Grace is gone (privado)

Respiré hondo por quinta vez. La persona encargada de ordenar mi ropa y cabello sigue diciendo cosas que no logro captar. Me siento nervioso y hasta de mal humor. Estaba preparado para esto desde hace mucho tiempo, pero vivirlo a solo imaginar, es tan diferente.
-Gracias -me puse de pie y agradecí a las personas que me ayudaron a arreglarme. Me siento como un niño pequeño, pero yo no tengo suficiente criterio para la ocasión, y tampoco es un servicio al que podía negarme. También tuve que quitarme las piezas, aunque a estas alturas ya no me afecta, pero siento extraño al no traerlas encima. Pasé mi mano por la zona donde deberían estar, y como si viniera atado a eso, recordé el beso entre Ivan y yo. No sé por qué lo hice, o él. Y otra vez le doy vueltas a todo- no es momento para eso.
Mi padre me pidió que lo acompañara a saludar un par de personas antes del evento. Ya que la madre de Kajsa decidió hacer una entrada extravagante, la presencia de Kajsa y mía no será necesaria hasta la hora del anuncio. Pero todavía hay personas que están exentas a esa regla, aunque yo solo saludé formalmente y me dediqué a un sí y no a sus preguntas.
“Debe estar nervioso, por eso está tan callado”
Mi padre me regaló una sonrisa fingida que sé interpretar como una llamada de atención al poco carisma que estoy ofreciendo, pero ahora hasta siento un poco de nauseas.

Afortunadamente la madre de Mei me llamó para ver detalles de mi vestuario y dar el punto bueno..
-Iré a tomar aire -me advirtieron sobre no acercarme al gran salón ni llegar tarde. Para ellos soy lo suficientemente grande para casarme, pero no para cuidar de mí mismo.
Me quedé en uno de los pasillos cerca de una ventana. Si salgo al balcón estropearé mi cabello y no quiero más comentarios criticando mi poco cuidado en momentos como este.
-Quiero irme a casa -me recargué en la pared y suspiré. Solo le dije a Hannu sobre hoy, aunque me sentí mal por no invitarlo, pero no habría podido acompañarlo y él no conoce a nadie aquí. A Karin no le dije nada, no había razón, y también tuve miedo.
Regresé por donde había caminado para estar a tiempo en la habitación para Kajsa y para mí, tengo nauseas de solo pensar que debo estar frente a todas las personas. Odio que su  madre haya propuesto esa entrada.

Salon:

Vestuario:

Me miro en ese gran espejo de nuevo, me siento tan nerviosa, hoy debo lucir perfecta, todos los ojos estarán sobre mi. Mi vestido es perfecto y he optado por llevar el cabello suelto con un hermoso adorno de mariposa. Pero aunque puedo decir que luzco como lo imaginaba, no me siento feliz. No sonrío no un poco, las chicas que se han encargado de mi maquillaje y ayudarme en todo, hablan sobre lo hermosa que luzco y yo solo me sigo mirando en el espejo.
Hago una señal para que todas las personas salga de mi habitación, y voy en busca de mi celular. No sé que espero encontrar, no es como que alguien me diga, “oye no hagas esta locura, tú no lo amas”. Entro a ver mis últimos mensajes, pienso en tal vez podría llamar a Salem, pero es una persona muy descuidada con su celular, siempre tarda en contestar, pero ese pequeño romance ha llegado a su final, creo que él no será el príncipe azul que me hará huir de todo esto y seremos felices por siempre.

Escucho que tocan a mi puerta, para avisarme que es hora de irnos. Al llegar voy a una habitación donde esperaré junto con Aaren. Sonrío al verlo, él ya está esperando.
-Hola- lo saludo cerrando la puerta tras de mi -llego el día- comento sintiéndome un poco asustada. No me siento, solo me pongo a caminar por la habitación. No dejo de pensar en las personas que estarán, en lo perfecta que debo lucir, y me detengo cuando paso cerca de Aaren. Levanto la mirada para buscar sus ojos. Él no me pone nerviosa, no me hace sentir esas cosquillas en mi vientre.
-Déjanos solos- ordeno a la chica que se encarga del evento, noto su mirada un poco insistente sobre mi y solo la miro y muevo mi cabeza para volver a indicarle que salga -Solo avísanos cuando tengamos que salir- cuando sale miro a Aaren, hoy se ve bien, él es muy guapo -te ves bien- me alejo un poco para irme a sentar. No tengo idea de porque he pedido que nos dejaran solos, yo ni siquiera se de que hablar con él, pero creo que es mejor que me vaya acostumbrado a su compañía.

Kajsa:

Entré a la habitación y me senté a esperarla. Tengo ganas de salir corriendo. Todos estos años preparandome para esta ocasión han sido en vano, y ni siquiera es el día de la boda. No quiero hacerlo. Kajsa es una chica agradable, y sé que pone todo su esfuerzo para estar con alguien que ni siquiera le agrada del todo. Pero ni ser considerado con ella o pensar en lo que podríamos perder por mi cobardía, detiene mis ganas de huir.

