Rotos [Mei]

Pedí permiso en la compañía para salir antes hoy, generalmente no haría esto pero llegué a un punto que creo ya no pienso con claridad, mucho menos con la misma objetividad de antes. Estos meses han sido estresantes, me siento como un idiota, como un acosador y una gran molestia. No dejo de escribirle a Mei todos los días, a veces ni recibo respuesta pero continúo haciéndolo. Creí que las cosas estarían así un corto tiempo y luego volveríamos a ser como antes, pero dios, sí que fui ingenuo. Las cosas han empeorado, la distancia se ha hecho mayor y ni siquiera me permite hablarle o verlo. He ido a la universidad, le he llamado, le dije sobre ir a su casa y nada de eso funciona. Siento como si cada vez que le escribo resulto una gran carga, y aunque también le he preguntado sobre eso nunca obtengo una respuesta clara. A este punto ya no sé qué pasará, tampoco puedo pedir un consejo a nadie, solo a Tohru, pero me ha repetido lo mismo una y otra vez. Siento como si tuviera razón, cada día que pasa considero la posibilidad de dejarlo, pero.... no puedo, y no quiero hacerlo. Dije que lucharía por él y se lo demostraría pero me estoy quedando sin fuerzas.

Me alisté para ir a buscarlo a uno de sus torneos, gracias a que me topé a uno de los conocidos de su club es que me enteré, porque ni siquiera Jiro es capaz de ayudarme un poco, incluso discutimos porque dice que soy demasiado insistente, me hizo sentir como un loco y a poco estuve de mandarlo al diablo. No es su culpa, lo sé, pero es difícil no tenerle rencor, él es capaz de ver a Mei, de hablar con él, de salir con él, mientras yo tengo que soportar y esperar.
-Buenas tardes, disculpe -pregunté por el salón donde se llevaría a cabo el torneo, y me dijeron que hace rato que había empezado, solo espero haber llegado a tiempo.
Por fortuna fue así, cuando entré al gran salón seguía lleno de gente, y me senté en la parte trasera a esperar. No tardé en localizarlo y sonreí, sentí mi pecho agitado pero un poco de calma, al menos está concentrado, ha logrado salir adelante a pesar de que no estoy ahí.
Pasó un rato y también pude ver a Jiro al lado de los otros jugadores, no le presté atención y me concentré en Mei. Cuando terminó caminé hacia ellos, pero casi a punto de llegar, me detuve y mi sonrisa por la emoción, se borró. De nuevo retomé mis pasos, sé que no debería mostrarme con esta cara molesta después de tanto tiempo, sé que tengo que felicitarlo, preguntar cómo está, pero... no es fácil si él está al lado de su exnovio y con esa sonrisa.
-Mei -le llamé, la gente pasa cerca de nosotros y sus amigos ya se han despedido de él, pero nada de eso existe ahora. Debería correr estos pocos pasos que nos separan y abrazarlo, decirle lo mucho que lo extrañé, cuánto lo amo y preguntar cómo le ha ido, pero mi cara se quedó seria mirándolo, no puedo evitarlo, duele mucho pensar en el porqué ya no quiere verme y que esa imagen lo corrobore.

Evan:

Estamos en otras competencias de ajedrez, he comenzado a tener cierta fama en el circulo, es gracioso cuando algun chico de otro equipo se acerca a decirme que me ganará. Soy realmente bueno y estoy seguro de mis habilidades que en lugar de intimidarme me dan algo de gracia.
Hoy he invitado a Aaren, con ayuda de Jiro estamos volviendo a acercarnos. Parece que comienza a entender que recuperar mi memoria no me vuelve el Mei de antes, yo he cambiado y aunque no me guste aceptarlo, estoy algo frágil, ya no he tenido ninguno de mis episodios pero puedo sentir ese gran peso, mi cabeza es un completo desastre, como jamás lo había sido. Siento tantas cosas y no sé como manejarlas. Jiro siempre está dispuesto a ayudarme, pero pese a saber que estoy mal, yo me rehuso a aceptar demasiada de su ayuda. Supongo que sigo un poco en esa etapa donde solo quiero ignorar las cosas esperando que solo desaparezcan, pero no se van, solo se vuelven mucho más tormentosas que antes. No puedo perdonarme por haber perdido la memoria, fue una salida fácil para mi mente, preferir olvidar que seguir viviendo con el dolor.

Escucho el sonido del reloj cuando mi contrincante lo presiona al terminar su turno. No estaba al pendiente de su jugada, pero solo una ojeada al tablero y veo lo que hizo y muevo de inmediato mi siguiente pieza. Me enfoco en el juego tanto como puedo, quiero presumirle a Aaren lo bueno que soy en esto. Nunca me ha visto jugar y es agradable comenzar a compartir cosas. Se siente un poco raro el recordar lo nuestro, pero también tengo muy arraigado esa sensación de que se trata de mi hermano, esa manera en que aprendí a verlo luego de despertar del coma.
Ganaré en cinco movimientos más, así que sonrío a mi contrincante que parece no se ha dado cuenta de lo que he hecho, pero a solo tres movimientos me mira, lo ha notado por fin y le sonrío disfrutando de que ahora se sabe el perdedor.
Los demás chicos del club, también han tenido buenos resultados, han mejorado mucho en este tiempo. Celebramos juntos con un poco de jugueteos y felicitaciones. Miro a Aaren que claro me felicita. Pensé que invitaría a ese chico que le gusta, le sugerí que lo invitara, pero no lo ha hecho.
Pero toda mi felicidad se congela en cuanto escucho mi nombre. Lo veo a él, ¿qué hace aquí? siento en mi estomago esa emoción por poder verlo de nuevo, pero no sonrío, no puedo ni siquiera dar un paso.
¡No puedo! ¡No puedo verlo! bajo la mirada, me siento agitado.
-¿Qué haces aquí?- mi voz es tan rígida como la expresión de mi rostro -Necesito aire- no sé ni a quien se lo digo, solo me giro y comienzo a caminar para alejarme.

