Yokan [Privado]

He tenido un periodo complicado desde la muerte de Souta, eso me ha alterado mucho y por eso me he tomado un tiempo para mi, no quiero llevar esa carga con Mia, no quiero asustarla si llegara a ponerme mal de nuevo. Aunque realmente no sé que es lo que me pasa. Claro que me afectó lo de su muerte, pero, no sabía a que grado, pero he tenido varios episodios donde pierdo el control, esos mareos y es como enfermar pero cuando lo pasé cuando joven, el médico explicó que no era un padecimiento físico, que tal vez era algo psicológico. No fui a terapia, y con el tiempo eso dejó de pasar, y la única respuesta que encuentro a que ahora se repita es la muerte de Souta.
Pero mis medidas preventivas no han tenido un fruto, pues no he vuelto a ponerme así. Es extraño, pero parece que estoy bien, así que hoy la veré, la extraño.

Hemos quedado en la cafetería donde nos conocimos, así que luego de arreglarme salgo a su encuentro. Me hecho un poco de ejercicio y por eso me he tenido que dar una ducha rápida y como se me hacía tarde, he optado por usar una ropa algo casual, no tengo camisas planchadas.
Mi padre me ha sugerido que me compre un auto, pero no he aceptado, él no lo entiende porque todas esas vacaciones donde podía pasar el tiempo con él, me enseñó a conducir, y cuando viví con él, poder usar sus autos era de lo que más disfrutaba. Pero odio el trafico de esta ciudad, y siempre es más eficiente moverse en transporte público.

Llego a la cafetería con el tiempo algo justo y me siento en esa mesa donde estaba cuando nos conocimos. Tomo mi celular para marcarle, porque me he sentado sin checar si ella ya llegó, tal vez esté adentro.
-Hola, ya llegué, estoy en las mesas de afuera- le digo cuando toma la llamada.

Ilkin:

Me preparé para ver a Ilkin, hace tiempo que no salimos y sacar el tema sobre romper por medio de videollamada, no me parece apropiado. Quiero ser directa y sincera con él, lo merece después de la manera tan amable que fue siempre conmigo. Me duele pasar por esto, no es como si él hubiese dejado de agradarme y gustarme, todavía lo quiero muchísimo,pero... no puedo continuar, lo que siento por Sato se volvió más intenso sin darme cuenta.

A una cuadra de llegar al café vi su nombre en la pantalla de mi teléfono, tengo el corazón acelerado y me siento nerviosa, pero debo ser fuerte.
-Hola, estoy cerca, estaré ahí en un par de minutos -sonreí al escuchar su voz, es estúpido que me ponga feliz, pero también lo extraño, él no se ha sentido bien y también se encuentra ocupado, por eso no nos hemos visto.
Colgué la llamada y caminé rápido hacia el café. Al notarlo, levanté mi mano y saludé sonriendo, y luego mi expresión cambió a una más cavizbaja.
-Hola, cuánto tiempo... -le sonreí y me acerqué a saludar, luego me senté en la silla junto a él- ¿cómo estás? ¿Te sientes mejor? -se ve igual que siempre. Él no habla mucho de sí mismo, no sé si debería preguntar por cómo ha ido todo o ir directamente al grano- un té frío, por favor -ordené algo al mesero y me quedé pensando. ¿Cómo debería decirlo? Ser directa o esperar al final del día, ¿qué es mejor opción? No, esperar es ser cruel, ¿no es así? Aunque de cualquier forma puedo terminar hiriéndolo. No importa qué tanto lo piense, al final no podré verlo más y eso duele- hay algo que debo decirte -tomé aire y lo miré a los ojos. Debo ser seria con esto, no puedo echarme para atrás ahora- creo que... creo que deberíamos terminar -mi expresión se volvió triste, pero intenté permanecer calmada y no llorar. Tal vez vaya a odiarme, esa posibilidad me aterra, pero no puedo exigirle nada. Claro que me encantaría seguir en contacto, pero pedirlo sería egoísta, así que debo responsabilizarme por esto y afrontar lo que venga.

Mia:

Cuando contesta me confirma que no ha llegado, y me siento más tranquilo gracias a eso.
-De acuerdo, ven con cuidado- la llamada no dura mucho más, y ambos colgamos.
Un mesero se a acercado y he pedido un jugo de durazno, uno minutos después logro verla a ella. Hoy se ve muy linda, la he extrañado, tal vez en lugar de alejarme debí buscar hacer que lo nuestro crezca.
-Hola- correspondo a su saludo con una sonrisa. Aunque ya nos hemos besado, nunca lo haría así de repente, sigo guardando esa distancia entre nosotros, que haya pasado algunos besos no significa que ya podamos correr en nuestro noviazgo, y no tengo prisa, me gusta como se van desarrollando las cosas entre nosotros. Es la primera vez que estoy con alguien similar a mi, el contacto y la pasión no son la prioridad.
-Si, mucho mejor. Siento que no nos pudiéramos ver antes, me tomó algo de tiempo recuperarme del todo- mi bebida llega y el mesero aprovecha para tomar la orden de ella.
Pensaba comentarle sobre ese libro que he comenzado a leer, pero ella es quien toma primero la palabra.
-Claro, dime- ella mi mira a los ojos, es un poco extraño, son pocas las veces que lo hace y solo dice algo que al comienzo me cuesta darle sentido -Oh, vaya. No esperaba eso- mi expresión es de mucha confusión. Luego del tiempo sin vernos y que lo que tenga que decirme es que quiere terminar -Está bien, si eso quieres, terminemos. Pero, ¿puedes decirme por qué?- no puedo rogarle, si ella ha tomada esa decisión debo respetarla, pero pensaba que estábamos bien, creía que esto estaba funcionando, y no sé en que fallé ahora. Pensaba que esta vez ella era la persona indicada, es la primera persona con quien he sentido algo desde el primer momento. No me enamoré, pero se sentía que pasaría y no que me tomaría años como me pasó con Souta. Mia era especial por eso, ¿pero entonces que pasó? ¿fue por no vernos en este tiempo? pasamos periodos más largos sin vernos cuando vivía en el extranjero, por eso pensaba que estaría bien.
Tomaría un poco de jugo, pero sé que si lo hago me quedaré con un sabor amargo y me cruzo de brazos.

Ilkin no reaccionó mal, en realidad esta forma de responderme es muy de su tipo. Siempre mantiene la calma y es una persona madura, eso hace más difícil esto, el que sea alguien  al que puedo ver como hombre y que me gusta en muchos aspectos.
Respiré hondo y me tomé algunos segundos para ordenar mis ideas. Sé sincera, es lo que le debo a cambio.
-Sí, por supuesto -creo que eso iba de más, pero no es tan sencillo expresarlo bueno, me... me gusta otra persona -lo miré y antes que preguntara algo más, le interrumpí- }¡pero! Pero no me malinterpretes. No es como si lo hiciera para poder estar con esa persona inmediatamente -yo... hay muchas cosas que me gustaría explicarle, ¿pero puedo? Ilkin solo conoce la parte buena de mí, por llamarlo de algún modo. Es una buena persona, tal vez él me aceptaría como soy, pero... también puede ser que no lo haga. Y no le culpo, es una carga muy grande para la mayoría de las personas- primero quiero cambiar, necesito trabajar muchas cosas de mí misma antes de pensar en iniciar algo más con otra persona. Es... es complicado explicarlo -esto es difícil de decir. Si divago demasiado parecerá una excusa.
El mesero llegó con mi té y di las gracias, tomé un sorbo y de nuevo miré a Ilkin.
-Pensé que no era bueno permanecer contigo si desarrollé sentimientos por alguien más, no era justo para ti que has sido honesto conmigo, además te sigo apreciando, eres alguien que merece que sea honesta. Es una decisión egoísta, pero por donde lo viera, sería algo doloroso y preferí ser directa, lamento si eso no es lo que hubieses esperado -estoy diciendo lo que siento, y tal vez no sea lo mejor, la verdad en estas situaciones no creo que haya algo clave para decir y que el daño sea menor. No es como si no doliera, tengo ganas de llorar y trato de pasar ese trago amargo con ayuda de la bebida. Pero en esta situación llorar no servirá de nada. Ahora me siento confundida de nuevo.
Al final mis ojos comenzaron a ponerse llorosos, yo tomé una servilleta para evitar derramar lágrimas. No ahora, eso lo podré hacer después.
-Lo que quieras decirme, puedes hacerlo. Quiero escucharte también -dudo que él vaya a insultarme, y aunque tal vez eso disminuiría la culpa, la verdad no lo quiero, pero afontaré lo que tenga por decir.

