Who are you? [privado]

No es extraño que Dima llegue a la casa a comer o pasar el fin de semana entero, y este no es la excepción. Ilkin y Min ya no dicen nada al respecto, incluso Ilya se queda algunas ocasiones, aunque él siempre duerme en la recámara de Min, se hicieron buenos amigos. Y aunque Dima y yo dormimos juntos en incontables ocasiones, todavía no hemos avanzado más allá de tocarnos. Soy alguien que llevó una vida sexual activa y ahora estoy bastante frustrado. Sin embargo no lo presiono, entiendo que no es sencillo para él y la verdad, en el momento en que tenemos un poquito de intimidad se me olvida un rato. Me gustan nuestros besos, dormir juntos o que sea cariñoso conmigo. Al principio no era tan abierto con sus gestos amables, pero poco a poco comenzó a ser más amable y seguro, y en esta casa nos sentimos cómodos de ser nosotros mismos.

Hoy decidí prepararles algo de comer, Ilkin está en casa y no es bueno tampoco estar todo el tiempo en mi cuarto con Dima, por eso preferí mandarlos a comprar un buen vino y algunos ingredientes para la ensalada mientras yo preparaba la lasagna. Ya que Ilkin es un chico demasiado amable, fue fácil que Dima dejara sus celos de lado con él y con Min, aunque con Min no habla mucho pero al menos ya no se miran mal.
-¿Olvidaron las llaves? -resoplé molesto y me limpié las manos para ir a abrir la puerta- no puedo creer que de los dos, ninguno llevara llave -apenas abrí y me di la vuelta para volver a la cocina, pero su voz hizo que me girara rápido. Es inconfundible, y como hace tiempo que no me llama de esa forma, sentí una presión en el pecho- papá, hola-¿qué hace aquí? ¿Quién le dijo dónde vivía? Pensé que ya se había rendido con eso de averiguarlo. Mi estómago comenzó a dolerme, estamos solos, no puedo evitar ser consciente de eso y por inercia me abracé a mí mismo- [color:0c1b=0000cc] ah, lo siento, pasa -me moví para que entrara y tomé la perilla de la puerta, dudé, pero al final cerré, no puedo dejar abierto- siéntate. Amm, ¿sucedió algo en la empresa? ¿Me llamaste? -de mi maletín saqué mi teléfono, pero no hay llamadas perdidas. Mis manos están temblando, y apreté con fuerza una de la otra para tranquilizarme.
Sentí sus brazos rodearme por detrás y sentí que el aire me faltaba. No pude moverme, mi corazón comenzó a latir muy rápido. Tengo el teléfono en la mano, pero ni siquiera me sale la voz, no puedo mover mis dedos. Cerré los ojos con fuerza, no quiero que me diga nada de eso, quiero que se vaya, ¿por qué vino? Es demasiado difícil rechazarlo, pero aquí... no, Dima vendrá, tiene que irse.
-Tengo el horno prendido, necesito ir a la cocina -con dificultad fui quitando sus manos alrededor de mi cintura, pero me tomó de la mano, me acercó a él y nuevamente quedé inmóvil. Tengo miedo, Dima vendrá, él va a verme. Me odiará, estoy seguro de eso, pero no puedo moverme, siento que me quedo sin fuerza y ni siquiera entiendo de dónde proviene esta sensación, solo está allí en cuanto él se me acerca.

Andy:

Necesité de muy poca investigación para dar con el sitio donde  Andy está viviendo. Ahora que Emi ha estado rechazando mis visitas y aplazando nuestros encuentros, tuve la necesidad de volver a buscarlo. Está viviendo con Ilkin, y ni siquiera me impresiona, pero no importa cuántas veces le preguntara al chico, no me respondía.
Estacioné el auto y subí al piso de ellos. Solo bastó una sonrisa y palabras amables para que el portero me permitiera el paso. Tengo entendido que Dima ha estadio quedándose con él regularmente, no sé cómo es que de nuevo pudieron fortalecer su relación, ¿no estaban ya como antes? Además la manera en que se comportan es desagradable, ni siquiera se dan cuenta de lo que les rodea.
-Olvidé las fotos -en la prisa por venir olvidé el folder que me entregaron. Necesito ver a Emi, pero ella se sigue negando por culpa de su padre. Además he dejado de tomar el medicamento con regularidad, a veces solo me olvido de ello.
La puerta se abrió y sonreí, aunque Andy no se ha percatado que soy yo, parece que esperaba a alguien porque se encuentra muy ocupado cocinando.
-Andy -hablé con tono amable, y cuando se giró le dediqué una sonrisa. Luce impresionado, no tan feliz como imaginé. Tiene la misma expresión que la noche de la fiesta de año nuevo. Ni siquiera me invitó a pasar, ¿planea dejarme fuera?- no recuerdo que tus modales fueran tan malos -entré al departamento y eché un vistazo. No se escucha nadie, creo que está solo y considero una suerte, porque presiento que si Ilkin hubiera abierto la puerta, me negaría a Andy- ¿no puedo solo venir a verte? -suspiré-te he extrañado, por eso estoy aquí -caminé tras de él y envolví con mis brazos su cintura- has crecido desde la última vez -hablé cerca de su oído y sonreí- ¿no estás feliz de verme? Fuiste muy cruel al dejar de contactarme, en el trabajo apenas si me diriges la mirada -mi tono de voz fue triste. Puedo sentir su cuerpo temblar y dentro tengo esa sensación placentera. Pero él retira mis brazos y apreté la mandíbula, ¿me está rechazando?- ¿es más importante que yo? -tomé una de sus manos y la otra la llevé a su cintura. No me mira, es igual que ese día, él se comporta tan extraño- no me extrañas, ¿cierto? Por eso te comportas tan distante -solté un suspiro, mi voz salió triste, así que eso debería ser suficiente. No tengo la paciencia para esperar, han sido meses desde la última vez que hablamos, él no tiene derecho de botarme de su vida.