Ella entró y me puse de pie. No pude sonreír a pesar de gustarme como se ve. Ella es hermosa, educada, una persona sincera e inocente. Es el prototipo de mujer perfecta, pero no es suficiente. Soy un idiota con los estándares muy altos y torcidos.
-Hola -me quedé quieto mirando cómo iba de un lado a otro- sí -debe sentirse nerviosa- gracias. Te ves muy hermosa esta noche -esta vez puse más esfuerzo y sonreí. No soy el único asustado, por eso debo esforzarme.
Caminé para sentarme junto a ella, pero no dije nada, simplemente miré al vacío intentando poner mis pensamientos en orden. Seguramente tendré que decir algo frente a esas personas, En el único ensayo me dieron opciones, pero en este momento no recuerdo nada, solo la ruta que debemos recorrer.
-Kajsa -le dirigí la mirada. Quiero saber cómo se siente, tal vez si empatizamos me sienta menos nervioso por no estar solo- ¿cómo te sientes con esto? -comencé a jugar con mis manos. Lo único que quisiera es refugiarme en los brazos de Karin, pedirle que me lleve a uno de esos lugares que no conocía y donde nadie sabe quién soy, y esperar a que todo pase- tengo miedo -cerré los ojos y solté un suspiro- es la opción más conveniente para ti, para mí o nuestras familias. No creo que seamos tan incompatibles, y me gusta mucho tu cara, hoy te ves especialmente hermosa. Pero -Kajsa no es alguien que me acepte completamente. Hay demasiadas cosas que debo ocultar para que funcionemos.

Llamó a la puerta la mujer que hace un rato se encargó de escoltarla, y salí tras de ella al pasillo. La mujer nos repitió las indicaciones, y tomé la mano de Kajsa para comenzar a caminar.
Mis latidos se incrementan conforme la distancia que nos quedaba. Mi respiración se siente agitada y los nervios van aumentando. Tras la puerta pude escuchar el sonido de  la música, al presentador hablando a través del micrófono y contando los segundos para aparecer frente a las personas. Apreté la mano de Kajsa y tomé aire. Debo calmarme, debo calmarme. Estaba preparado desde antes, puedo con esto.
Las dos personas abrieron la puerta y escuchamos un montón de aplausos- Uno, dos, tres cuatro, cinco pasos. Me detuve conforme la indicación, sonreí, saludé, y mi vista se dirigió al vacío. Aplausos, música, unas palabras del presentador que sigo sin entender. Y después comenzamos a bajar por las escaleras para ir a la mesa del centro.

Aaren se sentó a mi lado. Giré a mirarlo cuando dice mi nombre.
-Genial- contesté muy rápido y creo que mis nervios son obvios -Crecí pensando en el día del compromiso, la gran fiesta antes de la perfecta boda. Pero ahora mis piernas se siente tan débiles, como un zumbido en mis oídos, y siento que debo salir corriendo y no detenerme, pero estoy bien- no imaginaba que el fuera a tener miedo también -es lo mejor para todos, a demás, eres una buena persona, se que solo debemos intentarlo- recuerdo que la ultima vez que salimos todo fue muy agradable, es una persona amable y agradable cuando se le conoce un poco más. Si fuera una persona mas observado o atenta, habría escuchado ese “pero”, no sé si es por los nervios o solo que no quiero escuchar lo que tiene que decir. La persona de quien me enamoré me rechazó, la otra persona que me ha gustado, siempre parece tener la cabeza en otro lado, y me he dado cuenta de que aunque le puedo gustar, no siente el mismo interés que yo, ¿es acaso que incluso el hombre que debería casarse con migo por interés tampoco me quiere en su vida? -lo vamos a lograr, te dije que me esforzaría, y realmente lo voy a hacer- le aseguro con una dulce sonrisa.

Caminamos lado a lado hacia al salón y correspondo apretando ligeramente la mano de Aaren.
-Todo saldrá bien- le aseguro con una actitud afable. Puede ser que yo esté casi igual que él, pero no puedo darme el lujo de fallar frente a tantas personas, he crecido para salir avante en los peores momentos, y esto no va a sobrepasarme.
Camino con mi mejor sonrisa, y esa elegancia que va de la mano con mi apellido. Me siento mas tranquila cuando veo a mi madre con una sonrisa, parece que todo está bien. Al llegar a la mesa saludo a mis futuros suegros y al hermano de Aaren, parece diferente desde el accidente.
Luego sigue mi familia, mi padre me abraza, y cuando trato de acercarme a Karin ella parece un poco ida.
-Karin, te presento a Aaren- le digo, porque ella nunca quiso estar en las comidas o reuniones que tuvieran que ver con mi matrimonio, ella se opone tanto a este tipo de cosas.

Hoy es por fin la fiesta, me he puesto el vestido que Kajsa eligió para mi, no me he hecho un peinado ostentoso, y mi maquillaje es muy natural. La verdad es que hoy me siento bastante bonita.
Vamos un poco tarde porque así lo decidió la madre de Kajsa, he mandado unos mensajes a Ian, de que ya voy en camino, él tampoco ha llegado, y me asusta que me vaya a dejar plantada, no creo poder soportar demasiado todo ese ambiente. Al llegar vamos a le mesa, pero luego de eso papá y su esposa se van a saludar a algunas personas, un mensaje de Ian me hace levantarme de la mesa para ir por él a la entrada.
-Que guapo- digo ese piropo colgándome de su brazo para volver a entrar al salón con él. La verdad me siento un poco orgullosa de las miradas de algunas mujeres al verme entrar con alguien tan atractivo como él. Lo acompaño a una de las mesas y le pido que me espere, mientras el espectáculo termina.
Voy a la mesa donde por fin conozco a la familia del chico que se casará con mi hermana. No tardando ponen la música y yo me coloco en mi lugar, no pongo mucha atención, hasta que es hora de los saludos.
Me pongo de pie pero me quedo congelada, es como si hubieran dejado caer en mi espalda una cubeta con hielos. Salgo de mi trance solo hasta que Kajsa me habla y me confirma lo que ya era obvio.
-ah, si, Aaren- estiro mi mano temblorosa para saludarlo -Así que tu eres el prometido, genial- sonrío pero mi voz se quiebra a cada palabra. Es entonces que siento ese escalofrío en mi espalda, y giro mi cabeza para encontrar con la severa mirada de la madre de Kajsa.