Mei:

Ni siquiera ha esperado mi respuesta cuando ya comienza a alejarse, me hace sentir completamente vacío y miserable. Estaba sonriendo, celebrando su victoria con la gente que le rodea y ellos dos, pero apenas miró mi rostro cambió totalmente y comenzó a marcharse.
Empecé a caminar y sentí la mano de alguien jalarme, no pude evitarlo y le miré mal, y luego le pedí a Jiro que tampoco se entrometiera porque casi adivino lo que estaba por decir.
-No  vine hasta aquí para hablar con ustedes -me solté del agarre de su hermano y caminé a prisa por donde vi que Mei salió. He sido grosero, aunque siempre procuro controlar mis emociones y no desquitar mi furia con personas ajenas a mis problemas, ahora no pude, y tampoco es que ellos estén totalmente fuera del problema. Pero sé que solo son excusas para mí mismo. En realidad lo que me enfurece es que al parecer yo soy el problema aquí, yo soy lo que lo atormenta y aún así, no puedo dejarlo.

Llegué afuera del campus y corrí hasta donde le vi, le tomé del brazo y me detuve, siento que si lo dejo ir es capaz de correr con tal de no verme.
-Mei -cuando se detuvo, lentamente lo solté y lo miré, mis manos están temblando y aunque quería reclamar muchas cosas que pensé cuando lo vi allí, respiré hondo y traté de calmarme- necesitamos hablar -todavía es temprano, no hay mucha gente pero algunos van y vienen, sería mejor ir a un lugar más privado, pero no  sé siquiera si podré entablar más de dos palabras- primero deberíamos sentarnos o movernos a otro lado -es evidente que no está bien.
Traté de mantenerme en calma y guardar el enojo, ha sido un tiempo desde que lo vi y me siento feliz por verlo, incluso si para él mi presencia es molesta, no puedo controlar lo que siento.
-¿Cómo estás? Felicidades por tu victoria -no pude ponerle mucha emoción a esa felicitación, aún así traté de mantener una expresión serena, pero tengo mucho miedo y a estas alturas ya no soy tan bueno ocultándolo.

No puedo verlo, no puedo liberarme de todo el peso que llevo desde que recuperé la memoria. Ver sus mensajes ya me descontrola, enfrentarlo sería demasiado. Soy muy débil, y no puedo, no sé como hacerlo.
Siento como me detienen del brazo, mi corazón está demasiado agitado, siento como todo mi cuerpo tiene ese temblor por la ansiedad. Pero si trato de huir de nuevo, el me va a perseguir, lo he orillado a esto.
Dice que hablemos pero yo no respondo, solo me quedo parado mirando el suelo. Solo avanzo un poco a una orilla para no estar en el camino de todo el mundo.
-Bien. Gracias- me abrazo a mi mismo en forma defensiva y mi mirada sigue clavada en el suelo -Evan digo su nombre pero no sé que otras palabras agregar -¿Que haces aquí?- pregunto por fin -Yo no te invité. ¿Por qué lo haces?- quiero controlarme, pero siento como mi voz tiembla.
Levanto la mirada para mirar alrededor. Mamá se molestaría mucho si tengo algún episodio en un lugar público como este. No, no puedo estar aquí, tengo que alejarme de las miradas.
Comienzo a caminar de nuevo, no le digo nada a Evan, el seguro me va a seguir. Voy a aquella parte de los jardines, no es muy alejada y no es que nadie la visite, pero por la hora, no debería haber nadie, muchos tienen que estar entrando a clase y al ser temprano, no hay muchos alumnos que tengan hora libre.
Me apoyé en el muro, siento que todo me tiembla.
-Terminemos- es lo primero que sale de mis labios cuando tengo la fuerza para hablar -por favor, terminemos- seguramente parece una tontería pedir eso, lo amo, eso lo he aceptado, pero no puedo hacerlo, yo no merezco ser amado como él me ama, yo no merezco ser amado. Solo lo estoy lastimando, es lo único que puedo ofrecerle, dolor.

Es difícil mantenerme calmado si él parece tan disgustado por verme, no hay ni un solo rastro de felicidad o emoción, nada de lo que había cuando estábamos juntos. Y es casi gracioso cómo me refiero a lo nuestro en pasado, pero tiene mucho que no nos vemos, evidentemente no está feliz por mi visita sorpresa, así qué... sí, nosotros ya somos pasado.
Trato de pensar en qué decir para cambiar el ambiente, pero nada viene a mi cabeza.
-¿Sí? -mi corazón está acelerado, estoy nervioso como hace mucho no lo estaba- quería verte -mi pecho se siente muy pesado, no pude seguirlo mirando luego de que se expresara así, como si yo fuera una molestia. Ni siquiera tengo energía para decirle lo obvio, que hago esto porque me preocupa y quiero verlo, porque lo amo y aunque me siento como un idiota persiguiéndolo, aún así aquí estoy, no me arrepiento ni un poco de tomar cada pequeña oportunidad- un compañero tuyo me dijo, no pensé que te molestara tanto verme -claro que lo contemplé, de hecho era la posibilidad más alta, pero aún así vine esperando algún milagro.