Mitya:

Por fin ha terminado la semana, y he decidido pasarlo con Andy, así que luego de guardar un poco de ropa para bañarme cuando esté allá. Bajo, hoy mamá no está, salió porque está ocupada con el trabajo, así que le he llamado para visarle que ya me voy a casa de Andy. Me pregunta sobre Ilya y le digo que él ha ido a su trabajo pero no me dijo nada de si pasaría el fin de semana con nosotros. Dice que está preocupada, que lo nota raro, yo no lo sé, creo que he sido un poco descuidado con mi primo desde que Andy y yo estamos mejor.
-Le preguntaré a su amigo- le digo para que no se preocupe tanto por él.
Mamá ha estado de mejor humor últimamente y parece más dedicada a su trabajo, me gusta verla con esa sonrisa en su cara, incluso sonríe cuando nadie la ve, y ella no solía tener esos gestos. Siempre pensé que para ser tan bella luce muy triste.
Al subir al auto conduzco a casa de Andy, pongo algo de música para ir. Estoy feliz de verlo, esta semana lo he echado mucho de menos.
Cuando llego, uno de sus amigos parece que pasará todo el día en la casa. Antes me molestaba por eso, pero ahora entiendo que es casa de ellos también, y solo porque yo venga, ellos no se tienen que ir.
Los he conocido un poco más, el rubio es amigable y parece una persona decente, del otro aun no sé, pero al menos parece que respeta, así que yo también me he relajado con ellos.

Y de alguna manera ahora estoy en el supermercado con el rubio, hemos venido a comprar unas cosas que Andy nos ha encargado. Estamos en la sección de vinos, él parece no saber cual elegir. Tiene una botella en cada mano.
-Vamos, date prisa- me quejo un poco, porque yo he venido para pasar tiempo con Andy y ahora estoy de mandadero. Giro los ojos cuando me habla, es un tipo tan relajado que me desespera un poco.
Platicamos un poco mientras vamos de regreso, y pues es agradable, y ahora creo que es mucho más simpático.
Ambos traemos las bolsas, así que espero a que sea que él abra la puerta.
-Tardamos mucho por culpa de tu amiguito- me quejo mientras entramos pero me paro en seco cuando localizo a Andy -¿Que diablos!- suelto las bolas sin importarme nada y camino hasta ellos. Tomo a Andy del brazo y lo jalo para arrebatarlo del agarre de mi padre -¿Que haces aquí?- pregunto tratando de reprimir mi enojo. Pero no quiero que toque a Andy, él no tiene derecho a poner sus manos sobre su piel.

Dima:

Por fin es fin de semana, he tenido bastante trabajo en la escuela, y no he tenido muchas oportunidades para estar con Mia, pero solemos hablar la mayoría de las noches antes de dormir. Creo que nos acostumbramos un poco a mantener nuestra relación gracias a estas cosas. Quiero verla, creo que mañana le mencionaré que salgamos a algún museo y luego a comer. Así que tomo celular para comenzar a buscar que exposiciones nuevas hay que le puedan gustar. Hay una que parece interesante en el museo de geología, es sobre piedras preciosas.
Desayuno un poco de cereal, Min ha salido para ir a visitar a las personas de su viejo trabajo, y para ir por unas cosas que dice que dejó olvidadas, la verdad es que yo creo que solo va para poder ver a pequeño Ilya. Creo que ese niño saca un lado muy tierno en Min, es agradable verlo ser de esa manera por una persona que le gusta.
Andy me avisó que su hermano vendría, y le digo que está bien, pero que cuiden no hacer mucho ruido que tengo el sueño ligero. Obvio solo estoy jugando, las paredes de la casa son bastante gruesas, así que no es un lugar donde se escuche lo que ocurre en otras habitaciones.

