Endless loop [Shinya]

Hace bastante que he intentado hablar con Shinya, pero poco después de reencontrarme con Leigh,  Shinya tuvo que hacer un viaje de negocios, un muy tardado viaje de negocios. Al principio resultó hasta un poco conveniente para nosotros, a pesar de que no es lo mejor el estar con Leigh sin haber terminado con él, aproveché que estaba fuera de la ciudad  para hacer nuestros encuentros más frecuentes, de por sí nuestros trabajos no coinciden en horario y ya era complicado. Pero ha pasado demasiado tiempo, y comprendo que Leigh se sienta algo desesperado, a mí también me incomoda esta situación y quiero resolverla cuanto antes, pero obviamente no le haría una llamada para terminarlo.
He intentado llamarlo pero siempre me manda un mensaje poco después diciéndome que está ocupado… ¿es que acaso sabrá algo? No, imposible. Además de esa vez, no hemos vuelto a mostrarnos en público. Siempre es un el apartamento de Leigh o en mi casa donde estamos. Esta semana, como siempre, fallé en hacer que nos encontráramos, por eso hoy simplemente le avisé que iría a su casa, y no importa cuánto, esperaría por él hasta que se desocupara.
Repasé en mi cabeza todo lo que le diría, aunque me limitaré a ser honesto y si debo soportar sus duras palabras, lo haré. Fue un conflicto muy grande cuando Leigh volvió, Shinya y yo teníamos una buena relación. Pero no puedo seguir engañándome y a ellos, menos ahora que por fin nosotros dos hemos aceptado nuestros sentimientos. Ha sido un camino agotador, pero al menos ya estoy casi al final de lo complicado. No sé si él va a comprenderme, no le pediré que seamos amigos. Yo lo quiero mucho, y ni sería correcto el seguirnos viendo ni tampoco sano. Me pone triste tener que terminar las cosas de este modo, Shinya fue la única relación seria que he tenido, siempre fue muy atento conmigo. Pero mi decisión la he tomado, y ahora solo me queda cargar con las consecuencias de antes haber vacilado.


Bajé del taxi y caminé a la entrada tocando el timbre. Ya sea su chofer o la señora de la casa, siempre hay alguien. Comienzo a sentirme nervioso, pero debo ser fuerte, esto no puede alargarse más. Me siento una persona horrible, pero es peor seguir involucrando a ambos por mi indecisión.
-Buenas noches -saludé por el interfón y esperé que alguien bajara a recibirme. A veces simplemente subía, pero hoy me siento ajeno a esta casa. Han pasado un par de meses, lo extraño un poco, ¿estará bien? Sé que no debo comenzar a ser amable si pienso terminarlo, pero tampoco puedo ser cruel. De alguna forma lo manejaré, todo estará bien.

La paciencia de Jiro raya en lo obsceno, no puedo creer lo mucho que ha esperado para esto. A veces me pregunto si realmente me va a cambiar por ese sujeto o solo quiere lo mejor de ambos para él. Pero al fin parece que ha llegado al limite, y en lugar de sugerir que nos veamos, ha resuelto de manera determinada venir a mi casa.
Luego de recibir su mensaje, y decirle que yo estaré en casa, hago que mi imagen luzca como debe lucir. Ropa desaliñada, me quito mi parche y con desagrado incluso mis guantes. Un padre preocupado no se va a estar preocupando por esas cosas, y me he servido un buen trago de alcohol y enciendo algunos cigarrillos. He hecho que cierren las cortinas y que las luces permanezcan apagadas a excepción de algunas lamparas.

Mi imagen es realmente lamentable si la comparamos con la imagen tan cuidada que siempre trato de mostrar al mundo. Creo que debo agradecer que Jiro esperara tanto para venir, creo que si lo hubiera hecho de inmediato, yo solo lo habría matado, pero ahora este juego infantil que quiero hacer me produce un poco de satisfacción. Voy a hacer que se quede solo, que se arrepienta de sus decisiones, y luego tal vez en el futuro cuando el salga de ese hoyo en el que lo planeo hundir, seguiré buscando maneras para arruinar lo bueno que llegue a su vida, aun si en el futuro tengo que desaparecer a cada persona que se le acerque. Soy una persona muy rencorosa, y disfruto de causar pena en la vida de las personas que me lastiman. Una prueba de ello son todas las personas del orfanato, no he matado a ninguno de ellos, solo me he encargado de que sepan lo que es sentirse desgraciado y miserable.