Al menos parece que con ella obtendré una respuestas, bueno, con Souta la tuve, pero solo luego de varios meses de peleas. Pero es imposible que Mia tenga la misma razón que él. La miro con gran expectación, aunque trato de controlar mis gestos en mi rostro. Al final solo obtengo la respuesta más básica, es por otra persona. Pensaba que ella no se fijaría en nadie más, por su personalidad no ha mostrado interés en ese tipo de cosas.
No estará con él inmediatamente, pero entonces lo hará luego de un tiempo, así que da igual si me deja ahora o después, al final solo es para estar con alguien más. Incluso habla sobre mejorar cosas de ella. Esa persona debe ser demasiado importante si ella se quiere esforzar de esa manera, porque conmigo no lo hizo… pero con él desea hacerlo.
-Entiendo- digo con una sonrisa pequeña. Debo sentirme bien por ella, es obvio que tiene problemas, nunca me ha molestado, yo estaba dispuesto a aceptar todo eso, pero ahora por una persona ella quiere estar mejor.
Me repito que debo sentirme bien por ella, pero no lo puedo hacer del todo, porque no entiendo que hice mal para que ella prefiera a otra persona. He sido paciente, he hecho las cosas al ritmo que parecía el adecuado con ella, ¿en qué me equivoqué?
-Agradezco tu honestidad- de nuevo le sonrío, estoy tan acostumbrado a tener una buena expresión en mi rostro que no me cuesta ni siquiera un poco.
Estiro mi brazo para poner mi dedo pulgar y el medio en la base del vaso de mi juego y comienzo a girarlo de un lado a otro tanto como mis dedos me lo permiten.
Le pongo atención cuando toma la servilleta para limpiar sus ojos, parece que quiere llorar.
-Está bien, no tienes que sentirte mal. Entiendo lo que es querer a otra persona- ¿debería ser como ella? tener el valor de estar con la persona que amo y sé que me ama por sobre todo. Llevo años intentando evitarlo, huyendo de ella, tal vez solo debería rendirme. Es la segunda vez que la vida me muestra que al final la única persona que me ama tanto es ella -Has sido muy valiente al hacer esto, y no estoy molesto. Si es lo que te dará mayor felicidad, entonces por mi está bien- no, no lo estoy, desearía pedirle que no me deje, que yo soy una persona que puede ser amada y la puede amar, pero no tiene caso, es obvio que ella no puede darme lo que yo espero -Pero creo que mejor me voy, ya sabes, creo que saldré con mis amigos para celebrar mi nueva soltería- digo bromeando un poco, aunque no lo haré, ni siquiera pienso decirles, al menos no en un rato, además cada quien está muy entregado a sus asuntos que ni siquiera se darán cuenta.
Me levanto, saco algo de dinero, es una cantidad mucho mayor de lo que cuesta un simple jugo y su té, pero no tengo ganas de quedarme a esperar el cambio.
-Cuidate mucho Mia, te deseo lo mejor en tu vida y con esa persona- me despido de ella y comienzo a caminar, meto las manos en mi chamarra y solo camino. No me voy en el transporte, no quiero estar rodeado de personas, solo camino para ir a casa. Queda lejos, ¿pero importa? no es como si a alguien le importe lo mucho o poco que pueda caminar.
De nuevo mis intentos por tener una vida normal no han funcionado, al final ella tiene razón, yo soy de ella, nací para estar con ella. Un escalofrío me recorre.
Me detengo en una calle y saco mi celular, le marco pero no me contesta.
"Te necesito"
Es lo único que escribo y vuelvo a caminar. No sé cuanto me ha tomado llegar a la casa, ya está atardeciendo. No me fijo si hay alguien, pero por el silencio, creo que estoy solo así que me tiro en el sofá.

Aún cuando escucha la razón sigue calmado, no me reprocha ni ha cambiado su tono de voz, sigue hablándome igual de tranquilo como la primera vez. Supongo que por ser alguien maduro comprende que no debe forzar las cosas, ¿será que él piensa de ese modo? Ya no importa, tampoco es que necesite que ruegue porque me quede, eso haría las cosas más complicadas para ambos.
-No es algo que debas agradecer -no tiene porqué, en lo único que no dije la verdad fue respecto a mis razones del porqué me comportaba raro, pero en lo demás siempre intenté ser honesta con él. Había cosas imposibles de decirle, el cómo es mi familia y lo que hacen, o esas cosas de mi pasado. Pero en lo que respecta a nosotros dos siempre dije la verdad, así que ahora no hay diferencia, inventar una excusa no era opción.
Me extrañó escucharle decir eso, pero tal vez él haya pasado por una situación similar antes, porque de serlo ahora creo que también habría sido honesto conmigo.
-¿Lo entiendes? -pregunté, porque entonces... no, pedir ser amigos es imposible y egoísta, y tampoco es buena idea, yo tengo sentimientos por él y seguir en contacto hará que esos sigan creciendo- no quiero que me desprecies, pero tampoco puedo exigir lo contrario -desvié la mirada, ya no pude decir nada más que eso, es difícil pensar en algo adecuado para decir. Tampoco sé cómo se siente, simplemente dice que no me preocupe, pero al final no tengo idea de lo que él piensa- ah... entiendo -eso fue obviamente broma, y quedarnos más tiempo juntos no tiene caso. ¿De qué hablaríamos? Obviamente hay demasiadas cosas que todavía podríamos decir entre nosotros, pero luego de ser algo y ahora no, no es lo mismo.

Lo vi levantarse y cuando me dijo esas últimas palabras, me levanté también y asentí.
-Ilkin... tú también, te deseo lo mejor -eso fue una despedida, ¿no es así?
Me volví a sentar y comencé a llorar, aunque intenté ser discreta pero en este momento es complicado controlar lo que siento. No lo quería así, pero tampoco sé cuál es el panorama perfecto para esto. Él no me odia y debería ser suficiente, pero no lo es, sé que lo extrañaré y que se haya ido de mi vida será más difícil de lo que pensé.