Andy ha dicho que iba a preparar algo para que comamos pero dice que necesita unas cosas, no dudo en ofrecerme y él sugiere a su hermano que vaya conmigo. Creo que quiere que nos llevemos mejor, por mi no hay problema, mientras Andy se vea feliz, yo puedo poner de mi parte para llevarme bien con su hermano.
Vamos en mi auto, y platicamos un poco. Es una persona de carácter fuerte, me recuerda un poco a Souta en ese aspecto, así que no tengo mucho problema en tolerar su comportamiento.
-Tranquilo, solo quiero que elegir el vino adecuado- comento dejando una de las botellas y poniendo la otro en el carrito.
Luego de pagar, vamos al auto, hemos comprado más cosas de las que ha encargado, pero no puedo evitar comprar comida chatarra cuando vengo a comprar. Pongo la clave de la cerradura y entro primero. Jalo la puerta para que Dima pueda entrar, pero me quedo parado con sorpresa en mi rostro.
Veo a Andy con su padre. Lo toma de la mano y la cintura, inmediatamente me siento mal. Un poco de taquicardia y la garganta seca. Salgo de mi trance cuando el menor se mete y rompe el contacto entre ellos. Yo me muevo dejando que la puerta comience a cerrarse.
-Buen día señor- saludo al hombre.
Dejo las bolsas en la cocina y levanto las que Dima tiro y las dejo junto a las demás. Aunque hago esto, aun me siento mal, así que me apoyo en la barra.

ilkin:

Sus palabras me hacen sentir culpable, porque tiene razón en que lo he evitado, en que no le di la dirección de mi nueva casa ni respondía sus llamadas fuera del trabajo. Pero no lo entiendo, él me dejó de lado tanto tiempo y ahora parece que quiere volver a nuestros días felices. Eso ya no se puede, yo amo a Dima, estoy seguro de ello. Y además, si Dima se entera que le hablé seguramente se va a enojar y me odiará, no quiero que me odie o que sufra.
-No, simplemente he estado muy ocupado, ya sabes... -ay, no, lo he tuteado, y lo miré asustado. No le gusta que mis modales sean malos, y van dos veces hoy- yo lo siento, no quería -el sonido de la puerta nos interrumpió y miré en esa dirección, mis ojos se abrieron y sentí el sudor frío en mis manos y en mi nuca. Él nos vio, no quiero que se vaya, tengo que explicarle- Dima, no -sentí un jalón y cerré los ojos unos segundos, y cuando me di cuenta que estaba lejos de mi padre, solté el aire, es como si lo hubiera estado conteniendo durante este tiempo, aunque sé es imposible.
Me coloqué tras de Dima y miré al suelo. Tomé sus hombros con cuidado, no sé si se enojará que lo toque ya que he tocado también a mi padre, probablemente le dará asco.
-Iré a la cocina -con dificultad caminé hasta la cocina, no pude ver a ninguno a los ojos. ¿Se quedará? Tal vez debería irme, ellos se llevan mejor cuando no estoy cerca.
Abrí el horno y metí la mano para sacar la lasagna, pero antes de tocar el recipiente Ilkin me jaló del brazo.
-El guante, lo olvidé -me reí y fui al cajón a tomar los guantes, pero mis manos están temblando aún. Tengo mucho asco, y me agaché cubriendo mi boca porque las ganas de vomitar y el mareo eran insoportables. Respiré profundo un par de veces y me levanté, serví un poco de agua para papá y regresé donde ellos. No quiero que peleen, es difícil estar aquí pero tengo que esforzarme, si Dima me ve así pensará mal, y no quiero que lo malinterprete.

Primero obtuve una excusa, pero después vino su disculpa y sonreí satisfecho, no ha sido lo que esperaba pero al menos se ve arrepentido. Dejé pasar mucho tiempo, debí verlo antes o llevarlo a algún lado luego del trabajo.
Pero Dima llegó y apenas tuve tiempo de reaccionar, sus movimientos fueron muy bruscos, y lo miré molesto cuando alejó a Andy de mí.
-Buenas tardes -saludé a Ilkin e hice una ligera reverencia- ¿esa es la forma de hablarle a tu padre? -lo miré serio pero luego suspiré, no acostumbro a enojarme con él, es un poco difícil regañarlo incluso si se comporta tan descortés- vine a hablar con Andy, no es asunto tuyo -miré alrededor, traían cosas  en las manos- mira lo que has hecho, disculpa por eso, Ilkin -lo observé luego de disculparme con Ilkin, su reacción fue demasiado violenta, como si le molestara. Cada vez me gusta menos la dirección que toma su relación. ¿Es posible que por eso Andy ya no quiera verme? De solo pensarlo fruncí el ceño- tu madre me dijo dónde vivías, me extraña que ella lo supiera y yo no -tomé el vaso de agua que me ofreció y me senté en el sofá de la sala- también me dijo que tú pasas mucho tiempo aquí, Dima. En realidad no solo ella lo ha notado -puse una expresión seria y miré a Andy- eres muy descuidado -di un trago al agua y lo dejé sobre la mesa- tienes una linda casa, Ilkin. Ahora que sé que Andy vive contigo me siento más tranquilo. Así podré visitarlo sin temor a  importunar a alguien -me imagino que él también sabe la clase de relación que ellos parecen tener, y quisiera saber hasta dónde es que conoce a Andy y qué sabe, si es que él habló sobre nosotros.