Karin:

Escucharla me calma, pero muy poco. Soy afortunado de que ella se esfuerce al máximo, me hace las cosas menos complicadas. Debería confiar más en Kajsa, es la persona que pasará el resto de sus días a mi lado. Así que no estaría mal si me enamoro de ella. Ahora es muy complicado debido a las recientes confusiones en mi cabeza, pero si me esfuerzo podría lograrlo, ¿no es eso lo que siempre hago?
-Gracias Kajsa -sonreí sinceramente y besé su mano. Sigo nervioso, pero ambos enfrentaremos esto juntos.

Se supone que debería ser a la inversa, ser yo quien le dé seguridad y fuerza, y caminar orgulloso frente al resto, presumiendo la gran mujer con la que me voy a casar.
-Todo saldrá bien -repetí sus palabras, y levanté la cara para enfrentar lo que venía.
Lo primero que hice al llegar frente a la mesa fue ver a mi padre, y a su lado la madre de Meier que me acerqué a saludar. Mei se ve muy bien esta noche, y le extendí la mano con una sonrisa luego de que Kajsa lo saludara. También fui a saludar a los padres de Kajsa, la señora Solberg se portó especialmente amable. No creo que sea una mala persona, pero su carácter me resulta incómodo. Y su padre como siempre, me dio una palmada en el hombro y unas palabras a las que correspondí con un gesto nervioso.
Me paré junto a Kajsa para saludar a su hermana. Creí que lo peor había pasado, porque pude controlar mis nervios al estar frente a todos pese al bullicio, pero entonces todo comenzó a volverse irreal. Me quedé callado, mirándola. Karin es inconfundible, su nombre tampoco es común. Y sentí cómo perdía fuerza, y mis palabras, todas las dudas que amenazaban con salir por mi boca, se ahogaron rápidamente.
-Karin... -estiré mi mano hasta ella para tocar su cara, pero me detuve a la mitad al notar su expresión. Creo que mi cara tampoco se ve muy bien. Debería saludar e inmediatamente sentarme junto a Kajsa.
“Aaren”
La voz grave de mi padre me hizo girar la cabeza, pero de nuevo regresé la vista a ella. La madre de Kajsa nos dijo que debíamos sentarnos rápido para poder brindar con el resto de los invitados antes de la cena. Mis pies se sienten pesados y mis manos tiemblan. Siento un mareo, por eso me senté de golpe en la silla. Ni siquiera me importó la mirada pesada de mi padre. No estoy entendiendo nada, es como una mala broma o una pesadilla.

El presentador dio un pequeño discurso, y me puse de pie junto al resto. Al levantar mi copa noté que mi mano temblaba un poco, y siento un nudo en la garganta y un zumbido en los oídos. De nuevo giré la cabeza para confirmarlo.

Al menos parece que Aaren se está controlando un poco mejor, mientras caminamos ante la mirada de todos. Pero las cosas cambian, pareciera que sus nervios se disparan.
-Ella se ve muy linda ¿cierto?- comento un poco nerviosa al ver su reacción cuando le presento a Karin. Tomo su mano para que caminemos a nuestros lugares. No borro mi sonrisa, sigo actuando de la mejor manera que puedo, aunque Aaren no parece poner mucha atención en lo que hace, ¿es tan malo casarse conmigo? pensaba que de todas las opciones que tenía el era lo mejor, es apuesto, y serio, siempre parece comprometido en dar una buena imagen, pero ahora actúa como si estuviera en otro mundo.

Levanto mi copa para el brindis, y con la otra mano toco ligeramente la pierna de Aaren, porque parece no querer chocar su copa con la mía.
-Aaren- digo preocupada, me he girado para mirarlo, y por primera vez borro mi perfecta sonrisa y lo miro preocupada mientras espero que acerque su copa.
Esto es horrible, todo el mundo debe notar que él está disperso. Es obvio que no es un matrimonio por amor, ¿pero tiene que actuar tan raro? Doy un trago a mi copa y luego limpio mis labios.
La fiesta da inicio, la comida, la música y el alcohol ayudan a que ya todos los ojos no estén todo el tiempo sobre nosotros.
[color:8a93=990066]-Deberíamos recorrer el salón para saludar a las personas en sus mesas- le sugiero en voz baja. Realmente ahora tengo muchas ganas de llorar pero no puedo hacerlo, hoy tengo que ser perfecta -¿o acaso te sientes mal? puedes ir a descansar y yo te disculparé con las personas- comento tratando de que mi sonrisa no se vuelva en una de nervios. Es penoso decir que mi prometido ha enfermado y tengo que enfrentar esta fiesta de compromiso sola, pero es preferible decir eso a que se quede aquí y todos comiencen a hacer chismes sobre su actitud.