Escucho el timbre, y solo abro ligeramente la cortina para mirar a mi pareja en la entrada de la casa, esperando a que lo dejen pasar. Luego solo me acomodo en mi cama, sentado apoyando mi espalda en la cabecera, agarrando mi cabello con mi mano sana, porque la otra aun sigue recuperándose de lo que hice a mi adorado hijo y solo me quedo ahí, sentado, esperando a que el suba y vea el lindo escenario que he preparado para él, tan lamentable.
Escucho los pasos de como se acerca, hay tanto silencio en la casa que casi podría escuchar su respiración.
-Jiro- mi voz flaquea al decir su nombre, tan necesitado y frágil. Pero no me muevo solo me quedo ahí en la cama mirándolo.

El chico que siempre lo acompaña es quien abre la puerta, hago una pequeña reverencia  y me indica que Shinya se encuentra en su recámara. Todo luce silencioso, pero sin preguntar más me encamino hasta su habitación mientras él se queda en la parte de abajo como siempre. Estoy nervioso, y tomé aire antes de entrar para darme el valor de ser lo más directo posible. Pero al entrar nada luce como usualmente. Las luces están apagadas, el cuarto huele mucho a tabaco y creo que también a alcohol. Y él allí, postrado en la cama.
-¿Shinya? -no pude evitar preocuparme, y rápido me acerqué hasta la cama donde él se encuentra- ¿qué… qué pasó? -mi pulso comienza a acelerarse. No tengo idea de qué sucede, él se ve tan diferente. No lleva esa ropa elegante y bien planchada de siempre, y sus manos que suele cubrir ahora están incluso lastimadas, evidentemente no está bien.
No sé si era esta la razón por la cuál no respondía mis llamadas o evitaba verme. Me siento tan culpable, demasiado. Estuve todo el tiempo disfrutando de esa pequeña libertad mientras él parece estar pasando por momentos difíciles. Es una persona muy fuerte y determinada, por eso me sorprende tanto encontrarlo en tan lamentable estado.

Me senté en la cama frente a él esperando que me contara o al menos me dijera algo. Siempre ha sido reservado con sus problemas, fueron pocas veces las que habló conmigo sobre algo relacionado a su persona.
-Tu mano -con cuidado tomé su mano. Me siento horrible. Toda esa seriedad que traía conmigo para por fin cerrar este ciclo se ha quebrado al verlo. La parte racional de mí me dicta hacer lo correcto, hablar de la forma más prudente para que lleguemos a un acuerdo como los adultos que somos, no hacer uso de la situación para beneficiar mi debilidad para terminar nuestra relación. Podría incluso, si él lo quiere, ofrecer mi ayuda externa a nuestra relación. Pero yo no soy una persona tan fuerte, mis emociones siempre me dominan y toda esa objetividad basada en mis conocimientos para conocer y sobrellevar las emociones de otros, es tan inútil hora.
Me acerqué a besarlo y luego me quedé sosteniendo su mano. La habitación está un poco desordenada, creo que debería abrir las cortinas.

Debo decir que como persona soy muy impulsivo, llegando hasta lo salvaje, pero también tengo la ventaja de que cuando tengo la cabeza fría, puedo hacer cosas tan perfectamente como sumergirme en este papel tan lamentable que me he creado para este momento.
Levanto la vista pero de mi boca apenas y salen algunos sonidos, tengo un nudo en la garganta que no me deja hablar. Estiro mi mano para tomar mi vaso y dar un largo trago que me raspa toda la garganta y toso un poco. Dejo el vaso de nuevo a un lado.

Miro se acerca, incluso se sienta en mi cama, y de nuevo intento hablar pero mi voz se quiebra luego de un pequeño sonido que ha sonado un poco a un lamento. Toma mi mano, y yo lo miro con añoranza. Y un par de lágrimas se me escapan cuando me da ese beso.
-Jiro- digo si nombre con dolor y me abrazo él -mi hijo- solo decir eso ese nudo regresa a mi garganta pero aun así intento hablar -se lo llevaron… la policía no lo encuentra. Yo no pude hacer nada para salvarlo- suelto todas esas palabras de golpe y sigo aferrado a él en un abrazo que demuestra lo mucho que lo necesito, que ahora soy una persona tan débil y asustada por el futuro incierto -debí ser yo, ¡tenía que ser yo! ¿Por que se lo llevaron a él? Le dije que lo iba a proteges, que iba a tener una vida mejor- tanto miedo me hace sentir sofocado, mi cuerpo tiembla por los nervios. Soy una persona al borde de un colapso nervioso.