Siento las manos de Andy en mis hombros y eso me detiene a no hacer otra cosa más agresiva contra mi padre. Aunque ganas no me faltan, pero me detengo porque después de todo es mi padre. Podrá ser un monstruo, pero sigue siendo mi padre, solo por eso le tengo un mínimo de respeto. Pero cada vez que lo veo con Andy, ese sentimiento va muriendo. Yo adoraba a mi padre, pero cada día durante años, esos sentimientos se fueron extinguiendo.
-¿Estás bien?- pregunto a Andy con preocupación. Esta vez no dejaré que le haga daño, yo lo voy a cuidar de ahora en adelante -Tss, claro que no - digo a mi padre mientras me cruzo de brazos. Yo no le tengo miedo, mi personalidad insolente no se controla ni siquiera con él, solo mamá puede ponerme un algo, pero él no.
-¿Por que no? ¿No son asuntos de la familia? si es de la empresa, deberían hablarlo en el trabajo- ahora se disculpa con Ilkin en mi lugar por el desastre que hice, pero yo no lo hago, tal vez luego le pida perdón, pero ahora toda mi energía está dedicada a él.
-¿En serio? - pregunto con sarcasmo cuando dice lo de mamá, no le creo, ella ni siquiera sabe, ¿o Ilya le dijo? -Si, supongo que los empleados de la casa lo han notado- me he sentado en el sofá, en el lugar donde lo puedo ver de frente. Apreté mis puños cuando se dirige a Andy.
Estoy por decirle que no se atreva a venir, que no queremos que venga, pero para mi sorpresa es Ilkin quien habla y por primera vez despego los ojos de mi padre y miro al rubio. Luce diferente a lo de costumbre.

Las veces que he visto a Andy con su padre, yo me siento mal, algo me pasa y no lo entiendo. Puedo notar algo en ellos, y aun si fuera verdad, ¿por que iba a importarme? suelo ignorar esas cosas en las vidas de los demás, porque yo tengo mis secretos, pero con Andy hay algo que se remueve en mis entrañas.
Ellos intercambian palabras y solo hago caso hasta que escucho mi nombre.
-No es problema señor- digo sobre lo de las bolsas. Andy se acerca, y mi mirada lo sigue, me siento triste, preocupado. Veo que se quiere encargar de la comida, pero noto que no se ha puesto los guantes.
-Andy- me he acercado tan rápido como pude y lo detuve. Se ve mal, así que tomo los guantes que tiene en la mano y me los pongo y saco la lasagna.

De nuevo escucho mi nombre y miro al padre de ellos.
-si, es una casa linda, mi padre me la regaló- explico y de reojo miro a Andy -Pero temo que no estoy de acuerdo con eso, usted es una visita inoportuna, y no me gusta eso en mi casa- siento mi pecho acelerado por lo que digo, mis modales no suelen ser jamas de este tipo, pero no puedo dejar que una persona que obviamente no es bien recibida, diga que vendrá de nuevo sin temor -No quiero que venga a mi casa, si sus hijos y usted se quieren reunir, háganlo en otra parte- siento como si mis brazos estuvieran entumidos, y siento miedo. Miro a Andy, quiero abrazarlo, decirle que no dejaré que ella lo toque. ¿Qué? ¿Ella? no, él, es él.
-Quiero pedirle que se retire, por favor- creo que estoy comenzando a palidecer, me siento cada vez peor, estoy aterrado y no sé por qué. Camino a la puerta y mi mano temblorosa la abre. Escucho su voz, sus reclamos, su llanto, su completo y atemorizante enojo. No sé como pasa, pero de repente todo se desvanece y pierdo toda la fuerza de mi cuerpo y caigo al suelo.