Aaren parece sorprendido también, aunque habría sido bueno que me dijera que hoy era su fiesta de compromiso. No puedo creer lo tonta que soy.
Noto como levanta su mano hacia mi, y desvío la mirada para romper el contacto entre nosotros. Me río por el halago de Kajsa, y la miro.
-Para nada comparada contigo- me giro para ir a mi lugar en la mesa, es justo en la esquina, el mismo que ocupa el hermano de Aaren pero al otro lado.
Mi mirada la pierdo en un punto fijo al fondo del salón. Levanto mi copa con agua, ni siquiera puedo tomar porque soy menor de edad, aunque ahora tengo tantas ganas de no estar aquí y tener mucho pero muuuucho alcohol para tomar hasta quedar inconsciente.
Tomo de mi copa cuando noto de reojo que todas las personas ya lo están haciendo, pero solo remojo mis labios y la dejo a un lado. Siento una mano acariciando mi cabello y al levantar la mirada me encuentro con que se trata de la madre de Kajsa. Acomoda mi cabello y tiene una sonrisa en su rostro.
-Deberías sonreír más, es la fiesta de compromiso de tu hermana- siento un escalofrío recorrerme. Asiento débilmente y fuerzo una sonrisa.

Me levanto de la mesa cuando la fiesta se “relaja” un poco. Además las dos familias somos anfitriones, así que es nuestro deber recorrer el lugar. Me levanto de la mesa y voy directo a buscar a Ian.
En cuanto lo veo lo tomo de la mano y sigo caminando hasta donde estemos lo más alejado de cualquier persona.
-¿Recuerdas que tenía algo así como un novio?- comento riendo nerviosa -Es muy gracioso, cuando te cuente no lo vas a creer- me cruzo de brazos aun entre risas nerviosas -Es justamente el que llegó de la mano de mi hermana - lo miro como deseando que solo se ría, que me ayude a tratar de sentir que esto es gracioso, porque la vida es así, cruel conmigo, y eso debe ser divertido para alguien.
Una voz me hace girar, es la organizadora del evento.
-su madre me ha dicho que necesita hablar con usted, la llevaré a la habitación- me dice la mujer.
-No te vayas, ya vuelvo- le pido a Ian y comienzo a avanzar con la mujer.

Cuando llegamos a aquella zona fuera del salón, me indica en que habitación está a la que todos consideran mi madre. Está sentada frente a un tocador. Parece estar acomodando algunos cabellos de su peinado. No se cuando tiempo me quedo parada esperando en la puerta.
-Nunca esperé nada de alguien como tú, teniendo la clase de madre que tenías. Pero te hemos dado una buena vida, pero aun así estás haciendo lo que tu madre me hizo a mi- solo mantengo la mirada baja, ni siquiera me siento enojada, sigo aturdida por todo esto.
-No era mi intención- escucho su risa incrédula.
-Solo porque tengas una cara inocente, no significa que lo seas. Siempre has querido la vida de Kajsa, siempre haciendo todo lo que ella quería hacer, humillándola hasta hacer que abandonara cada uno de sus sueños, y ahora hasta su prometido quieres arrebatarle.
-¡No, yo no le arrebaté nada! yo soy la que siempre tiene que renunciar porque si la pequeña princesa es mala en algo, entonces yo no puedo hacerlo. Mientras ella sea feliz es lo único que importa, ¡Pues bien, que se quede con el hombre que yo amo! ¡OJALÁ ASÍ TENGA TANTA FELICIDAD COMO TÚ! no me di cuenta el punto en que comencé a gritar. Es la primera vez que lo hago y no me siento para nada mejor o aliviada, no es algo para lo que estuviera preparada. Mis ojos comienzan a nublarse y retrocedo, como no he cerrado la puerta e retrocedido hasta el pasillo. Noto que hay alguien, parece ser un mesero, supongo que ella había pedido algo para tomar mientras “hablábamos”. Me resulta familiar esa persona, pero por las lagrimas no puedo verlo bien, y necesito irme.
Busco de inmediato una cabellera rubia, no me cuesta encontrarlo, corro hasta él para abrazarlo con fuerza.
-Llévame lejos de aquí- le suplico.

Ella no me habló para nada, ni siquiera me mira. Y odio no poder ser lo suficientemente bueno como para fingir que no pasa nada. Soy como un libro abierto, y hoy es de esos días en que lo odio.
-Lo siento -subí mi copa y miré al frente, y llevé el vino a mi boca. No pude decirle nada a Kajsa, ni siquiera saludar a Karin apropiadamente. Se ve hermosa hoy. No suelo culpar al destino o el karma, pero parece empiezo a creer en ello y que se empeña en arruinar todo lo bueno que tengo. Tal vez yo debí seguir siendo alguien solitario, porque en cuanto deseo tener a alguien, siempre hay algo que se empeña en apartarlo de mi lado. Solo que esta ocasión fue mucho más lejos.