Estoy helado, él está llorando. Mi cara refleja la preocupación y sorpresa a la vez, él apenas si pude hablarme, y no es hasta luego de un rato que comienza a emitir un sonido.
¿Su hijo? ¿Le pasó algo? Mi corazón comenzó a sentir eso cuando te premeditas a una mala noticia.
-¿Qué? -estoy un poco desorientado, ¿cómo es que sucedió? Tengo demasiadas dudas en mi cabeza, pero sobre todo ese sentimiento de no saber qué hacer, y por supuesto la culpa. Sin embargo ahora lo que yo sienta no es importante, debo concentrarme en darle el apoyo que necesita. Lo abracé y me aferré a él también, siento un nudo en mi garganta por verlo tan devastado. No entiendo a la perfección el sentimiento de perder a un hijo, pero sigo experimentando una sensación de angustia, aunque obviamente no tan grande como la que él debe estar pasando- Shinya… -estoy conmocionado, y lo abracé más fuerte, tocando su cabello con una de mis manos. No sabía que estaba teniendo días tan difíciles, no pensé que la causa de su evasión era algo tan fuerte- escucha -me separé un poco de él y tomé su rostro con mis manos- no debes culparte, ¿qué te hace pensar que debiste tomar su lugar? no digas algo así, por favor -le di un beso en la frente y busqué su mirada. No tengo idea cómo pudo terminar su hijo así. Era algo peculiar y rebelde, sé que tuvo dificultades pero eso no tiene que ver con lo otro, mucho menos Shinya que siempre los tuvo como prioridad a él y a la niña. Es un hombre un tanto misterioso, pero las ocasiones que tuve la oportunidad de ver su lado paternal, siempre se ocupó de ellos y ellos siempre se mostraron agradecidos- sé que es imposible pedirte esto ahora, pero debes ser paciente. Lo siento -me disculpé- no tenía idea que estabas pasando por esto, debí venir antes -dejé esperar mucho tiempo por miedo, anteponiendo mis problemas amorosos. La vida está llena de otras cosas mucho más importantes, pero yo este tiempo solo me enfoqué en mí. Ahora es que caigo en cuenta que no puedo dejarlo en este estado. Su hija ya no está, y su hijo… no quiero pensar que algo malo le ocurrió, pero si él, siendo un hombre importante no logra localizarlo, eso no es buena señal. Hay muchas posibles razones por las que pudo ocurrir, y no quiero comenzar a atar cabos que no me corresponden. Por ahora solo puedo ayudarlo de una forma, y es hacer que se sienta un poco mejor.

Me levanté de la cama para dejar mi abrigo en un sofá que se encuentra en el cuarto.
-¿Quieres que abra un poco la ventana? -este tipo de ambiente no le hace nada bien. Regresé a su lado y de nuevo lo abracé- por favor, lo que sea que pueda hacer por ti, sabes que estoy aquí para ti.

Él me abraza para darme ese apoyo que podría brindarme en este momento, y yo solo me dejé envolver por sus brazos, pero sin lograr encontrar consuelo para mi pena. No creo que exista nada que pueda sacar a un padre de un sentimiento tan horrible como este.
Nos separamos un poco, y lo miro, aunque no logro enfocarlo del todo, mi vista está borrosa por la humedad en mis ojos.
-Por qué, él es solo un niño, yo solo terminé con esto- hago referencia a mi mano con una demanda -pero el debe estar sufriendo, quien sabe que cosas le podrían hacer- tratos e hablar con calma pero aun así es obvia mi desesperación.

-¿Cómo puedo ser paciente? No tengo idea de lo que pueden estar haciendo, sigo esperando pero cada día se vuelve mas difícil- ¿cómo podría ser paciente? No hay manera de que se logre manejar algo así de manera tan fría. Niego con la cabeza cuando dice que debió venir antes -yo no, no quiero que tu estés en peligro, por eso intentaba mantenerte alejado, si algo te pasa a ti, eres la única persona que me queda. No quiero arriesgarte- lo miré a los ojos sin poder ocultar la pena que la sola idea me causa.