Comenzó a caminar de nuevo y lo seguí, no dijo nada más y tampoco me pidió que fuera con él, pero obviamente estoy yendo porque necesito saber qué pasa. Es obvio que me odia, sino, ¿por qué haría esto? Supongo que lo merezco luego de haberme aprovechado de él, me sorprende que las cosas aguantaran hasta ahora.
Paramos en un sitio más alejado y mantuve cierta distancia entre nosotros, planeaba decir algo al menos un poco optimista, pero él soltó eso de repente y no tuve fuerza para hablar. No es como si no lo sospechara, sabía que pronto ocurriría, ya era algo inevitable. Pero su manera de suplicarlo me impide rogar, porque si se escucha tan desesperado, ¿qué puedo hacer? No quiero terminarlo, pero de una u otra forma nosotros ya estamos lejos.
-¿Por qué? -después de algunos segundos hablé- no, olvídalo, no es como si no lo supiera. Supongo que fue difícil olvidar lo que hice a fin de cuentas -estoy mirando al suelo, mi voz es tenue, sin fuerza- lo siento, Mei, lo siento por todo -tragué saliva y aclaré mi garganta, tengo que permanecer calmado, porque... ¿por qué? No sé, es difícil pensar ahora. Si está bien o no, si lo quiero o no, ¿eso importa? Él tomó una decisión y yo no puedo forzarlo- de acuerdo, terminemos -apreté mis puños y respiré hondo, siento que todo se viene abajo, pero si lo pienso detenidamente  tal vez sea lo mejor. Nunca fui capaz de ayudarlo, solo fui un problema más a su vida y arruiné lo que pudo ser. No puedo volver el tiempo, los errores que cometí y lo que no hice bien, eso ya no importa- no quiero -mi voz sale con dificultad, intenté decir algo más pero fue imposible, ni siquiera puedo llorar.

Da una respuesta obvia, no puedo discutir contra eso, pero me afecta escucharlo, siento como mi corazón salta de emoción por escuchar eso. Pero yo no debería emocionarme, yo no soy una persona una persona que puede ser amada, no sé como es que él cree que siente algo así por mi, pero es imposible, alguien como yo… nadie puede amarlo, termino siendo solo una carga y nada más.
-¿No lo pensaste?- río como si eso fuera una broma, porque conmigo son más seguros los momentos desagradables que los buenos -¿Desde cuando eres optimista?- pregunto con ironía.

Intento encontrar que palabras decir, pero sé que lo arruinaré tratando de decir cualquier cosa que pueda herirlo, ¿No le he hecho ya suficiente daño? ¿Por qué soy así? Levanto mi mirada cuando dice que no diga nada. Él piensa que es por lo que hizo, la verdad no entiende. Claro que me enojé por lo que hizo, pero no es esa la razón. La razón es ese desprecio  por mi mismo que día a día va creciendo.
De nuevo evito mirarlo cuando se disculpa, porque no puedo aceptar esas palabras.

Sé que lo he pedido, pero escuchar que acepta así de fácil duele. Pero debo dejar de desear lo que no merezco y Evan y nuestro amor, es algo que no merezco.
Levanto la mirada.
-¿No quieres?- por un momento de debilidad dejo escapar mi emoción al escuchar eso -pero estar conmigo es horrible- digo con la voz entrecortada -no puedo darte lo que mereces, no puedo… - cubro mi rostro con mis manos, siento las lágrimas que se comienzan a derramar sin control.

Me quedé en silencio ante su irónica respuesta, está demás decir que sí, y no importa si me veo como un estúpido, ahora mi imagen no es muy importante.
-Entiendo -mi pecho duele mucho, pero creo que todo mi orgullo se ha perdido a lo largo de estos años. Si fuese otra ocasión tal vez le reclamaría, pero ahora ni siquiera importa, me preocupa más el no saber nada de él ni lo que pasa por su cabeza, que el quedar como un idiota acosador.

Lo miré cuando preguntó, pensé que se burlaría, no lo sé, creo que me volví tan miserable que automáticamente espero lo peor. Eso debería ser un indicador para terminar esto, hacernos constante daño o que ahora todo sea negativo, es señal que debemos parar. Pero no puedo, realmente no es sana nuestra relación, tal vez por eso él quiere alejarse.
-No es... -una punzada en mi pecho se intensifica y sin pensar me acerco a abrazarlo. Hace tanto tiempo que no hay ningún tipo de contacto entre nosotros que este simple abrazo me hace estremecer. Pero la sensación no es placentera, hay una mezcla de sentimientos amargos y dulces, esa combinación que ha existido siempre, solo que más intensa- no es horrible -miento... no lo sé, no lo entiendo. Estar así es malo, peor todavía quiero intentarlo, porque si está llorando eso quiere decir que no quiere dejarme, ¿o acaso me estoy imaginando cosas en medio de mi desesperación?- te amo, por favor... -sentí algo pesado en mi garganta y lo abracé más fuerte. No quiero terminar, quiero sanar esto pero no tengo idea de cómo. Tal vez Jiro tiene razón y yo solo le hago daño, pero es difícil dejarlo ir- no quiero dejarte, Mei, por favor -mi corazón va demasiado rápido. Me separé de él y con ambas manos tomé su rostro, siento mi respiración acelerada pero aún con ese gran peso en mi garganta, es tan difícil sacarlo- dime cómo, dime qué hago. Yo haré lo que sea por ti, por favor, déjame intentarlo -estoy perdiendo poco a poco la esperanza y aún así me aferro a él. Debería dejarlo, tal vez él ha encontrado paz en algo más y yo solo traigo malos recuerdos a él-  no estás solo, no quiero dejarte solo... Mei -le llamé con un poco más de fuerza en mi voz y lo miré a los ojos. El resto dejó de existir, tengo miedo de que desaparezca, tengo mucho miedo de no verlo de nuevo.