Pasaron cinco minutos y me levanté y comencé a caminar. El dinero que dejó debió pagar más de la cuenta, y saqué mi teléfono para marcar a Emi.
¿Podemos vernos? -con ella es difícil hacerme fuerte, conoce cada parte de mí y no tengo ganas de ocultarlo- en el parque... el que está cerca del colegio -le terminé de indicar la dirección y corrí hasta una banca cercana a esperarla.
No sé si fue la mejor decisión, ahora me arrepiento pero es tarde, le di demasiadas vueltas y me convencí que era lo mejor, pero... no lo sé, ya no sé si las cosas realmente debieron ser así. Tal vez si hubiese sido más abierta con él, al final me enseñó mucho y sé que pudimos haber avanzado, pero también está Sato. Todo es muy confuso, creí que por haber experimentado ese mundo nunca tendría que llorar por estas cosas, pero está sucediendo.

Pensé que con aquella visita mi relación con Emi volvería a ser lo de antes, pero no, en cambio empeoró. No fue difícil saber el por qué, inmediatamente los vi juntos entendí el tipo de relación que hay entre ambos, pero sobre todo, el cómo Emi está tan encadenada a ese hombre. ¿Habrá sido por haberle sacado de aquel lugar? No, eso no va con Emi, pero es frustrante el haber dejado que ese ligero fallo diera un gran giro a lo que planeé para nosotros. Emi es diferente de los demás, pensé que por fin encontraría alguien que se pareciera a ella y todo iba de maravilla, es casi un chiste que lo que arruinó todo, fuese alguien que estaba fuera de mis planes.
Pero no por ello me echaré a llorar. Sé que las cosas últimamente no van como espero, y tal vez solo es una mala racha, eso sucede a veces, ¿no? Claro que pasa, pero no me rendiré. Ni con Emi, ni con Andy, ni con Dasha. No es sencillo librarse de mí, después de que les di tanto, ¿no es cruel simplemente dejarme de lado?

-Le agradezco mucho -colgué el teléfono y me recargué en el respaldo, al menos una noticia buena, la información que tenía sobre el amante de Dasha ha sido corroborada, solo hará falta hacerle llegar esto y ver cómo se arrepiente por ser tan atrevida. Pero debo ser cuidadoso, no quiero esas personas de enemigos, solo seré el esposo preocupado y decepcionado.
Abrí el cajón de mi escritorio para sacar las llaves de mi auto e ir a casa a descansar, pero vi esa funda vacía, la tomé junto con mis llaves y cerré el cajón nuevamente. La observé un rato, podría comprar unos nuevos, aunque no son necesarios ya que tengo algunos, pero... mantener el empaque vacío es un desperdicio.
-Debería ir por ellos -revisé mi agenda y al no ver nada programado para el resto de la tarde, cogí mis cosas y mi saco y salí para recoger mis pertenencias.
Estando en el auto pensé en una razón para llegar a esa casa, pero esto es suficiente, no es como si ese chico fuese tonto y no supiera que eso solo es una excusa. En un lugar donde no soy bienvenido, ¿para qué debería volver? Pasé mis dedos por mis labios y sonreí. Tengo que ver a Andy además, también tenemos que hablar de su transferencia y todo ese papeleo inútil que he retenido a propósito, si digo que no lo permitiré, ¿dejará el trabajo? Solo son unos niños, además, ¿hasta cuándo cree que puede ser así de egoísta? Ahora que ya tiene casi la vida resuelta es injusto que quiera abandonarme, sin mí no sería nadie.

Llegué al complejo de apartamentos y caminé hasta el edificio correspondiente. Llamé a Andy pero como siempre, no tuve respuesta, al menos puedo decir que advertí mi llegada. Toqué el timbre y esperé en la puerta, está tardando un poco, pero soy muy paciente.
-Hola, disculpa venir sin aviso, pero estoy para recoger algo que dejé la última vez... -imaginé que él abriría la puerta, o más bien, lo deseaba.

Mitya:

Estiro mi mano hacia el techo, como si ver mis dedos fuera muy interesante, luego solo la dejo caer hasta llegar a mi cabello y lo peino hacia atrás. Comienzo a notar el cansancio en mis piernas, caminé bastante y apenas me doy cuenta de lo cansado que me siento.
Mi celular comienza a sonar y de inmediato lo tomo, ni siquiera veo quien llama, porque solo puede ser ella.
-Fatma- digo su nombre y escucho su voz. Mi corazón brinca de solo escuchar su preocupación -Mia… ella quiere a alguien más- le cuento lo que ella parecía ya saber. De nuevo me dice lo que ya tantas veces he escuchado. Que solo ella me ama, que debí escucharla, que solo quiere protegerme de esas personas. Mientras las escucho siento como mis poros se erizan. ¿Por qué mi cuerpo reacciona de esta manera? es extraño, debería estar emocionado por escuchar sobre cuanto me ama. Debe ser por todo el tiempo que llevo intentando alejarme de ella, si eso es. Mientras más pienso en eso, mi reacciones se comienzan a sentir mas familiares, ese deseo por verla, por abrazarla. ¿Hace cuanto no la beso? extraño tanto sus labios.
-¿Puedo ir a tu casa?- pregunto con anhelo. Quiero decirle que ya no cometeré los mismos errores, que por fin he comenzado a entender. Quiero decirle lo tonto que he sido, que ya no volveré a fallarle, pero recibo la respuesta que nunca imaginé obtener de ella.
-¿No? ¿por qué no?- cuestiono, pero no necesito una respuesta de ella, solo apenas me doy cuenta del ruido del televisor, no está sola -¿Lo prefieres a él?- su respuesta me deja sin palabras, pero tiene razón, yo la empujé a estar con él, y ahora solo porque ya estaba listo, esperaba que ella lo dejara -Lo siento, pero sabes que te amo, por favor… debemos estar juntos, yo nací para estar contigo… por favor- le suplico bastante herido, pero solo obtengo un “debo pensarlo”. ¿Acaso la he perdido? no, eso es imposible -iré a verte, no me importa si él está ahí- le digo con determinación, ella me comienza a decir que no lo haga, me dice que estoy siendo malo y que la lastimo con mi actitud. Escucho su dolor en su voz -No, no, tranquila, no iré, está bien. Te esperaré- siento un vacío al terminar la llamada, estoy aterrado de perderla, y con un hombre que no la merece, que la engaña. Debo cuidarla de él, ¿qué he estado haciendo todo este tiempo?
El sonido del timbre me saca de mi, no sé hace cuanto terminó la llamada ni cuanto llevo perdido en mis pensamientos. Pero me levanto para ir a abrir.
Veo a la persona por la mirilla, ¿qué hace él aquí? al menos ya que no está Andy, puedo abrir la puerta sin problema.
-Buenas noches- lo miro confundido cuando habla de algo que dejó -¿Disculpé?- le digo porque no sé de que habla.
Cuando me dice a que se refiere, lo pienso un poco.
-Amm, no tengo idea de donde están, la señora de la limpieza debió acomodarlas- pero solo son unos lentes, ¿para que venir? ¿acaso tienen un significado importante o solo intentaba ver a Andy? ese pensamiento me hace sentir los mismos escalofríos de hace un rato -pero pase por favor- me hago a un lado para dejarlo pasar y cierro la puerta. Camino a la sala para tomar mi celular y mando un mensaje a Andy.
“Tu padre está aquí”
-Llamaré a la señora para preguntarle- marco a aquella mujer de la limpieza y parece ni saber de lo que hablo, pero me dice que si estaba en mi recamara, entonces deben seguir ahí -parece que están en mi recamara- si comienzo a buscar, no sé cuanto tardaré en encontrarlos -amm, ¿gusta algo de tomar?- pregunto tratado de no olvidar mis modales.
Al subir a mi recamara no se por donde comenzar.
-¿Y como ha estado?- le pregunto intentando mantener una conversación, pero a mi mente viene la idea de que ella está con otro. Antes no me importaba, pero ahora comienzo a sentir celos de algo que yo provoqué. Entro al pequeño cuarto que es mi guardarropa y comienzo a buscar ahí. Me estiro para tomar unas cajas pero no las agarro bien y termino tirando todo y una de ellas golpea en mi ceja y suelto un quejido pues me ha pegado justo con la punta, veo mi mano y veo un poco de sangre, parece que me he abierto la ceja.

Su cara se ve confundida y sonreí, esperando un rechazo o una invitación a pasar. Ilkin es un chico muy educado, pero también es honesto y si aquel día expresó abiertamente que no era bienvenido, eso lo hace impredecible.
-Mis gafas. Lo lamento, pero tienen un importante valor sentimental para mí -porque si solo se tratara de unas gafas, podría tener cualquiera cuando quisiera, al menos así le convenceré de dejarme quedar un rato y de paso, saber si mi hijo se encuentra aquí, aunque no he visto el auto abajo- entiendo -dije un poco decepcionado cuando dijo no saber de qué hablo, pero cuando me invitó a pasar, solté un suspiro de alivio- lamento la interrupción -entré a la casa y eché un vistazo rápido, me senté en el sofá y esperé que él hiciera la llamada que dice, después me levanté de nuevo- descuida, estoy bien así, muchas gracias -incluso me ha ofrecido de tomar, y al rechazarlo terminamos por subir a su recámara donde dice se encuentran los lentes. Me sorprende que no tenga ni un poco de cuidado de sí mismo, o tal vez por la fiebre de aquel día no recuerde nada de lo que pasó, ni el beso, o la manera en que prácticamente me corrió.

