Deep Rain [Shinya]

Estaba decidido a quedarme toda la tarde durmiendo, no lo he hecho bien últimamente, por eso se ha vuelto una rutina. Pensaba tomarme unos días, pero no es un buen momento y además ya son casi vacaciones de invierno, solo tengo que aguantar un poco más.
Llegué a casa y me cambié, me tiré en el sofá, prendí la tele y saqué una cerveza del refrigerador. Los recuerdos están vivos en mi cabeza. Una y otra vez pasan sus palabras, lo que hizo, y lo que seguramente sucederá. El arrepentimiento hace que me duela horriblemente el pecho, y muerdo fuerte mi labio para no llorar de nuevo. Soy muy débil, porque es lo único que he hecho últimamente. No lo llamé, no pude hacerlo luego de escuchar que él ya tiene otra persona en mente y fue lo primero que buscó al terminar. Creo que después de todo sí estaba en su camino. Aún así, me hubiera gustado que regresara, pero no. Y no lo culpo, soportó demasiado, fui yo quien tenía que perseguirlo y tenía que rogarle que volviera, pero tengo demasiado miedo.
Mi celular sonando me saco de mis pensamientos. Ansioso lo alcancé y miré la pantalla, y suspiré desilucionado.
-Hola -intenté hacer mi voz más suave- ¿aquí? Okey -contesté extrañado- ¿en cuánto tiempo?... Bien, te esperaré -no pude decir más porque él colgó la llamada. Miré confundido mi teléfono y fui a la recámara a ponerme algo más decente que una camiseta. No creí que Shinya vendría, me pone nervioso, creo que notará que algo me pasa. Pero tal vez eso sea lo mejor, terminar con todo. ¿Pero ahora? Ya es muy tarde, Leigh no volverá. No, debería hacerlo por mí, y después… ya pensaré en qué haré- ¿a quién engaño? -me burlé de mí mismo, porque si viene a contarme cómo se siente o buscar algo de consuelo, no creo que pueda terminarlo.

Me senté de nuevo a esperarlo, no había abierto la lata de cerveza, por eso la guardé de nuevo en el refrigerador.
El timbre sonó y respiré profundo. Caminé hasta la puerta y abrí con una ligera sonrisa.
-Hola -me hice a un lado para que entrara. Ahora cada vez que lo veo siento algo pesado en mis hombros, me odio por pensar de esa manera, Shinya no lo merece- ¿sucede algo? Me pareció extraño que quisieras visitarme -le invité a sentarse. Él no suele venir seguido, soy yo quien debe ir a los lugares que acordamos.

Jiro:

Por fin ha ocurrido, ha sido molesto lo lento que ha resultado todo esto, pero era necesario. Me dicen que Jiro y ese tipo ya no se están viendo y Takumi me confirmo que han terminado. Aunque no era lo que esperaba, yo creía que ese tipo lo iba a dejar, pero fue Jiro el que terminó la relación. Además la esposa de Kozlov y ese tipo ya tienen algo, solo falta que Takumi se encargue de ese detalle. Ya no me interesa nada más de ellos. He logrado separarlos y ya los quiero lejos de mi vida, estoy cansado de este drama. También ya puedo dejar de vivir sufriendo por la muerte de ese molesto mocoso, puedo dejar de fingir ser tan miserable.

Ya es un poco tarde y es para mi una sorpresa encontrarme con el amante de Jiro. Lo miro como si no lo recordara cuando me habla y eso parece que lo hace enojar más. Me echa la culpa de todo y suelta el hombre de Jiro, luego intenta golpearme pero obviamente no lo consigue, porque antes de que se pueda acercar si quiera un poco, Touji se ha encargado de detenerlo. Grita más cosas y yo solo lo miro, me gustaría reir a carcajadas, decirle que su gran amor se pudo quebrar con un poco de lástima. Pero solo pongo rostro afectado por lo que dice de Jiro, me confirma lo de ellos. Le indico a los de seguridad que se deshagan de él y subo al auto con Touji.
-A casa de Jiro- le digo a Touji mientras comienzo a reír divertido por lo que acaba de pasar. Le llamó a Jiro para avisarle que voy a verlo

Llego a su casa y toco el timbre, me esfuerzo para borrar la alegría de mi rostro.
-Hola- lo saludo y entro a su casa -Pues si, hoy… ha pasado algo interesante- comento sentándome en la sala -Vino a verme tu amigo, el de la editorial- comento desanimado -Me dijo algunas cosas sobre ustedes.

Shinya:

Me senté junto a él en el sofá. De nuevo ha pasado algo, y comienzo a sentir ese pesar en mi cuerpo. ¿Cómo es posible que tenga tan mala suerte?
-¿Amigo? -pregunté desconcertado, pero de inmediato supe de quién hablaba y tensé mi cuerpo. Mi corazón se aceleró, mis manos empezaron a temblar y aparté la vista. ¿Fue?¿Por qué? No sé cómo me hace sentir eso. ¿Qué fue lo que le dijo? El querer saber y a la vez se detenga, hace que dentro de mí crezca una ansiedad inexplicable. Me quedé callado, debo decirle,ya lo sabe, así que debería ser sincero ahora. ¿Honesto? Esa palabra no me describe para nada, pero es que ni siquiera sé qué decir o cómo actuar. Si me mira de inmediato sabrá lo que pasó. Y dudo que Leigh fuera a dialogar civilizadamente con él, pero ¿en verdad fue? ¿Por qué?
Solté un pesado suspiro, no le he preguntado qué cosas dijo, porque ya lo sé, seguramente fue borracho a verlo, y eso me hae sentir mal, pero a la vez feliz, qué pasa conmigo.
-Ya veo, era eso -dije avergonzado. Me siento muy mal- ¿qué fue lo que dijo? -pregunté en un tono serio, pero muy bajo, con la vista en el suelo. No lo negaré, sería absurdo luego de lo que sucedió aquel día y lo que le conté. Además esto ya fue suficiente, Shinya estará mejor sin mí, estará bien, estoy seguro. Tiene todavía a su hija, su amigo el que siempre le acompaña y la señora que vive en su casa, no está completamente solo. No, lo único que hago es pensar en un buen panorama para no salir herido, Leigh tiene razón, todo lo hago para minimizar mi culpa y sufrimiento. Él se ve decaído, y yo ni siquiera tengo el valor de mirarlo a la cara- lo siento -me cuesta respirar, y levanto la cara solo para tomar un poco de aire. Mis disculpas deben ser nada, debí hacerlo antes, inmediatamente Leigh regresó, debí terminar esto. De todos modos me odiará al final y saldrá herido, pero al menos no hubiese sido en el peor momento de su vida.

Vaya que le gusta hacerse el tonto. Es obvio lo que me fue a decir, ese tipo es como un simio que solo sabe hacer una cosa, golpear y gritar.
-Creo que ya lo sabes- esto es tan cansado, estoy harto de este hombre, ahora que lo veo no entiendo porque me gustó. Si, es atractivo, pero tampoco es una belleza espectacular. No es interesante, ni muy divertido. ¿Por que comencé a salir con él? oh si, ya lo recuerdo. Necesitaba una distracción.
-así que me has estado engañando- hablo con pesar y tampoco levanto la cara, como si no pudiera mirarlo porque me duele mucho. Pero es mejor así, al menos así no puede ver mi cara de fastidio por esto.
-Pero me elegiste a mi…- digo para que recuerde la vez que le di a escoger entre él o yo -no puedo creer que te burlaras así de mi. Yo confiaba en ti yo pensé que correspondías mis sentimientos- hablo débil y muy herido.
Aspiro con fuerza como para armarme de valor y por fin levanto la cara y lo miro.
-Lo amas mucho ¿cierto?- pregunto y una sonrisa herida se posa en mis labios -Yo… yo entiendo. Si yo no soy hago una pausa porque se me quiebra la voz -no quiero impedir tu felicidad. Me importas tanto que no puedo obligarte a estar conmigo. Me duele mucho saber lo que me hiciste, pero entiendo que es mi culpa, yo te descuidé. Mi vida se derrumbó poco a poco y no pude cuidar de ti. Por eso… espero que puedas ser feliz con la persona que amas- me pongo de pie y me acerco a él ofreciéndole mi mano -Cuidate, yo… mejor me voy - limpio mis ojos rápidamente, como intentando que no vea lo afectado que estoy por esto.

Apreté la mandíbula, no puedo negarlo, ni siquiera tengo la fuerza y estabilidad para idear una excusa, y a estas alturas creo que es mejor así, pero me hace sentir mal y obviamente culpable.
-No… -me quedé callado. No planee esto, realmente me había decidido a estar con él porque pensé que era lo mejor. Nunca imaginé que Leigh volvería a buscarme, y tampoco disfruté el tener que ocultarnos. Lo intenté algunas veces, pero siempre que quería dejarlo algo malo ocurría, y soy esa clase de persona que no se permite lastimar a alguien que ya está herido- no fue mi intención eso -seguramente lo verá como una excusa, porque no importa la razón, sino los hechos.

Lo mire insistente hasta que levantó el rostro, su pregunta me desarma por completo.
-Lo siento -miré al suelo. Sí, lo amo, no mucho, sino demasiado. Lo amo más de lo que pensé que podría, más de lo que sentí hace unos años, o cuando nos volvimos a encontrar. Y por eso es que no puedo rogar a Shinya más que su perdón, porque no hay algo más que aclarar.
Sus palabras no me hacen sentir nada bien. No puedo disfrutar de haber sido tan importante para alguien a quien no cuide ni aprecié adecuadamente, son más como una pesada carga.
-No, claro que no es tu culpa -dije de inmediato. Las personas no aprovechan a estar con otro solo porque su pareja está ausente. No importa si él hubiese estado cerca, el resultado sería el mismo porque yo ya estaba enamorado de Leigh, y si antes no lo elegí fue por orgullo, porque estaba herido y tenía miedo. Pero cuando supe sus sentimientos y luego de volverlo a ver, ya era inevitable. Shinya no es culpable de nada- estoy muy agradecido contigo, por todo -no puedo decir que no se vaya, o que haré que todo cambie. Solo esperaba que él me dejara y soy tan horrible que me siento aliviado. Odio verlo tan afectado, porque lo quiero, pero también porque hace mi culpa mayor.
Le ofrecí mi mano con miedo, y luego lo mire, tengo la vista nublada.
-Lo siento -me disculpe de nuevo- yo también espero que seas feliz -debe ser estúpido que diga eso. Ni siquiera le he dicho que Leigh me ha dejado, pero eso ya no importa.
Caminé tras él hasta la puerta, siento algunas lágrimas caer por mi mejilla, es una suerte que me dé la espalda.
Cuando se fue me quedé sentado en el suelo cerca de la puerta. Me siento horrible, el alivio de hace un rato se ha ido, y todo lo que él dijo que siente ahora me impide siquiera moverme. No puedo hacer nada, y eso es lo más frustrante. Leigh ya está con alguien más, herí a Shinya a un punto muy alto, y me siento vacío.