Miré a Kajsa de nuevo. Ella luce preocupada, ¿se habrá dado cuenta? Debo decirle.
-Kajsa… -le miré ansioso, pero solté un suspiro. Lo único que haré es empeorar las cosas. Debería seguir el programa y esperar que el día termine- está bien -nos levantamos de la mesa antes de comer. Tomé su mano con fuerza, creo que necesito no sentirme tan solo, y enfocarme en cumplir las expectativas de hoy.
Saludamos a algunas familias. Fue algo rápido y formal, debo agradecer al servicio ya que todos estaban más ansiosos por comer que por hablar con nosotros. No solté a Kajsa en ningún momento, siento que si lo hago, saldré corriendo a buscar a Karin.
-Muchas gracias -intenté sonreir, y al ver a Kajsa hacerlo, lo hice con más facilidad. No sé si esto es lo correcto, por eso lo mejor es dejar que ella me dirija.

Los comentarios sobre nosotros no tuvieron importancia, mi cabeza sigue abrumada por ver a Karin.
Me senté y mi padre pidió que mi platillo no se sirviera aún, y amablemente, con una sonrisa que ni siquiera a mí me da, le pidió a Kajsa unos minutos conmigo. Me levanté y lo seguí.
Llegamos a una habitación. Tengo miedo, ni siquiera puedo pronunciar una palabra, mucho menos verlo a los ojos.
-¿Qué fue eso? -me quedé callado, pero sé que a él no le gustan los malos modales.
-Lo siento -aunque no pude formular una excusa aceptable, estoy muy nervioso y asustado- ¿te disculpas porque hiciste algo malo? -se quedó en silencio nuevamente, no levanté la vista- la Señora Solberg me pidió disculpas -desconcertado lo miré, y noté esa mirada de repudio. Hace mucho tiempo que no lo hacía- luces como un vago, pierdes créditos, haces lo que te da la maldita gana -su voz comenzó a elevarse. Me quedé mirando al suelo, y me sentí tan inútil- te advertí que no quería verte con ninguna mujer, ¿no es así? ¿Pero la hermana de tu prometida? Eso me pasa por darte demasiada libertad, solo espero que no la hayas embarazado.
Levanté la mirada para aclarar las cosas. Y levanté un poco la voz, desesperado por que me creyera.
-¡No! Y yo no sabía que ella -sentí un golpe en mi cara, y la mejilla comenzó a arder. Mi padre nunca me había pegado, siempre fue duro e indiferente, pero jamás me había tocado. Ni siquiera para felicitarme por el compromiso.
La madre de Meier entró molesta a decirle que se detuviera, y comenzaron a discutir. Él decía sobre cómo había arruinado todo, lo inútil que soy y cómo desperdicio todo lo que tengo. Pero ella tiene un increíble poder para calmarlo, y me quedé mirando al suelo, tocando mi mejilla mientras todo se volvía silencioso.
-Tienes cinco minutos para enfriar la cabeza y volver.
Escuché como salían y me quedé de pie tocando mi mejilla. Mis ojos comenzaron a humedecerse, y me agaché en cuclillas. Mordí mi labio para no llorar, pero las lágrimas comenzaron a salir. Repetí en mi cabeza que solo tenía cinco minutos, y lo mejor sería levantarme a buscar hielo. Pero esto es demasiado. Todo es demasiado, no quiero regresar.

Le mandé un mensaje a Karin para avisar que me encontraba en la entrada del hotel. Nunca pensé que yo estaría alguna vez aquí, o que asistiría a un evento tan importante, por eso estoy nervioso. Respiré hondo y arreglé mi saco, y me miré en uno de los espejos de la recepción. Al verla me quedé callado por el shock. Se ve muy diferente a como estoy acostumbrado.
-Gracias, te ves hermosa también -se supone que vengo con la finalidad de hacerle la fiesta menos tediosa, no debería estar tan rígido.

Entramos al gran salón y ella me acompaña a una de las mesas. Ya sabía que me dejaría unos minutos solo, espero que no sea demasiado tiempo.
-Está bien, suerte -sonreí y la vi caminar hasta llegar a su mesa, y aparté la vista rápidamente. Estoy raro desde la última vez que nos vimos, y no me gusta esta sensación. Ni siquiera le dije a Sora que saldría esta noche, aunque no es como si lo hubiera ocultado. Suspiré y acepté la copa que uno de los meseros me ofreció, y poco después dos chicas y un joven se sentaron en la misma mesa que yo. Supongo que pensar que gozo de exclusividad fue estúpido- buenas noches -esbocé mi mejor sonrisa, pero la verdad estoy muy incómodo. No sé cómo diablos se me ocurrió ofrecerme para venir con ella si sabía que no podría estar toda la noche conmigo. Me presenté con ellos ya que dijeron sus nombres muy orgullosos, y luego de escuchar el mío preguntaron si pertenecía a no sé cuál familia- no, soy amigo de la familia -creo que eso tampoco fue muy inteligente, es obvio que si estoy aquí soy amigo de ellos.
La comida llegó y lo hice lo más rápido posible. Ellos no paran de hablar pretenciosamente como es característico de este tipo de gente, y yo solo me limité a sonreír y comer. Acabé realmente rápido, esta gente pica solamente la comida, qué desperdicio.