Sentir como me abraza y poder percibir su aroma, se siente tan bien, pero no puedo disfrutarlo, porque sé que esto es malo. Nosotros no debemos estar juntos, Evan merece a alguien mejor que yo. Siempre he actuado como su lo culpara de todo, de arruinarlo cuando era su alumno y prefirió a Asb o por como me engañó cuando perdí la memoria, pero en el fondo, siempre he sabido que solo buscaba excusas para culparlo, pero siempre he sabido que yo no lo merezco.

Me odio porque quiero que sea feliz pero no quiero que esté con nadie más, quiero ser yo la persona que ama, y desearía tanto poder amarlo como merece. Pero yo no sé hacerlo, no sé como soltar mi pasado, no sé como entregarme a un nuevo amor cuando no puedo dejar de sentir culpa y sentir que solo estoy traicionando a Khaled, el murió por mi, y yo, yo estoy viviendo una vida que no debería tener, una felicidad que no me corresponde.  
-¿No lo es?- ¿como puede no serlo? no nos vemos, las pocas veces que hablamos no puedo ser agradable con él, no tengo nada bueno para ofrecerle -No, no lo digas- digo apenas con algo de energía, pero escuchar que me ama me vuelve tan débil -¡No tienes que hacer nada!- aunque he levantado la voz, se desgarra a cada palabra -¿No te das cuenta que el problema soy yo?- lo empujo para deshacer el abrazo, no puedo prolongar más esto, no lo merece, y yo no puedo soportarlo -Te amo, pero no puedo… no sé como amar sin lastimar- limpio mis lágrimas, pero de nada sirve porque mi llanto no se calma.

Tengo que irme, tengo que estar lejos de él -solo, sácame de tu vida- de nuevo busco alejarme y huir, regreso por donde antes, y trato de salir de la facultad. Hay más personas que antes, y camino con la cabeza baja para que mi cabello cubra mis ojos y nadie note mis lágrimas.
Detengo mis pasos y levanto la mirada cuando escucho aquel sonido de claxon, veo ese carro que se acerca, a mi, debería correr, pero no muevo mis pies, solo me quedo mirando como se acerca.

Mi ritmo cardiaco sigue acelerado, él se niega a todo lo que digo y mis palabras parecen hacer el efecto contrario, empiezo a sentir desesperación. Pero intento mantenerme con calma como siempre, sé que es difícil, sabía que al venir no tendría un amoroso recibimiento, pero si puedo lidiar con esto nosotros podríamos avanzar.
-Escúchame, por favor -no puedo negarlo, sé que él no está bien y que sus intentos por alejarme son por otra razón. Sé que está dañado, sé que quiere intentarlo también pero no sé cómo hacer ese sentimiento más fuerte, no tengo idea de cómo convencerlo que puede, que realmente merece ser feliz y que estoy dispuesto a intentarlo todo- entonces intentémoslo juntos, no tienes porqué hacerlo solo, no lo estás -pero cada cosa que digo parece no llegar a él, y luego de eso me aleja para decirme que lo saque de mi vida.
Siento nauseas, esto empieza a ser cada vez más difícil pero si me rindo ahora todo se convertirá en falsas palabras bonitas. No quiero dejar a medias esto. Hace un momento pensé que no había alternativa, pero si me rindo luego de tanto, ¿qué caso tendría? Quiero demostrarle que podremos superarlo, no tengo la fórmula o la respuesta pero ya encontraré la manera. Él me ama, y para mí eso es motivación suficiente.

Lo seguí por el campus, intenté ir a un paso acelerado pero sin ser tan indiscreto, de nuevo estamos rodeados de gente  y gritarle en medio de todos provocaría una conmoción más grande, por ahora debo alcanzarlo en un lugar menos concurrido.
Pero mis piernas se mueven rápido cuando lo veo llegar a la acera sin intención de detenerse, el flujo de coches no se parará por él y parece estar tan fuera de sí que ni siquiera le preocupa.
-¡Mei! -el dolor en mi pierna es agudo cuando comienzo a correr, mi pecho está muy agitado y los segundos y la distancia se hacen eternos. Siento que el aliento se me va al escuchar el claxon y sin pensar corro hasta él y empujo con todas mis fuerzas su espalda. Di un paso hacia delante y escuché el chirrido del auto, cerré los ojos al sentir cómo algo golpea mi pierna y caí sobre mi brazo derecho al suelo.
Mi corazón está muy acelerado, el dolor aumentó pero estoy consciente, y al escuchar alguien hablarme me siento sobre la calle. Mis manos están temblando, mi brazo está raspado y la pierna me duele, pero rápidamente busco a Mei con la mirada porque ahora es mi mayor preocupación.
-Estás bien -solté un suspiro y sonreí al verlo despierto. De repente la imagen se volvió negra por unos segundos, escuché un pítido en mi cabeza y me recosté un momento sobre el suelo. Supongo que por el susto mi presión bajo repentinamente, pero intenté mantenerme despierto, no tengo tiempo para esto. Apoyé una mano en el suelo para poder sentarme, todavía estoy temblando y aunque me duele el golpe del auto principalmente por los rezagos del accidente, mis manos tiemblan por el miedo, por un momento creí que lo perdería.