Asentí cuando Dima me preguntó si estaba bien, fue una respuesta automática. ¿No está molesto conmigo? Quiero decirle que lo que vio no es lo que piensa, y que si quiere puedo subir a mi recámara para que ellos puedan hablar tranquilamente y no tenga que verme ni hable con papá frente a él. Pero mi voz no sale, es difícil hablar con estas nauseas insoportables y tampoco quiero que papá se moleste. No sé a quién debería obedecer.
De nuevo pronunció mi nombre, no sé qué desea hablar conmigo, tal vez me pedirá explicaciones de porqué dejé la casa. ¿Qué le digo? No puedo contarle la verdad, no quiero que me odie o que se enoje con Dima. A Dima no lo regaña mucho pero a veces solía pedirle que no se metiera y me dejara tranquilo. No me gusta cuando hace eso y por ello siempre tengo que hacer caso.
-¿Mamá te dijo? -lo miré de nuevo, yo le dije que no hablara sobre mí con papá, ella me lo prometió. Pero mamá no sabe la razón por la que me fui, seguro la puse en una situación complicada, ¿estará molesta o triste por eso? Ella siempre llora y a mí no me gusta verla triste. Y ahora su reproche me hizo sentir culpable, estoy haciendo las cosas mal, yo tenía que explicarle apropiadamente, desde siempre ha sido así y ahora no lo hice. Lo desobedecí y seguramente estará triste y molesto porque pasé mucho tiempo sin llamarle- lo siento mucho, seré cuidadoso, lo siento mucho, papá, perdón -no sé con qué pero lo haré, porque no me gusta que discutan como ahora han comenzado a hacerlo. Pero no quiero que venga. Este era mi lugar seguro, aquí alejado de todos podía estar con Dima. Pero si él ya lo sabe y vendrá entonces tendré que buscar algo más o regresar a casa, tal vez si hago eso me perdone.
Levanté la vista cuando Ilkin le negó la entrada a nuestra casa. Me quedé muy impactado, no creí que fuera a hacerlo. Eso no está bien, si lo desobedece se pondrá triste, y cuando papá está triste se vuelve un monstruo. Pero luego de eso Ilkin cayó al suelo y cubrí mi boca asustado. Ellos se han acercado a verlo y yo no pude moverme hasta que noté que papá lo tocaba. No, ya lo sabía, como le ha negado la entrada ahora lo va a castigar.
Corrí hasta ellos y me dirigí a papá.
-¡No lo toques! -empujé a papá lejos de Ilkin y cuando me miró, sentí mucho miedo. Lo hará, me va a castigar- perdón, perdón -me levanté y di dos pasos hacia atrás, y luego corrí hasta el piso de arriba. Él estará muy enojado, otra vez va a llorar y me dirá que me va a regresar allí, donde nadie me quiere.
Cuando entré a mi recámara abrí la puerta del closet y me metí, cubrí mi boca con mis manos y cerré los ojos. Si lloro va a escucharme y vendrá, tengo que callarme. A papá no le gusta que llore, tampoco le gusta que me enoje y ahora he hecho las dos cosas. Además lo empujé, eso tampoco le agrada, dice que no tengo permitido rechazarlo, que si lo rechazo él puede morir de tristeza y yo no quiero que muera porque lo quiero mucho. Pero tengo mucho miedo, no quiero que me castigue, no me gusta que me toque.

Es inútil tener una conversación civilizada con Dima, sobretodo cuando Andy está presente, siempre se comporta a la defensiva como si yo fuese su enemigo.
-Sigue sin ser de tu incumbencia. Además, ¿por qué estás tan molesto? -desde que Andy llegó a nuestra casa y cuando se trata de él, Dima se vuelve un niño malcriado. Por eso tuve que separarlos, porque cada día era más rebelde y eso no era bueno para él y su imagen, tampoco iba a permitir que ese niño inocente se viera influenciado por Andy. Pero creo que me confié demasiado-.

Me quedé serio mirando a Ilkiin, aunque es más una expresión de asombro la que traigo en el rostro. Nunca me imaginé que fuese a rechazarme, parecía un chico bien educado y nos hemos visto ya varias veces que esto verdaderamente me sorprende. Pero desde el inicio fue honesto y directo, y aunque lo pensé como una buena cualidad antes, ahora me ha hecho enojar.
-De acuerdo -me puse de pie y me acerqué a la entrada, eso no lo esperaba, no soy alguien acostumbrado al rechazo pero últimamente todo el mundo me dice que no. Incluso este chico que es un completo extraño me ha negado el visitar a mi propio hijo.
Mi cuerpo se movió rápido cuando noté que caía al suelo. Gracias a que me encontraba casi junto a él logré tomar su brazo y evitar que su cabeza golpeara contra el suelo, y lo recosté lentamente, quedando en cuclillas cerca de él..
-Oye, Ilkin -le hablé pero no hubo respuesta. Lo primero que pensé fue en tomar su pulso, solo ha sido un desmayo al parecer, pero aún así no es un escenario agradable para mí- consigue alcohol -mis manos están sudando, y como Dima también se acercó le ordené ir por algo para hacer que reaccionara. Pero Andy gritó y su empujón hizo que cayera sentado en el suelo. Mi mirada se enfocó en él los pocos segundos que estuvo frente a mí. ¿Qué fue eso de ahora?- ¡te dije que fueras por alcohol! -grité sin pensarlo, y agaché la mirada cuando noté que era a Dima a quien había ofendido- lo siento -pero cuando logré disculparme él ya no estaba frente a mí. Me quedé unos segundos mirando en dirección donde ellos habían ido, y luego miré al chico sobre el suelo. Tragué saliva y busqué en mis bolsillos, pero no traigo el medicamento, ni siquiera sé dónde lo dejé. Llevé mi mano a mi cabeza, mirarlo me hace recordarla a ella- tu cabello es rubio -acaricié su mejilla un par de veces, y después comencé a levantarlo para poder cargarlo. Es bastante alto y pesado, pero tengo la fuerza suficiente para moverlo. Subí las escaleras y caminé hasta la única puerta que se encontraba abierta. No sé dónde se metieron ellos, una vez que deje al chico en su cama iré a buscarlos- eres más pesado que ella -lo coloqué en la cama y solté un suspiro de cansancio. Toqué su cara, él me rechazó, creo que después de todo no le agrado.
-Ilkin, despierta -le llamé un par de veces más, y como no noté reacción, busqué alcohol por la habitación. Pero no tardó mucho en reaccionar afortunadamente, y me acerqué de nuevo a la cama- no te levantes, te desmayaste -odio tratar con enfermos, pero con ella solía pasar por esta clase de cosas más frecuente de lo que me hubiera gustado.