Me disculpé con ellos y me alejé unos metros, son sofocantes.
-Karin -comencé a caminar de la mano con ella, no se ve bien- ¿qué pasa? -me paré frente a ella más alejados de todos. Asentí y cuando me contó sobre su novio, me sentí triste. Verla sonreír tratando de soportarlo, no me gusta, me hace sentir muy mal. No supe qué decir, pero alguien nos interrumpió y no fue necesario.
¿Sora? ¿Qué hace ella aquí? Solté la mano de Karin y ambas caminaron lejos de mí. Me puse nervioso inmediatamente la vi, pero ella me vio con mucha indiferencia. Por supuesto, ¿qué esperaba? Ella no es la clase de chica que hace un drama por algo como esto, y no estábamos haciendo nada malo, solo charlando.
Rasqué mi cabeza y caminé hasta una de las mesas por una copa. ¿Será que está molesta? ¿Y si le llamo para aclararlo? No, parece que anda muy ocupada, ni siquiera se detuvo a saludarme.
Tomé un trago largo. Ni siquiera me saludó, le tomaba como dos segundos hacerlo pero supongo que eso de mantener la vida laboral y la personal aparte, se lo toma muy enserio.
Me quedé de pie esperando que Karin regresara. Debería buscar a Sora y darle una explicación, pero no creo que le agrade que la moleste en su trabajo. Además no estoy haciendo algo malo como para apresurarme en decir que “no es lo que piensa”.
-Ahh… -solté un suspiro y me quedé recargado mirando el ambiente. Fue una pésima idea venir. Aunque considerando lo que sucedió a Karin… creo que eso me mantiene firme y con ganas de soportar esto. El prometido de su hermana… eso suena espantoso. ¿Qué clase de tipo se metió con ella?
A lo lejos noté a Karin y caminé algunos pasos para encontrarla. La abracé de inmediato cuando noté que estaba llorando, y la tomé de la mano para caminar hasta la salida.
-Espera -me detuve antes de llegar a la entrada, me quité el saco y se lo puse encima. La persona de allí la reconoció, y le dije rápidamente que ella se sentía mal, que su padre me había pedido acompañarla hasta el auto. Obviamente es mentira, y al deshacernos de la atención de ellos, caminamos hasta llegar a la acera.
Tomé un taxi y le dejé entrar antes. Le dije al taxi una dirección a unas cuatro cuadras, realmente no sé dónde ir.
-¿Qué sucedió? -mi mano todavía sostiene la suya, y me agaché para buscar su mirada. Está llorando, y no lo pensé dos veces para abrazarla. Tengo una sensación fuerte en el pecho, quisiera golpear a quien le hizo esto- ¿quieres beber? -sé que ella es menor de edad, por eso le dije al conductor una nueva dirección cerca de mi casa. No estoy pensando más que en una forma de levantarle el ánimo.

Atuendo:

Me siento nerviosa, el evento de esta noche debe ser perfecto, si lo arruino solo un poco mi carrera se va a arruinar. Por suerte el prometido llega a tiempo y le saludo, en mi oido escucho todo el tiempo los reportes sobre los invitados, de la cocina y sobre cada detalle que puedo controlar.
Con algo de retraso llega la prometida, no me sorprendo, son ese tipo de persona, lo que en realidad me sorprende es ver quien es la prometida, ¿no se supone era la novia de Salem? ¿engaña al novio con Salem? ¿Engaña a Salem? Al final he terminado del otro lado de la puerta porque ella me ha dicho que saliera. Aun así están listos cuando se los indico. Da igual quien sea ella o como sea, es la vida de Salem y el seguro tiene lo que quiere. No me importa nada de eso, seguro él es feliz no teniendo algo serio, puede que solo sean amantes.
Cuando me doy cuenta que estoy pensando demasiado en él, lo saco por completo de mi cabeza y me concentro en mi trabajo, al menos lo hago hasta que lo noto en una de las mesas. Parece triste, ¿está triste? tal vez se enamoró de ella ¡por favor deja de pensar en él! pero tal vez necesita a alguien con quien hablar, realmente no parece muy feliz, aun si solo fueran amantes, seguro duele. Pero ahora estoy trabajando, y tal vez soy con quien menos desea hablar.

Me avisan que la madre de la prometida me busca, así que voy con ella y me pide una habitación para descansar un momento. Así que la acompaño, en cuanto llegamos me dice que quiere un poco de vino, y que busque a la menor de sus hijas.
Realmente odio a esta gente, pero aun así digo que si con amabilidad. Me acerco al primer mesero que encuentro y le indico que lleve el vino a la habitación y me pongo a buscar a la menor de la familia. Tardo un poco en encontrarla, porque no estaba en la zona de la fiesta, estaba un poco oculta, pero me acerco a ella.
¡Vaya! y una sorpresa más para la noche. Miro a Ian por un momento, ¿que hace aquí? y con ella…
-su madre me ha dicho que necesita hablar con usted, la llevaré a la habitación- le digo saliendo de mi instante de confusión, al menos no soy de las personas que pierden la cabeza y el mundo se les derrumba, yo no puedo perder el control solo por cosas sorpresivas como ver a mi novio en una fiesta con una mujer.
Camino con la chica, ella parece muy silenciosa, y en cuanto entra a la habitación me alejo porque me llaman para algo de la cocina. Tengo que encargarme rápido de eso para al menos preguntar a Ian que sucede.
Me siento abrumada, pero de alguna manera parece que por fin puedo darme unos minutos. No me cuesta localizarlo, pero cuando estoy por acercarme, esa chica vuelve a aparecer y los veo salir. Escucho una voz en el audífono, pero yo solo estoy mirando la salida. Respiro algunos segundos tratando de calmarme y aunque ahora no quiera, tengo que regresar a trabajar.