Escucharlo decir que podemos juntos, despierta algo de esperanza en mi, pero sé que no es más que mi anhelo porque algo así pueda ser posible. Pero ya no puedo seguir mintiéndome, yo no puedo hacer esto a su lado, solo puedo darle dolor, solo puedo herirlo, y no sé cuanto tiempo me tomará algún día sanar. No puedo pedirle que se quede a mi lado solo para que yo pueda seguir lastimándolo.
-No, no se puede- rechazo esa esperanza sobre nosotros. No porque no lo crea posible, sino porque en ese camino solo puede haber dolor para Evan, yo estoy acostumbrado a ocultar mi miseria, a vivir de esa manera, pero él no, yo soy una carga demasiado pesada para cualquiera.

No siento urgencia por escapar, no se ha despertado ese instinto natural de supervivencia, solo me quedo parado mirando aquel auto. Pero con fuerza soy empujado a la acera. Caigo en el suelo, escucho el sonido de las llantas y su olor al quemarse. Aturdido me muevo en el suelo para mirar lo que ha pasado.
La imagen de Evan en el suelo, me deja helado. Como puedo me acerco a gatas, ni siquiera he podido levantarme del suelo, porque sé que mis piernas no tendrán la fuerza para sostenerme.
Él comienza a levantarse y yo me siento frente a él. Las personas se acerca y aunque intentan ayudarme yo los ignoro. Mi mano temblorosa toca el brazo de Evan, tiene sangre. ¿Por qué le hago esto a las personas que amo? ¿por qué tienen que protegerme?
Alejo mi mano de Evan y me quedo viendo mis dedos, con mi otra mano acuno la mano con sangre contra mi pecho. Comienzo a mecerme hacia atrás y adelante… me duele la garganta ¿desde cuando comencé a gritar? no lo noté, pero no puedo dejar de hacerlo, solo hasta que me quedo sin aliento para luego volver a hacerlo.
Alguien intenta tocarme y me muevo para que me suelte, mi mano se ha movido para arañarle. No quiero que nadie me toque, que nadie me ayude.
Yo debí haber muerto, esa bala era para mi, pero Khaled me amaba y me salvó. Pero mi vida no tiene ningún valor, no importa, solo traigo dolor a todos.  
No percibo nada solo reacciono de manera agresiva si alguien se acerca. Se escucha una sirena, y un par de personas me someten, y siento aquel pinchazo en mi piel, me comienzo a sentir débil y no puedo seguir luchando.

Las personas se acercaron a auxiliarnos y al quedar sentado, lo único que puedo hacer es mirar a Mei. El dolor es constante pero verlo consciente me ha tranquilizado, el miedo va disminuyendo y aunque me siento ligeramente mareado, verlo a salvo me da la fuerza suficiente para permanecer sereno.
Él me ha tocado y me quedé expectante a lo que diría. Una de mis manos está en mi cabeza y poco a poco la voy bajando para sostener su mano, pero la ha alejado antes de que pueda tocarlo.
-¿Mei? -se ve muy afectado, y dejo de preocuparme por las circunstancias para acercarme lo más posible a él- oye, Mei -levanté un poco la voz y por consiguiente él comenzó a gritar, intenté de nuevo tocarlo pero me ha alejado, y los siguientes intentos por mi parte y de las personas que nos rodean, también son en vano. No dejo de llamarle casi a gritos, alguien más me ha pedido tranquilizarme y sin darme cuenta, han llamado a una ambulancia. Traté de mantener la calma pero escucharlo y mirar su estado hacen de esto algo casi imposible.
Sé tratar con esto, ha pasado antes y he podido manejarlo, solo tengo que mantenerme sereno y pensar con claridad, tengo que ayudarlo, tengo que darle su medicamento, probablemente le duela la cabeza y.... también agua, tal vez un poco de aire le haría bien. Pero al final solo me quedé mirando, en algún punto dejé de llamarle y solo observé cómo llegaron los paramédicos y lo sedaron-.
color=#660099]-¿Dónde lo llevan? [/color]-el enfermero me ha preguntado muchas cosas a la vez, no puedo pensar claramente porque mis ojos siguen al camillero, lo han ingresado en la ambulancia- me encuentro bien, ¿dónde lo llevan? -miro al enfermero pero no puedo ponerle mucha atención, solo asiento- estoy bien, necesito ir con él -preguntó sobre algún familiar y negué- [color#=660099]yo iré, tengo que atenderme, ¿no es así? Entonces está bien si voy allí mismo, solo fue un raspón [/color]-me senté al lado de la camilla, una persona se encarga de revisar sus signos vitales y la otra de los míos. El resto de las cosas fue confuso, fueron muchas preguntas que eran imposibles de responder, porque lo único que tengo en la cabeza es el cómo fallé totalmente, su imagen frente al auto y sus constantes negativas. Verlo inconsciente me hace pensar en el accidente, en cómo solo he incrementado sus malos momentos si estoy a su lado. Él se culpa a sí mismo, pero no es como si yo no tuviera responsabilidad también- ¿qué pasará con él? -de nuevo vienen preguntas sobre cómo pasaron las cosas, el tipo de relación que tenemos y luego una breve explicación de su estado basado solo en lo que ocurrió hace un momento, sugieren que es una reacción al trauma de ahora- entiendo.

