más porque sí?, sin mencionar a lo que se dedica. Porque debe ser muy estúpido si no se ha dado cuenta- creo que hacen una linda pareja -he contenido mi risa, aunque al verlo no esperaba que se fijara en él por ser tan simplón pero al menos no busca el dinero de Shinya.
No me gusta verlo tan dependiente de esa niña, me siento celoso porque hasta ahora nadie le causaba tal efecto, y sobre todo que fuera unilateral. Esa niña es un daño, y me molesta el sin fin de esfuerzos que él hace por complacerla.
-Como quieras, al final cualquier cosa que decidas te hará daño y lo sabes, pero si optas por respetar su espacio, está bien -no voy a presionarlo, si pudiera inventaría un hogar para deshacerme de ella, por el bien de Shinya, pero no puedo mentirle, no quiero, y en cambio me queda consolarle cuando ella dice o hace cualquier pequeña cosa que representa un disgusto hacia él.

Solté una carcajada y encogí mis hombros, realmente le gusta mimar a sus empleados.
-Claro, me vendría bien otro perro fiel -comento con sarcasmo- aunque ese quiere morderme en cuanto me ve. A veces pienso que lo quieres más que a mi. Ves, solo incrementas tus admiradores y terminaré en el olvido -suelto un suspiro decepcionado y luego vuelvo a mi expresión usual- es que insistes tanto en tener fuerza de voluntad. Shinya, eres un hombre manipulador que puede con cualquier persona que intenta desafiarte, ¿qué hace que ella sea diferente?. Acércate, es joven aún y tú eres un encanto -no me interesa si él se acuesta con una niña, la gente lo ve desagradable y es tal vez por experiencia propia que él no quiere avanzar, aunque para mí da igual, no me importaría hacerle esas cosas que él tanto piensa, aunque claro, no se me antoja para nada, pero en su lugar pensaría en el lado conveniente. La salvó de esa mierda, ¿no es suficiente?.

Doy un salto para bajarme de la camilla y camino hasta mi escritorio donde me recargo, saco un cigarro de mi bolsillo y lo prendo.
-Sí, y todavía hay mucha gente suelta. Las monjas andan de servicio, tan fieles ellas -suelto una risilla e inhalo una considerable cantidad de humo- ¡oh!, pero adivina qué -digo con emoción, mis manos tiemblan un poco por consecuencia de la ansiedad, y con Shinya no me preocupo por ocultarlo, es tal vez el único que conoce mis debilidades y las pocas cosas que no puedo manejar, y esa manera desesperada por cambiar el tema. Tecleo la clave de mi celular y busco en las galerías para mostrarle una foto- mira -inclino mi celular para que lo tome- ¿no es linda?, me mostró una foto suya muy sugerente, aunque claro, es mi perversión la que también le ve así.