Sora:

Hoy es el compromiso de mi hermano, todo parece un poco aburrido si Evan no va a estar aquí, pero no puedo invitarlo, seguro que me delataría de solo tenerlo cerca. Mucho más porque siempre en estos eventos sociales, mamá no deja de cuidarme por lo de mi memoria, sería un desastre que me diera uno de esos desmayos que a veces tengo.
Cuando ellos bajan, me asombro por la belleza del vestido de ella, es obviamente trabajo de mi madre, es hermoso. Aaren también se ve bastante bien, aunque parece un poco rígido.
No sé que ocurre, ya hay mucha gente de pie, han terminado de comer algunos y están platicando con otras personas. Mamá me pide que la acompañe, parece que hay un problema entre Aaren y su padre. Yo me quedo parado afuera cuando mamá entra a defenderlo. Mamá salió con su esposo y yo me quedé en el pasillo, no se que hacer, pero al final me decido por entrar a donde esta mi hermano. Me siento tan mal de verlo así.
-Te ayudaré con eso- comento mirando su mejilla roja. Voy al baño y tomo una de las toallas para remojarla en un poco de agua fría y regreso con él. Lo tomo de la mano para que se siente y me acomodo de rodillas frente a él para limpiar su cara -¿como te sientes?- le pregunto mientras trato de que su cara deje de tener ese color rojo y limpiando sus ojos -nuestra vida no es fácil cierto. No se cuanto falta para que sea yo el que tenga que comprometerse. Me gusta pensar que podré escapar de ese destino. Pero aprendí algo luego de despertar del coma. El amor no es eterno y puede cambiar, así que cuando esté en tu lugar espero poder encontrar a alguien que pueda ser mi amiga y complice- me río porque imagino que ambos terminaremos teniendo amantes, porque ella no podría ser lo que yo busco y yo mucho menos lo de ella -lo siento si no te puedo hacer sentir mejor, me gustaría tener mejor palabras para mi, pero no te puedo mentir- tomo la parte seca de la toalla y seco su rostro, parece que he logrado quitar un poco el enrojecimiento por el golpe -tienes un hermano un poco inútil pero al menos tu rostro se ve mejor.

mei:

Ya sabía para quién trabajaría esta noche, y además no es la primera vez. Pero fue realmente estúpido de mi parte haber aceptado, empiezo a tener acciones tan dignas de un imbécil.
Terminé de acomodar el resto de las copas que sobraron. Los invitados están llegando y es nuestro deber ofrecerles algo de tomar. No la veo por ningún lado, aunque eso no debería importarme, estoy demasiado ocupado como para prestarle atención. Y además me siento patético. ¿Qué pensaba? La estrella principal de la fiesta y yo, el mesero. Me reí de mí mismo y caminé a la cocina a recoger una charola con aperitivos. Aún estando de un lado a otro no puedo dejar de pensar en ella. Pero es imposible, estoy en la fiesta de su compromiso.

Terminamos de servir el vino a tiempo y nos acomodamos en un lugar donde no bloquearamos la vista a los invitados. En cuanto los anunciaron, sentí cómo mi pulso se aceleró y bajé la vista.
-Ohh… la novia está hermosa.
-Es muy sexy, ¿no crees?
Los comentarios de mis compañeros me hicieron sentir incómodo, pero terminé cediendo y alcé la vista. Su vestido la hace ver elegante y sensual. Kajsa suele tener un aura de niña mimada, pero hoy se ve completamente diferente. Se ve hermosa.
-Iré a la cocina -me di la vuelta y regresé a ayudar en la cocina. Me siento miserable y molesto conmigo mismo. De todas las personas, justamente ella es quien vino a meterse en mi cabeza. Sé controlar mis pensamientos, no me gusta dejarme llevar por sentimentalismo superficial.

Me mantuve ocupado ayudando a repartir los platillos. No me gusta la gente de este tipo, pero hoy no tiene importancia, tal vez porque mi mayor preocupación es no toparme con ella.
-Entiendo -la organizadora del evento me pidió llevarle vino a la madre de Kajsa. De todas las personas… ¿hoy será un día de mala suerte? No, eso no existe, además puedo continuar con mi trabajo perfectamente.
Tome un carrito y una botella de vino junto con un par de copas, y me dirigí a la habitación que la organizadora me indicó. Al llegar, la puerta estaba abierta, y me quedé parado al notar que alguien discutía. Cerré los ojos molesto y esperé fuera. Inevitablemente escuché parte de la conversación, y supe que se trataba de su madre y la hermana de Kajsa. No tardaron demasiado, pero me impresionó ver a su hermana salir llorando. Pero lo entiendo, eso que escuché es demasiado intenso, digno de un guión de novela.
-Con permiso -entré a la habitación segundos después, y le ofrecí el vino a la señora que no paraba de tirar palabras al aire. Ni siquiera tuvo la suficiente educación para pedirme que me retirara, pero no es la primera vez que trato con alguien así, no es gran cosa.
Me retiré dejando el vino con ella. Estoy un poco impactado. La hermana de Kajsa siempre se veía como alguien alegre y liberal, y también sé que para ella, Kajsa es alguien muy importante. Pero eso que pasó ahora… ¿está enamorada del prometido? No pensé que Kajsa se casaría con un tipo tan imbécil. Aunque no debería opinar si no sé el trasfondo de las cosas. Sin embargo, Karin no se ve como la clase de persona que pelearía por un chico, y hacerlo por él… qué complicado.
Amitad de camino noté que Kajsa se acercaba. Me detuve y miré a los lados como intentando huír, pero ella me llamó y fue cuando tuve que girarme para encararla.
-Buenas noches -parece que busca a alguien. No fui muy discreto al mirarla, y seguro que el objetivo es que sea el centro de atención y atraiga miradas, y caí completamente- felicidades -dije sin sonreír, porque no me hace nada feliz la noticia. Pero de verdad se ve hermosa, pensé que eso era imposible- te ves muy bien hoy -sonreí sin querer y luego cambié la expresión rápidamente. Debo regresar, y se suponía que la estaba evitando.