Al llegar al hospital fui separado de él y me preguntan nuevamente por sus datos, y me doy cuenta que no sé nada más allá de lo superficial. No sé el número de su madre, o su número de seguridad social. Solo pude dar su dirección, su edad y su nombre completo, el resto fue por parte de ellos al notar mi poca disposición para ayudar. Esperé en una camilla a ser atendido, me prepararon una orden para exámenes minuciosos pero me negué.
-¿Puedo verlo? -me pidieron esperar en el pasillo, dijeron que tenían que hablar conmigo y hacerle exámenes, y por supuesto, ellos ya se habían comunicado con sus familiares.

Al estar rodeada de empleados, no podía perder la calma, terminó aquella llamada que acababan de hacerle del hospital. Cerró algunas cosas en su computadora. Con calma se levantó y tomo su bolso.
-Tengo que salir, cancela todos mis compromisos de los próximos días- dijo a su secretaria. Bajo al estacionamiento del edificio y subió a su auto. No se permitió que la soledad la liberara de su fachada de calma. Condujo por el camino mas rápido que le indicaba el GPS. Estaciono y caminó sin perder la gracia hasta la recepción.
-Mi hijo fue ingresado. O’Brien Meier- recibió las indicaciones y se sentó a esperar a que el médico apareciera. Tomo su celular para marcar a su esposo y avisarle sobre Meier. Su vista se clavaba en el piso, su mente estaba en blanco, no sabía como reaccionar, solo sabía que debía mantener la calma.
-Aaren hijo- dijo el hombre de su otro hijo cuando lo vio llegar, estiro su mano hacia él, y el temblor en su mano fue muy obvio, así que apretó con fuerza la mano del chico para intentar dejar de temblar.
El tiempo pasó muy lento, pero no se dio cuenta cuando el médico se le acerco. Él alivio le hizo sentir débil cuando supo que estaba bien, que solo tenía unos pequeños raspones por la caída.
“Su hijo necesita ayuda” esas fueron las palabras que él médico dijo, le explicó el estado en que lo encontraron, como lo tuvieron que sedar. Tenían que hacerle una evaluación.
Cuando los dejaron pasar vio a Meier en la cama. Estaba dormido por los sedantes y tenía unas ataduras en las manos para evitar algún incidente cuando despertara.
Salió por un café o al menos eso fue lo que dijo, la imagen de su hijo le causaba dolor.
-Tú- hablo al ver a una persona familiar, si él estaba ahí, era seguro por su hijo. Se acercó a él -lárgate de aquí, te dije que te alejaras de mi hijo- trato de controlar el volumen de su voz, pero le temblaba por el enojo al ver a ese hombre.

Otra vez tuvimos que asistir a uno de los torneos, realmente se ha convertido en el tipo de actividad que no imaginé llegara a gustarme tanto, pero la convivencia con los chicos y observar su avance gracias a su esfuerzo, es algo que hace mis días mucho más amenos. Mi humor mejora considerablemente gracias a ellos.
Esta vez de nuevo obtuvieron una buena puntuación, y ya que el hermano de Meier ha venido a verlo, he pensado en invitarlos a comer y así ellos se vuelvan un poco más cercanos. Meier no se ha sentido muy bien, pero si esas pequeñas salidas de los tres pueden ayudar a mejorar su humor, entonces le daré más de esos momentos. Aún no logro convencerlo de buscar ayuda, y decidí que lo mejor es no presionarlo demasiado, porque así me permite seguir a su lado y puedo cuidarlo aunque sea un poco, es suficiente. Siento que si algún día yo hubiera tenido un hermano menor, definitivamente lo habría querido como a él.
-De nuevo lo hiciste magnífico -dejé que se felicitaran entre sí y luego los miré a ellos, planeaba llevármelos cuanto antes, pero una voz conocida nos hizo desviar la atención y de inmediato sentí esa sensación de preocupación. Observé a Meier, es evidente que ver a Evan no le haría nada bien y por ello se lo dije, pero creo que es un poco terco. Por una parte puedo entenderlo, sin embargo en este momento mi prioridad es apoyar a Meier, supongo que me volví un pésimo amigo para Evan- ah, ¿Meier? -el chico rápidamente se giró y se fue, y miré a Evan de manera desaprobatoria. Debería seguirlo, pero primero debo hablar apropiadamente con Evan. Sin embargo eso fue complicado, porque luego de mirarnos de mala gana y pedirnos que no nos metiéramos, se fue tras él.