El se levanta y lo sigo apenas de reojo.
-No, no lo hagas- la oscuridad de mi habitación parece el único ambiente adecuado para como me siento -no tienes que hacer nada, solo quiero que estés seguro- estiro mi mano para tomarlo del cuello y acercarlo a mi, apoyando mi frente en la suya -te prometo que te voy a proteger, encontraré a mi hijo y los protegeré a ambos- digo como una promesa solemne que no planeo romper.

Me asusta preguntar qué fue lo que sucedió, parece estar consciente de la causa de todo esto. Podría haber sido un secuestro frente a él, por dinero, tal vez. Pero Shinya a veces parece alguien más importante que un simple empresario. No quiero pensar eso ahora, y tendremos tiempo para hablar sobre detalles cuando se sienta más calmado. Tiempo… tal vez debería hablar con Leigh, sí, debo hacerlo. Sé que es demasiado pero no puedo dejar a Shinya solo en una situación así.
-No pienses en eso ahora, por favor, no tiene caso que te atormentes -cada cosa que piensa sobre él es culpa, algo completamente normal y por eso me siento inútil, sé que las palabras no disminuyen el sentimiento.
Es verdad que ahora no puede pensar con claridad o simplemente esperar, pero tampoco creo que no haya hecho ya lo máximo para poder encontrarlo.
-Aún así debiste avisarme, eres importante para mí, me preocupa lo que te suceda y quiero saber si algo anda mal -¿yo? ¿por qué habría de correr peligro? Esto parece algo realmente peligroso, aunque pensar de ese modo también podría ser consecuencia de lo sucedido- si… si algo te hubiera pasado…-oh dios, lo lastimaron. No puedo creer que esto en verdad esté pasando, ¿qué habría hecho si en lugar del chico hubiera sido él? No desestimo la vida del muchacho, pero Shinya... yo no podría lidiar con algo así. No deseo que nada le pase. Es absurdo, yo iba a dejarlo de todos modos, pero todavía lo quiero y nunca he pensado en querer cosas malas para su vida, él ha sido tan buena persona conmigo y no merece nada de esto, ni tampoco… ni tampoco lo que yo estoy haciendo. ¿Qué es lo que pensé? No debería actuar de esa forma, soy un adulto. Me siento tan confundido. ¿Realmente qué he estado haciendo este tiempo?
-¿Eh? -no pude evitar sentir ese nudo nuevamente, nuestros rostros están muy cerca- sí, sé que lo harás -mi corazón se sintió emocionado y mi cabeza aturdida- y yo me quedaré contigo -él es especial para mí por muchas razones, y nuestra relación no es mala. No sé qué pensar ahora, verlo así, escucharlo y sentir sus manos que pese a su condición tan débil me sostienen con firmeza, no puedo dejarlo, es imposible hacerle más daño, no tengo derecho.
Cerré mis ojos y me quedé un rato en silencio. Nosotros estamos cerca, se siente cálido ahora a pesar de los malos acontecimientos. No quiero que le suceda nada malo de nuevo, quiero cuidarlo y hacer que su pena sea más fácil de llevar.
Abrí mis ojos solo para localizar sus labios. Al tocarlos con los míos sentí una emoción extraña en el pecho, y lo besé de la forma más lenta en que lo hemos hecho hasta ahora.
-Estoy aquí, Shinya -dejé de nuevo mi frente pegada a la suya- puedo ayudarte con esto o cualquier cosa que creas que pueda serte útil, ¿sí? No estás solo -él tiene varias personas alrededor, pero que me considere importante me hace tener más determinación. No puedo alejarme, por eso debo pensar bien qué es lo que haré.

Solo asiento con mi cabeza a desgana, pero ambos sabemos que no dejaré de pensar en eso, es imposible alejar todos esos tormentos, los miedos por mi hijo y ese futuro incierto.
-Es que ni siquiera sabía como decírtelo, lo siento, no he pensado muchas cosas mas allá de encontrarlo. Era mas fácil para mi solo evitarte- mi voz se quiebra y me duele la garganta al tragar la saliva - lo siento, no he pensado con claridad desde entonces- admito con pena por no haberle hablado de la situación.
-estoy bien, esto no es nada- solo resto importancia a lo de mi mano, casi como si salir tan poco dañado fuera una ofensa contra mi hijo.