Sus modales no los descuida, sigue siendo ese chico carismático y de no haberlo visto varias veces en ese estado tan extraño, solo lo tomaría como uno de los pocos amigos de Andy que valen la pena.
-Bien, trabajando, ya sabes -no es que tenga mucho por contarle a él- ¿tú cómo has estado? ¿No enfermaste nuevamente después de ese día? -me quedé de pie a mitad de su recámara a esperar que él buscara las gafas. Está tomándole más de lo que pensé, pero no importa, al menos así tengo excusa de quedarme.
Pero escucharlo quejarse hace que me mueva hasta donde él está, y me inclino un poco para mirarlo.
¿Estás bien? -fue un movimiento involuntario el tomar su rostro para que lo levantara- oh, dios, tienes una herida en la ceja -hay un poco de sangre en su rostro, nada grave, pero no es de mi agrado y me hace sentir ligeramente tenso. Tomo un poco de aire y luego agarro su mano para hacerle sentar en su cama- parece que no es grave, pero deberíamos limpiarte para saber si necesita una sutura o no. ¿Dónde está tu botiquín? -me levanté y busqué el botiquín, y regresé a su lado. Me agaché frente a él para poner un poco de agua oxigenada en la gasa y comenzar a limpiar. No me fascina dar esta clase de atenciones, pero con él, dado acontecimientos pasados, parece ya una costumbre y se vuelve cada vez más natural- no toques, podrías infectarte -con cuidado limpié sobre su ceja, parece una pequeña abertura nada más, pero para detener el sangrado, dejé presionando despacio el lugar con otra gasa limpia- creo que mejor te llevamos al médico, probablemente necesites sutura -esa idea no me gusta para nada, pero no puedo dejarlo, prácticamente se lastimó por mi culpa.

¿Un valor sentimental? no debe ser tanto si ha tardado tanto en venir a recuperarlas. Pero no puedo negarle que recupere algo que dice que le importa solo porque yo no le creo.
-Claro, ya veo- sonrío un poco solo aceptando sus palabras como ciertas.

No ha aceptado nada de tomar y cuando comienzo a subir a mi recamara le hago una señal con la mano para que me acompañe. Como no sé cuanto tardaré en buscar, creo que es mejor que no lo deje solo, sería un poco grosero dejarlo solo aquí en la sala.
-Mi salud ha mejorado bastante, no he vuelto a enfermar- le respondo cuidando que el volumen de mi voz sea adecuado para que me escuche bien.
Por el desastre que acabo de hacer, él se acerca y entra al pequeño cuarto.
-Si, es que una caja me cayó encima- le explico porque de repente parece preocupado -ahí- señalo donde está el botiquín.
Hago un gesto cuando comienza a limpiar, arde un poco.
-¿Lo dice en serio?- me muevo para ir al baño y poder ver en el espejo la herida de mi ceja. Hago una mueca de asco al verla -ay no, esto se ve muy feo. ¿Cree que deje cicatriz?- pregunto preocupado. Tal vez no suelo exteriorizarlo mucho, pero soy una persona muy vanidosa, me preocupo mucho por esta clase de cosas.
-una cicatriz aquí se vería horrible- me quejo un poco -bien vayamos al hospital- con mi mano me encargo de seguir haciendo presión para que la sangre no siga saliendo.
Pienso en llamar a Fatma, pero sé que por ahora no contestará mis llamadas. Suspiro pensado que está con él, y me hace enojar saber que yo he provocado algo así.
-Es muy amable en llevarme, gracias- le digo al padre de Andy -sabe, podría parecer que usted siempre aparece para cuidarme, pero desde otro punto de vista, podría ser que usted me da mala suerte- sonrío pues lo he dicho con un poco de tono de broma, pero comienzo a creer que tal vez es una persona que debería comenzar a evitar.

-Me alegro -dice que no volvió a enfermar, pero aquello más que un resfrío o alguna enfermedad común, parecía consecuencia de mucho estrés. Pero no indago más para no incomodarlo, me hice algunas conjeturas aquel día, pero es muy pronto para comenzar a lanzarle preguntas, he de ser paciente y agradecer que al menos, no le disgusto tanto como para correrme de nuevo.

Miro el desastre del suelo, pero no me preocupo por ayudarle a levantar, ahora lo importante es tratar su herida.
-Puede ser molesto, pero no parece grave -aunque para él parece que lo más feo de esto es que dejará una cicatriz- probablemente la deje, pero muy pequeña, y si cuidas tu piel entonces será por poco tiempo -es inesperadamente vanidoso, pero es comprensible, es un chico muy atractivo y su físico se mantiene.
Sonreí y me quedé esperando a que saliéramos, no se queja de que le duele, solo de cómo luce. Cuando lo conocí me hice a la idea que era un chico muy maduro, pero poco a poco voy descubriendo esos pequeños rastros de chico mimado.