Después de terminar, arrastré conmigo a Aaren fuera del recinto, comenzamos a buscar a Meier, pues luego de lo sucedido me vi interrumpido y Aaren se quedó conmigo.
-Lo buscaremos, ¿de acuerdo? -le sonreí y di una palmadita en su hombro, el chico es un poco serio, pero al menos es una buena persona y muy accesible. Creí que los seguiría, parece muy cercano a Meier.
Vimos a lo lejos un grupo de personas y uno de los chicos se acercó a mí, es uno de los miembros del club.
-¿Qué sucede? -me puse tenso al notar su expresión y aún más cuando comenzó a explicarme, ayudado por otras dos personas, sobre todo el problema que se había originado unos momentos antes. Me sentí muy impotente y culpable, solo titubeé porque Evan me habló de esa manera, pero si no lo hubiera hecho, Meier no estaría en esa situación- gracias por decirme.
Mientras nos movimos hasta el hospital gracias a los datos que nos proporcionó la otra persona afectada, llamé a uno de nuestros amigos en común para que se comunicara con algún familiar de Evan. Al llegar preguntamos en recepción dando el nombre de Meier, nos comunicaron que se encontraba en observación por el momento pero que se encontraba estable, al parecer su madre ha llegado a verlo, así que decidimos primero buscar a Evan para conocer su estado, pues también se vio afectado por el repentino suceso.
-¿Por qué no vas a buscar mejor a tu familia? En un momento te alcanzo -.el chico se fue en busca de su madre mientras yo fui donde Evan.
No me costó localizarlo rato después, parece agobiado y me senté a su lado. Tengo ganas de decirle lo tonto e imprudente que fue, pero ni siquiera se percató de que llegué.
-Evan -no se ve bien tampoco, por eso insistí en que esperara. No lo estoy culpando, pero no estoy seguro que esté consciente de lo mal que Meier se encuentra- ¿te encuentras bien? -no recibí respuesta y suspiré, me siento molesto con él y conmigo, es absurdo que con dos adultos presentes las cosas terminaran de esta manera- llamaré a un médico para que te vea -cuando me levanté sentí su brazo jalarme, escuché su explicación y de nuevo me molesté. Pero gritarle ahora no tiene sentido, las cosas ya ocurrieron y lo mejor es que ambos busquen ayuda, y por supuesto, ellos necesitan distanciarse- si quieres ayudarlo, primero debes empezar por ver ti -fue en forma de regaño, y probablemente no soy el indicado para aconsejarlo, él tampoco se siente bien y no está para escuchar que alguien lo culpe, supongo que no estoy siendo objetivo en este momento. Pero eso importó poco cuando la madre de Meier se acercó a nosotros, ni siquiera tuve la oportunidad de hablarle, ella es quien más debe estar sufriendo ahora.

Mei me invitó a uno de sus torneos y no dudé en aceptar, últimamente hemos hablado un poco más y ha hecho que la ausencia de Ivan sea menos pesada. Tal vez es porque el viajo terminó de una forma muy extraña. Tal como lo dijo, él es una persona que a veces se ausenta, y no importa cuántas veces le pida que venga a mi departamento o lo invite a otros sitios, siempre tiene cosas más importantes qué hacer. Pero recién me he dado cuenta de ello, creo que es porque soy cada día más cociente de lo que siento.
Pero hoy el día ha ido bastante bien, Mei hizo un juego excelente y todas mis preocupaciones se han ido momentáneamente. Es agradable asistir a esta clase de eventos, tal vez venga más seguido.
-Felicidades -me acerqué a él y le sonreí, también lo abracé porque sentí la necesidad, todavía siento algo cuando tenemos este tipo de contacto, pero cada vez se convierte en algo diferente, hemos cambiado. Sin embargo el ambiente agradable se altera en cuanto Evan aparece. Yo ya sabía sobre ellos, pero no imaginé verlo aquí y la idea de verlos juntos tampoco es muy grata para mí, pero si él lo quiere así, creo que tendré que aceptarlo. Pero no fue así, Mei cambió su expresión y eso me preocupó un poco, usualmente es alguien con mucho control sobre sí mismo, pero ahora es obvio que la visita de él no es tan agradable como creí.
-Déjalo en paz -me moví por instinto, tal vez la preocupación y en parte los celos, pero no importó porque aún así él se zafó de mi agarre y continuó hacia donde Mei iba. Nunca había cruzado muchas palabras con él, decir esa pequeña frase me puso nervioso y aún más su fría respuesta. Quiero seguirlos, Mei se veía muy mal pero fue difícil, y solo me quedé observando mis pies que no avanzaron.
Esperé que Jiro terminara de hablar con unas personas. Jiro es la persona que ayuda a Mei y también su amigo, es agradable pero si Mei no está, es un poco raro estar juntos.
-De acuerdo -salimos a buscar a Mei, revisamos por el patio y al toparnos con otras personas, ellos se acercaron a hablar con Jiro. Me mantuve al margen escuchando, pero a cada palabra que decían, mi expresión fue cambiando y sentí una presión en el pecho. Al final no pudieron dar más detalles y me dejaron con una mala idea en la cabeza. Llevé la mano a mi pecho, esto casi parece un mal sueño. Es increíble que nuevamente esté pasando algo malo en su vida, ¿acaso esa persona solo viene para arruinarla? Siento un poco de nauseas, pero tengo que mantener la calma, primero debería contactar a mis padres para saber en qué hospital fue ingresado.
Abordamos un taxi y en el camino me fui callado, hay demasiadas cosas en mi cabeza. De nuevo no pude hacer nada, no fui útil en uno de los momentos difíciles para él, solo me quedé viendo su espalda y cómo se alejaba. He pensado similar a aquella ocasión del accidente, en cómo pude prevenir esto, en que si yo hubiese sido la persona con que estaba, eso no habría ocurrido. Y aunque no tiene ningún sentido p0ensar de esta forma, el que la historia se repita hace inevitable ese tipo de pensamientos.