Miro a Andy, ahora no puedo evitar molesta cuando comienza a disculparse, quiero decirle que no tiene que hacerlo, que no importa papá.
Odio que diga eso, todo lo que tenga que ver con Andy me importa y quiero saberlo.
-No es de tu incumbencia- contesto por lo de mi enojo. Soy una persona grosera, no es nada nuevo, aunque con papá lo que ocurre con mayor frecuencia es que yo me largo para no estar en su presencia.

Casi siento que puedo respirar de nuevo cuando Ilkin le niega la entrada a la casa. Siempre lo he considerado una persona demasiado tibia, siempre quedando bien con todo el mundo, como si caminara por encima de cristales, pero esta vez muestra un poco de carácter. Sonrío cuando papá se levanta y camina a la puerta, pero me giro cuando escucho aquel alboroto. Me levanto, el tipo están en el suelo, me acerco a ellos, papá pide alcohol, pero yo no se donde hay y luego Andy reacciona empujándolo, pero luego ha salido corriendo a su recamara.
Ahora me grita a mi, pero no me sobresalto, solo lo miro de manera severa por haberme gritado.
-Buscalo tú- me siento mal por dejar a Ilkin, pero ahora mi prioridad es Andy. Subo corriendo y entro a la recamara. Pero no lo veo, me asomo al baño pero tampoco está. Entonces recuerdo cuando éramos niños. Camino hacia el armario y con mano temblorosa lo abro. En cuanto lo veo se me parte el corazón. Me dejo caer de rodillas al suelo y lo abrazo.
-Te dije que te iba a proteger, esta vez te voy a proteger- le digo y mi voz se quiebra mientras hablo. Debí salvarlo, debí hacerlo antes, desde hace mucho, me odio por haberlo dejado solo. Ha sufrido tanto porque yo lo permití, eso me convierte en un monstruo también -Perdoname- le pido haciendo mi abrazo más fuerte mientras comienzo a llorar -Por favor, perdoname- le suplico aferrándome con fuerza él -esta vez te voy a salvar, lo haré. Lo juro- le he hecho tanto daño, y por eso me odio tanto.

Comienzo a abrir los ojos, tardo un momento en enfocar y veo que estoy en mi habitación, ¿Como llegué? Me siento aturdido pero intento levantarme. Una voz se escucha y me doy cuenta que no estoy solo. Miro a la persona, ¿qué hace él aquí?
-Estoy- le digo mientras me comienzo a sentar y trato de recordar lo que ha pasado y una imagen aparece de inmediato con claridad. Cuando abrí la puerta, él y Andy. Siento un malestar, mi pecho se agita. Recuerdo la mirada de Andy cuando lo detuve antes de meter las manos al horno, me levanto corriendo de la cama y aunque me mareo, consigo llegar al baño y comienzo a vomitar. Lo hago hasta quedar sin nada en el estomago y aun así aun tengo arcadas. ¿Por que reacciono de esta manera? Claro que me importa mi amigo, pero esto es demasiado. Poco a poco me controlo, estoy sudando por el esfuerzo de haber vomitado. Le bajo a la taza e intento levantarme para enjuagar mi boca, pero me siento débil, no logro levantarme, mi cuerpo tiembla.
Miro mi mano, esos tatuajes que mi madre eligió para mi. Recuerdo lo encantado que estaba cuando dijo que debería hacerme uno. Me siento mal, no debería estar pensando en ella, pero de nuevo las arcadas regresan, aunque no sale nada más, solo la saliva que se produce y escurre por mis labios.

Me siento miserable, no me puedo levantar y no me atrevo a pedir ayuda luego de lo que dije. Además tampoco me atrevo a mirarlo, siento que si lo hago recordaré la expresión de Andy y solo me siento mal cuando pienso en eso. Siento escalofríos.
Me muevo de nuevo, intento levantarme, y aunque me cuesta logro hacerlo, apoyo todo mi peso en el lavamanos y enjuago mi boca. Luego intento salir del baño, y me apoyo del marco de la puerta, pero no lo hago bien y de nuevo siento como voy al suelo. Esta debilidad parece absurda, pero es como si mi mente no pudiera trabajar en dar ordenes a mi cuerpo.
-¿Que me pasa?- pregunto asustado.