Le ayudé a abrir la puerta del auto y entré también, pero antes de encenderlo, lo miré y solté una risa.
-¿Te parece? Eso no suena lindo -eché a andar el auto y miré al frente con la sonrisa en mis labios- aunque admito que ahora soy parcialmente responsable por hacerte buscar algo que me pertenece, pero eso pudo pasarte en cualquier momento por tu descuido -creo que conforme nos vamos conociendo soy un poco menos formal cada vez. La ocasión pasada incluso ayudé a bañarlo, hay ciertas barreras que ya no existen, y probablemente otras se van formando. Pero me intriga el porqué de su comentario, es un chico honesto pero no imaginé que soltaría esa broma con tanta confianza- ¿te digo algo? No me gusta cuidar enfermos ni personas en situaciones similares, pero por alguna razón siempre termino ayudándote. ¿Quién dice que no soy yo la víctima de tu mala suerte? -lo miré y de nuevo reí, para después dejar mi vista fija al frente por el resto del camino.

No nos tomó mucho tiempo llegar a la clínica, estaba más cerca de lo que imaginé. Estacioné el auto y caminamos con calma hasta la entrada, allí pedimos asistencia de primeros auxilios, es una clínica pequeña privada.
-Puedes entrar solo, ¿cierto? Te esperaré aquí y me haré cargo del pago, ya que fue mi culpa -le sonreí y dejé que entrara solo para yo dar algunos datos, solo su nombre y el porqué de su ingreso. Después de ello salí a esperarlo, no soporto el ambiente de los hospitales incluso si se trata de alguno pequeño.

Dice que no me quedará marca si me cuido bien, espero que sea cierto, a mi madre no le gustará nada lo que me ha pasado, ella siempre me ha dicho que debo cuidarme de esta clase de accidentes. Solo espero mi atractivo no se vea dañado solo por este accidente, sería algo muy desagradable.
Pienso en si al menos dejarle un mensaje, pero seguro la preocupo y se molestará.

Me ayuda con la puerta del auto y me subo en el lugar del copiloto. Me miro constantemente en el espejo retrovisor, notó esa horrenda hinchazón que se comienza a hacer mas notoria, seguro se pondrá morado, no dejo de pensar en lo terrible que luciré con algo así en la cara.

Su repuesta a mi “broma” me hace soltar una pequeña risa, pero no lo hago porque me parezca gracioso, solo es una manera de corresponder a sus palabras, algo así por mero protocolo para que no se cree un momento de tensión.
-podría ser- una victima de mi propia mala suerte. De la forma que lo ha dicho, realmente suena superficial, no le gusta cuidar enfermos… al punto de considerarse victima aun cuando él que pasa por momentos desagradables soy yo, incluso estoy sangrando. Solo lo estoy pensando demasiado, solo ha sido una broma.

Llegamos al hospital y paso solo a ser atendido. Resulta que necesito dos puntos. Eso no me hace nada feliz, pero no me queda más que aceptar. Me pongo nervioso a la hora de que me comienzan a suturar, también me han dado medicina para el dolor y bueno todos los cuidados normales.
Al terminar saco mi celular para mirar mi reflejo, hago una mueca de desagrado, no me gusta nada  como se ve.
Al salir veo al padre de Andy, tengo sentimientos encontrados con ese hombre, la manera en que Andy actúa con él me hace pensar que debo cuidarme de él, pero conmigo siempre ha sido amable, y siento que no debería sacar juicios solo por algo que me corresponde, pero también se de primera mano lo que es dejar que los demás solo conozcan una parte, la parte que uno deja salir.
Trato de cubrir mi cara con mi cabello para que no se note demasiado la parte de mi cara que ahora lleca encima una reluciente gasa.
-listo- constantemente mis dedos acarician el borde de la gasa, donde siento la sensibilidad causada por la herida.

Mientras él se encuentra dentro aprovecho para mandar un mensaje a Emi. He intentado llamarla, pero a esta hora ya debe estar con su padre en casa, o tal vez solo no quiere coger mi llamada. No, no, no debo ser pesimista, ella no ha cambiado tanto conmigo. Casi no nos vemos, pero eso no quiere decir que las cosas vayan a terminar, porque ella no ha dicho eso.
Después de mandar el mensaje  guardo mi teléfono y espero a Ilkin, pude haber entrado con él pero tampoco es algo tan delicado, aunque se veía disgustado, parece que su apariencia le importa más de lo que imaginé.
-¿Mejor? -le sonreí y caminamos el corto trayecto al auto. No puedo creer que mi visita provocara esto, y lo peor es que cada vez que nos vemos sucede algo similar, debería ser una señal, pero a mí comienza a hacerme el efecto contrario a lo que normalmente una persona decidiría- deberías dejar de tocarte -me da un poco de nervios mirarlo pasar sus dedos cerca de la herida, parece muy inquieto- en verdad lamento que te lastimaras por mi culpa. En compensación, ¿qué te parece si te invito a comer? Aunque por la hora... -seguramente él ya lo hizo, yo no porque estaba en el trabajo, aunque no tengo mucho apetito pero es una buena razón para alargar el tiempo y también, puede que su humor mejore- supongo que ya comiste. ¿O prefieres ir a descansar? -cuando paramos por el semáforo lo miré, al final ni siquiera encontró las gafas y llegando tendrá que levantar su desastre, o probablemente tenga quién lo haga por él- esta vez no llamaste a tu madre, supongo que no quieres preocuparla -la mayoría de las veces recurre a ella, aunque no creo que este tipo de percance requiera su intervención, Ilkin está más que apegado a ella.