Llegamos al hospital y Jiro preguntó por Mei, ellos solo dijeron que está estable, pero creo que aún no podemos verlo, por eso sugirió buscar a Evan para saber lo que ocurrió. Es la persona que menos quiero ver ahora, pero tengo que conocer el estado de Mei.
-Sí, iré -no esperé respuesta y me moví hasta el piso donde lo tenían en observación, no tardé en ver a su madre y agaché la mirada- hola -no supe qué decirle, simplemente sostuve su mano y al sentir su nerviosismo,  mi preocupación aumentó.
Me quedé a su lado sosteniendo su mano por algún rato, el tiempo se me hace eterno, pero sin notarlo el médico se acercó y comenzó a explicarnos cómo está. Su estado físico no se vio afectado, pero lo demás fue algo impactante. Imaginar la manera en que lo describe es difícil, no porque sea algo complicado de creer, probablemente es por todo lo contrario. Recuerdo esas palabras que dijo aquel día, en cómo lucía tan solo y agotado, y también me arrepiento de no haber insistido, de creer que porque algunas veces sonreía estaba bien. Soy demasiado ignorante al respecto, y eso me hace completamente inútil.
Entramos a la habitación y al verlo me sentí peor, sus manos están atadas a la cama aún cuando se encuentra dormido.
-Me quedaré con él -cuando su madre se fue me acerqué a Mei y toqué sus dedos, llevé mi mano a mi boca y sentí cómo se mojaban mis mejillas. La enfermera se encuentra dentro de la habitación, pero incluso con su presencia fue imposible contenerme. Es difícil mirarlo en este estado, no pensé que la situación fuese tan complicada, fui un idiota muy grande. Definitivamente no he cambiado, sigo ignorando las cosas importantes.
Él despertó y limpié mi cara, mi pulso va muy rápido y la enfermera de inmediato se acercó a él.
-Mei -por un momento sonreí, y debido a que la enfermera me pidió traer a su madre, salí rápido a buscarla para volver también de esa forma. Pero al llegar donde ella me di cuenta que estaba frente a Evan y Jiro, está llamando la atención y corrí a su lado- madre -es extraño llamarla así, no lo hago todo el tiempo pero ahora salió- Mei despertó, debemos volver -tomé su mano, pude escuchar fracciones de la conversación pero eso no es importante, debemos ir a donde él y verificar su estado.

No sé cuánto tiempo ha pasado desde que me senté a unos metros de la habitación de Mei, todavía sigo rememorando cada cosa que dijo e hizo hoy. Su rechazo, su llanto, sus gritos, todo eso pasa una y otra vez por mi cabeza. Siento un nudo en la garganta pero no he podido siquiera soltar alguna palabra, simplemente me limité a esperar. Tampoco sé qué espero, no estoy seguro de si alguien vendrá a decirme algo sobre él.
Me levanté y caminé al pasillo siguiente para pedir un teléfono prestado, estoy actuando sin pensar, y llamé al primer número telefónico que se pasó por mi cabeza, necesito alguien que me ayude a pensar con claridad.
-¿Hola? -mi voz... no tengo idea de cómo suena en este momento- estoy en el hospital, ¿podrías acompañarme un rato? -no se me ocurrió que tal vez mi petición era extraña y egoísta, simplemente lo hice y después de algunas palabras más, colgué. Entregué el teléfono a la recepcionista y no volví al pasillo anterior, me acomodé en la banca más cercana. Me duele la pierna, pero no puedo moverme de aquí hasta saber cómo está. Tengo que ser paciente, ya vendrá alguien a decirme que pase a verlo, ¿cierto? Yo quiero verlo, quiero disculparme, quiero explicarle, tengo mucho por decirle, ¿por dónde debería comenzar? Levanté la vista al escuchar que me llamaron, pero al no ser el médico no es de mi interés. Solo escuché vagamente lo que dijo Jiro pero no es importante, no es sobre Mei, es imposible que él sepa algo. Pero parece que planea llamar al médico, y si lo hace probablemente quieran ingresarme y será más complicado.
-No, espera -le jalé para detenerlo, pero al escuchar mi nombre, alejé mi mano de él y giré mi vista, es una mujer... oh, es su madre. Me sostuve de la banca y me levanté, caminé un par de pasos hacia ella y negué con la cabeza- no lo haré -ella está enfadada, sí, es normal, pero sigue sin ser su problema. Ahora todo el mundo parece quererme lejos de él, todos me hacen sentir culpable, supongo que tienen razón. Aún así no planeo irme- me iré cuando hable con él -su respuesta no fue favorable, pero no importa incluso si me golpea, no me moveré de aquí.
El otro chico apareció para hablar sobre Mei, lo escuché y comencé a caminar sin pensar, aunque el jalón de Jiro me hizo detenerme, con un simple manotazo pude zafarme.
-Tengo que verlo, por favor -ella no me dejará, ¿verdad? Pero no debo pedirle permiso. A estas alturas, ¿importa a quién vaya a molestar? No, ya no, porque si lo pierdo a él, habré perdido lo más importante y lo demás dejará de tener sentido.