Escuché pasos dentro de la recámara y cerré los ojos con más fuerza. Mi corazón va muy rápido, también siento el sudor en mi nuca. Tengo mucho miedo, pero al menos he logrado callar mis quejidos y tal vez si no abro los ojos, corra con la suerte que no me encuentre. Pero el sonido de la puerta del closet me hace mirar asustado en dirección a esta. Mis lágrimas salieron aún sin destaparme la boca, no es él, es Dima. Me quedé sentado mientras me abrazaba, él me está pidiendo disculpas y para poder decirle que se detenga, descubrí mi boca. Está llorando, siempre hago llorar a Dima. Si yo fuera más valiente Dima no tendría que llorar por verme así, no debo ser una persona débil. No entiendo cómo Dima puede pedirme disculpas si quien lo ha dañado siempre soy yo. Él tiene feos recuerdos gracias a mí, no se lleva bien con papá gracias a mí, todo lo malo que le ha pasado es por mi culpa y aún así se disculpa.
Llevé mis manos a su espalda y comencé a llorar muy fuerte. Quiero decirle algo, que no llore, pero sería estúpido porque yo mismo lo estoy haciendo. Pero gracias a ese abrazo me siento mejor, tengo miedo pero con él pareciera que puedo soportarlo. Sí, siempre fue así, él era mi “fuente de energía” como solía llamarlo. Lo que sea podría soportarlo si él estaba bien y me mostraba su cálida sonrisa.
-No llores, Dima -lo abracé más fuerte, no puedo dejar de llorar, ya manché su ropa con mis lágrimas- perdón por hacerte llorar -mis palabras terminaron en un sollozo y me aferré a su ropa con mis manos. Estuve así un rato, llorando y abrazándolo- tengo mucho miedo.
De pequeño siempre me enseñaron que los hombres no debíamos temer a nada, que por naturaleza somos valientes y protectores, y que debemos cuidar de aquellos que lucen más débiles. Cuando llegué a casa, Dima se convirtió en la persona más importante para mí. Lo vi y pensé que era muy bonito, y su sonrisa me hizo sentir nervioso, pero con pocos días supe que su cariño y su amabilidad eran auténticas. Me prometí cuidarlo siempre, y por eso me dije que pasaría el resto de mi vida a su lado. No importaban las cosas malas que con el tiempo comenzaron a pasar, no importaba si nadie más me quería, porque tenía a Dima y su sonrisa, y aunque sus manos eran más pequeñas que las mías, siempre limpiaba mis lágrimas y me abrazaba. Él siempre fue mi razón para vivir.
Me separé de él y limpié sus lágrimas, y dejé un beso sobre sus ojos. Siempre quise besar sus labios, pero eso no era correcto.
-Ilkin -llevé mi mano a mi cabeza, tengo una punzada muy fuerte y el recuerdo llegó, él se cayó, ¿qué fue lo que le pasó?- ¿dónde está? Tengo que ayudarlo -miré al closet, ¿en qué momento me metí aquí?- ¿qué… hago aquí? -desvié la mirada apenado, ¿por qué terminé de esta forma? Las cosas que hice y dije, deben pensar que estoy loco. Por la vergüenza un par de lágrimas salieron de nuevo, pero limpié mi cara y empujé a Dima para poder salir- perdón, yo no sé… actué muy extraño, ¿cierto? -me reí nervioso, no dejo de llorar aunque lo intento- no me odies, Dima. esto… voy a arreglarlo, te lo prometo -no me atrevo a mirarlo a la cara- tengo que ir a disculparme con ellos -pero apenas pensar en papá mis manos temblaron y me aferré de nuevo a la ropa de Dima.

Me acerqué a él cuando despertó e intenté ayudarlo a enderezarse. Está aturdido, y aunque me resulta incómodo permanecer aquí luego de haber sido corrido, no puedo dejarlo a su suerte. Dima no mostró el mínimo interés por ayudarlo, y Andy es un caso perdido. Todavía no sé qué haré con ellos dos, pero por alguna razón mi atención está en este chico. Tal vez por su estado es que me he quedado a su lado en lugar de ir tras mis hijos.
-Estás en tu recámara, no te presiones -pero hizo completamente lo contrario, y no tuve el tiempo de reaccionar y detenerlo. Lentamente me he acercado al baño, puedo escuchar el sonido que hace al vomitar. No comprendo cuál es su problema, es obvio que no se encuentra bien y no soy la mejor persona para lidiar con los problemas ajenos. Pero con él siempre permanezco cerca hasta que se calma, y por ello ha dolido un poco que me rechazara tan fríamente. tengo que irme -no es correcto dejarlo solo, pero no puedo seguir con él. No sé porqué pero siento una extraña conexión y necesidad de cuidarlo, aún después de su comportamiento grosero allá abajo.
Pero no me fui, me quedé esperando que saliera y cuando se acercó a la puerta del baño, lo sostuve por debajo de sus brazos para evitar que cayera.
-Debes ir a la cama, al parecer bajó tu presión -me pegué a él para tomarlo de un lado y poder llevarlo de vuelta a la cama- sostente de mi cuello -llevé uno de sus brazos alrededor de mi cuello y tomé su cintura para cargar con el mayor peso posible. Avanzamos lento a la cama y allí lo acosté despacio, aunque ya que es grande no terminó bien acomodado- necesitas levantar tus piernas. ¿Estás enfermo de algo? -debe ser, porque siempre termina afectado por pequeñas cosas. Ahora no ha visto a su madre que parece ser la principal causa de su estado, ¿entonces qué fue lo que sucedió?- desabrocha tu cinturón, si te cuesta trabajo te ayudaré -tomé sus piernas y las levanté un poco, pero su mirada muestra incomodidad, aún así no dejé de hacerlo- cuando mi esposa estuvo enferma tenía constantes desmayos, por eso me hice un experto en lidiar con situaciones así -pero lo odio, detesto los enfermos, o los funerales y todo lo que tenga que ver con personas enfermas. Sin embargo con él lo soporto, no sé porqué pero me recuerda un poco a ella, y entonces viene ese impulso por procurarlo y hacer que se sienta mejor- listo, ahora no te muevas, te traeré un poco de agua -me alejé hacia la puerta y salí para la sala. La puerta de la recámara sigue cerrada, no puedo deducir cuál de las dos es la de Andy.
Seguí mi camino y abajo tomé una botella de agua del refrigerador, y volví con ella a la recámara de Ilkin. Por educación toqué un par de veces antes de entrar y me senté en la orilla de la cama, abrí la botella de agua y se la ofrecí. Quité algunos cabellos de su cara, tiene un rostro bonito, pero sí, lo más hermoso es su cabello.