-Si, tanto como es posible- digo sin mucho ánimo, no es que duela tanto, al menos ya no gracias a la medicina, pero si mi humor ya era malo desde que me vi con Mia, luego lo de Fatma y ahora esto -Si, supongo que debería- bajo mi mano para dejar de tocarme.
-Oh cierto, la comida… olvidé comer-me río al darme cuenta que ni siquiera recordaba ese detalle, ni siquiera le di un trago al jugo cuando estaba con Mia
Luego de pagar la cuenta en el hospital salimos a su auto, pero inevitablemente me vuelvo a tocar el área que rodea la herida de vez en cuando, me doy cuenta de que lo hago cuando siento dolor.
-Aceptaré esa comida- no quiero estar solo y Andy no vendrá a casa esta noche y no sé a que hora vaya a venir Min y yo no quiero estar solo -No, es temprano prefiero comer algo- si me quedo solo no sé que haré, tal vez intentaré llamarla -¿Cómo?- no esperaba ese comentario, pero creo que he sido muy obvio cuando estoy con él, he bajado la guardia. No creo que piense nada raro, pero no puedo relajarme al darme cuenta de él me piensa como una persona demasiado cerca de ella.
-Bueno, es diferente- desvío la mirada para verme en el espejo. Debo ser más cuidadoso.
De nuevo comienzo a tocar la zona de la frente, mi rostro se ve inflamado de esa parte.
-Esto luce horrible ¿no cree?- comento porque no se me ocurre otro tema -Auch- me quejo porque he hecho más presión de la necesaria.

Bajamos del auto y al regresar al departamento quiero verificar si Min ya llegó, así podría cenar con nosotros.
-Min Yoo ¿estás en casa?- hablo en dirección a las recamaras pero si está encerrado tal vez ni me escuchará, así que mejor saco mi celular y le mando un mensaje.
"¿Estás en casa?"
-¿Entonces que le gustaría cenar?- pregunto tomando el control de la tv y la enciendo.

Para mi sorpresa él acepta la invitación a comer, eso me hizo poner una sonrisa en mi cara. No sé si debería invitarle a algún restaurante o pedir algo de comida en su casa, yo no soy fanático de la comida rápida, pero ya que le causé molestias dejaré la decisión en sus manos.
-Perfecto, ¿dónde te gustaría comer? ¿O prefieres que ordenemos algo para que puedas descansar cómodo en casa? -espero que responda y me dirijo entonces a su casa. Ha preferido permanecer ahí, y no sé si esa fue una agradable o pésima decisión. Además solo debo encontrar un buen servicio de comida para que lleven.

-Que no has llamado a tu madre esta vez -repetí a propósito haciéndome un poco el tonto. Él dice que esta ocasión es diferente, y lo es, pero eso no importa, lo relevante fue su reacción cuando solté su pregunta- oh, bueno sí, es una situación muy común y creo que mejor no sería darle molestias, me sentiría muy apenado con ella por el percance. Aunque tal vez después deba disculparme directamente, por mi culpa tienes una cicatriz y veo que no te agrada nada la idea -solté una risita, he mirado constantemente hacia el frente. No sé porqué hablamos de su madre, pero creo que sería interesante indagar más sobre esto- vamos, ya deja de hacer eso, vas a abrir tu herida -lo miré aprovechando el alto- no te verás horrible, tienes una cara muy bonita y una pequeña cicatriz no va a arruinarlo -es muy delicado, pero si fuera mi caso supongo que tampoco lo querría, aunque no me quejaría tanto.

Llegamos a su casa y me senté en la sala a esperar, ha llamado a alguien, imagino que el otro chico que vive aquí, pero no hubo respuesta.
-Lo que sea está bien para mí. Además no sé dónde podríamos ordenar algo de cenar, no suelo pedir comida por teléfono -sé de algunos lugares, y con un vistazo en internet seguro encuentro un montón, pero prefiero que elija- ¿o prefieres que cocinemos nuestra cena? -no lo imagino cocinando, sería otra faceta suya interesante de ver, y supongo que tendríamos que salir de nuevo a comprar ingredientes, eso extendería el tiempo. Ni siquiera entiendo por qué busco que seamos más íntimos.