Correspondí a su beso, tan lento y lleno de sentimientos, otra clase de beso ahora solo me siento un poco aliviado. Tengo a Jiro conmigo y su compañía, aunque no alivia mi pena, me hace sentir un poco de tranquilidad.
Cierro mis ojos cuando vuelve a pegar su frente a la mía.
-No sabía cuanto te necesitaba hasta que apareciste en la puerta- me abrazo a su cuerpo, me siento un poco mas calmado -tengo mucho miedo Jiro, no estoy preparado para lo que podría pasar, han sido ya varios días- no me atrevo ni siquiera a mencionar lo que podría ser el desenlace.
Me separo de Jiro, y vuelvo a apoyar mi espalda en la cama.
-¿puedes quedarte conmigo esta noche? - necesito apoyo, y hasta ahora creo que descubro que es a Jiro a quien necesito, que me haga sentir un poco de calma -no quiero estar solo, me cuesta tanto dormir- estiro mi mano para buscar mi vaso, y doy un trago muy grande que deja el vaso vacío.

-Está bien, está bien -digo moviendo mi mano- no debes disculparte conmigo, comprendo que estás pasando por una situación complicada, no necesitas darme tantas explicaciones, ¿de acuerdo? -de todos modos su herida no parece tan mala, aunque me sigue preocupando, pero es más importante el estado emocional en que se encuentra. Me pregunto si de verdad podré ayudarlo, o con estar a su lado será suficiente. No me considero alguien altruista, por el contrario, siempre evité involucrarme en los problemas emocionales de otros, pero él es distinto, es mi pareja aún. Desearía que las cosas fueran mejor pronto, porque no me gusta verlo tan débil, no quiero que sufra por esas horribles cosas.

El abrazo de ahora me hace sentir más tranquilo, y espero que él encuentre un poco de consuelo también. No quiero que siga pensando en eso, aunque es imposible. Mis manos pasaron alrededor de su cuello y me quedé un rato en esa posición.
Apreté los labios, soy alguien demasiado sensible. Además él está muy acabado por esto, pero todavía tiene cabeza para preocuparse por mí. Tengo que mantenerme muy firme para no ser solamente una carga.
-Por supuesto -me separé de él y le sonreí- haré lo que quieras, además necesitas descansar -pasé mis dedos por debajo de sus ojos- tienes ojeras y te ves algo pálido, no has comido bien, ¿cierto? -mi cara refleja preocupación. Sé que ahora no considera esas cosas como algo importante, pero lo son- debes mantenerte sano para cuando él regrese -de nuevo busqué sus labios y al separarme de él le volví a sonreír- ¿quieres descansar ahora? ¿ya has comido algo? Lo que sea, por favor pídelo -me quedé cerca de él esperando si deseaba algo. No me había dado cuenta de lo mucho que me importa, porque todo el tiempo soy yo quien era cuidado y mimado por él. Desde hace tiempo pensé que si Leigh no estuviera en mi vida, yo habría caído locamente enamorado por Shinya.

Sonrío con algo de culpa cuando menciona eso sobre que no he comido bien, y solo muevo mi cabeza para darle la razón.
-es que no me da hambre- no es realmente una excusa, solo no tengo cabeza para nada mas que preocupaciones -si, debería- de nuevo le doy la razón, pero la verdad es que seguramente seguiré olvidando a que hora comer, o que hacer a parte de solo esperar lleno de angustia.

-no, no sé si comí, creo que fue en la mañana- no hay seguridad en mis palabras, solo un pésimo intento para que él no se preocupe demasiado por mi, yo estoy bien y no me pasará nada por saltarme algunas comidas de vez en cuando -Solo necesito descansar un poco- me acomodo en mi desarreglada cama. Me recuesto de lado y me cubro con las sabanas. Un par de gotas escurren por mis ojos -cuando encontré a ese chico, amenazó con matarme- comento sonriendo como si fuera lo mas gracioso del mundo -pero yo solo vi a un chico que estaba tan asustado que solo sabía ser agresivo. Lo saqué de un lugar horrible, y le prometí que iba a estar bien- mientras le cuento aquello con pena, poco a poco me voy sintiendo más débil y me quedo dormido, pero no es un sueño profundo, estoy al pendiente de los sonidos, y cada sonido que sale un poco de cierto rango me hace levantar la cabeza alterado.
-¿te puedes acostar conmigo?- le pregunto luego de varias veces que termino despertando por cualquier cosa.
Cuando se acomoda a mi lado lo envuelvo entre mis brazos, aspiro su aroma y por fin duermo de manera profunda.