Vestuario:

Al escuchar una voz me puse de pie rápidamente, sería un problema mayor si alguien me ve en este estado, ya suficiente he hecho.
-Ah… de acuerdo -no esperaba que Mei estuviera afuera también. ¿Escuchó todo? No quiero ni pensar en la opinión que pueda tener al respecto, aunque ahora eso no tiene importancia. Pero al menos su presencia hace que mis lágrimas se detengan. Tal vez porque no quiero que me vea llorando más de lo que ya notó.
Me senté y solo miré cómo cuidaba de mi mejilla. Ni siquiera me he puesto nervioso porque me tomó de la mano.
-No es gran cosa -en realidad, lo que más me afectó fue el shock y no el golpe en sí. Si tuviera que compararlo, sentí más dolor aquella vez que me golpearon con Ivan y el resto- estoy bien, gracias -no puedo llorar más. No será fácil hacer que mi cara luzca igual en solo cinco minutos, pero al menos podré decir que me sentí enfermo y con eso será suficiente.
Escucharlo hablar tanto me hace sentir bien, pero no entiendo lo que dice. Para mí no es fácil aceptar que amo a una persona, mucho menos algo pasajero. He intentado aplicarlo con cualquier otra experiencia, pero con un vínculo todo es mucho más complejo.

-Gracias -que se dé la molestia de cuidar de mí es suficiente. Usualmente detesto que los demás piensan que me entienden, pero hoy ha sido diferente. Tal vez no es tan grave como aquella vez del accidente, pero no tengo fuerza para molestarme con nadie, o quejarme de la compañia o intento de consuelo de alguien más. Me sentiría mucho peor estando solo- no eres inútil. Muchas veces me has ayudado. Ahora ni siquiera esperaba que alguien lo hiciera pero… apareciste -agaché la vista y miré mis manos- yo sabía que algún día tendríamos que separarnos. Lo he sabido no solo esta vez, también en el pasado -cerré ambas manos en un puño- tal vez si le hubiera dicho sobre quien era todo sería diferente. Si hubiera hablado, nos habríamos dado cuenta de la verdad… Pero ahora ni siquiera podré verla, además le causé problemas -y ahora es cuando me di cuenta que no era tan sencillo. No era solo separarnos y volver a lo que éramos antes. No poder hablar con ella, o reír, experimentar. Karin me daba la sensación de libertad, y tenía la dicha de ser tan transparente como quisiera- yo… creo que algún día podré superarlo, eso me dicta la razón -limpié la lágrima que escurrió por mi mejila- el matrimonio siempre me pareció tan vacío. Pero si estaba tan cerca, ¿por qué entonces no fue ella? Perdí a alguien muy importante, y duele mucho -respiré profundo para evitar llorar. Nunca pensé que terminaría hablando de esto con él. No puedo ni alegrarme porque al fin pude dejarlo ir, siempre me doy cuenta de las cosas muy tarde.

¿Lo he ayudado? supongo que son cosas del tiempo que he olvidado, pero creo que ahora no es momento como para sentirme mal por no recordar esas cosas. Aaren parece querer mucho a esta chica. Nunca imaginé que lo vería llorar, pero solo puedo imaginar lo que siente. Si y llego a perder a Evan, eso va a doler mucho, no sé como podría estar lejos de la persona que más he amado
-Lo harás, verás que si- le digo con una sonrisa para animarlo, quiero verlo mejor, y lo único que se me ocurre es tal vez contagiarlo de un poco de buen humor -a demás, en algunos años podrían divorciarse- me encojo de hombros -vas a estar casado, tendrás tu casa, y tus propios negocios, y nuestros padres ya no podrán controlar nuestras vidas- tal vez no suena demasiado alentador, porque es una salida a largo plazo, pero al menos hay una salida en algún momento.
-y si te hace sentir mejor, mamá debe estarlo regañando muuuucho en este momento- me río porque no es mentira, ella es una mujer de carácter duro, y puede ser dura y querer controlar cada aspecto de nuestras vidas, pero jamás pondría una mano sobre nosotros.
-Ya no se nota tanto- le indico para que se vea en un espejo el rostro [color=#cc0000]-deberíamos bajar, y si quieres puede acompañarte mientras estamos entre la gente.