He dicho que lo voy a proteger, pero ahora no sé como hacerlo, solo puedo abrazarlo y desear que todo se arregle. Quiero ser fuerte y cuidarlo, pero tengo miedo de fallar como ya lo hice antes. ¿Y si no puedo hacer? ¿y si le vuelve a hacer daño? me esforzaré con todas mis fuerzas, pero en el fondo sigo sin sentirme seguro de si podré hacerlo.
-Shh, no es tu culpa- le digo acariciando un poco su cabello. Intento ser fuerte, aun cuando estoy llorando, intento que sienta que yo lo voy a cuidar. No sé si mis lágrimas restan fuerza a mis intenciones, espero que no.
-Lo sé, lo sé- tiene miedo, y no sé como darle fuerza y seguridad, tal vez esto es más grande de lo que puedo manejar. Tal vez solo me estoy forzando en separarlo y al final saldré perdiendo, porque él tiene mayor peso en Andy que yo. Lo podría perder… No, no quiero, no puedo perderlo.

Solo hasta que Andy menciona el nombre de su amigo es que recuerdo que abandoné al chico con mi padre. Por un momento me da miedo que le hiciera algo, pero Ilkin no es un niño indefenso… no creo que sea del gusto para él.
Me separo de él cuando siento que me empuja para poder salir.
-No, no lo hiciste- no es la primera vez que corre a esconderse, lo recuerdo mucho de cuando éramos pequeños -Sé que a veces soy un poco difícil, pero nunca te he odiado- le aclaro, porque sé que en estos años, he actuado de manera irracional, dejando caer sobre el una carga que no le corresponde. Soy un idiota y solo hasta ahora me doy cuenta de que no solo mi padre le ha hecho daño, yo también, se lo he hecho de tantas maneras -¡no!- digo apresurado cuando dice que irá a disculparse. Tomé su muñeca como para evitar que piense en salir, pero parece que no tenía esa intención. Camino a la cama y lo llevo conmigo, lo tomo de los hombros y lo hago sentarse. Aprovecho para la humedad en mi cara.
-Iré a ver a Ilkin, tú, no salgas. Si sales me voy a enojar mucho contigo- le advierto. Me giro para ir la habitación de Ilkin. Está en la cama, papá no está -¿Cómo te sientes?- le pregunto, no se ve bien, se ve pálido y no tiene esa expresión que siempre he considerado molesta -Andy tampoco está bien, pero si me necesitas…- ni siquiera cuando parece estar enfermo actúa de manera egoísta -Gracias- me giro para regresar a la habitación pero entonces veo a mi padre. Sigue aquí, trae una botella de agua en las manos, parece que está cuidando de Ilkin, así que no le digo nada sobre que se vaya.
-No dejaré que vuelvas a lastimar a Andy. Entretente con la niña esa y deja a Andy en paz- hay algo de asco en mi mirada y palabras.
Es verdad que tardé en comprender, supongo que al ver que mi padre era una persona agradable cuando estábamos con Emi, no pensé en la obvia razón por la que le gusta pasar tiempo con ella. Pobre niña, pero yo no seré el héroe de todos, solo me importa Andy.
Al regresar a la habitación lo veo en la cama. De nuevo pongo seguro en la puerta, una costumbre desarrollada de cuando era pequeño. Cada que me iba a la habitación de Andy para pasar las noches con él, yo ponía el seguro para que nadie fuera a entrar.
-tu amigo está bien- bueno, en general… no le digo como lo vi porque seguro se preocupa y querrá verlo. Me subo en la cama y me recuesto, abro mis brazos para indicarle que se acurruque.